Relatos de la cuarentena desde la infancia

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RELATOS DE LA CUARENTENA DESDE LA INFANCIA Axel Sada Amezcua Victoria Alducin Iker Galván García Gabriel Galván García Emilio Procel Silva

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Axel Sada Amezcua

Calimaya, Estado de México Me llamo Axel vivo en Calimaya y tengo 7 años y tomo mis clases por zoom. Me gusta de la cuarentena que mi mamá está conmigo todo el día, eso me gusta mucho y también que juego con mi hermana Alexia que tiene 1 año. No me gusta que no puede ver a mis amigos de la escuela. Cumplí 7 años el 9 de mayo, mi fiesta fue por Zoom, con mis mejores amigos Kaleb y Patito porque Tadeo no se puede conectar, también mis primas Daniela y Fernanda. Mi abuela Nora nos leyó un cuento por Zoom, el de Ahí viene el lobo, me gustó porque al último en el cuento todos los del cuento festejaron mi cumpleaños con mi cuento, era una fiesta en el cuento con los personajes: el lobo, yo, el cerdito, la cabrita y sus cabritos, el borreguito y Caperucita. Me dieron un dragón de la película de Chimuelo 3, diente de sable, un lego de pokemon, un robot y me llegó a mi casa el regalo de mi abuela, mis colores, una libreta y un libro de los dinosaurios que me encantan, me gustan los lobos son lindos, son muy calientitos para el invierno. Cuando termine la cuarentena el mundo va a ser igual, no se va a acabar, porque nunca va a ser amarillo, el mar nunca va a ser blanco, ni rojo, solo las hojas cambiarán con la primavera, pero el mundo va a seguir igual y yo voy a salir a jugar y voy ir a la escuela.


Mi nombre es Victoria Alducin Viornery, tengo 6 años, casi 7, hice esta pintura en acuarela para la convocatoria ¿Qué mundos has imaginado durante la cuarentena? Mi pintura se llama “La princesa que no podía salir.”



El inicio del coronavirus Iker Galván García 9 años.

Recuerdo cómo inició todo. Estábamos en un fin de semana largo plantando el pino de navidad en mi patio; ya que esta navidad compramos uno natural. Ya había escuchado que había un virus, y me preguntaba si habría cuarentena, si habría escuela y ya en la noche viendo una peli mi mamá nos dijo: - “No podremos salir hasta el 20 de abril” . No estaba seguro de qué tanta tarea tendría, estaba confundido. Me sentía como un sauce llorón, se me dificultaba la tarea, en casa estaba triste y feliz, y fue entonces cuando lo comprendí todo: ¡Eran los chinos! tenían la culpa de todo esto, tantas cosas que podían inventar, autos voladores y muchas cosas más… se les tenía que ocurrir inventar el coronavirus. Lo había comprendido, gracias a ellos estábamos aquí encerrados. Entonces puse manos a la obra y empecé a trabajar, a buscar pistas, tuve una idea, una grandiosa idea. Pensé en empezar a buscar por las puertas, checaba los tenis, bus-


caba en los cerrojos y por todos lados pero siempre se escapaba el coronavirus, no lo encontraba. Tenía que ver la comida, checarla, todo lo tenía que estar vigilando. El coronavirus podía entrar y si entraba lo podría atrapar. Tendía trampas y me lavaba las manos, pero siempre, siempre se escapaba. Iban pasando los días, tenía que empezar a ayudar con el quehacer: barría, trapeaba y tendía camas. Las tareas de la escuela eran cada vez mas difíciles, empezábamos a tener clases por Zoom y se acercaban las vacaciones. Estábamos contentos, finalmente habían llegado las vacaciones. Jugábamos al futbol, la carreterita, beisbol y matatena, un día nos dijeron que la cuarentena se había extendido hasta el 30 de abril, ¡estábamos enojados! Mi hermano le dijo a mi papá: - “¡Llámale al Presidente para que la cuarentena sea hasta el 25 o máximo 29 de abril!”, No queríamos estar encerrados el día del niño. Yo pensaba que la cuarentena son 40, no 50 días y que no era posible tanto tiempo sin salir. Los días pasaban y la pascua se acercaba, estaba muy emocionado. Llegó el tercer día de pascua, entonces todos en mi casa hicimos nuestros huevos y los escondimos. Ya en la noche los empezamos a buscar, encontramos muchos y me gané unas galletas de chocolate. Al final


pusimos las zanahorias, pero temía que el coronavirus se las llevara y el conejo no llegara, así que las lavé. Ya estaba seguro de que vendría el conejo de pascua si entraba el Covid-19 yo lo atraparía.. Me di cuenta que el conejo sí había llegado gracias a que lavé las zanahorias al día anterior. Se acabaron las vacaciones y estábamos emocionados por el día del niño, ya casi se acababa la cuarentena, o al menos eso creía; luego nos dijeron que se volvía a extender pero esta vez era todo un mes. Ya no sabía que pasaría al volver a la escuela, qué haría, ni idea. Estaba paralizado, ya había estado encerrado todo un mes. El día del niño comenzamos haciendo un títere en una clase que vimos en Facebook. Mi mamá nos hizo un pastelito a mi hermano y otro a mí, estaban deliciosos. Más tarde mi papá trajo pizza y comimos muy rico. Nos habíamos puesto de acuerdo, haríamos un tipo de Chuck E. Cheese. Cada quien preparó sus juegos, nos divertimos mucho, gané varios premios. Al final del día, vimos una peli todos juntos. Estaba tan divertido que se me estaba olvidando vigilar al coronavirus. Un día, hicimos una guerra de agua y mi mamá se cayó y le salió sangre, así que tuvimos que dejar de jugar. Pensé que era el Covid, sabía que estaba por ahí; entonces me bañé rápido para asegurarme de deshacerme de él y si lo hacía rápido lo podría atrapar, pero se me volvió a escapar.


El día de las madres organizamos un día especial para mi mamá porque ¡es la mejor del mundo! y estuve atento por si llegaba el Coronavirus, si entraba lo atrapaba y esto se acababa. Lo busqué pero no lo encontré; pero ese día nada me quitaría el ánimo. Cuando finalmente alcancé al Coronavirus después de espiarlo muchas veces, entendí que no es malo y no quiere que lo atrapen porque él quiere jugar con la gente, pero solo puede jugar con otros virus como él, porque a los seres humanos les hace daño sin querer. Así que le expliqué donde puede encontrar otros virus como él para jugar. Al fin , entendí que esta cuarentena no tenía nada de malo y que se acabaría cuando se tuviera que acabar. En realidad, era buena; había cosas que ni sabía de mi familia y estar con ellos ha sido muy reconfortante. También he ido aprendiendo cosas de las que no tenía idea. Me gustaría que todos tuvieran la misma oportunidad de estar con sus seres queridos en lo que queda de la cuarentena y que todos tuviéramos salud.


Monterrey, Nuevo León, 17 de mayo, 2020. Queridas primas: ¿Cómo están? ¿Qué han hecho en esta cuarentena del Covid-19? Yo he estado jugando: fútbol, voleibol, béisbol y canicas. Una vez jugando fútbol Iker se pegó en la ceja y se abrió. También he hecho haikus. Un haiku es un tipo de poema que me enseñó mi vecina que se llama Nora. Aparte de que Nora nos ha enseñado haikus, nos enseñó a hacer poemas y nos lee cuentos. Me he sentido feliz y emocionado jugando fútbol, haciendo haikus y escuchando cuentos. Un haiku es un tipo de poema de 3 renglones, el primero debe de ser de 5 sílabas, el segundo de 7 y el último de 5, y el primero o el último debe estar relacionado con el segundo. Les comparto algunos de mis haikus: 1. La roca dura En la tierra está Un caracol hay 2. Cocos que caen Ondas en el agua Pato que vuela


3. La flor roja Que brilla al atardecer Ave que canta. Mi mamá nos avisó a Iker y a mí que se alargó la cuarentena así que no volveremos a ir a la escuela en este ciclo escolar. Yo me enojé porque no podría ver a mis amigos, estaba triste y tenía calor, me fui a mi cuarto y me metí debajo de mi almohada y empecé a pensar qué pasaría si la cuarentena se hiciera para toda la vida. No podría ir a la plaza, a las jugueterías, ni podría acompañar a mi papá al supermercado, tampoco podría ver a mis amigos ni a mis maestras, más que por la tecnología, pero eso no es lo mismo que verlos en la vida real, jugar con ellos, ir al parque, ¿de qué me serviría hacer una reunión por zoom? ¿Por qué no mejor voy a verlos? Pues porque nada más tenemos flojera o miedo o simplemente nos queremos cuidar del Covi-19. Pero eso nosotros lo provocamos, nosotros hicimos basura, contaminamos, nosotros creamos al coronavirus. Bueno espero que les llegue mi carta y espero que se la pasen bien en esta cuarentena del Covid-19. Cuando nos volvamos a ver vamos a la playa, ¿sale? ¡Las quiero mucho! ¡Bye! Gabrielo

(Gabriel Galván García, 7 años)


Emilio Procel Silva,

ÂżQuĂŠ mundo has imagina


5 aĂąos ado esta cuarentena?, El parque.


Gracias a Nora Obregón por la coordinación editorial y el siempre gran entusiasmo. Coordinación editorial: Nora Obregón Diseño y edición: Virginie Kastel Primera edición, 2020 © 2020, los autores © 2020, Tresnubes SAPI de CV © 2020, Universidad Autónoma de Nuevo León UANL Rogelio G. Garza Rivera Rector Santos Guzmán López Secretario General Celso José Garza Acuña Secretario de Extensión y Cultura Antonio Ramos Revillas Director de Editorial Universitaria Padre Mier No. 909 poniente, esquina con Vallarta Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P 64000 http://editorialuniversitaria.uanl.mx/ editorial.uanl@uanl.mx TRESNUBES EDICIONES Reforma 427, San Pedro Garza García, C.P 62400 https://www.kichink.com/stores/tresnubes tresnubesediciones@gmail.com



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