SALUD
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México se mide en kilos...
OBESIDAD INFANTIL
“Mientras más gorditos más sanos”, es un pensamiento que se ha pasado de generación en generación provocando que hoy seamos el primer lugar mundial en obesidad infantil. Aunque sí es un tema preocupante, tampoco hay de qué alarmase, pues la solución está en modificar hábitos. Aprendamos cómo. Por Ana Ibarra
E
n los últimos veinte años la prevalencia de la obesidad en los niños ha aumentado bruscamente, especialmente en los países más desarrollados, quizá por el ritmo acelerado de vivir o por el incremento de alimentos chatarra, congelados y precocidos que se han lanzado al mercado con el objetivo de reducir el tiempo de preparación de los mismos. El caso es que la fast food contiene niveles altísimos de almidón, azúcar, sal y grasas que, combinadas con un
estilo de vida sedentario dan como resultado obesidad y enfermedades. Un mal del siglo XXI Los especialistas aseguran que si bien es cierto que la obesidad en los niños se debe en gran parte a la carga genética de los padres, también tiene que ver con la forma de alimentarse, pues es una enorme condicionante para el aumento de peso. Lo peor del caso es que los niños obesos, además de disminuir sus capacidades motrices básicas, pueden sufrir hiper-
tensión, colesterol elevado y diabetes, entre otros padecimientos, como problemas en los huesos y articulaciones, alteraciones en el sueño, madurez prematura (las niñas obesas pueden entrar antes en la pubertad y tener ciclos menstruales irregulares), baja autoestima, aislamiento social y discriminación. Y esto no es todo, algunos estudios indican que la obesidad acorta la esperanza de vida en 13 años y que está asociada a 300 mil muertes por año. El cambio de hábitos es una forma de evitarlo.
En casos extremos los niños obesos pueden sufrir hipertensión, colesterol elevado y diabetes
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