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CULTURA Y REPORTAJE
CONSEJOAB ABIE IERT RTO O · Mayo o 201 08
Cuando la
vid(a) se abre paso
La primavera es una de las estaciones clave para el desarrollo biológico de la planta
“Con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido”. Son los versos machadianos que dedicara el poeta a un triste olmo centenario. Entre líneas, el escritor sevillano, como quien espera un arranque de vida, desliza su anhelo por la recuperación de Leonor, su musa y joven esposa enferma de tuberculosis: “mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.” La sencillez de Machado bien podría servirnos para ilustrar uno de los momentos más plásticos y expresivos del ciclo vegetal de la vid. Es el comienzo vital de quien renueva un nuevo biorritmo. Casi milagroso, podríamos afirmar, si cada año, nuestra retina no estuviera habituada a la sorpresa.
Después de haber soportado los rigores del frío castellano, los meses primaverales del mes de abril, mayo y parcialmente junio, son fundamentales. Un periodo inestable por naturaleza sujeto a cambios bruscos de tiempo, precedido, eso sí, con la bendición de un invierno, generoso en precipitaciones en su tramo final. Por ejemplo, solamente en Ciudad Real, de enero a abril se recogieron en este 2018, 257 mm. Una cifra que supera los 156,4 mm del año anterior.
Las precipitaciones, aunque si bien todavía no han recuperado plenamente las capas freáticas, sí han servido para aliviar el agotamiento hídrico de la planta de años anteriores.