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Conquista de México-Tenochtitlan: ruta de Cortés desde que sale de Cuba hasta que
Conquista de México-Tenochtitlan: ruta de Cortés desde que sale de Cuba hasta que llega a Tenochtitlan y se consuma la conquista.
Las primeras expediciones de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva
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La corona española no mostraba interés por esas tierras, pero en 1516 se intensificaron los esfuerzos para llegar más allá y valorar si eran solamente unas islas o había algo mucho más grande e interesante.
En 1517, el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, envió al capitán Francisco Hernández de Córdoba con 3 naves y 150 hombres a las costas de la península del Yucatán, entrando en contacto con los mayas y viendo una de sus grandes ciudades, ante la que quedaron impresionados. Estas nuevas noticias llegaron a Cuba, generando gran expectación y rápidamente se pusieron manos a la obra para organizar una nueva expedición. Esta vez, el mando fue entregado al capitán Juan de Grijalva, que dirigió un comando compuesto por 4 naves y 240 hombres.

Tras el éxito de estas últimas expediciones para la Conquista de México, Diego Velázquez no tardó en preparar una nueva aventura para continuar explorando las costas mexicanas buscando algún punto conveniente para poblar y fundar ciudades, aunque este no era oficialmente el motivo de la misma, sino comerciar y explorar únicamente.
Aún no sabían que en el interior de esas costas se encontraba el Gran Imperio Azteca, si bien ya habían oído algunas historias sobre grandes ciudades y riquezas.
El capitán elegido para esta expedición de conquista de México fue Hernán Cortés. Rápidamente, se pusieron en marcha los preparativos y lograron reunir once naves y quinientos cincuenta hombres y dieciséis caballos. Partieron de la ciudad cubana de Trinidad el 18 de febrero de 1519, llegando a los pocos días a la isla de Cozumel. Allí se produjo el primer contacto de la expedición de Hernán Cortés con indígenas mayas, en donde fueron agasajados con regalos y celebraron una ceremonia religiosa. mayas y los lanzaron por las escaleras del templo, sustituyéndolos por una cruz y una imagen de la Virgen.
Los jefes mayas trataron de mantener la calma y no entrar en conflicto con sus invitados. Finalmente, y en paz, partieron y fueron en búsqueda del río de Grijalva
Pero el tema religioso no gustó mucho a los españoles, que intentaron convencer a los jefes mayas de que su Dios era mejor que los suyos y, sin avisar, agarraron a los ídolos 26 Ramìrez Ayelen

Primer enfrentamiento con los mayas: La Batalla de Centla
La expedición llegó el 11 de marzo de 1519 a la desembocadura del río Grijalva, junto a la ciudad de Potonchán, donde se produjo la primera batalla de la expedición de la conquista de México.
Fueron atacados por los indios chontales. Hernán Cortés intentó tomar la ciudad mediante una maniobra de distracción, pero fueron sorprendidos y tuvieron que atacar de frente a los numerosos indios, venciéndoles tras una dura batalla, la primera entre mayas y españoles.
Fue denominada como la Batalla de Centla. La ciudad fue tomada en nombre del rey de España, se realizaron todos los trámites legales y se fundó la villa de Santa María de la Victoria, primera ciudad hispana construida en Mesoamérica.
En este lugar, fue donde los caciques mayas entregaron a varias mujeres a los capitanes españoles como símbolo de paz y amistad entre ambos pueblos. Entre ellas, la famosa Malinche, que actuaría de intérprete entre el maya y el nahuatl.
Allí, pasaron varios días para descansar y curar a los heridos y, finalmente, partieron hacia el norte costeando la costa del Golfo de México hasta llegar a San Juan de Ulúa, donde fundaron la Villa Rica de la Veracruz.
Fundación de la Villa Rica de la Veracruz: Cortés toma el mando
La Villa RIca de la Veracruz fue fundada gracias a el conflicto entre el grupo velasquista, los cuales se negaban a romper su vínculo con cuba y argumentaban en contra de los planes de conquista de Cortés
Ante el descontento, Cortés ordenó el embarque para el día siguiente y anunció que todos volverían a Cuba. Pero por la noche, sus seguidores se pusieron de acuerdo, persuadieron a otros y por la mañana en el campamento militar eligieron como alcaldes ordinarios a Alonso Hernández de Portocarrero y Francisco de Montejo, de igual forma nombraron regidores, alguaciles, procurador, tesorero, contador, todos ellos partidarios de Cortés.
Con este hecho se concluyó la protesta y quedó instaurado el primer ayuntamiento de México y América, lo cual representó para Hernán Cortés la forma de desligarse del gobernador de Cuba, ya que contaba con autoridades legítimas establecidas, de acuerdo a la legislación imperante en España.
Fue aquí, en la Villa Rica de la Veracruz, donde los españoles establecieron contacto por primera vez con emisarios del tlatoani Moctezuma para informarle sobre quiénes eran y qué querían.
Los totonacas: los primeros aliados de Hernán Cortés.
Éstos les dijeron que no tenían nada que temer, que solo querían explorar y comerciar con los nativos. Fueron agasajados por los jefes nativos y se realizaron celebraciones con demostración de caballería y la infantería española. Los jefes mayas quedaron impresionados.
Pero la inquietud comenzó a prender en algunos expedicionarios españoles que consideraban que ya habían explorado y logrado bastante y que ya era de volverse a la pacífica Cuba. No obstante, esto significa para Cortés entregarse al gobernador Diego Velázquez y tener que entregarle el, para él, tuvo resultado del viaje.

Por ello, mediante una argucia legal, Cortés tomó el poder de la expedición en nombre del rey de España, en vez de en nombre del gobernador de Cuba, por lo que ya esos hombres tendrían que obedecer a él y podrían continuar adelante sin verse debilitados por algún abandono e incluso la pérdida de alguna nave.
Ramìrez Ayelen
La vida continuaba en Veracruz de forma muy difícil y complicada. Se habían dado cuenta de que el lugar no era el más adecuado para vivir y comenzaron a explorar los alrededores en busca de un lugar más apto.
En una de esas exploraciones, contactaron con los totonacas, unos nativos mayas tributarios de los mexicas. Éstos les invitaron a visitarlos en la ciudad de Cempoala y conocer a sus dirigentes.

Para allá fue Cortés con algunos hombres y se entrevistaron con ellos. Les dijeron que los mexicas les tenían sometidos a una tiranía insoportable, robándoles a jóvenes para sacrificarlos o usarlos como esclavos, cobrándose cuantiosos tributos y también abusaban de sus mujeres.
Cortés vio la oportunidad y les ofreció aliarse con ellos para quitarse el yugo mexica de encima. Los totonacas aceptaron sin dudarlo. Estos indígenas serían los que posibilitaron, junto a otros muchos, la conquista de México por los españoles, gracias a su apoyo local y el aporte de numerosos guerreros
Partida a Tenochtitlán
Una vez asegurada la alianza con los totonacas y reforzadas las defensas de Veracruz, Cortés dio dos nuevos golpes de mano para afianzar la expedición: envió una nave con emisarios a Castilla para informar y justificar sus acciones ante el rey Carlos I de España y ante las insistentes protestas de los partidarios de regresar a Cuba embarrancó las naves que les quedaban para evitar la huida de esos descontentos, que tuvieron tragarse sus protestas y seguir colaborando en esa alocada aventura.
A mediados de agosto de 1519 ya tenían todo preparado y partieron hacia la capital mexica. La expedición estaba compuesta por 15 caballos, 400 soldados de infantería, 200 cargadores y 1000 totonacas.
Por el camino, fueron visitando diversos pueblos que les dieron una buena acogida proporcionándoles alojamiento y alimento.


La guerra de Tlaxcala
A principios de septiembre de 1519, los expedicionarios encabezados por Hernán Cortés y acompañados por varios millares de indígenas aliados de Cempoala, cruzaron una vistosa fortificación que marcaba la frontera de Tlaxcala. Pero el “camino de rosas” que parecía que estaba siendo esta conquista de México terminó en esas puertas de la ciudad. Tlaxcala era un pueblo que no había sido juzgado nunca por los mexicas y que quería mantener su identidad e independencia. De inmediato fueron atacados por un bien organizado batallón de guerreros indígenas que detuvieron su avance. Tras este enfrentamiento inicial, las confrontaciones militares duraron hasta dos semanas. Provocaron numerosos heridos e incluso hubo algunos muertos entre los españoles y millares de bajas entre los indígenas, aliados y enemigos, así como entre la población civil de Tlaxcala. Finalmente no tuvieron más remedio que rendirse y aliarse con los españoles al darse cuenta de que no eran aliados de los mexicas, sus grandes enemigos. Estos hechos llegaron a conocimiento de Moctezuma, que continuó enviando emisarios que invitaban a los españoles a volverse atrás y no seguir su camino hacia Tenochtitlán. Pero no hicieron caso y siguieron adelante.
En estos días ocurrió un hecho mágico: una pequeña expedición de españoles comandada por el capitán Diego de Ordás vio que el volcán Popocatépetl estaba en erupción y decidieron subir a verlo más de cerca.
Cuando llegaron a la cima, quedaron sorprendidos al contemplar todo el valle de México con Tenochtitlán en el centro del lago. Fue la primera vez que un europeo veía semejante espectáculo.

La llamada “masacre de Cholula” fue una de las acciones bélicas más sangrientas de 1519 y sin duda la más espectacular, pues sus víctimas fueron los gobernantes, los sacerdotes y la población civil desarmada. Cholula era una de las ciudades más grandes y famosas de Mesoamérica, un activo centro comercial y un importante santuario religioso consagrado al poderoso dios Quetzalcóatl, por lo que fue llamada después “la Roma o la Meca” de estas tierras. Descansaron varias semanas en Tlaxcala y un día llegaron varios emisarios de la ciudad sagrada de Cholula invitándoles a visitarlos, pero los tlaxcaltecas les avisaron de que podía ser una traición.
Cholula era aliada de los mexicas y grandes enemigos suyos, pero la conquista de México no podía frenar mucho tiempo. Cortés no hizo caso y salió en dirección a esta nueva ciudad.
Allí ya les estaban esperando los máximos mandatarios cholultecas, que les atendieron muy amablemente y agasajaron a sus visitantes. Pero al poco tiempo fueron desentendiendo de los españoles y provocando la ira de Cortés, quien protestó a los caciques nativos, además de interrogarlos por una serie de detalles que habían podido observar y que les hacía sospechar que había alguna traición preparada en su contra.
Efectivamente, tuvieron que reconocer que habían recibido órdenes de Moctezuma de entretenerlos en la ciudad y que a las afueras de la misma había un ejército mexica esperando para acabar con ellos. La reacción española y tlaxcalteca fue inmediata y tomaron violentamente la ciudad acabando con multitud de cholultecas asesinados principalmente por los tlaxcaltecas que eran enemigos suyos.
La última ciudad antes de Tenochtitlan había caído. Ya solo quedaba descansar tras estas luchas y preparar la entrada en la capital mexica.
Hernán Cortés en Tenochtitlan
Partieron de Cholula y por el camino fueron recibiendo a más emisarios de Moctezuma invitándoles a volver por donde habían venido, pero Cortés siempre se mantuvo firme en que no lo harían.
El 6 de noviembre de 1519 llegaron al borde del gran lago de Texcoco ,donde fueron recibidos por un sobrino de Moctezuma, Cacamatzin, junto a otras personalidades de México.
Era el preámbulo al gran encuentro entre el capitán general de los españoles y el tatloani mexica, que se produjo el 8 de noviembre de 1519. Se saludaron e intercambiaron regalos y palabras de aprecio.
Moctezuma les invitó a alojarse en el palacio de Axayaca. Las reuniones entre ambos mandatarios se repitieron en los días siguientes en los que el español trató de convencer al mexica en el error de su religión e invitándole a abrazar la verdadera religión.
Lo único que logró Cortés fue el enfado de los sacerdotes mexicas, que le recriminaron su actitud poco respetuosa hacia sus líderes. El capitán español prefirió rectificar y dejar el tema de lado de momento.

Según las historias escritas por autores españoles, a mediados de noviembre de 1519, pocos días después de su llegada a México-Tenochtitlan, Hernán Cortés tomó como prisionero a Moctezuma Xocoyotzin, tlatoani de esa ciudad. Según él mismo justificaba al rey de España en su Segunda Carta de Relación, gracias a que unos recaudadores mexicas visitaron la ciudad aliada de Cempoala, aliada de Cortés, y trataron de cobrar tributos y de llevarse a unos jóvenes para su sacrificio, pero los totonacas se negaron argumentando que se les había eximido de tales obligaciones y que no pensaban obedecer.
Esto provocó la reacción mexica, provocando un enfrentamiento que terminó con la muerte de un alguacil español llegado de Veracruz, Juan de Escalante, seis soldados españoles y un alto número de indios totonacas . Bajo pretexto de averiguar más sobre los sucesos y castigar a los culpables, tomó como su rehén al "emperador" indígena. Obligado, lo llevó de su propio palacio, al palacio de Axayácatl donde estaban alojados los españoles, donde permanecería vigilado por ellos.
Si bien Moctezuma obedeció sin problemas, los dirigentes mexicas no admitieron esta sumisión tan fácilmente e intrigaron para expulsar a los españoles de la ciudad.
Cocomatzín, sobrino del tlatoani, fue el más beligerante. Si bien sus intenciones no eran liberar a su tío para restituir su poder, sino ascender él al cargo de tlatoani. El ambiente se había exaltado mucho y la situación de los soldados españoles empezaba a ser muy preocupante.
La expedición de Pánfilo de Narváez y la Batalla de Cempoala en 1520

El gobernador, Diego Velázquez, había enviado, al mando de su capitán Pánfilo de Narváez, para enfrentarse y apresar a Cortés y sus hombres. El desembarco en la costa de Veracruz de las fuerzas de Pánfilo de Narváez fue uno de los principales episodios de la campaña de Hernán Cortés: puso en entredicho su autoridad por la complicada situación jurídica, la actitud de Moctezuma cambió al recibir la noticia antes que él, hizo dudar a los aliados indígenas y el hecho de que el grupo de españoles en Tenochtitlan fuera tres veces inferior al recién llegado cimbró el mando.
El mismo Moctezuma se lo comunicó a Cortés, preguntándole cómo era posible que esos compatriotas suyos fueran allí a detenerle en nombre del rey de España.
Le insinuó que le había mentido y que toda su historia era una patraña de un farsante.
Su decisión de atacar rápidamente sorprendió a Narváez, quien fue derrotado en Cempoala el 27 de mayo de 1520. Los españoles capturados aceptaron enrolarse en sus filas y la situación militar mejoró, pero la situación en Tenochtitlan cambió por completo. Para muchos, a partir de este punto la conquista se volvió cada vez más violenta.
La fiesta de Tóxcatl y la matanza del Templo Mayor
En la época prehispánica, la solemnidad de Tóxcatl estaba dedicada a los dioses Huitzilopochtli y Tezcatlipoca; el primero, patrono del pueblo mexica y el segundo, deidad suprema del panteón náhuatl junto a Quetzalcóatl y a Tláloc. Tóxcatl no era solamente una fiesta vinculada a la temporada de secas y al ciclo agrícola de los antiguos nahuas: para los mexicas tenía también un significado político muy importante vinculado al poder del sumo gobernante de México Tenochtitlan. Al final de la fiesta, en un ritual parecido a la eucaristía cristiana, los principales de Tenochtitlan comulgaban con el cuerpo de Huitzilopochtli en el patio del Templo Mayor; esto levantó en los españoles la sospecha de que el demonio había engañado a los pobres indios, revelándose, parcialmente y de manera distorsionada, los misterios cristianos de la muerte y resurrección de Jesucristo y obligándolos a celebrar una ceremonia parecida a la Pascua que sin embargo era una burla de la verdadera religión.
Sólo podemos conjeturar sobre las razones de los españoles. Tal vez se percataron de los planes de una parte de la nobleza mexica no controlada por Moctezuma, la cual quería aprovechar la ausencia de Cortés para deshacerse, de una vez por todas, de los huéspedes incómodos. Los españoles, atemorizados por la supuesta conspiración, probablemente, idearon un plan aún más atroz y cruel del de sus enemigos: invitar a los mexicas a celebrar la fiesta de Tóxcatl y, una vez reunida toda la nobleza en el patio del Templo Mayor, eliminarla sin importar si había tomado parte en el complot o no.
De manera muy desafortunada, la última fiesta de Tóxcatl celebrada el 23 de mayo de 1520 se transformó en una horrible carnicería perpetrada por los españoles sobre la nobleza mexica reunida en el recinto sagrado de Tenochtitlan y conocida en la historia de la Conquista de México como “Matanza del Templo Mayor”. Pero, ¿hubiera sido posible “llevar la fiesta en paz”, y evitar no sólo una masacre innecesaria, sino también una guerra de conquista que sigue siendo una herida abierta en la historia de este país?

La situación era insostenible. Los españoles se mantuvieron refugiados en el palacio, pero los ataques mexicas y el paso del tiempo estaban acabando con muchos soldados y con sus provisiones.
Cortés ordenó a Moctezuma que apaciguase a su pueblo y le mandó a la azotea del palacio para que mandase a sus súbditos detener los ataques y volver a sus casas ya que, según él, los españoles habrían prometido salir de la ciudad al día siguiente.
La respuesta que su pueblo le devolvió fue una certera pedrada en la frente que le terminó ocasionando la muerte varios días después.
El escudo protector del tlatoani había desaparecido. Ahora sí que tenían que salir de allí como fuera.
La accidentada retirada española tuvo lugar el 30 de junio de 1520 y fue ejecutada en dirección a Tacuba. Se realizó por la noche, tratando de escapar sin ser vistos, pero los mexicas estaban muy vigilantes y atacaron sin piedad a los huidizos españoles.
Por el camino, mataron a casi la mitad de los soldados y los que no tuvieron la suerte de morir en su captura fueron sacrificados en los templos mexicas. Esta fue conocida como la Noche Triste, uno de los episodios más sangrientos de La Conquista de México desde el punto de vista español.
Hernán Cortés fue derrotado en esa noche y, por ende, perdió a la mayor parte de su ejército, hombres, caballos y armamento. Se dice que al ver pasar los restos de sus tropas, vencido lloró de dolor al pie de un viejo ahuehuete al saberse vencido por los mexica


La huída se llevó a cabo por el oeste de la ciudad de Tenochtitlan y los aliados llevaron a Cortés y sus tropas por una ruta que rodea la Cuenca de México hacia el norte y luego de regreso a Tlaxcala hacia el este. En el camino, fueron constantemente hostigados por los mexicas y otros grupos indígenas que les perseguían, pero los tlaxcaltecas apoyaban en la retirada, alimentándose, curando las heridas y llevándolos, hasta donde fuera posible, por lugares menos peligrosos. Los espías de Cortés informaron, que en un llano más adelante, habían visto una gran cantidad de guerreros mexicas esperándolos; se trataba precisamente de los llanos de Otumba. Iniciada la batalla, los españoles enviaron a las unidades de caballería para lanzar las tropas mexicas. Cortés es muy claro al decir que debían atravesar a los mexicas por las entrañas para vengar la muerte de sus soldados en Tenochtitlan. Hernán Cortés vislumbró la única forma de salir de esa situación: atacar al ciuacoatl, el capitán general del ejército méxica. Al ver sus penachos, plumas y ricos adornos, se lanzaron contra él, lo hirieron y le quitaron el estandarte. La estampida del ejército mexica fue inmediata. El milagro se habría producido.
Últimos pasos de La Conquista de México: los españoles llegan a Tlaxcala
El diezmado ejército de españoles y aliados indígenas llegaron a Tlaxcala, donde fueron bien recibidos. Sin más dilación, comenzaron a preparar el contraataque contra Tenochtitlán.
Por error, el gobernador de Cuba, Diego Velázquez de Cuéllar, y el de Jamaica, Francisco de Garay, enviaron refuerzos en material y hombres a Veracruz y Pánuco, sin saber que sus enviados habían sido capturados o fracasado en sus misiones.
Los hombres de Cortés acogieron de muy buen grado estos regalos. También se dedicaron a forjar nuevas alianzas con otros pueblos mesoamericanos logrando con ello más guerreros y material.
El ataque definitivo contra Tenochtitlán se realizaría desde dos lugares y estrategias distintas: por las calzadas, cerrando la salida y entrada de hombres y víveres, y por la laguna, mediante la construcción de varios pequeños bergantines que bloquearan las operaciones y la huida.
El 28 de diciembre de 1520 partieron de Tezcuco 550 soldados, varios miles de guerreros tlaxclatecas, 40 caballos y 8 cañones pequeños. Todo estaba preparado para la acción que se iniciaría el 28 de abril de 1521.
El 13 de agosto de 1521, conforme a las interpretaciones de las fuentes históricas por parte los historiadores, aconteció la Caída de Tenochtitlán, también conocido como el Sitio de Tenochtitlan, la capital de la civilización mexica, llevado a cabo mediante la negociación entre civilizaciones que se encontraban bajo el yugo mexica y el conquistador español Hernán Cortés.
Así, habiendo tomado el control de todos los pueblos y ciudades en las orillas del lago, por solicitud de Hernán Cortés bloquearon las salidas de la ciudad y cortaron el acueducto que conducía agua potable a la ciudad. Además, mandaron una flota de 12 bergantines (barcos) con un cañón cada uno y miles de balsas indígenas que arrasaron con la flota mexica. Con ello, Cortés esperaba la rendición rápida de Tenochtitlán, pero al interior de ésta Cuauhtémoc tomó varias medidas, entre ellas, acabar a todo aquel que apoyara o negociará con los españoles. El pueblo mexica se atrincheró en la ciudad hasta que el combate se convirtió en una batalla campal.
Al final, tras la caída de Tenochtitlán, muchos mexicas huyeron de la ciudad, ya que las fuerzas españolas continuaron los ataques incluso después de la rendición, masacrando a miles de habitantes y saqueando la ciudad. Tenochtitlan había caído y con ella se completaba La Conquista de México, creándose un nuevo territorio llamado Nueva
España. 42 Ramìrez Ayelen