Teoria y praxis v7n1

Page 67

Sujeto como estructura irreductible de la filosofía trascendental

A.

El yo lógico de Kant

B.

Crítica a la filosofía trascendental

1. De la noción de hypokeimenon a la noción de sujeto: de la ontología a la epistemología El caso es que sigo desde hace tiempo el principio metodológico de no emprender nada sin rendir cuentas de la historia que se esconde detrás de los conceptos. A la hora de filosofar hay que corresponder a las anticipación de nuestra lengua intentado ilustrarse sobre las implicaciones de los conceptos a los recurre la filosofía. Hans Georg Gadamer El giro hermenéutico Debemos partir del principio hermenéutico de rendir cuentas a la tradición, lo cual implica, explicitar las precomprensiones que están contenidas en los conceptos. Los conceptos son productos históricos, por tanto, es preciso conocer la manera como la tradición los a acuñado y los a puesto a nuestro servicio. El acto desprevenido de valerse de los conceptos sin conocer su origen, conduce a olvidar la intencionalidad implícita en éstos. La mayor parte de la falta de comprensión de los problemas filosóficos radica en el desconocimiento de este principio. Es así, como la noción de sujeto no es sólo problemática por su contenido he intencionalidad, es también de difícil tratamiento porque su origen nos remite a una tradición histórica que significó de forma diferente lo que la filosofía Moderna comprendiera por sujeto y lo que los griegos interpretaran por hypokeimenon. En efecto, la noción de subiectum, se hallan íntimamente correlacionadas con la de hypokeimenon, empero, las dos significan algo diferente. Para la Modernidad la noción de sujeto menta la reflexividad, el sí mismo, el yo. Por el contrario, la tradición griega, encuentra en el hypokeimenon lo que “está por debajo de”. Gadamer rastrea esta intencionalidad en Aristóteles en los libros de la Física y la Metafísica. Para el hermeneuta los conceptos latinos substancia y subiectum, son traducciones de hypokeimenon, la cosa misma, la cual se resiste al cambio, a la trasformación. Aristóteles se vale del concepto hypokeimenon, para poder diferenciar lo que sucede en la naturaleza, de lo que sucede en la cosa misma. Esta diferenciación ya se hallaba en Platón quien diferencia entre: “el qué, el ti, del cuál, el poion” (Gadamer, 2001: 13).. Para

65

Gadamer, la traducción de hypokeimenon, se asocio cada vez más con la noción de sujeto. En efecto, la Modernidad se referirá al sujeto como principio irreductible, “lo que esta por debajo de”, la substancia, el subiectum. Se presenta un giro mas, la relación entre el concepto de hylé y sujeto. “El giro aristotélico hacia la física acerco también este concepto lógico-gramatical del sujeto a la hylé como concepto para materia y buscándose con ello una elaboración conceptual de la metafísica de la sustancia aristotélica” (Gadamer, 2001: 13). Ahora bien, es preciso preguntar: ¿en qué momento se produce el giro del hypokeimenon, a la noción de sujeto como fundamento epistemológico? Más aún: ¿Por qué la noción de sujeto constituye el hilo conductor de la reflexión filosófica en la Modernidad? Para Gadamer el punto de inicio es la transición que se presenta entre el pensamiento Escolástico y el desarrollo a escala de la nueva ciencia, que con sus nuevos avances dieron pie, para que desde los campos de la física, la matemática, la astronomía y la química, se arrojaran nuevas respuestas que desplazaron de forma directa, pero cautelosa, la explicación divina, permitiendo el ingreso de la explicación a través del método y la verificación . Este momento histórico propició la irrupción de un giro en los planteamientos filosóficos, muestra de ello es Descartes, que con la fundamentación del cogito logró desplazar el problema de la verdad del campo metafísico, al campo epistemológico “así como acabamos de decir que la tradición se movía dentro de una subordinación del conocer al ser, así mismo podemos decir ahora que los modernos quieren enfrentar esa tradición y pretende subordinar el ser al conocer” (Serrano, 2003: 146). Descartes se enfrenta a la tradición, -en contraposición al realismo-, que como se mostró, pretende que la verdad se halla en la adecuación de la mente al ente, a su naturaleza determinada en sí misma, sustentada finalmente en Dios. Descartes busca encontrar una certeza irreductible que le permita alcanzar la verdad, el fundamento último de nuestros juicios. La respuesta es clara. Se produjo a través de la definición cartesiana del “cogito me cogitare”, la cual John Locke proyectó a escala mundial. A ella se le atribuye la primacía epistemológica de constituir el fundamento sin fisuras, resistente a todas las dudas, del “quamdiu cogito”, mientras piense, piense lo que piense. Es, como quien dice, la substancia de todas nuestras representaciones (Gadamer, 2001:13).

Revista TEORÍA Y PRAXIS INVESTIGATIVA, Volumen 7 - No. 1, Enero - Junio 2012 Centro de Investigación y Desarrollo • CID / Fundación Universitaria de Área Andina


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.