El Palacio de Queso

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EDITOR La Mancha Editorial ILUSTRADOR Vilaco AUTOR Alexis Villalba DISTRIBUIDO POR La Casita de Libros S.A. Calle 67 No. 97-65 Tels: 3014723504 Bogotá D.C., Colombia Todos los derechos están reservados, prohibida su reproducción masiva o parcial sin autorización del autor.

Hacía 2 años que no venía al pueblo a visitar mis abuelos, hace dos años que no les visito y los extrañaba mucho.

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Recuerdo que en mi última visita comimos queso al desayuno durante una semana que estuve de visita también, absolutamente fueron los mejores desayunos, el mágico queso del abuelo y el dulce chocolate de la abuela.

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La abuela Nana es muy dulce conmigo, siempre me consiente con, chocolate caliente y sus abrazos son muy cálidos, es muy sabia y hay que respetarla. El abuelo Finn es algo serio, en algunas ocasiones amargado, pero también es tan amable como la abuela.

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En cinco días que he estado aquí no hemos comido queso, los abuelos dicen que el queso está muy caro.

Un día que los abuelos estaban meditando se me cruzó un impulso, no me puedo ir de esta casa sin probar ese queso... un pedacito no le hará daño a nadie.

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Bajé en silencio las escaleras hasta el primer piso, sobre una mesa estaba aquel magnífico queso.

Empecé a sentir miedo, si como un pedacito del queso a escondidas ¿qué pensarían mis abuelos? No quiero decepcionarlos y mucho menos herirlos.

Mirando el queso me decidí, mejor hago que nada pasó.

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Inmediatamente me caí y sentí un mareo; algo no andaba bien.

- ¡Mary, que gusto verte! ¡Bienvenida al reino de queso!

- Gracias… ¿Y tú eres…?

- Mi nombre es Marlo, soy el bufón al servicio de la reina.

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- ¿La reina? ¿Ella vive en ese palacio?

- Así es, vamos, ella te está esperando.

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Llegando al palacio noté unas escaleras gigantes que llevaban a ese gran palacio, subimos aproximadamente unos 20 escalones. Ya estando en frente de una inmensa puerta del palacio toqué una pared de este, era de queso, el palacio por completo estaba hecho de queso.

Entramos ysubimos unas escaleras de caracol, Marlo golpea una gran puerta e inmediatamente retrocede quedándose en pose de reverencia; La gran puerta se abrió, detrás de ella había una mujer bastante alta con un gran y hermoso vestido.

- ¡Hola querida, te estábamos esperando!

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- Y cuéntame Mary ¿qué te trae por aquí?

- No sé muy bien, estaba en casa de mis abuelos, comí un trozo de queso y aparecí aquí.

- ¿Y le pediste permiso a tus abuelos?

- Mmm… no.

- ¡Oh no! Aparecerá el CatusCattus, una bestia horrible que pudre todo a su paso, la única manera de detenerlo es que tú salgas del queso y le pidas permiso a tus abuelos, de lo contrario, el reino se pudrirá.

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Tienes que ir hasta el poso de queso y lanzarte al poso para salir del queso, aunque queda un poco lejos de aquí. Marlo y Yoy te ayudarán a llegar.

- ¡Tenemos que irnos ahora mismo, el CatusCattus viene ahora mismo! – Exclamó el hada asustada – - No se me muy amigable – dijo el bufón.

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- Vamos chicas ¿qué esperan?

– Riéndose preguntó el bufón.

- No seas tonto, Mary no puede volar… Vamos Mary, por allí hay un puente – dijo el hada.

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- ¿Estás segura de que no me caeré? – Yoy responde.

- Sí, sólo cree en ti misma, tú puedes cruzar el puente, sólo ten cuidado de dónde pisas.

- ¡Llegamos al pozo! Está en la caseta de allá.

- Sería una pena que el CatusCattus nos alcanzara – burlándose el bufón; Un estruendo gruñó ferozmente.

- ¡Rápido Mary, debes salir de aquí! Tienes que salvar el reino de queso.

- Entonces… creo que esto es un adiós, los extrañaré.

- Nosotros también Mary, La reina, el reino, y también Marlo. ¡Ahora date prisa!

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-¡Abuelo! *ps*¿Me escuchas? *ps* -Mmm sí...

-¿Puedo comer algo del queso de abajo?

-Sí puedes, sólo asegúrate de dejar algo para la venta.

-¡Gracias abuelo!

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Corriendo bajé las escaleras, en ese momento, el CatusCattus estaba pudriendo el queso. Al comerlo todo volvio a la normalidad, el queso recuperó su tan bello color.

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Desde ese entonces amo aún más a mis abuelos, nunca los descepcionaré e incluso, ahora paso más tiempo con ellos, salimos a dar caminatas todo el rato.

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Ahora cada tres meses los visito, y siempre pido permiso para cada cosa, pues de lo contrario cosas malas pueden pasar como el CatusCattus.

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Para aquellos niños que estén pasando un mal momento, siempre hay un final y todo pasará, no dejen que alguien o algo impida sus sueños, pues son lo más preciado que tenemos.

Vilaco

Cada niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artista una vez crezca.

Pablo Picasso