

Había
una vez un chico llamado
Oliver

amigos...
A Oliver le encantaba jugar con sus

Con sus juguetes...

Y era muy activo en el colegio!

Un día jugando en el patio de su casa, se le ocurrió una gran idea...

Pensó .

Con esta idea, y muy emocionado, fue a la tienda y le pidió una semilla a la señora, quien se la dió con todo gusto

Oliver regresó a su casa y después de abrir un hueco, plantó la semilla, la regó y esperó a que creciera.

Y esperó...

Y esperó otra vez, hasta que tras unos meses su semilla no había crecido nada!

Desmotivado, Oliver fue a su cuarto donde su papá lo consoló diciéndole:


Las palabras de su papá ayudaron a Oliver a sentirse mejor, y recuperar la esperanza, y así...

Tras unos meses, y durante la primavera, repentinamente apareció un gran árbol de guayaba en su patio!

Y así, Oliver se alegró mucho y pudo jugar en el árbol y comer guayabas todos los días.

