PlayCross 14

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Una creaciรณn de Martha Saffo

Nยบ 14

Septiembre 2020

EL SALTO DE IRIANA La santafesina vive en plenitud desde que tomรณ una decisiรณn clave


Emma Peel (1938-2020)

El adiós a una musa inspiradora A muchas cross nos gusta jugar copiando varios personajes femeninos famosos. Son nuestras musas inspiradoras, un modelo a seguir para reencarnar durante unas horas el encanto que ellas supieron demostrar en la pantalla o en el escenario. Dentro de nuestras posibilidades, claro. La reciente muerte de Diana Rigg (82), que protagonizó el papel de Emma Peel en la serie Los Vengadores, es una de aquellas heroínas dignas a imitar, porque tenía una femineidad única. Hace cinco años, una nota en el diario La Nación la describía así: "Ninguna con su charme. Nadie como ella para soltar una patada de karateca a la velocidad del rayo y capturar villanos sin mancillar su inquietante catsuit negro ni sus preciosas botas de caña alta, combinadas a la perfección con esos fabulosos vestiditos mínimos, de estampa psicodélica o geométrica. Todo en ella se vio primero o lució mejor: el mono amarillo, precursor del que años después vestiría Uma Thurman para encarnar a la asesina justiciera de Kill Bill, los equipos de falda o pantalón, tan chic, diseñados en bloques de color, la melena lacia pero viva, liberada de las rigideces del fijador, con la que soñaban, en cada peluquería de barrio, las adoratrices de la toca. Emma Peel, la señora Peel, interpretada por Diana Rigg, fue la protagonista única de una serie irrepetible, Los vengadores, que durante ocho años, vale decir, toda la década de 1960, fascinó desde la televisión británica a los espectadores de todo el mundo".

El staff Dirección, edición y diseño: Valeria Campbell Colaboraron en este número: Amy Aldana, Adriana Araya Chazarro, Gabriela Binder, Paula Fetisch, Sabrina Kriger, Melina Mazarotti, Alexia Montes, Maru Re y Natu Ve. PLAYCROSS SEPTIEMBRE DE 2020 HTTPS://ISSUU.COM/VALERIACAMPBELL2


Un nuevo logro hacia la inclusión El cupo laboral travesti-trans marca un hito ansiado por décadas

Por Melina V. Mazzarotti El viernes 4 de septiembre empezó con una noticia que para la comunidad travesti trans de Argentina representa un logro en el camino hacia una ciudadanía en igualdad de condiciones al resto de nuestra sociedad: se publicó en el Boletín Oficial el decreto presidencial Nº 721/2020, que establece la obligatoriedad de ocupación de los cargos de personal por un valor no inferior al 1 % para ser ocupados por personas travestis, transexuales y transgéneros que reúnan las condiciones de idoneidad para ello. Más allá de la emoción y algarabía frente al anuncio, surgen aspectos necesarios de destacar. Se trata de un decreto y no de una ley sancionada por el Congreso Nacional y publicada por el Poder Ejecutivo Nacional. Algunas personas interpretan que el instrumento legal puede ser precario frente a una ley porque un cambio de gestión podría derogarlo –lo cual no impactaría sobre quienes ya hubiesen sido incorporades, sino a quienes quieran hacerlo a posteriori– aunque ello es poco probable, ya que la medida cuenta con gran consenso de la mayoría del arco político. Por otra parte, ya está en tratamiento el tema por la comisión de Mujeres, Género y Diversidad Sexual, con el objetivo de lograr un dictamen unificado de la más de una docena de proyectos presentados. En este contexto de pandemia, que dificulta y ralentiza la operatoria del Congreso -y dada la urgencia del tema puesta en evidencia por el extremo grado de vulnerabilidad y discriminación hacia nuestra comunidad en el ámbito laboral en general– es que la urgencia se impone y desemboca en esta medida. Igual, alguien podría decir que las leyes incluso también se derogan, aunque es menos probable. Respecto de la cifra, el 1 % representa un piso y no un techo. Y dado que abarca a toda la Administración Pública Nacional, organismos descentralizados y empresas controladas, el valor suena coherente y atrayente para quienes nada tenemos. Y entramos en el terreno más sensible: la idoneidad.

Usualmente, este tema se asocia con no tener título secundario, que es el requisito obligatorio para la incorporación. La discriminación, estigmatización y exclusión hacia nuestra comunidad implica que en su gran mayoría no se logre la terminalidad obligatoria. Ante ello, el artículo 4º establece: “A los efectos de garantizar la igualdad real de oportunidades, el requisito de terminalidad educativa no puede resultar un obstáculo para el ingreso y permanencia en el empleo… Si las personas aspirantes a los puestos de trabajo no completaron su educación, en los términos del artículo 16 de la Ley N° 26.206 de Educación Nacional, se permitirá su ingreso con la condición de cursar el o los niveles educativos faltantes y finalizarlos.” También es cierto que la idoneidad no se basa en el título secundario, ya que no supone idoneidad respecto a las tareas a desempeñar. Por último, es importante garantizar el ingreso y la sostenibilidad en el empleo, lo que implica que todas las autoridades y personal reciban capacitación para prevenir y erradicar conductas transodiantes. El artículo 5º indica: “El MINISTERIO DE LAS MUJERES, GÉNEROS Y DIVERSIDAD, en articulación con el INSTITUTO NACIONAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, capacitarán a las autoridades y al personal del Poder Ejecutivo Nacional para asegurar que la inclusión en los puestos de trabajo del Sector Público Nacional se realice en condiciones de respeto a la identidad y expresión de género de las personas”. En conclusión: garantizar las posibilidades de ingreso, compromiso en alcanzar la terminalidad educativa, capacitación y formación en el empleo, capacitación de autoridades y personal, trabajo conjunto y coordinado entre ministerios y organismos públicos para llevar adelante el desafío son la evidencia de la voluntad y decisión política del gobierno nacional de terminar con la histórica discriminación hacia nuestra comunidad en materia laboral. Resta ahora la reglamentación y la implementación efectiva. Es un proceso y lleva sus tiempos. Elijo ver el vaso medio lleno: alcanzamos un nuevo hito como resultado de la militancia colectiva de décadas. El trabajo dignifica. En ese sentido he propuesto declarar al 4/9 como “Día de la Dignidad Travesti Trans”.


S SE EB BA AS ST TI IA AN N N NA AM MU UN NK KU UR RÁ Á

"Que una persona nos elija para venir montada por primera vez es un montón" Un mano a mano de PlayCross con Sebastián Guajardo, el creador del evento Namunkurá: cómo pilotea el cierre de los boliches y de qué manera se imagina la reapertura

por Valeria Campbell ¡Cuánto se extraña! Desde hace varios años, muchas cross y trans disfrutamos de las noches de Namunkurá en Requiem (Avenida de Mayo 948), un subsuelo de paredes negras, lleno de mística, diversidad y buena onda. Es el lugar de escape para una semana convulsionada: significa cerrar los ojos, disfrutar de la música en total sintonía de mujer y tomarse un trago acodada a la barra, en medio de un desfile de personas de las más variadas orientaciones. Requiem también equivale a pasarse horas frente al espejo del baño y sumergirse allí en un micromundo de chicas, dragas y demás mostras. Fuimos felices allí hasta que… nos agarró la pandemia y se cerraron las puertas de las discos. Un hombre clave para la creación de esta atmósfera es Sebastián Guajardo (más conocido como Sebastián Namunkurá), cultor del movimiento queer de Argentina en su relación con la música electrónica y que organiza el evento desde su nacimiento, en 2005. Nunca como en estos tiempos de cuarentena se vio desafiado en pos de sostener la fiesta. Sin embargo, le cuenta a PlayCross que no se rendirá y promete un “fiestón” para la reapertura.

-¿Cómo se atraviesa un período tan negativo e inesperado como éste a nivel comercial, que golpea de lleno económicamente a eventos como Namunkurá? ¿De qué manera se intenta salir? -Desde lo económico, quienes están en mayores problemas son los dueños de los locales. Ellos siguen pagando los gastos de un espacio que está cerrado y que en 2019 tampoco funcionó como se esperaba debido a la crisis que atravesábamos. En su mayoría, quienes organizamos eventos de este tipo tenemos otro ingreso, un trabajo diurno que nos permite costear los riesgos de hacer una fiesta. Una fiesta “alternativa” en Argentina no es una buena idea en términos comerciales. Pero volviendo al tema: los que la están pasando mal son los que deben pagar por un lugar que no reditúa un peso desde mitad de marzo. Ellos son los verdaderos damnificados. -¿Y en cuanto a lo mental? ¿Cómo lo vivís sin la continuidad de las fiestas? -Mi semana está ocupada porque trabajo home office. Desde hace 18 años estoy en la parte creativa de Ona Saez y ahora lo hago desde casa. Mi cantidad de trabajo creció: lo que antes se generaba desde los puntos de venta físicos, ahora hay que hacerlo desde las redes y venta online. Esto hizo imprescindible comunicar con diseño gráfico, fotografía y constantes ideas nuevas. También aproveché el aislamiento para pensar proyectos que espero vean la luz pronto.


-Te hago la pregunta obvia: ¿cuándo creés que se podría volver al boliche? -En CABA tenemos muchos contagios, concentración de gente, trabajadores que no tienen más opción que usar el transporte público y todo eso complica el panorama. Lamentablemente estamos igual que cuando empezamos, porque no se pudo liberar nada. No creo que sea una cuestión de decisiones políticas únicamente, porque te aseguro que si abren los boliches mañana, la gente va a tener miedo de ir. Me parece que tendremos que esperar a que bajen las cifras de infectados o a tener la vacuna. Tengo la esperanza de que la llegada del calor traiga buenas noticias para quienes nos gusta salir de noche. -¿Pensaste en bajar los brazos definitivamente con el negocio? -Mil veces pensé en abandonar todo, pero no durante la cuarentena. Namunkurá ya tenía todas sus fechas en Réquiem, estábamos armando una megafiesta para nuestro aniversario, yo tenía propuestas para colaborar en la organización de otros ciclos, incursionar en el interior como hicimos en enero en Mar del Plata… Por eso me dolió tener que dejar todo en un momento en el que se empezaba a ver un horizonte. Así que decidí no pensar más en Namunkurá como evento hasta que no se vuelva a hablar de reaperturas. Cuando se toque ese tema queremos ser de los primeros en hacer un fiestón. -¿Cuál creés que es la viabilidad del negocio de NMK a mediano plazo, frente a esta situación de posible “nueva normalidad”? -No me copa mucho el híbrido entre un bar y una fiesta donde no se permite bailar. Ya lo viví post Cromañón y el formato es bastante deprimente. Nos gusta la fiesta fuerte, la música bien alta, mezclarnos en la pista, hacer escándalo. Teniendo en cuenta la necesidad que tenemos de volver a vernos, si se da de esa manera algo vamos a hacer, poder juntarnos a tomar un trago va a ser todo un momento, así que aunque no sea lo que más me atraiga, imagino que hasta que la discoteca quede habilitada como la conocíamos nos ajustaremos. -Te llevo un poco a tus principios de Namunkurá. ¿Cómo lo concebiste? ¿De qué manera imaginaste el evento en 2005? -Para mí el final de la década del ‘90 fue dramático. De un día para el otro nos quedamos sin nada, sin lugares de pertenencia, dando vueltas por boliches que no nos gustaban. A todo ese aburrimiento se le sumó la tragedia de Cromañón, como comenté antes, y el panorama empeoró. Con Ariel Barbett, quien fuera mi socio de las primeras épocas, armamos una fiesta en casa de Holy Rodri, un amigo y colaborador que tenía un depto en Villa Urquiza y explotó de gente. Teníamos que avisar por el portero que cuando bajara gente subiría más, y eso nos dio cierta seguridad de que la fiesta no iba a fracasar, y empezamos a ver dónde hacerla. El nombre ya lo teníamos en mente.

Los clásicos flyers de Namunkurá, siempre ingeniosos

-¿De qué forma fuiste contemplando los grandes cambios que se vivieron globalmente en cuanto a perspectiva de género en los últimos 15 años? -Argentina es un país raro porque no es lineal: en 2005, cuando comenzamos, parecía que toda la libertad y diversidad de la década anterior nunca hubieran existido. Retrocedimos. Teníamos que arrancar de cero, a educar otra vez. Esta vez a una nueva generación, porque fueron cinco años en los cuales no se pudo entregar el Legado del old school a los novatos. Pero queríamos hacerlo, teníamos ganas, y disponíamos de la posibilidad de cambiar cosas.


-Cómo se componía tu equipo de trabajo en función de aquel arrancar de nuevo? -Es un staff que viene de ambientes muy distintos, es muy abierto y cero elitista. Tenemos muy claro este asunto de ser anfitriones. Entonces era como mezclar cartas de distintos mazos y jugar a algo nuevo. Abrimos las puertas de la fiesta, dimos trato personalizado y fuimos encarando cada situación con el objetivo de sumar. La gente se empezó a conocer, comenzaron a saludarse, a contactarse con personas que de otro modo no se hubieran conocido. Creo que por eso los cambios en cuanto a perspectiva de género en Namunkurá no se sintieron. No es que nos tomó por sorpresa, sino que al contrario: los esperábamos, los veníamos agitando desde el comienzo. Fue sólo cuestión de verlos concretarse. -¿Cuál es la capacidad de Requiem? -Es para unas 200 personas; esa es la cantidad que entra habitualmente. En realidad, el boliche cuenta con mucha más capacidad, pero por tener una escalera más el espacio por persona que requiere el Gobierno de la Ciudad, no se puede cargar mucho más que eso. -¿Qué es lo que más extrañás de las noches de Namunkurá? -La adrenalina de las listas de invitados, los nervios antes de abrir, la música -me costó mucho poder escuchar house en casa, me daba mucha tristeza-, los brindis, la gente que se acerca a agradecerte que sigas haciendo la fiesta, mirar la pista desde el escaloncito de la cabina… -¿Qué tan importante es la música en estas fiestas? ¿Por qué el house? -La música es fundamental. A mí me encanta el house y la música disco. A su vez están unidos a la cultura LGBTIQ+ y considero que aporta a que el producto final sea de calidad. Muchas fiestas cometen el error de creer que somos “seres bizarros” y merecemos bailar cualquier cosa. Yo todo lo contrario: quiero que bailes lo mejor, que nuestra pista sea un lugar en el que quieras estar, que pueda sonar un clásico o un estreno. Y los Djs lo sienten así, porque cuando vienen no traen sets prearmados. Saben que en Namunkurá vas a hacer lo que te gusta y se lo vas a transmitir a gente muy sensible que si es genuino lo va a captar, y si no, te pueden dejar la pista vacía, porque no hay oponente más difícil y tentador que la pista 80s de Requiem. -¿Qué es lo que no puede faltar en esa comunión de la gente en Réquiem? -Requiem es el lugar en el que más tiempo y mejor trabajé. Es como si me dieran la llave y me dijeran “todo tuyo”. Los dueños y los chicos que trabajan en el boliche son lo más. Me aguantan el mal humor de esas noches en que las cosas salen mal, se toman la fiesta en serio y la sienten como suya. En esto tiene que ver mucho el público: la gente en Namunkurá es en su mayoría amable, sociable y educada. Siempre aparece

Sebastián y sus reinas en una de las barras de Réquiem

alguna mostra, pero… ¿dónde no la hay? ¡Jajajaja! Entonces se alinean los planetas: el centro de noche, el subsuelo, el público, el personal... Creo que es una cuestión de respeto, tanto por quien va a trabajar como los que se acercan a divertirse. El respeto es lo que no puede faltar. -¿Y qué lugar creés que ocupamos las cross en el contexto de la fiesta? -Las cross empezaron a acercarse a Namunkurá en el tercer año, por ahí. Creo que en Cocoliche hicieron sus primeras visitas grupales. Ayudaron a afianzar la identidad de la fiesta, aportaron mucho. Que una persona nos elija para venir montada por primera vez es un montón. Saben que en Namunkurá no van a juzgarte por tu experiencia sobre los tacos. No hay bullying. Podés tropezarte mil veces o ni tener make up: alguna te va a encontrar y te va a llevar al baño para darte unos tips o pintarte los labios. Se trata de eso. Son parte de nosotros.


HISTORIAS CROSS DE FUGAS, BATALLAS Y ESPÍAS... El Brigadier Dudley Clarke, un illusionista de lo femenino que ayudó en la Segunda Guerra

Desde el bandido vasco Bascot de Mauléon hasta Guillermo Patricio Kelly, los episodios reales más locos que tuvieron a las prendas femeninas y el glamour como aliados

Por Paula Fetisch Hombres amenazados que de repente recurren a una estrategia secreta para fugarse, espiar o directamente salvar su pellejo. Un recurso que es… el crossdressing, aunque parezca increíble. Sin más, hurguemos en la historia de estos aventureros que feminizaron su imagen para eludir el peligro y salir (a veces) airosos. Con la idea de saquear la comuna francesa de Thourie, Bascot de Mauléon, bandido vasco, simuló en 1364 hacerse pasar como mujer al igual que sus cómplices; hicieron que juntaban agua en cántaros y se escabulleron en el castillo, permitiendo entrar al resto del grupo. Según las crónicas, las mujeres les decían “Hola María ¡Qué temprano te levantaste esta mañana!”, respondiendo ellos con voz fingida. Carlos Eduardo Estuardo era un noble escocés. Derrotado en la batalla de Culloden (1746), fue ayudado por su amiga Flora MacDonald, quien lo disfrazó como Betty Burke, su doncella. Más: el Caballero de Eón fue un espía francés a quien Luis XV le ordenó simular ser dama de compañía de Catalina la Grande de Rusia. La transformación estuvo tan bien lograda que todos creían que era una chica. Incluso, su condición de varón se develó al morir en 1810, cuando se revisó su cuerpo. Martha Saffo lo describe detalladamente en la PlayCross Nº 7 de la primera época de la revista. Alexander Kerenski gobernaba Rusia tras la caída del zar. En noviembre de 1917 fue removido del cargo por los bolcheviques de Lenin y escapó disfrazado de enfermera. El Brigadier Dudley Clarke se convirtió en un maestro del disfraz británico, aunque el desenlace no fue feliz: en 1941 se encontraba en Madrid cuando fue arrestado travestido; aparentemente usó el recurso para algún trabajo de espionaje no autorizado.

Más: Henk Jonker, de la Resistencia Holandesa, se disfrazó de mujer con el nombre de Hélène Annie Smitshuisen para fotografiar las instalaciones nazis. Todo un audaz ante un peligro máximo. Pero también tenemos ejemplos locales, como el del ex activista y dirigente político Guillermo Patricio Kelly. El 28 de septiembre de 1957 se vistió con tapado de terciopelo negro, peluca rubia, anteojos oscuros, guantes de gamuza y una pequeña cartera de mano roja. Con ese look, ayudado por la poetisa Blanca Luz Brum, se fugó de la Penitenciaría de Santiago de Chile caminando entre las mujeres que fueron a visitar a los presos. Urgido por el operativo, lo más meritorio fue que se transformó en solo 18 minutos. Otras veces se disfrazó de deshollinador, cura y oficial naval. Ehud Barak, futuro primer ministro de Israel, se travistió con la misión de asesinar a líderes palestinos en Beirut durante la Operación Primavera de Juventud (1973). Los comandos simularon ser turistas, algunos con ropas femeninas. Tenían todo calculado, porque antes habían practicado cómo moverse de manera femenina. Al retornar a su casa, su esposa se percató de que estaba maquillado y que en su equipaje había ropa de mujer. Enojada, le preguntó a Barak y éste confesó que había tenido que imitar a una mujer. La señora se enorgulleció de lo que hizo su marido por su país. BONUS TRACK: revolviendo en una “librería de viejo” encontré un manual del IRA (Ejercito Republicano Irlandés). Trataba sobre armas, explosivos y tenía un capítulo donde explicaba minuciosamente cómo travestirse. Pensé en adquirirlo, pero desistí al convencerme de que no sería recomendable tener esa literatura a mano.



DESDE 1995

LA BITÁCORA DE SABRY CULTI VOS ORGÁNI COS DE CALI FORNI A

La escultural Sabrina Kriger, siempre atenta a cada detalle de la transformación

Por Sabrina Kriger ¿Cómo voy navegando en la pandemia? Nunca es un buen momento para un hecho semejante, la llegada de un virus mortal que descalabra las ya erosionadas estructuras mundiales no me tomó desprevenida, pero sí en medio de proyectos, mudanzas y viajes de trabajo. Me dejó lejos de mis afectos, quedé de repente con la sensación de estar sola y desnuda en la inmensidad de ningún sitio. Los primeros días me sentí sola y más que eso. Me dediqué a buscar dentro de mí y he visto que mi gusto por la soledad y por tener contad@s y fieles amig@s tiene anclaje en el hecho de poseer el control de esa soledad. Ahora, bien distinto es cuando de un momento a otro el destino te impone estar lejos de los demás, cuando quedás enredada en el laberinto de las nuevas condiciones para vivir. En medio de tanto yo, Sabry, con mi vida femenina que ha salido del closet hace seis años y que repentinamente parece volver a esa dinámica. Después del primer sentimiento comenzó la rebeldía, fortalecí mi mente y dejé correr más libremente en mí las hormonas femeninas, disfruto más delicadamente de mi ropa, en especial la ropa interior. Ocupo mis días, trabajo y dirijo mi entrenamiento a mis glúteos y piernas a la búsqueda de estar en forma y de lucir mejor. Disfruto de cosas simples que nunca me había permitido… Caricias a mi piel con cremas para la cara y el cuerpo son nuevos rituales que acepto. Mi vida de chico no me crea conflictos, me gusta, pero el viaje interior de estos tiempos es de mucha energía femenina; fue muy emocionante volver a montarme después de tanto tiempo. Espero prontito poder volver a mi conquista, aún con ese frío que me corre en el momento de cruzar la puerta para salir a la calle. Extraño tomar algo en la puerta de un boliche con mis amigas. ¡Hasta pronto!


Iriana Victoria Ojeda

"Transicionar fue mi mayor acto de amor propio" La santafesina era cross, reorientó su vida y ahora disfruta de su plenitud de mujer junto con su esposa y su hijo

por Valeria Campbell Esta es una historia feliz. Un relato con un buen presente, más allá de las múltiples turbulencias. Incluso hoy siguen apareciendo nubarrones, pero nada que amilane a Iriana Victoria Ojeda en su decidido vuelo hacia la transexualidad. La Viko, como la conocen en Santa Fe, participó de varias Noches Cross Virtuales y contó en esos zooms una serie de vivencias a partir de un pasado crossdresser. Además, sumó en cámara a su mujer y a su hijo, el reflejo de una familia que construye sueños y que procura respaldarse en la sinceridad. Lo hizo a partir de una declaración de principios que volcó en una carta en facebook para sus conocidos: “Hoy quiero que mi cuerpo y mi género estén en sintonía… SOY UNA PERSONA TRANS”. -Empiezo por el final: ¿llegaste a tu plenitud de mujer o perseguís algo más para consolidar tu ser? -Cuando empecé a transicionar, mi idea consistió siempre en ir paso a paso y no generarme expectativas. Pasó muy poco tiempo y ya mi reflejo había cambiado. A la vez, mi historia clínica controlada por la endocrinóloga varió, porque decía “persona trans” y de repente mutó en “mujer trans”. Digamos que ése fue mi primer sacudón, porque solo habían transcurrido seis meses de la terapia de reemplazo hormonal (TRH). En ese momento pareció que el tiempo se detenía y allí surgieron recuerdos de muchos momentos distintos. Entendí entonces que ya me había convertido en lo que siempre había soñado: una mujer trans. Y transicionar fue mi mayor acto de amor propio.

-Cuando nos imaginamos los sacrificios y los precios que habría que pagar para llegar a ser trans, muchas cross no podemos ni arrancar. ¿Qué perdiste o en qué medida te desgastó este recorrido? -No sé si perdí, porque mucha gente que creía amiga ya no está, y si no está es porque no debía estar en mi vida. Sí me dolió de mi amigo de toda la vida, que sintió que yo lo defraudé. Le di su espacio con la esperanza de que procesaría la noticia pronto y que volveríamos a charlar cerveza de por medio, pero no fue así... Lo que sí, mi madre tiene un concepto errado de lo que me hace feliz. En realidad nunca me escuchó, decidió enojarse y lo tomó como que cambié para joderle la vida, así que me alejé. No sé, quizás necesite elaborarlo... Pero también entendí que mi vida la vivo solo yo y aprendemos día a día a transitar por ella. -¿Con qué tipo de barreras seguís luchando para experimentar una vida plena de mujer? ¿Cuáles son las dificultades que te puede deparar el día a día, también con tu trabajo de tatuadora? -Con el trabajo no tengo problemas, porque aparte de ser independiente y el rubro es más artístico, me da más posibilidades de tatuar a personas lgbtiq+, pero lo negativo es que varones ya no vinieron a tatuarse y la barrera con la que lucho está relacionada con lo social. Sobre todo con los hombres, porque en el trayecto de la cochera a mi casa asocian mi condición con el hecho de estar “laburando”. Además está ese pensamiento machista de que por ser trans deben gustarme los hombres y no es mi caso. -Es particular la manera en que se te despertó –o confirmó- tu impulso de ser una chica. ¿Cómo fue aquel “préstamo” de tu pareja?


-Fue un día de lluvia en 2003, a nada de conocernos con mi actual mujer. Llegué todo empapado a su departamento y al sacarme la ropa para que se secara un poco, ella a modo de chiste me tiró una tanga roja y me dijo: “Tomá, ponete esto”. “Mirá que después de esto no hay vuelta atrás, ¿eh?”, le advertí. Y me puse esa colaless roja, jajaja… -¿De qué manera evolucionaste en el crossdressing? -Acá en la ciudad de Santa Fe tenía poco contacto con chicas cross, solo vía facebook. En casa siempre aprovechaba momentos en soledad para montarme, me acuerdo que ponía una frazada en el piso para que no se escucharan los tacos en el departamento de abajo. Mi pareja solía tomarme fotos, que después subía a face pero sin mostrar el rostro. Con el tiempo me hice amigo de un peluquero y maquillador y en su peluquería nos montamos. El y su pareja lo hacían de un modo más artístico o estilo drag queen. Y la verdad es que cuando llegaba la hora de quitarme el maquillaje lo sufría. Interiormente sabía que había algo más en mí con este tema. -Lo que más intriga, mirándolo desde afuera, es cómo tu esposa decidió seguir adelante con vos más allá de tu decisión de dar un paso hacia la transexualidad, entendiendo que ella eligió originalmente a un hombre. -A mí también me intriga, jajaja... La verdad es que es una gran compañera porque se puso la camiseta, me apoyó y dijo: “Esta es mi familia, le guste a quien le guste”. Y acá estamos… Obvio que no le resulta sencillo asimilar las miradas de los demás y los comentarios por lo bajo. Ella también tiene su proceso y entiendo que no es fácil estar en su lugar. Pero aunque ella diga que es cuadrada, es muy valiente. -¿Están casadas? -Sí, nos casamos por civil y por iglesia en 2016, mi aspecto era el de un varón “hipster”, porque estaba en mi etapa cross. Aún no había empezado a transicionar. -¿Y con tu hijo? ¿Cómo es el vínculo con él? ¿De qué manera entiende tu chico la relación de sus padres? -Ufff... si lo tengo lejos siento que me muero.. El es muy particular, siempre me conoció así, para él es normal la relación de sus padres. Aunque le cuesta entender algunas cosas, siempre fuimos con la verdad y sabe que su papá ahora ya no se llama como antes y “es una nena”, como dice él. -¿Cómo se le explica todo esto a un hijo que todavía no llegó a la adolescencia? ¿Y te preocupa algún tipo de conflicto futuro con él cuando esté más grande? -Se le explica hablando con la verdad, respondiendo sus dudas y con acompañamiento de una psicóloga. Pero como te decía: para él es normal ver a su papá como una mujer. Sinceramente no me preocupa que pueda haber conflictos, y si los hubiera, el amor que nos tenemos terminaría con esos problemas. Los niños naturalizan lo que van viviendo; los preconceptos y los prejuicios se los imponen los adultos.

"A un hijo se le explica hablando con la verdad", dice Iriana

-Hubo un día que mandaste una carta desde tu facebook de varón en el que explicabas tu cambio hacia una vida trans. ¿Cómo fue esa experiencia y qué repercusiones tuviste? -Fue hace poco, el 15 de febrero 2020, creo que no era la 1 de la mañana. Hacía rato que había escrito la carta, lo hablé con la psicóloga y me recomendó que primero la leyera mi esposa. Al final tardé unas tres semanas en decirle que la mirara y trasladarle mi idea de qué hacer con ella. Le pareció que se trataba de un buen sinceramiento, así que la publiqué y a los cinco minutos la quise eliminar... Pero respiré hondo y me dije: “Acostate y mañana ves qué onda”. Al otro día fueron muchos los mensajes y comentarios de aliento y de felicitaciones que me llegaron, no lo podía creer.


-¿Cómo se dio el momento en que recibiste el nuevo DNI y qué implica para vos? -Cuando decidí dar ese paso del documento vinieron los cuestionamientos de mi esposa. El reclamo era acerca de qué íbamos a ser después de mi cambio de DNI, y yo le respondí que iba a seguir siendo mi esposa. Ella me contestó: "Sí, para vos es fácil, ¿pero vos qué vas a ser de mí? Dudé mucho después de ese planteo. Incluso al tiempo, en una situación en que estábamos juntas, me pidieron mis datos y me puse incómoda, ya que todavía mi DNI reflejaba otra cosa. Ella notó mi incomodidad y eso me dio el pie a darle para adelante. Cuando llegó el DNI subí llorando al departamento... ella me vio, me abrazó y me dijo: “Te felicito”. Sentí mucha paz: ya era Iriana.

nada que te frene. Si tuviera que dar un consejo, a mí me sirvió tener una amiga trans, ayuda profesional y saber que no estaba sola. -¿Qué observás en general del grupo cross por zoom, en cuanto a sus maneras de pensar y sus aspiraciones? -El grupo está bueno porque cada una cuenta sus vivencias desde su punto de vista. Podemos coincidir o no y vemos un abanico de posibilidades, ya que no todas buscan lo mismo. Ahí es donde aparece la diversidad y cada experiencia ayuda a otra persona a dar un paso más. Creo que es productivo para todas.

-¿En qué consistió tu tratamiento y cómo sigue? -Comencé TRH en marzo de 2019. Mi endocrinóloga es especialista en género, me la recomendó una amiga trans. Arranqué con mis análisis y estudios para saber si mi cuerpo estaba en condiciones de empezar un tratamiento hormonal. Una vez que tuve esos resultados empecé la toma de pastillas con 2 miligramos de progynova (estradiol) y 100 mg de espironolactona (antiandrógeno). Ahora estoy con 6 mg de progynova y 200 mg de espironolactona. Se fue graduando la dosis a partir de distintos análisis.

-En facebook solés ser muy crítica con el colectivo trans y las posiciones que vos considerás como “fanáticas”, también relacionadas con la política... -Las críticas no son con respecto al colectivo, sino que se dirigen hacia aquellas personas que por seguir una ideología no ven la realidad a su alrededor. Están a la expectativa de que alguien se equivoque en usar el artículo ya sea "el" o "la" y ahí nomás te quieren clavar una denuncia por discriminación, pero la discriminación viene por otro lado. Además noto que se aferran a un punto de vista y todo tiene que ser así. Entonces se están contradiciendo respecto de la diversidad, porque no todas pensamos lo mismo ni tenemos las mismas ideas.

-¿Qué le dirías a una cross al borde de dar el salto pero que todavía no se anima? ¿Cómo sería "soltar"? -Le diría que la vida es una sola, que aprendemos a vivir día a día y, así cómo se ganan cosas, se pierden otras tantas. Pero pesan más la que se ganan. Hay tormentas que atravesar, y cuando al fin se suelta esa mochila gigante y te encontrás a vos misma, no hay

-¿De qué manera las chicas trans deberían encauzar la lucha, entonces? -Siendo más tolerantes y menos discriminatorias entre nosotras, porque no todas estuvimos en la lucha y no por eso somos "cómodas" en aparecer ahora. Cada una vivió su proceso interno con sus respectivos tiempos, hasta llegar a ser lo que somos hoy.



Alice Cos Group LAS MUÑECAS QUE BAILAN COMO ANGELES

Por Alexia Montes

El grupo chino fascina con su increíble belleza y sensualidad; la perfección en "ilusión femenina"

Por Alexia Montes Los descubrí hace varios años en una de esas sugerencias que envía YouTube. Obviamente, saber que se trataba de muchachos bailando travestidos aumentó mi curiosidad y caí rendida ante el encanto, la belleza y el talento de este grupo de jóvenes que, a simple vista, parecen verdaderas mujeres. Toda la producción que hay a su alrededor de vestuario, maquillaje, pelucas y zapatos logra ese mágico efecto, pero también es inobjetable que su apariencia andrógina natural, de caras de rasgos suaves y cuerpos

delgados, ayuda considerablemente para caer en la confusión. A esto hay que agregar la sensualidad con que bailan, que evidentemente no solo es producto de su habilidad natural sino, además, como es de esperar en un espectáculo de origen chino, viene como resultado de una férrea disciplina, mucho ensayo e interés de superación. Si se repasa en YouTube, aparecen una gran cantidad de videos donde se los observa bailando y haciendo playbacks de temas conocidos en el mundo del K-POP, la música que es disfrutada por los jóvenes de Japón, Corea del Sur y China. Algunos temas como “Momoland”, “Bili-bili”, “Hello Wiggle”, “Mini skirt”, “Flower power dance”, “Dance Queen” (no es la de Abba), “Lion Heart”, “Sistar alo-

ne", “Tara number 9”, “Diamond”, “Girls” y otras coreos están llenas de encanto y sensualidad. La vestimenta para los números suele ser variada, los podemos ver como personajes de Sailor Moon, con trajes tradicionales chinos o Lolitas o también con cortísimas minifaldas y vestidos muy ajustados. El grupo se creó en 2009 en Wuhan, siendo sus generadores Hao Ge y Xiao Hua. Comenzó siendo un grupo de admiradores de cosplay que se vestían como personajes femeninos de los mangas o anime. Al poco tiempo de formarse decidieron incursionar en la danza y allí se encontraron con la realidad de un país que en algunas cosas pretende ser moderno y. en otras, demasiado tradicionalista y retrógrado.


Hasta el cosplay eran tolerados por la sociedad, pero hacer espectáculos públicos de danza era demasiado y la reacción no se hizo esperar, tanto fue así que muchos de los 197 jóvenes que habían adherido originalmente al grupo tuvieron que renunciar por la presión de familiares y su entorno, quedando solo 30. Alice Cos Group estuvo a punto de disolverse, mientras soportaban toda clase de prejuicios. Hasta fueron llamados “travestis tailandeses” lo que indicaba una fuerte transfobia y una marcada xenofobia. La presión incluyó que algunas universidades importantes obligaran a alumnos pertenecientes al grupo a renunciar. A finales del 2010, la agrupación se puso de nuevo en funcionamiento: fue invitada a un programa de debates en la televisión y los miembros tuvieron ocasión de explicar que lo suyo era "arte" y que no tenían la intención de deformar las mentes de los niños, argumento con el que se los acusaba. A partir de allí hubo un cierto cambio en la percepción del grupo y fueron invitados por una gran cantidad de compañías de espectáculos. La cotización de sus miembros pasó de 80 yuanes (12 dólares) a 1500 yuanes, por show. Para demostrar que eran personas que viven el día a día como cualquier otra, comenzaron a divulgar detalles de su vida fuera del escenario, presentando novias, trabajos y vida social. Pero siempre se los vio como

afeminados, ya que esa es su característica y condición para pertenecer al grupo: piel blanca, manos y pies pequeños. Además del hecho de que prodigan un gran cuidado a su cuerpo, manteniéndose depilados e invirtiendo muchísimo tiempo en ello. Un recital multitudinario que se realizó en 2012 para festejar los tres años del grupo fue todo un gran suceso en su ciudad, Wuhan, y una presentación en Xiamen, poco tiempo después, congregó a jóvenes seguidores de toda China que viajaron especialmente para verlos. A pesar de ello hay otros medios musicales televisivos que siguen discriminándolos. Ellos se presentan como “weiniang”, que sería algo así

como “travesti”, pero aclaran que no aceptan travestis en su grupo. En forma discriminatoria, sus organizadores dicen que la inclusión de travestis les traería mala reputación y que ellos solo usan ropas femeninas ocasionalmente fuera del escenario o los videos. La popularidad de Alice Cos Group y su lucha por hacerse notar en los medios del espectáculo ha generado una grieta en la sociedad china. En un país altamente tecnificado, las opiniones se generan en foros virtuales que nuclean cada vez mayor público de ambos lados. Y la discusión ha ido más lejos. Según parece, altas autoridades escolares llamaron la atención sobre la feminización de los jóvenes chinos, no solo influenciados por los espectáculos de weiniang, sino también por la educación normal, pues "se somete a los varones a las órdenes de maestras mujeres, lo que contribuye a la pérdida de sus dotes masculinas". Igual, el weiniang y las formas de cosplay y travestismo también son defendidas por importantes autoridades, como el sexólogo Peng Xiao Hui, de la Universidad de China Central, que dice que el travestismo fue una práctica corriente en épocas en que no se permitía contacto entre los hombres y las mujeres no emparentados y que hoy el travestismo es un elección de vida que debe respetarse. Mientras tanto, aquí en Occidente, donde sufrimos las mismas disyuntivas, nos queda vía YouTube el placer de ver a estos chicos bailando como ángeles.


Gabriela Binder


TWIN PEAKS La primera personaje detective transgénero del FBI

Por Adriana Araya Chazarro Si existe una serie enigmática, innovadora e intrigante es sin duda Twin Peaks, de David Lynch y Mark Frost. Las dos primeras temporadas se estrenaron en los 90’s. Y en 2017 apareció la tercera temporada, llamada "Twin peaks – el regreso". La historia arranca cuando el agente del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan) llega al pueblo de Twin Peaks para investigar el asesinato de la adolescente Laura Palmer. La serie se destaca porque se aleja del género policial clásico y propone un tinte renovado. Lynch agrega humor negro, terror, suspenso y elementos paranormales con personajes creados desde enfoques muy particulares e inclasificables. Algo nunca visto antes en la televisi{on ni en plataformas de video on demand. Una de esos personajes excepcionales que quiero destacar es la agente Denise Bryson, interpretada por el actor David Duchovny, que tiempo después se volvió muy popular por su actuación en la serie Los Expedientes Secretos X. Puedo estar equivocada, pero creo que en Twin Peaks aparece por primera vez una funcionaria crossdresser y luego transgénero de alto rango de la DEA (La Administración de Control de Drogas en USA) con tanta aceptación. Denise llega a Twin Peaks para ayudar a limpiar el nombre de Cooper cuando es acusado de estar involucrado en una operación de drogas. En su presentación, ella le revela a Cooper que ahora se llama Denise, y luego explica que se dio cuenta de que era transgénero durante una operación que la obligó a ir encubierta como travesti. Cooper, siempre tan íntegro

y respetuoso, lo acepta fácilmente, aunque el Sheriff Truman y Hawk, que son más machirulos, les parece extraño. Solo David Lynch puede presentar lo diferente de una forma tan sutil, elevada y artística. En la serie, los y las colegas aceptan el cambio de Denise sin cuestionarse más. Y en la tercera temporada, Denise vuelve a aparecer pero ya no como una agente de drogas, sino como la jefa de personal de la Oficina Federal de Investigaciones, teniendo incluso a un hombre como secretario. A cualquiera le sorprenderá la naturalidad con la que la personaje rompe los estereotipos. Lynch dignifica a esta personaje y propone que ser transgénero no es un obstáculo para progresar en ninguna carrera. La tercera temporada la pueden encontrar en Netflix.


Por un futuro mejor Cómo fue el trabajo de base en Mar del Plata para lograr que las trans tuvieran, a través de la contención, una progresiva inclusión en la sociedad

por Maru Re

Para comenzar esta nota voy a colocarlas en contexto: soy una veterana de más de 50 años, vivo en Mar del Plata y he transitado el mundo académico y de la investigación. Trabajé en las áreas de la educación, la salud y la justicia, lo que me ha dado una perspectiva de la vida distinta, la cual pueden compartir o no. En lo que se refiere a cuestiones de diversidad de género, hace unas tres décadas me empecé a involucrar en realidades transgénero en esta ciudad. Por cuestiones de afinidad establecí relaciones de amistad con muchas chicas trans y me di cuenta de sus padecimientos. Y si tenía la intención de trabajar en el cambio de las condiciones, debía barajar entre dos posibilidades: erigirme en un factor de poder político -algo casi imposibleo arremangarme y trabajar desde la base. En esa época, las primeras travestis que frecuentaban las calles de esta ciudad no tenían la morfología, ni la apariencia, ni las posibilidades económicas para decidirse a iniciar transformaciones físicas, llámese tratamientos hormonales o intervenciones quirúrgicas de trans-

formación, con lo que se desenvolvían en un ámbito cultural con muchas falencias. Así que de poco, con el tiempo, fui conociéndolas, acercándome, asistiéndolas, en algunos casos financieramente y posicionándome en algo que era mucho más importante de encontrar: una persona con la que pudieran tener contención, un nivel de conversación sobre metodologías de vida, oportunidades y cómo crecer para no tener que estar vendiendo su cuerpo en una esquina. La lucha no fue fácil porque se chocó con muchos impedimentos. El primer obstáculo fue la pseudoorganización que las defendía, que no dejaba de ser una proxeneta que les cobraba por estar paradas en una esquina en determinada franja horaria. El segundo problema fue la presencia de los narcotraficantes, que encontraban caldo de cultivo para distribuir sus drogas, lo que siempre las llevaba a atravesar dilemas judiciales o directamente frecuentar la cárcel. De todas maneras, algunas entendieron el mensaje, mi mensaje, que apuntaba a una evolución personal para presentar mejores alternativas para puestos laborales.

Así se logró que algunas fueran descubriendo sus vocaciones o, incluso, se consiguieran cursos de perfeccionamiento para actividades de acompañantes terapéuticos. O bien, afinar la búsqueda de alternativas comerciales para que el rédito de la venta de su cuerpo tuviera un fin más concreto que las liberara de esa ocupación. Hoy, con más de un cuarto de siglo de militancia en las sombras, puedo decir que tengo el reconocimiento y el conocimiento de muchas, casi diría de una gran mayoría de esas personas. Es cierto: no todas tuvieron éxito, no todas pudieron salir de ese mundo difícil. El objetivo era interpretar que podían transformar un recurso económico inmenso circunstancial, como lo era la explotación de su cuerpo, en un ingreso constante, modesto pero “social y legal”. Es decir, lograr que invirtieran en una alternativa de recursos –un emprendimiento comercial, al fin y al cabo-, que les ofreciera la chance de vivir de otra cosa que no fuera la prostitución. En concreto: una iniciativa legal con aceptación social y que no tuviera el lucro efectivo rá-


pido, pero sí duradero y constante para el resto de sus vidas. La lucha sigue a partir de ese fundamento. Repito: hablo del ambiente transgénero de esta ciudad, porque la realidad en otras ciudades puede ser muy distinta. Acá en Mar del Plata observé un marcado énfasis de auto-discriminación de estos sectores; de hecho es difícil comprender que alguien que es marginal genere nuevos marcos de marginalidad o de discriminación hacia otras personas, pero pasa habitualmente. Es una barrera difícil de superar, está muy bueno que cada quien trate de identificarse en alguna parte, porque todos necesitamos tener parámetros donde ubicarnos, si soy religioso o ateo, o si soy de una orientación política tal o cual, si soy popular o no, pero lo malo es cuando usamos esas características para descalificar al otro. Así vi cómo se descalificaban entre las locales o las extranjeras, las que tenían tetas y las que no, las de apariencia más femenina y las que sus cuerpos no las acompañan armónicamente. Una clasificación muy marcada. Después de eso te desmoralizás, y aprendés a seleccionar a las personas íntegras y a quiénes apuntalar. En una palabra: darle opciones para cambiar el destino prefijado. Por ese entonces, la expectativa de vida de una chica trans era de aproximadamente 45 años. La ruda vida del invierno en las noches, en estas calles, sumado a los vicios como el consumo de alcohol, la mala alimentación y la exposición a tratamientos nocivos para modificar el cuerpo conducían a una triste y dolorosa muerte a muchas de ellas. Hoy puedo decir que muchas han logrado transformar sus vidas, han superado muchos de sus obstáculos, pero aun así, la mayoría no ha cambiado esa manera de descalificar a sus pares. Nada muy distinto a la vieja chusma de barrio, pero tratándose de una minoría marginal en busca de ser valorada y respetada, esa mala práctica no cabe. Entre todas las que estamos en búsqueda de visibilidad y respeto, lo primero que nos debemos es ser tolerantes y cuidadosas en el trato a sectores que están en la misma lucha.

Lo cross, lo trans, el Yin y el Yang... Por Natu Ve Habitualmente se cree que el estadio superior de la cross es ser trans. Yo disiento un poco con eso: creo que ser trans es un lugar distinto, la evolución del crossdressing es ser no binarie. Y lo no binarie ya no tiene nada que ver con lo cross, porque no hay cruces. Es una dialéctica en el sentido hegeliano entre dos polos que se atraen y se repelen, pero que finalmente se complementan y generan algo más evolucionado. Se entiende si lo pensás en términos de tesis ("masculino") antítesis ("femenino") y síntesis ("no binarie"). Cuando ya no te identificás con ninguno de los géneros binarios no existe el cruce entre los mismos, entonces une fluctúa con un poco de esto y un poco de aquello. Con respecto al Yin y el Yang, realmente no es un concepto binario. El tao no lo es en absoluto. Sí es un concepto dual el yin (negro, femenino, pasivo, la luna) y el yang (blanco, masculino, activo, sol), son polos opuestos e interdependientes que se complementan. En el símbolo se grafica que en todo lo blanco (masculino) hay algo femenino -dentro de la lengua hay un círculo negro- y viceversa. Y donde empieza se continúa el otro, no hay principio ni fin, sino que es un círculo infinito. De esta forma, nada es estático, todo está en movimiento. Para citar a la serie alemana Dark, que es un furor en Netflix: "El comienzo es el final y el final es el comienzo".


COMICROSS Clara de noche, la chica de culto que hacía reír y llorar por Amy Aldana Si hay una rutina que extraño y realicé por muchos años es la de cada jueves sin excepción, cuando pasaba por el puesto de diarios a comprar el diario Página/12. Más allá de leer las noticias, era el día en que salía el suplemento joven NO y gozaba de dos placeres: por un lado, me actualizaba con las noticias del rock y por otro -y creo el más importante- disfrutaba de las historietas de “Clara de noche”, la trabajadora sexual por elección que lucía su cuerpo escultural enfundado en su ajustadísimo vestido negro y sus excitantes portaligas. El guion de estas viñetas estuvo a cargo de la dupla Carlos Trillo-Eduardo Maicas y fue dibujada por el español Jordi Bernet. Es un personaje que se inspiró en Bettie Page, la famosa actriz pin up de los años 50’. Clara Fernández, así se llama, es una mamá soltera que cada noche sale a trabajar para darle el mejor bienestar a su amado hijo, “Pablito”. Las historias de Clara tienen esa magia que por momentos nos hace reír y ser cómplices de sus aventuras o desventuras con sus clientes. Pero también, es capaz de emocionarnos hasta las lágrimas con su amor incondicional hacia su hijo. Y por qué no, también nos lleva a reflexionar con un humor muy pícaro, inteligente y sutil acerca de la hipocresía de la sociedad y de esos personajes que ante la mirada de todos señalan con el dedo y, sin descaro, disparan frases como: “Ahí va la prostituta del barrio” o “ese chico es el hijo de la Puta”. Son los mismos que en sus limitadas libertades condicionales salen corriendo a adquirir sus servicios. Al margen de esa atmósfera hostil, Clara de Noche siempre tiene como prioridad a su hijo, a quien a través de su trabajo en una esquina busca brindarle educación y un porvenir. Si se le “caía” un cliente, ella partía rauda a su casa para despertar a Pablito y regalarle un abrazo. Es una gran historieta que fue evolucionando con el tiempo y abordando distintas situaciones sobre la vida, siempre bajo las claves de la picardía, el erotismo, el humor y el espacio para pensar. El dato color es que la historieta salió simultáneamente en Argentina y España y se volvió de culto. Se podría decir que Clara representa a una de las “mamás” del comic, como fue La Chacha, de Patoruzú, y Raquel, la madre de la legendaria Mafalda.


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