Student project: Leyendas de Arda: El Silmarillion

Primera edición: Julio 2017 Ilustración de la portada: Jian Guo Ilustración de la sobrecubierta: Jian Guo Ilustraciones de: Alan Lee Ted Nasmith Olga Kowalik Kimberly Eighty Elena Kukanova Jenny Dolfen Jian Guo Karolina Węgrzyn Star Choi Manuel Castanon Donato Giancola Randy Vargas Jay Carpenter Justin Gerald Nick Keller Zi-Pa

Diagramación y diseño Alex Changanaqui Yelitza Zavala

Redacción Yelitza Zavala

Impreso en Perú.

Glaurung, el gusano de fuego de Morgoth, luchando contra las huestes de los elfos Noldor en la batalla conocida como Dagor Bragollach.

Las leyendas de Arda: EL SILMARILLION 

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Editoras Alex Changanaqui  Yelitza Zavala

Contenido

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Prólogo

Ainur, divinidades de Ëa

18 Valar, señores del Oeste 19 Maiar, guardianes de Valinor

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Hijos de Ilúvatar 18 Primero, vinieron los elfos 23 La casa de Finwë 25 La tragedia en Alqualönde

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Criaturas de Melkor 36 Urulóki, dragones de fuego 40 Orcos, mofa de los elfos 44 Vampiros y huargos

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Reinos de Ëa 47 Valinor 54 La tierra media 58 Utumno y Angband

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Prólogo

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ste libro presenta la mitología del Silmarillion de J. R. R Tolkien. Una vasta colección de un mundo imaginativo, lleno de detalles, expuesto en los siguientes cuatro capítulos: los Ainur, los hijos de Ilúvatar, las criaturas de Melkor y, los reinos de Ëa.

Cada deidad proviene del Ser supremo, conocido como Eru, el único, también llamado Ilúvatar. Este ser es la divinidad creadora de todo el universo de Tolkien, siendo Eru el padre de los dioses menores explicados en el primer capítulo. Estos a su vez son clasificados en dos grupos: Los Aratar, aquellos Valar que ingresaron a la tierra media, y los Maiar, los servidores de los Aratar.

En el segundo capítulo, encontramos a los hijos de Ilúvatar, quienes son la creación más hermosa y perfecta de Eru. Los primogénitos de Eru son los elfos, sucedidos por los segundos hijos, conocidos como los mortales u hombres. A ambos se les otorgó regalos específicos, los elfos poseían el don de la inmortalidad, mientras que los humanos poseían el don de la muerte. Los elfos nunca comprendieron qué clase de regalo era el poder morir; ni los mismos Valar comprendían este misterio. Solo Eru, salvo Mandos y Manwë ha quienes ha revelado el secreto, sabe el designio de los hombres, el cual no se los ha revelado aún.

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El tercer capítulo muestra a las criaturas de la oscuridad, creaciones tergiversadas de Melkor, el Vala corrompido por la oscuridad y el poder. Estas, a su vez se clasifican en distintos grupos: Urulóki, orcos, vampiros y huargos.

Por último, encontramos los reinos de Ëa, clasificados por sus habitantes: el reino de los Valar, conocido como Valinor; la Tierra Media, habitada por los elfos, enanos y hombres, y las fortalezas de Melkor: Utumno y Angband.

Ilustrado por una variedad de artistas tanto tradicionales como digitales, contando con el arte del reconocido Alan Lee, junto a las obras de Ted Nesbith, ambos reconocidos ilustradores de fantasía en la actualidad y por ser partícipes en el diseño del Señor de los anillos y el Hobbit.

Ormal, una de las lámparas de Aman. Fue destruída por Melkor, en uno de sus intentos por corromper Arda.

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El enfoque de este libro se encuentra en la inmensa diversidad de personajes provenientes de la novela de J. R. R Tolkien, en conjunto con la descripción del mundo fantástico del autor. Al no poseer un único protagonista, El Silmarillion cuenta con anexos de cada uno de los personajes mencionados durante la obra. Sin embargo, estos no son mencionados consecutivamente, debido a que cada capítulo del libro menciona a distintos protagonistas, dependiendo del relato que se esté contando. Por ello, para facilitar al lector el recuento de los personajes descritos en la obra, este libro cumple la misión de ser una guía visual de la rica novela del maestro Tolkien, haciendo más sencillo el recuerdo de los personajes participantes, cada uno de ellos teniendo un rol activo e importante dentro del relato.

Es sencillo perderse dentro de esta novela fantástica, por ello queremos que te pierdas en la dirección correcta, guiándote hasta el desenlace del relato con la ayuda de imágenes a tu disposición.

Telperion y Laurelin, los árboles de luz de Valinor. Concebidos en la mente de Varda Eléntari, Valar de las estrellas.

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Ainur

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Los

Divinidades de Ëa

Al inicio, solo estaba Eru, el único, quien en Arda es llamado Ilúvatar; y quien primero hizo a los Ainur, los entes sagrados.

Tulkas, el campeón de los Valar, esposo de Nessa. Capturó a Melkor en la primera gran batalla por Arda.

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Hijos de Ilúvatar Perfecta creación de Eru

Los primogénitos, concebidos por la mente de Ilúvatar. Los primeros seres en habitar Arda. Los siguientes fueron los Seguidores: los primeros humanos que caminaron por la Tierra Media.

Fingon el Valiente, hijo de Fingolfin. Fue uno de los más grandes héroes, recordado en canciones hasta su caída en la batalla Nirnaeth Arnoediad.

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Primero,vinieron los Elfos

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s decir, los Eldar son todos aquellos Elfos Vanyar, Noldor y Teleri que emprendieron la marcha en el Año de los Árboles 1105 (10586 años solares), con independencia de si concluyeron o no el viaje. Por lo tanto, los Eldar incluyen a los Calaquendi y a los Umanyar.

Una vez emprendida la marcha, al llegar al Anduin, se produce una nueva división entre los Elfos en el Año de los Árboles 1115 (10681 años solares), cuando un grupo de Teleri guiados por Lenwë decide no continuar el camino con los demás. Este grupo decide desviarse hacia el sur por los Valles del Anduin y se convierten en los Nandor. Los Vanyar, guiados por Ingwë y los Noldor, guiados por Finwë, fueron los primeros en llegar a las costas del Gran Mar, entre Drengist y la Bahía de Balar, en el Año de los Árboles 1125 (10778). Para que los Elfos no tuvieran miedo del mar, Ulmo habló con ellos e hizo sonar música con cuernos de madreperla. Entonces arrancó una isla de sus raíces y con la ayuda de sus servidores la arrastró y la ancló en la Bahía de Balar: los Vanyar y los Noldor embarcaron en la isla y fueron remolcados hasta Valinor, donde llegaron en el Año de los Árboles 1132 (10845 años solares).

Fingon y Maedhros, descendientes directos de la línea de Finwe, rey de los Noldor.

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Mapa de la Tierra Media, hogar de los primeros hijos de Ilúvatar.

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La casa de

Finwë

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unque no se especifica en el Silmarillion, es bastante probable que Finwë se encontrara entre los primeros nacidos que encontró Oromë, el Vala Cazador, viajando por las montañas Orocarni.

El nombre de Finwë no tiene una traducción clara. Fin- se traduce como "pelo" junto con Phintraducido como "ágil" "habilidoso". Luego el sufijo –Wë proviene de -Weg, "Vigor Masculino".

Los Valar, temiendo por los Elfos, (a causa de Melkor), decidieron trasladar a los primeros Hijos de Ilúvatar a Valinor, pero éstos se mostraron un poco reticentes ante esta llamada. Fue así como Oromë seleccionó a tres elfos para que lo siguieran hasta Aman y después volvieran con los suyos e informaran de lo que habían visto, con la esperanza de que ellos pudieran diezmar los miedos que fueron sembrados en los corazones de los Elfos por Melkor. Los tres Elfos eran Finwë, Ingwë y Elwë, quienes más tarde serían los reyes de las tres facciones en las cuales la raza de los Elfos se dividiría: El primer rey de los elfos Noldor, Finwe.

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Noldor, Vanyar y Teleri. Asombrado por las maravillas de Valinor, Finwë y sus otros dos compañeros al volver a la Tierra Media intentaron convencer a su raza para que los siguieran hasta Aman. Los que estuvieron de acuerdo con seguir a Oromë recibieron el nombre de Eldar. El pueblo que siguió a Finwë a Valinor fue luego conocido como los Noldor, los Elfos Profundos, que más tarde se hicieron los estudiantes de Aulë el Vala Herrero. Finwë es considerado el primer Rey Supremo de los Noldor en Aman.

Su primera esposa fue Míriel Serindë. De su amor nació un hijo, Curufinwë, quien más tarde sería conocido como Fëanor. Al ser traído al mundo, ´Fëanor agotó toda la fuerza y el entusiasmo por la vida de Míriel y ella solicitó descansar en los jardines de Lórien.

Finwë quedó turbado por este acontecimiento, ya que, él no deseaba dejar a su hijo sin una madre, y tampoco quería que su único hijo fuera el último. Pero como su esposa le explicó que con lo que habría alimentado a muchos hijos, fue todo invertido en Fëanor, Finwë no tuvo más opción que aceptar su petición. Y así Míriel, con el consejo de Manwë, fue colocada dormida en los jardines de Irmo. Más tarde, su alma se marchó de su cuerpo y ella nunca volvió a la vida.

Finarfin (izquierda), Fingolfin (derecha) y Fëanor (abajo).

Los tres hijos de Finwë.

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El juramento de Feanor frente a la pérdida de los Silmarils. Sus siete hijos juraron junto a él recuperar las gemas sin importar lo que tengan que hacer para obtenerlas de regreso.

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La tragedia

en Alqualondë

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uando dejaron Valinor, Fëanor necesitaba barcos para llegar a la Tierra Media sin gran pérdida, pero los Noldor no poseían barcos y Fëanor temía que cualquier retraso en su salida podría causar los Noldor a reconsiderar. Los Noldor, encabezada por Fëanor y sus hijos, trató de convencer a sus amigos, los Teleri de Alqualondë, que les prestaran a sus naves. Sin embargo, los Teleri no querian ayudar de ninguna manera en contra de la voluntad de los Valar, y de hecho intentaron convencer a sus amigos para que reconsideran y permanecieran en Aman. No dispuesto a aceptar un "no" por respuesta, los Noldor comenzaron a tomar los barcos. Esto enfureció a los Teleri, y amenazaron a la Noldor con piedras y flechas, y arrojaron muchos de los Noldor de Fëanor de los barcos en el puerto. También comenzaron a tratar de bloquear el puerto.

Entonces los Noldor con sus espadas, y los Teleri con sus arcos, se dieron una pelea amarga que parecía igualado, si no incluso a favor de los Teleri, hasta la segunda casa de los Noldor, encabezada por Fingon, llegó junto con algunos de las huestes de Fingolfin. Entendiendo mal la situación, ellos asumieron los Teleri habían atacado a los Noldor por órdenes de los Valar, y se unieron a la lucha. Al final, muchos Teleri fueron asesinados y se llevaron sus barcos y muchos de los barcos robados naufragaron en las olas. Todo lo que siguió a la Tierra Media, por lo tanto los Noldor fueron maldecidos por Mandos.

La toma de los botes en forma de cisne en Alqualondë. La primera vez que las costas de Aman son bañadas en sangre por los enfrentamientos entre los elfos Noldor y los Teleri.

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Maedhros, sofocado por lasllamas

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aedhros fue el mayor de los siete hijos de Fëanor y Nerdanel, y, por consiguiente, el hermano mayor de Maglor, Celegorm, Curufin, Caranthir, Amrod y Amras.

Con la muerte de su padre tras la Dagor-nuin-Giliath al poco tiempo de llegar a la Tierra Media, Maedhros, a quien ahora correspondía el gobierno de los Noldor Exiliados, fue engañado con promesas de rendición y la entrega de uno de los Silmarils y capturado por Morgoth que, tal y como cuentan las crónicas lo colgó por la muñeca derecha en lo alto de un precipicio de Thangorodrim. Allí permaneció hasta la llegada de Fingolfin con las huestes que habían sido abandonadas en Araman, cuando Fingon, con la ayuda de Thorondor logró rescatarlo cortando la mano de la que estaba sujeto a la roca; y se dice que en adelante vivió para empuñar la espada con la izquierda más mortalmente de lo que lo había hecho con la derecha. Y narran las crónicas que, arrastrado una vez más por el Juramento, aunque fatigado y lleno de aversión, Maedhros estaba dispuesto a un último intento desesperado de recuperar las joyas de su padre, y convenció a Maglor (dispuesto ya a aceptar las consecuencias del quebrantamiento del Juramento antes de causar más daño), y juntos se infiltraron a escondidas en el campamento de Eönwë y matando a los guardias se hicieron cada uno con una de las joyas y escaparon (pues Eönwë así se lo permitió). Pero las joyas les quemaban la carne, pues, debido a todo el mal a que el Juramento les había empujado, sus manos ya no tenían derecho a los Silmarils, de modo que lleno de angustia y desesperación Maedhros se arrojó a una gran grieta ardiente.

El primogénito de Feanor y el último en morir a causa del juramento por la recuperación de los Silmarils. Terminó con su sufrimiento al lanzarse al fuego.

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Capturado por Morgoth, torturado por Sauron durante 27 años. Colgado de la mano derecha en el risco más alto de la torre Thangorodrim.

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Seguidores o Edain, hombres mortales

Los

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dan de la Casa de Hador. Hijo de Galdor y de Hareth (hija de Halmir) y hermano de Huor. Esposo de Morwen y padre de Túrin, Lalaith y de Nienor. Nacido en el año 441 de la Primera Edad, se desconoce la fecha exacta de su muerte (si bien fue alrededor del año 502 P.E.). Tercer Señor de Dor-lómin. También conocido como Thalion (Sindarin, “Firme” “Fuerte”), como Húrin el Firme y como Húrin el Inquebrantable.

Se dice en las Crónicas que Húrin vivió por algún tiempo junto con su hermano Huor en el bosque de Brethil, pues cuando eran muy jóvenes fueron enviados allí por su padre en respuesta a la petición de Haldir, Señor de los Haladin, que deseaba agasajar a los hijos de Galdor conforme a las costumbres de los hombres de aquella época. En compañía de su hermano acudía con frecuencia a las guerras con los Orcos que por aquel entonces realizaban incursiones en las fronteras del bosque. Porque pese a ser de menor talla que sus padres era infatigable de cuerpo y mente, y se dice que heredó la agilidad innata de su madre que era innata de los Haladin, y de su padre conservó el valor y el espíritu guerrero propios de su linaje; también se decía que Húrin era la viva imagen de su abuelo Hador: claro de cara, cabellos dorados, animoso de corazón y de voluntad inquebrantable. En cierta ocasión se separaron del resto de la compañía y fueron perseguidos por los Orcos hasta el Vado de Britiach, y de no haber sido por el poder de Ulmo allí habrían muerto ya que el Señor de los Mares levantó una espesa niebla que los ocultó de sus perseguidores con lo que perdieron su rastro y no pudieron ser capturados.

Tras esto, y sin saber dónde iban, se encaminaron a las Crissaegrim y fue allí que Thorondor les envió dos

Húrin Thalion, hijo de Galdor, ambos pertenecientes a una de las Tres casas de los Edain, Hador. Espera con sus huestes la llegada de los orcos en La batalla de las lágrimas innumerables.

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Grandes Aguilas para que les ayudaran y de este modo fueron llevados por los aires por sobre las Montañas Circundantes y depositados en la ciudad de Gondolin. Se canta que la resistencia de los Edain de la Casa de Hador fue la más afamada y renombrada de los antiguos relatos, y gracias a ella Turgon escapó indemne de las garras de Morgoth. Pero el precio a pagar fue muy alto porque las huestes innumerables de Angband rodearon a los Edain y Huor cayó muerto por una flecha, como también fueron cayendo todos los hombres de Dor-lómin hasta que finalmente sólo quedó en pie Húrin el Inquebrantable. Se dice que entonces tiró el escudo al suelo y que cogiendo su hacha con las dos manos gritaba cada vez que lanzaba un golpe un famoso grito de guerra que perdura en los relatos antiguos: “Aurë entuluva!” (“¡Ya se hará un nuevo día!). Setenta veces lanzó este grito, y setenta Orcos cayeron bajo el filo de su hacha, pero Morgoth había ordenado que lo capturaran vivo y los Orcos se lanzaron sobre él hasta que cayó abrumado por el peso y ya no pudo seguir luchando. Húrin fue encadenado por Gothmog y llevado a Angband a presencia de Morgoth, comenzando para el hijo de Galdor el que quizá fuera el más grande suplicio padecido por hombre alguno. El Enemigo quiso que le revelara dónde se encontraba Gondolin y le amenazón con interminables tormentos si no se lo decía, pero Húrin, valeroso entre los Edain, no se dejó amilanar ante el Ojo de Morgoth y por ello nunca le reveló nada de lo poco que en realidad sabía, y en lugar de esto dicen los Maestros de Tradición que tuvo el coraje de burlarse de Melkor por lo que Húrin y toda su familia fueron maldecidos por el Vala Oscuro. Además fue condenado a permanecer en un sitial de Thangorodrim desde el cual contemplaría todas las desdichas que habrían de suceder a su familia, y todo lo que veía era siempre manipulado por Morgoth, pues pretendía cultivar en el padre de Túrin todo el odio que pudiera por todos aquellos que en realidad eran sus aliados. Húrin nunca pidió clemencia o la muerte al Oscuro, y con valor desmedido afrontó con orgullo su horrible condena.

Dicen las Crónicas que durante 28 años aguantó Húrin este suplicio, y que durante este periodo vio impotente cómo la ruina se cernía sobre su pueblo y sus seres queridos asistiendo a los acontecimientos que provocaron la muerte de sus hijos y la desesperación de su esposa; y todo lo que veía estaba manipulado por las falsas percepciones que Morgoth le tansmitía, pues sólo le dejaba ver lo que a él más le interesaba, e incluso lo que le permitía ver estaba cubierto con un velo de engaños y de maldad. Porque el propósito del Enemigo era culpar de lo sucedido a Thingol y a Melian ya que era mucho el odio que por ellos sentía, y por esto pensó que había llegado el momento de liberar a Húrin para así causar más dolor y sufrimiento a Hombres y Elfos. Corría el año 500 P.E. y un Húrin envejecido y demacrado salió de Angband portando un callado y una espada. Se dice en algunos escritos que incluso salió acompañado de un ejército de Orcos, pues formaba parte del engaño de Morgoth el hacer creer a todo el que lo viera que estaba aliado con el Enemigo y que ya no era el Húrin de antaño sino sólo un peligroso espía del Oscuro.

Túrin Turambar, hijo de Húrin (página 31, izquierda). Portaba consigo el casco del dragón de DorLómin, y fue quien mató a Glaurung la serpiente de fuego, padre de los dragones.

Nienor Niniel, hija de Húrin (página 31, derecha), esposa y hermana de Túrin Turambar. Ninguno de ellos tenía conocimiento de su hermandad.

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Criaturas de Melkor Forjadas al fuego

Infundadas por la oscuridad, creadas a partir de la envidia que Melkor sentía hacia los elfos y el resto de criaturas creadas por los Valar. Por medio de crueles artes mágicas sometió y corrompió a todo aquello que cayese entre sus garras.

Ungoliant, la drenadora de luz. Aliada de Melkor al momento de robarle la vida a los árboles Telperion y Laurelin en la tierra sagrada de Aman, Valinor.

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Urulóki,

dragones de fuego

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l «Quenta Silmarillion» narra cómo, en la Primera Edad del Sol, Morgoth, el Enemigo Oscuro, se escondió en los Pozos de Angband y creó sus obras maestras malignas a partir del fuego y la hechicería. Las tenebrosas joyas del genio de Morgoth fueron los grandes gusanos, llamados dragones. Los hizo de tres clases: grandes serpientes que reptaban, reptiles que andaban y los que volaban con alas como las de un murciélago. De cada clase existían a su vez dos tipos: los dragones del frío, que luchaban con sus garras y colmillos, y los fantásticos urulóki o dragones de fuego, que destruían con su aliento ígneo. Todos eran la personificación de los principales males de los hombres, elfos y enanos, y también fue grande la destrucción que causaron en estas razas. Los reptiles estaban protegidos por escamas de hierro impenetrables. Sus colmillos y zarpas eran como estoques y jabalinas. Los dragones alados barrían la tierra con vientos huracanados, y los dragones de fuego lanzaban llamaradas escarlatas y verdes que lamían la tierra y destruían todo a su paso. Tenían la vista más aguda que la de un halcón y nada de lo que veían podía escapárseles. Poseían un oído capaz de captar el sonido de la más tenue respiración del enemigo más silencioso, y un olfato que les permitía identificar a cualquier criatura por el más mínimo olor de su cuerpo. Eran famosos por su inteligencia, pero tenían los defectos de la vanidad, la glotonería, la mentira y la ira. Al haber sido creados principalmente con los elementos de la hechicería y el fuego, los dragones evitaban el agua y la luz del día. La sangre de los dragones era negra, y un mortífero veneno, y los vapores de su peste de gusano hedían a azufre y cieno ardientes. El principal de los dragones de fuego, los urulóki, creados por Morgoth en Angband, era Glaurung, el Padre de los dragones. Aunque no pertenecía a la raza de los alados, Glaurung fue el principal terror de su época. Pero el mayor dragón que jamás vio el mundo fue el llamado Ancalagon el Negro. Ancalagon fue el primero

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de los dragones alados de fuego, y él y otros de su raza salieron de Angband como poderosas nubes de viento y fuego, cuando se realizó la última defensa del reino de Morgoth. Ancalagon fue derribado y otros dragones de fuego resultaron muertos o huyeron, y hasta la Tercera Edad del Sol las historias de la Tierra Media no vuelven a hablar de ellos.

Entonces habitaban los desiertos más allá de las Montañas Grises en el norte.

Glaurung, la serpiente terrestre. El primer dragón creado por Morgoth, con sus palabras lograba envenenar el corazón de cualquier ser con el que se comunicase.

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Ancalagon,

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el negro

l nombre de Ancalagon, significa Quijadas Veloces en Sindarin, aunque también fue conocido como Ancalagon El Negro. Pertenecía a los Dragones Alados criados por Morgoth y murió en el año 587 de la Primera Edad, en la Guerra de la Cólera.

En la Guerra de la Cólera, los Valar deciden acudir a la Tierra Media para acabar con Morgoth. Cuando la victoria del Ejército de los Valar era inminente, Morgoth, en un último intento desesperado convocó a los Dragones Alados a los que había criado en los abismos de Angband.

El más grande y terrible de ellos era Ancalagon el Negro. Con la ayuda de los dragones, parecía que la suerte de Morgoth en esta batalla había cambiado, pues estaba a punto de conseguir la victoria. Pero entonces llegó Eärendil, montado en su barco Vingilot y comenzó una terrible lucha en el aire que duró todo un día y toda una noche. Finalmente Eärendil mató a Ancalagon y lo arrojó del cielo, y en su caída, el más grande y poderoso de los dragones alados destruyó las torres de Thangorodrim.

Ancalagon el Negro fue un dragón negro y alado creado por Morgoth en Thangorodrim, su nombre significaba "fauces desbocadas" y llegó a convertirse en el dragón más poderoso de todas las edades, más incluso que Glaurung y Smaug. Comandaba el ejército de dragones de Morgoth, en la Guerra de la Cólera se enfrentó a Eärendil y este lo mató, Ancalagon cayó derribando las torres de Thangorodrim.

Se menciona que su cuerpo era tan grande que podía ocultar completamente la luz del Sol tras de si.

Eärendil, la estrella solitaria lucha contra el temible Ancalagon. Ningún otro ser ha tenido el valor de enfrentar a tan colosal bestia y salir victorioso de esa hazaña.

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Orcos, mofa de los elfos

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s posible que la intención de Tolkien, a juzgar por sus palabras, fuera darles un origen independiente, ya que incide en que constituyen una raza de seres preexistentes, parece que se decanta por definir el origen élfico como una antigua leyenda o mito. Habría que señalar aquí que una raza no procede de otra raza (se dividen en troncos pero no se originan unas a otras), que en este caso es además opuesta. Sería como intentar explicar que un Esquímido (esquimal) procede de un Európido (un español por ejemplo); al igual que esto es imposible, se puede deducir que de la raza élfica o la de los Hombres no pueden proceder los Orcos, pues son una raza per se. Sin embargo y pese a lo anteriormente expuesto, parece ser que Tolkien no quedó satisfecho del todo. De hecho en algunos de sus La encarcelación de los elfos a los que Melkor sometió a las artes de la crueldad, corrompidos y esclavizados.

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La transformación de los elfos en orcos a través de las crueles artes de Melkor Morgoth y sus súbditos.

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últimos textos (como El Anillo de Morgoth) seguía meditando sobre su posible origen y manejó las posibilidades que se citan a continuación: "Melkor es incapaz de pervertir absolutamente un pueblo entero, o grupo de pueblos, y hacer que este estado se herede".

Y en este caso, además nos encontraríamos con el problema de si son inmortales tal como lo son los Elfos.

Pero lo cierto es que Tolkien afirma que en efecto eran mortales: "Podían ser asesinados y estaban sometidos a las enfermedades; pero aparte de estos males fallecían y no eran inmortales a la manera de los Quendi; de hecho, al parecer eran de corta vida por naturaleza, en comparación con la vida de los Hombres de razas más elevadas, tales como los Edain." Más adelante, a modo de conclusión, añade: "es muy poco probable que utilizara a los Elfos como base", aunque matiza diciendo "pudiera haber sangre élfica en los Orcos."

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Origen humano: ya que la aparición de los Orcos en las historias de la Tierra Media es anterior al despertar de los Hombres, Tolkien nos insinúa que quizá más tarde se cruzaron con Hombres corrompidos por Melkor. Pero curiosamente, en una nota Christopher Tolkien dice: "Esta parece ser la conclusión final de mi padre: los Orcos se criaron a partir de los Hombres"... pero desgraciadamente el texto se interrumpe justo antes de que explique esta afirmación.

De todo lo anteriormente expuesto, se puede llegar a la conclusión de que Tolkien quiso envolver la relación entre Elfos y Orcos con un aureola mítica, pero que en realidad descartaba la posibilidad del origen élfico de éstos. Tal creencia la dejó para las tradiciones e historias que han llegado hasta nosotros.

Los huargos servían como animales de batalla y a la vez de montura para los orcos (págs. 40 y 41)

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Thuringwetil, la damisela vampiro, y Carcharoth, el temible lobo huargo del señor oscuro, Sauron.

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V ampiros y huargos

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u nombre, en sindarin, tiene el significado de “La Mujer de la Sombra Secreta”.

Thuringwethil era uno de los mensajeros de Sauron cuando éste se encontraba en la fortaleza de Tol-in-Gaurhoth durante la Primera Edad. Según se dice en El Silmarillion, acostumbraba a volar a Angband para llevar las noticias de su señor, con la forma de un terrible vampiro, y se dice que sus horripilantes dedos sostenían las grandes alas membranosas que terminaban en una garra de hierro.En el año 466 de la Primera Edad Lúthien asumió para sí el aspecto del horripilante murciélago mientras que Beren asumió la forma de Draugluin, para así poder entrar en Angband e intentar recuperar uno de los Silmarils de la Corona de Hierro de Morgoth.

Los huargos eran criaturas malvadas similares a los lobos, pero de mucho mayor tamaño. Eran inteligentes y tenían su propio lenguaje rudimentario. Pese a ser asesinos feroces, temían al fuego. Los Huargos vivían principalmente en las Tierras Ásperas, en el lado oriental de las Montañas Nubladas. Según se narra en El Hobbit, en el año 2941 de la Tercera Edad, los huargos junto con los orcos planeaban atacar a los habitantes de los aledaños del Bosque Negro. Pero inesperadamente se encuentran a Gandalf el Gris junto con trece enanos (Thorin, Dwalin, Balin, Kili y Fili, Dori, Nori, Ori, Óin y Glóin, Bifur, Bofur y Bombur) y un hobbit llamado Bilbo Bolsón subidos en los árboles.

Para defenderse de los huargos, Gandalf tiró piñas ardiendo con un fuego mágico, con las que consigue herir al jefe de los huargos. Para poder salir de este embrollo, el mago y sus compañeros tuvieron que ser rescatados por las águilas. Tras la fuga del mago, Bilbo y Thorin y Compañía, los huargos enfurecidos quisieron vengarse. Se juntaron con sus aliados los orcos en el Monte Gundabad y marcharon hacia el este hasta laMontaña Solitaria. Allí se enfrentaron con los Enanos, Elfos Silvanos y Hombres del Lago en laBatalla de los Cinco Ejércitos.

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Reinos de Ëa Las tierras de Arda

En la música de los Ainur, Eru proclamó que todo pensamiento proveniente de aquella melodía se hiciese realidad. De la mente de los Valar, se crearon las tierras de de los próximos habitantes de Ëa.

El reino de Imladris, escondido entre las profundidades de las Montañas nubladas y el páramo cercano al bosque de trolls.