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Semana del 13 al 19 de junio de 2014 Año V · Número 214·
UPL ya tiene sede en Zamora, abierta a todos los ciudadanos que quieran trabajar por su ciudad. P 4 ÁG
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Director: Eugenio Jesús de Ávila Juárez
Los socialistas le pasan factura a la Junta y Rajoy sobre infraestructuras y proyectos pendientes en la ciudad P .5 ÁG
El PP ejercerá “apostolado” político para recuperar electores Martín Pozo coordinará un grupo de trabajo popular FOTO: MANUEL HERRERO ALONSO
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Tierra yerma
Las empresas de telefonía dispusieron de terrenos públicos, de la tierra de todos, cómo y cuándo quisieron. El pueblo se acostumbra a todo. Al parecer, a partir de ya, también podrán expropiar azoteas para instalar sus antenas. Entre la banca y las multinacionales eléctricas y de telecomunicaciones, se nos gobierna.
Nichos, columbarios y guarderías La Junta Local de Gobierno del Ayuntamiento de Zamora abordó dos asuntos este pasado martes: construcción de nichos y columbarios en el cementerio de San Atilano y guarderías municipales. Se
habló, pues, de pañales y mortajas. Genial. Se trató de la infancia y de la muerte. Aquí nacemos y aquí nos queremos morir. Mientras, lo que queda es un interregno. En Zamora, más que vivir, se dura. Y, después, unas cuantas lágrimas. El vivo al bollo y el muerto al hoyo. La nada no espera. La memoria se pierde. Los muertos mueren y las sombras pasan. ¡Ven a morir a Zamora!, podría ser un hermoso lema de una campaña de turismo para la ciudad del Romancero, mejor que eso de la “Zamora líquida”. Prefiero ser polvo, sobre todo si esa ceniza sigue enamorada, como versificaba Quevedo. Los zamoranos, pues, tienen un gravísimo problema si quieren vivir o durar en la ciudad de su nacencia. Como ya he escrito, se ve la luz primera aquí y te puedan dar tierra también en San Atilano. Pero ganarte la vida por estos lares resulta una tarea hercúlea. Porque Zamora vive entre la ucronía y la utopía y los zamoranos ignoran que lo que pudo haber sido ya no será y que no hay lugares para ser feliz. Quizá, en el útero, haciéndole versos a la placenta con los dedos de los pies. Lo hemos perdido todo. Solo nos queda la sombra que quiere divorciarse de la luz. Los zamoranos no sabemos vivir. Preferimos que nuestras vidas las vivan los políticos, monarcas del hedonismo. ¿Monarquía o República? ¡Vida! Arrojemos el sudario a la zahúrda de la cobardía. Y, si nos reclaman las parcas, que nos encuentren en el combate por construir un soneto perfecto para una ciudad eterna o una sociedad bizarra, para dar cobijo a los que lucharon por un mundo mejor. Fdo. E. J. de Ávila.