Gramalote no es fantasma, da cuenta de lo sucedido en este municipio de Norte de Santander, dos años después e intenta mostrar cómo a pesar de que el estado ha incumplido su responsabilidad para restablecer los derechos, la comunidad implementa estrategias para recuperar sus propios derechos por medio de la memoria, la apropiación de los espacios, y de las expresiones artísticas para reivindicar sus derechos culturales.