







Xiomara reflexiona y cuestiona el rol de la falda escolar

En el Perú, el uso obligatorio de la falda escolar es una imposición del sistema educativo para muchas mujeres y, debido a su poca funcionalidad, comodidad y articulación de la prenda, las mujeres que han experimentado esta etapa reflexionan y cuestionan este aspecto social.




El uso obligatorio de la falda escolar sigue siendo una realidad para muchas niñas y adolescentes. Ello implica el primer acercamiento hacia el control de los cuerpos
femeninos para encajarlos en prendas de vestir poco
funcionales, cómodas y con restricción en la movilidad
corporal sin dejar a libre elección a las niñas qué es lo que quieren utilizar. A partir de la experiencia de Xiomara de haber utilizado falda escolar, ella
reflexiona y cuestiona el rol de la falda escolar en la etapa escolar de las mujeres a través de su testimonio y revisiones históricas y sociales sobre el tema.










Mi conexión con el tema está marcada por esta frase que escuchaba en mis últimos años de colegio: “así son las reglas”. Dichas reglas eran sobre cómo debían ir vestidos los varones y las damas. Lo que me hacía pensar por qué no podíamos escoger qué queríamos utilizar de uniforme. Por qué no podía utilizar un pantalón o mi buzo de física cuando quisiera, sino más bien estar obligada a utilizar una falda que no me permitía moverme como quisiera o que me fuese funcional en el trajín de ir de mi casa al colegio. Sentía que la importancia del uniforme recaía en lo estético más que en lo funcional y comodidad de los estudiantes. Si bien el uniforme representa orden y es un distintivo para reconocer a escolares, quisiera que no sea sinónimo de restrictividad y sí dejar que el alumno pueda usar esas prendas de la manera más cómoda y funcional posible.


Mi experiencia y mi posición sobre la falda escolar no es aislada, sino colectiva. Muchas mujeres, amigas, primas, hermanas hemos experimentado qué es sentirse limitada físicamente por una prenda durante los años en los que solo quieres moverte y ser tú misma. Hemos experimentado la restricción de nuestros movimientos durante los recreos. Hemos experimentado una sexualización a temprana edad que no hemos consentido. Pero, más importante, hemos experimentado una imposición de feminidad regida por una mentalidad anticuada en la que la tradición, la estética y los roles de género priman sobre la libertad, comodidad y funcionalidad.

Puede ser irrelevante para otras personas que el uso de una falda escolar haya podido calar tanto en mí o en otra mujer. A pesar de haber pasado más de 10 años desde que yo viví esta experiencia, sigue vigente la imposición de la falda escolar en mujeres. Hace 6 años terminé el colegio y aún tengo mucho para decir con respecto al tema ya como una mujer adulta. Por ello, considero importante la realización de un documental con una reflexión sobre el uso obligatorio de la falda escolar a partir de mi perspectiva de adulta.

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