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Carácter de los gobiernos de hoy
from Lazos de Unidad #127
by Yamid López
Por: Gonzalo Hoyos - Director Nacional Movimiento por la Constituyente Popular-MCP Es importante no confundir gobierno con régimen, porque son dos conceptos totalmente diferentes. Un régimen establece las reglas mediante las cuales se adquiere y ejerce el poder, dene como se accede al gobierno y como las autoridades a cargo de la administración del Estado, pueden emplear sus facultades. Un gobierno es una administración (autoridad) regulada por un régimen en un periodo determinado. En esta época del imperialismo, cuando se agudizan las contradicciones sociales, que hacen del capitalismo un sistema agonizante y decadente, las políticas imperialistas trazadas por el poder político y económico mundial, son las de mantener la ley objetiva del capitalismo, cual es incrementar la cuota de ganancia para lograr el máximo benecio, lo que requiere de gobiernos dictatoriales y de facto, que desconozcan los vestigios de democracia; de ahí el interés del imperialismo por imponer gobiernos de facto incondicionales de sus intereses. En nuestro continente, el imperialismo norteamericano impone a los gobiernos de Latino América, las políticas económicas, sociales y militares, donde la mayoría de estos gobiernos (entre ellos el de Colombia), aceptan incondicionalmente estas imposiciones, y aquellos que se oponen o hacen resistencia a sus políticas o a algunas de ellas, implementa medidas intromisioncitas, inclusive la amenaza de intervención militar, como ocurre con los pueblos y gobiernos venezolano y cubano. El recrudecimiento de los efectos económicos y sociales del neoliberalismo, con la privatización y depredación de recursos naturales, incremento de la explotación y precarización laboral, estancamiento económico, reducción o cancelación de las responsabilidades económicas y sociales del Estado, incremento masivo del desempleo, deterioro de las condiciones de vida para la mayoría de la población, agudización de la
desigualdad, ampliación de la pobreza, etc., estimuló el crecimiento y fortalecimiento progresivo de las resistencias y luchas sociales contra estas políticas. Estas condiciones las aprovecharon partidos y movimientos políticos entre ellos socialdemócratas y revisionistas, para ascender al gobierno de varios países, entre ellos muchos de América Latina y del Caribe, exhibiendo discursos anti neoliberales y con programas sociales, proclamándose como alternativos, pero una vez en el gobierno, abandonaron estos programas y prerieron hacer acuerdos y alianzas con la burguesía y el imperialismo, convirtiéndose en administradores de la crisis con las mismas prácticas de los gobiernos burgueses, lo cual también ha ocurrido y viene ocurriendo en Colombia con gobiernos locales llamados alternativos. De ahí el fracaso de estos gobiernos al perder estos partidos, el respaldo de las masas populares, volviéndose a instalar gobiernos burgueses e incluso de corte fascista. Gobiernos como los de USA, Brasil, y Colombia por mencionar algunos, se pueden caracterizar contundentemente como gobiernos fascistas. La política aplicada por estos gobiernos en plena pandemia y antes de ésta, evidencian su carácter: abuso de la autoridad, pisoteo de la justicia, penalización de la lucha y la protesta social, ejercicio del presidencialismo desconocimiento de las demás ramas del poder público, uso desmedido de la fuerza para controlar los estallidos sociales y la protesta social, convirtiéndose sus mandatos en una dictadura terrorista de la oligarquía nanciera. Para el caso colombiano, los sucesivos gobiernos burgueses pro imperialistas, son responsables directos de la ejecución de la política del imperialismo, y para ello han utilizado todas las formas de represión, expresadas en el terrorismo de Estado con sus engendros del paramilitarismo y la guerra sucia. El gobierno de DUQUE caracterizado como un gobierno burgués pro imperialista de corte fascista, prioriza por encima de la inversión social, el gasto militar con un presupuesto exagerado para la guerra contra el pueblo, ejecuta en plena pandemia la compra de armamento, para el ESMAD y la fuerza pública; destina recursos del presupuesto para gastos suntuosos como, mejorar su imagen; propicia las chuzadas de líderes populares, defensores de DDHH y periodistas independientes, relaciones con grupos paramilitares y narcotracantes, al igual que las violaciones sistemáticas a los derechos humanos; viola agrante la soberanía nacional y la Constitución Política al permitir el tránsito por territorio Colombiano de tropas yanquis, sin autorización del Senado de la República ni del Consejo de Estado; manejo de la crisis económica agravada por la pandemia, con decretos leyes presidenciales, por más de tres meses de emergencia, en benecio del gran capital y en detrimento de los intereses del pueblo, sin permitir el control del congreso; a lo anterior se suma la proliferación del asesinato y amenazas sistemáticas de líderes sociales, populares y defensores de DDHH, sin que el gobierno haga nada al respecto. Estos elementos evidencian el carácter fascista del Gobierno de IVÁN DUQUE. Por lo anterior se hace imperativo, impulsar la consigna, “la salida de Iván Duque y su vicepresidenta del gobierno”, para implantar un gobierno de amplia convergencia democrática y popular, que deenda la soberanía nacional y saque al pueblo y a Colombia de la crisis y los nefastos efectos del concepto burgués imperialista de la pandemia.
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