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VIDA RELIGIOSA
EL HERMANO Jesús Alonso, C.S.C. con su familia.
La familia es importante por Carol Schuck Scheiber.
Traducido por Mónica Krebs. CORTESÍA DEL HERMANO JESÚS ALONSO
Carol Schuck Scheiber es redactora e n VISION y editora en HORIZON, el periódico de National Religious Vocation Conference.
s bueno tener el apoyo de tu familia cuando eliges una E vocación eclesiástica, pero esto no siempre sucede—por lo menos no al principio.
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OS PADRES Y HERMANOS a veces se resisten a apoyar a un miembro de la familia que ingresa a una comunidad religiosa. ¿Qué va a significar para el resto de la familia ser un hermano, hermana, o sacerdote? ¿Su ser querido estará solitario? ¿Va a desaparecer él o ella de las vidas de los miembros de la familia? El miedo y la ansiedad no son extraños. Cuando el Hermano Jesús Alonso, C.S.C., miembro de los Brothers of Holy Cross (Hermanos de la Santa Cruz) de San Antonio, Texas, estaba considerando la vida religiosa, estaba preocupado porque los miembros de su familia vivieran en la pobreza. Habiendo crecido en una familia grande de trabajadores migrantes, Alonso era solo el segundo de sus seis hermanos y hermanas que se había graduado en la universidad. Su objetivo a lo largo de sus estudios había sido obtener un título en ciencias de la computación, encontrar un buen trabajo, y ayudar a proveer económicamente para su familia.
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