Sería un error pensar que la Residencia de un embajador es únicamente el domicilio temporario de un representante diplomático. Es mucho más que eso: constituye un elemento vital en la vinculación que tenemos los embajadores con las sociedades que nos cobijan. Es nuestra carta de presentación, es la herramienta para agasajar a nuestros invitados, es el lugar en el que alojamos a visitas oficiales. Y es también un vínculo material con nuestra historia y un símbolo de esa continuidad; desde hace siete décadas, todos mis predecesores han habitado estas mismas paredes y así lo harán también quienes me sucedan en tan gratificante cargo. Embajador de Gran Bretaña en Argentina, Mark Kent