Diario Versión Final

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Maracaibo, jueves, 16 de abril de 2015 VERSIÓN FINAL

Carlos Moreno, un joven zuliano, relata su historia y la de sus compañeros en EE UU

CIFRA

“Los estudiantes en el extranjero 30 estamos casi en la indigencia” CORTESÍA CARLOS MORENO

Algunos llevan un año y medio sin recibir dólares del Cencoex. Duermen en restaurantes de comida rápida porque no pueden pagar una residencia y se alimentan en bancos de comida, con pobres y vagabundos. José Flores Castellano

L

a resolución Nº 011, que recorta los dólares para viajar fuera de Venezuela, excluye de su ámbito de aplicación el pago de actividades académicas en el extranjero. Los estudiantes, sin embargo, pasaban penurias desde mucho antes. Tanto, que preguntarles por su estatus puede generar sentimientos de culpa en el interrogador. “¿El estatus?… Verta, mi hermano, el estatus es casi la indigencia. Es terrible la situación”. Lo afirma Carlos Moreno, un zuliano de 32 años que se fue en 2009 a Estado Unidos para “terminar” su educación. Se graduó de abogado en la Universidad Rafael Urdaneta (URU) e hizo una especialización en Derecho Laboral en la Universidad del Zulia (LUZ). Cuando Carlos dice que la situación es terrible, se refiere a que hay jóvenes durmiendo en refugios y cadenas de comida rápida porque el Gobierno nacional no les liquida divisas. “En lo personal, he tenido que buscar jóvenes que están durmiendo en McDonald’s, porque aquí hay McDonald’s las 24 horas. Entonces duermen allí, más que todo aquí en Utah, que hace frío, cae nieve y demás. Nosotros buscamos un sitio donde puedan dormir, alguna familia venezolana que quiera darles cobijo. Ese es el día a día”. El ‘futuro de Venezuela’, además, se alimenta en “bancos de comida”, instituciones sin fines de lucro que recuperan el excedente alimenticio de las grandes sociedades para redistribuirlo entre personas de bajos recursos e indigentes. Las raciones se reparten a través de organizaciones caritativas reconocidas. Sin dólares Hace un año y cinco meses que Moreno, de 32 años de edad, no recibe divisas del Estado. Desde que

Cencoex era Cadivi, como todavía lo llaman los estudiantes. “Me los negaron en diciembre, después de hacer un montón de denuncias por los medios de comunicación. Después de ese largo tiempo, ellos decidieron negármelos”. Sus vicisitudes y la de sus compañeros lo convirtieron en el coordinador general de Estudiantes Venezolanos en el Extranjero, un organismo dedicado a hacerle seguimiento y brindar apoyo a los alumnos con los bolsillos vacíos, en el mundo entero. El silencio alrededor de estas historias contrasta con su magnitud. Relata Carlos que una joven se quedó sin dinero para pagar el seguro escolar y la matrícula. Cayó enferma y sus problemas se multiplicaron. “A esta persona le salieron cálculos en los riñones y pasó varios días en el hospital debido a esto, y tiene una deuda bestial. Tuvo que retirarse (de la universidad), es una muchacha que está trabajando como mesonera. Ingeniera en Petróleo. Venezolana”. Un imperialismo extraño La revolución bolivariana lo incluyó en una lista de personas investigadas por la Cancillería porque supuestamente no estudiaba en los Estados Unidos. “Mi papá fue a Cadivi y le dijeron eso, y luego él les contestó: ‘ustedes están locos, si mi hijo es el presidente de 60 mil estudiantes’. Ellos nunca se imaginaron eso, quisieron aplicarme una investigación como ellos hacen, pero les salió el tiro por la culata”. Sí, este zuliano es el presidente de lo que en Venezuela es la Federación de Centros Universitarios de la Salt Lake Community College. Este año ganó por segunda vez consecutiva. “Yo fui electo la primera vez en marzo de 2014 y rompí record de votos. Esto fue una locura. Y ahora casi doblo los votos que rompí la primera vez”. Ese imperio no encaja con la des-

alumnos venezolanos hay en la Salt Lake Community College, de Utah, y solo dos de ellos reciben las divisas con puntualidad. En todas las universidades e instituciones de educación superior de ese estado cursan, aproximadamente, unos 120 criollos, según la organización Estudiantes Venezolanos en el Extranjero. De estos, el 80 por ciento “está sin Cadivi”.

solicitud de divisas para cursos de idiomas”. Lo que tampoco pensó el Defensor es que aprender otra lengua puede abrir muchas otras puertas. Carlos Moreno es un ejemplo. “Se me presentó la oportunidad de venir a estudiar en Estados Unidos; primero el inglés, como segunda lengua; y luego, estudiar Ciencias Políticas y Gobierno, y Seguridad Nacional y Gerencia en Desastre”. Carlos Moreno (a la derecha) ha ganado dos veces la Federación de Centros Universitarios de la universidad de Utah, donde estudia dos carreras.

cripción malévola que hace del mismo el presidente Nicolás Maduro y la izquierda ortodoxa mundial. Es más, cabe preguntarse si es posible que un ciudadano norteamericano pueda ser líder estudiantil electo en Venezuela sin que se le acuse de ser agente de la CIA y sin que el Sebin le pinche el teléfono, cuando menos. Liderazgo exportado “Esto me ha ayudado a involucrarme con la comunidad anglosajona. Tuvimos un desafío el semestre pasado: los estudiantes deben dos semestres ahora, porque el Cadivi nunca llegó el semestre pasado”. Carlos habló con la rectora y la vicerrectora de la universidad, les mostró periódicos e información sobre Venezuela buscando indulgencias para sus compatriotas. Y lo consiguió. “Me dijeron: ‘esto es una situación humanitaria, vamos a darle oportunidad para que puedan pagar dos semestres seguidos o que se puedan inscribir para ver cómo salen de esa situación’. A mí me impresiona mucho esta comunidad porque es muy organizada y solidaria. Y ellos

se ponen las manos en la cabeza cuando dicen: ‘no entendemos cómo ustedes, que son el futuro de un país, están en esta situación en otro país. Que no tienen ni cómo pagar ni cómo regresar’”. ¿A quién defiende Tarek? A los ojos de la oposición, el Defensor del Pueblo termina siendo un justificador de las políticas del Gobierno nacional; para el oficialismo, resulta demasiado blandengue con “los escuálidos”. Tarek William Saab, activista de Derechos Humanos en los años 90, cuando los chavistas eran los opositores, ostenta el cargo y anunció en enero que iba establecer una mesa de diálogo entre los estudiantes y el Cencoex “a objeto de llegar a un mínimo de acuerdo para tratar de solucionar, si no es el 100 por ciento del problema, al menos una gran parte del mismo y los casos más dramáticos”. La semana pasada se limitó a ponderar que de 18 mil alumnos que hay en el extranjero, 14 mil 940 cursan idiomas, en su mayoría el inglés. “No pienso que una prioridad deba ser la

No regresan Tarek William Saab añadió que 60 por ciento de los estudiantes en el extranjero no regresa a Venezuela. Moreno, cuando menos, tiene motivos para no hacerlo luego de que Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, lo vinculó en su programa televisivo Con el mazo dando con Voluntad Popular y Carlos Vecchio, dirigente de la tolda naranja. Lo único que hizo el joven zuliano fue denunciar el 12 de febrero en la OEA su calvario y el de sus compañeros. “Toda la gente que está en la organización Estudiantes Venezolanos en el Exterior siente miedo de regresar a Venezuela porque no saben qué puede pasar. Si hay gente (procesada judicialmente) que sale solamente en Twitter diciendo cualquier cosa, imagínate alguien que va a la OEA a denunciar”. Los académicos estadounidenses se quedan sorprendidos con las historias de sus alumnos venezolanos; estos, se esfuerzan por hacerles comprender el infierno burocrático al que están condenados. “Ellos me preguntan: ‘¿ya no le van a dar más becas?’. Yo les respondo: ‘no es una beca, es nuestro propio dinero que no lo podemos sacar de Venezuela’”.


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