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Leone Battista Alberti : el arquitecto como intelectual

Leone Battista Alberti : el arquitecto como intelectual

1404 - 1472

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Provenía de una familia patricia de comerciantes textiles y banqueros. Había recibido una educación universitaria. Escribía poesía y filosofía. Pasó años trabajando como funcionario. Para sus contemporáneos, era un estudioso. Nunca pretendió ser experto en el sentido práctico de la arquitectura. No se le puede considerar como simple humanista interesado por las artes o como simple arquitecto, porque desarrolló escasas obras en la práctica. Él consideraba el humanismo como la aplicación de todos los conocimientos para el interés público.

Vasari lo describe como “estudioso al que le gustaba la arquitectura”. Con esta afirmación, entendemos que en Alberti la parte teórica primaba sobre todas las demás, y que lo más importante que nos dejó, además de alguna iglesia, fue su tratado De Re Aedificatoria, dedicado al Papa Nicolás V, el cual quería reconvertir Roma en la capital del mundo. Lo escribió teniendo en mente el de Vitruvio; tratado que se encontró en el monasterio de St. Gall. Poggio Bracciolini, al dar con él, aportó aún más en la búsqueda de conocimientos de la época antigua. Vitruvio ilustró bastante a los arquitectos del Renacimiento, ya que no solo trataba edificios en concreto y los describía, si no también elaboraba una explicación detallada de las tareas del arquitecto, las cuales eran bastante diferentes de las que conocían por herencia; las del maestro albañil. Además Vitruvio apostaba por una unión de conocimientos teóricos y prácticos. Entendiendo que así el arquitecto era capaz por un lado de dar razones suficientes de las formas que adoptaba y a la vez, no solo se quedaba en palabras y teorías. Pero como ya sabemos, este proceso de fusión teórico y práctico, fue más lento y gradual llegando hacia finales del siglo XV y principios del XVI.

El hallazgo de este manuscrito, podríamos considerar, que allanó la llegada del de Alberti, el cual también lo dividió en 10 libros. Se trataba de una obra dirigida a un público cultivado que sabía cosas de la morfología de la arquitectura pasada y presente y que por ello, no necesitaba ir acompañado de ilustraciones. En los tres primeros libros, trata el tema de la elección del terreno, los cimientos y qué materiales se deben usar. En el IV y V explica diferentes tipos de edificios. Gracias a sus conocimientos, entiende la belleza como una armonía entre las proporciones y que por lo tanto, se puede conseguir matemáticamente, explicándolo en el sexto libro. En los siguientes 3 trata acerca de la construcción de iglesias, edificios públicos y privados. Y en el ultimo, el X, habla de la restauración.

«un arquitecto no es un carpintero o ebanista… el trabajador manual no es más que un instrumento para el arquitecto, que, por medio de una habilidad segura y maravillosa y de un método, es capaz de completar su obra. (…) Para poder hacer esto debe tener un discernimiento perfecto en cuanto a las ciencias más nobles y exactas.» (Alberti, 1450).

Alberti entonces, consideraba que el maestro albañil ya no estaba lo suficientemente educado como para hacer frente adecuadamente a las tareas de construcción, con conocimiento y comprensión. Por lo tanto, la obra de edificación, necesitaba de un diseñador, un patrono y unos albañiles, que avanzaban juntos en el proceso y que iban consiguiendo unir teoría con práctica.

De Re Aedificatoria estaba más dedicado al patrón que al arquitecto. Y entre ellos compartían el aprecio y devoción por la teoría de la arquitectura. Pero después el arquitecto debía ser capaz de trasladarlo a la práctica, compartiendo conocimientos con el albañil, carpintero y demás. En el siglo XVI se asentó bastante la idea de distinguir al arquitecto del artesano y esto generó también conflictos sociales y laborales donde los artesanos luchaban por su trabajo y no querían convivir con el arquitecto que supuestamente, ahora era superior en términos laborales.

El ideal de Alberti sobre la armonía arquitectónica, exigía que el arquitecto fuera responsable de todos los detalles de su edificio; pero como diseñador, no tenía un papel necesario en la construcción. Por lo tanto, la arquitectura no se podía aprender trabajando, si no estudiando. En definitiva, el arquitecto era un artista y un intelectual cuya actividad no tenia nada que ver con la del artesano.

Fig.09.Estatua de Leon Battista Alberti en la Galleria degli Uffizi en Florencia.

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