SEYFRIED EN BERLÍN Después de pasar por Dresde y Munich, Seyfried decide instalarse en Berlín, lo que suponía un gran riesgo y, al mismo tiempo, oportunidades ya que el paso a una gran ciudad suponía estar cerce del arte moderno. Se instala, en Lichterfeldee Strasse 42, en el barrio de Südende, donde comparte piso con su amigo Sitij Verma. Atraído por la vida nocturna de la gran ciudad berlinesa, frecuentaba la zona de Friedrichstradt, Chaussestrasse y el mítico café Oranienburger. Friedrichstradt rebosaba de prostitutas que ocupaban las entradas de las casas, como si estuviesen allí montando guardia. El más famoso establecimiento de prostitutas era el Café National, que Seyfried solía frecuentar en compañía de sus amigos; estas experiencias en la gran ciudad estimularon su inspiración y ofrecieron nuevos temas a su pintura. Theo Seyfried siempre compaginó la pintura con otras actividades y en su estancia en Berlín actuó en diferentes compañías de teatro amateur. El teatro fue un medio idóneo para la plasmación emocional del expresionismo, pues su carácter multiartístico, que combinaba la palabra con la imagen y la acción, era ideal para los artistas expresionistas. Así, además del teatro, en aquella época proliferaron los cabarets, que unían representación teatral y música, como Die Brille (Las Gafas), en Berlín.
16