En definitiva, un libro de divulgación fundamental si uno quiere estar al tanto de los últimos avances acerca de lo que somos, pues el genoma será nuestra brújula el próximo siglo. Ningún profeta del Antiguo Testamento, ningún oráculo de la antigua Grecia de los que examinaban las entrañas, ninguna pitonisa pudo predecir jamás con tanta precisión lo que el alfabeto genético nos dice de nosotros mismos, incluido el día que moriremos. Las tres mil millones de “palabras” de tres letras del genoma.