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KAMPF HANNSES, UN CONDUCTOR POCO CONVENCIONAL
from TANQUES. TL
ENTREVISTA/ No olvidemos el pasado, TANQUE-ANDO LIBROS editorial
Escrita y dirigida por Margareta Blanca
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¿Cómo debe ser la experiencia de ser conductor de tanques? Hoy tenemos el honor de hablar con alguien que ha enfrentado peligros extremos en el campo de batalla, manejando uno de los vehículos militares más imponentes y poderosos, el famoso Tiger 1 y King Tiger. Como civil, puede resultar difícil imaginar lo que significa estar en una situación de combate y conducir un tanqueenmediodelaguerra.Esporesoqueestamosmuyagradecidosdeteneraesteconductor de tanques aquí con nosotros hoy, dispuesto a compartir sus experiencias y conocimientos con todos nosotros. Su nombre es Kampf Hannsen nunca estuvo a favor de la guerra, pero no podía oponerse, aunque gracias a su gran destreza con los tanques, rápidamente fue destinado a un batallón de vehículos pesados. Así que, sin perder más tiempo, ¡comencemos!

Entrevistador: Buenas tardes y gracias por estar aquí con nosotros hoy. ¿Se podría presentar y contarnos su historia de cómo llego a ser un conductor de tanques?
Entrevistado: Claro, sin ningún problema. Mi nombre es Kampf y fui un conductor de tanques durante la Segunda Guerra mundial Yo era un militar como cualquier otro, pero fui elegido, juntoamuchosotros,paraserunconductordetanques,trasserelegido,recibíunentrenamiento especial y muchas pruebas para ver si era apto o no. Definitivamente me escogieron como conductor ya que desde pequeño me gustaron los coches, ymi padre al ser mecánico me formo, hecho que mejoró mis habilidades de conductor
Después de la formación me llamaron a filas, en un escuadrón de infantería como mecánico, 1 mes más tarde me volvieron a asignar la unidad 101 Batallón Blindado SS, donde participé en ambos frentes, el oriental i el occidental hasta el fin de la cruzada
Entrevistador: Y sobre su experiencia en la Segunda Guerra Mundial, ¿Qué nos cuenta?
Entrevistado: Tengo muchas vivencias que me han llevado a la conclusión de que ir a la guerra no es como ir a trabajar como de normal. Cambias de lugar, incluso de país, no sabes dónde te llevan hasta que llegas. Para te imagines como era eso, muchos soldados acababan con su propia vida al segundo día, en la ciudad pintaban de bonita la guerra, un sitio seguro donde luchas para proteger a tú familia, era todo diferente, muy diferente. Por suerte no me toco lucharla a pie, y mis primeras vivencias fueron arreglar el destrozo que la guerra suponía a los vehículos de ataque y reabastecimiento. Durante ese tiempo solo veía todo de segunda línea, pero al tener que ser yo quien abría la línea para la infantería, todo era diferente.
Entrevistador: ¿Podría contarnos sobre algún momento particularmente difícil o traumático que haya experimentado durante su tiempo en el tanque?
Entrevistado: Sí, había muchos momentos así. Uno que se me viene a la mente fue cuando estábamos en una batalla en la que éramos superados en número. Nos estaban bombardeando y disparando desde todas las direcciones. El ruido era ensordecedor y el tanque temblaba violentamente. Sentí que iba a morir en cualquier momento. Fue un momento muy aterrador. Era una situación que se repetía constantemente, no podías descansar ni un minuto si reaccionabas lento ante cualquier peligro volvías en forma de ceniza arrastrada por el viento. La, peor fue un día en el que unos “mosquitos” (avión de ataque de la armada británica) nos atacaron por sorpresa, esos cañones y cohetes eran mortíferos, en esas situaciones sí que existe la suerte.
Entrevistador: ¿Y cómo lidió con esa situación?
Entrevistado: Solo tuve que seguir adelante. Sabía que, si perdía la calma o cometía un error, pondría en peligro a mis compañeros de tripulación. Así que simplemente traté de mantener la compostura y usé mis habilidades de conducción para colocar el tanque en una posición más segura hasta que llegó el momento de retirarnos con la ayuda de refuerzos aéreos. Ese día algo nos bendición, de 6 Tigers Ique íbamos en ese convoysolo quedamos funcionales 2, eso sí, no fue todo bonito, porque, aunque salimos vivos, la metralla de los impactos en nuestro tanquenos había herido.Yosolo tuveunos rasguños, pero el cargadordel tanquequedo inconsciente debido a las heridas, estar en un tanque es como jugar a la lotería cada segundo
Entrevistador: ¿Cómo era la vida en el tanque durante la guerra?
Entrevistado: Era muy difícil. Pasábamos días enteros dentro del tanque, sin poder salir. La mayoría de las veces, estábamos rodeados de enemigos y teníamos que estar alerta constantemente. El aire dentro del tanque era denso y sucio, y siempre había un olor a combustible. Era una vida muy estresante. Piensa que cuanto más tiempo estés fuera del tanque más vulnerable es tu posición ante el enemigo o ataques aéreos, la mejor forma de sentirse seguro y a cubierto era permanecer dentro del tanque. Eso sí, era una seguridad engañosa, no puedo ni contar las veces que desde las ópticas del tanque vi a tanques volar por los aires, sin ni siquiera, dejar vida en el interior Cuando eras alcanzado por un proyectil corrías el peligro de que impactase en la munición haciéndola explotar o que el tanque se incendiase y se convirtiera el interior en un incinerador. Un tanque es muy seguro, pero a la vez, extremadamente volátil.
Entrevistador: ¿Se siente afortunado de haber estado en el frente dentro de un tanque y no en el campo de batalla?
Entrevistado: Sí, y mucho. Pese a ser una experiencia traumática que me ha cambiado la vida, tuve mucha suerte de haber estado dentro de un tanque Todo y tener sus desventajas, en temas de supervivencia salíamos ganando.
En proporción, la mortalidad en la guerra era más alta en los escuadrones de infantería ligera que en las brigadas de mecanizados, solo hay que pensar que en un tanque estás protegido por un muro de acero, cosa que es muy diferente a afrontar al peligro completamente desnudo. Los tanquesenemigossolíanusarmuniciónHE(Municiónexplosiva)paracombatiralainfantería, nuestra misión como batallón de tanques pesados era protegerlos, y centrar el foco enemigo en nuestro poderoso vehículo. Todo y eso, la diferencia de bajas demostraba la dura situación que vivían los soldados que luchaban a pie.
Entrevistador: ¿Alguna vez estuvo en situaciones donde temió por su vida?
Entrevistado: Sí, muchas veces. Una vez, el tanque en el que estaba fue alcanzado por un proyectil y todo se llenó de humo y polvo. No podía ver nada, y estaba seguro de que íbamos a morir. Pero por alguna razón, el tanque no explotó. Fue un milagro. Luego supimos que el proyectil impacto en el tanque de combustible, dándonos suficiente tiempo para retroceder y abandonar el vehículo. No recuerdo el impacto, pero si un tono de terror en la voz de mi comandante. Nunca sabias si un proyectil iba a penetrar el grueso blindaje del que disponía el Tiger que tripulábamos. I si sucedía, la explosión i la metralla del impacto te fulminaban antes de que escucharas el blindaje desvanecerse. Simplemente podías morir en cualquier instante, estando allí tienes que ser lo más frio posible incluso si te encontrabas en los miles de veces que nos sentimos en peligro.
Entrevistador: ¿Pensó en su familia, amigos o conocidos durante la guerra?
Entrevistado: En ese momento, cuando el tanque encendía el motor y teníamos la munición ya colocada en el cañón, era cuando dejabas de pensar en nada y en nadie, solo pensabas en hacer tu función dentro del tanque, en mi caso, conducirlo. No tenías tiempo ni para pensar en tu familia, ni amigos, si te descuidabas eran problemas para ti y tus compañeros en el vehículo. Solo pensabas en que esa pesadilla, disparo tras disparo acabara algún día, tarde o temprano. Cuando volvías a la base, donde era una zona segura, allí sí que podías permitirte el lujo de pensar en la familia. Pero si sobrevivías, la pesadilla volvía a empezar, hasta que se acabó la guerra.
Entrevistador: ¿Cómo os gestionabais dentro del tanque?
Entrevistado: La coordinación tiene que ser impecable para que el tanque funcione ya que somos cinco personas dentro y cada una tiene su tarea para hacer que el tanque sea efectivo en los campos de batalla, si alguien hacia el mínimo error todos los otros salían perjudicados, por ejemplo, si en conductor no ralentizaba el tanque cuando el artillero debía disparar el disparo perdería mucha precisión, ya que el cañón no pararía de moverse arriba y abajo ya que los Tigers no tenían estabilizador (el estabilizador es un sistema que tienen los tanques modernos para poder disparar en movimiento sin perder la precisión del arma), en esa época esa tecnología era inimaginable.
Entrevistador: ¿Si hubieses tenido la oportunidad de cambiar de bando, lo habría hecho?
En parte no estoy a favor de ningún bando, todos intentan lo mismo, no perder poder sobre las cosas. Todos hacen lo que pueden para culpar al adversario de atrocidades, sin tener en cuenta las acciones que esconden detrás de su espalda. En fin, en una guerra se vive bajo la hipocresía de los de arriba. Así que, respondiendo a la pregunta, me hubiese gustado no participar y más aún que no hubiese ni existido. En una guerra te envían sin preguntar, aunque no te guste lo que en teoría defiendes, y si se dan cuenta de que lo que piensas no es lo que ellos quieren que piensen, acabas como una víctima más. Para los superiores solo eras un número en una lista donde desaparecían nombres, no les importaba tu país de origen si luchabas para ellos, solo tu poder de destrucción ante el enemigo.
Entrevistador: ¿Cómo afectó la guerra a su vida después de la guerra?
Entrevistado: Me afectó de muchas maneras, ymi vida nunca volvió a ser igual que antes. Tuve pesadillas, y trastornos durante muchos años después de la guerra, y todavía las tengo a veces. También me cuesta estar en lugares cerrados, y siempre tengo la sensación de que algo terrible puede pasar en cualquier momento. Pero, por otro lado, creo que la guerra me enseñó a valorar más la vida y a no tomar nada por sentado. Yo sé cómo de fácil es quitarle la vida a alguien o que ellos te la quiten a ti, i aún más a los mandos de un vehículo que se ha diseñado para eso. Debo dar gracias de tener una mente fuerte y fría, mucha gente que estuvo en mi situación aún no ha podido superar el estrés postraumático de aquellos hechos. Nunca dese estar ahí, pero cuando te llaman a filas yte destinan a un batallón no puedes hacer nada, o acabas en un campo de concentración.
Entrevistador: ¿Ha buscado ayuda profesional para superar esos traumas?
Entrevistado: Sí, he ido a terapia en varias ocasiones y eso me ha ayudado mucho. También he participado en grupos de apoyo con otros veteranos de guerra, y eso me ha dado una sensación de comunidad y comprensión. Creo que es importante buscar ayuda cuando uno lo necesita.
Entrevistador:¿Siahorahubieraotraguerraquelediríasatushijosantesdequefueran?
Entrevistado: Les diría que tuviesen mucho cuidado con lo que hacen i que siempre estén muy atentos a sus alrededores, pero sobre todo les diría que sean conscientes de que en el otro bando también haypersonas yque siempre que puedan intenten salvar una vida, sea aliado o enemiga, por otro lado, les aconsejaría que, si es su vida o la del enemigo que escojan la suya por encima de todo, aunque tengan que desertar.
Entrevistador: ¿Qué mensaje final querrías transmitir al mundo relacionado con tu experiencia?
Entrevistado: Primero de todo que nunca se debe olvidar el pasado, ya que es nuestro origen, y por último, que no se debería de repetir nada de lo que hemos vivido yo y mis camaradas. Una guerra lo implica todo y a todos, en todos los sentidos imaginables. Siempre habrá diferencias entre las personas, pero matarse y privar al supuesto enemigo de vivir no es la solución. Y menos cuando los que se matan son civiles que no tienen nada que ver con la causa.
Entrevistador: Tienes toda la razón, sin duda nadie se puede imaginar lo que viviste, como sociedad no podemos volver a vivir algo parecido. Para dejar un mensaje final, ¿cómo resumirías la guerra para que no se volviera a repetir?
Entrevistado: Solo puedo decir que la guerra es un horror, donde luchamos por intereses de otras personas, personas que ni siquiera se ensucian las manos. Nadie debería tener que pasar por eso. He visto cosas terribles yhe perdido a muchos amigos en el campo de batalla. No seáis hipócritas, nadie desea una guerra si la vive de frente y menos si has arrebatado vidas
Y con esto llegamos al final de nuestra fascinante entrevista, otra vez, agradeciendo a Kampf por estar hoy con nosotros y compartirnos todas sus experiencias y una única perspectiva sobre el horror de la guerra. Creo que eres un ejemplo a seguir ante las situaciones adversas que vivimos. Desde aquí deseamos que tú experiencia sirva de ejemplo para las futuras generaciones, para que no cometan un conflicto igual.