UNIVERSIDAD INTERAMERICANA DE PUERTO RICO
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Vicepresidencia de Asuntos Religiosos
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Rvdo. Norberto Domínguez, Vicepresidente de asuntos Religiosos Rvdo. Julio R. Vargas-Vidal, Ayudante Ejecutivo Evelyn Marcano, Ayudante Administrativo
En nuestra Capilla
Julio 2017
Miércoles 12: Servicio Oración (12:30 p.m.)
¿Buscando la mejor solución?
Miércoles 19: Servicio Oración (12:30 p.m.) Miércoles 26 Servicio Oración (12:30 pm) Meditación del Santo Rosario: lunes a las 12:30 pm dirigido por el laicado católico.
“Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos. Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece”. Salmo 57:1-2
En esta edición
Roberto Clemente
2
Para vivir unas vacaciones con Dios
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Imágenes de la viña
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Cuando los momentos difíciles llegan, la sola confianza en nuestras capacidades personales no es suficiente para superarlos. Comparto, que la confianza en Dios y en los recursos de gracia como: la oración, la fe y la esperanza tienen la capacidad para habilitar al que sufre a
Valientes y Fuertes* «Permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. Hagan todo con amor». 1ª Cor 16:13-14
En este pasaje bíblico el apóstol Pablo planea viajes misioneros y da detalles sobre las dificultades de esta labor. Hace unos años fui llamado a servir como misionero en Honduras en Centro América. Dudé pero finalmente acepté. Cuando llegué a Honduras, con mi
sobrellevar y hasta transformar su realidad en una favorable.
“Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas”. Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) Escritor español. Rvdo. José Eliú Rodríguez Director Oficina Capellanía UIPR Barranquitas
esposa y mi hijo, hubo muchas dificultades. Recuerdo una noche cuando terminé de predicar en una aldea y estaba de regreso a casa. Mi auto se quedó atascado en el barro. Cuando intenté bajarme vi que el barro no me dejaba abrir las puertas. Eran las diez de la noche, estaba solo y la noche muy oscura. A esa hora nadie transitaba esos caminos. Gritaba y nadie respondía. El barro olía mal y temí morir. Quise llorar y me preguntaba:
¿Por qué dejé mi país? ¿Qué hago aquí? Pero recordé las palabras del apóstol Pablo: «...sean valientes y fuertes» (1ª Cor 16:13). Me llené de valor, entregué mi situación a Dios y me calmé. Finalmente llegaron varias personas a rescatarme. Después supe que unos niños me vieron y fueron a pedir ayuda. Fue increíble. Por fin llegué a mi casa gozoso y cantando alabanzas al Señor. Dios bendijo mi tiempo en Honduras. Sr, Juan Guerrero (Cali, Colombia)
* Tomado de http://elaposentoalto.upperroom.org/es/devotionals/2017-07-11