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EL VOCERO DE PUERTO RICO > LUNES, 20 DE JUNIO DE 2016
Nueva campaña de Liberty Liberty Puerto Rico estrenó su nueva campaña institucional “Creando conexiones”, la cual presenta el concepto de la tecnología como un catalizador de ideas, aventuras, conexiones, momentos y experiencias; y a Liberty como un proveedor de servicios que sus clientes pueden utilizar para crear conexiones duraderas con las personas que más quieren, informó Gabriel Palerm, vicepresidente de ventas, mercadeo y medios de Liberty Puerto Rico. Dijo que “al mostrar instancias de la vida diaria enfocadas en cómo las personas crean momentos y vivencias a través de la tecnología de Liberty, contamos historias en las que jugamos un papel importante y que apelan a las emociones”.
En 2015, la industria generó
$41.1
mil millones y la proyección para este año es que aumente en unos $10 mil millones más hasta continuar su crecimiento por los siguientes cuatro años
Potencial crecimiento en la creación de “apps” @
Gilberto Raúl Sánchez Especial para EL VOCERO
La industria de las aplicaciones, o las comúnmente llamadas “apps”, prácticamente se ha convertido en una mina de oro que según datos del sector a nivel global, deberán generar unos $100 mil millones para el 2020, lo cual será el doble de lo que producen en la actualidad sus descargas con paga. Esos estimados los ha divulgado el sitio App Annie, que provee análisis de mercado y estadísticas del sector, y bien reflejan el avance sostenido que lleva la producción de aplicaciones y el amplio apoyo que le dan los usuarios. En 2015, la industria generó $41.1 mil millones y la proyección para este año es que aumente en unos $10 mil millones más hasta continuar su crecimiento por los siguientes cuatro años, cuando se espera que se alcancen hasta 284 millones de descargas de aplicaciones, de acuerdo con la proyección de App Annie. Tanto para las empresas en sus operaciones internas, como para acercarse a sus públicos o clientes, así como la facilidad que proveen en tareas para los usuarios, o para acciones de simple diversión, las aplicaciones intentan cubrir casi todo el espectro de la actividad diaria de las personas. Según un reporte anual de Contract IQ, el 62 por ciento (%) de las empresas globales cuentan con aplicaciones móviles o están en proceso de adquirir una. De hecho, se identifica a las
empresas establecidas y las emergentes como los dos grandes mercados para los desarrolladores de ‘apps’. En términos de los usuarios no corporativos, sobre 400 mil aplicaciones fueron investigadas el año pasado por Bizness Apps y revelaron que el 7.7% de las personas se interesaban por temas de comidas y restaurantes; el 6.4% sobre salud y ejercicios, un 5.9% en barras y clubes nocturnos, y 5.8% relacionados a temática educativa. En Puerto Rico cada vez se escucha de mayores iniciativas, ya sea de personas interesadas o más recientemente de la academia, para promover el desarrollo de aplicaciones, una actividad todavía incipiente al hablar de producción local. Identificar una actividad propicia para una aplicación, preparación profesional, mucho ingenio, largas horas y capital, es de entrada lo necesario. Desarrolladores locales e informes internacionales concurren en que los costos para crear las aplicaciones suben o bajan según el tipo, modelo y manejo de estas, sin obviar el proceso de consultoría y la propuesta del producto, entre otros factores. El costo promedio para desarrollar una aplicación supera los $6 mil, las más pequeñas pueden costar de $3 mil a $8 mil y las “más complejas o reconocidas” aproximadamente entre $50 mil a $150 mil, de acuerdo con declaraciones de Alex Ahlud, exdirector general de AppVee y AndroidApps, en entrevistas publicadas. “No se pueden tener precios cerrados”, pun-
tualizó Rubén Santiago, presidente de EDprox Internet Solutions, al describir como relativos los costos de crear una aplicación móvil para compañías. En su caso, aconseja a sus clientes que no se fijen en el precio sino en la función del producto, y recordó que en ocasiones es más costo efectivo utilizar ‘apps’ ya creadas para satisfacer las necesidades del negocio. Santiago precisó que aplicaciones como -ponchar.com- es usada el 90% del tiempo y esta permite registrar entradas y salidas, ver horarios, solicitar vacaciones o reclamaciones, entre otras funciones. Una encuesta a líderes móviles, por parte de la firma Kinvey Inc, indicó que el 56% de las grandes compañías tardan de 7 meses a más de 1 año para construir una aplicación y el 18% sobrepasan los costos de $500 mil a $1 millón, cuando se trata de soluciones más sofisticadas. A nivel local, René Ramos Arzuaga, presidente de Design2net, dijo que “definitivamente durante el último año hemos experimentado un incremento sustancial en la solicitud de desarrollo de aplicaciones móviles. En su gran mayoría son empresas que desean aplicaciones internas para agilizar procesos”. Detalló que la demanda de ‘apps’ recae mayormente para los usuarios de Android “por su flexibilidad de desarrollo y variedad de equipos disponibles”. Ramos Arzuaga especificó que las solicitudes más comunes de sus clientes se dirigen a todas aquellas aplicaciones que generarán y transmitirán órdenes y cobros; acceso y
La producción local aun es incipiente mientras proyecciones globales apuntan a que la industria alcanzará los $100 mil millones para el 2020 actualización de archivos electrónicos de clientes; posicionamiento GPS como rutas entre vehículos de entrega y oficina; manejo de inventarios en almacenes, entre otras. A pesar de los avances y el amplio respaldo que reciben las aplicaciones, algunas personas todavía no ven como algo muy necesario el uso de las “a pps”. Por ejemplo, Brands of Puerto Rico, compañía digital afiliada a 90 empresas puertorriqueñas, no cuenta con una aplicación y encuentra innecesaria la adquisición de una, ya que trabajan “perfectamente en móviles”, reveló Alan Taveras, uno de sus fundadores. Precisó que la mayoría del tráfico se refleja en ‘smartphones’, donde el 27% de sus ventas son locales, por lo cual entiende que “todo negocio debe tener presencia digital si quiere ser relevante”, pero no necesariamente tener una aplicación. Por su parte, Kelvin Rosa, presidente de la Asociación de Empresarismo de la Universidad del Sagrado Corazón, aunque opinó que todo negocio tradicional debe complementarse o añadir tecnología, no siempre ve las aplicaciones como algo vital. “Las ‘apps’ son buenas herramientas para impulsar las empresas, pero por el momento no lo creo vital. La vitalidad de un negocio no depende de un ‘app’”, solo si su desarrollo está estrictamente desarrollado y sujeto a este”, opinó Rosa. (El periodista Carlos Antonio Otero