Revista Adventista - ¿Por qué los cristianos deben practicar la mayordomía ambiental? (Mayo 2016)

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¿Por qué los cristianos tienen que practicar la mayordomía ambiental si el mundo será destruido? 1 de 28


Mensaje del presidente: “La sexta escuela”
 “… He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:11-13). INTRODUCCIÓN Sin duda el mayor desafío para todos mientras vivimos es el de ser personas felices. Todos miramos en esa dirección pero nadie sabe el porqué alcanzar ese objetivo parece un sueño. El gran desafío no está en ser feliz durante un momento sino el hacer que la felicidad pueda ser permanente. Se han dado y se siguen dando muchas recetas para alcanzar este desafío. Pero ¿cuál es la realidad? Pareciera que hay algo que falla, y por ese algo, finalmente, seguimos soñando. Si lees con detenimiento el texto te darás cuenta de que Pablo habla justamente de eso, de ser feliz, y parece que él lo consiguió. El asocia la felicidad con un sentirse a gusto a pesar de las circunstancias. La expresión “he aprendido a contentarme” abarca varios conceptos: estar contento, saber adaptarse, ser conformista, estar satisfecho. Pablo deja entrever que la felicidad requiere la consecución de dos cosas: a) No depender de las circunstancias externas y b) Estar cerca de Dios para recibir su ayuda. ¡Interesante! ¡Qué importante es controlar los impulsos naturales cuando llega la adversidad! Lo normal es que las circunstancias difíciles nos conviertan, no sólo en dependientes sino en esclavos, es decir, dejamos de ser nosotros mismos y hacemos cualquier cosa. No es fácil controlarse, ¡claro que no!, pero es posible y

Pablo lo demuestra a través de su vida. Pablo fue un hombre que pasó por situaciones muy difíciles. En 2ª Corintios 11: 23-27 podemos leer algunas de sus experiencias: azotado, encarcelado, en peligros de muerte, apedreado, naufragado, asaltado por ladrones, pasó hambre, ayunos, frío, desnudez... Parece increíble que después de vivir todo esto, Pablo sea un hombre agradecido, satisfecho y feliz. La pregunta que más interesa hacerse es ¿cómo lo consiguió? Y la respuesta está en lo que yo he llamado la sexta escuela. Analicemos esto. LAS ESCUELAS DE LA VIDA Si tuvieses que definir lo que es una escuela, sin duda, todos diríamos lo mismo: es un lugar donde vamos a aprender. Aprender no sólo es necesario sino vital. ¿Sabes de cuántas escuelas disponemos en la vida? Si te pones a pensar, quizás llegues a la conclusión de que hay cinco, pero yo te digo que hay una más y esa no es cualquier escuela es “la sexta escuela”. Hoy me gustaría hablarte de la quinta escuela pero antes revisemos las demás: 1. La familia, es la primera escuela. En ella se aprenden las cosas más importantes para vivir: aprendemos, entre otras cosas, a interpretar la vida y a descubrir cómo es; aprendemos las reglas que nos permiten movernos de la mejor manera; aprendemos a convivir con los demás; aprendemos lo que es bueno y lo que no; lo que conviene y lo que no… Todo esto es fundamental porque son las bases para movernos en nuestro mundo extraño y difícil. 2. La iglesia, es nuestra segunda escuela. Aquí lo que vamos a aprender tiene que ver con la dimensión trascendente: aprendemos que Dios existe, que nos ama y que tiene un plan para nosotros; estudiamos el

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Libro Sagrado donde descubrimos nuestra realidad: quiénes somos y cuáles son nuestras verdaderas necesidades. Aprendemos que no hay nadie perfecto y que todos necesitamos rodearnos de paciencia y de perdón. Descubrimos que todos nos encontramos frente a un gran desafío: ser nuevas criaturas para lo que es imprescindible la intervención divina. 3. La escuela, donde aprenderemos sobre todo datos, conceptos, estructuras… En la escuela aprenderemos, entre otras cosas: historia, geografía, biología y medicina. Aprenderemos a dominar esa materia que se convertirá en nuestra profesión. La escuela nos enseñará lo difícil que es la convivencia pero también lo hermosa que es la amistad. Y aún otra cosa: la vida no siempre es justa y existen las diferencias. CUARTA ESCUELA Existe, además de las tres escuelas mencionadas, otra escuela sobre la que deberíamos poner mucha atención. Y si de ella tuviera que resaltar algo es que tiene muchos seguidores. Su nombre es “la calle”. Esta escuela tiene la peculiaridad de enseñarte de todo, pero de una forma distorsionada. Te enseñará a ser duro, insensible, sin valores e incrédulo. Te forjará en la violencia, la agresividad, la irresponsabilidad y en el vicio. ¡Cuidado con esta escuela! porque más que construir lo que hace es destruir. Más que aportar, lo que hace es quitarte todo aquello que te hace digno como ser humano. QUINTA ESCUELA La quinta escuela es la escuela de la vida más conocida como la escuela de la recuperación. ¿Qué quiere decir esto? Por un lado, lo que no hayas aprendido en la familia, en la iglesia y en la escuela, lo aprenderás aquí. Por otro, no se trata de aprender teoría, aquí sólo hay práctica. No se trata de contenidos, sino aceptar lo que es: unas veces creencias; otras, decisiones; otras, doblegarse ante realidades, etc. Algo peculiar de esta escuela es que presenta sus lecciones sin avisar e intenta contrastar lo que tu piensas con lo que es. Y ¿qué sucede? Con frecuencia tenemos que reconocer que muchas de nuestras creencias están equivocadas. Así que esta escuela no sólo te enseña grandes lecciones sino que sirve para ajustar tus creencias. Como puedes ver ¡qué necesaria es esta escuela! SEXTA ESCUELA Muchas personas no se percatan de la importancia de esta escuela y creen que con las anteriores es suficiente, pero no es así. ¿Qué tiene esta escuela de especial? La sexta escuela es la escuela de la excelencia, donde tú mismo te conviertes en profesor y alum-

no. Es la escuela donde aprendes a ir más allá de lo razonable y de lo justo. Es la escuela que convierte a la gente normal y buena en personas encantadoras y especiales. En esta escuela se trabajan los detalles porque de lo que se trata es de perfeccionar todo lo aprendido. Una cosa es saber cómo tienes que ser y a dónde tienes que llegar y otra es que todo eso se haga realidad. En cierto sentido, y usando esa imagen conocida, se trata de pulir el diamante que todos llevamos dentro de forma que el brillo salga a la luz. ¿Cómo se trabaja en esta escuela? Con esfuerzo, dedicación, sacrificio y negación propia. Hay algo que Pablo menciona y que será la clave del éxito: la ayuda divina. Pablo dirá: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. El objetivo es claro: nuestros sentimientos no pueden depender de las cosas externas. Debemos establecer un control para que nadie nos robe la alegría, el gozo y la satisfacción. Pablo nos da el secreto para conseguirlo: hay que “aprender”. ¡Aquí está la clave! Nadie nace enseñado y menos en estos menesteres. Así que hay que aprender a estar contento a pesar de las cosas malas que tengas que enfrentar y eso se aprende en la quinta escuela, aunando los dos papeles fundamentales (profesor y alumno) en una única persona: tú. CONCLUSIÓN Yo sé que tú has pasado por las tres escuelas que he mencionado donde has aprendido muchas cosas buenas. Imagino, por otra parte, que la escuela de “la calle” se ha interpuesto en tu vida y te ha influido de alguna manera. Y estoy seguro que la vida te ha confrontado muchas veces y te habrá enseñado hermosas lecciones que te habrán sido de mucha utilidad. Pero recuerda esto: a estas escuelas le falta algo, “la excelencia”. ¿Dónde se consigue? En la sexta escuela donde tú, contigo mismo, podrás pulirte con la ayuda de Dios para ir más allá de lo que es justo y razonable convirtiéndote en una persona encantadora. Ser alumno y profesor es todo un desafío porque debes luchar contra ti mismo y aprender las mejores lecciones de tu vida: a) vencer las circunstancias externas y b) descubrir la presencia de Dios en tu vida. Ojalá que puedas decir como Pablo: “… He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filip. 4:11-13) ¡Que así sea! AMÉN.

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Jesús Calvo, Presidente de la UAE.


Editorial: El liderazgo que confunde
 Cuando la prensa diaria transmite más angustia que otra cosa, vemos cómo el liderazgo influye en la sociedad a la que supuestamente sirve. La indecisión, la falta de gobierno estable o definido hace que las inversiones, la economía y la seguridad sean volátiles. El ambiente político en España me hace reflexionar en cómo el estado de ánimo de muchos puede ser influenciado por la decisión, o indecisión de un puñado de dirigentes. Es muy fácil intentar agradar a todos, y también es muy fácil dar “golpes sobre la mesa” en asuntos más pequeños para dar la impresión de que se sigue al “control” de la situación, pero nada de eso sirve. Me miro al espejo y, siendo algo muy diferente e incomparable, me pregunto, ¿qué clase de liderazgo espiritual puedo estar desarrollando? ¿Intento agradar a todos a cualquier precio? ¿Intento marcar mi “cuota de poder” con pequeños golpes en la mesa? Estas preguntas son aplicables a cualquiera de nosotros, desde el máximo responsable de cualquier institución u organización, pasando por el pastorado, ancianato, diaconado, maestro de escuela sabática, padre o madre… Todos tenemos nuestro ámbito de influencia y nuestra parcela de la que somos responsables. Santiago nos amonesta en una breve pero contundente frase: “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:8). Cuántas veces hemos visto a personas que han restado importancia a un tema y al poco ver que se le empieza a “escapar de las manos”, le atribuye más importancia de la que procede, intentando compensar. Los argumentos son sencillos, “te he dado libertad de elección”, “no me gusta imponer”, etcétera.

Pablo nos dice que el que desea ser anciano, “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad” (1 Timoteo 3:4) para que sirva de ejemplo a la iglesia. El liderazgo es estar en las duras y en las maduras, de madrugada cuidando al bebé con fiebre, o buscando soluciones para la familia. Dejar pasar el tiempo sin más no arregla los problemas, ni quita la fiebre del hijo. La indecisión o la falta de determinación a la hora de enfrentar situaciones no hace más que agravar el problema. No actuar ante un hijo rebelde a tiempo sólo acrecenta su mala educación, y hace que el resto de la familia se sienta incómoda o peor. No es fácil encontrar el equilibrio entre el liderazgo proactivo, correctivo, dúctil y a la vez modelador, pero lo que está claro es que dejar la solución de los problemas de una semana en otra, de un mes en otro, lleva a la indecisión e indeterminación, y por lo tanto, la desconfianza. Así lo vemos en esta Piel de Toro en la que habitamos, y así lo podemos hacer nosotros sin querer también en otras esferas más pequeñas, alrededor nuestro. Santiago nos vuelve a regalar otra frase de denso contenido: “que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación” (Santiago 5:12). No seamos de doble ánimo, y tengamos suficiente confianza en Dios, conocimiento y sabiduría de Él como para poder afirmar o negar las cosas ante nuestros hijos, hermanos, compañeros, vecinos, sin duda alguna, sin desidia, sin postergar respuestas, y sin tener que acompañar más tarde los argumentos con un “golpe en la mesa” infructuoso..

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Pedro Torres, Editor de la RA


Actualidad: Proyecto ICor
 La iniciativa "Iglesia Refugio"(CORe en inglés e ICor en castellano) está diseñada para ayudar a las comunidades locales a desarrollar el trabajo juvenil significativo. Le invitamos a explorar el sitio web en http://churchofrefuge.eu/en/ y sentirse conectado con las iglesias adventistas, donde los adultos jóvenes encuentran una cálida bienvenida y refugio. Proporcionar un refugio es un valor fundamental de la Biblia. Las ciudades de refugio en el Antiguo Testamento son un testimonio de esto (Deuteronomio 19). Estas fueron las ciudades donde se podía disfrutar de seguridad, protección y cuidado. Queremos que nuestras iglesias ofrezcan lo mismo hoy. El CORe network es una iniciativa internacional que quieran ofrecer esto. ¿Debería haber un lugar especial de la iglesia en su vecindario, en su ciudad... en el que todos se sientan bien estando ahí, donde sientan que están en su casa, donde se sientan acogidos, cuidados...? Ese es el principio del proyecto ICor, una iglesia refugio para todos. PENSANDO UN NUEVO CONCEPTO DE IGLESIA Los jóvenes necesitan la iglesia y la iglesia necesita gente joven. La adolescencia es una época de transición física, psicológica, social y económica. Esto también se aplica a la dimensión espiritual de la vida del adolescente. Debido a la evolución y las circunstancias de la sociedad, el período que llamamos "juventud" se está expandiendo y es cada vez más importante. Sometidos a un período de cambio, los jóvenes se conviertan en agentes para cambiarse a sí mismos. Son dinámicos, creativos, innovadores y capaces de grandes cosas. Desde un punto de vista espiritual, muchos de los reavivamientos y reformas cristianas tienen sus raíces en la movilización de los jóvenes. No es casualidad que Jesús escogiera a jóvenes para ser sus discípulos.

Teniendo en cuenta lo importante que son para la iglesia, es inquietante que a menudo perdemos más de la mitad de nuestros jóvenes. Por desgracia, esta estadística va en aumento en las iglesias adventistas del séptimo día en todo el mundo. En general, sus razones para abandonar la iglesia son relacionales, no doctrinales. Iglesias donde los jóvenes sienten que pertenecen, y en el que pueden participar activamente en la vida de conformación de la iglesia, la visión y misión, son generalmente comunidades apasionadas. Las iglesias que incluyan a los jóvenes también son mucho más propensas a llegar a la sociedad contemporánea con el Evangelio eterno de Jesucristo (Apocalipsis 14: 6-12). IGLESIA REFUGIO Las ciudades de refugio del Antiguo Testamento sirven como una metáfora de la iglesia como marco de refugio (Deuteronomio 19: 1-13, Números 35: 6-15). Las iglesias refugio siguen las tradiciones y las ideas de estas ciudades bíblicas de refugio y las aplican especialmente al ser un lugar seguro para los jóvenes. Una Iglesia Refugio es una comunidad de fe que tiene como propósito proporcionar un lugar seguro y un santuario para todo el mundo. Las Iglesias Refugio son intencionales para los jóvenes, asegurando que se sienten protegidos, que son valorados, y que pueden involucrarse. El marco básico es la 'comisión de Jesús a sus seguidores de ir y hacer discípulos en serio (Mateo 28: 16-20). Está diseñado para promover y fomentar el verdadero discipulado. Las iglesias ICor están comprometidas con el desarrollo de entornos seguros, pero desafiantes y comunidades inclusivas de fe para la misión, donde todos los miembros tienen la facultad de experimentar y fortalecer su fe. El marco básico, y en la División Transeuropea es donde se desarrolla especialmente, es que son parte de una red Adventista en todo el mundo: se trata de una cooperación de

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la iglesia con programas del Centro de Evangelismo Juvenil (Andrews University) y de las regiones Intereuropea y Transeuropea de los advenstistas. En estrecha colaboración con estos socios, ICor desarrolla nuevas ideas, estrategias y recursos para apoyar las muchas congregaciones en toda Europa que se adhieren al proyecto. LA FAMILIA DE DIOS Creemos en un Dios relacional: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Dios es un ser completamente unidos, y la Biblia utiliza una terminología familiar para describir a Dios. En la creación Dios declaró que una persona no debe estar sola. Juntos los seres humanos son responsables unos de otros. La iglesia es la comunidad de los hijos de Dios; somos los discípulos de Cristo. Como la familia de Dios, la preocupación de la iglesia es que sea una comunidad de amor, que nutre y da poder y apoya a sus miembros a conectarse unos con otros, y a estar a la altura de su potencial en Cristo. La iglesia fomenta el verdadero discipulado entre sus miembros. INTRODUCCIÓN A LOS VALORES EL VERDADERO DISCIPULADO La gran comisión de Cristo a sus seguidores era de ir y hacer discípulos. El discipulado no es simplemente un programa de la iglesia, es la razón de ser de la iglesia. Y el verdadero discipulado integral es mucho más que simplemente la enseñanza del Evangelio. Siguiendo el ejemplo de Jesús la iglesia está llamada a centrarse en cuatro valores del discipulado. • RELACIONAL Jesús llamó a sus discípulos y tenía una relación permanente con ellos. Viajaron con él, pasaron tiempo con él y aprendieron a él y entre sí saber. El verdadero discipulado se centra en las relaciones, a través de la aceptación del otro, estar en contacto unos con otros y satisfacer mutuamente con regularidad. • CRECIMIENTO ESPIRITUAL ORIENTADO Jesús se centró en el crecimiento espiritual de sus discípulos. Adoró con ellos, oró con ellos, les llevó en su desarrollo independiente de la fe y desafió su forma de pensar. El verdadero discipulado de manera similar debería tener como objetivo el crecimiento espiritual, a través del desarrollo de la fe, el culto con relevancia y constantes desafíos para pensar y descubrir más de la fe. • MISIONAL Jesús presentó a sus discípulos al ministerio. En primer lugar les envió comisionados en el servicio por un corto período de tiempo, y luego dejó que dedicaran sus vidas al servicio, a la misión y a la formación de otros discípulos. El verdadero discipulado debe centrarse en la misión. Los discípulos deben estar constantemente involucrados en servir a los demás, deben de ser mentores

y tutores, y deben estar equipados para compartir su fe a través de la misión y el servicio. • EMPODERAR Jesús envió a sus discípulos con una comisión, pero no sin el equipo adecuado. Él les dio el poder de mover montañas y el espíritu que los consolaba. Con frecuencia oró por ellos. El verdadero discipulado debe permitir a los discípulos centrarse en la formación y entrenamiento de los otros discípulos en el liderazgo, debe animar a la propiedad de la visión, y lo más importante no debe dejar de hacer oración constante por llevar al máximo su poder. CÓMO SER UNA IGLESIA ICOR Aquí van 5 pasos para comenzar: 1. Póngase en contacto con el DIRECTOR NACIONAL DEL MINISTERIO JUVENIL Esta es la persona que sabe lo que es posible hacer y no para que su iglesia sea un marco adecuado y básico para empezar. Se pueden discutir las necesidades personales, las oportunidades y los desafíos que tendrá que afrontar de cara a la iglesia local. Su director del ministerio juvenil será capaz de aconsejarle específicamente en su situación. 2. ORGANIZAR UNA REUNIÓN CON LA JUNTA DE IGLESIA La mejor manera de obtener que su iglesia se suba a bordo del proyecto es que el director de jóvenes visite su iglesia local y se reúna con su junta de iglesia. La reunión para la presentación del proyecto a toda la iglesia es importante, pero no tanto como conseguir el voto positivo de la Junta de Iglesia local. No se puede presentar algo a toda la iglesia sin que antes los miembros del consejo hayan discutido la necesidad de que se organice en conveniencia el núcleo principal de la iglesia refugio. El director de jóvenes le enviará panfletos, folletos y manuales de capacitación para que los miembros de la junta pueden prepararse para la reunión. Después de la reunión de la junta, hay que tomar tiempo para leer el material nuevo. Asegurarse de que toda la junta de la iglesia está dispuesta a comprometerse y a convertirse en el núcleo básico de una iglesia refugio. Tenga en cuenta que esto podría no requerir necesariamente muchos nuevos proyectos o iniciativas. Es muy probable que solo se requiera un cambio en el pensamiento. El marco básico servirá como caja de herramientas que pueden ser muy beneficioso con los jóvenes y su implicación en el proyecto. 3. REALIZAR LA PRESENTACIÓN en diálogo con la iglesia local Una vez que la junta ha decidido apoyar el movimiento para convertirse en el núcleo de una iglesia refugio, fijar una fecha para que esto se presente a la familia de la iglesia. Invitar al director de jóvenes para ser parte de este día, e involucrar a los líderes locales clave en las

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presentaciones. Asegúrese de crear oportunidades para el diálogo, de manera que los usuarios pueden hacer preguntas y plantear sus inquietudes. 4. Aplicación de los PRINCIPIOS BÁSICOS La aplicación de los principios básicos es el siguiente paso importante. Cada iglesia es única y no hay tal cosa como "una talla para todos '. La mejor manera de avanzar es reservar un tiempo en cada reunión de junta de la iglesia para hablar de un valor central. Hay 12 principios, lo que significa que puede ir a través de todos los principios y discutir su aplicación en un año o dos. El manual de entrenamiento está configurado de modo que el momento devocional orgánicamente conduce a esta discusión. A medida que analiza cada principio básico, se sorprenderá al descubrir lo mucho que ya está haciendo. En esta discusión también verá el potencial que tiene para poner en práctica aún más este valor. No se olvide de delegar y asumir la responsabilidad de cómo se aplicarán los planes. Demasiadas iniciativas de los jóvenes se dejan al líder de la juventud local, sin tener un apoyo más amplio de todos los departamentos de la iglesia. En la aplicación de estos principios, asegúrese de dejar que los jóvenes de la iglesia asuman su proyecto. El-

los deben participar en este proceso desde el principio. Como iglesia hay que implementar los doce principios, es vital que se informe con claridad acerca de ellos. En la enseñanza de estos principios, el núcleo se comunicará claramente con los jóvenes y se aclarará lo que se puede esperar de una iglesia Icor. 5. VERIFICACIÓN ANUAL DEL PROYECTO Una vez que se ha introducido y comenzado a trabajar con este marco, hay que enviar un poderoso mensaje a los demás jóvenes de su asociación / unión; con él estará indicando que su iglesia cree y da prioridad a los jóvenes. Además con el fin de que haya rendición de cuentas, tendrá que haber un seguimiento, y un diálogo permanente entre el departamento del ministerio juvenil y la iglesia local que ha implementado el proyecto. Se le pedirá que rellene una lista de ítems donde se verifiquen los principios que se están desarrollando a lo largo del año. Esto no es una auditoría. Simplemente hay que garantizar que se evalúe periódicamente lo que se está haciendo. También ayuda al departamento de ministerio juvenil a evaluar periódicamente el marco básico para que siga cumpliendo con las necesidades de las iglesias locales. Comunicaciones UAE

Bautismos
 SAN SEBASTIÁN El sábado 14 de mayo se celebró el bautismo del hermano Andrei Soberanes. Así mismo hicieron profesión de fe las hermanas Carla Soto y Alejandrina Carbajal. Ofició ambas ceremonias el pastor Pablo Armero. ¡Felicidades por poner a Dios en primer lugar y demostrarlo públicamente! Y también os damos una cordial bienvenida a la feligresía de la Iglesia Adventista. Recordad que si los catecúmenos envían su dirección de correo electrónico a revista@adventista.es, recibirán completamente gratis la suscripción a la Revista Adventista en su buzón de correo electrónico cada mes (previa confirmación de su parte).

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Bodas
 SAN SEBASTIÁN El domingo 1 de mayo contrajeron enlace matrimonial los hermanos Dani Sanz y Graciella Gonzaga. Ofició la ceremonia el pastor Pablo Armero. ¡Felicidades por unir vuestras vidas y hacer de Cristo vuestro núcleo de unión familiar! ¡Que él guíe vuestro caminar en esta vida y os llene de gozo, paz y amor!.

Entrevista: a Corrado Cozzi, durante el I congreso de Sordos y Sordo-

Ciegos en Sevilla
 Entrevista a Corrado Cozzi, departamental de Comunicaciones y responsable del área de atención a Sordos y Sordo-Ciegos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la Región InterEuropea: P. ¿Qué le parece el Congreso Internacional de Sordos? Corrado: Era un reto para mí, porque tenemos una gran cantidad de diferentes países que participan en él. Estuve pensando en cómo podemos permitir que todo el mundo entienda lo que se presente. Para mí lo más importante fue el tema de la comprensión de todo lo que se ha presentado en el escenario. Traté de hablar muy lentamente, y de una manera que todos los traductores podrían comprender y traducir fácilmente. Para mí, el éxito ha sido el ver que todo el mundo podía entender lo que fue presentado en este congreso. P. ¿Qué le gustó más? Corrado: Una vez vi a la gente que sonría y que participaban, no estaban aburridos solo observando, sino que participaban activamente. Esto me hizo muy feliz. Me gustó mucho el escenario, las películas que fueron expuestas aquí, el programa fue muy completo, los predicadores invitados eran fantásticos y el público disfrutó mucho de sus mensajes. Miré a mi alrededor cuando pre-

sentábamos el programa y pude ver en los ojos de los espectadores que estaban muy contentos y disfrutando de su participación en las actividades. P: Usted dijo antes específicamente que se trató de lograr lo mejor para este congreso. ¿Por qué? Corrado: Porque para mí, lo que es realmente importante es dar un buen mensaje. La mayoría de las veces, las personas sordas pueden sentirse un poco marginadas. Traté de darles lo mejor. Dándoles lo mejor de este congreso es un mensaje en sí mismo, diciéndoles "que son predicadores para nosotros, y tenemos que honrarles con los mejores". Lo que hemos preparado en este congreso para el público era realmente lo mejor posible. P. De hecho, ha habido una gran pantalla, con el mejor equipo técnico y el trabajo en equipo. ¿Cuántas personas y de cuántos países se han representado aquí? Corrado: Por ejemplo, tuvimos un grupo de doce personas procedentes de Corea, cinco de Brasil, seis o siete de Estados Unidos. Sin embargo las personas de diferentes países africanos, finalmente, no pudieron llegar debido a problemas de visado. Pero esperábamos más de veinte personas que ya había comprado los billetes de avión. Desde Europa aquí han sido veinte personas de

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Francia, unas cincuenta personas procedentes de Alemania, unas cuarenta de España, ¡por supuesto, estábamos aquí en España!, tres o cuatro de Italia, y gente de Austria, Polonia, de Rusia, Ucrania, cerca de veinticinco personas procedentes de la República Checa, y mucho más países. Nos sentimos muy contentos por la respuesta a nuestra invitación, porque ha sido muy buena. Por desgracia, hay gente de algunos países que no pudieron llegar debido a problemas de visado. P. En una forma personal, ¿qué aprendió o ha apreciado personalmente? ¿Qué destacaría de esta convención que realmente le ha tocado? Corrado: Lo que más me llamó la atención es lo que he aprendido, una vez más. Cuando se necesita hablar con alguien, tiene que mirar a esa persona a los ojos y prestar atención cuando él o ella está hablando con usted. La mayoría de las veces, cuando alguien está hablando con nosotros, nos distraemos con una persona que pasa o por alguna otra cosa. Con una persona sorda no podemos distraernos, porque tenemos que hablar con los ojos y escuchar con los ojos, y esto hace que la relación personal sea más fuerte con el otro. He aprendido eso y más para mejorar mis relaciones personales cuando estoy hablando con otra persona. P. Tuvimos una persona sordo-ciega en esta convención. ¿Usted se ha preparado materiales especiales sólo para él? Corrado: ¡Sí! Tratamos de ponerlo en una situación tal en la que realmente pudiera disfrutar. Todos los días le poníamos diferentes fragancias cercanas a él, por lo que así podía entender que el día había cambiado y el tema era diferente. Tratamos de sentarlo cerca de la caja del altavoz, y le hemos proporcionado un altavoz de graves

cerca de él para que pudiera sentir las vibraciones de los sonidos. Cuando fuimos a visitar los monumentos de las ciudades de Sevilla y Córdoba, compramos pequeñas reproducciones de los monumentos de modo que cuando se le explicaba lo que estábamos visitando podía tocar la pequeña figura para hacerse una imagen en su mente de donde estábamos. Fue un regalo para él para que pudiera recordar dónde ha estado y qué ha visitado. Siempre había varias personas cercanas a él para hablar con él personalmente. Hemos tenido especial cuidado con este Sordo-ciego. P. Pude ver que realmente disfrutó mucho. Se podría decir que eso era debido a sus grandes y constantes sonrisas. Corrado: Lo que hice personalmente es que le abrazaba cada vez que pasaba a su lado. Esta era la única manera de que pudiera darse cuenta de que estaba cerca de él y de que yo no lo estaba ignorando. Cuando podemos ver, podemos simplemente hacer un gesto y saludar a los demás muy fácilmente, en un abrir y cerrar de ojos, y reconocer "Ok, te vi". Pero no me podía ver, por lo que cada vez que podía lo abrazaba, y sin decir nada, dejaba que tocara la cara, el pelo hasta que me reconociera. P: ¿Algo más que añadir a esta entrevista? Corrado: Ya estamos planificando la próxima. Hemos aprendido muchas cosas de este congreso, y vamos a mejorarlas para el siguiente. No sabemos cuándo se llevará a cabo por el momento, pero, lo que sí sabemos con seguridad es que habrá otro congreso. Pedro Torres, Departamental de Comunicaciones UAE

Solidaridad: 25 consejos para ser solidarios
 1. Acostumbrarse a trabajar desinteresada, voluntaria, gratuita y perseverantemente, a favor del prójimo, sintiéndose parte activa de las buenas causas.

2. Actuar con mucha generosidad, incluso con las cosas propias más apetecibles, no dudando en ofrecer, de lo que tenemos, no de lo que nos sobre, las 3 T’s (Tiempo,

Talento y Tesoro), procurando hacerlo en grupo, para aumentar la eficacia. 3. Aprender a anteponer al propio bienestar, los sacrificios solidarios que haya que hacer, por el bien común.

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4. Comprender que si nuestro entorno está bien, nosotros también lo estaremos. 5. Conservar el espíritu abierto a todas las personas que tengan necesidades, sin importar su raza, política o religión. 6. Convertirse en los denominados “solidarios sin fronteras” compatibilizando la solidaridad, con el tiempo libre y el ocio, en beneficio de las personas o causas, que necesitan su tiempo, su tesoro o su talento. Muchas personas, principalmente los jóvenes, pueden disfrutar de una nueva experiencia, viviendo en otro entorno o solidarizándose con otras causas, pueden reorientar su futura vida familiar, profesional y social. 7. Dar ejemplo de solidaridad durante todo el año, no solamente en ocasiones determinadas. 8. Demostrar mucha sensibilidad humana, ante la presencia de los problemas de los demás. 9. Disponer de mucha valentía y coraje, para comenzar y continuar conscientemente, con la solidaridad a pesar de los problemas, dificultades e incomprensiones, que salgan en el camino.

15. Incrustar en la familia la educación del concepto de “Todos para uno, y uno para todos”, sin excepciones en los temas del dinero, del mutuo esfuerzo y del amor, solidarizándose con generosidad, principalmente ante las situaciones familiares. 16. Luchar por conseguir instaurar en la cultura, la ética de la solidaridad, principalmente en los jóvenes, para que vaya fortaleciéndose en ellos a medida que vayan creciendo. 17. Mantener pase lo que pase, la perseverancia solidaria sin decaimiento, sabiendo que los demás, necesitan que hagamos el máximo esfuerzo posible para ayudarles. 18. No desanimarse por el sacrificio que supongan la incomprensión, rechazo, apatía, ingratitud o desprecio, por causa de los que no aprueban esta virtud o por las abstenciones en la participación. 19. No sentirse indiferentes a las buenas causas familiares o sociales. 20. Practicar el trabajo en equipo, cuando sea necesario, para aumentar los resultados de la solidaridad, a poder ser en unión y cooperación con las ONG’s.

10. Educarse en saber comunicar a los demás, las ventajas de la virtud y valor humano de la solidaridad, para que los necesitados de ella no se encuentren solos.

21. Respetar, reconocer, comprender, apoyar y acoger a los que necesitan nuestra solidaridad con discernimiento y empatía, poniéndose en lugar de los otros.

11. Empezar la solidaridad con la familia, la cual es mucho más que una unidad legal, social o económica. Es una comunidad de amor, solidaridad y convivencia, para trasmitir e instalar en las mentes, las virtudes y valores humanos, culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos. Es la primera red de solidaridad, e incluso egoístamente, es la mejor y más segura cuenta de ahorro, donde guardar el dinero y las buenas acciones, por si tienen que servir, para prevenir y sobrepasar las futuras dificultades y crisis económicas.

22. Ser solidario sin egoísmo ni arrogancia, para que las personas u organizaciones, alcancen a obtener un mejor nivel de vida familiar, social, económica y religiosa.

12. Enseñar a los hijos, para que sepan que no están solos en la sociedad, y que hay otras personas en la sociedad menos afortunadas. Hoy por ti y mañana por mí. 13. Escuchar con atención, dedicación, afecto y simpatía, las propuestas de interés general y bien común para la familia, los amigos o la sociedad.

23. Tener muy claras las prioridades y primeramente, tener una gran solidaridad con las personas. Después tener la cabeza muy fría, aunque se tenga el corazón caliente, para analizar y actuar sin pasión, según los resultados del estudio de las prioridades. Está muy bien tener solidaridad con la vida de los animales, ballenas, focas, gallinas y con la madre tierra, pero primero son las personas. 24. Trabajar en grupo y cumplir lo mejor posible, los compromisos adquiridos con uno mismo o con el prójimo. 25. Usar la inteligencia y desarrollar los cinco sentidos, para comprender lo que necesitan los demás, incluso antes de que nos lo pidan.

14. Evitar el individualismo, la indiferencia y el egoísmo, ante los problemas o inquietudes justificadas de los demás.

Escuela de Padres, Mi Cumbre

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Naturaleza y religión: ¿Por qué los cristianos tienen que practicar la

mayordomía ambiental si el mundo será destruido? Ensalzar fielmente a Dios de manera que todos se vean atraídos a él, es proclamar y atesorar el carácter precioso de su creación, la gracia de su redención, la constancia de su continuo cuidado y el gozo de la consumación. La teología cristiana concuerda en general con la afirmación adventista de que “el plan de contingencia para salvar a la familia humana en caso de que pecara”, significó que “el Creador activo – o Dios el Hijo– llegara a ser el Salvador de la humanidad”.1 Sin embargo, como no todos los creyentes tienen el mismo énfasis adventista, algunos cristianos dan rienda suelta a la tensión creativa que experimentan los adventistas entre las Primeras Cosas y las Últimas Cosas –entre el Cristo de la creación y el Cristo de la consumación.2 La escatología y el Cristo de la consumación El mensaje proclamado por Guillermo Miller (1782-1849) y por quizá mil quinientos pastores y conferenciantes3 inició un movimiento milenario que se esparció ampliamente en Norteamérica antes de la terrible conmoción del Gran Chasco en

1844, cuando el anunciado segundo advenimiento de Cristo no se hizo realidad. Aunque el “millerismo" estaba relacionado con el despertar religioso, el afán de restauración y otros movimientos contemporáneos, su distintivo énfasis “pre-milenio" buscaba preparar el planeta para la inminente segunda venida.4 Los textos clave del movimiento escatológico eran muchos, y uno de ellos describía al pueblo del advenimiento como los que literalmente aguardaban “la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13). ¿Qué es escatología? La palabra proviene del griego eschatos, (último) y logos, (palabra, razón o discurso); la idea es un énfasis en “las últimas cosas”. La escatología puede referirse “ya sea a la suerte de los individuos (muerte, resurrección, juicio y el más allá) o a eventos relacionados con el fin del mundo”.5 El último concepto es el más significativo para este estudio. Los “milleritas” eran firmes creyentes en el advenimiento por excelencia; por ello, sus descendientes guardadores del sábado desarrollaron el nuevo movimiento adventista sobre el Revista Adventista MAYO 2016 - 11

trasfondo de vívidos pasajes bíblicos que incluían descriptores tales como “llama de fuego”, y “calor ardiente”.6 “Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Estos sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos” (2 Tesalonicenses 1:710). “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:10). Los adventistas aplicaron las profecías del Antiguo Testamento sobre “el día del Señor” a la consumación de la historia de este planeta, el regreso de Cristo, y la creación de “cielos [atmosféricos] nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13). Para ello se dedicaron ávidamente a las porciones apocalípticas del Antiguo Testamento y el


Nuevo Testamento, en especial del libro de Daniel, el Sermón del Monte de los Olivos (Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21), 2 Tesalonicenses y el libro de Apocalipsis. Los “milleritas” habían enfatizado la purificación de la tierra por el fuego, en el día final; los adventistas no hallaban manera de ser fieles a las Escrituras sin un fin apocalíptico del planeta y de todos los impenitentes.7 Sin embargo, en su enseñanza y predicación, enfatizaron el tema de la esperanza, que alcanzó su punto culminante en el Edén restaurado de Apocalipsis 21 y 22.8 La experiencia de 1844 y lo que le siguió, plantearon una pregunta fundamental para los adventistas: ¿Qué significa realmente creer en la segunda venida de Cristo? En los siguientes cincuenta años, un gran debate dentro del movimiento en desarrollo planteó una pregunta paralela: ¿Qué significa realmente creer en la primera venida de Cristo?9 Los adventistas llegaron a entender el concepto generalizado de que todas las Escrituras se centran en las dos venidas de Cristo. “En toda página, sea de historia, preceptos o profecía, las Escrituras del Antiguo Testamento irradian la gloria del Hijo de Dios”, escribió en 1898 Elena White, una de las principales fundadoras del adventismo.10Si esto es verdad de la primera parte de la Biblia, se hace aún más evidente en la promesa adicional del Nuevo Testamento de que el Señor consumará el plan de salvación con “la restauración de todas las cosas” (Hechos 3:20, 21). Por lo tanto, para cuando falleció Elena White (1915), los adventistas eran conscientes de que el desafío de destacarse en la tarea de “levantar a Cristo ante el mundo”11 era una realidad primordial, pensando en el Cristo que salva del pecado (soteriología), el Cristo que hace nuevas todas las cosas (escatología), y aún más. La cosmología y el Cristo de la creación Uno de los pensadores del “millerismo", que a su vez es-

tableció el fundamento del adventismo, escribió el 25 de enero de 1844 sobre esta esperanza recién adquirida, expresando que “tendremos un universo puro”.12 Que los adventistas hayan llegado a hablar mucho del Edén restaurado implicó la importancia del Edén original, el perdido. Cuanto más explícitamente entendieron Apocalipsis 14:6-12 como la comisión singular asignada por Dios de dar el mensaje “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (v. 6), más se vieron confrontados por el lenguaje del versículo 7, de “adorar a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. En un momento en que los bautistas del séptimo día estaban orando sinceramente para que Dios los capacitara para compartir con mayor efectividad su convicción sobre el sábado como día de reposo, pareció providencial que pudieran motivar a los adventistas para que exploraran la significación bíblica del séptimo día. Y tan pronto como vincularon el concepto del sábado con la profecía bíblica, la idea cobró impulso. El énfasis en el cuarto mandamiento dio al adventismo una de sus doctrinas más distintivas: “Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna” (Éxodo 20:9, 10). Una vez que comenzaron seriamente a tratar de comprender la creación y el sábado como su monumento recordativo, los adventistas quedaron expuestos a una plétora de cuestiones bíblicas. ¿Cuál era la dieta original para los humanos en el Edén? ¿Qué ayuda podían brindar las Escrituras para seleccionar de entre las numerosas y confusas afirmaciones hechas por el movimiento de reforma prosalud? ¿De qué manera podrían prepararse para el Edén restaurado, al hacer que sus estilos de vida fueran compatibles con los principios del primer Edén? ¿Qué podrían decir las respuestas a estas preguntas sobre temas similares, incluida la colocación de los hogaRevista Adventista MAYO 2016 - 12

res adventistas en una atmósfera “de campo”?13 A los adventistas les llevó cien años añadir, a su énfasis inicial en el sábado como día de reposo, una teología amplia sobre la manera de adorar. Bajo el impulso de miembros más jóvenes que estaban obteniendo doctorados en estudios bíblicos y teología, este proceso pareció natural y hasta inevitable. Poco a poco, la enseñanza adventista sobre el Cristo de la creación maduró de manera similar, así como lo hizo la comprensión de Cristo y el “eschaton". Y a medida que la sociedad en general comenzó a darse cuenta con mayor claridad de la finitud de los recursos naturales y los problemas de la actividad humana en el medioambiente, los adventistas comenzaron a aplicar de manera más efectiva sus convicciones sobre las primeras y las últimas cosas, al analizar el “dominio” que Dios le dio a los primeros seres humanos (Génesis 1:26).14 “Todas las cosas por él fueron hechas”, pero “todas estas cosas han de ser deshechas” Para los adventistas, la creación es el don de un Dios amante que creó la tierra “para que fuera habitada” (Isaías 45:18). En el principio, “vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera» (Génesis 1:31). En las enseñanzas de Jesús, las aves de los cielos son alimentadas por el mismo Padre celestial que se ocupa de los seres humanos. Dios valora la belleza de los lirios y la hierba del campo (Mateo 6:25-34). No solo que todas las cosas fueron hechas por el Verbo que es divino, sino que también “todas las cosas […] subsisten” en aquel por quien fueron creadas (Juan 1:3; Colosenses 1:13-18). Por lo tanto, tratar negligentemente la creación es unirse deliberadamente con las fuerzas contrarias a Dios, a los “que destruyen la tierra” (Apocalipsis 11:18). Significa obrar en divergencia con el Dios Creador, Dador


y Sustentador, cuya gloria es declarada en su obra, y quien encomienda las obras de sus manos a los seres humanos (Salmos 19:8). Aunque Dios “sembró buena semilla en el campo […] pero vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo” (Mateo 13:24, 25). Hasta que esto mortal se vista de inmortalidad (1 Corintios 15:51-53), somos colaboradores con Dios en la obra de redención, compartiendo sus valores y objetivos, así como lo hizo Cristo cuando se encarnó en este mundo. De allí que no es un acto deliberado de un Dios vengador que destruye su obra, sino por el contrario, es el acto divino final de un proceso salvífico que consuma la restauración de un planeta rebelde. La “extraña obra” de juicio ejecutivo precede y facilita la nueva creación de todas las cosas (Isaías 28:21). El Dios de las Escrituras es un Dios de nuevos comienzos: después del diluvio; después de la cautividad babilónica; cuando envió a su Hijo; y en último término, en “los cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (Génesis 6-9; Isaías 40; Gálatas 4:4; 2 Pedro 3:13). Articular este escenario significa separar al adventismo de lo universal. Dios extiende su misericordia; su gracia es abundante; no obstante, su justicia requiere que los culpables rindan cuenta. Entonces, dejar de cuidar el medioambiente porque sabemos que “todas estas cosas han de ser deshechas” y que aun “los elementos ardiendo serán deshechos”, es ser tan irresponsable como el médico que puede conservar una vida pero no lo hace. Por cierto, “los que viven saben que han de morir”, pero no corresponde al pueblo de Dios ignorar el don divino de la vida porque saben que “en Adán todos mueren” (Eclesiastés 9:5; 1 Corintios15:22). Tampoco tienen la libertad de actuar descuidadamente solo porque lo que existe será quemado (2 Pedro 3:10). “Negociad entretanto que vengo”

En la parábola de las minas, Jesús conmina a sus seguidores a estar ocupados hasta que el Señor regrese (Lucas 19:12-28). El mundo en que surgió el adventismo abundó en reformas relacionadas a la esclavitud, la salud y la educación, entre otras. Durante un tiempo, la expectativa sobre el regreso inminente de Cristo anuló la mayoría de las demás preocupaciones, pero gradualmente, los adventistas comenzaron a participar en una sucesión de reformas que realzaron su espera y testimonio sobre el retorno del Señor. El res-peto por la naturaleza puede ser rastreado hasta las primeras etapas de la historia cristiana, al menos a las posiciones de Ireneo (130-200), Agustín de Hipona (354-430) y San Francisco de Asís en la Italia medieval. Sin embargo, la forma moderna de ambientalismo cristiano es en su mayor parte un producto del cambio de circunstancias del siglo XX. El historiador Geoffrey Blainey contextualiza bien el impacto de hitos editoriales tales como Silent Spring, de Rachel Carson (1962), y The Population Bomb, de Paul Ehrlich (1968).15 El geógrafo Howard Fisher, en una conferencia postdoctoral, enfatizó el vínculo entre la doctrina de la creación y la responsabilidad ambiental remarcando tres ideas interconectadas: los seres humanos son creados a imagen de Dios; por lo tanto, deberían desarrollar sistemas económicos que reflejen el cuidado responsable de la creación, y una escatología que abrace una consumación de la creación. En un artículo de 2004, Fisher luchó contra dos cuestiones: encontrar una motivación para la preocupación práctica respecto del mundo natural ante la expectativa de una culminación inminente de la vida sobre el planeta,16 y la discontinuidad producida por el cataclismo entre el mundo presente y la nueva creación que incluye la reconciliación con el Dios de todo lo creado por medio de Jesucristo (Colosenses 1:15-20). Revista Adventista MAYO 2016 - 13

Fisher sugirió que algunos pueden ver el cuidado del medioambiente como una prueba de mayordomía, siguiendo el mandato de Cristo de estar ocupados hasta que él venga. Algunos pueden haber hecho una conexión entre la salud del medioambiente y la salud personal, una cuestión muy enfatizada por los adventistas. Para otros, un sentido disminuido de la inmediatez de la segunda venida podría ofrecerles otra razón para cuidar del medioambiente.17 Fisher está en lo cierto al remarcar que si no cuidamos este mundo, no deberíamos esperar que Dios nos provea uno nuevo. Warren Trenchard, en un relevante artículo menciona: “Alrededor de 1970, algunos escritores adventistas comenzaron a ocuparse del tema de la responsabilidad cristiana para la conservación y renovación de la tierra. Sus escritos incluyen discusiones sobre la creciente crisis ecológica, los esfuerzos por desarrollar una conciencia ambiental entre los adventistas, y perspectivas sobre la relación entre la teología y la ecología”.18 Las manifestaciones de Fisher y Trenchard son meramente dos ilustraciones de la manera en que, cada vez más los pensadores adventistas se han ocupado del tema de la mayordomía ambiental.19 No obstante, es importante destacar que el adventismo es una denominación mundial con más de diecisiete millones de adultos bautizados, muchos de los cuales viven en naciones en desarrollo donde la lucha por sobrevivir es una prioridad diaria. Deben fusionarse muchas influencias para motivar a una feligresía que en ocasiones se muestra indiferente, de manera que puedan apreciar mejor esas cuestiones e invertir sus energías con mayor responsabilidad. En el Seventh-day Adventist Periodical Index, se registran varias publicaciones (Adventist Review, Ministry, Dialogue, Message, Journal of Adventist Education y revistas regionales) que dan claridad y sustancia a ese


tema.20 Está claro que el “diálogo y la dialéctica” continuos, que dentro del adventismo suele ser vigoroso, necesita incluir la difícil pero fundamental cuestión de discutir de qué manera la mayordomía cristiana ordena el cuidado efectivo del planeta.21 El centro de todo es Cristo y Dios Para algunos puede ser una sorpresa que como movimiento “millerista”, el adventismo está cada vez más interesado con la calidad de vida en esta tierra.22 Desde el punto de vista teológico, ese interés se explica fácilmente. En la obra creadora de Cristo, la Trinidad dotó a la humanidad de una tierra prístina. En la obra salvífica de Cristo, todo lo que se perdió en la caída será recuperado en beneficio de los redimidos. No puede existir una coexistencia eterna del bien y el mal; todas las cosas serán restauradas a su belleza original. De allí que los adventistas se ven motivados por cuatro verdades convincentes sobre Cristo: es al mismo tiempo el Creador, Salvador, Sustentador y Consumador. Ensalzarlo fielmente de manera que todos se vean atraídos a él (Juan 12:32) es proclamar y atesorar el carácter precioso de su creación, la gracia de su redención, la constancia de su continuo cuidado y el gozo de la consumación. *********************** REFERENCIAS 1. Frank Holbrook, “The Great Controversy”, en R. De-deren, ed., Handbook of Seventh-day Adventist Theology (Hagerstown, Maryland: Review and Herald, 2000), p. 972. A pesar de ello, en su lucha 2. con cuestiones relacionadas a la mayordomía del medioambiente, los adventistas tienen mucho que aprender de otros. Ver D. Moo en “Nature in the New Creation: New Testament Eschatology and the Environment”, Journal of the Evangelical Theological Society, 49 (2006): p. 449-488. The Midnight Cry (24 de 3. marzo de 1844), p. 282, expresó que de 1500 a 2000 predicadores estaban proclamando que el reino de los cielos se había acercado.

Por una introducción con4. fiable al millerismo, ver R. Numbers y J. Butler, The Disappointed: Millerism and Millenarianism in the Nineteenth Century (Indianapolis, Indiana: University Press, 1987). D. Rowe, God’s Strange Work: William Miller and the End of the World (Grand Rapids, Míchigan: Eerdmans, 2008). Ver T. Weber, “Eschatology”, 5. en D. Reid, ed., Dictionary of Christianity in America (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 1990), pp. 397-401. Vea el marcado contraste 6. entre el premilenialismo y el posmilenialismo. El primero imagina un mundo en el que los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor antes de un final catastrófico que introduce mil años de justicia, paz y equidad sobre la tierra. El segundo sostiene que la venida de Cristo tendrá su clímax en mil años de creciente paz, prosperidad y justicia. Ver R. Clouse, “Premillennialism” y “Postmillennialism”, en Reid, ed., Dictionary of Christianity in America, pp. 919, 929. Note sin embargo la posición distintiva de los adventistas descrita por K. Newport, “The Heavenly Millennium of Seventh-day Adventism”, en S. Hunt, ed., Chris-tian Millenarianism: From the Early Church to Waco (Londres: Hurst, 2001), pp. 131-148. Ver Richard Lehmann, “The 7. Second Coming of Jesus”, en Dederen, ed., Handbook of Seventhday Adventist Theology, pp. 893-926. Por una visión longitudinal 8. de la manera en que el milenialismo adventista se ha visto atenuado y transformado a lo largo del tiempo, ver D. Morgan, Adventism and the American Republic: The Public Involvement of a Major Apocalyptic Movement (Knoxville, Tennessee: University of Tennessee Press, 2001). Por una visión general de la disciplina de Estudios Adventistas, un área de rápido crecimiento, ver A. Patrick, A Brief, Annotated Introduction to the Field of Adventist Studies for Higher Degree Students (Cooranbong, Australia: Avondale College, 2009); disponible en el sitio www.avondale.edu.au/research. Compárese con la expresión 9. más plena de ideas similares en G. Knight, A Search for Identity: The Development of Seventh-day Adventist Beliefs (Hagerstown, Maryland: Review and Herald, 2000). Elena White, El Deseado de 10. todas las gentes, p. 182. Revista Adventista MAYO 2016 - 14

Elena White, Obreros 11. evangélicos, p. 164. Charles Fitch al “Dear 12. Brother [George] Storrs,” 25 de enero de 1844, citado en Knight, compilador y editor, 1844 and the Rise of Sabbatarian Adventism (Hagerstown, Maryland: Review and Herald, 1994), pp. 163, 164. Elena White, De la ciudad al 13. campo. Michael Pearson, Millennial 14. Dreams and Moral Dilemmas: Seventh-day Adventism and Contemporary Ethics (Cambridge: Cambridge University Press, 1990), reconoció la necesidad de ocuparse de las cuestiones ambientales, aunque no fueron parte de su clarificador estudio de ética. “El movimiento ecológico, 15. apenas discernible en 1930, fue altamente influyente medio siglo después”. G. Blainey, A Short History of the 20th Century (Nueva York: Penguin, 2005), pp. 503, 409-415. Hebry Zuill, en “Christians 16. and the Environment: A Biblical Perspective”, presentado en el III Simposio sobre Biblia e Investigación Adventista, Akumal, (México), 19 al 25 de marzo de 2006, expresó: “Desde 1980, la iglesia ha efectuado cuatro declaraciones oficiales relacionadas con el ambientalismo”, ver http://www.Adventist.org/beliefs/statements/index.html. Zuill expresa: “¿Por qué deberíamos cuidar de una creación que está condenada? Porque Dios la creó, y él nos pidió que la cuidemos. Es suya; él la creó”. Ver http://fae.adventist.org/essays/ 34B_Zuill_H.pdf. Howard Fisher, “The Fate of 17. Nature”, Christian Spirituality and Science 4 (2004), pp. 5-16. Ver Fisher, “Green Light: The Christian response to environmental concerns”, Adventist Professional 6, No I (1994), pp. 11-13. Warren Trenchard, “For the 18. Beauty of the Earth: An Adventist Theology of Ecology”, Spectrum 31, No 3 (Verano 2003), pp. 34-45. Nótese la manera en que 19. David Trim, archivista de la Asociación General, sostiene “La base bíblica del activismo civil y ecológico entre los cristianos adventistas”, en “Proclaim Liberty or Submit to Authority?” Spectrum 37, No 3 (Summer 2009) pp. 10-15, 64. Ver http://www.sdaenviron20. mentalism.wordpress.com/. Por indicios sobre el proceso 21. dialógico, sus desafíos y posibilidades, ver A. Patrick, “Contextua-


lising Recent Tensions in Seventh“La Iglesia Adventista del 22. day Adventism: ‘A Constant Séptimo Día ofrece, por lo tanto, Process of Struggle and Rebirth’?” un raro ejemplo de un movimiento Journal of Religious History 34. que es de orientación milenarista, No 3 (Septiembre 2010), pp. pero que también se preocupa por 272-288. mejorar el mundo actual”. S. Hunt, Arthur N. Patrick, Ph.D., Univ. de Newcastle, Australia.

Alternative Religions: A Sociological Investigation (Aldershot, Hampshire, En-gland: Ashgate, 2003), p. 53.

Diseñados para amar: Amar
 El apóstol Pablo con la asertividad que lo caracterizaba le dice a los cristianos que vivían en Tesalónica: “Que el Señor los lleve a amar como Dios ama” (2 Tesalonisenses 3:5). Es un texto que nos desafía a amar de una manera diferente. A cambiar los paradigmas que a menudo utilizamos para referirnos al amor. Conceptos, que aunque no lo entendamos con claridad, están culturalmente condicionados. Amar es una tarea de tiempo completo. No es posible amar de 8 a 5 y el resto del tiempo no hacerlo. No hay amores de medio tiempo. O se ama o no se ama. No se puede amar sin aspirar a la permanencia y la constancia. Quien ama sin soñar con la eternidad, no está amando, sólo se ha dejado engañar por una ilusión pasional. Amar es elegir consciente y con persistencia dejar que tu preocupación por ti mismo pase a un lugar secundario. El que ama respira en función de aquel que ama. De hecho, el amor contradice el egoísmo es la cara opuesta. No se puede amar y ser narcisista a la vez. El amor exige entrega hacia el amado. No hay otra forma de amar. Amar no es tarea que suelen emprender las personas que luchan con la fobia al compromiso. Al contrario, el amor se sustenta y crece al alero de la responsabilidad. Amor sin compromiso es sólo charada de hospicio. Amar es un fruto maduro de la acción milagrosa de un Dios que nos va mostrando a cada momento que

hay diferentes formas de enfrentar la realidad. Dios no se contenta con decirnos que nos ama sólo de una forma. Cada mañana nos trae señales de su amor en el canto de las aves, en la luz del sol y en todo lo que hace a diario para mostrarnos que su amor es incondicional. Amar es un regalo que se entrega sin esperar nada a cambio. El ejemplo máximo se tiene en aquel que extendió sus brazos para rodear al mundo y dejó que su sangre fluyera sin siquiera esperar que alguien diera las gracias. Quien ama con condiciones, no ama, hace un negocio y espera retribución. Amar no se exige. Es una ofrenda a la vida. Se otorga y entrega como una dádiva nacida en la alegría de ver al amado recibir la gracia del amor como agua que fluye al desierto. Amar es la mejor forma de vivir. Todo lo que no sea motivado por el amor carece de raíz, fuerza y lozanía. El amor es como el agua para las plantas, algo que fluye y sin lo cual la hierba no crece. Sin amor la vida carece de sentido. Amar es el mejor invento de Dios. La preclara luz que nos indica el camino por el cual no se puede errar. La forma más segura de existir sin tener que cargar con la nostalgia del sin sentido o la amargura. Amar es el camino de la divinidad. El sendero que han caminado las personas que entendieron que la vida sólo se vive con amor o simplemente, no se vive. Es el amor el que da luz a las vidas oscurecidas, y es la ca-

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pacidad de amar cada día que permite el milagro de la pareja humana. Por eso no anda errado Pablo cuando nos invita a amar “como Dios ama”, porque no hay otra forma mejor de amar. Dios es el ejemplo máximo de cómo debemos amar de una manera desinteresada y plena. Dios, con Cristo en la cruz, nos muestra su máxima expresión de amor.

Las parejas que miran constantemente a Dios y lo toman como ejemplo de amor constante y verdadero, no pueden errar. Tendrán una lección de vida permanente que le permitirá sortear aquellos pasajes oscuros por los cuales es difícil caminar, pero que el amor hace tolerables. Miguel Ángel Núñez, Doctor en Teología

A la luz de la lámpara: Pasemos al otro lado “Pasemos al otro lado del lago. Y se hicieron a la mar. Pero mientras ellos navegaban… se abatió sobre el lago una tempestad de viento, y comenzaron a anegarse y peligrar” (Lc. 8:23). Eran palabras de Jesús. Se trataba de ir al otro lado del mar de Galilea. Sin duda, algún pensamiento había en la mente del Maestro, algún propósito. Él siempre se movía con un objetivo: enseñar, sanar,… salvar, finalmente. A alguien había que salvar. Al otro lado, en Gadara, el enemigo de las almas había logrado manifiestas victorias. Había que ir a allí. Cuando estuvieron en la barca, en medio de la travesía, se levantó una fuerte tempestad, y el texto nos dice: “y comenzaron a anegarse y a peligrar” (Lc. 8:23). Mientras el agua estuvo fuera de la barca la situación no era tan peligrosa, por más que las dificultades pudieran arreciar. El problema es que las aguas estaban entrando en la barca, y la estaban anegando.

De alguna forma, todos estamos en esa barca y estamos llamados a cumplir una misión. Al igual que a los discípulos, las circunstancias nos rodean, a veces como fuertes vientos que nos azotan, pero el peligro mayor siempre se produce cuando las aguas entran en nuestra embarcación. Entonces es cuando será fácil que podamos naufragar. La sociedad que nos rodea bien podría verse representada por las “aguas” que rodean nuestra barca (a nosotros), las cuales pueden dificultar nuestra travesía y el que podamos alcanzar nuestra misión. No obstante, si las “aguas” permanecen fuera de nuestra embarcación, aun en las dificultades, podremos salir airosos. El problema grave será si los anti-valores, el materialismo, la banalidad, el conformismo, la ociosidad,… entran en nuestra barca. En ese caso, nosotros, y nuestra misión con nosotros, peligran. En aquella tormenta Jesús fue la clave, en las nuestras también. Y a nosotros, igualmente, nos dice: “Vayamos al otro lado”, hay alguien que salvar. Antonio Martínez, Secretario Ministerial UAE

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Actualidad comentada: ¿Ha llegado el momento de cerrar nuestras

iglesias? Quizá El estado en el que vivo está siendo asolado por una crisis que mata a jóvenes y mayores. ¿Cómo podemos pretender ministrar en nombre de Cristo e ignorar esto? La otra noche finalmente tuve la oportunidad de hacer algo que hacía tiempo que quería realizar: asistir a una sesión de la corporación municipal en mi ciudad natal de Bangor (Maine [Estados Unidos]). Lo que más me llamó la atención fue el breve debate que siguió a la propuesta de una resolución que daría a la policía y a los servicios de emergencia la capacidad de usar Narcan para atender a personas que hubieran sufrido una sobredosis, de forma que puedan salvar su vida. Aunque la propuesta se aprobó sin dificultad, mi buen amigo y concejal Ben Sprague compartió la conmovedora historia de un joven vecino suyo que había muerto de sobredosis unos días antes. Mientras compartía la historia, advertí que algunos de los asistentes estaban llorando (más tarde supe que conocían bastante a ese joven). La historia de este joven no es un caso aislado, por supuesto. Maine tiene la tasa de adicción a opiáceos suministrados por receta más alta de la nación, algo que ha llamado la atención de muchos ciudadanos preocupados. De hecho, justo la semana anterior, como pude saber en la reunión municipal, el Bangor Daily News celebró un encuentro llamado “One Life Project” en nuestro centro local de convenciones, en el que 400 miembros de la comunidad, junto al senador Angus King, organizaron una tormenta de ideas sobre cómo frenar la adicción a los opiáceos en el estado. No hace falta decir que este asunto preocupa a muchos ciudadanos de Maine y de la ciudad de Bangor. Pero, ¿preocupa a la iglesia?

La yuxtaposición de esta realidad me ha tocado de lleno la fibra más sensible debido a ciertos acontecimientos recientes en mi propia iglesia. Estamos a punto de organizar una nueva iglesia en nuestra ciudad, en parte para implicarnos en la vida de la ciudad y para suplir sus necesidades. Pero algunos, comprensiblemente, están preocupados, y gran parte de su preocupación reside en los trastornos que se pueden ocasionar en nuestro culto del sábado, dado que vamos a mandar a la nueva iglesia a algunos de nuestros músicos de más talento. En serio, no quiero culpar a los miembros preocupados; creo que todos nos preocupamos alguna vez. Pero me pregunto: Como adventistas, ¿hemos asimilado inconscientemente la idea de que el objetivo de la iglesia es ofrecer servicios de culto atractivos e inspiradores mediante la música y la predicación, y esperar que la gente acuda? Una idea que no aparece en ningún lugar en la Escritura (y una idea que básicamente es “ruido blanco” para las comunidades de nuestro entorno.) Nos preocupamos por perder músicos cuando nuestra comunidad se preocupa por perder vidas. No escribo esto para ser crítico. Yo también lucho con lo mismo. Pero, sinceramente, ¿no será que los asuntos que nos preocupan son completamente irrelevantes para las personas de nuestras comunidades, las mismas a los que supuestamente estamos intentando llegar? Dicho de otra forma: muchas veces estamos respondiendo a preguntas que casi nadie en nuestras comunidades se está haciendo; y luego nos preguntamos por qué nos cuesta tanto que atraviesen nuestra puerta… Están pidiendo pan y les damos una piedra.

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El gran teólogo judío y rabino Abraham Heschel captó de modo conmovedor esta yuxtaposición en el párrafo inicial de su libro Dios en busca del hombre: “Frecuentemente se culpa a la ciencia y a la filosofía antirreligiosa del eclipse de la religión en la sociedad moderna. Sería más honesto culpar a la religión de sus propias derrotas. La religión ha declinado no porque haya sido refutada, sino porque se ha vuelto irrelevante, sosa, opresiva, insípida. Cuando la fe es completamente reemplazada por el credo, la adoración por la disciplina, el amor por el hábito; cuando la crisis de hoy es ignorada a causa del esplendor del pasado; cuando la fe se convierte en un recuerdo de familia en lugar de en una fuente viva; cuando la religión habla sólo en nombre de la autoridad y no con la voz de la compasión, su mensaje pierde toda significación”. [1] Esto escuece. Y, tristemente, como reflejo en mi propia vida y ministerio, siento la profunda convicción de que al llegar a este punto muerto soy el principal infractor. ¿Qué he hecho para atender las necesidades de los que me rodean? Lo que Dios odia Por supuesto, Heschel simplemente se está haciendo eco del mensaje de los profetas, que frecuentemente acusaban al pueblo de Dios de ignorar los asuntos de cada día mientras se aferraban al culto del pasado. “Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes; me son gravosas y cansado estoy de soportarlas” (Isaías 1: 13-14). En cambio, Dios les apelaba así: “Lavaos y limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos, dejad de hacer lo malo, aprended a hacer el bien, buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda” (vv. 16-17). Esto no quiere decir que la verdad no importa o que el mensaje de la iglesia es irrelevante; nunca han sido más relevantes. Sólo que hasta que no nos acerquemos a la gente y atendamos a las necesidades de la comunidad, no habremos ganado el derecho a compartir nuestro mensaje, y tampoco lo van a escuchar. De hecho será, como mínimo, “ruido blanco”. De modo que ¿qué pasos prácticos podemos dar? Primero, escuchemos a nuestra propia profeta –Ellen White– y sigamos el ejemplo de Cristo. “Nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo como siervo para suplir incansablemente la necesidad del hombre”, escribe en sus primeras palabras de El ministerio de curación [2]. (Y continúa, para más adelante explicar que “sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: ‘Seguidme’” [3]). Bueno, pues ¡eso es la iglesia! Por supuesto, casi todos los adventistas del séptimo día estamos familiarizados con esa cita, y teóricamente la suscribimos. Pero ¿realmente nos la tomamos en serio y

la aplicamos con dedicación plena? ¿Realmente pensamos que “sólo ese método” traerá un auténtico “éxito”? En segundo lugar, la forma de aplicar en la práctica este método en nuestras propias comunidades es la siguiente: invadamos la reuniones de nuestros ayuntamientos. Escuchemos las cuestiones que se plantean los miembros de la comunidad; y entonces preguntemos a Dios qué podemos poner de nuestra parte para responder a esas cuestiones. También podemos acudir a los espacios locales de reunión a los que asisten muchos miembros de la comunidad, yendo de forma frecuente a la misma hora. Al hacerlo, descubriremos que muchas personas tienen la costumbre de ir a esa hora, y tendremos la oportunidad de entablar conversación con estos asistentes habituales. En un plano más local, dediquemos tiempo a nuestros vecinos y vecindades (haz una búsqueda en los escritos de Ellen White de las palabras “vecino”, “vecinos” y “vecindario”, y prepárate para leer mucho). Pasemos el tiempo con ellos. Comamos con ellos. Escuchémoslos. Seamos una bendición para ellos. Atendamos a sus necesidades. En serio, necesitamos ampliar nuestra comprensión de la iglesia, reconociendo que esta es más, mucho más, que lo que pasa entre las cuatro paredes de nuestro edificio el sábado por la mañana; enterándonos de qué pasa en los barrios en los que vivimos. Y lo que es más importante: oremos mucho, como si la vida nos dependiera de ello. No, quizá no necesitamos cerrar literalmente nuestras iglesias; pero quizá deberíamos cerrar nuestras puertas y suspender nuestras reuniones hasta que primero hayamos salido para servir a nuestros conciudadanos. Hasta que no salgamos, ellos no tendrán razones para entrar. Esto no es una apelación a un “evangelio social”. Simplemente es una apelación a lo que siempre ha implicado la idea de Dios: discípulos que se toman tan en serio su verdad, que no sólo la creen y la proclaman, sino que también la viven. Entonces, el mundo finalmente tendrá lo que Ellen White dice que necesita tan desesperadamente: “una revelación del carácter de amor” de Cristo. [4] ______________________________ [1] Abraham Joshua Heschel, God in Search of Man, Farrar: Straus and Giroux, 1976, pág. 3. [Hay edición en español: Buenos Aires: Ediciones Seminario Rabinico Latinoamericano, 1984.] [2] Ellen G. White, El ministerio de curación, pág. 11. [3] Ibid., pág. 102. [4] Ellen G. White, Palabras de vida del gran maestro, pág. 342. Comparar con El ministerio de curación, pág. 102. (Traducción de Jonás Berea del original en inglés en la Adventist Review del 13 de mayo de 2016). Shawn Brace, Pastor en la Conferencia del Norte de Nueva Inglaterra, Adventist Review del 13 de mayo de 2016

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Comunicando esperanza: Rediseñando nuestra presencia en medios

sociales Hace unos días encontré un reportaje sobre Michelle Obama, y su estrategia para estar presente en los medios sociales con un aire renovado. Ha potenciado recientemente su presencia en Instagram, Vine, Twitter, Facebook, Snapchat, Periscope y otros medios, logrando conectar con un público joven, quienes normalmente no se relacionan o muestran interés con la política. La primera dama de Estados Unidos ha logrado convertir sus campañas en auténticos objetos sociales per sé. En estos momentos la Sra. Obama está involucrada en cuatro grandes campañas: Let’s move, una campaña sobre vida y alimentación saludables, Reach Higher, en la que fomenta la educación superior entre la juventud, Let Girls Learn, promoviendo y sensibilizando sobre la educación de las niñas en el mundo, y Joining Forces, para ayudar a los militares y veteranos de guerra, así como sus familias. El objeto del cambio en esta estrategia de la Casa Blanca está en centrarse en el mensaje y una causa, no tanto en la “marca” o “producto”. Lo que han hecho detrás de esta campaña es preguntarse básicamente “para qué” tenemos que comunicar, cuál es el objetivo de nuestra comunicación. Desde esta perspectiva, nosotros como adventistas podemos y tenemos mucho que hacer, repensando nuestra forma de compartir en los medios sociales el mensaje del evangelio eterno. En este proceso hay que lograr mantenerse “auténticos” y entender a la nueva generación que nos viene pisando los talones. En la entrevista, la Sra. Obama comenta con acierto: “La nueva generación no leen periódicos, no ven noticias en televisión, se pasan el día con el

smartphone, así que hemos tenido que ser creativos para conectar con estos muchachos, porque hemos comprendido que buscan autenticidad, lo real y natural”. Me gustaría seguir analizando el reportaje, pues es más que interesante desde el punto de vista comunicativo. Lo pueden visualizar en este enlace https://youtu.be/ 0QY72R3ZDzw Este tipo de estrategia ya fue practicada por el Maestro de la comunicación, nuestro Salvador Jesús. En aquella época no había smartphones, ni social media, pero sí existían redes sociales. Las redes sociales las componen las personas con su interacción, bien sea a través de un soporte digital, correo postal, o simplemente con relaciones personales. Jesús fue el Maestro en rediseñar la enseñanza del evangelio eterno en las redes sociales de entonces: la sinagoga, el templo, las familias, la red social de los que son “fans” de las aguas del estanque de Betesda para ser sanados (véase Juan 5:3), la familia, acudía a los eventos sociales donde participaba en los foros, sirva de ejemplo la fiesta de las luces (fiesta de Hannukka, en Juan 8:12-20) donde Jesús acudió al evento y luego se puso en pie a participar del foro. En aquél entonces la comunicación religiosa era difícil de entender, se citaban largas listas de rabinos, y quien decía una cita con la lista más larga de rabinos a la cabeza, era quien tenía el argumento de más peso. Jesús no hacía esto, ni entraba en ese tipo de discusiones. Nosotros hacemos a veces lo mismo, entramos en listas de textos bíblicos, y quien tenga más textos bíblicos a su favor, gana la batalla. Ojo, los estudios bíblicos doctrinales deben estar muy bien argumentados bíblicamente,

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no hablo de esto, sino de discutir de otras cosas para intentar hacer “discípulos”. Jesús fue fresco, auténtico, no hablaba a la gente de la teoría de la teología. El Maestro se identificaba con las personas, dependiendo de la red social en la que estaba presente escogía un mensaje u otro. Cuando era la fiesta de las luces, habló de sí mismo como “La Luz del mundo”, cuando estaba en los campos, hablaba de la parábola del sembrador, cuando estaba al lado del templo, “uno mayor que el templo está aquí” (Mateo 12:6) llegó a decir. Si había niños, nos aleccionaba con la inocencia, la ilusión, la alegría y ganas de jugar y pasarlo bien que tienen los pequeños de la casa “si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Jesús no buscó tener la razón teológicamente, que por supuesto siempre la tuvo y la tiene, sino en el aspecto práctico, en lo que a las personas corrientes les interesa, el agua del pozo de Jacob le sirvió de excusa para salvar muchos en un pueblo (véase Juan 4). Jesús fue auténtico en todo momento, habló de causas, de problemas y muy poco de doctrina de forma abierta. Jesús lo que hizo fue la revolución de explicar la más profunda teología aplicando sus principios a la práctica más inmediata que tenía alrededor suyo en cada momento. Seria una tentación ahora intentar hacer un listado de ideas o sugerencias para que cada adventista intentara llevar esto a la práctica en su vida diaria, en sus cuentas de medios sociales, pero no lo haré, porque sólo limitaría la creatividad de cada creyente que quiera iniciar este

ministerio personal. El Espíritu de la Creatividad, quien creó y sigue recreando seres humanos tiene la capacidad de inspirar ideas a cada uno de nosotros, para que de forma natural, podamos compartir ideas, palabras de aliento, amor, cariño, aprecio, con aquellos con los que nos relacionamos en nuestras redes sociales, incluso en los medios sociales. Seamos frescos, no hablemos “sólo del sábado” o sólo de “Éxodo 20:8-11”, sino que hablemos de lo maravilloso que es tener un día para descansar y dedicarlo al Señor, a la familia, a pasear con nuestros hijos por el campo, con nuestras mascotas, a visitar personas que están enfermas y lo feliz que nos hace hacer felices a los demás. No hablemos sólo de salud en términos de “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19), añadamos lo felices que nos sentimos al perder ese kilo de más que nos sobra, de poder pasear en bicicleta, de lo bueno que es hacer ejercicio y comer sano… Las personas agradecen esto, lo ven auténtico, porque les hablamos de nuestra experiencia, algo que ellos desean también compartir. En pocas palabras, vive el Evangelio, vive la Esperanza bienaventurada, y comparte esa alegría con los demás en tus medios sociales, y haremos verdaderos discípulos, personas que vivirán también el Evangelio de forma auténtica y no sólo teórica. Pedro Torres, Profesor de Comunicaciones en la Facultad Adventista de Teología

Testimonio: Lanzafuerte para Cristo Desde el pasado mes de diciembre de 2015 hasta el mes de marzo de 2016, las Iglesias Adventistas en Lan-

zarote y Fuerteventura, islas Canarias, dieron por segunda vez la bienvenida a un grupo de 13 estudiantes de la

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Universidad Adventista del Plata (UAP) que decidieron dedicar esos meses a la predicación del Evangelio mediante el colportaje. De los 13 estudiantes, 7 chicos estuvieron llevando Palabras de Esperanza en Lanzarote, mientras que 6 chicas sembraron las Buenas Nuevas en Fuerteventura. Además de ser de mucho apoyo en las iglesias, a través de cantos, programas, predicaciones, etc., los jóvenes también establecieron contactos con varios interesados y ex miembros adventistas, consiguieron estudios bíblicos, pero sobre todo, apoyaron mucho la decisión final de varias personas de entregar sus vidas al Señor por medio del bautismo bíblico. Además del grupo de los 13 jóvenes estudiantes, también estuvieron apoyando y colaborando en este proyecto de evangelismo otro grupo formado por Esther Giménez, Robert Ramírez y Dennis Lukosiunas. Puesto que la mano del Señor ha guiado y bendecido desde el primer

día a estos predicadores de esperanza, tanto Esther como Robert decidieron seguir compartiendo el Evangelio en la isla de Fuerteventura hasta finales del mes de mayo del año en curso. Aunque de manera diferente, tanto la iglesia en Lanzarote como la ubicada en Fuerteventura se han visto muy bendecidas con esta segunda campaña de colportaje, pues los colportores han despertado el interés misionero de los hermanos en particular y de la iglesia en general. Desde estas líneas quisiera agradecer en primer lugar al pastor Esteban Griguol por su colaboración, esfuerzo y compromiso con la predicación del Evangelio mediante la página impresa; y en segundo lugar, también me gustaría animar a las demás iglesias y grupos que puedan aprovechar y desarrollar la obra del colportaje para la predicación del Evangelio Eterno a toda nación, tribu y lengua. Petrisor Gheorghe, Pastor en Lanzarote y Fuerteventura.

Lo que Dios promete…
 "Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges, Y en tu ley lo instruyes, Para hacerle descansar en los días de aflicción, En tanto que para el impío se cava el hoyo. Porque no abandonará Jehová a su pueblo, Ni desamparará su heredad, Sino que el juicio será vuelto a la justicia, Y en pos de ella irán todos los rectos de corazón" Salmo 94:12-15 La promesa de estar en paz y tranquilidad en los días de aflicción, de problemas y de tormenta la obtienen aquellos que han sido corregidos por Dios, que han aceptado la instrucción divina. A veces confundimos la instrucción y corrección de Dios con los verdaderos ataques del enemigo. Dios permite que cosechemos las consecuencias de nuestras propias acciones no santifi-

cadas, y esto, en las manos del Señor, se convierte en corrección y educación del carácter. Cuando hemos pasado por ese proceso, estaremos listos para resistir los problemas que el diablo nos arroja en el camino y que no son fruto de nuestra propia conducta. De este modo, podremos tener la garantía de lo que continúa diciendo el texto, Dios no abandona a su pueblo, ni lo desampara. Dios se ha preocupado de antemano en prepararlo para los momentos más difíciles. Más aún, Dios será quien convierta la situación en una ocasión para mostrar justicia, su amor. La reivindicación del pueblo instruido no solo es por el propio derecho del creyente, sino que se aprovecha la ocasión para ser un testimonio a todos aquellos que siendo rectos de corazón aún no han conocido a Dios de cerca, "y en pos de ella [la justicia] irán todos los rectos". Pedro Torres, Director de Comunicaciones UAE

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Testimonio: De la zapatería a la iglesia
 El pasado 16 de abril, la Iglesia Adventista en Fuerteventura fue testigo de otro milagro del poder de Dios y de la obra del Espíritu Santo, pues cuatro personas decidieron entregar sus vidas a Cristo por medio del bautismo bíblico. Si bien las cuatro personas han vivido experiencias extraordinarias, me gustaría compartir el testimonio de María Pilar Sierra Acin, o mejor dicho, de Mapi, tal y como la llamamos sus amigos: “Durante mi niñez siempre destaqué en casa por el comentario perpetuo de mi madre: "Esta niña, nunca rompe los zapatos, es que se le quedan pequeños y nuevos." Era una cantinela continúa, hasta hace poco tiempo que graciosamente se me empezaron a romper todos los zapatos que no rompí en mi niñez; y para el colmo, también comenzaron a romperse los zapatos de mis hijos. Claro, puesto que había muchos zapatos nuevos rotos, tuve que buscar un zapatero, y al final lo encontré en Omar, un miembro enamorado de la Iglesia Adventista. Desde el primer día que entré en su zapatería, Omar me habló con tacto y cariño del amor de Dios, de la vida y sacrificio de Cristo, de su pronta segunda venida y de la preparación individual para ese evento único. Aunque me gustaba mucho escuchar y hablar con Omar acerca de Dios y la Biblia, el trabajo y las responsabilidades de madre y esposa me quitaban todo el tiempo. Sin embargo, por más que me decía a mí misma que no tengo tiempo para ir otra vez a la zapatería, no me quedaba otra porque los zapatos no

paraban de romperse hasta que yendo una y otra vez me enamoré yo también del Dios de la Biblia y de las creencias adventistas, hasta tal punto que ahora forman parte de mi estilo de vida. Estudiando la Palabra de Dios, entendí que por amor a mí, Cristo se encarnó, vivió, murió y resucitó con el fin de ofrecerme la vida eterna. Por tanto, decidí entregar mi vida a Cristo por medio del bautismo bíblico, deseando que con la ayuda del Espíritu Santo sea una mejor persona, una mejor madre y una mejor esposa. Lo “gracioso” es que desde aquel momento no se me han vuelto a romper más los zapatos”. Personalmente, al ser testigo de esta extraordinaria experiencia, me viene a la mente el texto bíblico de Eclesiastés 4:4-5, donde el sabio Salomón dice que: “El que mira al viento, no siembra, y el que mira a las nubes, no cosecha. Así como no sabes por dónde va el viento, ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, tampoco sabes nada de lo que hace Dios, Creador de todas las cosas” (DHH). ¿Quién pensaba, sino solo Dios, que desde una simple y humilde zapatería se puede llegar a conocer el Evangelio del Señor Jesucristo? Desde estas líneas pido a los que formamos parte de la iglesia a dejar que el viento y las nubes hagan su trabajo, y nosotros hagamos el nuestro: el de predicar el Evangelio Eterno a toda nación, tribu, lengua y pueblo en cualquier lugar dondequiera que estemos.

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Petrisor Gheorghe, Pastor en Fuerteventura


Las instituciones informan:

Álava destina destina 30.000€ para suministrar agua en Etiopía

La Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria destinarán cerca de 30.000 euros a través del Fondo Alavés de Emergencia para suministrar agua a la población de Etiopía y paliar los efectos de la sequía. Según ha informado el 11 de abril la Diputación alavesa en un comunicado, esta aportación económica será gestionada por la ONGD ADRA, que trabaja en Etiopía desde el año 2006 y que pretende paliar los efectos de “El Niño”, un fenómeno meteorológico que ha provocado la peor sequía de los últimos 50 años. El proyecto, que se desarrollará en el distrito de Adadle, provincia de Shebelle, en la región somalí del país, pretende suministrar al menos un litro de agua al día a 13.800 personas durante un mes, a través de la ejecución de 38

suministros de agua y la distribución de kits de purificación. Como consecuencia de la sequía, se han producido graves problemas en la agricultura y la ganadería, lo que ha supuesto que haya más dificultades para el acceso a los alimentos. Más de 10 millones de personas se han visto afectadas por la situación, entre ellas 6 millones de niños que precisan de ayuda humanitaria. Además 636.000 personas se han desplazado dentro de Etiopía por el fenómeno “El Niño”, la mayoría de las cuales son poblaciones de pastores superpobladas, muy vulnerables a los fenómenos climáticos. La Diputación alavesa ha recordado que este año ha duplicado su aportación al Fondo Alavés de Emergencia para ayudar a países en desarrollo que viven situaciones de emergencia, al pasar de 50.000 a 100.000 euros, mientras que el Ayuntamiento de Vitoria ha destinado a este fin 120.000 euros. ADRA-España

Mayordomía: Preguntas sobre el diezmo 1. ¿Qué es el diezmo? El diezmo es una décima parte de los ingresos o del producto neto que es devuelto a Dios. Es considerado santo y le pertenece a Él, quien es el dueño de todas las posesiones materiales incluyendo nuestra vida. (Levítico 27:30). El devolver el diezmo constituye una expresión de nuestra fidelidad a Dios.

2. ¿Cuál es la diferencia entre diezmo y ofrenda? Mientras el diezmo es devuelto a Dios, las ofrendas son dadas como nuestra respuesta de amor y gratitud por todas las bendiciones y bondades de Dios. Al entregar nuestro diezmo y ofrendas adoramos a Dios e impulsamos el avance de su misión de hacer discípulos en todo el mundo.

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3. ¿Cuándo debo diezmar? El diezmo debe ser devuelto en primer lugar, cuando recibimos los ingresos o ganancias. 4. ¿Cómo debe ser devuelto el diezmo? Coloque los recursos en el sobre de «Diezmos y Ofrendas» que provee la Unión y entréguelo en la iglesia a la cual asiste. Haga de esto un acto de adoración al recordar que Dios es su Creador, Redentor y el Señor de su vida. 5. ¿Cómo se distribuye el diezmo? En la Iglesia Adventista del Séptimo Día, los diezmos que son recibidos en la iglesia local son enviados a la Unión, que se constituye en «el alfolí» y allí son distribuidos de acuerdo a los reglamentos establecidos. 6. ¿Cómo se usa el diezmo? Mientras que los porcentajes de distribución varían ligeramente de una Asociación a otra, la mayor porción es usada para el sostenimiento del ministerio pastoral en todos los niveles y en las iglesias locales. Esto incluye el salario de los pastores, así como el evangelismo y eventos convocados por la Unión. 7. ¿Se practicó el sistema de diezmo en el Antiguo Testamento? Sí. Al momento en que los israelitas fueron establecidos como nación, el diezmo fue reafirmado por Dios. (Deuteronomio 14:22-27). El sistema del diezmo se remonta más allá del tiempo de Moisés y de Abraham y provee la base para la práctica en el Nuevo Testamento.

8. ¿Deberían las personas diezmar cuando están endeudadas? Independientemente de sus obligaciones financieras, usted siempre está «en deuda» con Dios, el dueño de todo. Se comete una gran injusticia cuando se utiliza el diezmo santo de Dios para amortizar deudas con acreedores humanos. 9. ¿Le es más fácil diezmar a los ricos que a los pobres? El amor es la motivación racional que nos lleva a reconocer nuestra responsabilidad, seamos ricos o pobres. Sin amor, el rico no tendrá agrado de devolver el diezmo. Sin amor, el pobre no sentirá agrado de devolver el diezmo aún cuando sea una cantidad pequeña. El diezmar es fácil para quienes reconocen el señorío de Dios y su respuesta es un acto de amor y de adoración. 10. ¿Por qué debemos diezmar? Al devolver a Dios la décima parte de nuestros ingresos, estamos recordando que Él es el dueño de todo lo que ha confiado a nuestras manos. El diezmar une nuestra adoración a una relación de sociedad con Dios y apoya su misión, su ministerio y su iglesia. El diezmo es también una expresión de lealtad que establece una conexión con las promesas y bendiciones de Dios, dándonos una sensación de compañerismo en esta asociación divina-humana. Ministerio de Mayordomía Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

Temas de nuestro tiempo: El lenguaje de la vara Después de la lectura en el periódico sobre los últimos descubrimientos en los que se confirma que la vara no favorece en nada el aprendizaje del niño, me he planteado ¿nos sucederá a los adultos lo mismo ? El concepto de vara implica un palo, un azote, un báculo, y la primera vez que aparece en la Biblia es en el primer libro, el Génesis, con el concepto mágico de Jacob que al poner varas verdes de álamo (Gén. 30 :7),

las ovejas se apareaban mejor. Pero la segunda aparición es en Éxodo con la «vara de Dios», como la llama Moisés (Éxodo 4 :20). Esta vara, convertida en serpiente dependiendo de la situación, era símbolo de poder, de dirección, de liderazgo. Así lo constatamos más adelante con la vara de Aarón que floreció (Números 17:8), y en Jueces 5 :14, nos lo confirma al decir «vara de mando».

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Es importante contextualizar y saber el origen y los usos de la vara para poder entender mejor algunos versículos de la Biblia en los que encontramos de nuevo este concepto. Cuando tenía cinco años y empecé a ir a la escuela, nacida zurda, mi profesora me daba duro con una regla en la mano para acostumbrarme a escribir con la derecha. Hoy veo ese castigo de una manera más positiva, pues, gracias a sus golpes, puedo utilizar ambas manos (ambidextra) indistintamente. A nivel espiritual me hago la misma pregunta, a veces la vara nos hace daño, nos gusta cuando la vemos aplicada en la vida de los demás, pero ¿y si me toca a mi? Me viene a la mente ese personaje del humorista español José Mota, «el tío de la vara», que aparecía para hacer justicia. Nos hace seguramente reír si nos acordamos de algunas escenas, pero ¿y si me toca a mi? Sigamos viendo los diferentes usos de la vara en la Biblia. Job, en su situación extrema de padecimiento, achacando su desgracia a Dios, nos dice en el capítulo 9 :34 «quite de sobre mi su vara». Pero la misma vara que parece estar castigando a Job, es invocada por David en el famoso Salmo 23 :4 «tu vara y tu cayado me darán aliento». ¿Cómo un palo puede tener significados tan contradictorios? Es significativo que Salomón, en Proverbios da un uso corrector a la vara (Prov. 10 :13, 26 :3, 22 :15, 29 : 15), sacando la conclusión de que la vara y la corrección dan sabiduría al que las recibe ¿pensamos lo mismo cuándo se nos aplica a nosotros? En Isaías Dios compara a Asiria como a su vara, la del furor (Isaías 10 :5), pero un capítulo más tarde nos introduce en el significado más profundo de la vara: la vara del tronco de Isaí (de David) (Isaías 11 :1), refiriéndose a Cristo, figura literaria que encontraremos y retomaremos más tarde en el Nuevo Testamento. Isaías, situado en el corazón de la Biblia, nos da la clave en el capítulo 53 en el que relata los sufrimientos de Cristo, y nos dice claramente que sobre Jesús recayó la vara de nuestros pecados en nuestro lugar. Fue azotado por nosotros y en lugar de nosotros por una vara física y por una vara que trasciende nuestra comprensión más profunda. «El castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados» (Isaías 53 :5). El mal que le produjo la vara romana, la sangre que salió a raudales de su cuerpo lacerado, fue la fuente de nuestra salvación. El recibió el castigo que merecíamos para que nosotros recibiéramos la salvación suya. Pero la otra cara de la moneda es Ezequiel 20 :37, cuando se nos dice que nos «hará pasar bajo la vara».

No debemos ver la vara como símbolo de castigo cuando pensamos en este versículo, debemos volver al Salmo 23 y en el uso que hace el Buen Pastor de la vara, no como un corrector de castigo con ira sin misericordia, como las tres veces que el codicioso Balaam maltrató y castigó a su burra fiel, sino como una guía que muestra el camino a seguir. La vara es símbolo de poder, pero al mismo tiempo de protección; con ella el pastor guía a sus ovejas. Está claro igualmente que, cuando una oveja no obedece, puede aplicarse un correctivo por su bien ya que es beneficioso y no cruel para la oveja, porque el Buen Pastor sufre cuando debe permitir el castigo a sus hijos que ama con locura. En Escocia, un pastor de ovejas tenía una que era muy díscola y siempre desobedecía y llevaba a otras por el mal camino. Un día, no sabiendo ya que hacer, el pastor le quebró la pata a la oveja. Luego la curó y le dio mimitos. La oveja nunca más desobedeció y amó al pastor más que ninguna, porque ella se acordaba de lo bien que había sido tratada y no se acordaba de quien le había quebrado la pata. Ella fue fiel y llevó a las demás por el buen camino. Esto no implica coartar el libre albedrío. Da la impresión de que si no obedeces, hay vara. No, lejos de eso. Cuando un padre o una madre aplica un correctivo a su hijo o hija, su corazón sufre y preferiría llevar él o ella ese castigo, pero sabe que es por el bien del hijo que ama, como nos dice en 2 Corintios 4 :17 «lo que parece a presente un castigo, nos da cada vez más un excelente y eterno peso de gloria». Por eso, para concluir, la vara es un elemento corrector para nuestro bien que nos da al mismo tiempo protección y seguridad, y nos infunde aliento. En Apocalipsis, igual que la «vara de Dios» de Moisés guió al pueblo y fue un instrumento de poder y de liderazgo, Juan ve a Jesús que (Apocalip. 12 :5, 19 :15) regirá con vara de hierro a las naciones. Habla de la tierra nueva, allí ya no necesitaremos corrección, pero sí a ese hijo varón que nos guiará (Salmo 23) a fuentes de aguas y nos deleitaremos en seguir sus pisadas, sabiendo que, en sus manos, está el escondedero de su poder, que nos dará finalmente el reposo que buscamos y que seremos felices por la eternidad. No despreciemos ni nos rebelemos si somos corregidos aquí (o se permite nuestra corrección), porque «la vara y la corrección dan sabiduría» (Prov. 29 :15), y la «sabiduría es el temor del Señor» (Job 28 :28, Salmo 111 :10, Pr. 1 :7, 9 :10). Y los sabios herederán la tierra prometida. Loly Ouro, Licenciada en Filología, Puerto de Sagunto

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La UAE informa: Nuevas capellanías evangélicas

en los cuarteles del E.T. El pasado viernes día 3 de abril de 2016, los pastores Serafín Cabrera y Javier Moliner de la Coordinadora de las Fuerzas Armadas de la FEREDE se reunieron en el Cuartel General del Ejército de Tierra con el Capitán General Jefe del Estado Mayor D. Jaime Domínguez Buj y el Teniente General D. Teodoro Baños, Jefe del Personal del Ejército. Se trataron puntos muy importantes referentes a la visitación, apoyo moral y espiritual a soldados por pastores capellanes evangélicos en los cuarteles del Ejército de Tierra. A día de hoy hay capellanías en los siguientes cuarteles: • Pastor D. Francisco Javier Gimeno BRIGADA REY ALFONSO XIII. DE LA LEGIÓN. ALMERÍA. • Pastor D. Alfonso Delgado BRIGADA EXTREMADURA XI. BADAJOZ.

• Pastor D. Antonio Baena Ruiz. BRIGADA DE INFANTERÍA MECANIZADA. GUZMÁN EL BUENO X. CÓRDOBA. Y a la espera del nombramiento de 2 pastores más para atender los cuarteles de: • BRIGADA DE INFANTERÍA ACORAZADA “GUADARRAMA” XII (EL GOLOSO) MADRID • BRIGADA PARACAIDISTA “ALMOGÁVARES” VI (BASE PRÍNCIPE) PARACUELLOS (MADRID) Damos gracias a Dios por sus bendiciones y seguimos orando para que los soldados que necesiten y pidan este tipo de apoyo espiritual sean cada vez más y podamos servirles en los diferentes cuarteles de nuestra patria. Javier Moliner, Pastor y Director de Ministerio Personal UAE

LAS NOTICIAS DE LAS IGLESIAS CADA DÍA EN ANN-ESPAÑA A todos los corresponsales de ANN-España, se ruega envíen noticias de las iglesias mediante el formulario que facilita Hope Media en la siguiente dirección: ENVÍANOS TU NOTICIA (https://docs.google.com/a/adventista.es/forms/d/e/1FAIpQLSc98Uvl4ZntjHt7v-toisbl702IOH00a8QhSeswwocEICLL3Q/viewform?c=0&w=1)

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Estilo de vida: Esperanza en la tormenta El 2 de julio de 1816, la fragata francesa, “Medusa”, encalló a causa de una fuerte tormenta cerca de Marruecos con 149 personas a bordo. No habían suficientes botes salvavidas. Con restos del navío, algunos tripulantes construyeron una balsa. La tempestad los arrastró a mar abierto durante casi un mes. Sin rumbo, a la deriva en la balsa improvisada, los pocos náufragos que lograron sobrevivir experimentaron una experiencia dramática que conmovió a toda Francia cuando fueron rescatados. Théodore Géricault (1791-1824), un célebre pintor y uno de los principales y primeros artistas del romanticismo francés del siglo XIX, impresionado por la experiencia de los sobrevivientes, dejó registrado ese evento extraordinario en un lienzo de grandes dimensiones y expresión sobrecogedora, que se encuentra en el Museo del Louvre, París, titulado La balsa de la Medusa. Géricault entrevistó a los náufragos, dialogó con los enfermos e incluso vio a los muertos. Horrorizado por las escenas aterradoras vividas, reprodujo el momento previo al episodio culminante cuando los náufragos avistaron el barco de salvamento. El cuadro presenta una combinación de figuras cuyos rostros y cuerpos plasman la angustia de aquel momento, toda una metáfora de la angustia de la vida. Es una expresión extrema de realismo y contiene una notable minuciosidad de detalles, por lo que se aparta de las reglas clásicas de las pinturas vigentes hasta ese momento. Pero más allá de

las cuestiones estéticas, se puede apreciar en los personajes del cuadro diferentes gestos que revelan las actitudes humanas ante la tragedia. Hay cuerpos que yacen sin vida; mientras otros, sentados, con sus cabezas entre sus piernas, muestran todo su abatimiento. Pero entre tanta tragedia, también están los que miran hacia el horizonte, desde donde viene el rescate. Se los ve con rostros esperanzados, ilusionados, fuertes. Almafuerte, escritor argentino, acuñó la famosa frase: “No te des por vencido ni aún vencido”. La razón a veces acierta, otras vacila o se equivoca. La voluntad no debe aflojar; sin embargo, a veces también claudica. En cambio la esperanza es el poder que jamás se rinde, porque siempre espera lo mejor, porque es capaz de avizorar la salvación en las horas y circunstancias más tenebrosas. La esperanza es coraje y fortaleza, y provee fuerzas para enfrentar lo peor y aún la muerte misma, con vigor y bravura. Esencialmente, esta clase de esperanza nace en la confianza en Dios, aceptando con tranquilidad los designios de su voluntad. Más esperanza, para más vida El apóstol Pablo conocía el valor de la esperanza cuando escribió: “Para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma” (Hebreos 6:18-19). Sí, efectivamente, la esperanza es el ancla del alma.

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Una enorme cantidad de información científica indica que las personas esperanzadas tienen un aparato inmunológico más activo, son menos vulnerables a las enfermedades físicas y mentales, y, en definitiva, poseen mejor calidad de vida. Al contrario, los desesperanzados son víctimas más fáciles del estrés, de la depresión y de todo tipo de enfermedades. Si la esperanza humana es salud, buen ánimo y fortaleza, mucho más lo es la esperanza asentada en Dios. Esa “feliz” o “esperanza bienaventurada” (Tito 2:13) tiene una capacidad superior de trascendencia, ya que supera los males humanos con la promesa divina de la venida de Jesucristo a la tierra por “segunda vez… para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:28). Ciertamente el aliento de la esperanza nos permite internarnos en el riesgo de las tormentas y adversidades, y aguardar con fe el porvenir. Es una fuerza bendita que llevamos dentro de nosotros mismos y nos ayuda a sentirnos mejor y más sanos. Pero la esperanza cristiana en la segunda venida de Cristo es un don de Dios que supera las más altas y fecundas virtudes, que ilumina el futuro y la eternidad con la certeza de un mañana bienaventurado que posibilita atravesar toda crisis y construir en la propia vida una obra de arte sublime. Hoy vivimos en el mundo un tiempo de crisis grave. Hay amenazas por doquier: el terrorismo internacional, el ébola que se expande como epidemia por varios países, la crisis financiera mundial, y muchas otras cosas que aquejan a la humanidad. Pero también hay una palabra griega que usaba el apóstol Pablo para referirse a los tiempos de oportunidad: kairós. Toda crisis es una oportunidad. Los textos más significativos de la Biblia se escribieron en tiempos de crisis. ¡Gracias a Dios! Su Palabra de esperanza nos lleva a mirar los acontecimientos person-

ales, sociales, humanos y cósmicos desde una perspectiva alentadora. La sabiduría bíblica consiste en la capacidad de percibir el tiempo adecuado: Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. “Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado… tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar” (Eclesiastés 3:1-4). La persona sabia tiene el coraje de proceder a fin de obtener todo el provecho posible del momento favorable. A esto aspiraba de algún modo el autor anónimo de este texto, cuando escribió: “Así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar las oportunidades sino yo mismo buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui. Me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Anoche decidí cambiar muchas cosas: aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde anoche ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar”. Muchos no viven sus sueños porque están viviendo sus miedos. La esperanza quita el temor y nos da vida. Dijo Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. La paz que nace en la esperanza echa fuera el temor. Este momento de crisis es tu mejor oportunidad para ponerte en las manos de Dios, a fin de que él te dé más vida.
 Carlos J. Craig, Pastor y Máster en Teología

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