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William Morris : el arquitecto como artista

William Morris : el arquitecto como artista

1834 - 1896

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Nació en Londres en 1834 donde vivió toda su vida. Fue escritor, diseñador, arquitecto, empresario, poeta, tejedor, artesano,… Buscaba siempre la vía de expresión basada en la creatividad. Fue hijo de un comerciante de la industria recién establecida en Inglaterra. Estudió en Oxford donde empezó ya a recibir influencias de ciertos artistas que fueron configurando su manera de entender el arte, como Edward Burne-Jones o John Ruskin.

En estos siglos caracterizados por la creciente industralización y sistematización de los procesos, nos encontramos con el movimiento Arts&Crafts. Este promovía el volver a la creación de los elementos artesanalmente y conservar la tradición, inspirándose en la naturaleza. En este siglo, el arte se extendió más allá de las escuelas y llegó al mundo doméstico, al hogar. William Morris fue el artista que puso en marcha talleres que pretendían enseñar el procedimiento artesanal que contribuía a una mejora de la sociedad exaltando la sencillez de los objetos cotidianos y olvidándose un poco de la industralización fría hecha por máquinas.

Poco a poco, este movimiento va creciendo y avanzando. William Morris quiso hacerse una casa que se adaptara perfectamente a su modus vivendi. Siguió el Domestic Revival: movimiento inglés que recuperaba lo doméstico. Por lo tanto, se construyó su casa de ladrillo rojo como material tradicional. Distribuyó los usos de tal manera que creaba una división entre lo privado y lo común, organizando la casa en forma de L. La casa se concibió como el lugar de la vida, con su organización funcional que era la prioridad en ese momento. Morris no rechazó el pasado, si no que le otorgó otro punto de vista, aportando una nueva concepción de lo doméstico. Creó un Palacio de las artes, donde podía estar con sus conocidos y amigos y disfrutar creando.

Formó en 1861 el grupo Morris, Marshall, Faulkner & Co. Lo formaban pintores, un arquitecto, un profesor de matemáticas y un ingeniero y pintor. El objetivo era poner en práctica la teoría de John Ruskin valorando el trabajo manual y artesanal de lo domestico. Pasados los años, asumió la responsabilidad completa de la compañía y decidió cambiar el nombre a Morris & Co. Abrió un taller en Oxford Street para que también sirviera de establecimiento comercial. En 1881, abrió otro taller en Surrey dedicado a la confección y estampación de tejidos (Fig.14). Y en 1890 compró otros talleres para fabricar muebles. Esto empezó a lanzar su carrera profesional y cada vez siendo más conocido iba ampliando sus campos artísticos.

William Morris no solo apostaba por una arquitectura entendida como arte, y una negación a todo lo industrial, si no que también quiso acabar con la distinción entre “el gran arte” y “las artes menores”. Darle más prioridad al trabajo manual que permitía establecer una conexión clara y directa con él. Además del respeto por los materiales tradicionales y su forma de trabajarlos. En contraposición con Durand, que negaba toda tradición, Morris la entendía como clave y esencial.

El carácter polifacético de Morris nos permite saber que era un hombre culto y con inquietudes artísticas. Elegido como ejemplo para el arquitecto como artista, es algo claro que se entre lee en su vida y concepción de la profesión. No solo era arquitecto y por tanto, su sensibilidad hacia el arte, aumentó por el resto de sus profesiones. Sus ideas marcaron la época, ya que fue un revolucionario y apostó por la tradición artesanal. De alguna manera, su personaje nos hace reflexionar sobre si el arte es incompatible con la industralización. Está claro que en aquel momento, eso se veía como una amenaza en la que la creatividad y la capacidad personal parecía desaparecer ante un sistema que solo estaba generando copias y copias de algún elemento sin pensar ni introducir nada más allá que materia prima.

Cabe puntualizar que William Morris fue un personaje que no seguía el arte académico, el que encontraba también demasiado sistematizado. Tendía más hacía un “estilo libre” que posteriormente se va acrecentando y surgen nuevos artistas que se lo apropian.

Como hemos ido viendo, el espacio de trabajo sería una consecuencia del perfil y el personaje escogido. En este caso, William Morris y sus talleres establecen una relación muy estrecha entre la concepción del trabajo artesanal como artista y el espacio creado para ello.

Fig.13. Fotografía de William Morris realizada por Frederick Hollyer en 1887. [izquierda] Fig.14. El taller creado por William Morris en Surrey, 1881. [derecha]

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