De la misma manera, debieron haberse practicado las formas tradicionales de trabajo colectivo: el ayni y la minga. El ayni se refiere a la ayuda mutua entre dos personas, especialmente para trabajos agrícolas, y la minga es la ayuda de un grupo numeroso de personas, una parcialidad, una familia extendida a una persona de prestigio, que pudo ser el curaca. En la prospección arqueológica preliminar realizada por José Echeverría y María Victoria Uribe10, se detectaron más de cuarenta posibles asentamientos, algunos con evidencias de varias ocupaciones, iniciados por una muchedumbre de tradición La Chimba, luego con otras etnias, especialmente Pastos y Cosangas, aparte de los Caranquis. Un trabajo amplio que perduró aproximadamente una década, lo realizó en la jurisdicción del cantón Pimampiro la arqueóloga norteamericana de la Universidad de Wayne State Univesity, PhD. Tamara Bray; producto de este trabajo se tiene innumerables y valiosos papers y ponencias (1994; 1995; 2005). La arqueología confirma las observaciones de la documentación etnohistórica, como lo señala en sus anotaciones el cronista Antonio Borja ([1592]1965): Hay siempre a la continua en este pueblo de Pimampiro y en el valle del dicho Coangue más de trescientos indios forasteros de Otavalo, Caranqui , Latacunga y Sigchos y de otras tierras muy apartadas de esta, que vienen por caso de la coca a contratar con estos. También hay aquí más de doscientos indios de los Pastos que vienen al mismo rescate... (p. 252). Es posible que la masiva presencia de Los Pastos en el valle del Chota-Mira no se debiera solamente a su vecindad y densidad demográfica, sino que en algún momento este valle pudo haber sido dominado por Los Pastos, que luego habrían sido superados por los Caranquis. En este valle encontramos tanto topónimos Otavalo como Pasto. “El balle pusput piru” y en otro nombre se llama pusir (Caillavet, 2000, p. 105). En razón de que las tierras tenían el nombre de sus dueños, este caso puede interpretarse como una sobreimposición del nombre por parte del nuevo dueño. Antes de Los Pastos, hay evidencias de la presencia de gente emparentada con costumbres de los grupos La Chimba Medio (Athens, 1978b). Con seguridad, el valle del Chota-Mira fue un polo de atracción desde épocas antiguas, especialmente por sus características geográficas de valle subtropical y por sus condiciones de corredor natural con vías de acceso hacia los cuatro puntos cardinales. La proximidad de variados pisos ecológicos dan a esta área una particularidad especial: “Hay zonas de páramo, sobre los 3.500 m, debajo de los cuales se encuentran terrenos elevados, ocupados con sembríos de trigo. En los valles del Chota y del Ambi, alrededor de los 1700 msnm, se puede cultivar una variedad de productos subtropicales. El medio natural del fondo del valle es de carácter subtropical árido; las áreas superiores cultivadas son templadas subáridas 10 11
Echeverría y Uribe 1995. Preston, 1972, p. 90.
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