OCTUBRE DE 2018
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La historia de éxito de las salas cuna y jardines infantiles • El programa del Departamento de beneficios al personal cumple medio siglo. Pionero en el país, el
sistema fue el primero en permitir el ingreso de niños con capacidades distintas a sus dependencias.
En 1965 las funcionarias del Hospital Clínico de la UC plantearon la necesidad de un apoyo para el cuidado de sus hijos pequeños durante los turnos. La asistente social de la institución en ese entonces, Slavka Russing, acogió la solicitud y pidió una sala prestada dentro en un subterráneo del edificio para que las mujeres pudieran dejar a sus pequeños en una improvisada guardería. El servicio partió en 1968, a cargo de personal que hasta ese momento se desempeñaba principalmente en servicios de alimentación. Rosario Undurraga, jefa del Departamento de beneficios al personal y que llegó al plantel hace 30 años para coordinar los jardines infantiles, relata que los niños eran de edades variadas, no solo preescolares. También asistían alumnos de educación básica tras terminar su jornada. «Fue absolutamente pionero, porque entonces no había una obligación legal de las empresas». Entre 1971 y 1973 se inicia formalmente la atención de sala cuna y jardín infantil en tres campus. Primero se traslada el servicio de Casa Central desde el hospital (que ya estaba funcionando) a un departamento de Marcoleta, luego se habilitó la casa patronal del fundo en San Joaquín para estos fines y, en 1973, se da la partida al de campus Oriente, en Ñuñoa. Dos años después se inaugura en esta comuna el edificio actual, el primero construido con este fin. En 2000 comienza a funcionar el jardín infantil de San Joaquín y en 2005 la sala cuna de Casa Central se traslada a la casona de Piere de Coubertin 72. Undurraga explica que el proceso de profesionalización se inicia a mediados de los setenta, contratándose educadoras de párvulos, psicóloga y nutricionista, y que en 1988 continúa especialmente con el personal técnico: «Durante dos o tres años creamos las instancias para que todo el personal estudiara. La universidad les facilitó y financió la capacitación a quienes lo requerían». Además, se puso énfasis en un proyecto educativo acorde a lo solicitado por el Ministerio de Educación, pertinente y común en todos los centros. Los re-
Fotografía: Karina Fuenzalida
ANTONIETA SÁNCHEZ SQUELLA
POBLACIÓN. El servicio atiende a 490 niños entre salas cuna y jardines de Casa Central (en la foto), San Joaquín y campus Oriente.
sultados fueron altamente exitosos, tanto así que la propia cartera pidió realizar un convenio para la atención de los hijos de sus trabajadoras.
PIONEROS En 1990, mucho antes de que se dictaran leyes de inclusión en el país, las salas cuna y jardines comenzaron a recibir niños con capacidades diferentes, entre ellos, pequeños con Síndrome de Down y niños ciegos. El año 2009 se implementó el programa de prevención de la obesidad infantil y de hábitos de vida saludable «HaViSa UC», liderado por la doctora Salesa Barja, pediatra experta en nutrición. Esto, además de diversas alianzas con distintas unidades académicas de la institución. Hoy, el servicio atiende 490 niños entre sala cuna y jardín infantil. El cupo en el primer caso es un beneficio legal y gratuito, que garantiza a las madres el cuidado y alimentación de sus hijos durante la jornada laboral y hasta que cumplan dos años. El jardín infantil, por su parte, está destinado a hijos de trabajadoras que tengan entre dos y cuatro años de edad. Existen becas que otorga el
plantel para financiar parte del costo de la mensualidad del jardín infantil. Hoy, este funciona al máximo de su capacidad. «Tenemos un límite de cupos. Por ley, debe haber un metraje mínimo tanto de patio como de salas por niño», dice Undurraga.
Entre 1971 y 1973 se inicia formalmente la atención de sala cuna y jardín infantil en tres campus. Las tres salas cuna y jardines infantiles de la UC están en proceso de acreditación, que a partir de este año está a cargo de la Superintendencia de Educación Parvularia. «Queremos que nos midan. Estamos juntando toda la documentación. Nos interesa acreditarnos», señala la directora de Personal, Fernanda Vicuña. El beneficio de las salas cuna y el jardín es solo para mujeres, aunque cada vez llegan más solicitudes de padres que piden cupo para sus hijos en el jardín. «Año a año nos hacemos la pregunta: ¿cómo satisfacemos la demanda? La decisión de aumentar la capacidad no es solo económica,
también implica considerar la responsabilidad de hacerse cargo de una cifra mayor de lactantes y niños. Hay que ser muy cuidadoso en el cómo crecer», dice Vicuña.
EL IMPACTO DE LA NUEVA LEY Respecto al proyecto de ley de salas cuna universal que recientemente fue enviado a primer trámite legislativo, Vicuña señala que la iniciativa tiene elementos destacables: «Por primera vez apunta a la corresponsabilidad de hombres y mujeres». También subraya el que contemple el término de la discriminación que afecta a las trabajadoras de empresas con menos de 20 mujeres, ya que en la actualidad estas no están obligadas a dar el beneficio de sala cuna. La identidad de la institución está en la esencia de la sala cuna y el jardín infantil, afirma Vicuña, en términos de comunidad, excelencia, sana convivencia, junto con el sello familiar. Por eso, asegura, son un valor agregado fundamental en el ciclo de vida laboral de las mujeres. «Te permite trabajar tranquila, trabajar contenta, estar con tus hijos cerca. Es mucho más que un beneficio».