Formulario de Inscripción Úbeda-Baeza Patrimonio Mundial - Anexo 2

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Tanto el reborde la Loma como la propia ladera tienen una excepcional oportunidad de vistas pues desde aquí se domina todo el valle del Guadalquivir y las estribaciones de Sierra Mágina; incluso se divisa la Sierra de Cazorla con sus elevaciones hasta los 1.800 m. Ya en el entorno inmediato del Guadalquivir, el trazado del río y la suave morfología del valle permiten diferenciar claramente la Vega, como zona de intensa explotación agraria fundamentalmente de regadío, donde se asientan una serie de poblados de colonización de regadío de los años ‘50, junto al salpicado de grandes cortijos asociados a los antiguos latifundistas de la zona. A través de toda la extensión longitudinal de la ladera se sitúa el trazado de la línea férreaBaeza-Utiel, línea que no llegó a ser utilizada y cuya reconversión para actividades de ocio se reconoce actualmente como elemento a potenciar.

I. 2. UN TERRITORIO EN EL QUE SE HAN SUCEDIDO LOS POBLAMIENTOS DESDE LA PREHISTORIA. Los antecedentes histórico- arqueológicos, la evolución del poblamiento y formación del sistema urbano actual. El territorio de La Loma, como espacio importante en las comunicaciones territoriales y por sus características topográficas y potencialidad de recursos, ha visto favorecidos los asentamientos humanos desde la prehistoria, con puntos álgidos en época bajo-medieval y moderna, momento en que las dos ciudades destacan ya como los principales núcleos urbanos que dominan este territorio. En efecto, la comarca de la Loma ha sido lugar de asentamientos poblacionales ya desde el Paleolítico, con yacimientos conocidos que se sitúan en las terrazas de los ríos Guadalimar y Guadalquivir y en el piedemonte de Sierra Mágina. Se trata de asentamientos neolíticos que responden a un proceso de sedentarización consecuencia del incipiente desarrollo de la agricultura y la ganadería por estas comunidades humanas, y que evolucionarán a medida que se consolida esta actividad en la comarca ya en plena Edad del Cobre, a mediados del III Milenio. Todo ello va a suponer una organización territorial muy temprana; es decir, la existencia de un verdadero sistema de poblamientos con distintas agrupaciones de núcleos o poblados que obedecen ya a una cierta estrategia geopolítica motivada por distintos condicionantes: fluviales y orográficos, productivos, o factores estratégicos de comunicación, comercio o de control territorial. En este sistema de asentamientos los grandes poblados se encuentran en las tierras más feraces, el Valle del Guadalquivir o la desembocadura de sus afluentes, con vegas más amplias donde pueden controlar las vías naturales de penetración, pero también son ya importantes los poblamientos en el reborde sur de la Loma, con una amplia capacidad visual de control sobre el valle del Guadalquivir. Aparecen así

los poblados del cobre y bronce del Barrio del Alcázar de Úbeda, o el de la Fuente de Piedra y recientes hallazgos de poblados aterrazados en el entorno del cerro del Alcázar de Baeza. Primeros asentamientos que ocuparon los espolones amesetados del reborde sur de La Loma, ejerciendo un doble control, sobre la explotación agrícola de las vallonadas cercanas y estratégico, mediante el dominio visual de una amplia zona del valle del Guadalquivir. En el mundo ibérico, las fuentes escritas refieren ya la existencia de dos ciudades Salaria (Úbeda la Vieja) -que nada tiene que ver con la Úbeda actual- y Bibatia (Baeza), próximas a Cástulo (Linares) que ya sería uno de los principales centros relacionados con las explotaciones mineras. El dominio de Roma sobre las poblaciones ibéricas durante el siglo III a. C. va a imponer un nuevo orden territorial y así determina el abandono de numerosos asentamientos potenciando otros, como debió ser el caso de Baeza y Úbeda la Vieja, referidas como los principales centros económicos y administrativos de la comarca ya desde la etapa altoimperial al estar muy bien situadas en la vía romana que unía Cástulo y Málaga, que permitía la salida de la plata de las minas de Sierra Morena hacia Roma. En la etapa bajoimperial, desde mediados del s. II d.C., se aprecia la crisis del sistema municipal romano que determinará la pérdida de importancia de las ciudades como centros económicos y administrativos. Época visigoda. En el siglo V tienen lugar las invasiones germánicas y a mediados del siglo VI la zona será finalmente controlada por el estado visigodo que va a suponer una adaptación del sistema provincial romano en el que la Loma pertenecía a la provincia Cartaginense, provincias que también coincidían con jurisdicción eclesiástica. De esta época, de la que apenas se conocen restos, se sabe que Baeza ejercía el liderazgo de la zona al ser en el siglo VII sede episcopal y controlar administrativamente toda la comarca. Durante la época hispano-musulmana se consolida el sistema urbano actual. En el momento de la invasión las ciudades hispano-godas habían perdido su papel de centros administrativos y de control del territorio y se había producido un progresivo éxodo de la población desde losnúcleos urbanos hacia el campo, por lo que la decadencia urbana iba acompañada de una fuerte ruralización de la población y de la economía. No obstante, a los cristianos que se sometieron se les permitió seguir practicando su religión y Baeza continuó siendo sede episcopal al menos hasta el siglo IX. La consolidación de los núcleos urbanos como consecuencia del desarrollo de una verdadera política de articulación estatal será plenamente impulsada desde el califato de Córdoba por Abd al-Rahman II durante el siglo IX. Seguramente los árabes, conscientes de la importancia de ejercer el control sobre el valle del Guadalquivir, potencian los dos enclaves físicos donde se sitúan Úbeda y Baeza por su posición estratégica para mejor ejercer dicho control. Así Úbeda en este momento crece hasta convertir el pequeño núcleo pre-

existente en una verdadera Medina y Baeza sigue manteniendo la entidad alcanzada en época visigoda, y ambas ciudades se reconocen ya como ciudades de cierta importancia en Al Andalus. Se consolida así un sistema urbano que sólo se verá afectado por el largo proceso de conquista cristiana y que implicará la desaparición de muchos de los núcleos -sobre todo de las aldeas y alquerías de carácter agrícola- que por razones defensivas van a despoblarse, mostrando una tendencia de la población a concentrarse en las ciudades y abandonar el medio rural.

I. 3. ÚBEDA Y BAEZA CENTRO DE UNA COMARCA AGRÍCOLA CON RECURSOS AMBIENTALES Y PATRIMONIALES COMPLEMENTARIOS. En efecto, Úbeda-Baeza presiden una comarca cuya base económica ha sido tradicionalmente la agricultura. El clima característico de la Loma, clima de extrema dureza motivada precisamente por las amplitudes térmicas que pueden registrarse entre estaciones: inviernos fríos y veranos largos y cálidos junto a una pluviometría irregular, es un clima propio de bosque autóctono y matorral mediterráneo, vegetación original que se ha visto transformada por la acción del hombre en superficie agrícola cultivada en un proceso especialmente intenso desde los siglos XV y XVI. Desde entonces se han venido roturando encinares adehesados y matorral mediterráneo y sustituyéndose por cultivos de cereales en secano y vid, y, en los últimos tiempos, sobre todo durante las últimas décadas del presente siglo, por plantaciones de olivar, monocultivo que llega a dominar actualmente el 70% del territorio de La Loma. Sólo en las riberas de los ríos se encuentran plantaciones de frondosas que se intercalan con la vegetación natural propia de estas zonas y algunos reductos de dehesa autóctona que se conservan en la zona del río Guadalimar, en la vertiente norte, aportando amenidad y diversidad ambiental a esta comarca. En efecto, además de las extensiones olivareras, afortunadamente aún quedan algunos espacios con valores naturales relativamente próximos a Úbeda y Baeza que pueden considerarse como espacios de interés complementario al valor patrimonial y urbano de ambas ciudades. Se trata de las zonas húmedas del Alto Guadalquivir, que incluyen los embalses de Puente de La Cerrada, Doña Aldonza y Pedro Marín, junto con el Paraje Natural de La Laguna Grande en el término municipal de Baeza (zona incluida en el Programa Comunitario “Leader” para fomentar su desarrollo integrado). El valor ambiental de estos espacios, que acogen además una avifauna interesante, es reconocido por la Comunidad Autónoma siendo protegidos al incluirse en la Ley 2/1989 Inventario de Espacios Naturales de Andalucía. Asimismo hay que señalar la existencia de una profusa red de caminos y vías pecuarias, recurso de interés para poner en valor los espacios naturales, permitiendo su interconexión y la posibilidad de establecer itinerarios de vías recreativas que enlaANEXO

INFORME - DIAGNÓSTICO URBANÍSTICO

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