LAS MUJERES DE ANDRÉS GARCÍA

Tuvo cuatro matrimonios: Sandra Vale, Fernanda Ampudia, Sonia Infante, sobrina de Pedro Infante, y Margarita Portillo, pero dicho por él, la mujer de su vida fue Carmen Campuzano, analizando el tipo de mujeres con las que se relacionaba, le gustaban las mujeres altas y de personalidad dominante, generalmente es el deseo el que hace que las relaciones perduren, es decir no sentir “tan segura” a la pareja.

Por su firma podemos decir que era:

• Vanidoso, estresado, dominante, abierto al cambio, flexible, materialista, sumamente sexual, muy apasionado, creía en el trabajo en equipo, pero siempre tenía que ser el jefe.

• Le gustaba llamar la atención, se consideraba independiente, pero le costaba trabajo pensar que el mundo existe más allá de él, tenía una gran capacidad de conversación y de persuasión, inteligencia verbal y social.

• Era extremadamente impulsivo y con fuerte tendencia a ser infiel, coqueto y seductor por naturaleza.

• No se tocaba el corazón para tomar decisiones, tenía seguridad en sí mismo.

• No soportaba una humillación, no era rencoroso, y difícilmente se tomaba las cosas personales, pero cuando lo hacía llegaba hasta las ultimas consecuencias

Lo que vemos en su firma es absolutamente coherente con lo que vimos en su “yo” público y su “yo” privado, por lo tanto siempre se mostró auténtico, tal y como era, siendo una persona que tenía miedo únicamente a las máscaras, porque le gustaba la gente honesta y que decía las cosas en la cara.

Quería escribir este artículo con la finalidad de recordar a un hombre que vivió plenamente y, aunque en los últimos días lo vimos cansado y evidentemente demacrado por su enfermedad, la mayor parte de su vida nos demostró que vivir con libertad y con autenticidad es una buena receta. Fue un hombre que parecía no tener ataduras e incluso indomable, vivió a su manera, hizo lo que quiso y amó a quien quiso con total plenitud. Seguramente al final de sus días dijo: “vida nada me debes, vida estamos en paz”.

Andrés García 1941-2023

Desde que inició su carrera en la cinta Chanoc, en 1966, conquistó corazones, y en casi todos sus papeles lució su varonil figura.