central, a tu Yo interior y esa ansiedad transforma en energía y paz. Toda la ansiedad sentida se transforma en energía y paz. Siempre. Si en vez de dejarte llevar por el estrés y hacer cosas, te paras a sentir y respirar ese estrés, ¿a dónde te lleva la energía? A la tranquilidad. Sólo permanece quieto y obsérvate. Supera la dificultad inicial. Cuando uno no se ha parado nunca a sentir su ansiedad, en el momento de quedarse quieto nota aún más ansiedad, y el deseo de escapar de ella se hace aún más fuerte. Si ya has traspasado este límite decenas de veces, sabes que aunque tenga más ansiedad, si permaneces quieto y respirando se va a pasar pronto, pero las primeras veces, que aún no tienes esa experiencia, cada vez que aumenta la ansiedad, quieres escapar. La solución: sentir en el presente Todo aparece en el presente. El pasado también aparece en el presente, no hay nada que no sea el presente. Lo que pasa es que el presente lo puedes sentir o puedes escapar de él. La felicidad sólo se puede buscar en el presente porque no existe otra cosa. Y que en la medida que escapes del presente estarás escapando del único acceso a la felicidad. Aceptar el presente incluye todo lo que hay en él, hasta tu último pensamiento. La aceptación de lo que pasa en el presente no es resignación. Intenta practicar esto: estate presente en cada momento de tu vida, sintiendo y aceptando lo que sea que aparezca. Y en cada momento pregúntate si te encuentras mejor o estás mejor si sigues tus pensamientos. Pregúntate a cada momento si prefieres el sufrimiento que ya conoces o sentir la paz que da estar en el presente. Y aunque te cueste, pon tu energía en ello. Según lo hagas, irás viendo los resultados, es imposible no verlos, y eso te motivará para seguir en tu práctica Alberto Villar Vacaciones en Gredos
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