Piedad y Alfredo Costales (1981, p. 29) encontraron en la provincia de Chimborazo el siguiente sistema de trueque: Un huevo por cinco panecillos. Una pequeña batea con capulíes por una taza o canasta de cebada o trigo o por una shigra de papas.
Medidas A pesar de que en el trueque las medidas para llegar a un acuerdo entre los participantes no tienen que ser necesariamente exactas o equivalentes en sentido matemático, hay algunas formas y objetos que facilitan el mutuo acuerdo en las transacciones. En cuanto a medidas de capacidad, en la época de los Incas había la Pokcha, equivalente a media fanega(16kg), según el marco de castilla tenía un calendín o sea 27.7 litros, variables según las regiones de España (Rostworoski de Diez Canseco, 1981). En la costa central del Perú, calculaban el maíz en una medida llamada SIQUIS, correspondiente más o menos a medio almud castellano(0.3795kg) (AGN Testamento de indios año de 1597). En un documento del norte se menciona: “siete calabazas de maíz”. Aparte del uso de mates también se empleó en los Llanos una tinaja boquiancha como medida de media fanega. En el Collao(Departamento de Puno) se utilizó el aymura, costal lleno, equivalente según Bertonio a una fanega (precisamente, la voz aymurantha significa henchir el costal hasta el tope). Para la medición de líquidos había una gran variedad de cántaros y tinajas. Para porciones pequeñas de maíz, fréjol, harinas, se utilizaba el poctoy o almozada, consistente en la dosis de cualquier cosa suelta que abarca en la concavidad que se forma juntando las palmas de las manos, o puñado. Aún en la actualidad, en la jurisdicción del cantón Otavalo, los indígenas utilizan como medida “el puñado”, “el manojo”, tanto si es para intercambio de determinados productos como para redistribuir gratuitamente. “El quipe”, consistía en productos que alcanzaba a cargar una mujer indígena, envuelto en una tela grande a manera de sábana, por ejemplo: un quipe de hojas de nabo. En los puestos de venta ubicados en los alrededores del antiguo mercado “24 de mayo” todavía se podía apreciar medidas tradicionales como: “porción”, “ración”, “la taza”, “la shigra”, “manojo”, “costal o saco”, “costalillo”. La papa se vende por canastos de zuro o carrizo de diverso tamaño. Las indígenas “moteras”, vendían el mote en manojos, tacitas y pequeñas bateitas hechas en Oyacachi. El maíz por mazorcas o si era desgranado, se vendía por porciones, por tazas. La leña o la hierba para los animales se vendía por mula, cargas o por huangos. La carga fue una unidad de medida equivalente a unas 25 libras, utilizada para leña, forraje y para algunos productos agrícolas (Piedad y Alfredo Costales 1966, p. 321). Con el cultivo de la caña de azúcar, se popularizó la venta de la raspadura o panela en “adobes”, atados y envueltos en hojas de caña o de plátano, tapas, medias tapas; el trago o “puntas” (aguardiente o alcohol etílico artesanal o doméstico) se vendía en botellas de un litro o en galones (cuatro litros); de igual manera, la chicha la expendían en pilches para servirse ese rato, o en botellas para llevar a la casa. Para la venta de la manteca y la mapawira se utilizaba como medida una cuchara de palo y como contenedor una hoja de col.
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