Diario Versión Final

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14 VERSIÓN FINAL DEPORTES Maracaibo, domingo, 30 de enero de 2011

El Juego Perfecto ¡Q

ué linda es la Isla del Encanto! Bellas playas, atractivos turísticos, rica historia, excelente gastronomía, gente amable...en fin...un verdadero oasis para el visitante bajo el radiante sol del Mar Caribe y rodeado de su inmensidad. Aquí llegan los campeones de Venezuela, Mexico y Dominicana a medirse a los anfitriones en un torneo desgastado, languidecido y de poco color en el terreno de juego. Aquí llegan los fanáticos urgidos de sol, playa y camaradería; los peloteros a representar a sus países a buscar mantenerse activos una semana más durante el invierno y los extranjeros de cada país a experimentar un nuevo episodio del béisbol a ver si cae algún chance. El Parque Isidoro García alberga apenas 10.500 espectadores. Luce renovado tras los trabajos para la pasada edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, aqui celebrada, pero a sus organizadores les pareció que esta capacidad esaba más que bien para albergar a los pocos que siguen el béisbol en esta isla que hoy se conforma con llamar un parque "a casa llena" con diez mil aficionados. Parece que el tiempo le ha jugado una artimaña al desarrollo del béisbol. Sus secuaces han sido la avaricia de los dueños, el complejo negocio de los medios de comunicación, el oportunismo de los "agentes" y la falta de sentido de pertenencia de los peloteros muchos de ellos, jóvenes sin cultivo en las raíces del juego, gracias a estos mismos factores. Aquella semilla que se sembró hace más de 60 años de unir a los países con pelota profesional germinó, creció, dio frutos y murió. Ningun fruto de su descendencia mantuvo su tradición. Como dijo un famoso ponceño alguna vez: "Todo tiene su final... nada dura para siempre". Al contrario de su contraparte en el norte, la Major League Baseball. Este circuito en los últimos 60 años rompió totalmente las barreras del racismo, esparció su actividad por todo su territorio, estableció un sólido sistema de desarrollo de su generación de relevo, ajustó sus reglas y su sistema de competencia a los nuevos tiempos y necesidades de sus fanáticos y estableció un modelo de negocios exitoso para sus clubes, jugadores, medios de comunicación y todos sus involucrados ofreciendo al fanático la mejor calidad posible en el terreno de juego. Un verdadero espectáculo. De los Azucareros a los Toros

por Leonte Landino, periodista de ESPN International preguntas y comentarios: www.eljuegoperfecto.com

ÌNos vemos en Puerto Rico...

En la temporada 1994-95 los Azucareros del Este ganaron su primer título en la Liga Dominicana y representaron a su país en la Serie del Caribe que se celebró en San Juan. En ese entonces el equipo de La Romana, que lucía el color morado en su uniforme, tenía en sus staff de lanzadores a figuras de las Grandes Ligas como Pedro Martínez, José Rijo, Carlos Pérez, Pedro Astacio, Juan Guzmán y Melquiades Pérez. Y su ofensiva fue comandada por afamadas y talentosas estrellas como Moisés Alou, Alberto Castillo, Domingo Cedeño, Félix Fermín, Julio Franco, Stanley Javier, Raúl Mondesí, Tony Peña y Luis Polonia entre otros. Era difícil para este equipazo perder el torneo de campeones, sin embargo la zancadilla la dió Puerto Rico cuando sus propios peloteros decidieron vestir los colores del campeón, Senadores de San Juan, comandados por el Salón de la Fama Roberto Alomar junto a Iván Rodríguez, Carlos Delgado, Bernie Williams, Edgar Martínez, Rey Sánchez, Carlos Baerga, Carmelo Martínez, Juan González y Rubén Sierra entre otros peloteros estrellas en las mayores. Fue una de las mejores competencias vistas en la historia del Clásico de Febrero, por donde han desfilado jugadores desde los tiempos dorados de la pelota

profesional cubana, pasando por extranjeros de la talla de Willie Mays, grandes leyendas del béisbol latimoamericano como Héctor Espino y los miembros latinoamericanos del Salón de la Fama como Aparicio, Marichal, Cepeda, Pérez, Carew y Clemente. Es abismal la diferencia de los hoy campeones dominicanos, sin desmeritar su talento y gallardía en su triunfo local. Hoy celebran su segundo boleto a la Serie como los Toros del Este, vestidos de color naranja y enmarcados en una histórica celebración local. Sus principales piezas son los veteranos de ligas mnores Ricardo Nanita, Víctor Mercedes y Kevin Barker y José Constanza. Junto a ellos el róster cuenta con jugadores de categoría doble A y triple A como los receptores Alberto Rosario, Martín Maldonado y los refuerzos Michael Martínez y Wellington Castillo. Desde el montículo cuentan con el cubano experimentado Raúl Valdez, junto a Fernando Abad, Aneury Rodríguez, Adalberto Méndez, Eulogio De La Cruz y como refuerzo el veterano Ramón Ortiz. ¿No se supone que la República Dominicana es el mayor exportador de peloteros para las Grandes Ligas? ¿ Es injusto suponer que después de 16 años de aquella Serie del Caribe llena de estrellas, el

equipo dominicano debería contar con suficiente material en cualquiera de sus equipos campeones como para armar un mejor róster? Es que a pesar de que sobran por todos lados, tanto como para que muchos no tengan trabajo, no hay jugadores disponibles. Sea cual sea la razón y sea culpa de quien sea y por el motivo que sea. Simplemente no hay jugadores disponibles para efectuar un torneo de altura. Así que no se engañen fanáticos, no compren el torneo como tal. Y no es que la pauta de lo que es bueno o es malo en cuanto a calidad de jugadores la determinen las ligas mayores. No señor, aquí no nos dejamos llevar por el consumismo al estilo norteamericano. Pero es una gran realidad que Pedro Martínez en 1995 era ya un lanzador establecido en las Grandes Ligas y quiso y pudo reforzar a los Azucareros, mientras que hoy los Toros cuentan con Fernando Abad. Nadie puede decir que tiene el mismo atractivo ver lanzar a Pedro Martínez que a Fernando Abad. Prueba boricua Quien lleva las riendas de este torneo desde 1991 y de las relaciones con las Grandes Ligas, Juan Puello Herrera, dijo esta semana que no importaban los nombres y

las figuras porque "La verdadera pasión y escencia de la Serie del Caribe está en los equipos". Si así fuese amigo Puello, a los fanáticos de las Águilas del Zulia no les importaría ver a Carlos González uniformado, porque al fin y al cabo, el club puede conseguir un jardinero. Si esta fuese la situación, los parques de Puerto Rico estuviesen abarrotados de fanáticos por la gran tradición de su pelota. En cambio, la liga no jugó en 2008 y hasta desaparecieron a los Cangrejeros de Santurce, el equipo de mayor tradición en la Isla. Al menos en la Isla del Encanto el título fue para la "Yeguita". Los Criollos de Caguas lograron su título 16 en la liga y veremos si pasan la prueba de llevar gente en su patio, siendo el club de mayor tradición, historia, éxito y hasta organización de la hoy Puerto Rico Baseball League. Si llenan el parque Isidoro García, es un buen primer paso. Y si los fanáticos boricuas llenan a medias un juego Venezuela vs Mexico, así como un Dominicana vs. Puerto Rico llama gente en Mexico y Venezuela, pues daremos un paso al frente. Pero aún coincido con mi colega y amigo Juan Vené cuando dice: "La Serie del Caribe es un cadáver insepulto". Saludos desde la distancia.


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