Este trabajo surge en el marco de un acercamiento personal al problema de la vivienda y de un conjunto
de interrogantes nacidas en los cursos de proyecto de arquitectura. Mientras buena parte de los ejercicios
de anteproyecto de vivienda parecen caer en fórmulas más o menos repetidas y consagradas, los
cambios en la estructura de la familia, la multiplicación de las tecnologías del confort doméstico, la
invasión de las conexiones telemáticas e incluso, de las nuevas formas del trabajo a distancia y su
invasión permanente del tiempo de ocio y reproducción social, parece que no han dejado de impactar
fuertemente sobre el recinto privado.
No se pretende realizar una investigación extensa sino una somera revisión de conceptos que,
entendemos, están intrínsecamente relacionados a la vivienda. De esta forma será posible elaborar una
serie de criterios y estrategias para proyectar una vivienda que pueda atender a las necesidades de las
formas de vida del siglo XXI.