Manual del Sacerdote - Aeminpu

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Estudios del Maestro Ezequiel Ataucusi Gamonal

á Jerusalem, y a la casa de la cual había yo dicho: Mi nombre será allí. 2 R. 23: 27. Y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros por mano de sus siervos los profetas. Dn. 9:10. Y todo Israel traspasó tu ley apartándose para no oír tu voz: por lo cual ha fluido sobre nosotros la maldición, y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos. Dn. 9:11. Por tanto el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; Is. 30:12. Por tanto os será este pecado como pared abierta que se va a caer, y como corcova en alto muro, cuya caída viene súbita y repentinamente. Is. 30:13. Jehová no querrá perdonarle; antes humeará luego el furor de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y asentaráse sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová raerá su nombre de debajo del cielo: Dt. 29:20. Y apartarálo Jehová de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley. Dt. 29:21. 2 Cr. 24:40. Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento en los holocaustos y víctimas, como obedecer a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios; y el prestar atención que el sebo de los carneros: 1 S. 15: 22. Era pues el pecado de los mozos muy grande delante de Jehová; porque los hombres menospreciaban los sacrificios de Jehová. 1 S. 2:17. ¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis presentes, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? 1 S. 2:29. Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tú Dios, que él te había intimado; porque ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 1 S. 13:13. Y ACABADAS estas cosas, los príncipes se llegaron a mí, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y Levitas, no se han apartado de los pueblos de las tierras, de los Cananeos, Hetheos, Pherezeos, Jebuseos, Ammonitas, y Moabitas, Egipcios, y Amorrheos, haciendo conforme a sus abominaciones. Esd. 9:1. Porque han tomado de sus hijas para sí y para sus hijos, y la simiente santa ha sido mezclada con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en esta prevaricación. Esd. 9:2. Asimismo la ingratitud del pueblo de Israel y la infidelidad de los sacerdotes; ahora Jehová se dirige directamente a los Sacerdotes que desprecian su nombre. Mientras tratan de justificarse, Jehová señala a sus sacrificios de animales ciegos, cojos y enfermos, ¿no es malo? Preséntalo pues a tu príncipe: ¿acaso se agradará de ti o le serás acepto? Dice Jehová de los ejércitos. Mal. 1:6,7,8, vers. 12, 3,14. Jehová da un mandamiento a los Sacerdotes, diciendo, que si no ponen en su corazón este consejo, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras maldiciones; y aún las he maldecido, porque no lo ponéis en vuestro corazón. Mal. 2:1,2,3,4,5,6. Porque los labios de los sacerdotes han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. Más vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. Mal. 2:7,8. Por tanto, yo también os torné viles y bajos a todo el pueblo, según que vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley tenéis acepción de personas. Porque misericordia quise, y no-sacrificio; y conocimiento de Dios más que holocaustos. Andad pues, y aprende qué cosa es: Misericordia quiero, y no-sacrificio: porque no he venido a llamar justos, sino pecadores a arrepentimiento. Mal. 2:9. Os. 6:6. Mt. 9:13. Y se responderá: Por cuanto dejaron a Jehová Dios de sus padres, el cual los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron: por eso él ha traído todo este mal sobre ellos. 2 Cr. 7:22. Por tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que a las gentes que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de las gentes que están alrededor de vosotros habéis hecho. Ez. 5:7. Y los hijos se rebelaron contra mí: no anduvieron en mis ordenanzas, ni guardaron mis derechos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá en ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto. Ez. 20:21. Y apartaré de entre vosotros los rebeldes, y los que se rebelaron contra mí: de la tierra de sus destierros los sacaré, y a la tierra de Israel no vendrán; y sabréis que yo soy Jehová. Ez. 20:38.

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Por estas causas Jehová Dios de Israel, ha determinado establecer un nuevo pacto, con un sacerdocio según el Orden de Melchisedec: Mas éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en sus entrañas, y escribiréla en sus corazones; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Jer. 31:33. He. 10:16 y 8:10. Si pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melchisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? He. 7:11. Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley. He. 7:12. Porque aquel del cual esto se dice, de otra tribu es, de la cual nadie asistió al altar. He. 7:13. Mas ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, el cual ha sido formado sobre mejores promesas. Porque si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado lugar de segundo. He. 8:6,7. Mas estando ya presente Cristo el Hijo de Dios, pontífice de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es a saber, no de esta creación. He. 9:11. Así también Cristo no se glorificó a sí mismo haciéndose Pontífice, más el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy; como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote eternamente, según el Orden de Melchisedec. He. 5:5,6, 0 y 6:20. 2. Establecimiento del Sacerdocio según el Orden de Melchisedec Melchisedec, Rey de Justicia y “Sacerdote del Dios Altísimo” Jehová: Melchisedec, es el primer sacerdote que fue nombrado en Salem, ciudad antigua donde Melchisedec fue Rey y Sacerdote, sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Gn. 14:18. He. 7:1–10. A diferencia del Orden Aarónico, el sacerdocio del orden de Melchisedec fue establecido con juramento y promesa que Dios confiere directamente a su Hijo, de manera que la consagración de Melchisedec no Rey de Justicia, fue hecha por las normas ceremoniales establecidas en Israel. Además, el sacerdocio de Melchisedec es de orden más elevado y que sobrepasa en excelencia al sacerdocio Aarónico o Levítico: He. 7:21. Sal. 110:4. He. 7:16,26,28. Así que, la suma acerca de lo dicho es: Tenemos tal pontífice que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos; Ministro del Santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no-hombre. Porque todo pontífice es puesto para ofrecer presentes y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tuviese algo que ofrecer. He. 8:1,2,3. Más del príncipe será el dar el holocausto, y el sacrificio, y la libación, en las solemnidades, y en las lunas nuevas, y en los sábados, y en todas las fiestas de la casa de Israel: él dispondrá la expiación, y el presente, y el holocausto, y los pacíficos, para expiar la casa de Israel. Ez. 45:17. Ordenanzas Y díjome: Hijo del Hombre, así ha dicho el Señor Jehová: Estas son las ordenanzas del altar el día en que será hecho, para ofrecer sobre el holocausto, y para esparcir sobre él sangre. Ez. 43:18. Restauración Finalmente, en la restauración de todas las cosas que Jehová ha mandado por mano de su siervo Moisés, se ejecutarán la restauración como fue establecido en el principio; pero habrá ciertas reformas en el servicio del Santuario. El Sacerdocio del Orden de Melchisedec, es igual al Sumo Sacerdote, principal representante del pueblo ante Dios y tiene a su cargo la supervisión de los demás sacerdotes; y además asumirá con responsabilidad la administración de todo lo concerniente a los Ritos Ceremoniales que especifican en la Legislación Levítica; y los Sacerdotes llamados o nombrados por el Sumo Sacerdote, que constituyen según el Orden del Sacerdocio Aarónico o Levítico, cumplirán sus funciones, de acuerdo a sus atribuciones. Nm. 15:23. 2.1 Sumo Sacerdote (Sacerdote General) Es el principal representante del pueblo ante Dios que tenía a su cargo la supervisión de los demás sacerdotes de orden Aarónico. El Sacerdote General o el sacerdote principal, según el Orden de Melchisidec, nombrado de Jehová, el sumo-sacerdote de Israel del nuevo pacto. He. 5:4,5,6. El sacerdocio de Israel del antiguo pacto empezó con Aaron, y su sucesor era su hijo primogénito, a menos que ese hijo muriese o se le inhabilitase, como sucedió en el caso de los dos hijos mayores de Aarón, que pecaron contra Jehová y murieron. Lv. 10:1,2. Los requisitos para desempeñar ese cargo eran muy rígidos, en vista de la dignidad de ese puesto, la intimidad de que disfrutaba el principal sacerdote, con Jehová al representar a la nación ante Él y también del significado típico del sumo sacerdocio, que tenía que establecerse, según la orden del Sacerdocio de Melchisedec.


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