Iglesia en acción‹
MODELO MISIONERO La inspiración nos recomienda buenas estrategias para alcanzar a las personas con el evangelio. Elena de White, mensajera del Señor.
H
emos de obrar como lo hizo Cristo. Doquiera él estuviera –en la sinagoga, junto al camino, en un bote algo alejado de tierra, en el banquete del fariseo o en la mesa del publicano– hablaba a las gentes de las cosas concernientes a la vida superior. Relacionaba la naturaleza y los acontecimientos de la vida diaria con las palabras de verdad. Los corazones de sus oyentes eran atraídos hacia él; porque él había sanado a sus enfermos, había consolado a los afligidos, y tomando a sus niños en sus brazos los había bendecido. Cuando él abría los labios para hablar, la atención se concentraba en él, y cada palabra era para algún alma sabor de vida para vida.
DE CASA EN CASA
Estudios y literatura De igual importancia que los esfuerzos públicos especiales es la obra que se realiza de casa en casa. En las grandes ciudades hay ciertas clases que no pueden ser alcanzadas por las reuniones públicas. Estas deben buscarse como el pastor busca a su oveja perdida. Debe realizarse esfuerzo diligente y personal en su favor. Cuando se descuida la obra personal, se pierden muchas oportunidades preciosas, las que, si fueran aprovechadas, harían progresar decididamente la obra [...]. Dios no hace acepción de personas. Él empleará a los cristianos humildes y devotos, aun cuando no hayan recibido
instrucción tan cabal como la que recibieron algunos otros. Dedíquense los tales a servirlo trabajando de casa en casa. Sentados al lado del hogar, pueden, si son humildes, discretos y piadosos, hacer más de lo que podría hacer un ministro ordenado para satisfacer las necesidades reales de las familias. Vayan los obreros de casa en casa, abriendo la Biblia a la gente, haciendo circular las publicaciones, hablando a otros de la luz que ha bendecido sus propias almas [...].
AUDITORIO DE UNA SOLA PERSONA
Cristo valoraba a las personas La obra de Cristo consistió mayormente en entrevistas personales. Tenía una fiel consideración por el auditorio de una sola alma. Por medio de esta sola alma el conocimiento recibido era comunicado a millares. Se sentía débil y cansado, pero no descuidó la oportunidad de hablar a una mujer sola, aunque era una extraña, enemiga de Israel y vivía en pecado. Parecía asunto sin importancia, aun para los discípulos, que el Salvador dedicase su tiempo a una mujer de Samaria. Pero él razonó con ella con más fervor y elocuencia que con reyes, consejeros o pontífices. Las lecciones que le dio han sido repetidas hasta los confines más remotos de la Tierra. El Salvador no aguardaba a que se reuniesen congregaciones. Muchas veces empezaba sus lecciones con unos pocos reunidos en derredor de él. Pero 31