El pueblo de Dios estaba caminando ya tres días por el desierto, sin tener lo más básico para vivir que es el agua, a la distancia divisaron un pozo e imagino la gran desesperación que tuvieron de saciar su sed, lo negativo fue que aquella agua no se podía beber porque era amarga, tal fue su decepción que comenzaron a murmurar contra Dios y contra Moisés.