
3 minute read
Monjas, sacerdotes y hermanos en las noticias
De pie con los pobres
LA HERMANA Ana María Martínez de Luco dice que es bueno tener dos pies. Esto le permite literalmente pararse junto a personas sumamente pobres y al mismo tiempo figurativamente estar en pie con movimientos mundiales para ayudar a los pobres.
Martínez de Luco, miembro de las Sisters for Christian Community (Hermanas para la Comunidad Cristiana), dice que su vocación de ser célibe en aras del reino le permite entablar amistad y servir a la gente pobre de su hogar adoptivo de la ciudad de Nueva York, donde vive desde 2004, cuando se mudó desde España.
Ella escribió a VISIÓN acerca de su vida y su vocación: “En este momento, mientras escribo estas notas, un hombre está durmiendo a mi lado: un amigo que está embriagado, que tiene problemas con la droga, problemas de salud, a quien mañana he de acompañar al Hospital; una persona que tuvo una niñez devastadora, que ha vivido en la calle la mayor parte de su vida; quien necesita alguien que le cuide. El no tener esposo o hijos/as a
LA HERMANA ANA MARÍA Martínez de Luco hace voluntariado cada semana en Sure We Can, una organización sin fines de lucro que fundó en Brooklyn, Nueva York, para fomentar el trato justo y la comunidad entre quienes reciclan botellas y latas desechadas. Aquí está fotografiada con Anita, una de las “lateras.”
quienes cuidar (célibe), me da la libertad y me hace estar disponible por situaciones como ésta que tantas veces se presentan entre quienes vivo y trabajo. El celibato por el Reino me da gran libertad para estar ahí donde el OTRO o la OTRA me necesita...”
Aunque Martínez de Luco trabaja con gente que está lejos del candelero, ha recibido atención por su ministerio y su visión. Fue presentada en el New York Times en 2015 por su trabajo con Sure We Can (Seguro que podemos), una organización sin fines de lucro que funciona como centro de reciclado de botellas y latas y también como lugar para construir comunidad entre los “lateros” (quienes recogen botellas y latas por dinero). Ella es co-fundadora de la organización desde 2007 junto con el latero Eugene Gadsden. —Carol Schuck Scheiber. Traducido por Mónica Krebs.
DANOS ESTE DÍA
HORNEAR PAN es tanto un medio de subsistencia como un ministerio para los monjes de St. Bernard Abbey (Abadía de San Bernardo) de Cullman, Alabama. “Es una bendición hacer este trabajo,” le dijo a Community Newspaper Holdings, Inc. el inmigrante cubano Hermano Pachomius Alvarado, O.S.B.
Alvarado y sus compañeros monjes llevan un estilo de vida que data 1,500 años atrás hasta San Benito de Nursia. Benito concibió una vida para su comunidad religiosa (los Benedictinos) que equilibraba el trabajo y la oración, y entonces Alvarado hornea pan con una visión meditativa y devocional. Como los monjes de todo el mundo, Alvarado intercala su tarea con cinco periodos de oración diaria, comenzando la mayoría de los días a las 6 a.m. y terminando a las 7:15 p.m.
Alvarado estaba en un monasterio en Colombia preparándose para la vida monástica cuando conoció al director de vocaciones de Sr. Bernard Abbey. “La comunidad me abrió sus puertas y me brindó la oportunidad de ser parte de este modo de vida,”dice Alvarado.
Mientras tanto, los panes de Alvarado han suscitado elogios: “El pan horneado en las instalaciones de un monasterio del norte de Alabama simplemente podría hacer de usted un creyente,” apunta el periodista Ben Bullard de Community Newspaper Holdings, Inc.

BENJAMIN BULLARD, CULLMAN TIMES
EL HERMANO Pachomius Alvarado, O.S.B. prepara piezas de pan en la cocina del monasterio. “ESTAMOS LLAMADOS a crear, con nuestra presencia en medio del mundo, una sociedad capaz de reconocer la dignidad de cada persona y de compartir el don que cada uno es para el otro. Con nuestro testimonio de comunidad viva y abierta a lo que nos manda el Señor, a través del soplo de su Espíritu, podremos responder a las necesidades de cada persona con el mismo amor con el que Dios nos ha amado. Tantas personas están esperando que salgamos a su encuentro y las miremos con esa ternura que hemos experimentado y recibido de nuestro trato con Dios. Este es el poder que llevamos, no el de nuestros propios ideales y proyectos; sino la fuerza de su misericordia que trasforma y da vida.”
—-Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes en el Capítulo General de los Agustinos Recoletos Jueves, 20 de octubre de 2016