DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2009
unomásuno
JUSTICIA 17
Caso: periodista asesinada Araceli Caballero Hernández, reportera del periódico “El Día”, investigaba a una banda de multihomicidas”. “Los Palomino” también mataron al comandante Armando Manzur, de la PJ mexiquense. Un “chivatazo” fue la clave para su captura JEFE GAYTÁN REPORTERO
I
ndignación y malestar causó en el medio periodístico la noticia del cobarde asesinato de la corresponsal en el Estado de México del Periódico “El Día”, Araceli Caballero Hernández, cuyo cadáver fue encontrado en el interior de su automóvil Shadow color blanco, placas 5I5-DYF, en las inmediaciones del municipio de Ecatepec, con un disparo de arma de fuego en la nuca. Corría el mes de junio de 1993, la gente que la conocía no daba crédito a lo sucedido pues era de carácter amiguero y alegre. Hasta las calles de Suterm y Avenida R-I, en la colonia Río de la Luz, llegaron las autoridades judiciales a dar fe del lamentable hecho, al frente estaba el agente del Ministerio Público, Fernando Roldán, acompañado de su oficial secretario, agentes judiciales y peritos en criminalística comprobaron que efectivamente se trataba del cuerpo de la periodista, quien fue plenamente identificada por medio de su licencia de conducir. Durante las pesquisas encabezadas por el entonces director de la Judicial, Isidoro Reza Valdez, se logró saber que el auto de la informadora era rentado y el móvil posiblemente pasional.
Gracias al “chivatazo” de Alfredo Almanza Vergara cayó la banda de “Los Palominos”.
Uniéndose a las investigaciones los comandantes Sebastián Chimal Gómez, Sergio Aldana y el primero y segundo comandantes, Saúl Rodríguez Aranda y Telésforo Hernández, respectivamente, apoyados por una veintena de agentes, quienes tras largos días lograron asegurar a los temibles asesinos, después de una confesión del criminal Alfredo Almanza, quien privó de la vida a un seudofederal de caminos. Los hampones eran capitaneados por Ricardo Palomino Huerta y su hermano que fueron detenidos en una cabaña de San Lorenzo Acopilco, perteneciente a la delegación Cuajimalpa, Distrito Federal. Lográndose esclarecer una serie de asaltos y asesinatos, incluyendo crímenes tan sonados como los del comandante Armando Manzur Chávez, adscrito al Centro de Justicia NezaCampestre, el de la reportera Araceli Caballero, así como muchos más cometidos con todas las agravantes y sin piedad. También fueron asegurados otros integrantes de la banda, se trata de Antulio Barba Navarrete, lugarteniente de José Luis y Ricardo Palomino. Respecto al asesinato de la periodista los hampones declararon que la mataron porque frecuentemente los investigaba y sacaba en el periódico, situación que obligaba a las autoridades a redoblar esfuerzos para ubicarlos y capturarlos; era un peligro para ellos y decidieron silenciarla para que ya no hablara. Sobre el comandante Armando Manzur revelaron que su
La periodista Araceli Caballero Hernández, del periódico “El Día”, asesinada cobardemente por “Los Palominos”. asesinato fue durante un asalto que cometieron en un restaurante-bar por el rumbo de Ecatepec, sin embargo, el policía que se encontraba en el lugar como cliente trató de detenerlos, desenfundando su arma de cargo, pero le ganaron al “saque” acribillándolo. Los despiadados multihomicidas agregaron que en el asunto del comandante Manzur uno de la banda resultó lesionado y al encontrarse hospitalizado en “La Raza” fue detenido por los compañeros del occiso, así confesaron otros asaltos y crímenes y como nació la banda “Los Palominos”, en la calle Benjamín Argumedo, colonia Santa Martha Acatitla, Iztapalapa. Ellos eran sumamente pobres y desde niños sufrieron carencias, por lo que en la adolescencia comenzaron a robar y mejoraron su situación económica.
Automóvil donde fue encontrada asesinada la reportera Araceli Caballero; era rentado.
Cuando se fueron del rumbo (ya mayores de edad) después de sus atracos y homicidios, se les veía regresar al barrio donde eran muy conocidos, tripulaban carros de lujo y hacían gala de su dinero, eran temidos y respetados, permanecían algunos meses y después desaparecían, nunca dejaron de visitar a sus amistades que conocían de sus correrías. El asesinato de la periodista Araceli Caballero fue el principio de su fin ya que la policía se decidió a capturarlos y, de ésta forma, ingresaron a la galería de los MONSTRUOS DEL CRIMEN.
José Luis Palomino, lugarteniente de su hermano Ricardo, también peligroso asaltante y homicida.