Aprende a comer y a controlar tu peso – antonio escribano copy

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más «extras» y luego algunos más…, y cuando nos hayamos querido dar cuenta hemos perdido la disciplina del inicio y entre la dificultad para perder grasa y nuestro comportamiento relajado, el adelgazar parece una causa perdida. Pero no es así. Ante situaciones como esta hay que dar marcha atrás, analizar lo que no estamos haciendo bien y reorganizarnos de nuevo. NUEVE O DIEZ PASTILLAS DIARIAS Con frecuencia el sobrepeso y la obesidad no se entienden como un problema más añadido a los padecimientos que se tienen. Es habitual ver en la clínica pacientes que presentan conjuntamente una serie de alteraciones que suelen ir asociadas como son la hipertensión, la diabetes tipo II, el colesterol alto, los triglicéridos elevados, dolores articulares y algunas cosas más. Me suelen enseñar un fármaco para cada cosa, lo que hace que tomen nueve o diez pastillas al día, a las que acompañan alguna que otra más para una «supuesta» depresión. Después de escuchar los síntomas y el relato de porqué de cada una de las pastillas y ver todas las analíticas, les pregunto discretamente lo que es evidente: «Y algo de sobrepeso también hay, ¿no?». Sus respuestas, suelen ser: «Ah, bueno, sí. Me sobran más de veinte kilos desde hace muchos años». Tras aconsejarles que lo primero que deben hacer es «deshacerse» de esos kilos, lo normal es que después de conseguirlo se dan cuenta de que en la mayoría de los casos desaparece la hipertensión, la glucosa está en sus niveles, el colesterol y los lípidos tienen unos valores aceptables y ya no se toman pastillas de ningún tipo. Ni siquiera para la depresión, que normalmente va acompañada al déficit de autoestima que en muchos casos suponen los kilos. En ocasiones todos estos problemas se arreglan solucionando uno solo: el sobrepeso. Algunas personas, como la descrita en el ejemplo, con ese consumo diario de fármacos, toman casi cuatro mil pastillas al año, para una serie de problemas que en realidad no existían como tales y a lo que se añade el gasto que eso supone para todos y por supuesto para su fisiología, que está sufriendo la metabolización de todos esos fármacos. Naturalmente hay casos en los que estos problemas se dan en personas que no padecen obesidad o sobrepeso y su abordaje clínico es diferente. RONQUIDOS, APNEA DE SUEÑO Y OBESIDAD


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