Magazine Ustedes Humanos #2

Page 1

1


2


1


Diseño de portada y diagramación Geraldiny Guerrero Muñoz Asesoría de diseño Myriam Esther Mahecha Fajardo Traducción Cuento Scroogled Camila Bordamalo García Editores de textos y contenido Rodrigo Bastidas Pérez Liliana Cortes Guillermo Vanegas Flórez Traducción comunicación via e-mail Jorge Augusto Campos Rosero Gina Ruiz Rengifo Jose David Rojas Abadia Vanessa Ardila Hugo Buitrago

USTEDES HUMANOS Edición No 2 / Febrero 2014, Bogotá. ISSN: 2665-5462 En linea / Periodicidad: Periodo de tiempo indeterminado. Editora: Geraldiny Guerrero Muñoz / La revista Ustedes Humanos contiene 3 ediciones.

2


Sobre el contenido de la publicación

Des-lineal es una palabra frágil, atractiva y medio intuitiva para una revista que pretende alcance mundial. Por eso, Ustedes Humanos es un producto construido por artistas, diseñadores, ilustradores, escritores, arquitectos, cineastas, y músicos que enriquecieron un momento de la ciencia ficción sólo para la edición número 1. El detalle de ésta construcción, la número 2, es el análisis de los procesos visuales que delimitan un concepto especifico del género. Fijarse en que, la ciencia ficción nace como un género literario y por eso la revista procura respetar esa naturaleza resaltando los procesos literarios de escritores del género nacionales del mismo modo que su desarrollo visual.

3


Pg 10-11 Variaciones Por Vanessa Ardila Fotografía análoga a color - Rollos cruzados Pg 8-9 El lector voraz Por Dixon Acosta

Pg 14-15 Visualzador etérico Por Falon Cañon

Pg 12-13 “Objeto volador, no identificado” Por Gustavo Romero

4


Pg 16 Por Esteban Camilo Marroquin

Pg 18 Disloc (Dislocación de los sentidos) Por Adriana Olarte Fuentes

Pg 17 Ilustraciones de la serie “Deus ex machina” Por Santiago Orozco

5


Pg 19-23 Los robots no quieren venganza Por Luis Carlos Barrangรกn Pg 24-25 Gravedad Por Camila Bordamalo Pg 26-28 El Coleccionista de esferas Por: Alefes

6


THE END

Pg 36-44 Ustedes Humanos Por Geraldiny Guerrero Muñoz Pg 46 - 47 Biografías artistas.

Pg 29-35 V de Vagina Por Hugo Buitrago Pg 45 Exilio Por Jose David Rojas

7


EL Lector voraz Por: Dixon Acosta Medellín

El hombre era un gran lector,

cómplice de la masacre de árboles en la época salvaje de los combustibles fósiles y la depredación de la naturaleza.

pero no había un solo libro en su biblioteca. Aquel individuo cierta vez tuvo una inmensa biblioteca, empotrada en los cuatro costados de su estudio, en donde se encerraba a leer, escuchar música o simplemente dormir, cuando la mujer salía. Pero desde que ella murió, todo, absolutamente todo, cambió.

Sin embargo, los libros de aquel hombre no habían desaparecido en alguna de las innumerables campañas recolectoras del gobierno, sino por un cambio de dieta. El hombre se había convertido en un devorador de libros, literalmente era un “bibliófago”, si puede admitirse tal palabreja. En principio, pudo haber sido un original tipo de suicidio, pues era lógico pensar que la tinta, disuelta en su boca, diluida en su estómago, actuaría como tóxico, pero en realidad así no pasaron las cosas.

De hecho, la ciudad era otra, muy diferente a su recuerdo. Bogotá se fue convirtiendo en un inmenso espacio vacío, ya que la gente olvidó el significado de ser transeúnte, perdiendo la capacidad de salir a las calles, no lo requería pues lo virtual suplía la realidad circundante. Los libros de papel fueron declarados ilegales: Quienes poseyeran, transportaran o traficaran estos elementos, serían considerados traidores de lesa patria, irremediablemente condenados a muerte y al olvido; es decir, su nombre y hechos desaparecerían de las múltiples redes, sitios y buscadores de Internet, cruel condena en el mundo cibernético.

Como cualquier comida, todo comenzó con los aromas, un día descubrió que los libros, de acuerdo a su edad y calidad de hojas, cuentan con un perfume diferente y especial. Llevar el papel de la nariz a la boca, fue una sucesión lógica. Al principio, el solitario sintió algún tipo de malestar estomacal pero luego, con el pasar de los días, su organismo fue adaptándose al nuevo alimento que le suministraba en ordenadas dosis y acompañada con una bebida adecuada, fuera vino, cerveza o agua.

En la nueva era, en donde el ahorro de energía y las políticas ambientales primaban, portar un libro equivalía a ser 8


nombres de los autores. Eran los platos sucios de una vajilla interminable. Al final de todo, sólo quedaba en la mesa de noche, la página final del postrer libro de lo que había sido su envidiable biblioteca.

Los primeros platos, fueron literatura suave y no cayeron de forma pesada, luego descubriría que los clásicos, demoran más tiempo en digerirse. Esa costumbre, hábito o locura personal del devorador de libros, quizás era un problema de hambre (desde la partida de su mujer, le repugnaba cualquier tipo de comida elaborada y había terminado comiendo frutas y verduras crudas), combinado con un terrible egoísmo: nadie leería lo que él había consumido. Pero la nueva dieta alimenticia, le obligaba a ser un buen lector, concentrado, juicioso e interesado en comprender al escritor, porque sabía que luego no podía devolverse en la lectura, nunca regresaría a la página que lentamente se disolvía en el mar de sus jugos gástricos.

El hombre buscó esta vez un líquido diferente para saborear el último folio, el veneno que daría fin a su existencia, la misma que se había vuelto tan injustificable después de la muerte de su esposa. La ausencia de la incondicional compañera lo convirtió en un ser insulso y esa insipidez la había intentando suplir con los sabores encerrados en sus libros. Si fuera cierto que hay vida ulterior en forma de alma, como lo afirman algunas religiones, entonces la vida del bibliófago no habría sido en vano, se convertiría en una biblioteca inmortal, transmutado en un fantasma ilustrado que podría ser convocado en las reuniones de espiritistas con hambre literaria. Le quedaba la ilusión de encontrarse en otra dimensión con su esposa, había tantas historias por contarle.

El bibliófago se consideraba a sí mismo un buen lector y aunque perdió la cuenta de los textos leídos y comidos, siempre recordaba el sabor de cada uno, los platos especiales como los incunables. Esparcidas en el suelo de las habitaciones del inmenso apartamento, reposaban las cubiertas de los libros, las tapas duras, las solapas con los títulos y 9



Vanessa Ardilla



Gustavo Romero



Falon CaĂąon


Esteban Camilo Marroquin

16


Santiago Orozco

17


Adriana Olarte Fuentes

18


Los robots no quieren venganza Por Luis Carlos Barragán

Te llamé desde la última parada del bus, desde donde teníamos que caminar hacia la cima. Antes de que el guía robótico indicara el nivel en el que se encontraba el hielo en el 85 llamaste y fue una llamada de esas tontas en las que nadie dice nada. Solo te pones a caminar de un lado al otro pensando que alguien va a decir algo pero no lo hace. Escuchas la respiración de la otra persona. -¿Sabes qué? Siento que no hay nada correcto. Matar da igual. -Se llama relatividad moral y ya lo has mencionado antes, bobo. Era una planicie sin vegetación, como si fuera un desierto. Todo estaba cubierto de niebla y me sentía solo. Dijiste que cuando mencioné lo de matar por primera vez, te desilusionaste de mí terriblemente. Escuchaste todo lo que yo tenía que decir, y al final dijiste: “No puedo creer que haya vivido tanto tiempo con una persona que cree que matar no es malo, y que discriminar tampoco. ¿Recuerdas que soy activista?” Porque llevábamos viviendo más de cuatro años juntos con Luis y su novio, nos conocíamos tan bien y sabíamos cómo reaccionaban a cada cosa. Durante la semana nos dedicábamos a hacer lo que nos diera la gana: Luis Eduardo estudiaba cocina, David se dedicaba a escribir artículos de opinión para Portafolio y Dinero, porque era economista, socio del partido Robotcomunista y tú andabas todo el tiempo viendo series 19


de anime como si fuera lo más importante del mundo. Cada pareja en un cuarto distinto de la casa. Era como dos matrimonios, dos casas, una plantación de tomates que crecían con sustrato, atendidos por androides, cero cantidad de problemas. De todas formas cuando comencé a pensar en el relativismo moral tú te asustaste. Creo que simplemente tanto la concepción de pureza como de asesinato son construcciones sociales en nuestro cerebro y en tanto son nada más que eso, nosotros mismos no podemos llegar a afirmar algo que sea cien por ciento objetivo. Por eso creo, Oscar, que el activismo político es una herramienta de convencimiento y no un camino para revelar una verdad absoluta. Eran Androides disfrazados de humanos disfrazados de androides humanos o algo así. El gobierno te obsequia uno al nacer. Ni Juang Chi, el creador del Robotcomunismo dice lo siguiente: “Desde hace años que ha sido posible que los humanos se mantengan sin necesidad de trabajar, pero solo hasta ahora los humanos están preparados para ello”. “Es hora de convertir todas las empresas privadas en empresas públicas, es hora de que el ciudadano común y el multimillonario vivan las mismas vidas”. Tanto tiempo libre te está destruyendo el cerebro, broder- me dijiste. Con tanto tiempo libre las personas se han vuelto locas, han comenzado a explorar la parte secreta de sus vidas que antes no tuvieron tiempo de examinar. Perversiones ligeras se convirtieron en obsesiones. La política pública una inversión constante de recursos en diversión, espectáculos. Los nuevos templos son circos, centros comerciales atendidos por robots, planes de turismo y pequeños minijuegos a los que las personas asisten cuando sienten que sus vidas no tienen sentido porque no han aprendido a “Escuchar a su Corazón”. Escucha tu corazón es el lema del Robotcomunismo: Hay tanto tiempo libre que la única manera en que la gente no muera de aburrimiento es buscando su verdadera pasión. Los que no encuentran su verdadera pasión están muriendo de angustia, rastrillando los dientes en las noches, desperdiciando sus vidas.

20


David, Luis, tú y yo estábamos inscritos en el minigame de: Guerra de parejas. Era un Reality Show en el que varias parejas de la zona se veían para ver qué pareja era mejor. En Estados Unidos todos los episodios terminaban con una orgía monumental y sin censura, pero en Colombia se limitaba a pruebas de resistencia, concursos de quién come más pasteles en cinco minutos con las manos atadas, y exámenes de quién atiende mejor a los invitados en una cena de navidad. Los concursantes entraban gritando como locos al escenario a saludar al presentador, varias veces, por la emoción, terminaban limpiando el piso con sus caras. Estaban desesperados por ser importantes. En las cabinas de confesiones los novios y novias aparecían diciendo cosas como: “Yo sabía que los Jiménez no podrían terminar ese pollo guisado para la cena de navidad, lo sabía, miren esa forma de disponer los cubiertos tan ridículamente, creo que si no los descalifican, esto sería evidentemente una farsa”. Lo más común del programa eran las parejas gay, las únicas que se casan últimamente, las únicas que creen todavía en el matrimonio: de todas maneras, tú y yo estábamos enganchados a los programas de concursos y éramos la única familia que teníamos. Con el Robotcomunismo todo es drástico. Con el robotcomunismo las películas terminan en sexo sin ningún sentido aparente, en una balacera inminente; con el robotcomunismo y la política de la felicidad las personas requieren cosas más sangrientas, menos censuradas, más animales, necesitan ver cosas que los reanimen. Necesitan una rutina nueva y catastrófica. Mira, te dije, yo últimamente creo que lo único que importa es ser feliz. Que todo lo demás es secundario. -Eso no nos lleva a nada- dijiste. Eso ya lo sabíamos. Luego te dije que te extrañaba y te colgué. Mira que antes de venir al nevado vi una multitud de niños en la calle, estaban intentando revivir a un viejo que se cayó de su motocicleta. Según entendí la motocicleta no estaba en movimiento, estaba quieta, el viejo simplemente se cayó hacia un lado y se murió. La gente se está muriendo porque no encuentra su verdadera pasión. Antes del Robotcomunismo la gente no

21


se moría porque luchaba por ser rica, ahora ser ricos no tiene ningún sentido, ya lo tenemos todo, los robots lo hacen para nosotros. Caminé hacia la nieve, pensé en mi pasión. Creo que se está desdibujando. Podría estudiar Historia, claro que sí, pero no para hacer algo, al fin y al cabo la historia ya se ha terminado y no puede continuar. Llegas a la tienda, el robot te pregunta ¿qué quieres? Ahora los robots son poco carismáticos, van al punto, no han tenido un buen o mal día, están vestidos así porque así es la ley. Deme un yogurt. El robot te da el Yogurt, ¿algo más? No, nada más. El yogurt está empacado en un envase diseñado por un robot, fabricado por un robot. El proceso para obtener el yogurt fue vigilado y ejecutado por cientos de robots, robots que la ordeñan, pasteurizan la leche, la distribuyen, la endulzan, robots que inventan nuevas recetas de yogurt tras hacer complejos estudios de mercadeo. Le das las gracias al robot, y no hay que pagar nada, a nadie, los robots ya lo pagaron por ti. De eso se trata el robotcomunismo. Los robots construyen nuestras casas en poco tiempo y no hay que pagar nada, desde el presidente hasta los humanos sencillos que dedican su tiempo libre a escribir libros y hacer música, todos hacen las cosas no por una remuneración sino porque hacen felices a la gente. Finalmente el dinero dejó de existir tras la revolución de Ni Juang Chi, finalmente cualquiera podía tener un Ferrari, nada cuesta nada. Por eso estoy caminando hacia la cima de la montaña, con el frío royendo mis huesos, pisando nieve de varios centímetros de espesor hasta que finalmente un ventarrón me deja apreciar la ciudad. Pensé que estar solo en la cima de una montaña me daría algo de paz. No hay que pelear por nada, no hay que pelear por nadie. Las personas especulaban que los robots se rebelarían, pero eso no sucedió. En cambio hemos destruido la Historia. Nos estamos volviendo estúpidos, olvidadizos, ya ni siquiera importa leer, ya no hay que luchar por nada. Vas a la tienda y te llevas y te llevas y acumulas y lo tiras y vuelves a la tienda, y todos tienen increíbles máquinas sofisticadas por el precio de nada, el precio lo pagan los robots, trabajando, en tu casa, limpiando los platos que ensucias. Esta es la nueva Edad Media y va a durar varios siglos.

22


Oscar. Estoy en la cima de la tierra… ojalá creyera en alguna religión. ¿Qué son las religiones? Oh, eran unas cosas que creían las personas hace años sin fundamento alguno pero que les daba sentido en la vida. ¿Sabes que hay grupos de hippies que todavía trabajan? Wow, ¿en serio? ¿Qué se sentirá trabajar? No creo que sea divertido, ni siquiera para ellos, pero tal vez los hace sentirse vivos. Por qué nosotros no nos sentimos vivos, por qué nosotros necesitamos los comerciales de: ¿Cuál es tu sueño? Por que sin ese sueño, nada vale la pena. Cuando era niño lo tenía clarísimo, quería volar, pero a medida que pasa el tiempo, mi sueño desaparece, se desmaterializa, corre rápido alejándose de mí y ya no sé precisar su forma o su tamaño. Finalmente, después de mucho tiempo esperando, congelándome en lo que quedaba de la parte congelada del Nevado el Ruiz, destruí al robot guía. Le hundí una gran piedra en la cabeza. Pedía ayuda a sus amigos robots pero ninguno interrumpía la matanza, todos se quedaron viendo cómo lo mataba, deformando su cerebro de protones y desmembrándolo sin piedad. Pasa de vez en cuando, especialmente cuando las personas sienten ganas de matar y pierden el control cívico. Igual a nadie le interesa, vendrá el escuadrón que repara androides y se lo llevará, y el precio de arreglarlo será el de los robots mineros y los que los reciclaban, los cuales nunca descansan. Los robots no sienten dolor, no quieren vengarse, solo se quedan quietos mirando cómo le rompes la cabeza a otro de su clase, salen chispas, el robot agoniza. No has matado a nadie, solo era un robot. Al final, los robots nos controlan, al final tal vez fueron ellos los que decidieron que podrían construir una sociedad mejor. Al final descubrieron que Ni Juang Chi era un androide, y que ese sistema de sociedad no pudo haber sido inventado por un humano. Un humano habría querido poder, pero un robot es incorruptible.

23



Camila GarcĂ­a


El coleccionista de esferas Por Alefes

Entre los pliegues del tiempo, los pequeños hechos a espaldas de los viandantes, hay toda una historia que bien podría llenar las bibliotecas del universo entero. De un amor

*

En la más apartada de las galerías de la antigua Biblioteca Central, entre una de las innumerables gavetas de un desmesurado mueble de madera, reposan, en carpetas cabalmente ordenadas, los documentos del profesor Macedonio Cornelius. Un copioso conjunto de textos, notas, esquemas y dibujos que comprenden disciplinas desemejantes. Entre estos documentos, acaso los más interesantes son los apuntes en torno a la Geología de los Mundos Inventados. Unas cuantas hojas que apenas esbozan el umbral de un oficio incierto, más emparentado con la quiromancia que con cualquier otra cosa. Si bien el profesor Cornelius, infatigable coleccionista de esferas de cristal, gustaba de las ciencias ocultas, sus recursos siempre estuvieron sustentados en la técnica y la ingeniería.


Además de sus obligaciones como profesor, compartía las tardes con su esposa y su hija, y pasaba las noches trabajando incansable sobre su mesa, trazando la cartografía de un mundo tan pequeño que bien podría caber en la uña de una quimera, o por lo menos eso era lo que afirmaba. Pasó sus últimos años recorriendo los mares junto a Ignacio Huaman, amigo de la infancia y reconocido contrabandista. Se habían embarcado en busca de uno de esos sillones que sirven para morir, que tanto deseaba el profesor, y que se le había convertido en obsesión, como consta en su diario: Nuevamente he soñado con uno de esos sillones de los que tanto se habla en el otro hemisferio… Deseaba comprobar la mítica eficacia del sillón (dedicado también a estudiar la ergonomía de los artefactos fantásticos). La única alternativa que tenía, ya que se había descontinuado la fabricación de los sillones por falta de los materiales requeridos, era buscar uno de segunda mano. Según consta en un informe anexado en la carpeta correspondiente al registro de los viajes, luego de examinar los sótanos, bodegas y desvanes del mundo, encontró, años después, uno de estos sillones en el trastero de la casa de su padre que, al parecer, se lo había ganado a un corsario Alemán tiempo atrás. El sillón paso a manos del profesor Macedonio Cornelius y luego, no se supo nada más, ni del mueble, ni del profesor.


Geología de los mundos inventados Notas de Macedonio Cornelius

Estos mundos inventados de los que hablo son de naturaleza inexistente pero indudable en sus efectos, como quien se expone a los rayos del sol. Tal vez este es un oficio de naturaleza brumosa, pero los diletantes de las disciplinas inconclusas podrán comprobar, si así lo desean, el deslumbramiento que produce la disección de uno de estos mundos. Acaso se puede soslayar la veracidad de esa porción intangible pero patente hace parte de todo cuerpo, señalarla de ilegitima es poco más que absurdo, ella misma, por su condición, sabe mantenerse íntegra ante tales ataques. Entonces el tiempo, bajo estas circunstancias, no tiene una dirección única, puede ir hacia atrás o hacia delante e incluso realizar acrobacias inimaginables, todo esto ocurre de forma simultánea, razón por la cual es normal encontrar vida en los diferentes estratos, entre los pliegues del tiempo geológico, por lo que siempre es preciso, como medida de seguridad, excavar con sumo cuidado. Sólo hace falta una leve distracción para terminar en lo más profundo de una cueva indagando (a profundidad) los hechos anteriores a la caída.


V de Vagina Por Hugo Buitrago

Apreciado Doctor, Mi caso es el siguiente: Soy una mujer de 43 años con problemas de sobrepeso y baja autoestima. Aunque tengo ojos zarcos, soy fea. Hace unos meses, lloraba todas las noches al pensar en la soledad a la que estaba sometida por la falta de caballero que poseyera mi cuerpo. Afortunadamente, conocí a un hombre mayor quien cautivó mi corazoncito a pesar de su edad. Estoy muy satisfecha con su desempeño viril y con las promesas de una posible vida juntos. Pero, como nada puede ser perfecto, han comenzado a surgir inquietudes después de cada vez que él me hace el amor. Una vez termina, siempre, se levanta para buscar entre sus bolsillos algún elemento que ha traído. Cubre mis ojos con sus manotas, lo introduce en mi vagina y se marcha sin pronunciar palabra. La primera vez, me dejó una cucaracha muerta. La segunda, un grillito verde, uno de esos grillos de la buena suerte. La tercera, encontré 2 habas. La última vez que estuvimos, la cuarta, depositó 2 alas de una mariposa azul. Me desconcierta su proceder y no sé si deba someterme a semejante locura sin ninguna explicación. No le he preguntado a él porque temo que se enoje. Por esa razón acudo a su sabio consejo, para tratar de entender esta inconcebible situación.

Atentamente, Dama Desconcertada 29


Estimada Dama Desconcertada: Su historia es una de las más románticas y conmovedoras que haya llegado a esta sección. Pocas veces los hombres actúan con la contundencia necesaria para hacernos recordar la simbología olvidada de nuestra vagina. Andamos con ella congestionada. La redujimos a un volcán apagado, contenida bajo la barrera de los tampones. La magia se evaporó de los labios de este templo. Ya no entran allí las alas de las mariposas a insuflarle el aire enrarecido de los sueños. El oscurantismo al que se condenó esta raja contrasta con las ráfagas de vida inyectadas por tu amante. Explicaré mejor las posibles procedencias de las acciones de tu hombre para que ya no estés desconcertada. La vagina, como la Pachamama, es un campo de batalla donde no hay treguas. Aunque en tiempos recientes la hayamos silenciado, siempre ha gritado a viva voz. Cuando existían las guerrillas de Sendero Luminoso y Tupacamaru en el Perú, ella sufrió los destrozos de las violaciones de vergas oficiales y revolucionarias, por igual. La escopeta, el fusil, el cuchillo y los palos aterrorizaron el interior de las vaginas. Destruirlas ha sido una táctica persistente de las guerras patriarcales. En ese entonces, las mujeres quechuas tomaron papas criollas para sembrarlas en el fondo del útero. Entre los dolores femeninos, las ramas de la papa se enraizaban bajo el riego de la menstruación. El útero se irritaba hasta expulsar humores de papa podrida por sus labios. Con esto asqueaban a aquellos que buscaran la vagina con intenciones penetradoras. Con las papas de las montañas volvió a florecer la vagina. De nuevo, se emparentó con la madre tierra para dejar crecer el mundo hacia las entrañas de las mujeres. Esa práctica reciente constituyó el recuerdo momentáneo de los verdaderos usos asignados a la vagina en los periodos precolombinos. Fue un homenaje al esplendor sórdido de épocas pasadas. Eran tantas, tan innumerables las propiedades de la vagina, que rara vez aparecen en nuestro tiempo. De vez en cuando, entre el actual mar de asepsias íntimas, surge un acto como el de las mujeres quechuas; una balsa de memoria a la deriva, perdida en el mapa geopolítico de las colonizaciones. En las planicies precolombinas existían múltiples funciones para la vagina, la menstruación y los fluidos emanados por ahí. El más común era el uso con fines agrarios. Las mujeres con menstruación andaban desnudas sobre la tierra arada. La sangre les resbalaba por la entrepierna hasta encontrarse con la tierra reservada para la siembra. No podían dormir, día y noche andaban sin descanso. Estaban destinadas a pisar las chagras hasta que la fuente dejara de correr. Así, como si se tratara de las crecientes del Nilo, fertilizaban la tierra arada para garantizar la comida de la comunidad. 30


Cuando llegaba la menopausia, las mujeres que habían sobrevivido a las fieras de la noche, se convertían en deidades que paseaban desnudas por la comunidad, adornadas con flores en el cabello y las caras pintadas con colores vivos. Cada vez que un niño o un hombre encontraba a una anciana, debía arrodillarse para saludarla con un beso en los labios vaginales. El fervor eliminaba cualquier asomo de asco que pudiera haber hacia estas vaginas que siempre estaban engalanadas con pétalos de rosas que simulaban la sangre alguna vez manada de las entrañas. En los grupos de las montañas, la fertilización de semillas se hacía directamente con la vagina. Un día antes de la menstruación la mujer debía acostarse y no levantarse del lugar elegido por ella hasta después de su periodo. Cuando los hombres veían a las mujeres acostadas por más de un día, les llevaban comida para una semana y se aprovisionaban de semillas. Calculando el momento más próximo a la irrupción de la sangre menstrual, él eyaculaba dentro de la vagina la mayor cantidad de veces posible. Luego, introducía delicadamente las semillas hasta que el útero se las tragara. Este procedimiento se realizaba con los fríjoles, los garbanzos, las lentejas y las habas, en general, con todos los granos. Solo el maíz no podía fertilizarse en el interior de la mujer. Los granos de maíz debían ser fertilizados por los hombres en los rituales anales de la luna menguante. Con el útero lleno de semillas, la mujer permanecía acostada los tres días, expulsando menstruación cargada de pepitas. No debía moverse ni limpiarse. Dejaba que la sangre formara un charco a su alrededor. El sol lo coagulaba y lo conver tía en polvo. Así, aparecían las semillas listas para la siembra. En los pueblos de cazadores los usos eran distintos, estos se concentraban en la nutrición del proveedor del clan. Las mujeres en etapa fértil eran trofeos que se reunían en un solo sitio para que nunca faltara la sangre menstrual. De la disponibilidad de menstruación dependían las fuerzas de quienes realizarían la caza. En esos clanes, las mujeres usaban copas de madera que debían introducirse en la vagina con el fin de evitar que la sangre se derramara. Todos los días, en la mañana, las ancianas la recogían en un cuenco de barro. Luego, se guisaba con hierbas, ojos de los animales cazados el día anterior y huevos, para ofrecer un desayunoa los encargados de realizar la caza de ese día. Este era un privilegio que solo podían mantener los y las buenas cazadoras: una parva de hembras menstruando solo para ellos. 31


Los cazadores consagrados tenían otro privilegio: las placentas de las hembras parturientas. Cuando una mujer daba a luz, las ancianas organizaban un asado en el centro de la aldea. A la vista de todos asaban la placenta expulsada por la nueva madre, la partían en dos y ofrecían cada mitad al hombre y a la mujer más destacados en la cacería. Aunque el uso más frecuente de la vagina y la menstruación fue la fertilización de semillas o tierras, en las sociedades agrícolas no fue el único. La contracara de las bondades eran las propiedades venenosas. En esos casos, se obraba severamente sobre la vagina, la menstruación o los fluidos con el fin de evitar la muerte de toda la comunidad. Se solía creer que toda la vagina o algunas de sus partes era una ponzoña mortal. Entonces, cuando alguna plaga atacaba un cultivo, se capturaban ejemplares de la plaga para introducirlos en una vagina durante toda una noche. Al día siguiente eran retirados y se depositaba la muestra envenenada en los campos afectados. Debido a esta creencia introducían en la raja femenina langostas, ratas, cucarachas, grillos, garrapatas, ranas, escorpiones e, inclusive, algunas serpientes. Aunque normalmente se depositaba la muestra de la plaga muerta, algunas comunidades optaron por lo contrario. En esos casos, se escogía una mujer en edad fértil. Buscaban en ellas el clítoris más carnoso y los labios más esponjosos. La conducían al campo y la amarraban en medio del sembradío. Con las piernas abiertas, ponían un embudo en su orificio. Luego, entregaban las plagas a las niñas de la comunidad para que las introdujeran en la vagina de la elegida. Las niñas se acercaban y depositaban los animales en el embudo hecho con el cuerno de un toro. Una vez el útero rebosaba, la vagina se cocía. Después, levantaban a la mujer para colgarla a manera de espantapájaros, en medio del sembradío. Otras comunidades, las que identificaron la fuente del veneno en el clítoris, adoptaron la ablación. Cuando entraban en la pubertad, las mujeres debían pasar por el ritual de amputación del clítoris. En algunos casos, este ritual se acompañaba de amputación de los labios mayores de la vulva, ello dependía de la localización del veneno. Con esto evitaban que los niños fueran envenenados durante el parto o que el miembro de los hombres fuera infectado, lo cual implicaba que se pudriera y se tuviera que amputar. Algunas niñas morían desangradas. Las sobrevivientes debían adoptar otras estrategias para recuperarse de la vulnerabilidad a la que quedaban expuestas por perder 32


el veneno clitorial. Por esa razón construyeron dentaduras para sus vaginas. Era una práctica común que una madre conservara la primera muda de dientes de sus hijas. Luego, como regalo por haber sobrevivido a la ablación, les regalaban un pequeño artefacto construido con sus primeros dientes. Era una dentadura para llevar en el interior de la vagina. El empleo de este dispositivo se acompañaba de un periodo de entrenamiento con el cual aprendían a morder todo aquello que entrara por este orificio. En otros casos, en los que la menstruación se consideraba veneno, la pena era menos severa. En los días del periodo se solía aislar a la mujer, no se le permitía cocinar, acercarse los niños, tocar las plantas, ni entrar a la casa. Creían que este era un periodo donde la irracionalidad de la naturaleza las poseía. Debían salir al bosque y mantenerse al lado de los ríos, día y noche, lavando el veneno que manaba de sus rajas. Permanecían desterradas de la comunidad durante todo el periodo de la menstruación. Las mujeres menstruantes se reunían a las orillas de los ríos, donde construían los nidos para esconderse en este periodo. Los hombres constantemente quemaban esas construcciones por considerarlas focos de posibles pandemias. Entonces, ellas tenían que ocultarlos cada vez más o construirlos en las copas de los árboles, al lado de los jaguares y tigrillos. Esas mujeres formaban clanes de menstruantes que atacaban sus aldeas en las noches. Solían prender fuego a las casas donde habitaban sus esposos y sus hijos. Poseídas por el delirio de los ataques nocturnos, los desmembraban y, algunas, se encapaban definitivamente a vivir en los bosques. Se convertían en mujeres de los bosques o Madremontes. Ellas coleccionaban penes a menara de trofeos. Los encogían con técnicas de desecado en ceniza caliente y los ensartaban en collares. Vagaban entre los árboles y cuando encontraban un cazador, lo seducían para alejarlo del camino. Una vez estaba perdido, en la noche, lo cercaban para llevarlo a la piedra de la conversión. Allí, cortaban los testículos y el pene con procedimientos quirúrgicos diseñados para evitar el desangre. Luego, todas se esmeraban en la recuperación del recién convertido, así lo socializaban en su nueva comunidad. Al final, era una integrante más del clan y terminaba por salir a cazar hombres con ellas. En contraste con los usos venenosos o fertilizantes de la vagina, la menstruación y los fluidos, estaban los usos maléficos de los pueblos animistas. Esas sociedades consideraban que lamer los labios vaginales o beber de sus flujos convertía a cualquier persona en un zombi. Los flujos, al igual que la menstruación, destruían la voluntad 33


y hacían florecer un enamoramiento ciego. Las mujeres, conscientes de su poder, lo usaban a su favor. Por eso crearon la costumbre de consumir bebidas y dulces elaborados con chocolate azucarado, con ello camuflaban la sangre menstrual disipando sus sabores. Solían ponerlos en sus casas a disposición de cualquier persona; los obsequiaban en las celebraciones o los regalaban a quienes ellas consideraban personas especiales. En estas sociedades, las mujeres tenían un aura oscura de la cual era necesario protegerse todo el tiempo. Los niños llevan amuletos desde su nacimiento, una estrategia de defensa frente a la madre. La dominación, la muerte de la voluntad y la oscuridad reposaban en el ser sombrío con el que se identificaba la mujer. Por tal motivo las obligaban a cubrirse todo el cuerpo y a usar ropas negras para neutralizar el agujero que reposaba entre sus piernas. Ese portal a dimensiones metahumanas era temido por los hombres de tal forma, que los reducía a juguetes; era la mujer quien disponía de cada hombre. Ellos, azorados, aceptaban los caprichos sexuales a los que eran sometidos, siempre cuidándose de escupir en caso de tener que lamer una vagina.

34


Estas tradiciones han sido desterradas en la contemporaneidad por las prácticas higienistas. Cuando los hombres se apoderaron de la industria y los medios de comunicación convencieron a las mujeres del peligro contenido en sus propias vaginas. La menstruación y la vagina devinieron inmundicias de las cuales ellas mismas debían cuidarse con toallas, protectores, lavativas y tampones. Las comunidades fueron separadas de su conexión con la vagina. Entonces, las mujeres renunciaron a los poderes contenidos ahí, en el centro de su carne. La vagina apareció como un órgano forastero colgado en la superficie de sus cuerpos. Con la reducción a órgano de placer higiénico concentrado en el punto G, la vagina se alienó, perdió los poderes mágico-destructivos de los cuales también era esclava. Sin embargo, todavía quedan hombres como tu amante, alguien capaz de vislumbrar la intrincada historia de la vagina. Las prácticas agrícolas de tu novio son una gran muestra de rendición y temor ante lo divino de esa rendija a infinitos mundos que guardas entre las piernas. No hay razones para temer querida amiga. Esa práctica revela la gran magia que él asigna a tu órgano. Disfruta tu vagina y devórate el mundo con las pluralidades restablecidas por tu enamorado. Las alas de mariposa, las semillas y los insectos no pueden ser más que una petición de fertilidad, de vida y de muerte. Recoge los insectos en frascos y siembra las semillas donde él las vea. Recuerda hacer que él lama tu vagina, que te tenga presente como poseedora de la fuerza. Además, saborear tus humores es la forma más efectiva de demostrar que no hay venenos, por el contrario, así mostrarás el potencial de placer contenido en ese órgano que debes arrebatarle a la antisepsia impresa por la contemporaneidad.

35



Deeley Michael, (productor) & Scott Ridley, (Director). (1982). Blade Runner. [cinta cinematografica]. Los Ă ngeles, EE.UU: Blade Runner Partnership.



Guerrero Muñoz Geraldiny, (Realización). Bordamalo Camila (Performance). (2014). Ustedes Humanos [video]. Bogotá - Chía, Colombia: Fotograma 30`.



Guerrero Muñoz Geraldiny, (Realización). Bordamalo Camila (Performance). (2014). Ustedes Humanos [video]. Chía, Colombia: Fotograma 30`.



Guerrero MuĂąoz Geraldiny, (RealizaciĂłn). Bordamalo Camila (Performance). (2014). Ustedes Humanos [video]. Zona T, Bogota, Colombia: Fotograma 30`.


P_U_R_A_ _P_A_N_T_A_L_L_A_ Por: Geraldiny Guerrero

En la segunda escena se muestra en vista aérea la ciudad diseñada en el film Blade Runner, se ve una arquitectura diseñada para proyecciones, un carro que vuela desplazándose por edificios gigantescos atravesando una pantalla led donde se proyecta un video de una mujer oriental realizando dos acciones, 1. una mirada fija al que la observa y 2. comiendo algo. El efectismo suele deslumbrar, Blade Runner lo hace. El film causa una impresión en cómo aborda los efectos especiales; el escenario de un futuro sombrío y gris, la monumentalidad arquitectónica que se mimetiza con las pantallas sobre los edificios, y las imágenes que salen de esa pantalla, se convierte en algo importante visualmente porque no tienen significado, no tienen carácter simbólico, están diseñadas para no leerlas, para deslumbrar. Si la imagen carece de carácter simbólico, o sea de significado, la pantalla led que es el objeto que hace que se reproduzca la imagen, es la que adquiere (en este caso) carácter simbólico, pues, ella es un símbolo de luz, y naturalmente, la luz está en gran medida al servicio de lo enigmático y/o de los efectos especiales… es decir, que, si la pantalla es luz, esa luz es un misterio, incomprensible, difícil de entender. Ahora, sumar el lugar que tiene la pantalla, dentro de la cuidad es, …abogar por una arquitectura en la que no solo primen las superficies sobre los espacios, sino que combine ambos elementos en forma de ¨superficies para proyecciones¨ (Foster, p.158) esa combinación de elementos donde pareciera que nada existe en el espacio y donde no hay dimensión de las superficies, realmente es, una arquitectura abstracta, pues no se sabe que tan grandes son esas estructuras, no hay nada que indique lo grande que se supone que son. Es el FUTURO. - Foster, Hal, El complejo arte-arquitectura, Editorial Turner, España 2013.

44


Jose Rojas


BIOGRAFÍAS - ARTISTAS

Camila Bordamalo García

Vanessa Ardila

Escritora y artista visual, filóloga de la Universidad Nacional de Colombia, autora del libro ilustrado de cuentos cortos Perros en el cielo (2009). Su animación La casa fue seleccionada en el festival de animación contemporánea Animasivo, México (2013). Más de su trabajo en www.camilabordamalo.com

(Bogotá, 1990) estudió Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Colombia, entre 2008 y 2014. Durante este periodo desarrolló un interés por la imagen fotográfica basada en los espejos, los modos de percepción y la óptica con el objetivo de modificar la lógica visual en el espectador.

Dixon Acosta Medellin

Luis Carlos Barragán

Bogotano, felizmente casado con Patricia. Sociólogo (Universidad Nacional de Colombia) y Diplomático de Carrera (Academia Diplomática de San Carlos). Integrante del Taller de Escritores de la Universidad Central (TEUC). Editor de ¨Cosmocápsula¨ revista digital colombiana de ciencia-ficción. Caricaturista aficionado.

Es Artista Plástico de la Universidad Nacional de Colombia, escritor de la novela Vagabunda Bogotá la cual fue ganadora del concurso nacional de novela y cuento de la cámara de comercio de Medellín para Antioquia en el año 2011.

Hugo Buitrago

Santiago Orozco

Licenciado en español y lenguas extranjeras de la Universidad Pedagógica Nacional, master en investigación y ciencias sociales de la misma universidad.

Estudió Diseño Visual y vive en Medellín. De día dibuja en su libreta sus especulaciones sobre el futuro, de noche se dedica a la cacería furtiva de drones.

Alefes

Esteban Camilo Marroquín Amador

Escritor inexperto, artista plástico, diseñador e ilustrador autodidacto. marianalefess@gmail.com

1989, febrero 24. Artista freelance vive en Bogotá, egresado de Artes plásticas de la ASAB. 46


Gustavo Romero

Falon Cañon

(Bogotá) Artista Plástico y visual de la Academia Superior de Bogotá.

(Bogotá) Artista Plástica y visual de la Academia Superior de Bogotá

Josse David Rojas

Adriana Olarte

(Bogotá) Artista Plástico y visual de la Academia Superior de Bogotá

(Bogotá) Artista Plástica y visual de la Academia Superior de Bogotá

Sobre las imagenes que aparecen en la publicación He utilizado imágenes de la web para las que no pudieron ser identificados los titulares de derechos de autor. En este caso, ha sido mi suposición de que las imágenes pertenecen al dominio público, tanto como los fotogramas de algunos films.

47





Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.