La Otra UD

Page 1


Un escudo en las raíces de Gran Canaria

Calculan los autores de La otra UD que más de dos mil deportistas ajenos al fútbol masculino han portado el escudo de la Unión Deportiva Las Palmas en distintas disciplinas, categorías y edades federativas. Esas otras secciones de nuestro club han tenido y aún conservan en algunos casos un protagonismo propio. Sus episodios competitivos más relevantes también los hemos querido rescatar con motivo de las Bodas de Brillantes que conmemoran la fundación de la entidad.

Mig

La palabra rescatar no la hemos elegido al azar. Porque es lo que ha hecho en el transcurso de su historia nuestro club, especialmente en aquellos años donde notables representantes del deporte insular amateur no tenían el necesario amparo institucional que conocemos en la actualidad. Los ingredientes populares que están en las raíces de la Unión Deportiva Las Palmas tuvieron reflejo en estas acciones de apoyo, que en momentos tan señalados como el del 75 aniversario no dejaremos caer en el olvido.

En La otra UD se localizan grandes logros deportivos, que llevaron a la entidad a estar en ocasiones en primera línea nacional. Con los colores de nuestro club logramos títulos nacionales, ascensos a máximas categorías, incluso medallas europeas o mundiales. También tuvimos

uel Ángel Ra mírez Alonso

Por Presidente de la Unión Deportiva Las Palmas SAD

presencia en Juegos Olímpicos o en inmersiones pioneras de algunas modalidades que hoy tienen un prestigio internacional.

Fueron integrantes de esas secciones personas que más tarde han progresado en nuestra sociedad con un prestigio ganado en sus profesiones, que se sienten orgullosas de haber pertenecido a un club que los arropó en la siempre ilusionante etapa de formación como deportista y persona.

Integraron de igual forma esta familia técnicos que supieron exponer en el corazón de sus discípulos los valores que significan representar los colores amarillos y azul de nuestra entidad, a la postre los propios de Gran Canaria.

La búsqueda de esos datos, imágenes, logros y protagonistas ha sido extensa, indagando en todos los rincones donde alguna vez la UD

Las Palmas fue generador de una ilusión. Nos sentimos orgullosos de haber podido ayudar a nadadores como Pepe Ferrero o Margaret Hefti, que marcaron una época en el contexto nacional de su especiali-

dad. De haber conocido también los inicios de la nadadora de sincronizada Paola Tirados o de haber contado entre nuestros amarillos a gente tan importante en el basket nacional como Begoña Santana y Mingo Díaz. Subrayamos el haber disfrutado en nuestro equipo de ajedrez con una leyenda mundial como Bent Larsen. O de haber visto a la atleta Cristina Pérez competir como olímpica con una licencia federativa sellada en nuestro club. De igual forma, al eterno campeón de heptatlón y olímpico José Antonio Serrano, de principio a fin unido a nuestra entidad.

A ellos y a otros grandes deportistas los podríamos considerar como la cabecera de una hilera de amarillos con historias propias, emociones y mucho amor al equipo de una tierra que los abrazó con un sentido protector en tiempos difíciles.

La comisión organizadora del 75 aniversario ha trabajado duro. Lo ha realizado para contar a nuestros aficionados todo aquello que ha hecho eterna a la entidad. Conocer y recuperar la memoria del club en todas las direcciones nos engrandecerá y hará comprender por qué la Unión Deportiva Las Palmas nació y vive sin perder el aroma de equipo de todos, que sigue siendo la casa de un pueblo optimista, ganador y eternamente competitivo.

La palabra rescatar no la hemos elegido al azar. Porque es lo que ha hecho en el transcurso de su historia nuestro club, especialmente en aquellos años donde notables representantes del deporte insular amateur no tenían el necesario amparo institucional que conocemos en la actualidad. Los ingredientes populares que están en las raíces de la Unión Deportiva Las Palmas tuvieron reflejo en estas acciones de apoyo, que en momentos tan señalados como el del 75 aniversario no dejaremos caer en el olvido

32 ROSA SICILIA Y GUILLEN HERNÁNDEZ

Jugadores fundacionales y matrimonio eterno

INTRODUCCIÓN

UD Las Palmas, la patria chica que abraza a todos

Una historia de solidaridad y de rescate a deportistas amateurs grancanarios

Cinco hermanos de la UD Las Palmas

EL BALONCESTO

La primera sección sale a escena

PABLO PEÑATE

Ex jugador amarillo e investigador del deporte

BEGOÑA SANTANA

La directora de juego

48

DOMINGO DÍAZ

De aprendiz a seleccionador

EL ÉXITO DEL EQUIPO FEMENINO

El ascenso a la máxima categoría en 1979

EL PROYECTO DEL PABELLÓN SOÑADO

En los años 70 el club valoró la posibilidad de construir su propio palacio de los deportes

PACO MACÍAS

EL ÁLBUM DEL BALONCESTO

Único jugador de la UD que llegó a la máxima categoría nacional 62

LA NATACIÓN

La UD acude al rescate de los nadadores del RC Victoria

74

PEPE FERRERO

El nadador más laureado del club

79

La piscina de la primera competición del nuevo club de natación

80

EL MEDALLERO DE LA SECCIÓN DE NATACIÓN

82

MARGARET HEFTI

La reina de la natación española en 1972

90

TERESA DEVESA

La nadadora más joven de un histórico equipo femenino

88 LA REMODELACIÓN DE LA PISCINA JULIO NAVARRO

EL ÚLTIMO SERVICIO DE LA NATACIÓN

La sección de natación cedió el nombre del club inscrito en la Dirección General de Deportes

98

EL ÁLBUM DE LOS NADADORES 105

LOS SALTOS

El legado de la familia Martínez

108 EL WATERPOLO

PENTATLÓN MODERNO

Un centro de alto rendimiento en el Julio Navarro

116

GUSTAVO

VERÁSTEGUI

El impulsor del proyecto

120

JOSÉ ANTONIO

SERRANO

Gran campeón y olímpico amarillo

126 SALVAMENTO Y SOCORRISMO

Paqui Romero, referencia internacional canaria

131

Lentejuela a lentejuela

La labor de las familias en el club

MEDINA PULIDO

El jugador que quería el Atlético de Madrid

NATACIÓN SINCRONIZADA

Aurora Gil, pionera en Canarias

EL BALONMANO

Un equipo y un ascenso no consolidado

PAOLA TIRADOS

El nacimiento de una estrella del agua

EDUARDO CARRASCO

El recuerdo de los orígenes

144

EL AJEDREZ

El equipo campeón de España en 1978

150

EL ATLETISMO

Dos etapas y abundante protagonismo

158 PEDRO MONTESDEOCA

Primer maratoniano y marchador pionero en Gran Canaria

164

ARTURO PONIKE

Impulsor de la sección y mentor de deportistas

CRISTINA PÉREZ

Olímpica y bronce europeo

172 174

MARI CARMEN VARGAS

El recuerdo de un ascenso a la máxima categoría

ÁLBUM DE LOS ATLETAS

LUCHA CANARIA

182

FÚTBOL FEMENINO

LA VELA LATINA

EL FÚTBOL INDOOR

188

FÚTBOL PLAYA

GERARDO GARCÉS

De pentatleta a jefe de los servicios médicos

UD Las Palmas, la patria chica que abraza a todos

El espíritu competitivo reside en el ADN de los canarios de manera ancestral. Así ya lo habían interpretado los propios aborígenes prehispánicos. Quizá lo es por el escenario climático tan ideal del Archipiélago, quizá por la facilidad para el roce con visitantes que llegaron más allá del horizonte del mar y que aportaron culturas y costumbres, o quizá por el propio carácter asociativo del isleño tan dado a los actos sociales multitudinarios.

El deporte moderno emergió con fuerza en Gran Canaria en el Siglo XX, con anticipación a la fundación de la Unión Deportiva Las Palmas. Lo hacía de forma exponencial, impulsado por la creación de entidades que dejaron las huellas originales en distintas modalidades, generando las primeras figuras atléticas de las islas. Pese a todo, existía cierto desorden general y una falta de recursos hasta que los padres futbolísticos de la época decidieron crear una entidad que aglutinara y diera sentido a tanto esfuerzo e ilusiones.

En la génesis de la Unión Deportiva Las Palmas está la respuesta. Su vocación natalicia fue la de cohesionar, la

de dar arraigo, la de abrigar y la de unir aficiones y sentimientos. Su éxito original se dejó sentir de inmediato en una tierra tan fracturada como es Canarias. Y 75 años después esa esencia es la que saborean los isleños que tienen al club amarillo en su mente y corazón.

En la génesis de la Unión Deportiva Las Palmas se encuentra la respuesta. Su vocación natalicia fue la de cohesionar, la de dar arraigo, la de abrigar y la de unir aficiones y sentimientos

La UD Las Palmas fue siempre más que un club de fútbol; es una patria chica que abraza a todos. De eso trata el contenido de La otra UD, cuya intención es la de brindar un aporte documental sobre aquellos deportistas y disciplinas que han viajado en el tiempo con el escudo del club representativo de Gran Canaria. Y para muchos lo es de Canarias. Es el rescate de una parte de la memoria de la entidad; una documentación a la que hemos querido quitar el polvo y llevarla a la escena de un año tan señalado como es 2024.

Pero la búsqueda documental de las conquistas de los miembros de La otra UD ha sido una labor artesanal, casi partiendo desde un punto cero. Cuando el equipo de Tinta Amarilla recibió el encargo del presidente Miguel Ángel Ramírez y de la Fundación del club, en el primer tercio de 2023,

Juan Trujillo Febles, presidente en cuya etapa partió la mayoría de las secciones ajenas al fútbol de la UD Las Palmas
Manuel Borreg o
Carmen Torres

La situación antes de 1949

Los clubes fundacionales de la UD Las Palmas tenían sus propias secciones además de la balompédica. A la izquierda, los nadadores Heriberto de la Fe y José Vicente León, olímpicos grancanarios como integrantes del RC Victoria. A la derecha, Juan Beltrán -posterior capitán amarillo- como jugador de baloncesto antes de llegar al fútbol. Debajo, jugadores de baloncesto del Marino y del Gran Canaria en el Campo de España y Corazón de María respectivamente.

sabíamos que nos adentrábamos en una auténtica jungla de datos, hechos y episodios que estaban por localizar en una espesura muchas veces desordenada o vacía. Pero merecía la pena adentrarse en ella.

En el momento en que la UD Las Palmas vio la luz en 1949 con el balompié como teatro de operaciones, ya se producían en el deporte nacional extensiones de los clubes de fútbol en otras modalidades. Esa idea había germinado incluso en las proximidades. El propio CD Tenerife prolongaba su identidad en los años 50 del pasado siglo en las canchas de baloncesto, hockey patines y balonmano, cuadriláteros de boxeo, piletas de natación o en las rutas ciclísticas. Había un equipo blanquiazul en esas modalidades tras un cuarto de siglo de funcionamiento como entidad.

La UD Las Palmas zarpó tras el ensamblaje de los cinco clubes de la capital dejando de inmediato una estela propia en el fútbol, con llegada a la Primera División en apenas dos años de existencia y arraigo en ella en su primera década. Aunque ya conocían los dirigentes amarillos originales que sus clubes progenitores tenían en su programa deportivo otras actividades como natación o baloncesto, que no estaban en los planes prioritarios de la fusión de 1949.

Para comprender el por qué vocacional de colaborar en la expansión de otras modalidades competitivas habría que entender cuál era el panorama previo a la fusión de los cinco grandes de la capital. Sirvan como ilustraciones estos hechos:

A falta del apoyo institucional, la prensa de la época fundacional reclamó “aunar nuestra privilegiada condición atlética bajo un estandarte que pregone fuerza, unidad y poder”

En el fin de semana del 15 al 16 de mayo de 1943 se registran los primeros encuentros oficiales de baloncesto en Gran Canaria. La recién creada Federación local organizó un torneo en el que participaron cuatro formaciones: Marítimo de Las Canteras, RC Victoria, Marino FC y Atlético Club. Esos primeros partidos, en orden cronológico, arrojaron estos simbólicos guarismos: Victoria-Marítimo (4-5) y Atlético-Marino (14-8). El escenario fue el antiguo estadio Pepe Gonçalves, en la zona portuaria de la ciudad.

El Marino se convertiría en agosto de ese año en el primer campeón oficial, tras ganar la final al Marítimo de Las Canteras. El Gran Canaria también se animaría a tener su propia sección de baloncesto por encima de la fecha de fundación del club amarillo.

El caso de la natación tiene un hecho realmente singular al aceptar la UD Las Palmas una operación de salvamento de la sección acuática del RC Victoria, entidad tan significada en la creación del club. Esa sección ya había proporcionado al deporte de Canarias muchos títulos nacionales e, incluso, dos atletas olímpicos: Heriberto de la Fe y José Vicente León, dúo de mariposistas que marcaron una época en el concierto nacional.

En septiembre de 1949, apenas unos días después de la creación del club de la unidad, un artículo firmado por el redactor ‘Quico’ en la sección de deportes del diario Falange ya advertía de la vocación de apoyo a otras modalidades ajenas al fútbol.

El destacado atleta amarillo Pablo Moreno lidera una carrera en la Avenida Marítima

El gran equipo femenino de natación de 1972, campeón nacional de invierno. Aún en el agua, acaban de batir el récord del relevo

4x100: Margareth Hefti, Eduvigis Martín, Teresa Devesa y Nuria Brisson

Decía: “Nadie ignora que las diferentes actividades deportivas que se desarrollan en nuestra provincia -natación, tenis, baloncesto, etc …- viven precariamente, sin una ayuda garantizada que les inyecte fortaleza para afrontar con ánimo proyectos y programas de envergadura. Por falta de un apoyo conjunto nuestros nadadores han de doblar su esfuerzo para sacar avante triunfos trillados con sacrificios de heroicidad. Por causas análogas, nuestros boxeadores no pueden intervenir dignamente en campeonatos nacionales y de nuestra magnífica cantera solo ha podido desplazarse un púgil a base de suscripción popular. Y no digamos nada del baloncesto y otros deportes. En fin, la realidad innegable a la vista de todos es que necesitamos aunar nuestra privilegiada condi-

Las deportistas de las islas hallaron en la UD Las Palmas un lugar donde exhibir sus cualidades, mostrando el potencial de la mujer canaria que pronto iba a tener notable protagonismo en el

proyecto

ción atlética bajo un estandarte que pregone fuerza, unidad y poder, y esto no es difícil de lograr” (…) “Y para que este gigantesco proyecto, ya en gestación en no pocas cabezas representativas del mundillo deportivo provincial, el nombre del club Unión Deportiva Las Palmas viene a la punta de la pluma”.

Y culmina: “No veamos en la U.D. Las Palmas un esfuerzo circunstancial que apenas si rebasa los límites deportivos de un sector de la ciudad. Es algo más, muchísimo más, es una batalla que tiene como objetivo principalísimo el robustecimiento de nuestro prestigio atlético, el orgullo de la raza”.

La esencia de ese mensaje periodístico estaba latente en la sociedad grancanaria. Fueron precisamente el baloncesto y la natación las dos primeras actividades atendidas en el proyecto de la UD Las Palmas. Lo hizo con un sentido casi paternalista apenas una década después de zarpar en las competiciones balompédicas. Todo se inició de una forma natural, ofreciendo el club su escudo para ayudar a deportistas no profesionales que estaban en apuros y que encontraban así un salvavidas

desde donde proyectarse en sus respectivas modalidades. Y desde ese primer momento, el deporte femenino iba a tener también un especial protagonismo en las secciones creadas o asimiladas por la entidad.

Más tarde se incorporaron otras modalidades, incluyendo las asociadas a la natación (saltos, waterpolo, pentatlón moderno, salvamento y socorrismo o sincronizada, …), además del atletismo, balonmano, algunas inmersiones puntuales en deportes de bajo relieve … ¡Y hasta el mismísimo ajedrez!.

De alguna manera, la Unión De -

portiva Las Palmas había ampliado sus propios estatutos fundacionales y se había convertido en benefactor de los deportistas de Gran Canaria, un hueco que en el siglo XXI ocupa el Cabildo de la isla con la inyección económica que hace posible estar presentes en las principales competiciones nacionales de varias modalidades.

Aquellas secciones de la Unión Deportiva se desenvolvían bajo el amparo del departamento de filiales del club, que fue sede oficial también de esos otros deportes. Esta representación la ejercieron con varios denominadores comunes que están vinculados al sacrifi-

cio y al éxito, con especial mención a la labor del deporte femenino. Se registraron en el expediente de La otra UD distintos ascensos, títulos nacionales, récords e incluso representación internacional de deportistas que han llevado con hidalguía la embajada competitiva del club.

Con el paso de los años, los protagonistas que abordamos en La otra UD dejaron una huella que el tiempo y el silencio han ocultado, pero no han borrado. En la actualidad se incorporan nuevas modalidades, incluso en el mundo digital o virtual.

De todo ello trata esta publicación,

Formación de la UD Las Palmas femenino en el Pabellón municipal Obispo Frías. Fue el primer equipo de Gran Canaria en jugar en una máxima categoría de baloncesto

El baloncesto y la natación fueron las dos primeras secciones de una entidad que tuvo un criterio paternalista para proteger a aquellos atletas y clubes grancanarios amateurs que estaban en apuros

descubriendo información que llega con efecto de bombas de racimo. Y que sin duda está incompleta. La dificultad de localizar todos esos hechos, datos e imágenes estriba en la práctica desaparición de la documentación federativa, aunque en algunos casos está en el inicio de su reposición. Contamos en La otra UD con los testimonios de aquellos amarillos de las otras secciones, ejerciendo como jueces de una información que merecía la paciencia de un puzle compuesto por miles de piezas. Sondeamos por muchos rincones del Archipiélago, buscando en los álbumes personales las imágenes

de aquellos acontecimientos relevantes y de figuras deportivas que no caerán en el olvido.

Todo ello ha sido posible por la sensibilidad que han mostrado el grupo de consejeros encabezados por Miguel Ángel Ramírez y Nicolás Ortega; al insaciable interés del también consejero Rafael Méndez y de sus íntimos colaboradores en la Fundación del club, Carmelo Pérez, Paquito Ortiz y Manolo López, a quienes hemos embarcado en esta travesía sin rutas. También a Patricio Viñayo, director general de la entidad, a quien hemos contemplado el brillo de su mirada cuando al hablarle de estas gestas asoma el periodista que siempre reside en él.

Nos sentimos igualmente agrade -

Una jovencísima Paola Tirados, en el agua, iniciándose como nadadora de la UD Las Palmas en la sincronizada
Bent Larsen, primer tablero amarillo, en el Campeonato de España de 1978

cidos a todas aquellas personas a las que en este proceso de búsqueda hemos invitado a acudir a sus cajones para localizar la foto, el dato o aquella prenda que les vinculó a la Unión Deportiva Las Palmas. Sabemos que hemos despertado emociones con nuestras preguntas, yendo al rescate de momentos gloriosos del club que quizá no se disfrutaron con tanta intensidad y medios de difusión como existen en la actualidad.

La otra UD no pretende otra cosa que poner rostros a esos otros actores del 75 aniversario, los que hicieron grande al club e hincharon el pecho de quienes siguieron aquellas andanzas. Fueron amarillos nacidos en Gran Canaria y en los confines del archipiélago o planeta. Y defendieron el escudo

como merecía.

Ellos, los protagonistas, también lograron emocionarnos con sus vivencias. Han sido abundantes los testimonios y algunos tan significados como el de Pepe Ferrero, el más laureado nadador del club y fundador de la sección en 1963. Al cuestionarle sobre el motivo del por qué no aceptó ofertas de otros clubes que pudieran agrandar su propio currículo personal, Ferrero miró fijamente al autor de estas líneas y sentenció: “Porque la Unión Deportiva Las Palmas siempre fue el equipo del pueblo”.

Al fin y al cabo, la UD Las Palmas es orgullo del pueblo canario. Y así textualmente reza en la letra que Gonzalo Monasterio creó en 1951 para el himno oficial. 75 años después aún se tararea.

En el 75 aniversario del club aún conserva secciones con el fútbol playa y los eSports
Formación de 2023 del equipo de fútbol playa de la UD Las Palmas

El club amarillo en la vela latina canaria, uno de sus escenarios de colaboración con el deporte autóctono

Agradecimientos

Fundación de la UD Las Palmas

Archivos personales de deportistas de las secciones UD Las Palmas

Archivo de Editorial Prensa Canaria, con especial mención a su director

Antonio Cacereño y a la redactora

jefe Soraya Déniz

RFEN Aquatics

Federación Catalana de Ajedrez

Fondo Documental de Jesús Telo Núñez

Archivo Histórico Provincial Joaquín Blanco

Archivo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Museo Canario

Herederos de Arturo Ponicke

Asociación de Veteranos de Baloncesto de Gran Canaria

Archivo personal de Rafael Reyes

Especial mención a Mari Pepa Sierra, Juan Manuel Auyanet, Lorenzo Rodríguez y Miguel Ángel Báez

EL BALONCESTO

La sección de basket es en orden cronológico la primera ramificación ajena al fútbol de la UD Las Palmas. Las canastas originales de un equipo con el nombre del club se localizan a finales de 1958, en la breve etapa presidencial de Cecilio López Pérez. El baloncesto amarillo se iniciaba casi en paralelo a un generoso impulso federativo de este deporte con la llegada de un nuevo presidente regional, Antonio Beltrán Sierra, hermano del que ya era capitán del equipo de fútbol, Juanito Beltrán.

El abordaje de la UD en el baloncesto habría tenido como objetivo el rescate de un núcleo de jugadores que pertenecían al histórico Rayo, equipo que levantaba pasiones en sus célebres encuentros en el Frontón Dania de la capital grancanaria. Esta instalación tenía una cualidad polideportiva, considerada como el ‘primer pabellón’ cubierto de la ciudad o de la isla. A estos miembros del Rayo, unidos a los de su filial Relámpago, se añadieron otros destacados actores del baloncesto local para formar “un equipazo amarillo”,

Antonio Beltrán Sierra

Recepción del Gobernador Civil

Abogado, periodista y hombre de muchas inquietudes. Fue Antonio Beltrán Sierra pieza clave en la salida del primer equipo de baloncesto con el escudo de la UD Las Palmas, a finales de los años cincuenta. Impulsó la creación del equipo desde su puesto presidencial de la Federación, acompañándolo en los actos institucionales tras lograr el título de Segunda División.

El primer partido de una UD Las Palmas de baloncesto se localiza en noviembre de 1958. Se formó un poderoso equipo integrado por un grupo de jugadores que había militado en el histórico Rayo CB

como reflejaba la opinión popular de la época.

El Rayo C.B. tenía gran popularidad entre los aficionados isleños del deporte. Había sido en 1955 el primer conjunto de Gran Canaria en coronarse campeón Regional de baloncesto, al superar en la final al Canarias de La Laguna con dos victorias: 31-38 y 61-56, este último en el mencionado Frontón. Se rompía así la supremacía inicial de Tenerife, pasando un equipo oriental del Archipiélago a tomar la batuta. Pero las dificultades económicas tras el gran éxito determinaron unos po-

Antonio Beltrán Sierra

En la organización de la plantilla de baloncestistas está la mano del entonces presidente de la Federación Canaria, Antonio Beltrán Sierra, hermano del capitán amarillo Juan Beltrán Sierra

cos años después la disolución del Rayo, cuyos magníficos baloncestistas buscaron el amparo de un club promotor. La iniciativa de crear una UD Las Palmas en las canchas de baloncesto pareció entonces una solución tan eficaz como lo estaba siendo el equipo de balompié.

Lo cierto es que la aparición de este primer equipo de la UD Las Palmas de baloncesto, el ‘dream team’ de la época en la capital grancanaria, coincidía con una delicada etapa en el club de fútbol. Pero contó con un primer respaldo institucional del Ayuntamiento de la capital grancanaria y del Cabildo Insular.

El primero de los encuentros del recién creado conjunto de la UD Las Palmas tuvo carácter amistoso y se celebró en la cancha del Corazón de María, datándose tal acontecimiento el 30 de noviembre de 1958. Ese original partido tuvo como rival al Isla Azul, con victoria por 3 puntos para los amarillos. Se desconoce el tanteador final y otros detalles de tan histórica fecha.

Días después tendría lugar el debut oficial correspondiente a la primera jornada del Torneo Apertura Saavedra Pérez, una competición ya

Un jugador de la UD Las Palmas entra a canasta, en escena de 1959 en la cancha de Educación y Descanso

arraigada y de ámbito local. Esa salida de la UD Las Palmas en la máxima categoría provincial fue poderosa, ganando incluso la final de este torneo al histórico Racing, de la Isleta, en otro gran partido disputado en las canchas del Corazón de María. El marcador de esa primera final ganada por los amarillos fue 58-45, el 28 de diciembre de 1958.

La pisada inicial del primer conjunto de baloncesto de la UD Las Palmas fue triunfal, tras reunir bajo

su ala a los considerados mejores jugadores del momento: Sus habituales Fermín, Cardona Sosa, Pablo Benazco, Guillen Hernández, Blas Herrera, Paco Acosta, Calderín y Miguel Nieves, con la dirección técnica de Carreras Irimías.

La imperturbable marcha de los jugadores amarillos no recibió un contratiempo por parte de sus rivales. La cancha descubierta de la Obra Social de Educación y Descanso, que había sido inaugurada

En 1958-59, los amarillos del basket lograron el título provincial, el regional y el de España de Segunda División, con derecho al ascenso que nunca se consagró a una Primera División especial

en febrero de 1953, fue la primera residencia de la sección de baloncesto de la UD Las Palmas. Allí fue donde se escribieron las primeras páginas de una plantilla que no solo conquistó el título regional, sino que acudió en representación de Canarias a la fase sector nacional de Segunda categoría. Se disputó en San Fernando (Cádiz), con triunfos 3332 sobre Estudiantes, 72-33 frente a Empresa Nacional Bazán y derrota 47-49 frente a Unión África Ceutí.

La UD Las Palmas obtuvo el derecho a jugar la fase final en igualdad de puntos (5) con Estudiantes, al que había batido por la mínima.

El conjunto isleño afrontó de inmediato el definitivo torneo en Madrid, en el Frontón Fiesta Alegre, donde se registró una nutrida presencia de estudiantes canarios animando al equipo representante de Gran Canaria. Allí, dos victorias y el título nacional: 52-51 contra el Juventud de Granada y 60-49 frente a Ciclistas de Burgos, este último partido el 26 de abril de 1959.

La UD Las Palmas se proclamó campeón de España de Segunda División y por ello recibió también el Emblema de Oro de la Federación Española de baloncesto al cierre del ejercicio 1958-59.

En apenas unos meses la sección ya había logrado su primer gran éxito, que sin embargo quedó

eclipsado porque el día del regreso de la expedición (en el buque de Transmediterránea ‘Ernesto Anastasio’), toda España estaba conmocionada por la muerte en accidente aéreo del gimnasta Joaquín Blume, precisamente cuando se dirigía a Gran Canaria. En ese trágico suceso murieron 25 personas más, entre ellas la esposa del extraordinario deportista.

Los jugadores de la UD Las Palmas de baloncesto obtuvieron días después la felicitación de las instituciones públicas de la época por su gran hazaña. Primero recibieron el agasajo del alcalde accidental de la capital grancanaria, Morales Ramos, en un acto celebrado en las Casas Consistoriales. Y más tarde, la del gobernador civil Honorato Martín-Cobos Lagüera; la del gobernador militar, general Carvajal Arrieta, y finalmente la del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Matías Vega Guerra. La delegación deportiva estuvo encabezada por el presidente de la Federación de Baloncesto, Antonio Beltrán Sierra (compañero también de Vega Guerra en la junta de gobierno del Colegio de Abogados), no constando presencia de dirigentes del club de fútbol en ninguna de las audiencias.

El trofeo ganado en Madrid fue entregado el 6 de mayo de 1959 al Cabildo de Gran Canaria, en gesto de agradecimiento por el apoyo recibido para el desplazamiento victorioso a la Península.

La conquista del título nacional de Segunda División estaba enlazada a un ascenso a la Primera categoría especial del baloncesto español, un escalón intermedio con la división de honor. Los medios lo -

Antonio González ‘Bermúdez’, presidente histórico de la sección de baloncesto de la UD Las Palmas

cales de la época se felicitaron por ello, aunque nunca se llegó a consolidar el salto a la etapa superior. Este éxito del incipiente baloncesto había ocurrido de forma simultánea a una crisis institucional y económica en la UD Las Palmas. El presidente Cecilio López abandonaba un año después su cargo (el 5 de mayo de 1959), dando paso a una junta gestora de tránsito encabezada por Eufemiano Fuentes y a la posterior llegada de la directiva de Juan Trujillo Febles, etapa en la que las secciones no futbolísticas del club iban a conocer un apoyo definitivo. Había casi un vacío directivo mientras el equipo de

Equipo femenino de 1968, campeón provincial y subcampeón de primera nacional grupo Sur
UD Las Palmas femenino de 1967

El polifacético ‘pívot’

Fue jugador, árbitro, técnico, periodista, fundador de Ascan, amante de la naturaleza, escritor … y miembro del equipo inicial de baloncesto de la UD Las Palmas

Antonio Cardona Sosa (8 de julio de 1933) fue un hombre polifacético y gran emprendedor de Gran Canaria. En su juventud se adentró en el corazón del baloncesto local, en ese grupo de jugadores pioneros que llegaron a formar parte del histórico club Rayo CB.

Formó parte de ese equipo que en 1954-55 arrebató a Tenerife la hegemonía del basket en Canarias. Y más tarde, tras la disolución del conjunto, fue integrante del primer grupo de jugadores que zarparon con el escudo de la UD Las Palmas en el mundo de la canasta, en 1958.

La formación del legendario equipo Rayo CB, campeón de Canarias en 1954-55. Cardona Sosa está de pie, el último a la derecha, junto al preparador físico del equipo Jesús Telo Núñez

Cardona tuvo más perfiles en el deporte, como colegiado, técnico e incluso informador. Con su firma pseudónima ‘Pívot’ viajó en el tiempo ofreciendo sus informaciones en Canarias Deportiva, Falange y Diario de Las Palmas, hasta la fusión de este último con La Provincia.

Amante de la Naturaleza, fundador de ASCAN (Asociación Canaria de la Naturaleza), escribió también de caza y del mundo canino bajo la firma de ‘Perdicero’.

Pero el basket fue una pasión que vivió desde todos sus puntos de vista.

Antonio Cardona Sosa, en una pose como jugador de la UD Las Palmas en 1958-59
La sección logró su impulso definitivo después de 1963 con el arribo del todoterreno presidente Antonio González ‘Bermúdez’, que permaneció en el cargo más de un cuarto de siglo

baloncesto paseaba su trofeo por las instituciones.

Además, el ascenso a la Primera División suscitó un debate ciudadano por la ausencia de un pabellón de deportes adecuado en Las Palmas de Gran Canaria, instalación que pudiera dar cobertura a una competición de alto nivel. No estaba ni siquiera en proyecto el debatido Palacio de Deportes por el que se suspiraba en la capital.

Lo cierto es que el equipo volvió a salir en 1959-60 en competición de Segunda División regional, no pudiendo consagrar su huella en otra categoría y durante mayor tiempo.

La sección de baloncesto de la UD Las Palmas hizo un paréntesis sin aparecer en las competiciones en -

tre 1960 a 1963, distribuyéndose sus jugadores originales en otros destinos del basket local. Todo lo conseguido en 1958-59 se había diluido. Sin embargo, a partir de entonces iba a producirse un nuevo impulso en el club amarillo, ya con Trujillo Febles en la presidencia y con el timón de una figura fun -

Equipo de la UD Las Palmas, con Bermúdez a la derecha, en el cargo de entrenador
Quinteto de la UD Las Palmas femenino en las pistas de Rodríguez Monroy

damental en la estructura del deporte de la canasta.

La sección de la UD Las Palmas comenzó a orbitar sobre la gestión de Antonio González Pérez, conocido como ‘Bermúdez’ en el deporte de la capital. Durante más de 25 años fue el presidente de la sección del club, creando un amplio bloque competitivo en varias divisiones y categorías.

En 1979, el equipo femenino del club se convirtió en el primer conjunto de Gran Canaria en participar en una Liga de la máxima categoría nacional

Antonio González era hombre del deporte ciento por ciento. Desde los años cuarenta del pasado siglo ‘Bermúdez’ había enlazado con el mundo de la canasta, llegando a presidir la Federación Canaria de baloncesto desde 1955, antecesor en el cargo del ya mentado Antonio Beltrán Sierra. A la vez, ‘Bermúdez’ era jugador del club Previsión, equipo con el que llegó a cruzarse en partidos con la incipiente UD Las Palmas.

1963 había sido un año decisivo en la trayectoria de ‘Bermúdez’ como dirigente y, también, en los banquillos ya que ese año obtuvo la certificación como entrenador nacional de baloncesto. Fue integrante de una promoción de técnicos entre los que se encontraban Chus Codina o Antonio Serra, más tarde prestigiosos entrenadores del concierto nacional.

Como decimos, fue bajo la presidencia de Juan Trujillo Febles cuando la UD Las Palmas aceleró su paso en la parcela baloncestística. Al equipo senior masculino, que

aparecería en la mayor categoría regional, se unieron dos temporadas después los dos conjuntos de minibasket, una escuadra juvenil y el novedoso equipo femenino, que iba a tener un recorrido extraordinario para hacer cumbre nacional a finales de los años setenta.

En el caso de las féminas, una vez más la UD Las Palmas utilizó su rol rescatador para aglutinar con la camiseta amarilla a las jugadoras procedentes del equipo Tirma SA, que había desaparecido tras dejar profunda huella en las canchas de la capital grancanaria. Las deportistas que pusieron en marcha la sección fueron Flavia González, Sofía González, María Blanco, Soledad Deogracia, Pilar Galeón, Rosa Sicilia, Clara Luz, Loli Ramírez, María Mateo y Dolores Hernández.

Formación de la UD Las Palmas con Tino Montenegro, Julián Rebollo, Guillermo Hernández, Eusebio Bautista, Fillo, Paco ‘El Negro’, Luis Hernández, Humberto Hernández y Manolo Barroso

Pronto las jugadoras del club y sus nuevas incorporaciones mostraron una luz propia en la sección. En 1968 el equipo de chicas, dirigido por Fillo Hernández, logró el primero de sus títulos provinciales y representó en Sevilla a su federación en la fase sector nacional de Primera categoría. El bloque entonces lo componían Rosa Sicilia García, jefa de expedición y exjugadora, junto a Inmaculada Sosa, Loli Ramírez, Francisca Pérez, Ivonne Redondo, Lidia Santana, Yolanda Valido, Rosario Ponte, Rosa Pérez y Milagrosa Castellano.

Esta participación se saldó con el primer gran éxito de la sección femenina del club, al quedar subcampeonas del sector Sur nacional. Solo cedió frente al equipo anfitrión.

En los años sucesivos, la UD Las Palmas mantuvo a sus distintos equipos en competiciones regionales, con una cadena que contemplaba la estructura completa en su organización formativa.

El club siguió desarrollándose en las competiciones locales, aglutinando una colección de jugadores de todas las categorías cuyo centro de operaciones se había trasladado a las canchas Rodríguez Monroy en el corazón de Escaleritas. Estas instalaciones, inauguradas en el verano de 1966, fueron la casa de la UD Las Palmas. Allí, en una barriada con abundancia de jóvenes familias en la etapa de expansión demográfica, el baloncesto de la entidad amarilla creció confirmándose como uno de los clubes referenciales de Gran Canaria. La formación de deportistas, con la herramienta del proyecto de minibasket desarrollado a nivel nacional, fue exitosa en número de

jugadores y equipos que lucieron los colores amarillo y azul en los recintos de baloncesto de Gran Canaria y del Archipiélago. La UD Las Palmas, con el plan de ‘Bermúdez’ en total expansión, se había convertido en los años setenta en club clásico en las competiciones, yendo codo a codo con otras entidades que también tenían su arraigo en esta modalidad.

Estaba por llegar el momento ‘ochomil’ de la sección. Porque el gran éxito del conjunto femenino

de la UD Las Palmas se firmó en 1979, con el ascenso a la Primera División. El grupo de jugadoras adiestradas por Paco Santana se convertiría así en el primer equipo de Gran Canaria en arribar a una máxima competición nacional de baloncesto. Se había anticipado 6 años al logro del CB Claret en el apartado masculino, con la mano técnica de Pepe Clavijo.

El debut en la Primera femenina se produjo en Vigo, frente al poderoso Celta, pero la primera victoria

Imagen de un partido en Educación y Descanso

En 1980, el presidente de la sección comunicó la renuncia a la máxima categoría femenina y la

escisión del grupo de jugadoras que habían firmado el hito del ascenso y permanencia

grancanaria se firmaría el 14 de octubre de 1979 contra el Banesto de Madrid (79-50). Los nombres de aquel día memorable en el Polideportivo Municipal Obispo Frías fueron los de Mari Paz Martín (36 puntos), Juani Guerra (16), Begoña Santana (16), Felisa Santana (4), Carmen Hidalgo (3), Gemma Blanco (2), Pilar Burgos (2), Elsa González, Francisca Santana y Carmen González.

Tras un primer año de combatividad en la máxima categoría, con la permanencia conquistada, las divergencias internas del grupo propiciaron que Bermúdez comunicara a la sede de Pío XII la deci -

sión de renunciar a la competición en 1980-81. Y además se disolvía ese grupo de notables jugadoras que, en casos muy singulares, iban a dar partida al CB Islas Canarias años después de la mano del técnico Domingo Díaz y su inseparable alter ego, Begoña Santana.

El rastro federativo de la sección de basket de la UD Las Palmas se disuelve tras la temporada 198990, con cinco equipos en la parrilla de las competiciones, todos ellos masculinos: Segunda División, dos cadetes, un junior y un juvenil. Ya nada volvió a ser como antes.

El rastro federativo de la sección de basket se apagó tras la temporada 1989-90

En noviembre de 1990, el baloncesto rindió un homenaje en vida a Antonio González ‘Bermúdez’ en el Centro Insular de Deportes. Se realizó en los prolegómenos de un partido de baloncesto femenino entre el Sandro Gran Canaria y el Universitari catalán.

El hombre que había impulsado de forma definitiva el deporte de la canasta en la UD Las Palmas recibía el cariño de toda la sociedad grancanaria, con el abrigo precisamente de Begoña Santana y Domingo Díaz. No pasó inadvertida su contribución en un momento en que ya no podía atender al club en el que desarrolló la mayor parte de su etapa como dirigente.

Había llegado el punto y final a una hermosa historia con múltiples escenarios y protagonistas.

La Salle, filial

El Colegio La Salle-Antúnez de la capital grancanaria conservó desde finales de los años sesenta del pasado siglo una curiosa relación con la UD Las Palmas. Las formaciones de minibasket escolar guardaron relación de filialidad con la sección del club amarillo. También los equipos de fútbol y tenis de mesa, llevando el nombre en sus competiciones de UD Las Palmas-La Salle.

Jugadores de minibasket de UD Las Palmas-La Salle

El baloncesto bajo cubierta

Del Frontón Dania, donde ejerció el equipo antecesor a la UD Las Palmas (CB Rayo), al pabellón Obispo Frías, lugar en el que debutó en la máxima categoría el equipo femenino del club amarillo. El baloncesto se desarrolló en la capital grancanaria con un debate abierto por la necesidad de un pabellón cubierto específico

para este deporte. Los logros del propio Rayo y la UD

Las Palmas avivaron ese debate, con soluciones que no llegaron hasta 1990 con la apertura del Centro Insular de Deportes. Los pasos por las canchas de San Román o Tamaraceite también resultaron transitorios.

Fachada del Frontón Dania y, a la derecha, las formaciones del Rayo y Canarias en la final de 1955
Escena de Primera División femenina, en el Pabellón Obispo Frías
Una canasta del Frontón Dania

Rosa Sicilia y

Guillen Hernández

Jugadores fundadores de los equipos de basket y matrimonio desde 1968

Rosa Sicilia García (13 de junio de 1942) y Guillermo Hernández Sosa (14 de julio de 1940) gozan de una singularidad como pareja que se unió en matrimonio desde 1968: Ambos fueron jugadores fundacionales de los equipos de baloncesto de la Unión Deportiva Las Palmas.

En orden cronológico, el estreno de Guillermo (conocido en el ambiente deportivo como Guillen) se produjo en el primer equipo amarillo de baloncesto en 1958. Con esta plantilla fue joven partícipe del título nacional de Segunda División logrado en 1959. Había defendido antes al histórico Rayo, viajando con otros compañeros rayistas hasta la recién creada UD Las Palmas cuando se dio la oportunidad.

Rosa, en cambio, fue integrante de la primera plantilla de chicas del club amarillo tras sus inicios en el Tirma SA. De igual forma, la ampliación de la UD Las Palmas de baloncesto en 1965 la incluyó en el conjunto que partió en las competiciones locales con notable fuerza. “Recuerdo que el primer año ya fuimos campeonas a nivel regional”, apunta con ágil memoria. “Y eso nos dio la posibilidad de salir a competir a la Península. Era la primera vez que yo viajaba fuera de las islas; lo hicimos en un barco que

Rosa Sicilia y Guillermo Hernández, en su residencia en la capital grancanaria

nos dio un meneo tremendo hasta Cádiz. Todavía lo recuerdo y me mareo. Luego, tren a Madrid y más tren a Barcelona. Fue una paliza para todas nosotras, porque empezamos cansadas por el desplazamiento. Nos llevamos una tollina en el torneo … pero disfrutamos mucho de la experiencia”.

Rosa es hermana del que fuera

presidente en dos etapas de la UD Las Palmas, Luis Sicilia García. Es una apasionada del deporte y fue en las canchas de Educación y Descanso donde, además de aprender baloncesto, conoció a su marido Guillen. Revive sus inicios: “Acudía allí a clases de inglés con Fela Roque, amiga que más tarde sería Miss Las Palmas y Miss Nacional. Veíamos entrenar al equipo

masculino, donde estaba Guillen y cuando la cancha de baloncesto estaba vacía, cogíamos el balón y practicábamos por diversión. Pero el colegiado Díaz Guerra, que nos observaba, nos enseñó a botar el balón y a lanzar a canasta. Fue así como todo comenzó, pasando al Tirma porque necesitaban jugadoras. Y, de ahí, a la UD Las Palmas cuando se creó el equipo femenino de baloncesto. Al fin y al cabo, eran las mismas compañeras”.

Aquella primera experiencia nacional de Guillermo resultó pletórica. Aún recuerda también el viaje a la Península. “Salir de Canarias en los años cincuenta y comienzo de los sesenta era casi como ir de safari. Primero fui con un equipo sindical a jugar en Valladolid un torneo. Nuestro barco llegó a Málaga, luego tren a Madrid y Valladolid con varios intervalos en las escalas. Teníamos que jugar el primer encuentro a las 16.30 y llegamos al destino a las 14.00. El equipo catalán al que nos medimos nos ganó con facilidad”.

Algunos de los jugadores que viajaron a Pucela fueron ese mismo

Equipo de la UD Las Palmas campeón de España de Segunda División en 1959: Blas, Benazco, Acosta, Calderín, Cardona, Guillen, Miguel Nieves y Fermín. La imagen está autografiada por sus protagonistas
Jugadoras del equipo fundacional femenino de la UD Las Palmas, en 1965. Entre otras: María Mateo, Pilar Galeón, Loli Ramírez, Mari, Clara Luz, Flavia González, Rosa Sicilia y Sofía González

año compañeros suyos en la UD

Las Palmas para afrontar la fase zonal y la final de la Segunda División nacional, tras haber conquistado el certamen canario. “Recuerdo que en la fase de San Fernando de Cádiz logramos la clasificación en el segundo partido. Y en el tercero,

nos ganó África Ceutí, logrando ese equipo la permanencia. Antes del último encuentro, los jugadores rivales nos dijeron lo importante que era para ellos ganar y no descender. Nosotros ya lo teníamos todo resuelto para la siguiente fase”.

Frase

Rosa -hermana del ex presidente del club Luis Sicilia García- fue base titular del primer conjunto femenino del club que comenzó a jugar sus encuentros oficiales en 1963

Ya en la fase final, disputada en Madrid, los amarillos arrasaron en los dos partidos. “En el decisivo quien se lució fue Pablo Benazco, un jugador muy experto que ejercía también como nuestro entrenador. Empezando el segundo tiempo acumuló su cuarta personal; esa circunstancia condicionaba mucho. No queríamos arriesgar y decidimos que Pablo jugara el resto del partido como ‘palomero’, cerca del aro del equipo burgalés. Cuando cogíamos un rebote o robábamos el balón, de inmediato se lo enviábamos a él. Se hinchó a meter puntos, que fueron decisivos”.

En la sede del torneo, los jugadores amarillos agradecieron el aliento de un grupo de jóvenes isleños que los animó desde las gradas. “Los estudiantes canarios en Madrid nos trataron como a héroes. Para

Como soy tan futbolera, me lo pasé en grande el tiempo que militamos en la Unión Deportiva Las Palmas. Teníamos el pase de los jugadores de baloncesto, para ver los partidos de fútbol en la grada Curva del Estadio Insular. Y además, también tuvimos el privilegio de ver a los Diablillos Amarillos y la mejor época del equipo. Eso fue un auténtico regalo en nuestras vidas

ellos, estando tan lejos de casa, ver ganar un trofeo a la UD Las Palmas resultó estimulante. Recuerdo que incluso nos llevaron a la estación para el regreso. Y cuando el tren partió, corrieron en la última despedida dando vítores en el andén. Fue muy emocionante. Nos dimos cuenta del valor que tenía el deporte con nuestra gente desplazada fuera de las islas”.

Rosa también recuerda aquel episodio del que era su prometido. “Fue un éxito muy importante para nuestro baloncesto. Hasta el Gobernador Civil de la época, Honorato Martín-Cobos Lagüera, organizó una recepción al equipo masculino para felicitarle en nombre de la ciudadanía”.

Guillen tiene fresca en su memoria un suceso de aquellos días. “A la mañana siguiente de nuestro regreso, mi hermano vino y me despertó para darme la noticia del trágico fallecimiento del gimnasta Joaquín Blume. Eso fue lo primero que escuché al volver. Aquello me impactó y aún hoy lo recuerdo con emoción. Era un deportista muy estimado en todo el país”.

Se desvinculó pronto Rosa del baloncesto en activo, porque estaba en preparativos para sus oposiciones de Magisterio. Pero fue delegada en 1967 de la expedición de la UD Las Palmas que participó en la fase sector Sur. Era ya entrenador Fillo Hernández.

“Mi equipo fue la UD Las Palmas. Era buena, no es por nada. Jugaba como defensa, como antiguamente se decía. Mi misión era la de evitar que el equipo rival llegara con facilidad. Y luego me encargaba de

La Frase

Los estudiantes canarios en Madrid nos trataron como a héroes. Para ellos, estando tan lejos de casa, ver ganar un trofeo a la UD Las Palmas resultó estimulante. Recuerdo que incluso nos llevaron a la estación para el regreso. Y cuando el tren partió, corrieron en la última despedida dando vítores en el andén. Fue muy emocionante. Nos dimos cuenta del valor que tenía el deporte con nuestra gente desplazada fuera de las islas

la organización de nuestro ataque. Se puede decir que yo era la base titular del primer equipo del club. Y tenía buen tiro lejano, eh … cuando no había canastas de tres puntos como ahora”, afirma Rosa Sicilia.

Guillermo Hernández -a quien algunas fuentes periodísticas citaban como Guillén, confundiendo apellido y apodo- colgó los botines ese mismo año 1968, meses antes del matrimonio. Una lesión de rodilla cortó su trayectoria en las canchas de basket, para ya dedicarse de pleno a sus funciones en La Caja de Ahorros. “Mi etapa en el equipo tuvo dos fases. Porque tras el inicio me fui a la mili en Melilla. Y al volver, en 1963, me incorporé al grupo de jugadores que iban a impulsar de forma definitiva la sección de baloncesto. Mis cuatro hermanos también fueron jugadores del equipo, en distintas etapas. Y en el caso de Manolo llegó a ser entrenador durante muchos años”.

“Como soy tan futbolera, me lo pasé en grande el tiempo que militamos en la Unión Deportiva Las Palmas. Teníamos el pase de los

jugadores de baloncesto, para ver los partidos de fútbol en la grada Curva del Estadio Insular”, concluye Rosa. “Y además, también tuvimos el privilegio de ver a los Diablillos Amarillos y la mejor época del equipo. Eso fue un auténtico regalo en nuestras vidas”.

Equipo sindical en Valladolid, con algunos jugadores de la UD Las Palmas. Desde la izquierda: Guillen, Calderín, Torres, Benazco, Santiago, Cardona, Irimías y Leo

Guillen fue joven miembro de la plantilla campeona de España de Segunda División en 1959, retirado ocho años después por una lesión de rodilla

Rosa Sicilia, de paisano, como delegada de la expedición de la UD Las Palmas

El día de los cinco hermanos de la UD Las Palmas

Se disputó en la cancha de Educación y Descanso un partido de exhibición singular, con implicación de jugadores que habían defendido o defendían la camiseta de la UD Las Palmas. Tuvo lugar el 23 de diciembre de 1967 y en la pista de baloncesto se enfrentaron dos sagas familiares que fueron protagonistas de los inicios de este deporte en la capital grancanaria.

En un lado del campo, la familia Ramírez Jáimez. Estaba compuesta por un quinteto de hermanos: Juan Manuel (Mamé), Ventura, José Carlos (Pipo), Luis (Nano) y Jorge. Este equipo estuvo reforzado por Juan Manuel Padrón, primo hermano del grupo.

En la canasta opuesta, la familia Hernández Sosa. Sus jugadores fueron Manolo, Guillermo (Guillen), Santiago (Papi), Luis y Humberto. El sexto hombre era el también primo hermano Santiago Sosa.

El resultado final fue 38-29 para los Ramírez, en una noche de mucha expectación en el habitual recinto baloncestístico. En ningún otro deporte colectivo cinco hermanos se unieron como los Hernández Sosa para representar a la UD Las Palmas en un mismo evento deportivo.

Posan las dos formaciones juntas antes del partido de exhibición en la cancha de Educación y Descanso

El equipo de los Hernández, de la UD Las Palmas: Guillen, Santiago Sosa -primo hermano-, Manolo, Papi, Luis y Humberto

Pablo Peñate

El doble perfil: jugador e investigador del deporte

Pablo Peñate Cillero (20 de diciembre de 1955) ofrece un doble perfil en el expediente de la sección de baloncesto de la UD Las Palmas. De una parte, fue componente como jugador de la entidad, siguiendo huellas marcadas por su padre, Pedro, delegado del equipo femenino que pisó por primera vez la tierra de la Primera División (entre 1978 a 1980).

Distingue tres claras etapas en la sección del club amarillo: una primera en tono experimental, una segunda que culmina con el ascenso y debut en la máxima división femenina y la posterior hasta la disolución

especializado como investigador del deporte general y en la historia del baloncesto en donde se entierran sus raíces.

Aunque lo que convierte a Pablo en un personaje realmente especial es que lleva más de tres décadas sumergido en los archivos de cualquier rincón de Gran Canaria,

Peñate distingue con claridad que “existen tres claras etapas en la sección de basket de la UD Las Palmas. Sus inicios están en las canchas de

La Frase

Todo en la sección de baloncesto de la UD Las Palmas gira en torno a Bermúdez. Su casa era la sede del club e, incluso, también la de la Federación. Porque él se había convertido en el epicentro del baloncesto en Las Palmas de Gran Canaria

Educación y Descanso, en la calle León y Castillo. Allí se instaló la sede de baloncesto en el centro de la capital, porque la del Puerto estaba en Santa Catalina”.

Aquellos primeros años se inician con la aparición del equipo que iba a reunir a “jugadores que habían sido figuras en el histórico Rayo, que en un primer intento quisieron seguir como equipo denominado Trasrayo. Este comienzo yo casi lo consideraría como un equipo experimental”, explica, “pese a que consiguió el Campeonato nacional de Segunda División. Pero la realidad es que no tuvo prolongación meses más tarde, tras la temporada 1958-59”.

“Fue en los años sesenta”, continúa, “cuando el club da un salto muy importante ya con la llegada a la presidencia de Antonio Bermúdez, que es el personaje clave en esta historia. Yo interpreto que Bermúdez ya estaba también de alguna forma en aquel primer equipo masculino, pero no tan integrado y decisivo como posteriormente. Todo en la sección de baloncesto de la UD Las Palmas gira en torno a Bermúdez. Su casa era la sede del club e, incluso, también la de la Federación. Porque él se había convertido en el epicentro del baloncesto en Las Palmas de Gran Canaria”.

En el proceso, la apertura de las canchas de Escaleritas fue un momento

determinante. “Porque en Rodríguez Monroy es donde la sección del club se estructura de manera definitiva. Todo comienza con aquellas campañas Verano y Deporte, ideada por el concejal Germán Luzardo, promotor de estas actividades que tanto beneficiaron a los distintos deportes de la ciudad. La Unión Deportiva Las Palmas forma entonces una columna completa de filiales, con equipos en todas las categorías incluyendo las femeninas. Había jugadores en abundancia y técnicos para salir a competir con mayor determinación que en el inicio”.

“Esta segunda parte del historial del club tiene como colofón, sin duda, el ascenso del equipo a la Primera División femenina”, señala Pablo Peñate. “Sin embargo, el problema que se genera en este equipo y por el que renuncia a la categoría es el inicio de la tercera y última etapa. Porque el club decide marcharse de Rodríguez Monroy para trasladar su centro de entrenamientos y preparación a las canchas de Cervantes, al lado del Cementerio de Las Palmas”.

Este tercer periodo, ya inmerso en los años ochenta del pasado siglo, se produce cuando “ya la sección del club está cuesta abajo, centrándose exclusivamente en los equipos de formación masculinos bajo la dirección de Manolo Hernández Cézar. El club duraría algunos años más, pero ya el relevo se había producido. No habría más ascensos, mientras el equipo masculino actuó durante este tiempo en una liga canaria de Segunda División que tenía rango regional”.

Aclara también que “era muy difícil ascender de categoría en aquella

época. Diría que para los equipos canarios era imposible. Porque entonces los ascensos se resolvían a partir de abril y mayo, momento en que varios jugadores de mucho nivel fichaban por clubes ascensores a nivel nacional. Ahí nuestros equipos no podían competir”.

“En los tres episodios que relato de la sección de baloncesto, la figura imprescindible es Antonio Bermúdez”, insiste Peñate. “Él era la conexión con el club de fútbol; un hombre capaz de liderar volunta -

des y asumir la responsabilidad de resolver cuantos problemas surgieran en la administración del club. Bermúdez fue el conseguidor, el dirigente que marcaba diferencias con el resto. Por ejemplo: La UD Las Palmas fue el primer club que aportó botines para sus jugadores, algo que el resto no disponía”.

Hay muchos nombres en el camino de la UD Las Palmas de baloncesto, pero “Bermúdez lo fue todo. Él es el único imprescindible en esta historia”.

La ficha directiva de Antonio González ‘Bermúdez’, el motor de la sección de baloncesto de la UD Las Palmas durante más de dos décadas

Gloria Cabrera, Begoña Santana y Domingo Díaz en las canchas Rodríguez Monroy, donde se fraguó el equipo del ascenso a la Primera División

UD Las Palmas femenino:

El primer equipo grancanario de basket en llegar a la élite

El 7 de octubre de 1979 es una fecha señalada en el historial de la sección de baloncesto de la UD Las Palmas. Ese día, un joven grupo de jugadoras grancanarias debutaba en la Primera División femenina. Se convertían así en las integrantes del primer equipo de baloncesto de Gran Canaria que hacía cumbre en una competición máxima de basket español.

No fue un día fácil, porque el estreno no pudo ser más complicado como visitantes del conjunto campeón en la campaña anterior: Celta de Vigo. La UD Las Palmas perdió de forma contundente aquel primer encuentro (74-33), pero ese resultado no empañó día tan especial para una

El

conjunto dirigido por Paco Santana logró plaza en la Primera División al ocupar la del Hispano Francés como mejor clasificado en la fase de 1978-79

expedición de doce integrantes: diez jugadoras, un técnico y el presidente del club.

Aunque las referencias del baloncesto femenino en la UD Las Palmas eran lejanas, aquel ascenso fue la mayor gesta de la sección de la entidad. Si bien no logró ganarlo en la cancha, su mejor clasificación fue considerada por la Federación Española de baloncesto para ocupar el puesto que dejaba vacante el club Hispano Francés, por renuncia.

La UD Las Palmas solo compitió una temporada en la Primera División, ocupando la décima plaza. Kaixo y La Coruña quedaron a su estela y perdieron la categoría. Tras

esa campaña 1979-80, el equipo de baloncesto atravesó divergencias internas y una dificultad económica que le obligaron a renunciar de cara al ejercicio 1980-81. Y el grupo deportivo se fracturó. Fue un duro peaje, aunque no hay quien borre ese momento de gloria.

Antonio González, conocido como Bermúdez (presidente), Francisco Santana (entrenador), Mari Paz Martín, Felisa Santana, Pilar Burgos, Gloria Cabrera, Begoña Santana, Elsa González, Carmen Rosa González, Mari Carmen Hidalgo, Juana Teresa Guerra y Gema Blanco son los nombres de esa primera expedición, los que dejaron las primeras huellas isleñas.

A Gloria Cabrera (17 de mayo de 1954) siempre le tocó el trabajo duro en aquel incipiente equipo de Primera que llevaba el escudo de la UD

Las Palmas. “Yo jugaba en la zona, en la posición de pívot con la misión de rebotear y defender. Y bajo los tableros, pese a que era una época en la que estaban las americanas como ocurrió más tarde, había mucho contacto. Recuerdo especialmente mis marcajes a la jugadora estrella del Celta, Marisol Paíno. Sencillamente: le di mucha leña porque había que tratar de pararla. Era muy difícil de controlar porque saltaba mucho y lanzaba en suspensión, que en aquella época era algo extraordinario en el baloncesto de chicas. Francamente, creo que aquí los rivales nos temían muchísimo”.

Gloria se había iniciado en el mundo del basket a los 13 años. La UD Las Palmas fue su primer gran club,

luego de sus inicios en las canchas del Colegio Cervantes y Rodríguez Monroy. “Jugar en estas pistas de Escaleritas tenía una magia especial. Aquí nos entrenábamos también; era como el patio de nuestra propia casa. El pavimento era de cemento, muy duro, que dificultaba

el juego y el bote de balón. Pero las niñas veníamos a jugar al baloncesto porque éramos felices y no nos importaba las dificultades que pudiésemos encontrar”.

En la mente de Cabrera hay muchas imágenes de esos días previos al

Equipo de la UD Las Palmas en Primera, con el presidente Bermúdez y el técnico Santana
Lista del primer viaje, debut en la Primera División femenina nacional

ascenso a Primera División. “Estas gradas, que son pocas, se llenaban. Y los vecinos de Rodríguez Monroy programaban sus vidas para animarnos desde las ventanas los días del partido; nos aplaudían y vitoreaban nuestras canastas. Así que había una multitud de personas animándonos cuando jugábamos como local en estas instalaciones”.

Añade Cabrera con su gracejo al hablar: “Tenía Antonio Bermúdez una frase preparada cuando lógicamente las niñas nos quejábamos. La realidad es que las familias de las jugadoras eran obreras, de pocos recursos. Pero nosotras consumíamos las zapatillas de deportes en poco tiempo porque la superficie de Rodríguez Monroy era rugosa y las devoraban. Si decías algo a Bermúdez, él contestaba:

“Ponle cartón a la suela”. Creo que alguna lo hizo”.

Esa etapa de la UD Las Palmas, con aquel breve ciclo en Primera División, dejó en ellas los cimientos de lo que posteriormente iban a recolectar como componente de las distintas formaciones del CB Islas Canarias. Y se registró un episodio especial que durante semanas llenó de preocupación a toda la plantilla. Ocurrió a inicios de uno de los torneos cuando la Federación Española de Baloncesto -con el apoyo del Consejo Superior de Deportesimpuso a las jugadoras de la época un inédito control de sexo: “Porque no nos habían informado sobre cómo iba a producirse. Viajamos a Madrid y cada una tenía una teoría sobre cómo podría ser la revisión sexual. Sin embargo, al llegar a las pruebas nos metieron un palito en

El debut en la competición fue el más difícil todavía: Visita al vigente campeón, Celta de Vigo

la boca -a semejanza como en la pandemia del Covid- y esa fue toda la prueba. Tanto pensar en ello y al final era nada”.

Gloria cabalgó entre dos generaciones de jugadoras de la sección del club amarillo, con la dirección técnica de Paco Santana, hasta la reconversión en una nueva entidad. Y durante muchos años fue compañera de una base que iba a marcar una época en el baloncesto de Gran Canaria: Begoña Santana.

Formación de la UD Las Palmas en Obispo Frías, el nuevo recinto

La Frase de Cabrera

Jugar en el Rodríguez Monroy tenía una magia especial” (…) “Estas gradas, que son pocas, se llenaban. Y los vecinos programaban sus vidas para animarnos desde las ventanas los días del partido; nos aplaudían y vitoreaban nuestras canastas

Una amistad que unió el balón y no supo quebrar el tiempo. Al igual que con Domingo Díaz, al que conoció como componente del equipo juvenil de la UD Las Palmas, miembro técnico del club y más tarde su entrenador también en el Islas Canarias.

Al finalizar la campaña el grupo se fracturó y el club presentó la renuncia a seguir en la Primera División nacional

Gloria Cabrera, en el salto inicial de un partido

Begoña Santana

Begoña Santana Tejera (14 de febrero de 1960) está atada de por vida al deporte de la canasta. Y cuando habla de ello, expresa con orgullo haber pertenecido a la Unión Deportiva Las Palmas en el origen de su extraordinaria carrera deportiva. Al contemplar todo lo que ha logrado con su club observa al punto de partida y al lugar donde todo comenzó. “Lo voy a expresar con números o datos”, dice haciendo gala de una memoria precisa y exquisita: “Seis mil jugadoras se han formado con nosotros, hemos logrado 52 títulos de España en distintas categorías con el añadido de que durante cuatro años firmamos el triplete nacional: infantil, cadete y junior. Desde aquí han alcanzado el nivel internacional con selecciones 120 jugadoras de distintas categorías, siete de ellas olímpicas”, continúa. “26 de nuestras niñas, que hoy son mujeres, fueron becadas en

La niña Begoña

El talento de Begoña Santana tuvo lucimiento desde temprana edad. A los 13 años, tras despuntar como base en la cadena filial de la sección de baloncesto, ya se había incorporado con el primer equipo de la UD Las Palmas. Su velocidad y técnica individual condicionaba el juego de su equipo y al de su rival. Y así, hasta su retirada en activo.

El equipo

femenino de la UD

Las Palmas fue su primer conjunto al que lideró en el juego desde los 13 años de edad

universidades de Estados Unidos para seguir progresando allí. Hemos disfrutado de cinco jugadoras de nuestro club que alcanzaron la WBNA, que es la NBA femenina. Y nos han considerado como el mejor club de cantera de España. La cadena de logros no acaba”.

Pero tiene claro Begoña Santana que “todo ello fue posible porque un día se cruzó en nuestro camino un club como la Unión Deportiva

Las Palmas, que considero una escuela de valores. Nosotros seguimos nuestro camino, pero la semilla de todos estos logros germinó en el equipo amarillo. Para mí, de alguna manera, seguimos conectados en el tiempo”.

Pero hay más: “¿Pueden creer que mi vida deportiva y mi matrimonio comenzó aquí?”, expresa en un aroma personal cargado en añoranza cuando mira el entorno que mezcla el ambiente vecinal de Rodríguez Monroy con el baloncesto. “El Ayuntamiento programaba en los veranos los cursillos deportivos. Y fue en este lugar tan cerca de la casa de mi familia donde comenzó todo para mí. Fue también el sitio donde conocí a Domingo Díaz en 1973. Toda mi vida comienza a girar aquí: En 1976 comenzamos a salir como novios y seis años después era mi marido y también mi entrenador. Por eso aún siento que, pese al tiempo y la distancia, la Unión Deportiva sigue siendo parte de la familia que formamos”.

Todos los porqués de Begoña Santana están vinculados a la actividad física, a la formación de personas y a la ayuda de los demás. “El deporte es en sí mismo una academia de la vida”. Desde su corazón subraya con altura de miras lo que ella entiende como un legado invisible del club que conoció siendo tan joven: “Pasados tantos años he de reconocer la apuesta que hizo la UD Las Palmas para dar visibilidad a la mujer canaria a través

del deporte, en una etapa además donde era muy difícil que las niñas compitieran o tuvieran la oportunidad de hacerlo. Doy mucho valor a esta iniciativa que tuvo. Nos sentimos arropadas por el club, que nos dio la posibilidad de viajar entre islas, luego a la Península, conocer personas y formarnos. Todo lo que Mingo y yo hemos conseguido, todo lo que se logró más tarde durante cuatro décadas en nuestro club actual, tiene las raíces aquí y con la UD Las Palmas”.

Begoña alternó durante algunos años el baloncesto con el balonmano del Tirma Gran Canaria, a las órdenes del técnico José Antonio Rodríguez Nordelo. Y también en la natación, con José Ojeda; esta última etapa se produjo cuando el técnico original de la sección de la UD Las Palmas pasó al Club Natación Ciudad Alta. Pero lo que a ella le gustaba era correr, driblar, botar, fintar y penetrar en la zona hacia la canasta. “Hicimos muchas cosas en aquellos años. Desde muy joven ya me di cuenta de que el baloncesto era lo mío. Recuerdo que al principio nos entrenaba Isabel, luego Fillo y más tarde Paco Santana. Desde temprano ya veía que también Domingo tenía vocación de entrenador, como más tarde pudo desarrollar”.

“Quiero resaltar que las componentes del equipo de la Unión Deportiva éramos felices”, subraya. “Nadie venía a entrenar o a jugar por dinero. Ahora comprendo cómo pudieron ser las dificultades de Antonio Bermúdez para mover un club o una sección como la que él comandaba. Ya tenía equipos masculinos en diversas categorías y la apuesta se prolongó con un conjunto femenino que iba a llegar a la Primera

La Frase

He de reconocer la apuesta que hizo la UD Las Palmas para dar visibilidad a la mujer canaria a través del deporte, en una etapa además donde era muy difícil que las niñas compitieran o tuvieran la oportunidad de hacerlo” (…) “Todo lo que Mingo y yo hemos conseguido, todo lo que se logró más tarde durante cuatro décadas en nuestro club actual, tiene las raíces en Rodríguez Monroy y con la UD Las Palmas

Fue componente del histórico

conjunto que debutó en la máxima categoría femenina, iniciándose también de amarillo como entrenadora

División, entonces la máxima categoría. Todo eso implica una infraestructura interna que en aquellos momentos se montaba con pocos recursos económicos, con mucho sacrificio y sin ayudas como las actuales”.

Para entender esta afirmación, Begoña rescata un ejemplo: “Nuestro equipaje deportivo era en realidad ropa usada. Ni preguntamos la procedencia. Nosotras radiábamos de felicidad cuando nos poníamos la camiseta amarilla, con manga, y veíamos el dorsal y el escudo de la Unión Deportiva Las Palmas. Salir así a la cancha para empezar los partidos era una sensación extraordinaria. Nos sentíamos importantes, las más felices del mundo”.

“El ascenso a Primera División llegó casi por sorpresa”, confiesa Santana al hablar del principal hito de la sección del club. “Habíamos acudido dos años a la fase de promoción y en las dos ocasiones no logramos clasificarnos. Pero al volver de la última, en Huesca, nos llevamos una gran alegría porque el club ocupó la plaza de un equipo (Hispano Francés) que había renunciado. Lo fácil era declinar la invitación de la Federación”, precisa Begoña. “Pero no fue así y unos meses después nos vimos jugando contra los mejores conjuntos del país”.

La ‘casa’ del Rodríguez Monroy se quedó pequeña entonces. Unos metros más allá estaba el nuevo escenario en la Ciudad Alta: el pabellón municipal Obispo Frías, donde la captación de aficionados de la UD Las Palmas se duplicó sin salir de la zona de residencia. “La grada de la cancha se llenaba todos los días de partido. Teníamos que luchar mucho en cada encuentro, porque ya la liga femenina se esta-

ba potenciando. Creo que hicimos un buen papel en líneas generales en esa competición. Nos sirvió a muchas jugadoras como experiencia para el futuro. Contra los grandes equipos del momento, como Celta de Vigo o Canoe de Madrid, nos salieron excelentes partidos”.

En toda esa labor, Santana hace visible la figura de Pedro Pulido. “Fue nuestro preparador físico, en una etapa en la que no era común esta figura del cuerpo técnico en los equipos femeninos. Pedro nos entrenó muy bien para las competiciones sin los recursos actuales. Nos preparaba con dureza, lo reconozco. Íbamos corriendo por el Barranco de La Ballena, saltando muros o esquivando obstáculos; grandes piedras, por ejemplo. En aquel entonces no tenía pavimento y los caminos eran senderos de tierra. Nos llevaba también al López Socas y creaba allí los circuitos de ejercicios. Aún recuerdo el esfuerzo titánico que suponía subir las gradas y luego bajarlas; arriba y abajo.

Begoña y a su espalda, el pavimento del Rodríguez Monroy
Una típica entrada a canasta de Begoña Santana, en la etapa del Rodríguez Monroy

Acabábamos agotadas, aunque sin perder la sonrisa y el buen humor habitual del grupo”.

Todo aquel esfuerzo de la semana “luego se reflejaba en los partidos. El equipo era también poderoso a nivel físico; lo requería para poder competir contra aquellas rivales tan expertas y algunas muy bien pagadas. Ese no era nuestro caso. Nosotras luchábamos por un escudo y por nosotras mismas. Todas éramos de aquí, sin refuerzos, pero creo que quedamos dignamente en la competición situándonos al final en la zona de permanencia”.

Begoña no tardaría en descubrir su otra vocación deportiva: entrenadora. Porque a la par iba a desarrollar una labor en los banquillos con su

Begoña recuerda con emoción sus inicios en las canchas de Rodríguez Monroy, que son las raíces de los posteriores logros técnicos de su club: 6000 jugadoras, 52 títulos de España, 120 internacionales, 7 olímpicas y 5 participantes en la WBNA

juego malabarista en las canchas. La Unión Deportiva Las Palmas fue de nuevo su plataforma de lanzamiento en el difícil mundo de los técnicos, empezando por el equipo juvenil femenino en 1978. A esa edad podría ella misma ser también integrante del equipo. Cinco décadas después sigue en las canchas de basket con una pasión que comenzó con el amarillo y azul del club representativo de Gran Canaria.

Begoña, a la derecha, en sus inicios como entrenadora. Su primer equipo fue el juvenil femenino de la UD Las Palmas

Domingo Díaz

De aprendiz en Rodríguez Monroy a seleccionador

La vida deportiva de Domingo Díaz Martín (20 de septiembre de 1955) tiene sus orígenes en las canchas Rodríguez Monroy, de Escaleritas, y con el baloncesto de la UD Las Palmas. Fue jugador del club hasta alcanzar el primer equipo, aunque la vocación por los banquillos era insaciable, marcando su destino.

El aprendiz de basket acabó como seleccionador absoluto de España y también de Finlandia. Mostró sus cualidades como entrenador en el histórico Sandra, al que llevó a ser campeón de Europa de la Copa Ronchetti en 1999 y subcampeón un año después.

Su colección de éxitos como técnico a todos los niveles viaja de la mano con su compañera y esposa, Begoña Santana. Amarillos y eternamente de la UD Las Palmas.

Domingo Díaz ensaya el dribling, en la cancha Rodríguez Monroy, en sus inicios en 1970 como jugador de la cantera de la UD Las Palmas.

Díaz, el primero a la izquierda, con sus compañeros de equipo de la Unión Deportiva
Díaz y Santana, con la Copa Liliana Ronchetti, el primer título internacional de un equipo de Canarias

La Frase

Conservo con mucho cariño personal lo que viví en mis comienzos en Rodríguez Monroy y con la Unión Deportiva Las Palmas. De alguna manera nunca nos sentimos desvinculados porque fueron nuestros colores. Incluso los mayores éxitos con el Sandra los vivimos con el amarillo, que nunca se ha desprendido de nuestros corazones

Domingo Díaz, primero agachado por la izquierda, con el equipo senior de la UD Las Palmas
Begoña Santana y Domingo Díaz, en Rodríguez Monroy: jugadores y pareja de novios

El pabellón soñado UD Las Palmas

La sección de baloncesto de la UD Las Palmas planteó en 1971 a la directiva de Trujillo Febles la construcción de un pabellón polideportivo que colmara las aspiraciones de toda la capital grancanaria

La expansión de la UD Las Palmas desde los años sesenta del siglo XX incorporando nuevas secciones a su organigrama social tenía una doble vocación: El impulso para deportistas de la isla y la entrega a sus abonados simpatizantes de una oferta más amplia.

A la sala de juntas de la directiva presidida por Juan Trujillo Febles llegó a comienzos de 1971 un proyecto ambicioso, con el aval de la sección de baloncesto. Se trataba de una potente inversión económica para construir un pabellón cubierto con fines polideportivos, que saciara la necesidad general que ya existía en la capital grancanaria y en las propias secciones creadas por el club amarillo.

En aquellos momentos se debatía en la ciudad la construcción de un pabellón con capacidad de unas 5.000 personas, que fuera acorde con las necesidades de la época.

A través del despacho J. y R. Canela (José y Ricardo), con sede en la Avenida de Escaleritas, la sección de baloncesto de la UD Las Palmas

mostró ante sus dirigentes una iniciativa para la construcción de ese pabellón que cubriera todas las necesidades del club y, además, que pudiera ofrecer un plus para otras competiciones y modalidades. Estos mismos profesionales habían diseñado una obra con el mismo aroma arquitectónico y que fue inaugurada en enero de 1970: El Mercado de Altavista, también en la capital grancanaria.

La ubicación prevista para este proyecto no está definida, aunque ya se estaba proyectando un desarrollo general de la entidad en Barranco Seco. Esa posibilidad estaba en el aire. El Pabellón de la UD Las Palmas, como así se llegó a denominar en la propuesta presentada a la directiva, tenía las dimensiones reglamentarias para una cancha con “tableros suspendidos y parqué”, algo novedoso en aquel momento en que se jugaba al basket sobre cemento.

Dos elementos arquitectónicos más habrían completado la obra. De una parte, las oficinas de acceso con zona de taquilla. Y, paralela a ella, un salón social para reuniones o sala de prensa.

En el diseño presentado ante los dirigentes de Trujillo Febles se contemplaba una pista polideportiva que además del baloncesto pudiera desarrollar deportes como balonmano, balonvolea (entonces así se denominaba popularmente al voleibol), tenis, hockey patines, boxeo, lucha canaria (en tatami) y

Además de los graderíos, la distribución interna de la instalación contemplaba vestuarios masculinos y femeninos, aseos públicos, gimnasio con sala de aparatos de musculación, un bar restaurante y tiendas para explotación.

judo. E, incluso, la cualidad versátil de la instalación permitiría la celebración de peleas de gallo, una actividad entonces muy popular en toda Gran Canaria, según rezaba en la breve memoria descriptiva.

A nivel social, la propuesta no descartaba que las instalaciones fueran utilizadas para reuniones, proyecciones, congresos e incluso bailes.

Sin duda, los dirigentes contemplaron la posibilidad de emular lo que grandes clubes de España, como el FC Barcelona o el Real Madrid, ya disponían con pabellones propios para sus respectivas secciones deportivas.

Sin embargo, la propuesta diseñada por Canela quedó en un sueño que la economía de un modesto club insular contempló como irrealizable.

El club no llegó a ejecutar el proyecto de los arquitectos J. y R. Canela por la fuerte inversión que necesitaba para convertirlo en realidad

FORMACIONES DE UD LAS PALMAS DE DISTINTAS ÉPOCAS Y DIVISIONES

Paco Macías

El único jugador amarillo que alcanzó la élite nacional

El isletero Paco Macías Delgado (14 de agosto de 1946) goza de singularidad propia en los archivos de la sección de baloncesto de la UD Las Palmas. “He tenido la fortuna de ser el único jugador masculino del club que llegó a militar en la máxima categoría”, revive con ágil recuerdo.

Su inicio en el deporte fue tardío: Tenía 16 años y medía 2 metros de altura. Se incorporó al primer equipo juvenil después de asimilar los primeros conceptos como pívot

La historia personal de Paco ‘El Largo’, como se le conocía en los ambientes deportivos de la canasta, tiene algunas esquinas cargadas de azar y curiosidad. En realidad, no había practicado deporte algu -

no en su niñez y su llamativo físico tampoco pasaba inadvertido en la sociedad grancanaria de la época.

Pero una tarde, los duendes del basket le abrieron un camino. Él así lo cuenta desde la lejanía del tiempo y el sosiego de su residencia en

Santa Brígida: “Aquel día fui como espectador al Estadio Insular porque se jugaba un interesante partido de fútbol en la categoría regional, de dos equipos disputándose un ascenso. Lo recuerdo bien: El Ferreras, de mi barrio, frente al San Cristóbal. Pero al salir del recinto me di cuenta de que varias personas estaban observándome fijamente. Me hicieron sentir incómodo”, reconoce.

Macías tenía entonces 16 años y ya medía dos metros de altura. “El hombre que se me acercó fue

Formación del primer equipo juvenil de la UD Las Palmas. Federico Hernández Fillo, Paco Andueza, Jaime Rodríguez, Pepín Guerrero, Humberto Hernández y Paco Macías; agachados: Pepe Portillo, Gironés, Eusebio Batista, José Luis y Pedro Palazón

Paco Acosta, conocido como ‘El Manguera’, y se dirigió a mí en representación de las otras personas que no conocía. ¿Cuánto mides?, preguntó. Y al conocer mi talla de inmediato me trasladó otra cuestión: ¿Quieres jugar al baloncesto?”.

Paco explica este encuentro azaroso para dibujar cómo fue su introducción en el deporte, con una edad ya tardía y sin conocimientos previos del juego. “Sabía que en el baloncesto se alineaban cinco jugadores, pero nada más. No lo había practicado nunca. Me citaron en las canchas de Educación y Descanso y, sin saber por qué acepté, acudí al día siguiente. Allí nadie se interesó por mí y cuando ya estaba a punto de abandonar, vino una persona y me atendió con afecto. Era Pablo Benazco, que ya había sido un jugador prestigioso en el basket local y también militante de la UD Las Palmas. “Vete a aquel vestuario y ponte la ropa que vamos a empezar”.

Paco Macías, el único jugador amarillo que llegó a la élite, tuvo ese inicio. “La primera vez que cogí el balón lo hice como si fuera uno de rugby. Se quedaron asombrados porque lo agarré con una mano”. Le fueron enseñando movimientos de pívot, cómo no, hasta que se inició con el juvenil de la UD Las Palmas para ejercer sus dos primeras campañas. Y, más tarde, militar una temporada con el equipo senior.

De aquel andar inicial del joven Macías fue surgiendo un jugador que creció y mejoró sus conceptos para el baloncesto en las inmediaciones de los tableros.

La Frase

Cruzarme con el baloncesto y ser jugador de la UD Las Palmas cambió mi vida. Porque era una persona introvertida, tímida e, incluso, desconfiada. La altura condicionaba mi carácter. Pero el día que comencé a jugar en una pista todo cambió y liberó mi personalidad. No esperaba conseguir tanto en el deporte el día que me inicié

Fue captado por el San José de Badalona para realizar una prueba, cruzándose en un amistoso con el mítico Dino Meneghin. Convenció al técnico del club, Eduardo Portela, con quien debutó en Primera División en 1972-73

“Lo más complicado para mí fue dominar el bote y los desplazamientos con el balón. Por dentro ganaba todos los rebotes. No tenía oposición como pívot en los torneos de las islas”.

“Cruzarme con el baloncesto y ser jugador de la UD Las Palmas cambió mi vida. Porque era una persona introvertida, tímida e, incluso,

‘El Largo’, como se le conocía en el ambiente baloncestístico de Gran Canaria, admite que evolucionó su juego de gancho tras seguir los consejos de Cli ord Luyk

desconfiada. La altura condicionaba mi carácter. Pero el día que comencé a jugar en una pista todo cambió y liberó mi personalidad. No esperaba conseguir tanto en el deporte el día que me inicié”, confiesa con absoluta franqueza.

Ya destacaba tanto que en 1969 pudo Macías ser captado por el histórico club Estudiantes de Madrid. “Vino su técnico (Ignacio Pinedo) a realizar un cursillo de entrenadores aquí, en la etapa presidencial de Ramón Mariño. Y como necesitaban jugadores para las pruebas técnicas me escogieron junto a otros compañeros. Pinedo me observó en esos ensayos y finalmente me preguntó si estaba dispuesto a ir a Madrid para realizar un test con su equipo, con posibilidad de fichaje. Dije que sí, pero no sé por qué motivo finalmente no me hicieron la prueba”.

Fue más tarde, de cara a la temporada 1972-73, cuando se produjo el salto a la Península. En su etapa como jugador del Metropole, Paco Macías coincidió con un compañero que dio referencias suyas al San José de Badalona. Y fue este equipo el que finalmente aceptó su fichaje. Tuvo el hecho la curiosidad de que el entrenador badalonés

era el mismísimo Eduardo Portela, más tarde presidente histórico de la Liga ACB española.

“Portela vino a verme a Gran Canaria junto a su esposa”, matiza Macías. “Aprovechó el viaje para estar unos días de vacaciones, alojados en el Hotel Imperial Playa. Estaba cerca de mi casa y yo, de alguna forma, fui su anfitrión para que conociera un poco más la ciudad y la isla”.

Entonces sí se produjo una prueba previa para comprobar en suelo catalán cómo se desenvolvía el joven pívot canario del que tanto hablaban. “Se jugó un triangular en el Palau Blaugrana. Además del FC Barcelona y el San José, también actuó el Ignis de Varese. Entonces era el equipo campeón de Italia y de la Copa de Europa. Y me tocó durante algunos minutos defender

a su estrella, Dino Meneghin. Creo que no fue mal porque, incluso, logré sacarle una falta personal. La prueba gustó y me quedé una temporada en el equipo badalonés”.

El recuerdo de ese cruce con el gran pívot italiano y europeo es un tesoro personal para el propio Paco Macías. “Solo puedo decir que era un jugador impresionante. Su presencia intimidaba. Era grande, fuerte y muy bueno técnicamente. Jamás había soñado verme en una pista con un rival así”.

Otro pívot mítico de la época también influyó en su evolución. Fue el madridista Clifford Luyk. “Por mediación de Carmelo Cabrera, Luyk vino a Gran Canaria junto a Vicente Ramos -base internacional- para desarrollar un clinic. Ahí le conocí y me enseñó a perfeccionar el gancho, que fue una de

Paco Macías, con varios componentes del juvenil de la UD Las Palmas. El equipo fue invitado para jugar un partido en un portaviones francés, contra miembros de la tripulación. Pero finalmente los mandos de la nave no autorizaron el acceso de los jugadores canarios. “Nunca supimos por qué”, relata. “Nos fotografiamos aquel día en el muelle como recuerdo”

Paco Macías, el segundo de pie a la derecha, con el San José de Badalona en 1972-73. El técnico es Portela En la foto inferior, Paco Macías en edad senior con la UD Las Palmas. Luce el dorsal 5

mis especialidades en las pistas de juego. ¡Quién me iba a decir que meses después íbamos a ser rivales en la Liga, en el partido que disputamos en Badalona!”.

En la plantilla del San José, además del técnico Portela y de su asistente Jaume Berenguer, compartió Macías vestuario con Pedro Cifré, Francis Echevarría, Goyo Estrada, Jordi Salamé, Jordi Vila, Jaume Pons, Jordi Grau, José Francisco Farelo, Ramón Barrera, Francisco Losmozos y Francisco Pascual. “Teníamos en el grupo a Michael Thomas, hermano de Charles que era jugador del Barcelona. Pero no sé por qué no logró obtener ficha federativa nuestro compañero”.

La vida de aquel gigantón que a los 16 años cogió por primera vez el balón de basket quedó unida en el recuerdo a la UD Las Palmas y al propio deporte que, incluso, llegó a presidir en la Federación provincial. “Solo puedo agradecer el que sucedieran las cosas así. No sé qué habría sido de mi vida si no me hubiese atrevido a ir a las canchas de Educación y Descanso, donde todo comenzó. Conocí a gente maravillosa en esos años y a unos dirigentes que nos trataron con mucho cariño. En el caso del baloncesto de la Unión Deportiva recuerdo con mucho afecto a Jesús García Panasco. Nos trató de forma exquisita y caballerosa. Nunca nos faltó nada. Nos sentíamos deportistas importantes para el club, aunque no éramos futbolistas”.

Paco Macías, en 2024, posa en la puerta de su vivienda en Santa Brígida. Su cabeza supera el dintel de la puerta de entrada

Gente UD y curiosidades

Tino Montenegro, diseñador grancanario afamado por su participación en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, fue jugador de baloncesto de la UD Las Palmas en su etapa juvenil. Lucía el dorsal 13

Bernardo Hernández, popular presentador televisivo, fue destacado atleta de la UD Las Palmas

Amigas para siempre. La relación entre las integrantes del equipo femenino original de la UD Las Palmas perdura a pesar del paso del tiempo. Son habituales sus reuniones para hablar de aquellos tiempos. Allí acuden Sari Ponte, Macu Sosa, Ivonna Redondo, Mary Mateo, Hilda Rodríguez, Yolanda Valido, Mila Castellano, Lidia Santana, Ana María Sanabria, Mari Carmen Castellano, Macu León, Loly Ramírez, Celsa Álvarez, Rosa Sicilia, … incluso algunas de generaciones distintas a nivel federativo.

Componentes del equipo fundacional del club, en los Regionales de 1965.

De pie: José Ojeda (entrenador), José Ferrero, José García, Emilio Ramos, José Oliver, Manolo González, Manuel Ortega, Felipe Pérez, Juan Carlos Cabrera, Luis Vázquez, Luis Artiles, Pepe Santana y Luis González Vera (presidente).

LA NATACIÓN

Agachados: Julio Cabrera, Fátima González, María José Luzardo, Nereida Borges, María Jesús González, Olga Ferrero, Mari Carmen Núñez, Lidia Esther Oliver y Lorenzo Rodríguez

La directiva de la UD Las Palmas, presidida por Juan Trujillo Febles, decidió en mayo de 1963 la creación de la sección de natación para no dejar sin cobertura a los deportistas y técnicos que procedían del RC Victoria

Con fecha 23 de mayo de 1963, la junta directiva de la Unión Deportiva Las Palmas aprobó la creación de la sección de natación de la entidad. Esta iniciativa la expuso en la reunión colegiada del club el propio presidente, Juan Trujillo Febles, según consta en el acta de la sesión. La propuesta llegó a la mesa rectora del club por iniciativa de Manuel Rodríguez Monroy, quien estuvo facultado para ofrecer a Trujillo Febles la posibilidad de asumir aquella misma sección acuática del Real Club Victoria que, por causa de graves

problemas logísticos y económicos, había decidido su disolución. Nadadores en temprana fase de formación y técnicos habían quedado sin un techo social que cubriera sus espaldas y por ello la UD Las Palmas acudió al rescate.

Los problemas del Real Club Victoria habían emergido tras el fallecimiento en 1963 de Vicente López Socas, impulsor de la misma sección en la entidad de Las Canteras, una de las cinco fundadoras en 1949 de la propia UD Las Palmas.

Tras deliberación de los directivos se alcanzó un acuerdo unánime para incorporar a los miembros deportivos del disuelto club de natación. La posibilidad de crear algo nuevo en la entidad hizo brotar una ilusión entre los dirigentes. La UD Las Palmas incorporó a Luis González Vera -también impulsor de la propuesta- con el rol directivo con cargo de vicepresidente de la comisión de natación, encargándose desde entonces de toda la organización de esta nueva parcela. Y, de igual forma, contrató al técnico José Ojeda Suárez como primer entrenador del colectivo de nadadores, funciones que ya realizaba en el club del Paseo de Las Canteras. El traslado fue completo y con él, el nacimiento de un proyecto acuático que iba a durar casi tres décadas.

Entre los dirigentes que encabezaba Trujillo Febles ya se había instalado un sentido solidario de añadir secciones de otros deportes a la Unión

Deportiva Las Palmas, sin duda con el propósito de ramificar la oferta a los propios socios de la entidad. Y a la vez poder expandir el propio nombre de la Unión Deportiva

Las Palmas como ya ocurría a nivel nacional con otros grandes clubes de fútbol. La natación llegó al club representativo con notable poder, habida cuenta también que fue un deporte que en esos años proporcionaba grandes éxitos a Canarias.

De esta forma, la UD Las Palmas asumió desde el verano de 1963 la tutela de todos aquellos jóvenes cursillistas y nadadores federados que se entrenaban en la popular playa de la capital. En esas fechas la Federación Española de Natación reconocía a seis clubes en el Archipiélago Canario: CN Metropole, CN Teide, CN Náutico de Tenerife, RC

Náutico de Gran Canaria, CN Alcaravaneras y la recién incorporada UD Las Palmas, en sustitución del club victorista.

Apenas unas semanas después de la creación de la rama natatoria del club amarillo, Vera y su grupo de trabajo organizaron la primera competición social de natación con el sello de la Unión Deportiva Las Palmas. Las primeras pruebas cronometradas tuvieron como escenario la denominada piscina Lido del Hotel Metropole, donde también se entrenaban otros equipos en una cubeta de 25 metros de largo. Certificadas por el comité de jueces de la Federación, el programa de competición de

Luis González Vera

Figura clave en la sección de natación de la Unión Deportiva Las Palmas fue Luis González Vera, casi de principio a fin impulsor directivo del proyecto del deporte acuático. En agosto de 1949 había sido miembro de la ponencia de fusión de los cinco clubes de la capital para la constitución de la UD Las Palmas, ejerciendo como presidente del Arenas Club. Y desde entonces se sumergió en los avatares de una entidad que estaba en expansión.

aquel día se desarrolló con pruebas de 400 metros libres, 50 y 100 metros libres, 100 metros mariposa, 100 y 200 metros braza. En esta primera competición ya surgieron algunos nadadores que más tarde darían gloria en el expediente histórico que ofreció la sección de natación.

La primera residencia oficial de la sección de natación estuvo en el local de filiales, la célebre dirección de Luis Antúnez 1. Aunque, en realidad, el club de natación debatía sus asuntos en sus lugares habituales de encuentro en torno a la piscina. Su centro de operaciones pasó de inmediato a la pileta municipal Julio Navarro, en funcionamiento desde

En el recién creado club amarillo ya fue integrante de su original comisión gestora como secretario. Por encargo de Juan Trujillo Febles fue pieza clave para poner en marcha en 1963 la maquinaria de una exitosa parcela deportiva, con un vasto equipo de colaboradores en un ciclo de casi tres décadas codeándose con los grandes clubes del país.

Fue presidente de sección, además mentor de técnicos y deportistas. Creó una línea de trabajo en la natación que iba paralela a la conocida en el club de fútbol. Los grandes resultados obtenidos son inseparables a su nombre.

1947 y con ubicación en el popular Parque Doramas.

La cosecha de éxitos nacionales llegaría de forma temprana, tras una primera participación en 1964 como Unión Deportiva Las Palmas en los Campeonatos Regionales. En 1965, apenas dos años después de la creación del club, un incipiente José Ferrero hizo historia para la sección al lograr las dos primeras medallas en unos Campeonatos Absolutos de España de Verano. Se produjo en Lujua, Vizcaya, en la Piscina del CN Landachueta. José Ferrero fue bronce en 1.500 metros libres (19.43.1) en una competición en la que los deportistas representaban a sus regiones. La medalla de oro fue para el catalán Miguel Torres (17.39.6, récord de los campeonatos), seguido del también catalán Eduardo Costa (19.39.7).

El fichaje del entrenador

Miguel Torres resultó clave en la evolución de la sección:

1972 fue año cumbre, logrando el club un subcampeonato nacional masculino y el título de España femenino

Y también Ferrero acabó tercero nacional en los 400 metros estilos (5.35.8), tras los catalanes Juan Fortuny y Francisco Jou. Añadió a sus éxitos personales la plata en relevos del 4x200 estilos con el equipo canario (Cabrera -Alcaravaneras-, Martínez y Villamandos -Metropole-).

Había emergido en aquel momento la primera gran figura del club amarillo de natación, con éxitos ya notables en etapa juvenil donde había sido también campeón de España en

400 metros libres. Y con anterioridad, Ferrero había logrado batir los récords nacionales de 200, 400 y 1.500 metros libres. Aquellos cursillistas del Real Club Victoria, auxiliados por el abrigo de la UD Las Palmas, empezaban así a abrirse camino en el concierto nacional.

El crecimiento de la sección de natación fue constante, compartiendo calles de entrenamientos durante algunas temporadas en la pileta Julio Navarro con el Metropole y Alcaravaneras. En aquel entonces, la medida del largo de la piscina era de 33,33 metros, condicionando así algunas pruebas que ya tenían homologación a nivel internacional.

Nuevos nadadores tomaron posiciones de parrilla, con más logros a nivel nacional en distintas categorías. Hasta el año 1968, los deportis-

Nadadores en la piscina Lido, del Hotel Metropole

tas acudían a los campeonatos de España de natación en representación de sus federaciones regionales.

El cambio de nivel competitivo fue apreciable a partir de 1970. El fichaje del nuevo entrenador, el sabadellense Miguel Torres Bernades, resultó un considerable impulso para el club que mantenía a sus figuras originales y añadía nuevos valores que pronto iban a cobrar notoriedad en el concierto nacional.

Torres había sido un extraordinario nadador del CN Sabadell y de la selección española. El plusmarquis-

ta nacional en varias distancias aceptó el reto de la UD Las Palmas para venir hasta Gran Canaria y empezar su amplio periplo técnico que coronó más tarde con la organización del equipo olímpico de natación de Barcelona 92.

Miguel Torres se convertía así en un personaje icónico en los momentos más importantes de la sección de natación del club amarillo. Se incorporó a la UD Las Palmas con su esposa, la también célebre ondina María Ballester, logrando entre ambos introducir una metodología de entrenamientos muy ambiciosa, con la que dio un

giro completo al papel de la sección amarilla en el concierto nacional. El tándem formado por Miguel y María logró resultados magníficos de manera casi inmediata y exponencial.

Como referencia previa, en los campeonatos de España de 1970 la UD

Las Palmas había logrado como equipo dos quintos puestos masculinos (ediciones de verano e invierno), además de un séptimo y undécimo lugar en las respectivas competiciones femeninas de estío e invierno.

A la par, ya aparecían en el panorama nuevos jóvenes deportistas, que

Los integrantes del primer cursillo de natación en verano de la UD Las Palmas

regresaron de los Campeonatos de España Infantil y Juvenil con cinco medallas de oro. Ricardo Artiles (100 braza infantil), Bruno Medina (100 espalda infantil), Manuel Melián (100 mariposa infantil), Rafael Reyes (200 estilos juvenil) y Francisco Cáceres (100 braza juvenil).

Y, además, otras preseas de plata y bronce de aquellos campeonatos disputados en el Club Nazaret de Jerez de la Frontera, donde la UD Las Palmas se elevó al tercer lugar de la clasificación.

La progresión no cesó. Y así, en 1971 llegaron las primeras medallas de oro absolutas en los Campeonatos de España, obras de José Ferrero (200 y 400 estilos) y Rafael Reyes (200 espalda, plata del propio Ferrero).

El año 1972 se recuerda como momento cumbre de la sección de natación de la Unión Deportiva Las Palmas. Cronológicamente el primer gran éxito se firmó en los XV Campeonatos de España de invierno, disputados en la Piscina Bernardo Picornell de Barcelona. En la clasificación final masculina de equipos la UD Las Palmas ocupó la segunda posición, solo por detrás del CN Barcelona. Y en la femenina, las chicas de Miguel Torres fueron primeras en el podio grupal por delante de Pueblo Nuevo y Sabadell. En la tabla conjunta (mixta), los amarillos grancanarios coparon el segundo puesto tras el CN Barcelona.

Aquel histórico grupo de nadadores que participó en Barcelona en 1972 estaba compuesto por José Ferrero (bronces en 100 y 200 espalda, también bronce en 200 estilos), Manuel Suárez (100, 200 y 400 libres), Alberto Merelles (200 libres), Bartolomé Apolinario (400 libres, 100 y 200

Ferrero y Rafael Reyes, los primeros oros nacionales del club en 1971
Las medallas de oro originales de 1972, conservadas por la nadadora Teresa Devesa

mariposa), Jaime Ristol (bronces en 100 y 200 braza, además de 200 estilos), José María Vela-Hidalgo (100 y 200 braza), Rafael Reyes (100 mariposa, 100 y 200 espalda) y Juan Francisco Rodríguez (200 mariposa).

El equipo de relevos 4x100 libres (Reyes, Ristoll, Apolinario y Ferrero) acabó tercero en el podio. Y el conjunto 4x200 libres (Merelles, Suárez, Apolinario y Ferrero) fue medalla de plata.

El conjunto de las seis chicas de oro del club lo componían Eduvigis Martín (bronce en 100 mariposa y también tercera en 200 estilos), Teresa Devesa (100 y 400 libres), Margaret Hefti (plata en

El relevo de la UD Las Palmas, en lo más alto del podio de 1972, con sus medallas. En primer término Devesa y Brisson, a su espalda Martín y Hefti. Están escoltadas por las componentes del CN Sabadell -plata- y Pueblo Nuevo -bronce-
El telegrama emitido por el presidente de la sección de natación de la UD Las Palmas, González Vera, enviado a la sede de Pío XII para comunicar los éxitos de marzo de 1972
El momento de la recepción en la sede de Pío XII al equipo de natación protagonista de la hazaña de 1972

100 espalda, además 100 y 400 libres), Lourdes Auyanet (200 braza), Lucía Sánchez (200 braza) y Nuria Brisson (100 mariposa y 200 estilos).

El equipo de relevos 4x100 estilos (Hefti, Auyanet, Brisson y Martín) logró la medalla de plata y, por fin, el 4x100 libres (Martín, Devesa, Brisson y Hefti) se alzó con el preciado oro además de batir un récord nacional absoluto de la distancia con 4.22.9. Esa fue la mayor gesta lograda por un equipo de relevos de la UD Las Palmas. Y también era la primera vez que un equipo femenino de Canarias ganaba a nivel de club el título nacional femenino en unos campeonatos de Invierno.

El equipo de 4x100 libres (Martín, Brisson, Devesa y Hefti) se convirtió en el primer cuarteto femenino de Canarias en lograr un oro en una prueba de relevos. Y además, estableció un récord nacional grupal de la distancia

Esa huella tan marcada lograda por apenas una decena de apasionados deportistas de la UD Las Palmas supuso un reconocimiento general de un equipo y los cimientos para los años venideros, en los que no abandonó la entidad su vocación de servicio como escuela de la natación y el alma creciente de sus competidores.

Los grandes resultados se volvieron a cosechar en los Campeonatos de

La campeona más joven

Verano, disputados ese mismo año en el CN Metropole. El equipo masculino fue segundo, tras el CN Barcelona, mientras el femenino también fue segundo clasificado general a la estela del ganador club anfitrión. Margaret Hefti se convirtió en la reina de la natación nacional durante aquellos gloriosos días de 1972, con dos oros en 400 y 800 libres, además de un récord de los campeonatos en los cuatro hectómetros.

Los cursillos de natación en la piscina municipal Julio Navarro, bajo la tutela de la Unión Deportiva Las Palmas, llegaron a reunir a más de un millar de niños de todas las edades, que eran aprendices acuáticos en los turnos veraniegos.

En los cursillos estivales de 1968 ocurrió un hecho singular, que fue premiado por la Federación Española de Natación. La niña

Dulce María Morales ganó el Concurso Nacional Nadador Más Joven, en representación de la UD Las Palmas.

Dulce María tenía 2 años, 4 meses y 2 días cuando logró nadar a espalda el ancho de las siete calles de la piscina Julio Navarro. Su entrenador-instructor era José Ojeda y este hecho fue el que la Nacional consideró como excepcional, entregando el correspondiente trofeo a la joven cursillista.

Aquel 1968 reunió en las aguas de la piscina municipal grancanaria a un total de 1.076 aprendices de la natación.

Sin duda 1972 fue el momento más elevado de la sección natatoria de la UD Las Palmas; un listón difícil de mejorar o mantener para un modesto club que competía frente a auténticos equipos colosales de la natación española. Siguieron brotando en los años siguientes nuevos valores como Orlando Beltrá, Javier Serrano, Andrés Hefti, Enrique Mata, Francisco Gil, Javier Santana, Eloy Martín, Magalia Brisson, Soledad Tejera, Mari Carmen Pita, Soly Pino Chil, … hasta los últimos medallistas de los años ochenta como Luis Sanguino, Jaime Suárez y Cándida Melwani. El semillero de nadadores, al margen de los conquistadores de preseas, fue incesante.

Nuevas medallas de oros absolutas fueron conquistadas por los nadadores del club: José Ferrero (200 mariposa, en los Campeonatos de Verano de 1973), Margaret Hefti (400 libres, Invierno de 1973) y Ferrero de nuevo (100 braza, Invierno de 1974). A la par, un puñado de estos mismos deportistas eran convocados por el Comité Técnico de la Federación Española de Natación para representar a España en distintas competiciones internacionales y en diversas categorías de edades.

Pero a comienzos de 1975 iba a producirse un nuevo giro en el ciclo técnico. El vicepresidente de la Federación Española de Natación, Gregorio Socorro Soto, captó para la dirección de la Comisión Técnica nacional a Miguel Torres. Sus funciones en el club no eran compatibles con las múltiples actuaciones que le esperaban en Madrid.

El primer nombre elegido para su relevo era el técnico japonés Schinichi Tashiro, contratado por la Federación Española y que había desarrollado una etapa previa de siete años en Valencia. Sin embargo, no llegó a aterrizar en el club grancanario más de un día. En mayo de ese mismo año llegaba al fin a Gran Canaria el relevo de Torres: Bill Heiss, un notable nadador estadounidense que

El presidente de la UD Las Palmas, Trujillo Febles, felicita a los nadadores por su gran éxito
El podio del relevo 4x100 libres femenino. La primera y única vez que un equipo de la UD
Las Palmas estuvo en lo más alto, al recibir la medalla de oro

además iba a ser su asistente en la Selección Española. La anterior labor técnica de Heiss en España se había establecido en la preparación de nadadores de la Residencia Blume de Barcelona.

Heiss se convirtió así en el tercer entrenador en la historia del club. Sin embargo, fue también breve su etapa y en 1976 estaba ya de vuelta en Estados Unidos con una oferta como asistente técnico de la Universidad de Wyoming y para reanudar su actividad acuática como nadador de larga distancia.

La estela de Torres resultó imposible de cubrir, pese a que el club seguía manejando un importante número de licencias. Igual suerte que Heiss obtuvo su relevo, el también estadounidense Gary Connelly, que en 1972 había alcanzado la celebridad al participar en los relevos del equipo olímpico de Estados Unidos cubriendo la plaza de Mark Spitz

En total, la sección natatoria de la UD
Las

Palmas cosechó 98 medallas en los

Campeonatos de España absolutos en los que participó durante 26 años

hasta las semifinales de 4x100 y 4x200 metros libres.

El club siguió desarrollando su actividad con técnicos de la casa como José Maroto, Antonio Concepción o Manuel del Río, además de incorporaciones de la Península como Santiago Esteva -de forma transitoria mientras cubría el servicio militar en la isla-, Tomás Istúriz o Gómez Reino manteniendo la compatibilidad de la doble actividad: la enseñanza y la competición. Incluso el propio José Ferrero, en un servicio más a la entidad, asumió el mando técnico durante unos meses.

La vida de la sección de natación de la UD Las Palmas se prolongó hasta la penúltima década del

Jaime Suárez
El directivo José de Aguilar, muy implicado en las secciones de la UD Las Palmas, en una entrega de trofeos de la natación a Francisco Gil

Los Entrenadores

Del Río, Torres (nuevo entrenador), Maroto y González Vera tras la llegada a Gran Canaria del técnico de los éxitos en los años setenta
María Ballesté y Miguel Torres, el día de la boda de ambos y antes de venir a Gran Canaria
Tomás Istúriz
Bill Heis, el primer técnico de Estados Unidos Santiago Esteva
El japonés Schinichi Tashiro
José Ojeda, primer técnico de la UD Las Palmas, con un grupo de nadadores en la piscina original Julio Navarro
La última participación como UD Las Palmas en una competición nacional fue en 1989, año en que se produjo la disolución para dar paso a un nuevo club

pasado siglo, con distintos niveles competitivos. Los Campeonatos de España de verano disputados en Benidorm en julio de 1989 fueron los últimos en los que acudió como equipo de natación, porque la disolución de la sección daba paso a una nueva entidad. Detrás, una huella imborrable: 98 medallas en los campeonatos de España absolutos, de ellas 12 de oro, 33 de plata y 53 de bronce. Una oleada también de títulos en distintas categorías y edades, triunfos locales y regionales, … miles de sueños cumplidos y una labor social cubierta en el aprendizaje de la natación.

Jaime Ristoll

Los nadadores y miembros de otras secciones del club disponían de un pase a favor para los encuentros oficiales de la UD Las Palmas en el Estadio Insular, como el de Paco Gil Dávila en su etapa como deportista

González Vera, el legendario presidente del club, solía alentar a sus nadadores con un mensaje localizado en los orígenes de la aviación en España. “Vista, suerte y al toro” instaba a sus nadadores en cada competición. Modestos, osados y entregados a un club al que representaron con hidalguía codeándose con los mejores del país durante casi 27 temporadas antes de dar paso al CN Las Palmas actual.

Gómez Reino, último entrenador de la sección en los años ochenta, con un grupo de nadadores
Cándida Melwani, la última medallista de la sección de natación de la UD Las Palmas
Matasellos y medallas conmemorativas del 25 aniversario de la sección de natación

Pepe Ferrero

La vida de José Ferrero Lozano (Las Palmas de Gran Canaria, 24 de mayo de 1949) quedó eternamente enlazada a la natación en la sección acuática de la Unión Deportiva Las Palmas. “Así fue desde el principio hasta el final, cuando me retiré de las competiciones; siempre mi ficha federativa fue sellada con la Unión Deportiva Las Palmas. Incluso durante mis años en la Residencia Blume de Barcelona iba a las competiciones con el escudo de mi equipo. Nunca tuve razones para abandonarlo”. Aún ahora, en el contexto del 75 aniversario de la fundación del histórico club de fútbol, se levanta temprano y a las seis de la mañana Pepe Ferrero cubre más de dos mil metros para activar su biorritmo diario. “La natación es mi vida”, reconoce con orgullo.

José Ferrero era miembro de una familia grancanaria de nueve hermanos, solo dos de ellos varones. Y en sus inicios deportivos se había inscrito en los cursillos acuáticos del Real Club Victoria con José Ojeda como entrenador. Así que el destino lo llevó a ser uno de los nadadores fundadores de la sección del club amarillo, cuando la entidad victorista desestimó su actividad natatoria y la Unión Deportiva Las Palmas asumió ese testigo para evitar la completa desaparición de un grupo de directivos, técnicos y jóvenes iniciados en el deporte.

El técnico Ojeda se percató pronto de las cualidades del incipiente Fe-

Fue miembro fundador de la sección de la UD Las Palmas, tras el paso de los nadadores del RC Victoria al club amarillo

rrero, que ya en etapa infantil y más tarde juvenil despuntó con títulos en los campeonatos locales, regionales y de España. De tal forma que, en breves años, José Ferrero se convertiría en la primera gran figura en la natación de la Unión Deportiva Las Palmas y, en ese tránsito, su nadador más internacional de la época con 54 actuaciones en la selección absoluta de España.

El niño Ferrero

Pepe Ferrero aprendió a nadar en la Playa de Las Canteras cuando tenía 13 años de edad, como cursillista del RC Victoria. Pronto vieron en él sus condiciones para las competiciones de natación.

El nombre de Pepe Ferrero identifica también al primer finalista y medallista absoluto en los Campeonatos de España con el escudo de la Unión Deportiva Las Palmas. Fue en septiembre de 1965, en el torneo organizado por el club vasco Landachueta. Ferrero regresó a Gran Canaria con sus tres primeras preseas: bronce en 1.500 metros libres (19.43.1), bronce también en 400 metros estilos y plata con el equipo de relevos de Canarias, compuesto con sus compañeros regionales Cabrera, Martínez y Villamandos. La tercera posta fue la del joven Ferrero (2.17.7). “Recuerdo con cariño aquellos campeonatos. En especial porque en la prueba final de 1.500 metros había cuatro personas en las gradas siguiendo la larga prueba. Eran mis familiares vascos que se quedaron para animarme.

El joven Ferrero con el presidente fundador de la UD Las Palmas de natación, Luis González Vera

La prueba la ganó Miguel Torres, del Sabadell (17.39.6), que más tarde sería mi propio entrenador en la Unión Deportiva”.

En su memoria de aquella época inicial de la natación del club amarillo subraya que “la muerte de Vicente López Socas, que era presidente de la sección de natación del Victoria, tuvo una consecuencia directa para todos nosotros y los técnicos del club, que eran José Ojeda y Roberto Alberiche. Nos dijeron que la Unión Deportiva Las Palmas absorbía la sección de natación del Victoria para evitar que desapareciera por completo. Lo hizo con Luis González Vera como presidente, junto a sus directivos Raúl Beltrá, Sebastián Martín Hernández, Juan Jiménez Cabre-

Ferrero, ante muchos de sus trofeos personales que conserva en su hogar de la capital grancanaria

El gran campeón estadounidense Roland

Matthes junto a Pepe Ferrero

ra, Agustín Navarro y Juan Francisco García. Por cierto, Juan Jiménez era además sastre y como dato curioso era el diseñador de la ropa de viaje, los trajes, con los que se desplazaban los futbolistas profesionales de la Unión Deportiva Las Palmas”.

Para Ferrero ese grupo de personas fue fundamental en la fértil evolución de la sección de un club que “dio muchas alegrías” al deporte canario. “Sin la labor de esos directivos no se pueden concebir los logros alcanzados. La Unión Deportiva supo captar ese sentimiento que había en las piscinas y también valoró la labor de estos dirigentes y técnicos para que no cayera al vacío. En aquella época inicial del club yo era un cursillista, un aprendiz del que mi entrenador pensaba que poseía un gran potencial para la natación. Por cierto, aprendí a nadar tarde, después de cumplir los 13 años. Y ese inicio se produjo

Se convirtió en la primera gran figura en la natación del club, primer finalista y medallista del club en los Campeonatos de España absolutos

en las saladas aguas de la Playa de Las Canteras. Mis recuerdos de esa época son imborrables”.

Los pronósticos que había brindado José Ojeda resultaron cirujanos al descubrir a un deportista de élite como resultó ser Ferrero. “Nunca dejé a la Unión Deportiva Las Palmas. Jamás. Y he de confesar que muchas veces, a través de diversas personas, el Club Natación Metropole me solicitó el cambio de club para competir con su equipo. Y lograr así mayores

éxitos a nivel colectivo y personales. Pero nunca me convencieron; no acepté esas propuestas por más sugestivas que me la presentaban. ¿Por qué?. Porque yo soy un hombre sencillo, pertenezco a una familia humilde. No me veía en ese cambio, en un ambiente que no era el mío. Y he de decir que todavía conservo amigos del Metropole, rivales que también fueron personas con las que mantengo una gran relación. Pero mis principios sociales y deportivos no los alteré y mi lealtad a la Unión Deportiva Las Palmas fue total, hasta el final. Aún hoy sigo pensando que la Unión Deportiva, incluso en la natación, era el equipo del pueblo”.

Esa vida tan intensa en el club hizo que Ferrero lo conociera bien por dentro. La primera sede de la sección de natación tenía la misma dirección que filiales de la Unión Deportiva Las Palmas, en Luis Antúnez. Aunque era

solo algo testimonial. “Los nadadores íbamos allí para recoger nuestras entradas para el fútbol, porque acudíamos también a las gradas del Estadio Insular a animar a la Unión Deportiva Las Palmas. Ese era uno de los detalles que el club tenía con los deportistas de otras secciones. Nuestra sede real estaba localizada en la piscina Julio Navarro, aunque no al principio. Más adelante, cuando ya abandonó en aquella piscina la actividad el C.N. Alcaravaneras y el C.N. Metropole se trasladó a su nueva piscina, la sección de la Unión Deportiva Las Palmas tuvo su propio local junto a la pileta. Era un lugar pequeño, pero era nuestra casita”.

José Ferrero recuerda con afecto la figura de Jesús García Panasco, secretario general de la Unión Deportiva Las Palmas y hombre que abrazaba a los deportistas de las secciones paralelas de la entidad. “Coincidíamos en los viajes con los futbolistas. Y don Jesús García Panasco tenía siempre

detalles con los que vivíamos en la Península o con los canarios que nos acompañaban. Nos proporcionaban las entradas para esos partidos; no nos olvidaban. García Panasco era un hombre muy serio, un perfecto ejecutivo y caballero en el trato hacia todos nosotros. En mi casa, siempre detecté que me tenía un cariño especial cada vez que nos encontrábamos en la Península”.

Con el escudo de la Unión Deportiva Las Palmas, José Ferrero fue campeón de España en cuatro oportunidades y subió al podio en más ocasiones para recibir premios de plata y bronce. Su casa en Ciudad Jardín está repleta de trofeos y premios deportivos. “Por mi condición de nadador internacional, la Federación Española me entregó las tres medallas de reconocimiento. La de bronce, cuando cumplí 20 actuaciones con España; la de plata, con 30 y la de oro, con más de 50. Sumo en total 54 actuaciones como internacional”.

Ferrero se codeó con los grandes nadadores de la época en España, como Santiago Esteva, Juan Fortuny,

1968 Ferrero se convirtió en el primer nadador de la sección amarilla en participar en una final absoluta del campeonato de España: 200 estilos, acabando en cuarta posición (2.23.1) tras los mencionados Esteva, Torres y Lang-Lenton. Y en marzo de 1969, fue de los primeros medallistas absolutos nacionales del club grancanario al subir al podio como segundo en 100 metros libres y tercero en 200 espaldas y 200 estilos.

Representó a España como deportista internacional de la selección absoluta en 54 ocasiones, siendo nadador reserva en los Juegos de Munich en 1972

Arturo Lang-Lenton, incluso con Miguel Torres, cuando aquel era nadador del C.N. Sabadell y antes de su arribo como entrenador de la U.D. Las Palmas. De tal forma, que en

También fue nadador reserva de la selección española en los Juegos Olímpicos de Munich, en 1972, para las pruebas de 200 y 400 estilos. Allí vio coronarse al mismísimo

Mark Spitz: “No nadaba, volaba por el agua”, comenta. Y tuvo la oportunidad de conocer en Barcelona a Roland Matthes, el considerado “mejor espaldista de todos los tiempos”.

Cromo de José Ferrero con el chándal de la selección española
Ferrero, tras una prueba

Pepe Ferrero era un nadador completo. De hecho, ese fue uno de los trofeos nacionales que recibió cuando era residente estudiantil en la Blume de la Ciudad Condal. Dominaba las cuatro modalidades natatorias y también era especialista en los 1.500 metros libres. Era tal su potencial que a los “16 años me marché becado a Barcelona, al ser captado por los técnicos nacionales después de mis primeras intervenciones en los Campeonatos de España celebrados precisamente allí. Fue la primera vez que me monté en un avión; estaba asustado”, confiesa.

Los éxitos de Ferrero como representante de la Unión Deportiva Las Palmas son incontables, desde niño. Su nombre aparece en otros escenarios del club, desde componente de equipos de waterpolo, al staff técnico has ta la propia remodelación de la piscina Julio Navarro, participando como apa rejador en la ejecución del proyecto.

Entre sus conocidos narra su parti cular manera de disfrutar del depor te. “Mi familia era grande y mi madre, una persona muy atareada. Solo la pude convencer una vez para que me fuera a ver en las pruebas de natación. Todo lo demás lo disfrutó a través de la televisión cuando re transmitían mis competiciones”. En blanco y negro, claro está.

Frase

“Tuve muchas propuestas para irme a otro club, pero ninguna acepté” (…) “Mis principios sociales y deportivos no los alteré y mi lealtad a la Unión Deportiva Las Palmas fue total, hasta el final. Aún hoy sigo pensando que la Unión Deportiva, incluso en la natación, era el equipo del pueblo”

La piscina Lido, primer escenario de una competición

La piscina conocida como Lido, ubicada en el Hotel Metropole de la capital grancanaria, fue el escenario de la histórica primera competición de la UD Las Palmas como nuevo club. Esa competición se dató el 12 de julio de 1963. En ella participaron una treintena de nadadores del recién creado nuevo club, que representaron a las categorías infantil y juvenil, además de un grupo femenino de jóvenes ondinas.

Los premios para los tres mejores tiempos de aquella señalada jornada fueron juegos de toallas, donados por el propio presidente de la sección, González Vera. Así, el mejor juvenil fue Gustavo Verástegui y el mejor infantil, José Ferrero -más tarde, el nadador más laureado de la sección de natación-. Y la más destacada nadadora

femenina, María del Carmen Martín. Pocos años después, por distintas vías, Verástegui y Ferrero se convertirían en pioneros campeones de España con el escudo del incipiente club de natación UD Las Palmas.

Era el pistoletazo de salida de un proyecto que estuvo cerca de alcanzar las tres décadas.

El medallero nacional de La UD Las Palmas

INVIERNO

1967 (en Zaragoza)

José Ferrero (bronce, 200 estilos)

1969 (en Barcelona)

José Ferrero (plata, 200 libres)

José Ferrero (bronce, 200 estilos)

1970 (en Madrid)

José Ferrero (bronce, 200 estilos)

1971 (en Mallorca)

José Ferrero (plata, 200 estilos)

Rafael Reyes (bronce, 200 espalda)

Margaret Hefti (bronce, 400 libre)

RELEVOS:

Reyes, Ferrero, Apolinario y Suárez (bronce, 4x100 estilos)

Suárez, Morillo, Apolinario y Ferrero (bronce, 4x200 estilos)

Hefti, Devesa, Brisson y Martín (bronce, 4x100 libre)

1972 (en Granollers)

Margaret Hefti (plata, 100 espalda)

Jaime Ristoll (bronce, 100 braza)

Jaime Ristoll (bronce, 200 braza)

José Ferrero (bronce, 100 espalda)

José Ferrero (bronce, 200 espalda)

José Ferrero (bronce, 400 estilos)

Eduvigis Martín (bronce, 200 estilos)

Eduvigis Martín (bronce, 100 mariposa)

RELEVOS:

Martín, Devesa, Brissón y Hefti (oro, 4x100 libre)

Suárez, Apolinario, Merelles y Ferrero (plata, 4x200 estilos)

Hefti, Ayuanet, Brisson y Martín Auyanet (plata, 4x100 estilos)

Reyes, Ristoll, Apolinario y Ferrero (bronce, 4x100 estilos)

1973 (en Valencia)

Margaret Hefti (oro, 400 libres)

José Ferrero (plata, 100 braza)

José Ferrero (plata, 200 braza)

José Ferrero (plata, 400 estilos)

Margaret Hefti (bronce, 100 libres)

Nuria Brisson (bronce, 100 mariposa)

RELEVOS:

Reyes, Ferrero, Andrés Hefti y Merelles (bronce, 4x100 estilos)

1974 (en Sevilla)

José Ferrero (oro, 100 braza)

Margaret Hefti (bronce, 400 libres)

Nuria Brisson (bronce, 200 mariposa)

1975 (en Zaragoza)

Margaret Hefti (plata, 100 libres)

Margaret Hefti (plata, 200 libres)

Nuria Brisson (bronce, 200 mariposa)

1977 (en Vigo)

Javier Serrano (plata, 200 estilos)

Enrique Mata (plata, 1.500 libres)

Javier Serrano (bronce, 400 estilos)

1981 (en Barcelona)

Luis Sanguino (bronce, 200 mariposa)

1982 (en Valladolid)

Jaime Suárez (oro, 100 mariposa)

1983 (en Madrid)

Jaime Suárez (plata, 100 mariposa)

1985 (en Barcelona)

Jaime Suárez (bronce, 100 mariposa)

1986 (en Jerez de la Frontera)

Jaime Suárez (bronce 200 estilos)

1987 (en Madrid)

Cándida Melwani (plata, 100 espalda)

1988 (en Madrid)

Cándida Melwani (plata, 100 espalda)

Lourdes Auyanet
Jaime Suárez
Andrés Hefti

VERANO

1965 (en Lujua, Vizcaya)

José Ferrero (bronce, 1.500 libres)

José Ferrero (bronce, 400 estilos)

1967 (en Madrid)

José Ferrero (bronce, 200 estilos)

1968 (en Vigo)

José Ferrero (bronce, 400 estilos)

1969 (en Barcelona)

José Ferrero (plata, 200 espalda)

José Ferrero (plata, 400 estilos)

José Ferrero (bronce, 200 estilos)

1970 (en Zaragoza)

José Ferrero (bronce, 200 espalda)

José Ferrero (bronce, 200 estilos)

1971 (en Barcelona)

Rafael Reyes (oro, 200 espalda)

José Ferrero (oro, 200 estilos)

José Ferrero (oro, 400 estilos)

Manuel Suárez (plata, 200 libres)

Rafael Reyes (plata, 100 espalda)

José Ferrero (plata, 200 espalda)

Margaret Hefti (plata, 200 mariposa)

Margaret Hefti (bronce, 200 libre)

Margaret Hefti (bronce, 800 libre)

1972 (en Las Palmas de G.C.)

Jaime Ristoll (oro, 200 braza)

Margaret Hefti (oro, 400 libre)

Margaret Hefti (oro, 800 libres)

Jaime Ristoll (plata, 100 braza)

José Ferrero (plata, 200 espalda)

Nuria Brisson (plata, 200 mariposa)

José Ferrero

(bronce, 100 braza)

José Ferrero (bronce, 200 estilos)

José Ferrero (bronce, 400 estilos)

Margaret Hefti (bronce, 200 libres)

1973 (en Pamplona)

José Ferrero (oro, 200 estilos)

Nuria Brisson (plata, 200 mariposa)

José Ferrero (bronce, 400 estilos)

Nuria Brisson (bronce, 100 mariposa)

1974 (en Valencia)

Nuria Brisson (plata, 200 mariposa)

Orlando Beltrá (bronce, 1.500 libres)

Andrés Hefti (bronce, 100 mariposa)

Margaret Hefti (bronce 100 libres)

Margaret Hefti (bronce, 800 libres)

1975 (en Reus)

Javier Serrano (plata, 1.500 libres)

Margaret Hefti (plata, 100 libres)

Margaret Hefti (plata, 200 libres)

Orlando Beltrá (bronce, 1.500 libres)

Nuria Brisson (bronce, 200 mariposa)

RELEVOS:

Pita, M. Brisson, N. Brisson y Hefti (bronce, 4x100 estilos)

1976 (en Mallorca)

Enrique Mata plata, 1.500 libres)

1977 (en Las Palmas de G.C.)

Enrique Mata (plata, 1.500 libres)

RELEVO:

Martín, Serrano, O. Beltrá y Mata (bronce, 4x200 estilos)

1980 (en Albacete)

Luis Sanguino (bronce, 200 mariposa)

1982 (en Pamplona)

Jaime Suárez (oro, 100 mariposa)

Luis Sanguino plata, 200 mariposa)

Jaime Suárez (bronce, 200 estilos)

1985 (en Orense)

Jaime Suárez (bronce, 200 estilos)

1986 (en Madrid)

Cándida Melwani (bronce, 100 espalda)

1987 (en Barcelona)

Cándida Melwani (plata, en 100 espalda)

Orlando Beltrá
Bronce de 1972, compuesto por Brisson, Devesa, Martín y Hefti
Luis Sanguino
Carmen Delia Eugenio

Margaret Hefti

Quienes conocieron en su juventud a Margaret Janne Hefti Kullmann (Las Palmas de Gran Canaria, 5 de julio de 1954) admiten que la natación era su vida o su vida era la natación. “Una vez, cuando residíamos en Holanda, se organizó una competición en un canal, en aguas abiertas. Me entrenaba entonces en el club Hilversum, aunque a nivel federativo pertenecía a la UD Las Palmas y venía a España a competir. En aquella competición me tocó una prueba de los 2.000 metros libre y yo elegí el estilo mariposa para cubrirla … Fue muy dura, pero la completé. Solo recuerdo de aquel día que tenía un fuerte dolor de cabeza tras la competición, posiblemente por el frío que pasamos y por el gran esfuerzo realizado”.

La niña Hefti

Margaret Hefti se inició en la natación como integrante del CN Metropole. Cambió de club al fundarse la UD Las Palmas y hacer la mudanza deportiva con su hermano Andrés. Desde entonces y hasta la retirada sus colores fueron el amarillo y azul

Así era Hefti, la nadadora más laureada de la época dorada de la sección acuática de la Unión Deportiva. Tenía cualidades y, también, una poderosa resistencia al desgaste metal que genera los duros y solitarios entrenamientos en las piletas. Sus primeros metales nacionales como amarilla llegaron en el verano de 1971 (plata en 200 mariposa, bronces en 200 y 800 libres), tras haber despuntado en las categorías inferiores de la Federación Española. Aunque las primeras medallas colgaron de su cuello en 1970, bronce y plata en 100 y 200 metros mariposa, como integrante aún del CN Metropole.

Margaret ofreció desde el inicio una constante progresión por lo

Margaret es la nadadora más laureada de

la

sección

de la UD Las Palmas, primera medallista femenina del club en competiciones nacionales

que también con prontitud comenzó a bajar registros propios, regionales y nacionales. Sin darse cuenta se había acostumbrado a subir a lo más alto del podio y esa fue una constante en su rico expediente deportivo.

La historia deportiva de Margaret, sin embargo, se había iniciado a algunos metros de distancia de la Unión Deportiva Las Palmas. Porque comenzó en la piscina del Hotel Metropole, con el emergente club del mismo nombre que allí había hincado sus raíces. Esta etapa duró poco tiempo porque la familia

Hefti hizo la mudanza hacia la piscina Julio Navarro, bañada ya por los colores amarillo y azul que empaparon su vida. Sus progenitores, André (titular de la concesión de Vespa en Gran Canaria y Agencia de Viajes Canarias Exprés) y Hildegard, eran conocidos tenistas en la capital grancanaria. E, incluso, la mamá llegó a ser finalista del prestigioso premio como Mejor Deportista de la provincia que fue ganado en 1964 por la nadadora metropolista Rita Pulido.

Comenzó en el CN Metropole, pero la familia al completo decidió asociarse con el amarillo y azul para desarrollar su gran trayectoria en la piscina Julio Navarro

“Mi padre”, recuerda con precisión, “llegó también a competir en los primeros rallies de automovilismo que se organizaron en la isla. Ambos adoraban el deporte y siempre seguían a sus hijos en las competiciones. ¿Por qué elegí la natación?. En realidad, porque continué los pasos de mi hermano, Andrés. Él era muy bueno nadando y yo hacía lo mío, como hermana. Estábamos así juntos en una actividad que mantuvo a la familia muy ocupada. Y he de confesar que, en verdad, nunca me cansaba de entrenar. Cubríamos muchos metros cada día en las sesiones de preparación. Los compañeros se

quejaban, pero a veces a mí me parecían pocos”.

Y fue así como la Hefti, tal como conocían a Margaret sus compañeras, acabó despuntando cuando Miguel Torres se hizo cargo de la puesta a punto de todos los nadadores del Julio Navarro. Había llegado a la Unión Deportiva Las Palmas un entrenador exigente, que se ajustaba a su medida como

En 1970 logró su primera plusmarca nacional, el inicio de una cosecha de 4 medallas de oro, 7 de plata y 10 de bronce en los campeonatos de España como integrante de la UD Las Palmas

deportista con altas cualidades competitivas. “La clave de Miguel es que supo entender la idiosincrasia de los nadadores canarios. Se integró de pleno en nuestro ambiente, tanto él como su esposa María. Y los deportistas siguieron con fe su trabajo. No era cuestión de metodología, sino de ilusionarnos. Lo consiguió de manera completa. Los resultados a nivel nacional fueron extraordinarios casi de inmediato. En mi caso me ayudó mucho a competir entre las primeras de las finales nacionales”.

La rubia Margaret se fue convirtiendo en una referencia no solo de Canarias sino de la natación española de la época. Afirma que no tenía ningún signo de rivalidad con nadadora alguna de los grandes clubes peninsulares. “Porque yo competía siempre contra mí misma, contra mis propios cronos. No tengo un recuerdo concreto de rivali-

dad con nadadores que, además, fueron compañeras también. Así lo sentía tanto aquí como en cualquier convocatoria de la selección”.

En 1970 logró su primera plusmarca nacional en los 200 mariposa (2.41.6), en 1971 cayeron las de 200 metros libres (2.19.3 y más tarde 2.19.2) y 400 metros libres (4.47.8), en el celebérrimo año de los éxitos de clubes en 1972 pulverizó de nuevo las marcas de 200 metros libres (2.18.1 y luego 2.16.0), los 400 metros libes (4.47.4) y el de 1.500 metros libes (18.56.7), crono que un año después volvió a caer con la firma de Hefti con una rebaja de 22 segundos (18.34.0), haciendo buena su teoría de nadar ante un espejo. Además, tres de los registros de 1972 logró firmarlos en casa, durante los campeonatos de España de Verano disputados en el CN Metropole donde ella fue admirada ninfa de la natación canaria. Su currículo personal en los distintos campeonatos de España donde representó a la Unión Deportiva Las Palmas contempla 4 medallas de oro, 7 más de plata y 10 de bronce.

1971: Margaret Hefti y el judoka Santiago Ojeda, con los trofeos de Mejores Deportistas de Las Palmas

“La natación ha sido mi vida”. Y explica Hefti con un humor muy personal una de sus teorías del por qué comenzó a mejorar marcas.

“Durante un tiempo, entrenaba y competía con un bañador que, al contacto con el agua, se cargaba de aire y hacía muy pesada para mí las pruebas en todas las modalidades. Era la prenda que utilizaba en mi primera etapa en el Metropole, con Argimiro García. Sin embargo, hubo un cambio, creo recordar que

con la aparición de la marca Speedo. Y nada más usar este nuevo modelo noté que me desplazaba en el agua a mayor velocidad y con menos esfuerzo. El bañador ya no era un lastre para mí, que en la báscula apenas pesaba 50 kilos. Fue algo extraordinario y lo recuerdo como un momento muy importante en mi evolución como deportista”.

En 1972 fue la reina de los Nacionales disputados en la piscina grancanaria del CN Metropole

“El estilo que más me gustaba era la mariposa. Curiosamente fue lo que primero aprendí en el agua. Yo notaba que volaba, me divertía mucho”, explica.

A Margaret Hefti se le podría considerar como una ondina completa, rayando la nota sobresaliente en todas las distancias reguladas en la competición. Ese fue un valor que supo rentabilizar Miguel Torres al comprobar que su rendimiento siempre era alto en las pruebas de velocidad y cualquier modalidad de estilos, “salvo la braza. Nunca me sentí a gusto en estas pruebas porque mi técnica no estaba tan depurada”.

Margaret, pese a sus marcas y logros, afirma que lo que realmente le agradaba era la rutina de los entrenamientos. “En realidad no me gustaba tanto competir. Pero nunca perdía la ilusión”, sentencia. Sin embargo, tuvo un episodio en España que recuerda sin rencor, aunque tuvo un marcado signo de desengaño. “De cara a los Juegos Olímpicos de Munich, en 1972,

yo poseía marcas y logros suficientes como para haber entrado en la selección nacional de España. Estaba segura de que me iban a convocar para mis primeros Juegos Olímpicos. Tenía mucha ilusión en ello”. Sin embargo, algo ocurrió de manera inesperada: “Mis padres eran franceses y también tenían la nacionalidad suiza. Aún hoy no sé por qué razón me dejaron fuera de la convocatoria olímpica y no acudí. Lo cierto es que recibí una postal desde la villa olímpica enviada por el presidente de la Federación Española de natación, en la que mostraba palabras de ánimo y reconocía la injusticia que se había cometido conmigo. En aquel momento estaba decepcionada, pero cuando me enteré de los ataques terroristas que se produjeron en los Juegos (asesinato de once deportistas y técnicos

El popular pastor alemán de los Hefti

La familia de la sección de natación de la UD Las Palmas tenía un integrante canino, que durante un tiempo ejerció como mascota grupal y algo más.

Lo explica Margaret: “En el agua me sentía en casa. Mi vida era la piscina. Hasta el punto de que adoptamos un perro pastor alemán, cuyos primeros dueños eran amigos de mis padres. Lo trajeron una tarde a mi casa y el animalito volvió en solitario un día después para que lo adoptásemos. Algo mejor vio en nosotros, quizá porque la otra familia tenía cuatro hijos y un chimpancé. Deduzco que el perro pensó: Me gusta más esta gente (los Hefti). Y así fue cómo desde entonces me acompañaba a diario a la piscina también”, recuer-

“El primer estilo que aprendí fue la mariposa: Notaba que volaba sobre el agua y me divertía mucho. En el agua me sentía como en casa. Mi vida era la piscina” La Frase

da. “El pastor alemán se llamaba Hiller y se hizo popular en la piscina Julio Navarro, donde había un ambiente familiar y de camaradería. Yo me entrenaba yendo y viniendo en las calles de la piscina, mientras nuestro perro me seguía desde el borde también con idas y venidas. Tampoco se cansaba. Y cuando había pruebas de velocidad de 50 metros, él iba ‘disparado’ para seguirme a la par”.

El presidente de la Federación Española se disculpó por la inexplicable exclusión de Hefti del equipo olímpico español que compitió en los JJOO de Munich en 1972

israelíes) pensé que había sido un alivio no estar allí. También aún hoy lo siento así”.

Esta situación no era nueva para Margaret. En 1971 era poseedora de los récords nacionales de 200 y 400 metros libres. Pero la selección no la convocó para los Juegos del Mediterráneo a celebrar en Esmirna, Turquía. La gran nadadora de la UD Las Palmas nunca recibió el argumento del por qué.

“Pero me volvió a pasar cuatro años después”, matiza. A finales de 1972

la familia Hefti se desplazó de Canarias a Holanda. Y unos años después, el movimiento fue de Holanda a Suiza. “Si la Federación Española no me eligió, tenía la esperanza de hacerlo con la otra bandera de mi familia. Por razones que desconozco, de nuevo con marcas para competir en los Juegos de Montreal, la Federación Suiza tampoco me con-

vocó en su equipo olímpico. Creo que el poder participar en unos Juegos de Verano ante los mejores nadadores del planeta fue lo único que no logré. Pero no ocurrió por mi causa o porque no me esforcé para ello. Ese es mi consuelo”.

Margaret Hefti reside de nuevo en Gran Canaria, el lugar donde todo comenzó. Antes, durante y después hay algo que no cambió: su apego a la Unión Deportiva Las Palmas, el club en el que militó de principio a fin. “Es que mi padre nos llevaba al Estadio Insular. Le gustaba el fútbol y era también amarillo. Esos recuerdos los tengo muy presentes y son para toda la vida”.

La postal emitida desde Munich en 1972, durante los JJOO de Verano, por el presidente de la Federación Española de Natación en la que expresa sus disculpas a Margaret Hefti por la exclusión como nadadora olímpica del equipo nacional

Piscina Julio Navarro en los años sesenta del pasado siglo

Remodelación de la piscina Julio Navarro

Un momento bisagra en el vasto expediente de la sección de natación de la UD Las Palmas fue la primera completa renovación de la piscina municipal Julio Navarro, instalación que en sus orígenes en 1947 llegó a ser sede de los primeros Campeonatos de Verano Absolutos de España disputados en la capital grancanaria.

La pileta tenía hasta 1978 una distancia de 33,33 metros, lo que permitía que una prueba de hectómetro se cubriera en tres largos de piscina. Pero la creación de nuevas modalidades de relevos y especialidades de natación exigían un cambio hacia una pileta moderna, de 50 metros de largo y calles suficientes como para competiciones con numerosos participantes.

En 1978, bajo el impulso de la sección de natación, la pileta oficial

del club cambió sus dimensiones hasta 50 metros para competiciones olímpicas de verano

nacionales en sus respectivas modalidades fueran los que pusieran su esfuerzo e imaginación para la renovación de las instalaciones.

olímpica: 50 metros de largo por 21 metros de ancho. Otra de las novedades era la profundidad de la pileta, con un máximo de 2,10 metros y un mínimo de 1,80. Esta solución permitiría desde 1978 disputarse partidos oficiales de waterpolo, más tarde también de natación sincronizada. En aquel momento, a esta modalidad también se le conocía como ballet acuático.

Bajo la presidencia de Luis González Vera se realizó la obra que contó con la participación del arquitecto Gustavo Verástegui y el aparejador José Ferrero. El destino quiso que aquellos que habían sido nadadores federados en el origen de la sección de la UD Las Palmas y campeones

La financiación de tal remodelación se fraccionó en tres pedazos. La UD Las Palmas aportó el 25% de su presupuesto, ofreciendo el capital para la primera fase del proyecto. El Cabildo de Gran Canaria aportaba otro 25% mientras el 50% restante correspondía a la entonces Dirección General de Educación Física y Deportes.

Las dimensiones del vaso acuático pasarían a tener reglamentación

Desaparecía, sin embargo, la torre de saltos que presidía uno de los fondos de la piscina original. Y, al margen de las reformas de zonas comunes y vestuarios, se añadía en su proximidad una pequeña piscina para uso infantil, con dimensiones de 12 metros por 6,5 metros.

De aquella obra, que entonces resultó un notable esfuerzo y sacrificio para el club y sus deportistas, José Ferrero guarda este recuerdo: “Fui aparejador y llevé la dirección de obra del cambio de la piscina, que pasó a ser la única de Canarias con un ojo de buey en la primera calle. Fuimos innovadores. Desde allí los

técnicos podían contemplar bajo el agua el estilo de los nadadores, para poderlos corregir y perfeccionar sus movimientos. Se podría así pulir el estilo y los posibles defectos de la mecánica natatoria para que los deportistas pudieran mejoran las marcas. En aquel momento, la gente alucinaba con esta novación. La obra la realizamos con mi cuñado, Gustavo Verástegui, fue el arquitecto de la obra. Sabía lo que se tenía entre manos porque había sido na-

La obra estuvo proyectada por el arquitecto Gustavo

Verástegui y el aparejador José Ferrero, componentes del grupo de nadadores fundacionales de 1963

dador y participante en pentatlón moderno. La reforma fue un éxito, porque también el club pudo atender a más deportistas y cursillistas”.

El arquitecto Gustavo Verástegui también confiesa que “lo que hicimos en aquel momento era además muy emotivo para nosotros, por lo que representaba el club en nuestras propias vidas. Todas las decisiones que se adoptaron las analizamos a conciencia, conociendo muy bien las necesidades del club y la mejor solución posible. Había viajado a muchos países y siempre que había una piscina me fijaba en sus características. Nos quedamos muy satisfechos de la obra de remodelación porque la Unión Deportiva Las Palmas podría disponer de una pileta de primer nivel para seguir preparando a sus nadadores como lo podrían hacer clubes más poderosos en lo económico de aquella época”.

La UD Las Palmas aportó el 25% del presupuesto, junto a otro 25% del Cabildo de Gran Canaria y el 50% restante cubierto por la Dirección General de Educación Física y Deportes de la época

Competición en la piscina auxiliar de 25 metros, Roque Díaz, donde también se ejercitaban los jóvenes nadadores de la UD Las Palmas

La pileta, vista desde el interior del Parque Doramas de la capital grancanaria
El vaso acuático vacío tras su remodelación, ya sin la torre de saltos

Teresa Devesa

Fue la más joven del histórico equipo femenino que conquistó en Granollers el Campeonato de España de invierno por clubes

En la infancia no sospechaba Teresa Devesa (Las Palmas de Gran Canaria, 30 de noviembre de 1957) que su vida iba a tener varios caminos en dirección a la Unión Deportiva Las Palmas. Hubo una primera etapa como cursillista de natación en la piscina Julio Navarro, en los años sesenta, convertida en paso previo a las competiciones federadas. El técnico Ojeda vio en aquella niña de muchas inquietudes un valor para el equipo femenino del club, que empezaba a tomar forma para grandes logros.

Devesa fue miembro más tarde del grupo de entrenadores de la sesión y con las vueltas del destino, en los años noventa volvió a la sede de la calle Pío XII para desarrollar allí un nuevo ciclo profesional con misiones responsables en el departamento de recursos atípicos y marketing de una UD Las Palmas que se reflotaba desde la Segunda División B.

Con apenas 16 años de edad, tras despuntar en las competiciones regionales, Teresa Devesa se proclamaba campeona de España en aquellos célebres Campeonatos de Invierno de Granollers en 1972, formando equipo con Eduvigis Martín, Nuria Brisson y Margaret Hefti. La benjamina del grupo fue la más rápida de los relevos grancanarios, con un sorprendente 1.05.0 en la segunda posta del 4 por 100 metros libres.

Teresa reflexiona sobre aquellos años suyos y tiene una explicación sobre el

Teresa Devesa sentada en un poyete

por qué la sección de natación de la UD Las Palmas remontó a todos los grandes clubes del país para colocarse aquel año emblemático en lo más alto de la clasificación nacional.

“Yo no llegué a viajar a los campeonatos nacionales con Ojeda como entrenador. Era muy niña todavía”, recuerda con frescura Devesa. “Pero fui testigo del cambio diametral que dio el club cuando contrató a Miguel Torres Bernades como nuevo entrenador. Él había sido un nadador muy importante a nivel nacional y vino desde Sabadell con un plan de trabajo totalmente nuevo, muy ambicioso. Torres había sido campeón de Europa en 1.500. Y además, vino acompañado de su esposa, María Ballester, que había sido nadadora también muy importante en nuestro país”.

El fabuloso equipo femenino de la UD Las Palmas de 1972, campeón de España absoluto. Lo integran Hefti, Eduvigis Martín, Teresa Devesa, Nuria Brisson y Lourdes Auyanet

Con Torres ya en el cargo “el club seguía con sus planes de aprendizaje en los cursillos, pero no era su única función. Aportó unas técnicas de entrenamiento que revolucionaron por completo nuestro modelo de equipo. Entrenábamos 14.000 metros diarios de lunes a lunes. De esta forma, por ejemplo antes de ir a clase en el instituto ya estábamos en el agua a las seis de la mañana desarrollando en

En su palmarés, el mejor tiempo del relevo de oro (4x100 libres) que integró junto a Eduvigis Martín, Nuria Brisson y Margaret Hefti

la primera sesión. Y volvíamos a la piscina tras el día en clase para reanudar los entrenamientos a las seis de la tarde, hasta las diez de la noche”.

Era una vida muy sacrificada. “Podríamos hacer en una sesión de entrenamientos diez series de ochocientos metros. Además, controlando las marcas. Fue un cambio brutal para todos, especialmente para mí. En menos de un año, el equipo femenino se presentó en el Campeonato de España y nos hizo terceras de España en el relevo de 4x100 libres. Reconozco que no teníamos nombre en ese momento, que sorprendimos a todo el mundo. No se lo podían creer. Y al año siguiente, salimos campeonas del país”.

“Lo de Granollers fue la bomba”, expone con un símil muy apropiado al ambiente futbolístico que también conoció más tarde. “La Unión Deportiva Las Palmas regresó de esa competición con el título femenino y el subcampeonato masculino a nivel de equipo. Con récords, medallas de todo tipo, … Y no solo fueron esos logros. En esa etapa las marcas de nuestros nadadores generaron que muchos de los miembros de la UD Las Palmas fueran internacionales. Este es el hito que marcó en su etapa Miguel Torres, rompiendo todos los moldes que había de la sección de natación de la Unión Deportiva”.

Conserva con cariño Devesa el abrazo del cuarteto ganador de aquel relevo ya legendario. “Todas procedíamos del club, mientras Margaret Hefti se había integrado tras su primer paso por el Metropole. Eduvigis ya era una nadadora excepcional

también. Nuria Brisson y yo éramos las más pequeñas en edad. Sin embargo formamos un gran equipo, en el que logramos compaginar lo mejor de cada una para batir a grandes nadadoras rivales de la época”.

Ese oro estuvo también acompañado por un récord nacional de las relevistas amarillas (4.22.9). “Las cuatro éramos polivalentes”, afirma con ojo técnico Devesa. “Yo era fondista (nadadora de larga distancia), Nuria era mariposista, Eduvigis era fondista y bracista, mientras Margaret podía nadar en todos los estilos; era muy completa. Nuestro entrenador, Miguel Torres, hacía cábalas con cada una de las pruebas y las posibilidades que veía en cada una de nosotras. Nos sacó un gran rendimiento”.

Teresa descubre otra de las claves del por qué la sección de natación de la UD Las Palmas prolongó en el tiempo tantos éxitos. “Porque era un club familiar. De hecho, los padres se reunían para hablar de cosas comunes mientras sus hijos se entrenaban. Y había un par de palmeras cerca de la piscina donde también las madres se agrupaban para hacer barbilla, tomar café o charlar de las cosas de los niños. Era todo muy, muy especial; el ambiente generaba que todo el esfuerzo se desarrollara en un contexto de camaradería. Éramos compañeros, también rivales, pero sobre todo, éramos amigos. Esa amistad dura hasta estos días. La unión de padres, técnicos y nadadores, con la ilusión que mostramos cada día, hizo que en poco tiempo pasáramos de una miseria competitiva, por así decirlo, a estar en los primeros puestos de la natación nacional.”.

Y cuando viajaban con el escudo de la UD Las Palmas para competir en la Península, también había otra ilusión. “A veces coincidíamos con el equipo de fútbol. E íbamos a los mismos hoteles, donde aparecíamos con la misma equipación que los futbolistas de la Unión Deportiva Las Palmas. Nos ilusionaba encontrarnos con los jugadores de nuestro club, de los que éramos también amigos”.

Años más tarde
volvió

a la

UD Las Palmas como integrante del departamento comercial, partícipe administrativa en la campaña del ascenso a Segunda A de 1996

Teresa, sin embargo, reconoce que su sacrificio tuvo un punto y final temprano. “Empecé como cursillista, seguí como federada. Me entre-

naba muy duro, con o sin frío; sacrificaba hasta mi dieta para estar en el mejor peso para poder competir. Pero un día dije hasta aquí; de haber seguido, no sé hasta dónde habría llegado”.

“Lo de Granollers fue la bomba. La Unión Deportiva Las Palmas regresó de esa competición con el título femenino y el subcampeonato masculino a nivel de equipos. Con récords, medallas de todo tipo, … En esa etapa las marcas de nuestros nadadores generaron que muchos de los miembros del club fueran internacionales”

El último servicio de la natación a la UD Las Palmas

El último servicio de la sección de natación de la Unión Deportiva Las Palmas al club materno se produjo en el epílogo de su etapa como sección integrante de la entidad futbolística. Porque el club de natación, luego de producirse la extinción de su vínculo, debió ceder su original inscripción para que la Unión Deportiva Las Palmas no perdiera el nombre con el que floreció desde 1949 en el escenario nacional e internacional.

Corría el tercio final del año 1989 y así lo explica el entonces presidente de la transición del club de natación, Lorenzo Rodríguez Díaz. “Era una época muy delicada porque la Unión Deportiva Las Palmas tenía serios problemas económicos después de su último descenso de Primera División, en 1988. Antes de los preparativos de la temporada 1989-90 ya habíamos recibido la comunicación de que las secciones de otros deportes se desvinculaban del club de fútbol. Fue un momento doloroso para muchas personas, como en mi caso, pero había que ejecutarlo con la mayor serenidad posible. De esta forma, procedimos a registrarnos como club de natación en la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias”.

En 1989, la sección de natación cedió al club de fútbol el nombre Unión Deportiva Las Palmas que había inscrito por anticipación ante el Gobierno de Canarias

Lorenzo Rodríguez había sido nadador fundacional de la sección acuática amarilla desde 1963, viajando desde el Real Club Victoria que iban con el grupo de jóvenes deportistas a iniciar la etapa en la pileta Julio

Navarro. Por ello y por la propia trayectoria de Rodríguez, Luis González Vera le había solicitado el relevo para que esa labor de casi tres décadas no cayera en el olvido y tuviera continuidad, pese a no contar ya con el abrigo de la Unión Deportiva Las Palmas. De tal forma que Rodríguez se iba a convertir en el último presidente de la antigua sección y el presidente también que dio paso al heredero Club Natación Las Palmas.

“García Panasco me dijo: Si ustedes mantienen el nombre, tendremos que cambiar el del equipo de fútbol porque todavía no lo hemos registrado”, recuerda el directivo Lorenzo Rodríguez

“Desde nuestros inicios como club, en el mundo de la natación a nivel nacional se nos conocía como la Unión Deportiva. Y cuando se planteó nuestra desaparición en 1989, los cinco directivos que asumimos

ese reto de mantener el club nos reunimos para crear los estatutos y decidir el nombre. Mis compañeros en aquel instante tan delicado eran Manuel Ramírez García (tesorero), Felipe Pérez Artiles (secretario), Florencio Betancort Hernández y María Jesús González (vicepresidenta y también gerente). Decidimos que el club se llamaría Unión Deportiva

Las Palmas de Natación y así lo registramos en la Dirección General de Deportes”, recuerda con viveza Rodríguez. También figuraba como vicepresidente de la entidad Marcial de la Cruz, que era la persona de confianza de la UD Las Palmas y guía en aquella época de la sección de natación.

El nombre por el que se optó fue inscrito en el Gobierno de Canarias con fecha 27 de septiembre de 1989. “Era el nombre más lógico, el que nos identificaba con casi tres décadas de participación en todas las competiciones. Y no queríamos perder nuestra seña de identidad”.

Le dije a Marcial de la Cruz que todos los componentes del club de natación queríamos muchísimo a la Unión Deportiva Las Palmas, que la llevábamos muy dentro y que no tendríamos problema alguno en rehacer los estatutos y buscar un nombre alternativo

La Frase

El momento del cambio

Los componentes de la directiva de la última directiva de la sección de natación de la UD Las Palmas, que realizaron la transición administrativa hacia el nuevo club. Felipe Pérez Artiles (secretario), Lorenzo Rodríguez (presidente), Manuel Ramírez García (tesorero), María José González Vita (vocal) y Florencio Betancor (vocal). Ausente en la imagen del grupo, el directivo Marcial de la Cruz.

Algunos nadadores, directivos y técnicos de la transición hacia el CN Las Palmas

Sin embargo, pasados unos días sonó la alarma: “Recibí la llamada de Jesús García Panasco en estado de alerta. Suponemos que alguien de la Dirección General de Deportes les había comunicado el registro de nuestros estatutos como nuevo club. Y en ese momento, García Panasco me dijo: Si ustedes mantienen

el nombre, tendremos que cambiar el del equipo de fútbol porque todavía no lo hemos registrado”.

El encargado de esa urgente negociación fue el dirigente de filiales de la UD Las Palmas, Marcial De la Cruz, que también ostentaba el cargo de vocal de la junta directiva

de Gonzalo Medina Ramos desde el mes de junio de 1989. “Con Marcial había buena relación, aunque solo hablábamos por teléfono. Aquella misma tarde, después de la llamada de García Panasco, me reuní personalmente con De la Cruz. Vino encendido a la cita, quizá creyendo que no íbamos a alterar nuestra

inscripción. Le dije que todos los componentes del club de natación queríamos muchísimo a la Unión Deportiva Las Palmas, que la llevábamos muy dentro y que no tendríamos problema alguno en rehacer los estatutos y buscar un nombre alternativo”.

De esta forma, a comienzos de octubre de 1989, se produjo la fundación del Club Natación Las Palmas. Y el camino quedó expedito para que la Unión Deportiva Las Palmas siguiera navegando en el fútbol nacional como la han conocido generaciones de canarios durante 75 años. Y así, hasta la eternidad.

Lorenzo Rodríguez fue desde entonces el primer presidente del nuevo club que seguía en las instalaciones del Julio Navarro. “Nuestro comienzo fue muy difícil, porque además se produjo la marcha de un importante grupo de nadadores en dirección al CN Metropole. La incertidumbre que se había generado fue mucha y la Unión Deportiva Las Palmas tenía pocas respuestas porque, como ya comenté, sus dificultades económicas eran importantes”.

En esas negociaciones, con algún malentendido incluso, pudo comprobar que la relación de hermandad se mantenía en el inicio del recién creado club de natación. “Me reuní con el presidente Gonzalo Medina porque nosotros teníamos también nuestros propios problemas. Logramos que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria nos firmara una concesión de cinco años para seguir en la piscina, que era nuestra casa. Todavía hoy es

Lorenzo Rodríguez se convirtió en el segundo y último presidente de la sección original y el primero del Club Natación Las Palmas

así. Y además”, concluye, “comprobamos la buena fe general en la relación. Así que Gonzalo Medina, a través de su empresa, se convirtió en nuestro primer patrocinador al proporcionar a todos nuestros nadadores el primer chándal de la era Club Natación Las Palmas. Empezábamos casi desde cero, pero unidos de corazón al club que nos había arropado”.

Lorenzo Rodríguez, en los años sesenta, cuando comenzaba como nadador de la UD Las Palmas

EL ÁLBUM DE LOS NADADORES

José Ojeda, con un grupo de nadadores de los años sesenta
José Ojeda ofrece instrucciones a sus jóvenes nadadores
Michael Kjaerulff, en lo más alto del podio
Nadadores fundacionales. González, Santana y Rodríguez
Un grupo de nadadores de los años 70 con el técnico Miguel Torres
Gary Conelly, entrenador
Marisa Pérez, Ana María Jiménez, Ana María García. Debajo Ana Severa González, Nereida Borges, Fatima González y María del Carmen Nuñez

Equipo para los Campeonatos 1983 en Sevilla con el técnico Isturiz

Auyanet,

y Campos con el equipo nacional español juvenil

Antonio Concepción y un grupo de natadores de los años 80
Raúl Beltrá, Juan Francisco Caballero, José Luis Romero, Victor K. Radia, Juan Sánchez, Antonio Croissier y Miguel Torres. Agachados Fernando Santana, Oswaldo y Antonio Concepción
Brisson
Fátima Campos
Lilian Santana
Enrique Mata
Jaime Suárez
Violeta Brisson
Vela Hidalgo
Miguel Torres, con el grupo de nadadores de inicios de los 70
Ana Campos, Mari Carmen López, María Gil y Paqui Romero
Gary Conelly con el equipo de 1976 que acudió a los campeonatos de España
El saltador Jorge Navarro
Raúl Beltrá
Jóvenes promesas del club con el técnico Maroto
Mari Carmen Pita
José Rodríguez Frederik Hviid

José de Aguilar y Jesús García Panasco en una entrega de trofeos de la sección de natación Grupo de nadadores de la última temporada de la sección de la UD Las Palmas

Los técnicos Ojeda y Maroto, con un amplio grupo de jóvenes nadadores
Aurora Gil, Leticia Ortega, Nieves Sánchez, Paola Tirados e Ione Serrano, del equipo de sincronizada
El equipo campeón de España de 1972: Devesa, Martín, Auyanet, Brisson, Sánchez y Hefti
Nuria Brisson

El deporte del balón acuático no fue una actividad competitiva prioritaria en el programa de actuación de la sección de la UD Las Palmas. Los nadadores habituales del club fueron los principales componentes de los distintos equipos que se formaron en los años setenta, con presencia en la Tercera y Segunda nacional.

EL WATERPOLO

En 1972 se recoge su primera participación en las fases sectores, que prolongó hasta 1979 con actuaciones que tuvieron su epicentro en los torneos zonales de Tercera categoría.

Representando al waterpolo de la UD Las Palmas estuvieron nadadores conocidos como José

Ferrero, Rafael Reyes, Miguel Torres (responsable entrenador del club y promotor de la sección de waterpolo) y Santiago Serrano, junto a otros como José Cañada, Manuel Bonet, Santiago Caballero, José Rubio, Víctor Radia, Esteban y M.A. Talavera, José Baixas, Fernando Santana, Manuel Cruz, Carlos Mora, Rafael Santa Ana, Carlos Blanco, Alberto Ventura, Carlos Ramírez, …

En aquella época el dominio de los equipos catalanes y madrileños era notable y las competiciones insulares de waterpolo estaban condicionadas por la escasa rivalidad y la distancia con los mejores conjuntos del país.

El waterpolo se desarrolló sin la intensidad de otras secciones y con una baja competitividad insular en aquella época por falta de rivales en cuantía y nivel.

LOS SALTOS

La familia Martínez

será recordada por proporcionar grandes campeones a la entidad: Fermín y Ángel, dos generaciones de oro en los campeonatos de España

La sección de saltos de la UD Las Palmas también posee en su palmarés varias medallas nacionales, localizadas desde los orígenes de la fundación en 1963 hasta el último campeón de España absoluto en la figura de Ángel Martínez, a comienzos de los años ochenta.

La familia Martínez deja sello en esta modalidad, que contó con instalaciones propias en la piscina Julio Navarro hasta la reconversión de la pileta a finales de los setenta del pasado siglo.

Los hermanos Fermín Martínez y Ángel Martínez eran la representación de esta especialidad en la primera etapa del club. Fermín colgó en su cuello plata y oro en los campeonatos de España de verano e invierno, respectivamente, en la modalidad de trampolín.

Sus logros tuvieron una peculiaridad: Entonces competía por la Federación de Canarias, porque en los torneos nacionales la representación no se llevaba a cabo con el escudo de los clubes de procedencia. Pero gozó de una gran reputación deportiva en la piscina Julio Navarro, donde fue un admirado competidor de la Unión Deportiva Las Palmas.

La rivalidad nacional de Fermín Martínez era con el metropolista

Juan Díaz, en dura pugna por los podios y ambos unidos en la suma de puntos en las clasificaciones para la cosecha del equipo canario.

La estela la siguió en la saga familiar Ángel Martínez Polanco. La medalla de oro fue conquistada en la modalidad de palanca, de 5 y 10 metros, durante los Campeonatos de España de Verano disputados en el Club Natación Pabellón de Orense a comienzos de agosto de 1981.

De aquella competición, Ángel Martínez regresó con dos preseas.

La de oro, con una puntuación total de 358,85 puntos, por delante de Antonio Palomino (Metropole) y Javier Ibáñez (CN Palma) que lo escoltaron en el podio.

Y también fue bronce en trampolín de 1 metro. Sus 336,00 puntos le sirvieron para estar a la estela de las dos grandes figuras del momento en España: Enrique Martínez (Metropole, oro) y Ricardo Camacho (Canoe, plata).

De su figura, precisamente el extraordinario campeón del CN Metropole, Quique Martínez, recuerda que fue su compañero y rival: “Procedía de una familia de saltadores, padre y tío. Siempre se entrenó con nosotros en las instalaciones del Club Natación Metropole, con Paco Costas, aunque competía

Fermín Martínez

con la Unión Deportiva Las Palmas. Supongo que ello se debía a un acuerdo entre clubes, porque así tenía posibilidad de participar en los distintos campeonatos nacionales de nuestra especialidad”.

Esa ubicación preparatoria en el CN Metropole resulta realmente curiosa, porque la piscina de Julio Navarro había eliminado la plataforma de saltos. El club amarillo tuvo así en Ángel Martínez a su máximo exponente, con un primer resultado nacional de relieve cuando fue cuarto en palanca, durante los campeonatos de España de 1.979.

“Pasados los años”, matiza Quique Martínez, “Angelito -como le llamábamos- acabó compitiendo con nosotros tras cerrar su etapa en la Unión Deportiva”.

La sección de saltos del club estuvo especialmente activa en los años sesenta y setenta, hasta la desaparición de las plataformas de la piscina Julio Navarro. Muchos de los especialistas practicaron esta modalidad, que generaba puntos en las clasificaciones por equipos

en los campeonatos de España. La remodelación para el nacimiento de la pileta de 50 metros en 1978 contempló la eliminación de esa zona de plataforma y palanca. Desaparecía un epígrafe del club, pero aparecían otros.

El equipo de saltos de UD Las Palmas de los años sesenta, con los hermanos Fermín y Ángel Martínez. A la derecha, Ángel Martínez Polanco, campeón de España en 1981

La piscina Julio Navarro y el lugar original donde estaba ubicada la plataforma de saltos

EL PENTATLÓN MODERNO

La UD Las Palmas fue club pionero en Canarias en el deporte de las cinco modalidades, con una cosecha de éxitos en campeonatos individuales y colectivos

El pentatlón moderno germinó con fuerza en Canarias a finales de los años sesenta del siglo XX. Lo hizo a través de la natación de la Unión Deportiva Las Palmas, convertida una vez más en el club pionero y de referencia en el Archipiélago. En los alrededores de la pileta Julio Navarro brotaron los componentes de una sección que cosechó una auténtica colección de éxitos.

La figura de Gustavo Verástegui es clave de bóveda para explicar todo el entramado pentatleta que se organizó en la sección acuática de la UD Las Palmas. Porque a pesar de que el deporte de las cinco modalidades ya estaba en el programa olímpico desde los Juegos de Esto-

colmo en 1912, lo cierto es que era una actividad prácticamente desconocida en Canarias salvo en el ámbito militar. Verástegui, con sus primeros logros y posterior ejercicio instructor, lo colocó en el escaparate insular.

El arraigo del pentatlón moderno en la Unión Deportiva Las Palmas se debió a la propia expansión de nadadores hacia otras disciplinas que complementaran su formación atlética. Además de la prueba cronometrada en agua, ejercían en la modalidad de cross, esgrima, hípica y tiro. Verástegui no solo logró los primeros éxitos como integrante del club, sino que además se convirtió en captador y maestro de jóvenes

Un grupo de pentatletas en la preparación de esgrima, con el técnico Antonio Martín: José Luis Delgado, Fernando Olea, Juan Manuel Auyanet, Carlos Vega, José Antonio Serrano, Gerardo Garcés; agachados Santiago Serrano y Juan C. Quesada
La

captación de los futuros pentatletas partía del equipo de natación, con la dificultad especial para desarrollar una formación adecuada en la hípica

valores isleños que dejaron una extraordinaria estela de logros en todas las categorías, especialmente en la década de los setenta.

La principal dificultad de la nueva modalidad era desarrollar el programa completo de actividades de los pentatletas quienes, en su mayoría, se federaron en la natación para luego formarse en el atletismo en campo a través, esgrima (muchos de ellos fueron integrantes a la par del club Gimnasio Las Palmas), tiro y saltos de hípica. En esta última especialidad se vieron obligados a iniciarse desde la nada y sin recursos, por la carestía de tal infraestructura competitiva.

Esas carencias con respecto a otros competidores nacionales no les desanimaba. Y así, en estos años de ferviente actividad, emergieron dos nuevos campeones nacionales individuales de especial significado en la UD Las Palmas que marcarían etapas propias: Juan Antonio Batista (dos títulos en total) y José Antonio Serrano (14 títulos), este último acabaría con su condición de internacional convertido en el primer olímpico de Canarias en tan exigente modalidad.

Los pentatletas tenían su propio espacio en la piscina Julio Navarro, apoyados por el directivo Raúl Beltrá, que a la par fue delegado en Canarias de pentatlón moderno desde 1970. Al margen de los mencionados Serrano y Batista, otros brillantes nuevos valores se asociaban en la UD Las Palmas para ampliar la cosecha de diversos títulos nacionales colectivos: 4 absolutos, 9 campeonatos juniors, 8 títulos juveniles y 3 trofeos infantiles.

Juan Manuel Auyanet pasa a la historia de la entidad por haber lo-

Verástegui

Algunos miembros del equipo en los años sesenta: Verástegui, Leandro Pérez, Santiago Candela, Antonio Martín y Batista
y Batista, primer y segundo técnico del club

grado títulos como integrante de equipos de pentatlón de la UD Las Palmas en todas sus categorías. En este rango también formaron parte de esos equipos Santiago Serrano, Juan Carlos Quesada y José Luis Delgado (7), José Antonio Serrano y Gerardo Garcés (6), Quesada y Fernando Olea (4), además de Carlos Vega (3).

En la piscina Julio Navarro se improvisó una sala de armas para los entrenamientos de esgrima, que también se complementaban con la colaboración del Gimnasio

Las Palmas y la Zona Aérea de Canarias

El altísimo nivel competitivo de los pentatletas grancanarios posibilitó que un puñado de ellos tuviera la oportunidad de extender su formación personal becados en la Blume de Barcelona, donde seguían compitiendo con escudo de la UD Las Palmas y proyectando a la par sus futuras vidas profesionales.

Juan Manuel Auyanet, médico de profesión, ha añadido a sus actividades la de propio investigador del pentatlón moderno de la UD Las Palmas para apoyar el respaldo documental de La otra UD. Recuerda

que “los entrenamientos eran muy duros para todos. Y una de las claves del éxito de la Unión Deportiva Las Palmas fue la rivalidad que teníamos entre nosotros mismos. De alguna manera, en la piscina Julio Navarro se producía una especie de centro de alto rendimiento local porque allí estaban los mejores pentatletas de Canarias, que podían acudir a las competiciones mostrando un nivel a la par de los mejores de España”.

“Cada uno se las ingeniaba para completar su propia preparación. El principal problema que teníamos en

El club logró a nivel nacional una colección de títulos colectivos: 4 absolutos, 9 campeonatos juniors, 8 juveniles y 3 trofeos infantiles

la formación era la hípica. La mayoría empezamos a competir en ella cuando pasamos de la natación al pentatlón”, comenta. “Además, a los caballos de la competición los conocíamos el día en que debíamos montarlo. Algunos de nuestros componentes no lograban puntuaciones altas como otros pentatletas de la Península o Melilla y Ceuta, pero aún así logramos muchos éxitos tanto individuales como especialmente en equipo”.

Rememora Auyanet en tono ilustrativo un hecho que solía repetirse en las competiciones nacionales. “Nuestros pentatletas tenían un comienzo importante en las primeras pruebas de las cinco que componen el programa. Pero al llegar a la cuarta prueba, la hípica, descendían en la clasificación general. Porque en Gran Canaria era casi un imposible montar a caballo y practicar el salto en aquellos años.

La organización era la que ofrecía el caballo; teníamos unos minutos para dominar la situación y luego competir casi de inmediato. De lo contrario, el comisario arbitral te podría descalificar en la hípica y eso significaba una resta importante con respecto a otros rivales”.

José Antonio Serrano, entrenando cross en la Casa de Campo de Madrid

Él mismo y otros grancanarios becados en Barcelona mejoraron aspectos técnicos de la monta porque “allí podíamos disponer de más medios. En la Residencia Blume nos entrenábamos con los caballos de la Policía Nacional. También realizábamos concentraciones en distintas ciudades. Notamos, en consecuencia, que evolucionábamos en puntuaciones mejorando nuestro nivel de preparación”.

“Reconozco que, después de Verástegui, el técnico Antonio Martín tuvo un mérito impresionante en la UD Las Palmas. Él era el que captaba a los nadadores que podrían crecer en el pentatlón”, precisa Auyanet sobre un entrenador que considera “determinante” en los años de proyección del pentatlón en Gran Canaria. “Sus atletas mejoraban y despuntaban de

inmediato. Recuerdo a José Luis Delgado como un competidor intratable en las categorías iniciales; era bueno en todas las modalidades. Otro muy bueno era Gerardo Garcés, ahora médico oficial de la UD Las Palmas. Nos fuimos a la Blume becados y ambos abandonamos el deporte porque nuestra profesión tuvo entonces la prioridad. Batista era un gran competidor. De aquí salió gente con mucho nivel, que fueron protagonistas nacionales en aquellos años. Lo curioso es que a la par de ser grandes amigos, entre nosotros había una rivalidad que vivíamos a diario en cada entrenamiento. Ese ambiente combinado de camaradería y competitividad entre nosotros mismos hizo que nuestro nivel fuera muy alto”.

Conserva Auyanet también un preciado recuerdo propio de aquellos

años, porque tenía cierta soltura en la modalidad de cross. “Mis fuertes en la competición eran la esgrima y las carreras. El atletismo lo entrenaba por la Avenida Marítima y, especialmente, en el Parque Doramas. Se me daba bien, lo reconozco. Fui compañero de pruebas con José Luis González y José Manuel Abascal -más tarde célebres mediofondistas olímpicos españoles-. En alguna prueba acabé por delante de ellos en el podio”.

“Era casi un niño cuando salí de casa. Entré en la Residencia Blume midiendo 1,73 y al salir me volvieron a realizar un control en el que medía 1,83. Aún me estaba desarrollando”, apunta con nostalgia Auyanet, que sólo tiene palabras de agradecimiento por lo que recibió por parte de la UD Las Palmas. “Me

El sorteo para la designación del caballo en las pruebas, con José Alberto Chil como protagonista

siento orgulloso de haber defendido a un club que me dio mucho en mi vida y con el que me siento vinculado eternamente”.

Uno de los momentos más importantes del ciclo de pentatlón moderno en la UD Las Palmas fue la organización en casa del Campeonato de España, en 1983. En esa cita, al margen del éxito colectivo como club, brillaron José Antonio Serrano (5421 puntos) y el subcampeón José Alberto Chil (5333 puntos). Y a la par, en el programa de pruebas de esta misma competición, el emergente nadador Michael Kjaerulff conquistó para la UD Las Palmas el título infantil de la prueba de dos modalidades.

El competidor Chil también tendría luz propia desde que en 1979 se estrenó como pentatleta internacional de España, participando en tres mundiales de categoría juniors y dos absolutos, más tarde en los primeros Juegos de la Amistad (Moscú 1985) y destacando como esgrimista. En total, representó a España en más de 30 ocasiones.

Otro de los componentes del equipo amarillo de pentatlón, Fernando Olea, hace un subrayado personal en la figura de su compañero y amigo José Luis Delgado. “Ciertamente teníamos muy buenos deportistas en la sección, pese a las dificultades conocidas para la práctica. Pero yo quiero reconocer especialmente a José Luis, que falleció y nos dejó muy pronto. Era muy bueno en todo y creo que teníamos en él a un gran campeón. Apenas fallaba en tiro o esgrima, que eran las modalidades con mucha exigencia. José Luis merece una mención especial que me gustaría resaltar en su memoria”.

Verástegui, Batista y Serrano fueron campeones nacionales individuales, mientras Auyanet logró campeonatos de España en todas las categorías a nivel de equipo

Delgado había tenido un brillo especial en 1974 cuando Las Palmas de Gran Canaria organizaba por primera vez un Criterium Nacional de pentatlón moderno. Tuvo lugar esta competición en la piscina Julio Navarro y otros centros de la capital. José Luis Delgado acabó tercero en categoría senior, con 4168 puntos, por detrás del melillense Rafael Varela (5113) y el toledano José Luis Becerra (4267).

Sin embargo, en las tres posiciones del podio junior, el triunfo fue para los competidores de la UD Las Palmas. Por este orden: Carlos Vega (3188), José Antonio Serrano (2973) y su hermano Santiago Serrano (2876). El pentatlón, siendo un deporte minoritario, copaba durante aquellos días titulares en la prensa local. Otro logro invisible de aquellos entusiastas deportistas.

Natación, cross, esgrima, hípica, tiro y una colección de amigos con

lazos eternos. De aquellos andares exitosos del pentatlón moderno otro gran pentatleta tiene sus propios recuerdos: Juan Antonio Batista (16 de febrero de 1951) siembra con su nombre la cosecha en el palmarés nacional absoluto. “Ese campeonato que gané me permitió también ir becado a la Residencia Blume. La UD Las Palmas fue una plataforma en mi vida personal. Yo procedo de aquellos nadadores que se iniciaron en el Real Club Victoria. De hecho, todavía soy socio. Esa conexión entre ambos clubes nunca la perdí”.

Batista recuerda que “uno de mis logros personales fue el poder representar a España en varias ocasiones como internacional. Y acudir a un campeonato del Mundo de pentatlón, en Francia, que era lo máximo entonces para nosotros. El sacrificio de tantos entrenamientos y competiciones tenía estas recompensas. Mi fuerte era el atletismo, el campo a través. Lograba mantener

Así comenzaba el programa de entrenamientos para la doma del caballo

La Frase de Auyanet

Una de las claves del éxito que obtuvo la Unión Deportiva Las Palmas fue la rivalidad que teníamos entre nosotros mismos. De alguna manera, en la piscina Julio Navarro se producía una especie de centro de alto rendimiento local porque allí estaban los mejores pentatletas de Canarias

Juan Manuel Auyanet saltando con su caballo un obstáculo y, a la derecha, en pleno cross

La Frase de Batista

El club llegó a tener un caballo propio para nuestros entrenamientos. Nos lo enviaron desde la Península y se llamaba Guamerú. Varios de los pentatletas nos iniciamos en la equitación con esta montura. Lo cuidaban los responsables del picadero de Bandama

una regularidad en las restantes puntuaciones y eso me permitía estar bien clasificado”.

Ratifica como figura esencial “a Verástegui, no solo para el club sino para el pentatlón canario y nacional. Porque tuvo gran influencia también en la Federación Española. Yo seguí su estela. De hecho, fui el segundo entrenador de la entidad para relevarle a petición del club. Venía otra camada de interesantes deportistas que luego hicieron también historia en la Unión Deportiva Las Palmas”.

A modo de anécdota, rememora Batista que “los canarios teníamos más dificultades para prepararnos que los pentatletas de otras provincias y lugares. Sin embargo, no sé por qué motivo, el club llegó a tener un caballo propio para nuestros entrenamientos. Nos lo enviaron desde la Península. Se llamaba Guamerú. Varios de los pentatletas nos iniciamos en la equitación con esta montura. Lo cuidaban los responsables del picadero de Bandama, donde realizábamos por turnos los entrenamientos .... Recuerdo que íbamos a entrenar asustados perdi-

dos, por cierto, porque ninguno sabíamos nada de caballos hasta que los vimos cara a cara”.

Raúl Beltrá, delegado en Canarias de pentatlón moderno y directivo de UD Las Palmas

Batista y su montura afrontan un obstáculo complicado
Juan Antonio Batista, difuminado en la imagen de tiro, y a la derecha, preparado para un cross

Gustavo Verástegui

A Gustavo Verástegui (Las Palmas de Gran Canaria, 16 de mayo de 1946) se le recordará como el primer pentatleta notable de la Unión Deportiva Las Palmas, sección del club a la que se incorporó cuando en 1963 se produjo el trasvase de personas desde el Real Club Victoria a la nueva sección natatoria que tutelaba la entidad de fútbol. Y también queda registrado su nombre como el primer campeón de España individual de la UD Las Palmas en cualquiera de sus modalidades y secciones ajenas al balompié.

Fue el primer deportista de la UD Las Palmas en lograr un título de España en cualquier modalidad y posteriormente ejerció como entrenador de notables pentatletas formados en el Julio Navarro

ta plaza en la final de 1.500 metros libres en los campeonatos de España Absolutos de Natación (Granada, 1963, con un tiempo de 20.17.5). Pero estos importantes logros no colmaban las aspiraciones de Verástegui.

“No todos los nadadores podrían ser figuras. Lo tenía asumido porque observaba la evolución de mis propias marcas. La natación fue mi deporte madre, en el que no destacaba sobremanera como sí ocurría a otros compañeros. Pero descubrí casi por azar mis habilidades en el mundo del pentatlón moderno, donde finalmente viví los mejores años de mi vida deportiva”.

El pentatlón moderno entonces era una extensión de la Federación Española de Natación y la licencia federativa de Gustavo Verástegui la sellaba la Unión Deportiva Las Palmas, club en el que militó desde 1963 a 1968, año este último de su retirada de las competiciones nacionales.

Por el camino en la natación había logrado una medalla de bronce nacional juvenil en los 800 metros libres (1963, Zaragoza, con un crono de 10.52.7), tercero también en 400 metros libres (1963, Zaragoza, con un tiempo de 5.06.2) y una cuar-

Al trasladarse a la Residencia Blume de Barcelona en 1963 sufrió una expansión personal como deportista. “El pentatlón obliga a estar preparado para varias disciplinas. Era una modalidad en la que por lógica había una alta calidad competitiva de los pentatletas militares”, recuerda Verástegui. “La natación la preparaba en el Julio Navarro en las etapas de estancia en Gran Canaria. E iba a Valleseco para realizar mis entrenamientos de atletismo en campo a través, con rutas de cuatro kilómetros. Practicaba la esgrima en el Gimnasio de Las Palmas, el que regentaba Jesús Telo Núñez. La hípica, sin embargo, la debía entrenar en los clubs hípicos de la época; casi donde cuadraba tal posibilidad. Encontrar sitios y disponibilidad para las cinco disciplinas tenía su propio entramado, pero lo resolvíamos con ingenio y mucha vocación”.

Su iniciación, aunque tardía, fue exitosa. “Reconozco por ejemplo que mi nivel hípico no era alto porque, además, comencé la monta con 19 años, la edad en la que me

Verástegui, a la izquierda, con un grupo de pentatletas de la UD Las Palmas

inicié en el pentatlón. Los ejercicios con el caballo los aprendí cuando me instalé en la Residencia Blume de Barcelona, lo hacía en el Club de Polo o en un club particular de la ciudad. En realidad, me inicié en cuatro modalidades, incluyendo el tiro, a esa edad. Nunca había corrido antes para preparar una competición, porque mi desarrollo deportivo se había desarrollado en el agua como nadador. Y, por cierto: aprendí a nadar en solitario en nuestra Playa de Las Canteras”.

Ciertamente Verástegui fue un aventurero en su inmersión en el pentatlón moderno, agradecido por el apoyo que recibió de la sección creada por la Unión Deportiva Las Palmas. “Pertenecí al club hasta mi retirada de las competiciones por motivos profesionales. Descubrí que el pentatlón me daba la opción de seguir nadando y desa -

rrollar mis cualidades en otros deportes, sin saber de antemano que las poseía. Así fue cómo logré los dos campeonatos de España, ambos en Toledo, en 1966 y 1967. Mis rivales en su mayoría eran militares profesionales. Y un año después la propia Unión Deportiva Las Palmas creó su sección de pentatlón moderno con una expansión en la que colaboré también como técnico. Desde entonces aparecieron más competidores, algunos incluso los entrené, como Santiago Candela Solá, Juan Antonio Batista, Antonio Ortega, Leandro Pérez, José Junqueras, José Antonio Serrano, …”. Estos nombres citados por Verástegui también llevaron el abrigo de la Unión Deportiva Las Palmas, con logros nacionales conseguidos.

La progresión de Verástegui no había acabado tras sus dos títulos nacionales. “En la Residencia Blume de

Aprendió a nadar en solitario en la Playa de Las Canteras; se inició en la hípica, el tiro, el atletismo y la esgrima tras el paso de nadador a pentatleta

Barcelona no tenía un entrenador específico sino varios muy buenos que nos preparaban en las distintas modalidades. Preparaba esgrima en un club militar, con rivales y compañeros tiradores muy buenos que también se entrenaban allí. El tiro lo ejercía en Montjuic, en unas instalaciones de tiro olímpico … Pero he de decir que perfeccioné bastante mis cualidades cuando en 1967 realicé una concentración en Font-Romeu con el equipo nacional de Francia,

Gustavo Verástegui

uno de los países potentes en este deporte. Los galos tenían allí, en los Pirineos, un centro de alto rendimiento. Y más tarde en 1968, de enero a junio, me preparé en Roma con la selección nacional de Italia para el Campeonato del Mundo de pentatlón moderno en la ‘rama’ militar”.

Sus logros en aquel Mundial de 1968 fueron importantes porque, representando a España, quedó tercero en natación y octavo en la competición de tiro. Tenía en su horizonte la posibilidad de acudir a los Juegos Olímpicos de Verano que se iban a celebrar ese mismo año en

Aspiraba a participar en los Juegos Olímpicos de México, pero un accidente de tráfico mermó sus facultades en las pruebas previas de clasificación

México en 1968. “Después de estas experiencias internacionales avancé mucho y estaba realmente preparado. Pero tuve muy mala suerte. Regresaba a finales de junio en el trayecto de Roma a Génova en mi coche de la época, un mini, cuando sufrí un accidente de tráfico del que salí ileso. Me había quedado dormido al volante durante algunos segundos después de muchas horas de conducción. Fue un contratiempo porque sufría dolores y no pude entrenar antes de un campeonato que era decisivo y que se iba a celebrar en Barcelona. No pude rendir como tenía previsto. Fui tercero en natación, octavo en tiro, … en fin.

Fue una lástima porque de haber realizado mis marcas del año habría ido a los Juegos Olímpicos. Ese momento supuso para mí una fuerte desilusión en el deporte, porque no había logrado lo que había estado preparando durante mucho tiempo. Pero mi suerte fue no morir en aquel accidente donde vi mi vida pasar en secuencias durante los segundos de inconsciencia que sufrí. Había oído hablar a gente que le había ocurrido algo así. Pero visualizar todo en un momento, desde mi infancia hasta aquel día fue algo que me impactó y

que aún lo tengo muy presente, después de tantos años”.

Su última labor en el deporte de Gustavo Verástegui tuvo dos vertientes. Desde Gran Canaria fue director técnico de la Federación Española de Pentatlón Moderno cuando ya ésta estaba constituida, entre 1971 a 1973. Y en 1978 participó como arquitecto en la remodelación de la piscina Julio Navarro, donde su club materno iba a disponer de una pileta olímpica de 50 metros. Sus huellas en la sección amarilla quedaron bien reconocidas.

Frase

Tenía asumido que no todos los nadadores pueden ser figuras. Descubrí casi por azar mis habilidades en el mundo del pentatlón moderno, donde finalmente viví los mejores años de mi vida deportiva

Gente UD y curiosidades

Dominadores del salvamento y socorrismo

Dominaron durante más de una década el salvamento y socorrismo español y también continental, bajo las instrucciones de Fani Fuentes -técnico y presidente de la Federación insular-. En el grupo de la imagen, Ramiro Rodríguez, José Blanco, Alfredo Montes y el último Rafael Gutiérrez de UDLP.; Mari Carmen Machado, María LangLenton y Carmina Díaz. Ramiro y Rafael eran componentes de la UD Las Palmas. Los miembros del equipo grancanario de salvamento y socorrismo llegaron a participar en el Campeonato de España de clubes con el nombre MetropoleUD Las Palmas.

Los pioneros del waterpolo

Miguel Torres fue un técnico que impulsó no solo la sección de natación, sino también la de waterpolo en la UD Las Palmas. En un inicio, se formó un grupo adaptando nadadores y ex nadadores con miembros de idéntica condición del CN Metropole. En la imagen, el equipo que participó en 1972 en Jerez de la Frontera. En la parte superior está el mencionado técnico Torres, jugador además, junto a Santi Caballero, Esteban Talavera, Manolo Bonet, Rafa Reyes, José A. Rubio, José Ferrero. Agachados, Antonio Concepción, Fernando Santana, Rafael de Santa Ana (Falote), Leandro Pérez, Víctor K. Radia y Pepe Cañada

José Antonio Serrano

En la vida de José Antonio Serrano Sánchez (15 de abril de 1957) había una curva. Desconocía él entonces que en ese tramo de asfalto entre calles de la capital grancanaria se ponía fin de forma prematura a una prometedora trayectoria inicial como nadador de la Unión Deportiva Las Palmas. Y a la vez ese instante aciago era la génesis de un futuro pentatleta campeón que marcó una época en España.

Serrano se toca el hombro izquierdo y de forma pausada habla sobre ese episodio que él considera azaroso y que transformó su vida. “Tenía 13 años de edad y me rompí la clavícula en la primera ocasión en que pilotaba una moto Vespino; era un vehículo prestado que estaba aprendiendo en realidad a dominar. En aquel mo-

Decliné todas las propuestas para cambiar de club porque por encima de todo soy canario y la Unión Deportiva Las Palmas me identificaba con mis orígenes

Un accidente

de moto a los 13 años

le hizo abandonar

un prometedor inicio

en la natación para luego descubrir su potencial en el pentatlón moderno

mento era un buen nadador, lo reconozco. Me entrenaba con Miguel Torres y había logrado ser campeón de España infantil. Pero el accidente me obligó a estar inactivo durante seis meses, con el brazo totalmente inmovilizado. Tras ese tiempo, cuando regresé al agua todo había cambiado para mí”.

El joven José Antonio intentó retomar el ritmo de sus compañeros de club, pero “ya nada era igual. Había perdido movilidad en el brazo y también mi potencial en el agua. Me costaba mucho seguir los duros en-

trenamientos de aquella etapa. Me refiero a mantener un nivel competitivo, por ejemplo, en las series de 800 metros programadas por mi entrenador. Estaba desmoralizado y tomé una difícil decisión. Torres se llevó un disgusto cuando le dije que había decidido abandonar la natación porque notaba que debía empezar desde cero sin saber cómo iba a responder mi brazo”.

Aquel accidente, que había sucedido muy cerca de la piscina Julio Navarro en la cerrada curva “de 90

José Antonio Serrano, en la prueba de hípica con uniforme del Comité Olímpico Español

Fue atleta olímpico en los Juegos de Verano de Moscú 1980 y cuatro años después acudió como entrenador del equipo español de su modalidad en Los Ángeles

grados” de la calle Gago Coutinho, no logró borrar la condición de atleta competitivo que residía en él. Con el paso de los meses iba a incorporar sus habilidades natatorias las de las cuatro restantes especialidades que componían el pentatlón. La posibilidad de abrirse camino estaba también en la Unión Deportiva Las Palmas en un deporte variado en el que Serrano iba a sentirse “como pez en el agua”.

“Hoy interpreto lo que me ocurrió como un hecho que estaba en el camino y no como un tropiezo. Si no sufro el accidente no habría descubierto el pentatlón y todo lo que me hizo disfrutar”, recuerda Serrano. “Fui campeón de España una decena de veces, pude ir a unos Juegos Olímpicos y también disputar todos los campeonatos del Mundo a los que podría clasificarme. Viajé mucho, conocí países y a sus gentes. Me dio la oportunidad de estudiar una carrera que ha sido mi vida, ser entrenador del equipo olímpico también en Los Ángeles 1984, … durante una década disfruté de este deporte. Y cuando me retiré en 1983 también fue una decisión propia y lo hice como número uno del ranking español. ¿No sé qué más habría podido desear?”.

La metamorfosis de nadador a pentatleta resultó apasionante, con una evolución constante en disciplinas, marcas y conquistas. “Me fui descubriendo poco a poco, partiendo de que tenía la base de la natación. Con el tiempo mi brazo fue respondiendo y logré mis mejores cronos también. Pero en las otras modalidades debía curtirme. Me ayudó mucho que en 1975 fuera becado en la Residencia Blume, para allí completar la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Esto era también mi motivación y la profesión que iba a desarrollar luego en la vida. Todos mis logros deportivos, personales y profesionales dieron sentido a aquel accidente que me pareció muy traumático el día que ocurrió”.

Serrano exhibió en muchos podios el escudo de la Unión Deportiva Las Palmas. Lo suyo, como tantos otros pentatletas de la época, era vocacional y autodidacta. “Yo mismo me entrenaba, diseñaba mis propias

sesiones para estar preparado en la mayoría de las modalidades … salvo en esgrima, que requeríamos un maestro para descubrir este arte de combate”.

“La natación, a la larga, me ayudó mucho a tener puntuaciones altas. En todos los campeonatos de España de pentatlón lograba las mejores marcas de los competidores. Ese era muy fuerte”, rememora. “Y en los campeonatos del Mundo donde participé también en estas pruebas lograba situarme entre los tres primeros. Todo, todo … no lo había perdido”.

José Antonio Serrano incluye su nombre en el selecto grupo de componentes de las secciones de la UD Las Palmas que logró estar presente en unos Juegos Olímpicos de Verano. Su turno llegó en Moscú 1980, certamen que fue boicoteado por Estados Unidos y sus aliados. “Pero esta ausencia de los países del bloque occidental no tenía importancia para el pentatlón moderno, porque los principales países competidores eran los del bloque del Este”.

Su posición final en el torneo olímpico individual fue vigesimonovena y en el torneo por equipos acabó noveno con sus compañeros Manuel Montesinos y Federico Galera. “He de decir que las potencias de la época eran la Unión Soviética, Polonia, Rumanía, Hungría, … Y, además, los deportistas que representaban a esas naciones eran militares, profesionales que se dedicaban exclusivamente al pentatlón moderno. En el caso de España, no. Así que el puesto que logramos fue muy importante al tratarse de una competición diseñada con esa desigualdad. Alcanzar una medalla olímpica o mundial en esa época era un imposible para nosotros”.

Representó a España en una treintena de competiciones internacionales, para finalizar su ciclo en 1983 como número 1 vigente en el ranking nacional

Confiesa también Serrano que en una ocasión, ya inmerso en los años ochenta, tuvo una propuesta para firmar un contrato profesional. La declinó porque tenía claro que su futuro era la docencia. Y tampoco en el trayecto hasta su retirada aceptó la posibilidad de un cambio de club, porque esa semilla de la infancia con los colores amarillo y azul no abandonaron su corazón. “Siempre dije que no. No veía inconveniente

LA VITRINA DE SERRANO

La cosecha de títulos nacionales de José Antonio Serrano, entre 1974 hasta su retirada en 1983, fue la siguiente:

14 campeonatos de España, 5 de ellos en categoría junior y otros 9 absolutos

Junior (entre 1974 a 1977): 3 campeonatos de primavera y 2 campeonatos de verano

Senior (entre 1975 a 1983): 6 campeonatos de primavera y 3 campeonatos de verano

Además, 5 subcampeonatos de España absolutos: 2 de primavera y 3 de verano

En la modalidad esgrima también logró un subcampeonato de España en 1977

Serrano es poseedor de la medalla de bronce al mérito deportivo concedida en 1980 por el Consejo Superior de Deportes a propuesta de la Federación Nacional de su modalidad.

EL PALMARÉS

Actuaciones con la selección española de José Antonio Serrano

1974

III Trofeo Internacional San Jorge (Barcelona)

1975

Copa Latina en Bucarest (Rumanía)

IV Trofeo Internacional San Jorge (Barcelona)

1976

Copa del Mundo en Sielone-Gora (Polonia)

Meeting Internacional de Berna (Suiza)

Copa Latina en Roma (Italia)

Copa Houved en Budapest (Hungría)

1977

Copa del Mundo en San Antonio (Estados Unidos)

Meeting Internacional en Hertongesboch (Holanda)

Copa Latina en Barcelona

1978

Copa del Mundo en Jodoping (Suecia)

Meeting Internacional en Amsterdam (Holanda)

Copa Latina en Roma (Italia)

Meeting Internacional en Moscú (Unión Soviética)

en competir con mi equipo y siempre quise hacerlo como integrante de la Unión Deportiva Las Palmas. ¿Por qué?. Lo tenía clarísimo: Por encima de todo soy canario y la Unión Deportiva me identificaba con mis orígenes. Me sentía orgulloso decirlo cada vez que viajábamos para competir. Y así dije que lo iba a hacer hasta la retirada” en 1983.

Cuenta como anécdota que “muchas veces competíamos con el chándal que nos había proporcionado la Unión Deportiva Las Palmas. No sólo por comodidad, sino porque eran prendas identitarias. Hacerlo así nos hacía sentir a gusto”.

De todas las competiciones en las que participó señaló la que mejor sensación captó a nivel personal: “Fue en el campeonato del Mundo de Budapest, en el que quedé decimoquinto en la clasificación general. En otro en Texas quedé noveno. Normalmente en los Mundiales de mi deporte competían entre 57 a 60

1979

Copa del Mundo en Budapest (Hungría)

Meeting Internacional en Graz (Austria)

1980

Juegos Olímpicos de Verano en Moscú (Unión Soviética)

Meeting Internacional en Graz (Austria)

Meeting Internacional en Fontaineblau (Francia)

Copa Latina en Roma (Italia)

1981

Copa del Mundo en Roma (Italia)

participantes, tres por equipo. Quedar en esas posiciones tan altas y ante rivales profesionalizados era ya un éxito”.

Por el camino, también estableció un récord nacional español de su deporte que lleva grabado en su memoria: “5.182 puntos. Esa fue una gran marca, mi mejor puntuación.

Meeting Internacional en París (Francia)

Meeting Internacional en Berna (Suiza)

Meeting Internacional en Leningrado (Unión Soviética)

1982

Campeonato del Mundo Militar en Estocolmo (Suecia)

1983

Copa del Mundo en Warendorf (Alemania)

Copa Latina en Madrid

Meeting Internacional en Toledo

Estableció un récord de España con 5.182 en una etapa donde su deporte no estaba profesionalizado

José Antonio Serrano, en el centro, tras recibir los reconocimientos de su trayectoria deportiva por parte del Consejo Superior de Deportes. Escoltan al pentatleta grancanario Alejandro Blanco y Victoria Cabezas, presidente y secretaria del Comité Olímpico Español en 2018

La hice en un Campeonato de España. Y no se puede encontrar equivalencia con las marcas de las competiciones actuales, porque el pentatlón ha ido modificándose incluso con los materiales utilizados. Ha cambiado tanto que en las pruebas de tiro ya no se utilizan balas, sino disparos láser. La competición de esgrima, por ejemplo,

se disputaba en aquella época mía con un todos contra todos. Era la sección más larga, porque empezaba a las ocho de la mañana y se cerraba a las doce de la noche. Posteriormente se han desarrollado por torneos eliminatorios. De esta forma aquella puntuación que yo logré hoy no tiene un rango de comparación”.

Serrano, en espera de una prueba en los JJOO de Moscú 1980

SALVAMENTO Y SOCORRISMO

Paqui Romero

Su entrenador, Fani Fuentes, la convenció para pasar de la natación al salvamento y socorrismo en 1982, una modalidad “de la que nunca había oído hablar”

El edificio vital de Paqui Romero Padrón (23 de abril de 1962) se ha construido en la piscina Julio Navarro. A aquellas instalaciones llegó con seis años a través de los cursillos de antaño, “con Ojeda, por supuesto”, para luego quedarse en la escuelita del club, desarrollarse como nadadora -llegó a ser quinta nacional en 200 mariposa- y tomar más tarde un giro decisivo en su travesía para dirigirse al destino donde iba a alcanzar su gloria deportiva.

En la figura de Paqui conoció el escudo natatorio de la Unión Deportiva Las Palmas a una múltiple campeona de España y también campeona Mundial (prueba de 200 metros obstáculos), cumbre personal alcanzada en Londres. La modalidad elegida fue salvamento y socorrismo, donde “me sentí una pionera, porque era un deporte con más chicos practicantes”.

El peso de esa decisión exitosa recayó en su entonces entrenador, Eufemiano Fuentes Martínez, al percatarse del potencial que Paqui podría tener dando el paso de la natación a una modalidad que iba a ser un referente del deporte de Gran Canaria en la década de los ochenta. “Comencé en 1982 y, ¡qué casualidad!, decidí retirarme en el momento en que la sección

de natación de la Unión Deportiva iba a transformarse en Club Natación Las Palmas”. Romero añade a su currículo personal el trofeo de Mejor Deportista de Las Palmas en 1983 y su posterior paso como entrenadora, vigente en el paso de frontera del setenta y cinco aniversario del club amarillo.

“Fani Fuentes se percató de mis cualidades en la especialidad de mariposa. Él venía a verme nadar. Me dijo que tenía potencial para el salvamento y socorrismo. Cuando escuché sus palabras, en ese momento desconocía que existiera ese deporte”, confiesa Romero al rememorar el instante decisivo en su juventud. “Al aceptar el reto tuve que empezar desde cero. Reconozco que la

Fue tan inmediata su proyección que un año después recogía el premio a Mejor Deportista de Las Palmas representando a su nueva especialidad

prueba de la barca fue una sorpresa para mí; en mi vida me había subido a una de ellas. Imaginé erróneamente que se tratara de una faceta fácil de dominar. Pero descubrí que se trataba de una prueba compleja en la que hay que depurar la técnica, la habilidad de maniobrar con ella. Ese fue quizá el hándicap más importante que encontré al inicio. Entonces me dije: Paqui, aquí hay que poner codos para salir adelante”. Sin embargo, tal fue su dedicación que acabó como cuarta clasificada mundial en esta especialidad.

En Paqui Romero había una campeona en ciernes. “Los sábados acudía al Real Club Náutico a prepararme con una embarcación y el resto del entrenamiento

lo realizaba en la piscina de la Unión Deportiva, casi en solitario. Y al acudir al primer campeonato de España de esta modalidad, celebrado en Alicante, fui la primera sorprendida. Porque acabé segunda en la clasificación general y campeona de España en 200 metros obstáculos. Me di cuenta de inmediato que Fani tenía razón. Comprendí que podía tener un camino interesante que quizá en la natación no me esperaba”.

Su aterrizaje en el salvamento y socorrismo fue tan impactante que apenas unos meses después Paqui estaba con el equipo nacional en Polonia debutando en el Campeonato del Mundo. “Desde ese día ya no salí de las convocatorias de la selección española hasta mi retirada, fueron siete años en los que

Acudió durante siete años consecutivos a todas las convocatorias de la selección española de su modalidad, con participación en cuatro campeonatos del Mundo

participé en cuatro mundiales. Y me dio la oportunidad también de acudir a unos Juegos de Deportes No Olímpicos. Fue la primera edición de este evento tan curioso y se celebró en Londres durante 1985. Fue una experiencia extraordinaria la que me proporcionaba el salvamento y socorrismo. Se disputaron torneos de brilé, carreras de patines, culturismo, natación con aletas, … hasta kárate, que acabó siendo deporte

olímpico. El salvamento y socorrismo lleva desde entonces tratando de que el COI le dé un reconocimiento internacional en los Juegos Olímpicos de Verano”.

Las pruebas de aquella época de Romero como especialista en la salvación acuática eran duras. “Todos los nadadores tenían que hacer el programa de salvamento y socorrismo. Actualmente no es así, porque son parcelas individuales. Mis pruebas eran: 200 metros con obstáculos, 50 metros de arrastre de maniquí, 100 metros combinados, 100 metros con aletas, lanzamiento de balón y 150 metros de embarcación. Y había que estar muy bien preparado en todas para poder estar en los primeros puestos de las competiciones”, como ella logró.

Otro de los logros de Romero fue que el salvamento y socorrismo “empezara a conocerse en Canarias. Y también comenzaron a surgir nuevas compañeras como Concepción Escatllar y Rosi Ortiz. El Club Martianez, de Tenerife, introdujo esta sección en 1985, aparecieron nadadores practicantes de la modalidad … y, como ya digo, mi deporte tuvo una

Fue representante grancanaria en los I Juegos de Deportes No Olímpicos, celebrados en Londres en 1985
Paqui Romero recibe el trofeo como mejor deportista de Las Palmas en 1983
Paqui Romero, en varias de sus actividades en Salvamento y Socorrismo. Abajo a la izquierda, sube a lo más alto del podio en un Mundial de la especialidad

presencia en Canarias que en mis comienzos no se conocía”.

Paqui Romero destaca las facilidades y el apoyo que encontró en la sección de natación de la Unión Deportiva Las Palmas. “Lo tengo que agradecer eternamente, porque comprendieron mis expectativas en el salvamento y socorrismo. Me apoyaron, aunque era un ave solitaria, por así definirlo. Nunca me pusieron trabas para poder entrenarme o acudir a los campeonatos”.

A finales de los ochenta iba a producirse el siguiente volantazo en la trayectoria de Paqui. Llegaba el fin de su etapa como deportista, el inicio de su maternidad y el nacimiento del nuevo club que se aprestaba

Logró el título mundial en la especialidad de 200 metros obstáculos

al relevo. “Aquí hubo una auténtica desbandada en 1989 cuando dejamos de ser Unión Deportiva Las Palmas para convertirnos en Club Natación Las Palmas”, expresa con la añoranza de algo que se fue entre los dedos. “Nos quedamos unos pocos. A Michi (Miguel) Gil -entrenador de entonces- y a mí nos llamó el CN Metropole y estuvimos cerca de irnos. Pero nos miramos y dijimos que no podíamos hacerlo. Que nuestra casa era la Unión Deportiva Las Palmas. Y aún hoy lo siento así, porque de alguna forma el espíritu de aquel club familiar nunca se ha ido del Julio Navarro”.

Frase

La

En 1989 hubo una auténtica desbandada de nadadores, cuando dejamos de ser Unión Deportiva Las Palmas. Nos quedamos unos pocos. Nos miramos y dijimos que no podíamos hacerlo. Que nuestra casa era la Unión Deportiva. Y aún hoy lo siento así, porque de alguna forma el espíritu de aquel club familiar nunca se ha ido del Julio Navarro.

Lentejuela a lentejuela

El particular mundo de la natación posee un modelo de convivencia distinto a otras modalidades deportivas por la implicación tan directa de los padres en los clubes: Largas horas en los intensos entrenamientos, vida colectiva propia alrededor de la piscina y una puerta abierta para entrar a colaborar en un deporte que por sus características exige mucho sacrificio a sus participantes.

La sección de natación de la Unión Deportiva Las Palmas no fue ajena a ello. La familia Gil Dávila y sus progenitores dejaron una huella singular en los alrededores de Julio Navarro, como también otras familias que congregaron tanta energía para el impulso de un club durante casi tres décadas.

Las familias se involucraron en las tareas organizativas de la natación, incluso para la confección artesanal de los bañadores de las chicas de sincronizada

Paco, Laureano, Aurora, María y Miguel Gil Dávila eran los cinco niños a los que Antonia Efigenia Dávila Izquierdo acompañaba a diario a la piscina, junto a su esposo Teófilo Antonio Gil Mayor. Ambos acabaron absorbidos por la actividad natato-

La modista

Pepita Gloria

ria porque fueron colegiados de natación y natación sincronizada. En el caso de la mamá, también fue la primera vocal del ‘ballet acuático’ en la directiva de la Federación Canaria que presidía Gregorio Socorro.

Había mucho que hacer siempre. Aurora Gil recuerda de sus padres que “se metieron profundamente en el mundo del deporte de manera desinteresada, como otros padres de nuestros amigos y compañeros también. Mi padre era además un especialista en los cálculos y ejercía como secretario de los jueces de natación”.

La aventura de Aurora Gil en la natación sincronizada tuvo como gran aliada a su madre Antonia, Antoñita como se le conocía en el club. Porque “junto a Pepita Gloria, madre de los hermanos Placeres, hicieron un

Antoñita Dávila, en sus funciones como jueza de natación sincronizada

gran trabajo en los años de inicio de nuestra sincronizada. Pepita era modista y se encargaba de hacer los bañadores a las niñas, comprando la licra en el Kilo. Y mi madre luego diseñaba los dibujos o los contenidos del diseño del bañador para que compitieran acorde a la música elegida para los concursos”.

Era una labor entre bastidores, pero que en el club se reconocía. La diseñadora se fijaba “en las revistas de moda o en diseños acordes al tema elegido por el equipo. Por ejemplo, recuerdo un bañador en los inicios de Paola Tirados que tenía mucho brillo. Mi madre cosió lentejuela a lentejuela para formar la figura elegida en la prenda. O el de una mariposa para el equipo. Era una labor ardua, muy sacrificada, pero luego las chicas salían a competir con elegancia. Porque todo cuenta en esta modalidad que ha sido una referencia en el deporte grancanario”.

“Todo era muy artesanal”, matiza Aurora Gil. “Porque la natación sincronizada tiene esa magia que está tan unida a lo estético y lo artístico. Mi madre supo interpretarlo y fue una gran ayuda su colaboración”.

NATACIÓN SINCRONIZADA

Aurora Gil

1984. Apenas cuatro años antes, las dos primeras ondinas del club grancanario iniciaban la actividad bajo la batuta técnica de la mencionada Carmen Martón, otrora gran especialista en el país.

La Unión Deportiva Las Palmas fue la entidad pionera en Canarias en introducirse en el fascinante mundo de la natación sincronizada, el deporte artístico del agua por excelencia. Su origen se localiza en 1980, precisamente tras la contratación de Tomás Isturiz como entrenador de la Unión Deportiva Las Palmas. Vino acompañado por su esposa, Carmen Martón, y entre ambos se repartieron las distintas funciones técnicas en el club.

Esta inmersión en tan apasionante actividad de la sección del club grancanario se produjo casi simultáneamente con el asalto olímpico del balé acuático, en Los Ángeles

Esos dos primeros nombres de la Unión Deportiva Las Palmas fueron Olga Reboso y Aurora Gil. “Todo ocurrió muy rápido”, precisa Gil (5 de enero de 1964). “En mi caso, yo era nadadora del club como el resto de mis hermanos. Toda la familia se unió a la Unión Deportiva Las Palmas desde los años sesenta. Estoy aquí desde que tenía cinco años. Pero reconozco que, si bien mis hermanos tenían cualidades para las pruebas de velocidad y hacían marcas para acudir a los campeonatos de España, no era mi caso. Así que recibí una invitación que ha marcado el resto de mi vida de forma tan positiva”.

En 1980 fue pionera en la introducción en Canarias de la natación sincronizada a través de la UD Las Palmas

“Recuerdo que fue en enero, tras mi cumpleaños, cuando Tomás Istúriz me llamó y me aconsejó probar en la natación sincronizada. Así lo hice, en la segunda sesión del día a las 11.00 de la mañana me puse a las órdenes de Carmen”, puntualiza.

“La cosa fue bien. Y casualmente la Federación Española organizó entre los clubes una Liga de figuras (de natación sincronizada). De tal forma que en el mes de marzo ya estábamos en competiciones. Y todo aquello a mí me encantó”.

Aurora es toda una institución en el deporte isleño. No solo fue abanderada deportista en la ‘sincro’ sino que, más tarde, ha sido la instructora de grandes deportistas, campeonas que han llevado a la natación artística de la isla a lo más alto del concierto nacional. E internacional también, con Paola Tirados en un lugar estelar.

Gil recuerda con añoranza aquellos comienzos en 1980. “En pocos meses, con una dura preparación a cargo de Martón, logramos un gran progreso. Fuimos en julio a Vigo para competir en los Campeonatos de España y nuestro dúo consiguió el cuarto puesto nacional. Y

Aurora, segunda por la derecha, primera internacional canaria de sincro. Equipo nacional

tan bien rodó todo que un año después yo estaba ya seleccionada con el equipo nacional junior y, más tarde, con el equipo absoluto de España”.

La llegada de la entrenadora Carmen Martón, esposa del técnico del club Tomás Isturiz, resultó clave en su progresión:

La sincronizada causó un gran impacto en la sección del club grancanario. Pronto nuevas chicas se unieron a la causa y en 1981 la piscina Julio Navarro fue sede del Campeonato de España de invierno de la especialidad, uniéndose al equipo nuevas nadadoras: Begoña González, Alicia Ramos, Teresa Valido, Yolanda Garcés, … “Teníamos una muy buena base de natación, entrenábamos mucho y había una gran ilusión. Teníamos también la dificultad de los propios medios, pero todo se compensaba con el trabajo y trabajo”.

Un año después la Federación Española la convocaba para competiciones internacionales

Con la marcha de la entrenadora original de la natación sincronizada, la propia Aurora Gil tomó el testigo técnico en el club para prolongar la enseñanza de la modalidad. “Encontramos un semillero auténtico de nadadoras, de niñas que venían con entusiasmo a aprender esta modalidad. La Unión Deportiva Las Palmas fue pronto el club de referencia de Canarias en esta espe-

cialidad. Aplicábamos las técnicas básicas de la natación sincronizada. Mi anécdota en este caso es que a Paola Tirados, que llegó muy pequeñita al club, la enseñé a nadar en los cursillos de natación”.

Su ojo técnico en el caso de la medallista olímpica que brotó en el Julio Navarro fue certero. “Paola tenía tres años y hablé ya con su madre para advertir que la niña tenía mucha flexibilidad, una gran facilidad para la gimnasia deportiva. Y así fue. Recuerdo con emoción que incluso llegué a coincidir con ella como nadadora, en el final de mi etapa y en su comienzo con seis años. Ella empezó con esa edad y ya se veía que iba para algo extraordinario. Le enseñé a nadar, fui su compañera durante un tiempo y más tarde su entrenadora

El primer diploma de natación de Aurora Gil, sellado por la UD Las Palmas

hasta que se marchó becada a Barcelona”.

“Cariñosamente tengo que decir que el Julio Navarro, en aquella época, era un totum revolutum. La sincronizada añadió un colectivo más para compartir calles de la piscina, horas de entrenamiento, organización de desplazamiento,

… Daba gusto ver cuánta actividad tenía la natación de la Unión Deportiva Las Palmas y la cantidad de objetivos que los distintos grupos tenían de forma respectiva”, matiza.

“Pero superábamos cualquier dificultad con las ganas de competir.

La exigencia en el caso de la sincronizada era máxima, porque íbamos

Cuando Aurora Gil abordó su proyecto en el ballet acuático desoyó con acierto una frase de advertencia: “Te estás metiendo en camisa de once varas”, le dijeron

también a los torneos con las mayores aspiraciones y a enfrentarnos a las mejores del país. Esa colección de éxitos está y significará que algo hicimos bien”.

“Cuando me hablan de la Unión Deportiva Las Palmas lo siento con

orgullo y recuerdo toda aquella época con alegría y también añoranza. Trabajábamos mucho con medios escasos, en agua fría durante el invierno, … También fui transportista del club. Porque cuando las niñas acababan el colegio y estábamos en preparación de competiciones importantes, recuerdo irlas a buscar al colegio para juntarlas en la piscina y realizar sesiones de entrenamientos extra. Y entrenábamos en doble sesión … hasta las diez de la noche”, razona Aurora Gil.

La Unión Deportiva Las Palmas fue la semilla que recogió frutos en la cosecha a nivel nacional en los

Fuimos un club visionario, porque se atrevió a introducirse en un deporte que ahora está en la cumbre, pero que en 1980 no se conocía en Canarias

años noventa del pasado siglo, ya como Club Natación Las Palmas.

“Fuimos un club visionario, porque se atrevió a introducirse en un deporte que ahora está en la cumbre del éxito, pero que en 1980 ni se conocía en Canarias. De hecho, en mi caso alguien del club me dijo en aquellos días: Te estás metiendo

en camisa de once varas. En aquel momento, aquella frase me impactó, me afectó y me hizo reflexionar tanto que todavía hoy la recuerdo. La natación sincronizada no tenía prestigio incluso entre algunos directivos. Pero, con el paso de los años y a la vista de los éxitos, con la consagración de campeonas de

España e internacionales que nacieron en esta piscina, pienso: ¡Qué bien resultaron las once varas de aquella camisa!”.

“Mi cariño a la Unión Deportiva y al actual club es eterno. Estoy aquí desde los cinco años de edad. He vivido grandes momentos y también etapas difíciles. Pero siempre me he sentido unida a estos colores. El club de fútbol”, apunta finalmente, “nos hizo también aficionados al Estadio Insular. Teníamos la posibilidad de ir con un pase que nos proporcionaba la entidad por ser miembros de la sección de natación. Iba con Teresa Valido a los partidos, a disfrutar del equipo. Nos sentíamos parte de él. ¡Cómo disfruté aquel día que perdíamos 1-3 con el Real Madrid y acabamos ganando el partido!. Nuestro equipo es así. Y sigo siendo aficionada de por vida”.

Aurora, en su etapa de instructora con un amplio elenco de nadadoras de sincronizada de la UD Las Palmas a sus órdenes
El doctor Ponce Arencibia hace entrega a Gil Dávila de la distinción social

Paola Tirados

El inicio de una gran campeona

En la recta final de la sección de natación de la UD Las Palmas emergió la joven estrella que años después iba a ser protagonista de una extraordinaria carrera deportiva, con brillo de plata en los Juegos de Pekín 2008

En aquellos años finales de la sección de natación sincronizada de la Unión Deportiva Las Palmas estaba emergiendo en la piscina Julio Navarro una ondina de rango internacional, figura eterna de la leyenda deportiva de Canarias. Fueron tales las cualidades que detectaron en Paola Tirados (14 de enero de 1980) que las entrenadoras del club animaron a sus padres para que desde los 5 años de edad combinara su gracia natural y agilidad física con el ballet acuático.

Paola recuerda con entrañable orgullo personal esa etapa de inicio en el agua, cuando a los 3 años comenzó su deporte en bañador y a los 5 años de edad comenzó su formación a las órdenes de Carmen Martón y Aurora Gil Dávila.

La natación sincronizada tenía entonces una proyección exponencial en el club tras brotar esta modalidad

casi de la nada. Una hornada de nadadoras ya estaba en camino con la pequeña Paola, junto a Ione Serrano -con quien formaría un dúo memorable años después-, Leticia Ortega, Elisa Quevedo, Vanesa Fortea, Iraya Rodríguez, Nieves Sánchez, …

La sirenita del Julio Navarro despuntó desde tan pronto y con 9 años de edad, tras haber participado en sus primeros certámenes nacionales como integrante del grupo de la UD Las Palmas, asistió a la transición hacia el Club Natación Las Palmas. Y así, aquella prometedora bailarina acabó convirtiéndose en princesa del deporte de Canarias: 75 medallas en los Campeonatos de España, 10 preseas en los distintos Campeonatos del Mundo a los que asistió, 13 podios en los Campeonatos de Europa, tres actuaciones en los Juegos Olímpicos de Verano y su coronación deportiva con la medalla de plata en los Juegos de Pekín 2008.

Esa vida tan apasionante en el deporte comenzó con el amarillo y azul del equipo de su tierra.

Paola, en una pose antes de entrar al agua, con un bañador decorado por lentejuelas
Paola, al frente del grupo, la más pequeña en tamaño de las nadadoras

Paola Tirados se inició como bailarina acuática a los 5 años de edad, acudiendo a sus primeros Campeonatos de España con el escudo de la Unión Deportiva Las Palmas De inmediato comenzó su cosecha de éxitos que coronó con 75 medallas en los Campeonatos de España, 10 en los Campeonatos del Mundo, 13 podios en Europa y tres actuaciones en los JJOO de Verano Tirados, escoltada en el primer puesto del podio por sus compañeras

Una jovencita Paola Tirados, con sus compañeras de club tras recibir el trofeo de primera clasificada de una competición. Todas posan con el uniforme y colores de la UD Las Palmas

El BALONMANO

La sección del deporte del 40x20 hizo su aparición en la UD Las Palmas en 1965, captando a un grupo de jugadores cuyo núcleo principal era el equipo del Virgen del Pino

La aparición del balonmano como sección de grupo deportivo bajo el ala de la UD Las Palmas se produjo a comienzos de 1965, también en la etapa presidencial de Juan Trujillo Febles. Tres entidades futbolísticas de Primera División ya tenían sus propios equipos en la División de Honor de balonmano por aquellos días: Atlético de Madrid, FC Barcelona y Valencia CF. El balonmano -con una primera versión de 11 jugadores- era, en consecuencia, una vía conocida como apuesta para los grandes clubes del fútbol nacional.

La Unión Deportiva Las Palmas acudió en aquel momento al rescate de un grupo de jugadores y técnico que en su núcleo principal procedían de la sección del mismo deportivo del Virgen del Pino, centro de formación profesional ubicado en Guanarteme que apadrinó también a varios conjuntos deportivos de distintas modalidades. A este equipo se unieron otros jugadores también de distintos equipos locales.

El balonmano a siete había ganado popularidad en aquellos años sesenta,

con unas competiciones federativas que tenían su base en las canchas de Santa Catalina (creadas en esa época por iniciativa del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria). Tenía también el impulso de la propia Federación de Gran Canaria, bajo la presidencia de José Juan Ojeda, que había sido creada en el mes de febrero de 1960. Las principales competiciones se vertebraban en dos categorías y la UD Las Palmas apareció en la Segunda División local de balonmano semanas después de su creación.

José Díaz Rivero presidía y entrenaba al primer grupo de balonmanistas que se integró en el club amarillo. En ese primer ejercicio, la UD Las Palmas logró el torneo insular de Segunda categoría y materializó un ascenso a la máxima división local. En mayo de 1966, con nuevos retoques en el bloque, se había producido un vuelco en la sección con la incorporación del jugador-entrenador Ángel Martínez Mingorance. Militar de profesión y jugador en Madrid con el club Automovilismo, Mingorance propició un salto cualitativo en cuanto a juego, entrenamientos y táctica de los balonmanistas amarillos.

1967 fue un año decisivo porque en las competiciones locales, la UD Las Palmas alcanzó la final de la Copa

Formación de la UD Las Palmas. Son identificables, entre otros: Orozco (jugador/entrenador), Durana, Antonio Rey, Jesús Rey, Telesforo, Emiliano Martel. En el grupo de agachados: Mingorance, Pulido, Doreste y Jiménez

Presidente, que cedió con el marcado 17-10 ante el equipo de Parques y Talleres. Compitió también en el campeonato estival de primera categoría ubicándose tras Pepsi Sansofé (24 puntos), Ron Artemi (20), a la par con Zona Aérea (13) y por delante de la sección de balonmano del Real Club Victoria (10).

Y también en abril de 1967 el equipo de la UD Las Palmas viajó para competir en Salamanca en el campeonato de España de Segunda categoría, como representante insular de Canarias. Su paso no fue inadvertido. La única derrota en la fase previa se registró con el club

Tras disolverse la sección, la estela de la UD Las Palmas quedó en las formaciones de los históricos clubes

Pepsi Sansofé y Canteras UD

balear Luis Vives, que finalmente se proclamaría campeón del torneo en final ganada al Tirso de Molina, de Madrid. Los amarillos vencieron al Guardia de Franco de Salamanca y al Ondarrak de Bilbao.

Esos dos triunfos permitieron disputar el partido de consolación por el tercer puesto, para ganarlo 21-7 al CAU de Madrid (Club Atlético Universitario). Lo hizo con un grupo de jugadores integrado por el mencionado Mingorance, Orozco, Jesús y Antonio Rey, Delgado, Quintero, Telesforo, Jiménez, Durana, Doreste y Roberto. En representación de los dirigentes del club amarillo y como

delegado del grupo deportivo ejerció Guillermo Wyttenbach.

Ese puesto en el podio del torneo salmantino le concedía el derecho de ascenso a la Primera División, pero el equipo fue objeto de un veto a nivel nacional impidiendo un ascenso ganado en las pistas. La Federación Española de Balonmano no admitía entonces en las competiciones de ligas nacionales a los equipos residentes fuera de la Península. El argumento de la carestía de los desplazamientos fue lo que impidió consolidar en los despachos el meritorio logro deportivo.

de un total de seis fracciones de la Primera División.

De esta forma, la UD Las Palmas se convertía en el segundo equipo de Gran Canaria que padecería la injusta norma, porque un año antes había ocurrido con Parques y Talleres como campeón nacional de la misma categoría. En la Liga de Primera nacional de 1967-68 apareció el CAU de Madrid (relevo de los amarillos) dentro del grupo segundo

Después de esa segunda temporada y del duro golpe de no derribar el puesto fronterizo de la Federación, la sección de balonmano se disolvió con una masiva salida de jugadores a otros destinos deportivos locales. Algunos reforzaron al Pepsi Sansofé, que iba a marcar época hasta el abordaje en las competiciones del Canteras UD. Tras la estela de estos equipos figura la sección amarilla de la UD Las Palmas.

No fue el único intento del balonmano como sección afiliada a la UD Las Palmas. En 1982 la directiva de entonces recibió una solicitud por parte de los dirigentes del CB Ciudad de Las Palmas para el renacimiento del equipo, partiendo desde la Segunda categoría provincial, tercer escalafón de la época en el concierto nacional balonmanístico.

El propósito era comenzar las competiciones de 1982-83 con el escudo de la UD Las Palmas en las canchas del grupo canario de la Segunda categoría. Pero finalmente la propuesta no se llevó a efecto y la idea cayó en el olvido. Años después, hubo alguna aproximación también hasta Pío XII del Canteras UD, pero ninguno de los intentos cristalizó.

Medina Pulido

Juan Antonio Medina Pulido (3 de marzo de 1946, Las Palmas de Gran Canaria) fue durante décadas un personaje popular en el fútbol de Canarias. Lo fue por su amplio recorrido en los banquillos, la etapa federativa como instructor técnico o su ciclo como seleccionador canario juvenil, … Pero hay una etapa que conserva en sus recuerdos con orgullo: Jugador de la UD Las Palmas de balonmano.

Pudo convertirse en el primer traspaso de la sección de balonmano cuando Domingo Bárcenas viajó hasta Gran Canaria en el intento de incorporarlo al Atlético de Madrid. “Pero decidí quedarme al ver las lágrimas de mi madre”

Pulido, como se le conoce, era un deportista nato. Llegó a practicar en su juventud tres deportes y además hacerlo con equipos de la élite insular. “Francamente, era mi mundo. Los sábados jugaba al baloncesto con el Comercio Seu. Los domingos por la mañana iba a disputar los partidos con mi equipo de la Unión Deportiva Las Palmas de

balonmano. Y por la tarde, actuaba en el juvenil D de la Unión Deportiva Las Palmas de fútbol. El tiempo restante, se lo dedicaba a mi novia”.

Así fue cómo el incipiente Pulido fue partícipe de una sección de balonmano amarilla que tuvo una duración escasa, pero intensa. “Yo tenía un trabajo adelantado a nivel técnico, porque jugaba al baloncesto y dominaba el bote o la finta. Los

balones de basket de aquella época eran enormes, pero se me daba muy bien. Al incorporarme al balonmano tuve menos problemas y bastantes recursos”, precisa. “Jugué primero en el equipo de la OJE de Arucas, que tenía condición de campeones de Canarias de su categoría. Pero al formarse la UD Las Palmas me llamó el técnico Orozco y acepté iniciarme en un deporte que ya entonces iba de manera creciente. Los partidos en la cancha de Santa Catalina eran memorables”, puntualiza.

“No sé por qué motivo exacto la Unión Deportiva Las Palmas se introdujo en el mundo del balonmano. Pero lo cierto es que lo hizo con mucha fuerza. Había reunido a una serie de jugadores locales muy importantes, diría que los mejores salvo a aquellos

que estaban en los conjuntos formados por los militares, como podría ser Parques y Talleres”. De tal forma que Pulido advierte que “realmente Las Palmas formó un equipazo, preparado para ganar las competiciones locales y proyectarse hasta donde pudiera llegar”.

Cambió

de modalidad deportiva para finalmente hacer trayectoria en los banquillos de fútbol, con amplio recorrido y prestigio como seleccionador canario juvenil

“Entrenábamos y jugábamos al balonmano (a siete) en Santa Catalina. Se incorporó primero un técnico de profesión militar, Orozco, que había jugado en el Atlético de Madrid. Su valor en el proyecto de Las Palmas fue ahondar en la táctica del balonmano, crear recursos desde el banquillo para mejorar el rendimiento de los jugadores que dirigía”, recuerda. “En poco tiempo, el nivel de la UD Las Palmas se puso al del mejor equipo de la época, el mencionado Parques y Talleres. Los conceptos técnicos y tácticos que nos había transmitido fueron fundamentales para que los resultados del equipo sorprendieran por su constante progresión”.

“En mi caso, noté también esa mejoría. Picaba, pasaba, corría al contragolpe, bloqueaba, … con soltura en el baloncesto. Como no era muy alto, todos esos valores técnicos los incorporé como jugador de raya, lo que hoy podría considerarse como pivote. A mí mismo me sorprendió mi propia evolución”, reconoce.

Hasta el punto de que, en una visita del Atlético de Madrid, recibió la oferta para irse como jugador rojiblanco. Léase: Pulido pudo ser el primer jugador de la UD Las Palmas de balonmano que emigraba a un club de la máxima categoría nacional. “Habló personalmente conmigo Domingo Bárcenas”, recuerda. “Me citó en Santa Catalina para realizar una serie de entrenamientos con ellos. Hablaron con mi madre, incluso, para obtener la autorización familiar de mi fichaje. Pero yo era el único varón de mi casa, con mis tres hermanas y madre. Las lágrimas de mi madre paralizaron mi fichaje por el Atlético. Era viuda y comprendí sus argumentos. Me olvidé de Bárcenas, del balonmano Atlético y seguí mis pasos en la isla”.

Para Pulido, también Martínez Mingorance tuvo gran influencia en la UD Las Palmas balonmanística. “Fue posterior entrenador del equipo. Sabía mucho de este deporte, de gran experiencia. En su etapa el equipo se clasificó para el campeonato de España de Segunda categoría. En mi caso no pude ir a esa fase nacio-

nal por temas de estudios, al igual que le ocurrió a Eduardo Carrasco. El equipo perdía a dos jugadores importantes, pero aún así acabó tercero y tuvo el derecho al ascenso. Desde el punto de vista actual, fue una hazaña lograda en muy poco tiempo desde la creación de la sección”.

Valora Pulido que “la importancia de la sección de balonmano de la UD Las Palmas está en el empuje que dio a las competiciones locales. Con un equipo tan bien armado como estaba el amarillo, los demás también tuvieron que subir el listón para poder competir a mejor nivel. El balonmano, como deporte, agradeció la aparición de este proyecto, aunque ya no recuerdo el motivo exacto del por qué no continuó. Los jugadores que estábamos en la Unión Deportiva reforzamos posteriormente a otras plantillas. En mi caso, fui al Pepsi Sansofé con otros compañeros como el portero Durana o Jiménez. Coincidimos con Leoncio Castellano, que tenía una vocación técnica innata. Con él se iniciaría también el alzamiento del balonmano femenino cuando tomó las riendas del Tirma”.

Pero el camino de Medina Pulido dio un giro final hacia otro balón, el de los lunares negros. Esa historia también tiene inevitables lazos con el amarillo de la UD Las Palmas.

Frase

Los partidos en la cancha de Santa Catalina eran memorables. La Unión Deportiva Las Palmas se introdujo con mucha fuerza en el mundo del balonmano local porque formó un equipazo

Eduardo Carrasco

Como miembro del equipo fundador recuerda que “en dos años hicimos historia, con buen equipo. La cancha de balonmano de Santa Catalina casi siempre se llenaba para ver los partidos”

Eduardo Carrasco Martín (Las Palmas de Gran Canaria, 18 de febrero de 1945) fue miembro del equipo fundador de la sección de balonmano de la UD Las Palmas y más tarde pieza relevante en el colectivo técnico de Gran Canaria. Su viaje hasta el club amarillo partió desde el equipo del Virgen del Pino. Lo hizo en compañía de un grupo de jóvenes deportistas que encontraron en la entidad futbolística un refugio adecuado para seguir compitiendo en un deporte que estaba en sus primeros pasos en Gran Canaria.

“En esa época no conocíamos el parqué”, apunta al refrescar su me-

moria sobre aquellos partidos de los años sesenta del Siglo XX. “El balonmano a siete era ya un deporte que tenía mucho seguimiento por parte de los aficionados, reflejado incluso en el periodismo local. Se había situado en pocos años en el segundo espectáculo con balón que gustaba a los aficionados, después del fútbol.

Jugábamos en cemento, aunque yo también recuerdo disputar partidos en tierra. Las canchas de juego se adaptaban a esta nueva modalidad, que tenía equipos importantes como Sansofé, Parques y Talleres y Real Club Victoria, entre otros”.

También se disputaron encuentros en varias localidades de la isla por-

que “había una gran actividad, con muchos jóvenes jugadores practicándolo. En Arucas, por ejemplo, se jugaba en la tierra del campo de la OJE, la Organización de Juventudes. Tenía un buen conjunto y junto con Ingenio, ya eran los equipos más fuertes que había fuera de la capital”.

“Todo estaba empezando en aquella época, incluso la Federación. Hasta el bote del balón tenía un sentido muy primario e irregular. Jugábamos al balonmano por la ilusión del pionero. Fue una etapa de progresión, mejorando cada día las tácticas y el rendimiento de los equipos. También la calidad de las propias instalaciones, aunque no como se conoce en la actualidad”, apunta Carrasco.

La construcción de las canchas de Santa Catalina tuvo una importancia crucial en la expansión del deporte del 40x20 (dimensiones de las pistas). Eduardo Carrasco lo valora así porque, además de sus funciones en algunos clubes, más

La Frase

La importancia que tuvo en nuestro deporte la UD

Las Palmas fue el sentar las bases de la formación de un conjunto que pudiera dar el salto a nivel nacional con jugadores de Canarias

tarde fue técnico, miembro federativo o director de la Escuela Provincial de Entrenadores. “La importancia que entonces tuvieron equipos como la UD Las Palmas y otros fue el sentar las bases de la formación de un conjunto que pudiera dar el salto a nivel nacional con jugadores de Canarias. Eso ocurriría algunos años después. Aunque esa fue la idea con la que nos unimos un grupo de jóvenes deportistas para formar el equipo de balonmano del club amarillo. Estuvimos cerca de lograrlo, pero no sé por qué motivo el proyecto se paró y desapareció cuando tenía buena pinta. Una de las claves fue la marcha de Mingorance (entrenador-jugador), que fue antesala de la disolución del grupo”.

Tiene una alta valoración Carrasco sobre el papel desempeñado por Martínez Mingorance en ese intento balonmanístico de la UD Las Palmas. “En poco tiempo se convirtió en el enlace con el propio club, asumiendo también funciones de presidencia. Estaba formándose un buen equipo, pero al no seguir adelante otros clubes se aprovecharon de ese trabajo. Entre ellos, por ejemplo, el Canteras UD o el Victoria. Yo mismo acabé en este último”.

“En dos años hicimos historia, con buen equipo. La cancha de balonmano de Santa Catalina casi siempre se llenaba para ver los partidos. Y cuando comenzaron las chicas, todavía más. La afición era creciente; los aficionados venían de todas partes. En la Isleta había otra can-

cha de balonmano que también se llenaba. Allí jugaba el Victoria”, precisa. “No dio tiempo a crear en la Unión Deportiva Las Palmas una sección de balonmano femenino. Habría sido un éxito, como más tarde se demostró”.

Considera clave la contribución de Mingorance en la inmediata evolución de la sección de balonmano, ocupándose de las funciones técnicas e incluso de organización administrativa del grupo

Foto de la UD Las Palmas, en sus orígenes. Son apreciables entre otros Roberto Ramírez, Eduardo Carrasco, Jiménez, Arbelo, Junan Negrín y Calvache

“Lo más importante que dejó la Unión Deportiva Las Palmas en el mundo del balonmano fue su apoyo de algo que estaba germinando con fuerza”. Y de camino, derribar una injusta frontera que el Canteras Unión Deportiva supo aprovechar años después.

EL AJEDREZ

La familia de la otra Unión Deportiva Las Palmas también tuvo una extensión en el deporte ciencia. Fue un hecho puntual, pero tan breve como glorioso. De tal forma que en el palmarés de los Campeonatos de España por clubes el nombre de la representativa entidad grancanaria figura en lo más alto al conquistar el título de Primera División en 1978. Esa fue su primera y única actuación, saldada con rotundo éxito.

Como ya había ocurrido con otras disciplinas, los dirigentes de la Unión Deportiva Las Palmas de la época aceptaron el auxilio en una especialidad deportiva que representaba con fuerza a la isla. La decisión de impulsar o apoyar a un equipo de la máxima categoría de ajedrez se debió a la marcha de varios componentes de La Caja Insular de Ahorros, vigente campeón nacional, a causa de una reducción en su presupuesto anual y de divergencias internas. Se unía a ello la caída de otro club grancanario que en la temporada anterior había militado en la élite nacional.

En 1978 la UD

Las Palmas acudió al rescate de grandes ajedrecistas de la isla para formar un cuarteto que se coronó campeón de España por clubes en el torneo disputado en Centelles (Cataluña)

El ajedrez ocupaba entonces un espacio estelar en el escaparate mediático de Gran Canaria, bajo la presidencia federativa provincial de Juan Marrero Portugués. Había una ferviente actividad competitiva entre los clubes de la isla y también una apuesta vigorosa por comprobar in situ las cualidades de los mejores jugadores mundiales del momento. Quizá la coronación de ese gran esfuerzo social, empresarial y de los clubes se reflejó en 1977 con la ac-

Tomás Valido, Juan Pedro Domínguez y José Miguel Fraguela, en la sala de juntas de la
UD Las Palmas SAD

tuación de Anatoly Karpov en el ya prestigioso Torneo Ciudad de Las Palmas. El ajedrez gozaba de sus días de gloria en el panorama deportivo isleño y lo que sucedía en la capital grancanaria era foco de atención mundial.

Pero en 1978, antes de la cita nacional por equipos, había un serio problema con varios destacados jugadores locales y su club promotor. Marrero Portugués intervino con urgencia y encontró una solución realizando una mediación en la sede Pío XII. La Unión Deportiva Las Palmas aceptó la propuesta y abrigó de esta forma a un selecto grupo de ajedrecistas para que llevaran el escudo del club de fútbol. Se creaba con urgencia una sección de ajedrez, con una cobertura económica necesaria -la prensa del momento la cifró en 400.000 pesetas- para estar presente en la vigesimosegunda edición de los Campeonatos de España por equipos. La cita de 1978 tendría lugar en Centelles, Cataluña, durante un caluroso mes de agosto.

El escudo de la Unión Deportiva Las Palmas lo representaron los dos primeros espadas procedentes de La Caja de Canarias: Bent Larsen (Gran Maestro danés) y José Miguel Fraguela (Maestro Internacional). Y completaron la expedición deportiva los jugadores locales Juan Pedro Domínguez (campeón provincial del momento) y Octavio Pérez. Ese era el orden de los tableros del novedoso equipo amarillo. Los dos jugadores últimos procedían del Maspalomas Costa Canaria, equipo que había desaparecido tras su descenso a la división inferior. Acompañó como reserva el presidente de la recién sección ajedrecista del club, Tomás Valido Martínez.

En la creación del novedoso equipo intervino la mediación del presidente de la Federación Provincial, Juan Marrero Portugués, utilizando los estatutos del club Maspalomas Costa Canaria

Este cuarteto de ajedrecistas amarillos compitió con tal determinación que en la clasificación final se aupó con el título de España empatado a 18.5 puntos con los clubes catalanes Vulcá y Olot. Los coeficientes diferenciales de las partidas fueron los que señalaron el título colectivo para Larsen, Fraguela, Domínguez y Pérez. El otro club isleño en la cita, La Caja de Canarias, acabó quinto tras el Tarrasa. Los integrantes de La Caja de Canarias fueron: José García Padrón, Augusto Menvielle, Ángel Fernández, Sergio Cabrera, Hugo Rubio y Manuel Quesada Ponce.

La presencia de la Unión Deportiva Las Palmas en el torneo había generado polémica tanto en Gran

La Frase de Valido

Larsen tuvo una generosidad extrema, porque participó y no cobró una sola peseta. Era nuestro único jugador profesional. Surgieron discrepancias con la deuda original del anterior club, pero nunca se resolvieron. Y él finalmente renunció

Juan Marrero Portugués, presidente de la Federación de ajedrez en 1978

Canaria como en la Península. Las críticas rivales no cesaron antes, durante y después del campeonato, aunque lo cierto es que el ‘equipazo’ que se reunió para la competición saldó su concurso con la mayor nota posible y silenció debates.

Tomás Valido posee recuerdos imborrables de aquella experiencia en la que representó a la entidad como presidente de la sección y jugador reserva. “Todo salió perfecto. Fue también un viaje maravilloso. Incluso recuerdo que Juan Pedro y yo realizamos el trayecto hasta Centelles en coche desde Madrid. Y por el camino incluso nos bañamos en un río … era agosto y hacía calor. El torneo nos brindaba también la posibilidad de conocer un poco más el país”.

Bent Larsen, José Miguel Fraguela, Juan Pedro Domínguez y Octavio Pérez fueron los componentes del equipo campeón nacional, en una apretada competición que se resolvió por mejor coeficiente e igualdad de puntos con los clubes catalanes Vulcá y Olot

Palmas fue producto de “ciertas convulsiones políticas que había en Gran Canaria entre 1977 y 1978, que salpicaron también a la gestión de La Caja de Canarias y de su equipo de ajedrez”. Fraguela, que en 1975 ya se había proclamado campeón de España individual, era el más joven jugador del equipo. Y sus memorias de aquella etapa son profundas:

con un ofrecimiento a la UD

Las Palmas de nuestras licencias deportivas. La fórmula que encontraron fue utilizar la figura jurídica de un club de ajedrez (Maspalomas) para que la UD Las Palmas fuera nuestro club patrocinador en el Campeonato de España. Esa fue la combinación de hechos que nos permitió acudir hasta Centelles”.

Fraguela precisa que la formación del equipo de ajedrez de la UD Las

“Juan Marrero Portugués y la cabeza del nuevo equipo, Bent Larsen, nos brindaron la posibilidad de solucionar el problema que teníamos

Los puntos de la gran victoria

“En un principio, recuerdo que estaba en el grupo de jugadores Fernando Visier, pero finalmente no jugó. Así que afrontamos las partidas con cuatro jugadores y Tomás Valido como reserva”, añade Fraguela. Él fue además protagonista de la última puntuación que cerró el título a la Unión Deportiva y que suscitó algunas críticas. “En la última jornada nos enfrentábamos al club Rey Ardid, de Bilbao. Ellos afrontaban el día con el peligro del descenso y nosotros con la posibilidad de ser

Las actuaciones individuales de los ajedrecistas de la UD Las Palmas de 1978 fueron así:

Bent Larsen sumó 6,5 puntos, con victorias sobre José García Padrón (CIDA), Jaime Lladó Lumbera (Seat), Arturo Pomar Salamanca (UGA), Orestes Rodríguez Vargas (Vulcá) y Pedro María Zabala Bilbao (Rey Adid), mientras firmó tablas con Luis González Mestres (Barcinona), Alejandro Pablo Marí (Tarrasa) y Oscar Castro Rojas (Olot).

Los 4,5 puntos de José Miguel Fraguela fueron logrados con victorias frente a Jaime Anguera Maestro (Barcinona), Augusto Menvielle Lacourreye (CIDA) y Ángel Martín González (Vulcá), mientras empató con Fermín Tejero Royo (Seat), Antonio Medina

Larsen
Fraguela

García (Olot) y Juan Mario Gómez Esteban (Rey Ardid).

Juan Pedro Domínguez añadió 4 puntos a la cosecha de la UD Las Palmas con las victorias sobre Gregorio García Conesa (Barcinona), Joaquín Serra Margalef (UGA) y Rafael González Maza (Olot), junto a las tablas frente a Sergio Cabrera Guerra (CIDA) y Jaime Mora Corbera (Tarrasa).

Octavio Pérez selló su actuación con 3,5 puntos merced a los triunfos sobre José Monedero González (Olot) y Guillermo Buxade Roca (UGA), además de las tablas con Emilio Simón Padros (Tarrasa), Víctor Manuel Vehi Bach (UGA) y José Carlos Fernández (Rey Ardid).

Domínguez
Pérez

La Frase de Domíngez

Contábamos con el mejor jugador de aquel certamen nacional: Larsen. Era quizá un ajedrecista algo irregular, pero tenía un gran talento para nuestro deporte

campeones. La clasificación estaba muy igualada antes de la última ronda, en la que cuatro equipos eran candidatos al título”.

En esa última fecha, Fraguela debió adoptar una decisión en su partida frente a Mario Gómez, prestigioso jugador que inscribió más tarde dos veces su nombre en el palmarés individual de España: “Lo cierto es que la situación estaba favorable para mi adversario. Tan ventajosa estaban las posiciones de las piezas que se podría dar como final vencedor. Pero él se percató de que con unas tablas podría evitar el riesgo de la derrota y lograr así la permanencia de su equipo. Y a nosotros también el empate nos servía para levantar el trofeo tras la última ronda. Estas cosas ni se hablan porque impera la disciplina de club. Algunos de los perjudicados obviamente se molestaron. Pero las tablas nos convenía a Rey Ardid y a la Unión Deportiva Las Palmas. Ellos se salvaron y nosotros fuimos campeones”. Ese medio punto final coronó a la Unión Deportiva y suscitó malestar en la prensa especializada de Cataluña. Pero el marcador era inamovible.

La actuación del recordado Larsen fue clave en el triunfo final de la UD Las Palmas. El Gran Maestro puntuó en sus siete actuaciones. Tomás Valido, como capitán y receptor del trofeo de campeón, matiza lo siguiente sobre la labor del danés: “Quiero resaltar que Larsen tuvo una generosidad extrema en este episodio de 1978. Era nuestro único jugador profesional, porque los restantes componentes de la Unión Deportiva Las Palmas teníamos condición de amateur. Al acabar la competición, Larsen condonó el pago de 300.000 pesetas de la época, puesto que la

directiva de la Unión Deportiva y los dirigentes de La Caja no lograron ponerse de acuerdo con la deuda original que había con él. El club de fútbol entendía que esa cantidad adeudada correspondía a la otra entidad y viceversa. Al final, pasado el tiempo, Bent Larsen habló conmigo y decidió renunciar a ese dinero para evitar más discrepancias. No llegó a cobrar ni una sola peseta. Ese gesto demuestra la gran altura humana y deportiva que tenía. Y además, su amor a la isla donde vivió durante muchos años”.

Juan Pedro Domínguez destaca el honor que supuso lograr aquel título y compartir tableros con “un ajedrecista del nivel que mostraba Bent Larsen. Desde mi punto de vista contábamos con el mejor jugador de aquel certamen. Era quizá algo irregular, pero tenía un gran talento para nuestro deporte. Y en ese torneo resultó determinante”.

Añade Fraguela sobre el Gran Maestro danés que “para entender la importancia de Larsen en el ajedrez hay que rememorar que en

Larsen en acción durante el torneo de Centelles. Tras él, Arturo Pomar

el encuentro selección Resto del Mundo contra la Unión Soviética, en los años setenta, el mismísimo Bobby Fischer aceptó sin discusión alguna que Larsen fuera el primer tablero del combinado internacional. El prestigio que tenía entre los grandes jugadores mundiales de aquel momento era innegable. Quiero recordar que tuvo gran influencia en la formación técnica de muchos notables jugadores canarios que lo conocieron en aquella etapa tan importante para el ajedrez de Gran Canaria”.

José Miguel Fraguela, quien en 1977 se había convertido en el primer grancanario en cruzar piezas con el mítico Anatoly Karpov, expone también que Larsen era “un amante de nuestra isla, afincado desde 1974 entre nosotros. Su estela fue muy importante para el ajedrez grancanario de aquella gran época. De alguna forma, muchos de nosotros quedamos influenciados por su estilo de juego. En mi caso, lo reconozco; con lo cual fue un enorme placer seguir siendo su compañero de equipo en estos campeonatos”.

Un año después de aquel gran éxito, la UD Las Palmas de ajedrez se había disuelto y los jugadores se incorporaron a la sección de Ajedrez del Círculo Mercantil de Las Palmas. Este club asumía el testigo de la Unión Deportiva Las Palmas, aunque algunas fuentes citan al club de fútbol como defensor del título en el torneo que se celebró en Torre del Mar (Málaga) en 1979. Pero lo cierto es que, a todos los efectos, era el Círculo Mercantil el club participante con su presidente Joaquín Sarraute como tablero reserva y acompañante.

El club amarillo se convertía en la segunda entidad en inscribir su nombre futbolístico en el palmarés nacional del deporte ciencia. Con anterioridad lo había hecho el Real Madrid en cuatro ocasiones

La Frase de Fraguela

Juan Marrero Portugués y la cabeza del equipo, Larsen, brindaron la posibilidad de solucionar el problema con un ofrecimiento de nuestras licencias deportivas a la UD Las Palmas. Fue una solución puntual y resultó exitosa

No pudo actuar en esta nueva ocasión Bent Larsen, que se encontraba en Riga disputando el Interzonal de Ajedrez. Repitieron como componentes del equipo José Miguel Fraguela y Juan Pedro Domín-

guez, mientras se incorporaron al grupo Augusto Menvielle y Eligio Quintero.

Fue breve, pero la huella de 1978 es imborrable.

EL ATLETISMO

La edad de oro del atletismo en Gran Canaria está unida al nombre de la Unión Deportiva Las Palmas, que marcó una época cargada de importantes logros nacionales e, incluso, internacionales.

Fue en enero de 1964 cuando la entidad futbolística realizó su inmersión dentro del mundo del atletismo, con una propuesta experimental en las competiciones locales. Esta primera oleada atlética contó con el respaldo del club, especialmente del presidente Juan Trujillo Febles y del secretario general Jesús García Panasco, que ayudaron a confeccionar una primera directiva de la sección encabezada en su presidencia por Francisco Reyes. Le secundaron Miguel Suárez, secretario; y Antonio Plaza, vocal.

El primer entrenador de la sección fue Arturo Ponicke, hombre muy vinculado al deporte en diversas modalidades. Ya había sido jugador de basket en los años 50 en las filas del célebre equipo Rayo CB, conjun-

En enero de 1964 se pone en marcha la sección atlética del club con el impulso técnico de Arturo Ponicke, que aglutinó bajo su batuta a los mejores deportistas masculinos del momento

El fondista Pedro Montesdeoca está considerado como el primer referente de la entidad, atleta dominador a nivel regional en todas las distancias a partir de los 800 metros

Grupo original de atletas de la UD Las Palmas, en 1964

to que precedió a la UD Las Palmas de baloncesto. También fue más tarde destacado atleta en pruebas de velocidad en el club Esparta, de reconocido prestigio a nivel nacional. Ese impulso fue el definitivo en su vida deportiva, cobrando su nombre gran popularidad y prestigio en el deporte de la capital grancanaria.

La secretaría técnica de la sección recayó en José María Plaza mientras el primer atleta amateur fichado fue el mediofondista Fernando Jiménez Mateos, especialista en la distancia de 1.500 metros. Su valor inicial en el proyecto fue importante porque fue hombre que aglutinó voluntades. No obstante, su presencia acabaría siendo breve al decidir migrar su licencia a otro importante club local (CAUEI, Club Atlético Universitario Escuela Industrial).

También en el equipo original figuró José Luzardo, quien más tarde tendría una gran incidencia técnica en la sección atlética del club amarillo.

Desde sus primeros pasos, los atletas de la UD Las Palmas tuvieron presencia destacada en las competiciones locales. En realidad, la puesta en marcha de la primera sección de atletismo del club fue otra operación de rescate ante las

dificultades que padecía el mencionado club Esparta de Las Palmas de Gran Canaria, decano del atletismo de Canarias (según lo calificó el periódico Falange). Fue creado un Día de la Hispanidad, el 12 de octubre de 1955.

cómo estaban sus alrededores sin urbanizar

Fernando Jiménez, primer atleta amateur firmado por la UD Las Palmas
Aspecto de la Ciudad Deportiva de Martín Freire en sus orígenes. Se puede apreciar

La primera etapa del proyecto se cierra en 1971, abriéndose un paréntesis de una década antes de reaparecer la sección con el añadido del equipo femenino

El prestigio del Esparta estaba erosionado y surgió la feliz idea del arrope por parte de la UD Las Palmas. De inmediato, un efecto llamada captó a los mejores deportistas masculinos del momento en distintas distancias y modalidades. Se fueron incorporando a lo largo de los años sesenta Ibarz, Juan Mejías, Juan Carlos Delgado, González Viera, Juan Morales, Pablo y Juan Moreno, Juan Alemán, Emiliano González, Andrés Martín, el notable infantil Bernardo Hernández, … Una colección de atletas que progresaron en las competiciones provinciales y regionales, tanto en pista como en cross.

El atletismo gozaba entonces de buena salud y competiciones vivas

Pedro Montesdeoca y José Luzardo, dos de las figuras iniciales del club amarillo

en la capital, con las gradas de la Ciudad Deportiva Martín Freire habitualmente repletas para comprobar el estado de forma de los deportistas isleños. De aquellos primeros años de la sección se puede considerar como el primer atleta de rango de la UD Las Palmas al fondista Pedro Montesdeoca, dominador de todas las distancias regionales desde los 800 metros en adelante.

Montesdeoca fue, además, tercero de España en la denominada carrera de Gran Fondo (30 kilómetros)

y logró un destacadísimo quinto puesto en el Campeonato de España de maratón de 1967. Ese logro tuvo una notable resonancia en el atletismo de Canarias. Llegó a meta parando el crono en 2.50.6, por detrás de Carlos Pérez (Celta de Vigo, 2.24.45), Juan Hidalgo (Ministerio del Ejército, 2.33.17), Rufino Galán (RCD Espanyol, 2.33.34) y Luis Miguel Langa (Atlético de Madrid, 2.45.58). Era común en la época que los clubes históricos del fútbol español tuvieran representación con equipos de atletismo.

Portada número 1 del boletín de la sección de la UD Las Palmas

El programa atlético del club amarillo se desarrolló hasta inicios de 1971. En ese periodo, ya se habían producido algunas marchas de notables deportistas hacia el club CAUEI, que finalmente fue el principal receptor de los atletas cuando la sección de la UD Las Palmas desapareció de la escena.

Delia Suárez (15), Lidia Medina (15), Marta García (18) y Aurora Jiménez (14). Este club grancanario había proyectado en 1981 a un importante grupo de atletas que había logrado ese año el título de España juvenil femenino en la competición disputada en Madrid.

Pero dos años después emergió una polémica que rompió el hechizo por problemas internos. El propio club CAUEI había reclamado un expediente a la Federación Canaria por divergencia con sus propias afiliadas. El asunto se resolvió meses después con la absolución de las atletas que, en su mayoría, aceptaron más tarde la propuesta de ingresar en el proyecto de renacimiento de la sección amarilla. Esta situación tuvo un efecto amplificador, porque deportistas de todas las categorías y disciplinas también se incorporaron a la UD Las Palmas procedentes del propio CAUEI.

Tras un paréntesis de más de un lustro de ausencia en las competiciones, el atletismo volvería a tener luz propia en las secciones de la UD Las Palmas. Una vez más, el club abrió sus brazos para proporcionar un techo a un importante grupo de atletas locales. Y en esta segunda etapa iba a tener al fin protagonismo el atletismo femenino, que pujó con gran energía en el renacido proyecto.

Todo comenzó con una problemática interna con seis jóvenes deportistas del club CAUEI: Cristina Esparza (tenía entonces 14 años de edad), Pilar Ramos (17), Carmen

Y así fue el 18 de enero de 1983 cuando la UD Las Palmas recibió el alta de la inscripción de su nuevo equipo de atletismo en la Real Federación Española, encargando el club al directivo Luis Jiménez Chirino el cometido de su organización. Era presidente de la entidad amarilla en aquel momento José de Aguilar Hernández. La puesta en marcha del atletismo se realizó con exitoso andar al coordinar el técnico nacional, Pablo Moreno Hernández, a un total de diez entrenadores de reconocido prestigio local que brindaron criterio y competitividad a los jóvenes atletas emergentes.

El grupo original de entrenadores estaba integrado por José Luis Brito,

El aspecto de las gradas de la Ciudad Deportiva Martín Freire en las competiciones de la UD Las Palmas. El seguimiento popular era amplio y entendido en atletismo

Julián González, José Luzardo, Petra Hernández, Antonio Moreno, Carlos Oropesa, Pablo Moreno, Francisco Luis Rodríguez, Armando Romero y Ángel Salvador Viera, a los que unos meses después se uniría al staff César Melián. 116 atletas masculinos y 133 femeninos (en total 249 deportistas) fueron los primeros en lucir el escudo de la UD Las Palmas en competiciones desde cadete, juvenil, junior y absolutos en ambas categorías. De nuevo, el centro de operaciones iba a situarse en las instalaciones de Martín Freire donde las camisetas amarillas volvieron de inmediato a tener un gran protagonismo local y regional.

El momento cumbre se produjo en 1985 cuando el equipo femenino se proclamó campeón de España de Segunda categoría y logró el ascenso a la Primera División

La cosecha de éxitos no se hizo esperar tanto en las distancias de pista como en campo a través. El velocista Gustavo Reyes y la juvenil Mari Carmen Vargas, lanzadora de jabalina, se convirtieron en las primeras referencias internacionales del club como jóvenes promesas del atletismo español.

En 1985 llegó un éxito sonado con el ascenso a la Primera División del joven equipo femenino de la UD Las Palmas. Ya brillaban la velocista y vallista Cristina Pérez, junto a las lanzadoras Mari Carmen Vargas y Maite Monzón, además de Meli Suárez, Carmen Delia Gil, Fabiola Bolaños, Ana Isabel Melián, Leonor Valencia, Esther Auyanet, …

La plantilla femenina de 1985 de la UD Las Palmas, con su trofeo de campeón de España de Segunda categoría, en su llegada al Aeropuerto de Gran Canaria

EL EQUIPO DEL ASCENSO DE 1985

Y SUS TIEMPOS

100 METROS LISOS

1. Cristina Pérez 12.09

4. Asunción Bibiloni 12.60

200 METROS LISOS

1. Cristina Pérez 24.10 (récord regional absoluto)

3. Fabiola Bolaños 25.61 (récord junior provincial)

400 METROS LISOS

7. Rita Hernández 1.00.68

8. Loli Barbeito 1.01.13

800 METROS

11. Teresa Ruano 2.22.44

14. Amelia Reyes 2.25.66

1.500 METROS

14. Sita Cabrera 5.05.24

15. Juani Rodríguez 5.07.45

3.000 METROS

11. Dominga Cabrera 10.52.74

13. Raquel Pérez 11.18.22

100 METROS VALLAS

1. Fabiola Bolaños 14.72 (récord provincial absoluto y junior)

6. Isabel Rodríguez 16.44

400 METROS VALLAS

3. Leonor Valencia 1.05.34

10. Marosa Santana 1.07.94

ALTURA

6. Ana María Jiménez 1.58

7. Ana Isabel Melián 1.55

LONGITUD

3. Emilia González 5.20

5. María José González 5.09

PESO

4. Terina Santana 10.25

5. Rebeca Sistal 9,84

DISCO

2. Maite Monzón 33,14

9. Terina Santana 29,10

JABALINA

1. Mari Carmen Vargas 43,76

2. Maite Monzón 39,68

5 KILÓMETROS MARCHA

6. Fátima Santana 28.51.93 (mejor marca regional de 1985)

13. Ana Méndez 30.36.14

4X100 RELEVOS

1. UDLP (Carolina, Isabel, Emilia y Bibiloni) 49.62

4X400 RELEVOS

1. UDLP (Valencia, Hernández, Suárez y Armengol) 4.05.09

Clasificación final por equipos

1. UD Las Palmas 331

2. Maratón 280

3. Celta 279

4. Vic 243

5. Oviedo 242

6. Cataluña 231

7. Reus 226

8. Santiago 211

La

olímpica

Cristina Pérez Díaz

fue el gran referente de su época, con una colección de récords nacionales y 11 títulos de España

La sección masculina del club no se quedaba atrás, con atletas de reconocido prestigio local como Norberto Ruiz, Francisco Luque, Fady Hussein, Miguel Alterach, Pablo Moreno, Francisco Rodríguez, José Luis Brito, Luis Mahúgo, José Guillén, Antonio Cárdenes, Francisco Alemán, …

Cristina Pérez Díaz iba a tener luz propia a nivel individual en este ciclo, dominando la distancia de los 400 metros vallas de España desde 1985 hasta su última participación en 1991, siempre con UD Las Palmas. También, en pista cubierta, lograría oros en 200 y 400 metros lisos. En total, una decena de oros de su puño y letra. Y representó a la entidad como olímpica española en dos certámenes.

En este grupo destacó el discóbolo gallego, David Martínez, cuyos inicios atléticos fueron en la UD Las Palmas. Logró una meritoria medalla de bronce en su especialidad en los Campeonatos de España de 1984 y, dos años después, fue firmante en Madrid del récord nacional junior con 55.3 metros. Fue un destacado del atletismo nacional ya ajeno al club grancanario, con presencia en los JJOO de Barcelona 92, Atlanta 96 y Sydnei 2000. Por el camino, una

Asunción Bibiloni

La sección se disolvió a inicios de los años noventa del pasado siglo, tras protagonizar dos etapas de notable protagonismo en el deporte canario

cosecha de récords nacionales, 11 títulos de España y 33 veces internacional absoluto.

Como en otras secciones de la UD Las Palmas, la curva mostró su declinación a finales de los años ochenta, datándose la última conquista individual en febrero de 1991 con el oro en 200 metros de Cristina Pérez, en su última comparecencia con el club.

Antonio Páez, de amarillo

En la etapa final de la sección de atletismo de la UD Las Palmas, bajo la dirección delegada de José Luis Brito, lució los colores del equipo amarillo un deportista de fama nacional bicampeón de Europa: Antonio Páez Montero.

El granadino había sido oro europeo en 800 metros en Viena 1979 y Milán 1982, además del bronce en Grenoble 1981, todos ellos en las competiciones de pista cubierta.

Retirado durante unos años, Páez volvió a la competición para colaborar con el equipo masculino de la UD Las Palmas e incorporarse a un amplio elenco de atletas que siguieron siendo protagonistas en las competiciones regionales.

De amarillo, Páez fue competidor en pruebas de 800 y 1.500 metros lisos.

Grupo de atletas de los años ochenta

Grupo de atletas de la segunda etapa de la sección de la UD Las Palmas

El medallero nacional de La UD Las Palmas

AIRE LIBRE

1984 (en Gijón)

Cristina Pérez (oro, 400 metros vallas)

David Martínez (bronce, disco)

Mari Carmen Vargas (bronce, jabalina)

1986 (en Madrid)

Cristina Pérez (oro, 400 metros vallas)

David Martínez (plata, disco)

1987 (en Barcelona)

Cristina Pérez (oro, 400 metros vallas)

1988 (en Vigo)

Cristina Pérez (oro, 400 metros vallas)

1990 (en Jerez de la Frontera)

Cristina Pérez (oro, 400 metros vallas)

* Las medallas de oro del discóbolo David Martínez en los Campeonatos de España de 1987, 1988, 1989 y 1990 en adelante (hasta un total de 11) las logró como componente de otros equipos.

PISTA CUBIERTA

1985 (en Madrid)

Cristina Pérez (oro, 200 metros lisos)

1986 (en Madrid)

Cristina Pérez (oro, 200 metros lisos)

1988 (en Valencia)

Cristina Pérez (oro, 400 metros lisos)

1990 (en San Sebastián)

Cristina Pérez (oro, en 200 metros lisos)

1991 (en Sevilla)

Cristina Pérez (oro, en 200 metros lisos)

Pedro Montesdeoca

Fue atleta fundacional y leal a la sección de la UD Las Palmas. Su despedida deportiva coincidió con el inicio del final de la primera etapa atlética del club

“Tenía que buscar tiempo para entrenarme, porque mi trabajo me ocupaba mucho. Y un corredor de fondo necesita hacer un kilometraje abundante a diario para estar en forma. Así que cuando pasé del almacén al camión para comercializar la Coca Cola tuve la oportunidad de preparar las pruebas de maratón a la vez. Iba con un compañero por la isla y, al terminar el reparto, regresaba corriendo a la capital mientras él lo hacía con el vehículo. La zona donde teníamos que finalizar era la cumbre. Allí me apeaba, me ponía mi equipaje de entrenamientos y bajaba hasta Las Palmas por todas esas carreteras. Afortunadamente no había tanto tráfico como ahora”.

Así de dura era la vida de uno de los atletas más emblemáticos de la Unión Deportiva Las Palmas. Pedro Montesdeoca Alemán había nacido en la capital grancanaria “nada me-

Pedro Montesdeoca, en el momento de acabar sus entrenamientos tras cumplir con sus labores profesionales

nos que el 18 de julio de 1936”, el día del inicio de la Guerra Civil española. Su infancia conoció las aristas de aquella época donde una familia con cuatro hijos pasaba sus necesidades. No sabía su futuro entonces Pedro, que comenzó a trabajar a los 14 años de edad “porque había que ayudar en casa”. Aunque también ocupaba su tiempo con los amigos del barrio de San Nicolás, en el que iba a conocer su primera decepción deportiva.

“Jugaba al fútbol y con mi equipo lo hacía de portero. Pero un día perdimos un partido por un gol, mis ami-

La Frase

“Desde que conocimos la noticia de la creación de la sección de atletismo de la UD Las Palmas los atletas sentimos que era nuestra oportunidad para progresar con un gran club. Fue un enorme acierto de Arturo Ponicke ponerla en marcha”

gos me culparon y me dieron una paliza. No lo entendí, pero desde ese momento decidí que ya el fútbol no era lo mío y lo abandoné de esa forma”. Estaba forjándose un atleta de medio fondo y, más tarde, el primer gran maratoniano de las Islas Cana-

rias, que en 1967 iba a cosechar en Igualada (Barcelona) el quinto puesto nacional de la más larga distancia atlética. Ese fue uno de sus múltiples logros porque “me especialicé en las carreras de 800 metros en adelante”.

Pedro Montesdeoca, ante una de sus vitrinas repletas de trofeos en su casa familiar
Sus recuerdos, en los recortes de hemeroteca donde se le consideraba el mejor maratoniano de Canarias
Está considerado como el primer gran corredor de maratón de Canarias, quinto clasificado en el Campeonato de España de 1967

Pedro se incorporó al proyecto de la UD Las Palmas de la mano de Arturo Ponicke, apenas unos años después de haberse iniciado en el atletismo como componente del club Esparta. “Desde que conocimos la noticia de la creación de la sección de atletismo de la UD Las Palmas los atletas sentimos que era nuestra oportunidad para progresar con un gran club. Fue un enorme acierto de Arturo Ponicke ponerla en marcha, gracias al respaldo que recibió del presidente

Trujillo y especialmente de Jesús García Panasco”.

Tiene Montesdeoca Alemán una alta valoración sobre el técnico que le impulsó en el atletismo: “Ponicke fue una figura excepcional. Era una persona muy educada y un magnífico entrenador. Todo lo que conseguí en la UD Las Palmas empieza por él, por sus consejos y por su ejemplo como persona. Trataba a sus atletas de forma humilde, pero con la exigencia necesaria de un entrenador. Tengo unos 400 trofeos o medallas que logré en mi carrera deportiva. Fue una suerte encontrarme en su camino. Hice gran amistad con su familia; sus hijas me llamaban Monky”, menciona con nostalgia.

Los días atléticos se iluminaron para él y muchos atletas que acudían al Martín Freire para competir

o entrenarse. Pedro llegó a poseer a la vez los títulos y récords regionales de 3.000 metros, 3.000 obstáculos (mejor marca 10.14), 5.000 metros lisos (16.02), 10.000 (33.28), 25 kilómetros (1.31.16), 30 kilómetros (1.53.0) y maratón (2.50.5). “Aunque mi mejor marca en los 42 kilómetros la firmé en Madrid más tarde, con 2.41.0” revive con fresca memoria.

“Lo mío no era la velocidad, sino la resistencia. Tengo una anécdota al respecto: Cumpliendo el servicio militar me penaron por bostezar y el castigo consistió en correr sin parar alrededor de un campo de fútbol. En vez de una pena, aquello fue un regalo para mí. Estaba disfrutando mientras el sargento no entendía mi cara de felicidad a medida que avanzaba el tiempo de carrera. Me mandó a parar y como añadido me hizo correr el resto con un fusil en las manos”.

Las pruebas de maratón eran escasas y tenían pocos competidores en Canarias. Pedro recuerda que “en la primera que participé comenzamos ocho y solo terminé yo. Aquel día, como no tenía calzado apropiado, corrí con unas alpargatas. Eran blancas y pinté unas rayas paralelas para que dieran la impresión de ser calzado deportivo. Al finalizar la prueba tenía los pies llagados. Pero había acabado … después de tres horas y media”.

El recorrido de su primer maratón se inició “en el Martín Freire, con dirección a la Plaza del Puerto, regreso, Jinámar, Telde, subidas, bajadas, … así hasta volver a terminar en el lugar donde habíamos comenzado”.

La especialización en la prueba de larga distancia le dio la oportunidad

más tarde de competir con grandes atletas de la época “el etíope Abebe Bikila o Carlos Pérez, que era el mejor de los españoles. Corrí con el escudo de la UD Las Palmas en Madrid, Barcelona, Valencia, Zarautz, … también participé en cross como el de Lasarte u otros nacionales. Era rara la ocasión en la que no acudía en solitario a representar al atletismo de fondo de Canarias”, rememora con precisión. “Llegué a correr con Mariano Haro, que fue toda una figura de la época en el deporte español”.

Sus logros eran seguidos en el club amarillo. “García Panasco me decía: Pedro, abandone el atletismo y venga a jugar al fútbol. Usted sería un gran extremo para el equipo. Quiero resaltar el trato que tuvo el club con los atletas, que no éramos profesionales. Gracias a tener la cobertura de la UD Las Palmas pude viajar

Su primera carrera de 42 kilómetros en las islas la acabó en solitario y después de correr durante tres horas y media. Calzó unas alpargatas a las que pintó rayas para aparentar zapatillas deportivas

Pedro Montesdeoca, en una prueba de marcha atlética, de la que dice ser pionero en Canarias
Pedro, en una pose en su etapa de UD Las Palmas

o disponer de equipamiento para competir. También dispusimos de ese grupo de entrenadores que se formó y que dio un salto de calidad a los atletas que se incorporaron al equipo”.

Porque Montesdeoca tenía claro que “mi vida en el deporte era una pasión. Nunca cobré una peseta;

tampoco era mi intención. Y una vez que gané una carrera con un premio de 10.000 pesetas, ese dinero lo destiné a comprar calzoncillos para repartir entre mis compañeros. No sé cuántos, pero creo que fue la mejor inversión que hice porque en aquella época era un lujo disponer de prendas de interior de calidad”.

Fue también un innovador. En uno de sus viajes a Barcelona quedó cautivado por la marcha atlética cuando conoció en Montjuic al padre de Jordi Llopart (más tarde subcampeón olímpico en Moscú 1980). “Les estaba observando porque el padre de Jordi era entrenador. Y me dijo: ¿Quieres aprender?. Por supuesto, le respondí. Me enseñó las claves técnicas del marchador, el por qué de los movimientos y cómo siempre tener contacto con el suelo en plena carrera. Probé y me percaté de que tenía facultades para ello”.

Y así fue cómo Pedro Montesdeoca se convirtió también en pionero de la marcha atlética en Canarias. “De hecho, me siento mentor de Basilio Labrador, porque él fue quien posteriormente se fijó en mí”, enlazando una cadena de marchadores en el deporte del Archipiélago.

Con esos andares atléticos también Montesdeoca tuvo una amarga vivencia. Porque “la gente no entendía lo que era esta modalidad. Algunas personas sí lo apreciaban, pero otras decían ‘mariquita’ o cosas así. La marcha había que prepararla en las instalaciones y en las carreteras. Ocurrió que en uno de mis entrenamientos por la zona de Telde, cuando estaba cerca de un puente, se acercó por detrás un coche y alguien desde la ventanilla del copiloto me dijo algo y me empujó. Caí por un terraplén.

Me di un buen golpe, pero volví a la carretera y seguí la marcha. Había que vencer a los prejuicios”.

La vida de Montesdeoca no tiene un instante de desperdicio. “También practiqué ciclismo como corredor del Racing. Además de las competiciones locales llegué a participar en

Pedro, en plena prueba de ciclismo con el Racing
Algunos de los recuerdos que conserva en su casa Pedro Montesdeoca

Montesdeoca con la antorcha olímpica de 1968. Y, a la derecha, la réplica que tiene en su casa familiar

El último relevo de la antorcha olímpica de 1968

Pedro Montesdeoca fue uno de los 20 deportistas que tuvieron en sus manos el fuego olímpico que iba camino de los JJOO de verano en México.

Ocurrió el 14 de septiembre de 1968, cuando la corbeta Princesa llegó a la bahía de la capital grancanaria con tan preciada luz.

Al fondista de la UD Las Palmas le tocó el honor de devolver la llama a la nave, que seguiría su ruta náutica transoceánica.

En el salón de su casa en el barrio de Zárate, Pedro Montesdeoca conserva una reproducción de aquella antorcha, además de dos vitrinas de grandes dimensiones -fabricadas por él mismo- con la mayoría de los trofeos y medallas conseguidas en su etapa deportiva.

la Vuelta a Bilbao, en el Cinturón a Barcelona, en la Vuelta a Madrid … cómo no en el Condado de la Vega Grande o la Subida a las Crucitas. No se me daba mal y tampoco lo hacía por dinero”.

En abril de 1970 decidía Pedro Montesdeoca poner fin a sus días en las pistas de atletismo o en el campo a través. Recibió un gran homenaje en la capital grancanaria, impulsado por la propia UD Las Palmas como organizadora del

Estos fueron los deportistas elegidos para iluminar la capital grancanaria con la llama olímpica:

Rafael Jerez Lorenzo (atletismo), José María Martín Rodríguez (voleibol), Juan García Rodríguez (natación), Ricardo Alzola Linares (esgrima), Benigno Montenegro Espiñeira (balonmano), Luis Romero Girón (remo), Francisco José Acosta Gutiérrez (natación), José María Acordagoitia (piragüismo), Francisco Artiles (ciclismo), Juan Anaya García (boxeo), Miguel Pérez Leal (atletismo), José Meneara (lucha), Carmelo Cabrera Domínguez (baloncesto), José María Rodríguez Bautista (judo), Francisco Henríquez Vega (gimnasia), Modesto Melián Batista (fútbol), Octavio Jiménez Valido (vela), Javier Lodos García (tiro), Bernardo Luzardo (atletismo) y Pedro Montesdeoca Alemán (atletismo)

Fue pionero

en el Archipiélago en la introducción de la marcha atlética, obligado a superar críticas y desaires hacia una modalidad no comprendida en su época

evento. Premiaba así a un atleta que había sido leal al club desde la fundación de la sección hasta el epílogo personal, que coincidió de alguna forma con el inicio de otro final. “Y es cierto, tuve esa suerte. Apenas unos meses después de aquel homenaje, Ponicke abandonó el club y la sección de la UD Las Palmas dejó de competir”.

Pero las obras quedan.

Arturo Ponicke

Primer

entrenador y mentor deportivo de distintas

disciplinas

Antes de ponerse al frente de la dirección técnica de los atletas de la UD Las Palmas había sido destacado protagonista deportivo en la capital grancanaria

Arturo Ponicke será recordado eternamente por su integración en el deporte de Gran Canaria, volcando su actividad técnica en la captación y preparación de deportistas en distintas modalidades.

Él mismo había sido una destacada figura a nivel regional a mediados del siglo XX. Su primer paso fue por el baloncesto, llegando a militar en clubes locales como Niágara, Gran Canaria -sección de basket de uno de los clubes fundadores de la UD Las Palmas en 1949-, el Rayo o su filial Relámpago.

Sus días en las posiciones de organizador del juego eran notables, pero fue convencido por el preparador físico del Rayo CB, Jesús Telo Núñez, para volcar su vocación deportiva en el atletismo. Comprendió en aquel momento que su futuro en el baloncesto no era tan limitado como en las pistas atléticas.

Ponicke fue figura destacada del club Esparta, especialista en velocidad de 100 y 200 metros lisos, dominando estas competiciones con claridad a nivel regional.

Fue miembro de la selección de Las Palmas que ganó a Tenerife el primer relevo olímpico que se disputó en Canarias. Se trataba de una prueba del programa atlético que consistía en un relevo de cuatro atletas que recorrían respectivamente 800, 400, 200 y 100 metros lisos. Las Palmas firmó un registro

Ponicke explica la técnica del lanzamiento de jabalina

Dirigió al equipo amarillo desde su origen hasta inicios de 1971, iniciando y cerrando la primera etapa de la sección

La estampa de Arturo Ponicke con el chándal de entrenador de la UD Las Palmas
A hombros con sus compañeros de la selección de Las Palmas de atletismo tras batir a Tenerife
Un jovencito Arturo Ponicke como jugador de la sección de baloncesto del Gran Canaria

Fue hombre polifacético, dirigiendo también la preparación física de equipos de fútbol y del histórico UD Canteras de balonmano

Ponicke, a la derecha con una cuerda, prepara el entrenamiento de los atletas de la UD Las Palmas
A la derecha, Ponicke entra en línea de meta en una carrera de velocidad

de 3.57.5 con la participación de Juan José Ojeda, Rafael Palomera, Antonio Fernández y remate final en el hectómetro del veloz Ponicke. Tenerife paró el crono en 4.18.7.

Pero Ponicke era insaciable. A la vez que participaba en las competiciones estaba volcando su vocación técnica. De ahí que en 1963 fue hombre clave en la creación de la sección de la UD Las Palmas, participando en las reuniones para convencer a la directiva de Juan Trujillo Febles para el agrupamiento en un mismo club de un puñado de atletas grancanarios en los que vio un gran potencial.

Ponicke fue así el primer entrenador nacional del equipo de atletismo, formador y educador a la vez. Persona de notable altura cultural, marcó una etapa también en el fútbol grancanario al hacerse cargo de la preparación del Teror (1974), Firgas (1976) y de la selección juvenil y sub23 de Las Palmas (1976). También fue el hombre en quien confió en los años setenta del pasado siglo el Canteras UD (1977) para su equipo de balonmano en la División de Honor. En todas estas entidades era el encargado de la preparación física, siendo novedosa figura en los clubes de fútbol regionales.

Fueron tantos sus nexos con el deporte grancanario que incluso su firma apareció en publicaciones del Diario de Las Palmas, como informador deportivo en los años setenta. También realizó inmersiones en las ondas radiofónicas locales.

De aquella etapa inicial del atletismo de la UD Las Palmas se le recuerda por la altura de miras que logró ofrecer en el proyecto.

Arturo Ponicke, dirigiendo sesiones de entrenamiento e instruyendo a sus deportistas

Cristina Pérez

La vallista y velocista grancanaria es la gran referencia atlética de la UD Las Palmas: 27 veces internacional con España, olímpica en Seúl’88 y Barcelona’92, poseedora del récord nacional absoluto de 400 metros, 11 títulos nacionales femeninos, bronce en el Campeonato de Europa en 1987 y 4 veces elegida mejor deportista provincial

Cristina Pérez Díaz (1 de octubre de 1965) es la gran referencia atlética de la UD Las Palmas y del atletismo femenino de Canarias. 27 veces internacional con España, olímpica en Seúl’88 en cuatro pruebas, también en los JJOO de Barcelona’92, mundialista en Roma’87, participante en los Campeonatos de Europa de Stuttgart’86 y Split’90, firmante de un histórico récord nacional absoluto de 400 metros vallas, 11 títulos nacionales femeninos, bronce en el Campeonato de Europa en 1987 (pista cubierta) y una colección de victorias decoran su currículo personal con un comienzo deportivo con el amarillo del equipo de su tierra.

Además, Cristina Pérez fue pieza angular como miembro del equipo del club que en 1985 logró el Campeonato de España de Segunda categoría y el correspondiente ascenso a la Primera División nacional del atletismo femenino. Y entre 1985 a 1988 fue elegida cuatro veces de forma consecutiva como la mejor deportista provincial de Las Palmas.

“Se formó un equipito, el CAUEI, con atletas que éramos amigas en la mayoría de los casos. Y lo dirigía un grupo de técnicos de diversas disciplinas. La mayoría de las atletas procedíamos del Instituto Isabel de España, donde practicábamos varias modalidades de atletismo. Algunas de nosotras ya obteníamos muy buenos resultados. Era un grupo maravilloso, variado y básicamente femenino, porque el Isabel

La pose de Cristina Pérez antes de una prueba

La Frase

Cuando se creó la sección de atletismo de la Unión Deportiva Las Palmas teníamos ya adquirida una rutina de entrenamientos y preparación. De tal forma que resultó menos laborioso poner en marcha el club, con un centro de tecnificación en las pistas del Martín Freire

de España era un centro de chicas. En el atletismo masculino de aquella época destacaba el Claret”, rememora Cristina Pérez con el afecto propio de una deportista incipiente.

“Cuando se creó la sección de atletismo de la Unión Deportiva Las Palmas teníamos ya adquirida una rutina de entrenamientos y preparación. De tal forma que resultó menos laborioso poner en marcha el club, con un centro de tecnificación en las pistas del Martín Freire”, matiza.

“Mis recuerdos de aquella época son muy bonitos. Cada entrenador, como Pablo Moreno, Viera o Fernan-

do Jiménez, llevaba su grupo de atletas en cada modalidad. Me acuerdo mucho de compañeras como Pilar Ramos, que era velocista, lanzadora, … tenía condiciones para ser una heptatleta de élite. Era alta, fuerte y rápida. Teníamos muy buenas competidoras, como Mari Carmen Vargas, Carmen Delia Suárez, Fabiola Bolaños, … Aquellos fueron años muy bonitos en todo”, añade.

“Recuerdo con mucho cariño las temporadas en las que defendí a la UD Las Palmas, en especial las de mis comienzos. Era muy joven y el deporte era parte de nuestra diversión porque, como ya digo, éramos

Los récords nacionales con la firma de Cristina

Para el recuerdo del deporte canario quedarán la colección de récords nacionales absolutos que llevan el sello de Cristina Pérez Díaz. Son estos:

AL AIRE LIBRE

100 metros: 11.44 (en 1987)

200 metros: 23.14 y 22.86 (1988)

400 metros vallas: 57.24 y 57.15 (1986); 57.11 (1987); 56.72, 56.63, 56.35, 55.29 y 55.23 (1988)

Relevos 4x100 metros: 44.5 (1988)

Relevos 4x400m: 3:32.69 (1985); 3:32.61 y 3:29.37 (1986)

150 metros: 17.4 (1987)

Relevos 4x200 metros: 1:35.18 (1986)

EN PISTA CUBIERTA

200 metros: 24.5 (1985); 23.6 (1986), 24.46, 24.15 (1986) y 23.62 (1987)

400 metros: 52.83 y 52.63 (1987)

Cristina Pérez afronta el salto de una valla, una de sus especialidades atléticas
Cristina, pensativa, con el uniforme de la UD Las Palmas
Cristina Pérez fue pieza clave en el equipo de la UD Las Palmas que logró el título nacional femenino de Segunda División y el ascenso a la máxima categoría en 1985

un grupo de amigas que estábamos muy unidas y compartíamos casi todo. Y también”, añade, “lo cierto es que se creó una enorme competitividad entre nosotras. Todo aquello que sucedió, como el mismo ascenso o los títulos de la época, fueron muy emocionantes y nos llenaron de felicidad. Me alegro por lo que nosotras conseguimos

por el deporte femenino y para el club; pero también por lo que lograron muchas de mis compañeras. Puedo dar fe de que trabajaron muy duro para ello”.

La mejor marca de todos los tiempos de Cristina Pérez fue un legado para el atletismo español, al establecer en septiembre de 1988 un récord de 400 metros vallas (55.23) que perduró hasta 2021 al ser rebajado por la barcelonesa Sara Gallego en tres centésimas (55.20). Ese registro de Cristina Pérez se había convertido desde entonces en el récord más longevo del atletismo español. Y una obsesión para muchas atletas que siguieron su estela e intentaron derribarlo.

Su reinado en las vallas españolas absolutas se prolongó desde 1985 a 1990. Y el gran logro internacional en su cosecha fue la presea de bronce de los Campeonatos de Europa de pista cubierta disputados en Liévin (Francia) en 1987. Aquella tarde Cristina Pérez paró el crono en 52 segundos y 63 centésimas al recorrer los 400 metros lisos de la final, estableciendo uno de sus récords nacionales de la distancia. Solamente la rusa Pinigina (51.27) y la alemana Kinzel (52.29) pudieron mejorar el extraordinario registro de la atleta de la UD Las Palmas. En semifinales, ya había anticipado su gran momento de forma rebajando por primera vez el mismo récord nacional con 52.83.

En esa competición, Cristina tuvo luz propia entre los atletas españoles junto al fondista José Luis González (oro en los 3.000 metros) y Blanca Lacambra (plata en 200 metros lisos). Estaba en un momento cumbre de su carrera deportiva.

Blanca Lacambra, José Luis González y Cristina Pérez, medallistas españoles en los Campeonatos de Europa de pista cubierta de 1987

Mari Carmen Vargas

“Creo sinceramente que la época dorada del atletismo de Canarias fue la que vivimos en los años ochenta, especialmente con el equipo femenino de la Unión Deportiva Las Palmas”. Con esa convicción lo expresa Mari Carmen Vargas Ruiz (20 de junio de 1968), exitosa lanzadora de jabalina que capitaneó a una generación que marcó esa etapa tan brillante del atletismo de Gran Canaria.

Mari Carmen siente con orgullo haber pertenecido a ese grupo de atletas que se unieron para formar el equipo del histórico ascenso a la Primera División nacional en 1985. Su vocación por el deporte brotó desde la niñez, en constante evolución y con una trayectoria que quizá no imaginó en el comienzo.

“Yo nací en Las Palmas de Gran Canaria. Mi familia residía en el barrio de Las Rehoyas hasta que, al cumplir los ocho años, nos mudamos a Las Remudas. Fue allí donde todo

comenzó para mí en el mundo del deporte”, recuerda con frescura.

No sabía entonces lo curioso que puede ser la vuelta del destino. En el Colegio Juan Negrín, Vargas iba a tener como profesor de gimnasia a Antonio Moreno, una persona clave en su inclinación deportiva. “Él era

En el podio, a la izquierda, con sus jóvenes compañeras de la UD Las Palmas

Una lesión de rodilla cuando era jugadora de balonmano hizo que cambiara

su modalidad. Para no estar inactiva, comenzó a hacer lanzamiento de jabalina y descubrió sus grandes cualidades para el atletismo

entrenador de balonmano, creo que también de baloncesto y de otras modalidades. Nos preparaba para el deporte en las clases y también en horas extras ajenas a las de estudio. Así que mi primer vínculo fue a través del balonmano, donde coincidí con algunas compañeras que más tarde también pasaron al atletismo. Yo jugaba como lateral o central. No lo hacía mal”.

Pero una lesión de rodilla obligó a Mari Carmen Vargas a hacer un paréntesis en la modalidad del 40x20 y siete contra siete. “Me dijeron que aprovechara el tiempo y que practicara con el peso o la jabalina, para no perder la forma física mientras estaba en proceso la rehabilitación de mi rodilla. Y el lanzamiento fue un deporte que me gustó. Empezó como una especie de pasatiempos para convertirse en mi principal actividad. Pronto se vieron mis cualidades y mi progresión en el atletismo”.

Con ese grupo de buenas atletas en distintas disciplinas, Mari Carmen fue una líder en el club CAUEI hasta

Mari Carmen Vargas

La Frase

Creo sinceramente que la época dorada del atletismo de Canarias fue la que vivimos en los años ochenta, especialmente con el equipo femenino de la Unión Deportiva Las Palma

que se produjo la integración del equipo en la reaparecida sección atlética de la UD Las Palmas, a comienzos de los ochenta. Este hecho coincidió en el tiempo con sus primeros logros provinciales: Campeona de peso, disco y jabalina, además de 250 metros vallas.

También destacó en peso, disco y vallas antes de decidir abandonar en temprana edad por asuntos familiares

Vargas también se especializó en salto de altura antes de conseguir que sus marcas en jabalina la llevaran a lo más alto del atletismo regional y más tarde a la corona y récord nacional junior, establecido en 44.98 desde 1984. “El cambio de material de la jabalina con el paso del tiempo y las nuevas normativas han hecho que esa sea una marca que será eterna”.

Como también el brillante concurso del equipo junior de 1985 de la UD Las Palmas, que logró una histórica medalla de plata en Granollers. Mari Carmen fue una de las cuatro atletas que lograron el trofeo individual para el club grancanario. Ella, en jabalina (40,52), mientras Fabiola Bolaños obtuvo el máximo galardón en 100 metros vallas (15,1), Leticia Marrero en altura (1,64) y Teresa Santana en la modalidad de peso (10.41).

“Recuerdo ese año 1985 con mucha alegría por los múltiples logros con mis compañeras. Teníamos un gran equipo y ascendimos por primera vez a la Primera División. Era un grupo muy completo y nos permitió acudir a las más importantes citas nacionales para competir contra las mejores atletas del pais”, apunta Mari Carmen.

La etapa de la jabalinista en el deporte no se prolongó como habría querido por cuestiones familiares. Lo abandonó en el punto más álgido y sin límites para su progresión y ocurrió apenas unos meses antes de que la sección también desapareciera del planning en la sede de Pío XII.

EL ÁLBUM DE LOS ATLETAS

El discóbolo gallego David Martínez, subcampeón de España con la UD Las Palmas y más tarde olímpico español
Jose Luis Ortega
Paula González Gustavo Reyes
Ana María Jiménez y Jesús Ortega
Atletas de la UD Las Palmas de los años sesenta en el Martín Freire
Carlos Pérez Auyanet
Vicente Alonso
Fabiola Bolaños
Grupo de atletas de los años setenta
Mirella Marrero
Podio con dos atletas de la UD. A la izquierda, Martín Ramos, posteriormente periodista televisivo. Y Carlos Pérez
Juan Francisco Medina Rosario Cabrera y Belén Lucena
Juani Rodríguez Caballero
Vicky Samper
Mercedes Armengol
Mari Carmen Suárez
Teresa Cabrera
Atletas de la selección de Las Palmas, con algunos componentes de la UD Las Palmas y Cauei, en los años sesenta.
La internacional y olímpica de balonmano Rita Hernández tuvo sus inicios deportivos en el atletismo con el UD Las Palmas-Remudas
Fernando Jiménez, el primer atleta que federó la UD Las Palmas, en plena carrera a la derecha
Juan José Medina
Varias corredoras del equipo femenino de los años ochenta
Juan Acosta
Grupo de atletas de UD Las Palmas y Tenerife tras una competición
José Luzardo Salazar en plena carrera
Leonor Valencia

La UD Las Palmas y la Lucha Canaria

La lucha canaria estuvo siempre cerca de la UD Las Palmas desde su aparición. Así lo asevera el veterano informador deportivo Pepín Ruano, que fuera en sus tiempos mozos bregador de notable presencia física y también atleta (lanzamiento de peso) en la etapa inicial de la sección del club amarillo.

Esa afirmación cobra dimensiones porque un alto porcentaje de los aficionados entre aquellos primeros que aplaudieron a los futbolistas amarillos, a partir de 1949, también compartían pasiones en los terreros de la ciudad. Y muchos, habituales en los espectáculos del Adargoma o Rumbo como primeras plataformas luchísticas que focalizaban el escenario deportivo de los años cincuenta.

Hasta el punto de que los dirigentes del ya popular club de fútbol adecuaban los horarios de los partidos, elaborando un programa

de espectáculos deportivos sin interferir en las franjas tradicionales de la lucha canaria o la vela latina, competiciones que arrastraban en la ciudad a centenares -si no milesde entendidos espectadores.

“Incluso”, matiza Ruano, “llegó a plantearse en más de una ocasión la posibilidad de que la Unión Deportiva Las Palmas tuviera su propio equipo de lucha canaria en las competiciones locales. El club ya se había ramificado en otros deportes y hubo dirigentes de la lucha canaria que estaban dispuestos a abrir una negociación con la entidad. El asunto fue debatido en una asamblea a comienzos de los años setenta”, añade en alusión a la etapa federativa liderada por Jesús Gómez Rodríguez. “Pero no se llegó a un acuerdo para realizar un planteamiento en firme y se decidió el apoyo en otra dirección. En la lucha canaria se sabía que desde el instante en que la UD Las Palmas

la abordara muchas cosas podrían cambiar … Porque podría haber confeccionado un auténtico equipazo con los mejores luchadores del momento”.

La relación entre la lucha canaria y la UD Las Palmas no resultaba inédita; ya estaba establecida desde que el club de fútbol echó a andar. La necesidad de cubrir el déficit económico de las primeras temporadas movilizó la solidaridad de los bregadores y de los equipos del vernáculo deporte. Al margen de ello rifas, recolectas, bailes o festejos se organizaron para recaudar un puñado de pesetas que servía para que los dirigentes amarillos pudieran tapar grietas en la tesorería y seguir en la exigente competición.

Se organizaron varias luchadas a beneficio en “ayuda al club” en el campo de España, aunque quizá la más significada se celebró el 22 de agosto de 1954 en el Estadio

El Pollo de Buen Lugar recibe de manos del periodista Antonio Ayala un trofeo por su colaboración para ayudar a la UD Las Palmas Pelea de carneros en la exhibición de 1954, en el Estadio Insular

Insular. Fue promotor de aquella iniciativa el periodista deportivo local Antonio Ayala.

Aquel día logró reunir a los mejores estilistas del Adargoma, que salieron a bregar por la UD Las Palmas: Manolín, Hermenegildo Ramírez, Abel Cárdenes, Pollo de los Reyes, Pollo de Sardina, Borito, Florencio Méndez, … Se cruzaron en la arena con los integrantes de un combinado en el que actuaron el Pollo de los Arenales, Alfredo Martín El Palmero, Gregorio Dorta, Manuel González, José Pulido Camurrita o el Pollo de Las Canteras. Ganó 12-8 el Adargoma.

Completaron las bregas un desafío entre Manolín Suárez -vencedor del reto 3 a 2- y el Pollo del Buen Lugar, que abandonó su retiro para ayudar a la UD Las Palmas.

Exhibiciones del levantamiento del arado y del juego del palo

La jornada se completó con el levantamiento del arado a cargo de Hermenegildo Ramírez, una exhibición del juego del palo y hasta cinco peleas de carneros.

El éxito recaudatorio fue notable, pero incompleto. Era tan dramática la situación económica del momento que, a pesar de la iniciativa luchística y su actuación en el Estadio Insular, al día siguiente la UD Las Palmas realizó un llamamiento público a sus socios para cubrir por anticipado la cuota de la temporada 1954-55. Incluso animó públicamente a las empresas que anticiparan pagos a sus trabajadores para que pudieran afrontar el anticipo de sus abonos.

La lucha canaria fue solidaria con un club que, como ella misma, representa la esencia de nuestro Archipiélago.

Colaboración de la Fundación de la UD Las Palmas en el impulso actual de la lucha canaria femenina

EL FÚTBOL FEMENINO

El fútbol femenino tuvo representación en la UD Las Palmas durante dos temporadas, entre 2009 a 2011, ya correspondientes a la etapa presidencial de Miguel Ángel Ramírez. La inmersión en esta competición se produjo por invitación de la Real Federación Española de Fútbol, que activaba entonces el proyecto de ampliar hasta 24 el número de conjuntos en la parrilla de la considerada Superliga femenina española.

El equipo comenzó a caminar de la mano del técnico Jesús Medina Morales, encargado de confeccionar un bloque de jugadoras que afrontaran la iniciativa del club grancanario.

La UD Las Palmas logró reunir a un grupo de jugadoras de distintos clubes de procedencia. Se ponía en marcha el equipo el 3 de agosto de 2009 con las siguientes integrantes: Sara Cabrera, María Pérez, Cristina Veloso, María Afonso, Desiré Trujillo, Noelia Macías, Katy Mary O’Hara (procedentes del Rayco), María León, Raquel Medina, Estefanía Mendoza, Eliza -

Jesús Medina instruye a una de sus jugadoras
El grupo fundacional de la sección posa en la sede social de la UD Las Palmas con el presidente Miguel Ángel Ramírez

beth González (Universidad de las Palmas), Yumara García, Vanesa Quintana, Cora Jiménez, Jessica Terranova (Unión Viera), Famara Navarro, Patricia Ojeda (Agüimes), Noemi Betancor (Estrella Roja), Sara Obregón (Las Torres), Ángela Camino (Arguineguín) y Lucía Pérez (Zaragoza).

La UD Las Palmas participó en el grupo A durante la primera fase de la competición. Acabó en sexta posición con 10 puntos, tras Athletic Club (33), Zaragoza (32), Real Sociedad (30), Lagunak (25), Oviedo Moderno

(20) y por delante de SD Éibar (7) y Real Sociedad (2).

La UD Las Palmas fue club pionero entre 2009 a 2011 en la competición nacional de 24 equipos propuesta por la Real Federación Española de Fútbol

En la segunda etapa de la competición, las futbolistas amarillas fueron integrantes del grupo C finalizando en tercera posición con 21 puntos. Se situaron por delante en la clasificación la AD Torrejón (28) y Collerense (21), mientras tras la UD Las Palmas se clasificaron Lagunak (19), Valencia (17), Real Valladolid (11) y Gimnástic de Tarragona (0).

La plantilla dirigida por Medina se cruzó en la Copa de la Reina frente

Formación de la UD Las Palmas en el estadio Alfonso Silva
El

equipo amarillo compitió durante dos temporadas. La primera bajo la dirección técnica de Jesús Medina y la posterior, con Pedro Luis Cárdenes en el banquillo

al Athletic Club, con un desenlace de 13-1 a favor de las jugadoras vascas (7-0 y 1-6).

En la temporada 2010-11 las riendas técnicas del equipo recayeron en las manos del ex jugador del club, Pedro Luis Cárdenes. Fue la segunda y última campaña del equipo.

La UD Las Palmas actuó en el grupo C durante la primera fase, ocupando la sexta posición con 10 puntos. En este sector fue primero el Rayo Vallecano (31), seguido de Atlético de Madrid (29), AD Torrejón (19), Sevilla (15) y Sporting de Huelva (11). Por detrás de la UD, el Atlético Málaga (6).

También en la segunda fracción de la campaña, la posición ocupada por las grancanarias fue la sexta plaza con 7 puntos, en un grupo liderado por Levante UD (29), seguido de Collerense (23), Lagunak (23), L’Estartit (19) y Sevilla FC (15). En séptima y última posición quedó el Real Valladolid (4).

Las plantillas de la UD Las Palmas disputaron sus encuentros como local en cuatro escenarios distintos de la capital grancanaria: Estadio Alfonso Silva, Pepe Gonçalves, Chano Cruz y Anexo al Gran Canaria.

Las jugadoras que cerraron la etapa en la entidad fueron Arminda Ojeda (portera), Noelia Macías (portera), Angela Camino (defensa), Vanessa Quintana (defensa), Silvia Doblado (centrocampista), Patricia Ojeda (defensa), Ana Belén González (centrocampista), Cindy García (atacante), Kary Mary O’hara (atacante), Cora Jiménez (atacante), Sara Cabrera (defensa), María Pérez

Celebración de un gol

Fue una experiencia preciosa, a la par de sacrificada. Se había formado un grupo de excelentes futbolistas locales a las que se les daba la oportunidad de participar en una competición nacional

González (atacante), Elisabeth González (centrocampista), Almudena Alvarado (atacante), María Socorro (atacante), Sarita Obregón (centrocampista), Desirée Trujillo (atacante), María León (centrocampista), María Afonso (centrocampista), Noemi Betancor (atacante), Cristina Veloso (defensa), Fami Navarro (defensa) y Raquel García (defensa).

El entrenador de la segunda temporada, Pedro Luis Cárdenes, recuerda que “fue una experiencia preciosa, a la par de sacrificada. Se había formado un grupo de excelentes futbolistas locales a las que se les daba la oportunidad de participar en una competición nacional. Tenían así la posibilidad de jugar contra equipos de otras provincias, algo que en aquellos momentos era muy difícil porque el fútbol femenino en España no tenía la dimensión de la actualidad”.

Pedro Luis tenía la experiencia ya de haber dirigido a un equipo de estas características, el Estrella, por lo que admite conocer “bastante bien el esfuerzo que realizó el club

La Frase de Pedro Luis Cárdenes

para reunir a las que podrían considerarse como las mejores del momento. Admiro el carácter vocacional de nuestras jugadoras, que tenían el deporte al margen de las actividades personales de cada una. Viajar a la Península no era un asunto fácil porque suponía para ellas una inversión importante de tiempo y gastos. Y para el club, además, era costoso”.

El preparador rememora la ayuda que recibió por parte de personas que enlazaron desde la entidad con ellos. “Como Juani Castillo. Fue nuestro contacto para resolver asuntos técnicos. O Daniel Carnevali, que proyectó la preparación de las porteras del equipo”. Y no olvida el respaldo de la Asociación Deportiva Barrio Atlántico. Porque “nos facilitó todo para

El conjunto femenino isleño disputó sus encuentros en cuatro escenarios de la capital grancanaria
Salto de O’Hara en un encuentro ante la Real Sociedad
Arminda Ojeda
Desirée Trujillo

poder realizar nuestros entrenamientos en el campo de su residencia. Disponer de una instalación no era fácil en aquella etapa del equipo femenino, con tantos

clubes y horarios cubiertos. Sin embargo, Gonzalo Moreno, el presidente, entendió nuestras necesidades y nos echó una mano que es digna de resaltar”, concluye.

María León, todoterreno

En el equipo femenino de la UD Las Palmas figuró María León, hija del que fuera diablillo amarillo y ex jugador del club, José Manuel León. La capitana ejerció como todoterreno del grupo, mostrando experiencia y versatilidad en sus funciones dentro del terreno de juego.

Cristina Veloso Vanessa Quintana

EL FÚTBOL PLAYA

La del fútbol playa es una de las más recientes secciones donde la UD Las Palmas ha tenido presencia. Lo ha hecho a través de la Fundación de la entidad desde octubre de 2022, tras brotar el acuerdo de creación de la Escuela de esta modalidad y la constitución paralela del conjunto que representaría a la entidad en las competiciones federativas.

En dos años de vigencia del proyecto, la UD Las Palmas se quedó a las puertas del ascenso a Primera en su ejercicio inaugural y fue campeón territorial de Canarias oriental en la temporada 2024

El equipo de la UD Las Palmas, en su primera participación nacional, se quedó a las puertas del ascenso a Primera División apenas unos meses después de su puesta en marcha. En julio de 2023 logró en la rubia arena de Rota, Cádiz, meterse en la final de la fase sector al ganar 7-2 en semifinales del torneo a Los Alcazares FP. Pero en el partido definitivo, los isleños cedieron 6-3 frente al Atlético Torroxeño, que logró el premio del ascenso. El conjunto malagueño hizo valer la dotación de jugadores extranjeros que tenía en sus filas.

El proyecto de fútbol playa de la UD Las Palmas se canaliza a tra -

La UD Las Palmas, con el trofeo de primer campeón territorial de fútbol playa logrado en 2024

vés del mejor jugador canario de esta especialidad, Pablo Pérez (Las Palmas de Gran Canaria, 28 de julio de 1985), con el mencionado soporte de su Escuela de formación y tecnificación con sede en Corralejo.

Pablo es pura ilusión, palabra que añade al vínculo que poseen sus jugadores y él mismo con el club representativo de la provincia oriental de Canarias. “Es un honor representar a un club de esta altura y también una responsabilidad”, resume. “El fútbol sala no es una actividad que en 2024 tenga un re -

El programa deportivo gira en torno al extraordinario jugador internacional grancanario, Pablo Pérez, y a su escuela de formación y tecnificación ubicada en Corralejo

torno económico propio. Pero para todos los componentes del equipo supone una experiencia muy bonita el poder defender la camiseta amarilla en las competiciones. Y, a la vez, disponer de la gran oportunidad que ofrece como nadie la Unión Deportiva para poder crecer en el deporte”.

En el año del 75 aniversario, la sección de fútbol playa de la Unión Deportiva Las Palmas se convirtió

La Frase de Pablo Pérez

Tanto la Fundación del club como yo mismo nos sentimos muy orgullosos al saber que los chicos de nuestro proyecto pueden vivir las mismas experiencias que yo he disfrutado. Que pueden progresar en el deporte y abrirse un camino en la vida

Espectacular movimiento de chilena en Las Alcaravaneras
Iván Sánchez
Aitor González

en el primer campeón de la Liga Territorial organizada por la Federación Interinsular de Las Palmas. La final ganada (5-4) al Basilea

On Beach en La Playa de Las Alcaravaneras representó el primer éxito colectivo tras dos años de vivencias.

De todo ello el referente es Pablo Pérez. Sus inicios deportivos, tras la infancia en el barrio capitalino de Cuatro Cañones, fueron tardíos. “Realmente comencé a jugar al fútbol a los 16 años de edad. Mi primer equipo fue el Intercanarias”. Y al trasladarse a Fuerte -

ventura se produjo su progresión cuando alcanzó la División de Honor juvenil con el Corralejo. “Jugué en muchos equipos, incluso en Tercera con el propio Corralejo o en Segunda División B con la UD Fuerteventura. Mi periplo en el balompié tradicional lo cerré con el

Tiempo de intercambio de impresiones en el banquillo
Cristian González, máximo goleador de la Liga territorial, con 18 dianas

Oxford City, en la quinta división de Inglaterra”.

Pero el gran descubrimiento de su otro Pablo Pérez, el que se asocia descalzo con el balón, llegó tras un torneo de fútbol playa en Las Fiestas del Carmen. Allí se percató de

que tenía un talento especial para el fútbol playa, un deporte exigente en el aspecto físico y también con grandes dosis de agilidad para las acrobacias. Todo ello sin obviar la intuición innata del jugador en la adivinanza de las azarosas trayectorias del esférico.

“Después de esos primeros torneos donde ya destaqué me di cuenta de que el fútbol playa era mi deporte. En doce años he logrado grandes objetivos personales. He ganado títulos en España, Italia, Japón o Portugal. He jugado con la selección española, algo muy especial para cualquier deportista. Y he conocido mundo, viajando de un lado a otro del planeta, puliendo idiomas y también conocimientos sobre las distintas culturas. Y de eso, precisamente, trata el proyecto de la UD Las Palmas: Dar esa misma oportunidad a jóvenes deportistas que puedan desarrollarse a nivel profesional”, reflexiona Pablo.

Hay un perfil educador que viaja de la mano con lo competitivo en este proyecto amarillo del fútbol playa. “Tanto la Fundación del club como yo mismo nos sentimos muy orgullosos al saber que los chicos de nuestro proyecto pueden vivir las mismas experiencias que yo he disfrutado. Que pueden progresar en el deporte y abrirse un camino en la vida”, puntualiza.

“Los componentes del club toman con exquisito rigor el programa de preparación. Entrenamos cuatro veces durante la semana, exista o no una competición en el calendario. Y desde el primer minuto sabemos cada uno qué representa la UD Las Palmas para el deporte de Canarias y cómo debemos ser sus representantes en un campo de arena rubia”.

Diego Badou, Ángel Roca, José Sauer, Jorge García, Iván Sánchez, Aray González, Michel Hanney, Rayco Villanueva, Cristian González, José Eguiluz, Francisco Martín (internacional sub20), Fran Elvira

Rayco Villanueva, destacado juvenil del equipo
Sánchez

(internacional sub20) y Aitor González son los componentes de una escuadra que lidera el mencionado Pablo Pérez, en su condición de experto capitán, jugador internacional, mejor español de 2023 y máximo realizador de la Liga nacional.

“El proyecto de la UD Las Palmas en el fútbol playa es joven, pero también es muy ambicioso. Llegará hasta donde pueda alcanzar. Pero lo más importante ya se ha conseguido en poco tiempo: Ha despertado una ilusión muy grande y ha colaborado a crear caminos. Quienes estamos en él hacemos el viaje con los colores que representan a esta tierra. No se puede pedir más”.

Acrobática maniobra de González
Jorge García aporta experiencia al grupo

El escudo de la UD Las Palmas ocupó un lugar en las embarcaciones de vela latina canaria, en un momento de necesidad del tradicional deporte náutico de la capital grancanaria. En 2016, la Fundación del club firmó un acuerdo de colaboración con los dirigentes de la época, representados por su presidente Juan Santana y el ex consejero del club, Ángel Luis Padrón Dieppa. Siempre hubo sintonía entre el club y los botes, incluso con acuerdos para no interferir en sus respectivos horarios.

El convenio copatrocinio se firmó con el objetivo de apoyar económicamente el fomento, desarrollo y promoción del deporte de la vela latina en la Comunidad Autónoma Canarias

La vela latina canaria y la UD Las Palmas

Gente UD y curiosidades

La UD se sumerge en los eSports

La UD Las Palmas se sumergió desde 2017 en los eSports, competición nacional oficial de videojuego EAFC (anteriormente FIFA). El club isleño ha estado representado a través de Las Palmas Unity por los siguientes jugadores:

Alejandro Santana ‘DevilKane’ (2017-18)

Raúl Flores (2017-18, 2018-19 y 2019-20)

Kilian Pita ‘Zidane10’ (2018-19, 2019-20 y 2024-25)

Carmelo Medina ‘Jun’ (2019-20, 2020-21, 2021-22 y 2022-23)

Asier Medina (2021-22 y 2022-23)

Andrés Cifuentes (2023-24)

Los logros más destacados de esta sección llevan la firma de Kirian Pita, al firmar el subcampeonato de Liga en la 2018-19 y ser internacional con la selección española en varias ediciones.

El bingo UD Las Palmas, en la calle Rafael Cabrera

Uno de los establecimientos de la ciudad que estuvo vinculado a la UD Las Palmas fue la sala de bingo que llevó el nombre del club amarillo durante tres décadas y que tuvo su ubicación en la Avenida Rafael Cabrera (número 7). La explotación del negocio correspondía al Grupo Juan Padrón, datando su inauguración el 29 de agosto de 1981 -bajo la presidencia de Atilio Ley Duarte- hasta su cierre en julio de 2014. Tenía capacidad para 600 personas, que podrían contemplar en el acceso a la sala binguera el Trofeo Ciudad de Almería conquistado por los amarillos en dos ocasiones (1977 y 1978).

Mientras, Adrián Fuentes se ubicó en el Top33 en Global Series FC..

Fue internacional con la selección española en 2024 y semifinalista en la eEuro24.

Informadores en el seno de la UD

Deportistas y entrenadores de la UD Las Palmas tuvieron vinculación con los medios de prensa, especialmente con la impresa. Quizá Marisol Ayala (natación) es el ejemplo más ilustrativo. Hija del jefe de deportes del Eco, Antonio Ayala, se inició en la natación en la UD y a la vez exponía sus crónicas en papel. Ese nexo con el mundo mediático también lo compartieron Antonio Cardona Sosa, Antonio Bermúdez, Pascual Vicente (baloncesto), Arturo Ponicke, Fernando Jiménez, Armando Romero, Bernardo Hernández, Pepín Ruano (atletismo), Oscar Jiménez (natación), Rafael Reyes (natación), … hasta el mismo Larry Álvarez (atletismo), que cruza la frontera del 75 aniversario como director de comunicación y relaciones institucionales del club amarillo.

EL FÚTBOL INDOOR

La UD Las Palmas contó con su formación de fútbol indoor a partir de enero de 2011. La plantilla se confeccionó con ex futbolistas de la entidad y también colaboradores del organigrama del club.

Los encuentros como local los disputó en el Centro Insular de De -

portes, preparado para esta competición que llevó la denominación de Liga Fertiberia.

Otros conjuntos históricos del país se cruzaron con los amarillos en esta modalidad bajo cubierta, dando la oportunidad de que célebres deportistas de distintas épocas

pudieran volver a encontrarse con el balón como elemento de unión.

La experiencia en el fútbol indoor se desarrolló durante dos temporadas, aunque la participación en el campeonato nacional de los amarillos solo se prolongó durante el ejercicio del debut.

Grupo al completo y colaboradores de la UD Las Palmas indoor
Ismael Santana celebra un gol frente a la Real Sociedad
Juani Castillo e Iríbar
Julen Guerrero y Manolo Hernández
Toni Robaina
Aspecto general del Centro Insular de Deportes para el desarrollo de la modalidad futbolística cubierta

Gerardo Garcés

De pentatleta a jefe de los servicios médicos

Gerardo Garcés Martín (6 de enero de 1957) goza de una singularidad como protagonista de La Otra UD: Su carrera médica desembocó un día en el lugar que había soñado siendo prometedor pentatleta del club amarillo. No duda en confesarlo cuando en su despacho de Traumatología del Hospital Perpetuo Socorro unimos los dos escenarios deportivos en los que se sumergió.

Isleta una vez a la semana por mediación del padre de José Antonio y Santi Serrano. Íbamos a correr primero y, posteriormente, realizábamos la sesión de tiro. Nos las ingeniábamos y a la vez lo pasábamos bien”.

La Frase

“Siempre quise ser médico, es algo que tenía muy claro en mi niñez y en la juventud. Por eso, cuando iba a la grada Curva del Estadio Insular con mi pase especial me llamaba la atención el momento en que salían al campo el doctor Emilio Tomé y Ernesto Aparicio, masajista, para atender a un jugador lesionado. Desde entonces ese fue mi sueño de joven y que un día hice realidad: Ser jefe médico del equipo de mi corazón”.

Garcés era el mayor de siete hermanos (Elsa, Margaret, Merci, Jordi, Yolanda y Javi) que en su mayoría hicieron deporte en las aguas del Julio Navarro, tanto en la natación como en la sincronizada. A Gerardo le cautivó el pentatlón porque “no era muy rápido nadando”, recuerda. Pero sí “se me daba bien el atletismo de campo a través. Y así, con mis ins-

Siempre quise ser médico. Por eso, cuando iba a la grada Curva del Estadio Insular con mi pase especial me llamaba la atención el momento en que salían al campo el doctor Emilio Tomé y Ernesto Aparicio, masajista, para atender a un jugador lesionado. Desde entonces ese fue mi sueño de joven y que un día hice realidad: Ser jefe médico del equipo de mi corazón

tructores y los duros entrenamientos del equipo, aprendí todas las disciplinas y competí. Primero en biatlón y, más tarde, en el pentatlón”.

Señala que “curiosamente mi rivalidad en las pruebas de atletismo la tenía con Juanma Auyanet, que también realizó su carrera profesional en Medicina”. Aquella actividad tan selectiva “era sacrificada. Por ejemplo, hacíamos esgrima en la Zona Aérea de Canarias gracias a Jesús Telo. O íbamos a Artillería de la

Con Auyanet y Serrano “fui becado para la Residencia Blume en Barcelona. En realidad estuve un año porque tuve que decidir mi destino y elegí la Medicina. Entendí que era complicado prepararme a tope en cinco deportes que me obligaban a invertir en ellos mucho tiempo. Y a la vez, tenía que afrontar las duras asignaturas de mis estudios”.

“El gran éxito de esta sección”, puntualiza, “es que no teniendo muchos medios obtuvimos grandes resultados para el club, tanto a nivel individual como colectivo. Fue un total acierto de la UD Las Palmas en aquella época el haber desarrollado un programa de pentatlón moderno. Lo comenzó Gustavo Verástegui y lo continuaron unos chicos a los que les movía la ilusión para afrontar todo aquel sacrificio”.

De aquella época, como un tesoro, conserva una pistola de aire comprimido a la que saca brillo mientras revive sus andanzas deportivas.

Edita:

Fundación Canaria Unión

Deportiva Las Palmas

Autor: Manuel Borrego Pérez

Contenido fotográfico actual: Carmen Torres Monzón

Diseño gráfico y maquetación: Josabet Medina Quintana

Impresión: Litografía González

ISBN: 978-84-09-66255-5

Depósito Legal: GC 583-2024

FINDACIÓN UD LAS PALMAS

LAS PALMAS

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.