ENCUENTROS PROFESIONALES
Soledad Murillo, Secretaria de Estado de Igualdad
«Las estructuras que sean opacas en lo que respecta a las características de las mujeres van a tener un déficit de profesionalidad» Elisa G. McCausland ¿Por qué las políticas de igualdad han de ser transversales? ¿Cuál es la lógica de este principio? Habitualmente se piensa que las políticas de igualdad son asuntos de mujeres, y las políticas de igualdad lo que implican en realidad es la equivalencia de derechos, lo que por supuesto no tiene que ver con las mujeres nada más, sino que tenemos que ponerlas en comparación con lo que supone oportunidad, oportunidad profesional. Si yo estoy hablando de empleo y no introduzco igualdad, estoy hablando de un varón liberado de tiempo y, por tanto, de un profesional capaz de presentarse siempre en las condiciones más idóneas para la ocupación de un puesto de trabajo. Esto se debe, claro, a que las ternas profesionales están siempre trabajando desde el punto de vista de la disponibilidad. No se entiende porque todavía se identifica pérdida de igualdad con asunto de mujeres, y asunto de mujeres con cuidado. A tenor de lo que está ocurriendo en estos últimos tiempos, en los que las instituciones parecen estar más sensibilizadas con la igualdad, hasta el punto de cambiar sus estructuras, cabría preguntarse por cómo hacer que estas transformaciones se mantengan en el tiempo; o, lo que es lo mismo, ¿cómo hacemos para que esa visión sea capital entre las profesiones y, por ende, en la sociedad? Las estructuras profesionales deben modernizarse. ¿Qué es modernizarse? Entender que los principios de calidad implican trabajar para toda la población, bien sea desde la arquitectura, desde la jurisprudencia o desde la sanidad. Si tenemos un contexto donde la mayoría de la población son mujeres — un 51 por cierto—, aquellas estructuras que sean opacas en lo que respecta a las características de las mujeres van a tener un déficit de profesionalidad. Yo pido una sanidad que entienda que la oncología tiene diferente impacto cuando se ha de hacer una mastectomía, precisamente porque también tiene que ver con la estética. O, por ejemplo, los profesionales de la oncología insisten en el tema de la conservación del cabello en el caso de las mujeres porque saben que no tiene el mismo impacto social para los hombres. Por ello, es importante insistir en que no se trata solamente de una cuestión de perspectiva. Si la mayoría de la población son mujeres voy a tener, como es lógico, un número mayor de personas con unas características que atender. ¿Una mayoría que puede disponer de un espacio construido, que bien puede ser la arquitectura? ¿Una mayoría que va a disfrutar de un dictamen imparcial e independiente, lo que significa no solo independiente en términos orgánicos sino también independiente de prejuicios? Entender todo esto como una realidad de facto implica comprender nº 177 g enero-febrero 2019
que estamos hablando de un indicador de modernización, de calidad, de la organización. Porque, si no lo ligamos a calidad, estaremos hablando de unos indicadores con una mayor incertidumbre, tal y como ocurre en la universidad, donde no es materia obligatoria. No obstante, cuando te profesionalizas, tu obligación es saber qué ocurre, de la misma manera que las empresas saben que sus principales consumidoras son las mujeres, por lo que adaptan su criterio comercial a este
Soledad Murillo de la Vega. Socióloga feminista, investigadora y política española. Es doctora en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y profesora titular del Departamento de Sociología y Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Salamanca donde promovió en 1998 el Seminario de Estudios de la Mujer e impulsó el primer doctorado de Género.
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