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1. MARCO TEÓRICO 1.1 Antecedentes y estado actual del tema San Antonio de Ibarra es una parroquia de la ciudad de Ibarra, en el norte de Ecuador, en la provincia Imbabura. Desde los años 1880 aquí se establece un importante centro artístico con el esfuerzo escultor y pintor, Daniel Reyes. El joven escultor adquiere conocimientos artísticos en diferentes talleres de Quito y posteriormente fue apoyado por el gobierno ecuatoriano para la conservación y difusión de los logros de la escuela quiteña (Villalba, 1989). Daniel Reyes junto a sus hermanos, Fidel y Luis, abre la primera y única institución de formación artística en San Antonio, el Liceo Artístico, que en 1884 empieza su labor pedagógica. Desde aquella época, el oficio de talla de madera fue en auge y San Antonio llegó a formar un centro importante de imaginería ecuatoriana, ya que para finales del siglo XIX las principales escuelas artísticas del país, la quiteña y la cuencana, llegaron a su paulatina decadencia (Ferrer, 2016). A lo largo del siglo XX la formación de los escultores de San Antonio se realizaba en talleres de Quito o en el propio San Antonio, con el apoyo del Instituto Superior Tecnológico de Artes Plásticas “Daniel Reyes” (nombre adquirido en 1976). Así se iban formando dinastías familiares, donde de generación en generación se pasaba el oficio de talla de madera, con muy escasas oportunidades de estudios fuera de la localidad, lo que hizo de este pueblo un lugar de formación autodidacta y de desarrollo de sus propias tradiciones y formas de trabajo artístico (Ferrer, 2017). En la actualidad en San Antonio de Ibarra existen alrededor de cien talleres dedicados a la elaboración de escultura en madera, retablos, muebles y adornos, de los cuales aproximadamente de 30 a 40 talleres destacan por su imaginería religiosa y retablos, en parte exportados a países americanos y europeos, mayoritariamente a España. Como asegura Oswaldo Villalba (2003) para el momento de los años 2000 en el pueblo existían alrededor de dos mil artesanos, reunidos en talleres. Existe una opinión generalizada en la provincia de Imbabura, que los talleres sanantoneses son herederos directos de la Escuela Quiteña, y que las técnicas, iconografías, y formas de trabajar son las mismas que en la época colonial. Esta opinión se debe a la ausencia de un estudio rigurosos tanto de historia, como, de la obra realizada. Hoy en día, las circunstancia en cuales se ve involucrada la talla de madera en San Antonio, no permiten fielmente seguir las tradiciones quiteñas. A continuación, veremos cuales son los principales problemas para la formación de la producción artística de esta región. Desde finales del siglo XX empezaron las importaciones de materiales y herramientas para la talla, la mayoría de Alemania y de los países vecinos como Colombia. Entre otros, se importaba el oro, el bol y las herramientas europeas. En 2008 cambió la política del gobierno del país, aplicando algunas restricciones tanto para importación de materiales como para exportación de la obra. En 2007 el gobierno puso en veda el cedro y posteriormente volvió a ponerlo en veda algunas veces más, lo que complicó en gran medida el trabajo artístico de la talla (Malessa y Palacios, 2011). Estas razones propiciaron la bajada en la producción, que coincidió con otro proceso social, el desinterés por los oficios tradicionales entre la nueva generación. Existe una opinión de algunos artistas sanantoneses que, a raíz de estos procesos, durante la última década empezó la paulatina decadencia de los talleres y San Antonio está inmersa en la actualidad en una etapa de crisis. Al mismo tiempo, artistas propietarios de grandes talleres que