La tradición de movilidad permanente es antigua; los señoríos aborígenes de la sierra tuvieron relaciones de intercambio con la costa y la Amazonía mediante los mercados temporales que se instalaban en las hoyas de la sierra y en donde se realizaron tratos interregionales pues no había moneda. Se conoce por Frank Salomón que el liderazgo en el manejo del mercado era rotativo en nueve mercados de la zona de Quito, denominados “Khatu” o “catu” en lengua quichua y aymara. Los conquistadores españoles trajeron de México la denominación de “tianguez” (Salomón, Frank, 2011, pág. 185) (Gráfico 6). En la hoya del río Guayllabamba los nueve catu se distribuyeron de manera estratégica, en los pasos naturales de la cordillera y en zonas resguardas: Cachillacta y Cansacoto estaban fuera de la hoya pero eran importantes porque eran puntos intermedios en donde se intercambiaban bienes de consumo originarios de la costa y de interés para los pobladores de la sierra. En la meseta de Quito hubo tres mercados: el de Cotocollao al ingreso natural hacia la costa, el de Quito, en el emplazamiento del actual centro histórico y un tercero en el Sur, en Panzaleo (actual Machachi). En los valles los catu se distribuyen uno al Norte y otro al Sur del volcán Ilaló. En el Norte está el de Pingolquí situado en la confluencia de los ríos Chiche y Guayllabamba, zona cálida y seca en donde se produjo fruta. El del Sur, en el Valle de Los Chillos localizado entre las poblaciones actuales de Uyumbicho y Amaguaña, importante por la producción de maíz. En la parte oriental de la hoya estuvo el mercado de El Inga, importante como centro de acopio de la producción proveniente de la amazonía, en particular la herbolaria curativa. Finalmente el mercado de Cayambe, ubicado en el Norte de la hoya es un modo de intercambio en dirección Norte Sur (p. 37-38). Llama la atención un dato curioso que presentan Piedad y Alfedo Costales (1981), en 1788, el término cato vuelve a tomar vigencia en la Villa de Ambato, el Cabildo denomina Patacato (Pata-Cato) a la plazoleta o lugar de venta de productos, identificando a quienes participan en ella, así por ejemplo, mindalas, verduleras…, (p. 18-19). En el área de Pasto, un centro de intercambio importante fue Ancuya (actual municipio del departamento de Nariño, ubicado a 70 km de San Juan de Pasto). Resulta interesante que, en Colombia todavía se mantiene la terminología mindalae. “Las mindalas somos las personas que vamos a llevar la encargatura de truequiar, la mindalita es la mujer y el mindalae es el hombre, -pero no son los alimentos-, los rejueros, el trueque y cambalache es el ejercicio que se hace.” Mamá Rosa Mueses. Encuentro regional AICO 20. Según las investigaciones arqueológicas y la documentación temprana (Landázuri, 1995), en el valle del Chota-Mira existió, por lo menos, dos centros de intercambio o tiangueces: Pimampiro y Las Salinas. Otros mercados importantes existieron en Quito, según información del Libro Primero de Cabildos de Quito, 20
Manuel Nieto, Editor. Comida, territorio y memoria. Situación alimentaria de los pueblos indígenas colombianos, FAO, 2015, p. 67).
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