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¿Qué hacemos ante una crisis epiléptica?
from The Beatles 60
by verotorre1
Por Dra. Daniela So S a *
Aproximadamente 1 de cada 10 personas puede tener una convulsión durante su vida. Quien sufre uno de estos episodios puede parecer confundido, mirar al vacío, deambular, hacer movimientos inusuales o ser incapaz de responder preguntas o hablar.
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La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central en el que la actividad cerebral normal se altera, lo que provoca convulsiones o períodos de comportamiento y sensaciones inusuales, y a veces, pérdida de la conciencia. Existen tipos diferentes de epilepsia y de crisis.
Los síntomas pueden variar mucho. Tener una sola convulsión no significa que tengas epilepsia. Normalmente es necesario que ocurran al menos dos convulsiones sin un desencadenante conocido, con una diferencia de al menos 24 horas, para tener un diagnóstico de epilepsia.
Puede afectar a personas de cualquier edad y tener un impacto significativo en su calidad de vida.
El correcto diagnóstico se realiza en la consulta con un médico o médica especialista en neurología, quien investigará antecedentes familiares y personales, y evaluará también la crisis en sí: cómo ocurrió, desencadenantes, etcétera. La segunda parte del diagnóstico tiene que ver con pruebas, como el electroencefalograma y la resonancia magnética, que sirven para descartar lesiones intracerebrales.
¿Cómo ayudar a alguien que está teniendo una convulsión? Es importante saber que la mayoría de las personas con epilepsia suelen recuperarse de las crisis de manera espontánea, por lo que no es necesario llamar a un médico, a menos que... la crisis dure más de 5 minutos, no tengamos certeza de que la persona era epiléptica; en caso de que la recuperación sea muy lenta, si se presenta una segun- tuvo que ser muerto por su guardia, pues no había tósigo que lo matara.
Kratevas, que se dedicó al estudio de plantas y substancias venenosas, encontró poderes y virtudes en cada una de ellas, y las aplicaba según las circunstancias. A veces, por ejemplo, era imperioso, ante un príncipe muerto, ajustar cierta dosis tóxica para que este conservara la dignidad que correspondía a su cargo y no partiera con el rostro crispado y las manos agarrotadas.
Junto con los Borgia, a los que se les achacan reiterados envenenamientos, Kratevas pasó a la historia sin que haya dudas sobre su culpabilidad: sus tratados y memorias documentan la eficacia de su trabajo y terribles experimentos.
Pero unido a la fascinación que los envenenadores me provocan, hay otro motivo para dedicarle esta nota: la belleza de la prosa de Kratevas. Es un asesino que consigue hacer poesía del dolor: “Infuso en la libación, pasa el veneno a las entrañas sin amargura y sólo trasciende un poco de niebla en la mirada antes de que, buscando reposo, recline la cabeza...”.
También es un científico que emplea a quienes lo rodean en sus experimentos, y conversa de igual a igual con un esclavo, al que compró para probar venenos y antídotos; el esclavo llega a saber tanto del oficio, que discute con él síntomas y fórmulas. da crisis o si la persona tiene dificultades para respirar. También si tiene diabetes o fiebre alta.
Kratevas experimenta también en sí mismo pócimas y alucinógenos y escribe páginas de extraña belleza, “que por pudor a alabar la maldad, se ha preferido no hacer públicas”. Sin embargo, se ha salvado una en la cual describe lo que siente después de haberse hecho picar por una serpiente. Creyendo desfallecer, anota velozmente sobre las sensaciones que lo embargan: se siente volviendo a la niñez, a Grecia, su amada patria.
“El recuerdo de esa serpiente cae sobre mi corazón como una sombra, y su figura pasa por el fondo de mi mirada hasta que desaparece y se enciende en su lugar el rostro de mi amada; siento en mí la suavidad de un lamento que no me pertenece, la temible dulzura de las palabras pronunciadas en la desesperación. Serpiente y llanto: toda mi ciencia no es más que este gemido inútil; todos mis actos, sombras de pájaros en el agua”. Sugerencias: 1) Leer El libro de los venenos, de Antonio Gamoneda (Ed. Siruela) y 2) Tener en casa: Plantas medicinales silvestres del centro de la Argentina, de Ezequiel Agüero (Ed. Ecoval).
En caso de que alguien cercano sufra una crisis epiléptica, se recomienda mantener la calma, no tratar de contener a la persona o sus movimientos y, de ser posible, contar cuánto dura la convulsión. También es esencial tratar de quitarle los anteojos y despejar el área de objetos peligrosos. Poner a la persona de costado para facilitar la respiración y que la saliva caiga de su boca. Poner algo plano y suave bajo su cabeza. No tratar de abrirle la boca a la fuerza ni poner allí ningún objeto, ya que podría ahogarse. Permanecer con la persona hasta que la crisis haya terminado, asegurándose de que vuelva la conciencia. Una vez que esto suceda, ayudarla a encontrar un lugar para descansar y recuperar su orientación.
Con el diagnóstico confirmado, el primer paso es el tratamiento farmacológico. Esto debe ir asociado a unas pautas de estilo de vida adecuadas, fundamentalmente mantener una rutina de sueño correcta y evitar sustancias tóxicas. Existen numerosos fármacos antiepilépticos eficaces.
* Médica neuróloga de DIM Centros de Salud. @dim.centrosdesalud