A mi abuelo Rubén y por supuesto, a las manos rojas.
“Dejadme besar este humo que se deshace, este mundo que me acoge sin preguntarme nada, este mundo de titíes disecados, morir en brazos de la niebla, morir sí, aquí, donde todo es nieve o silencio”. (Leopoldo María Panero)
“Ahora las palabras son puertas, suicidio en el espejo, sitios vacíos, hilos del mundo donde desterrar la ira para escarbar luego bien hondo y descubrir que no hay nada”. (Mariana Bernárdez)