ESPACIO 553
como los pianos que ahora forman parte de la colección del Museo de la Música que intenta evocar esas mejores épocas y potenciar el turismo como nueva forma de activar este pueblo que se resiste a desaparecer. Nuestra búsqueda por lo sonoro nos llevó pensar como intervenir este peculiar museo. Inmediatamente vino a la mente John Cage y su famosa obra 4´33” interpretada por los habitantes del lugar después de contarnos sus historias y su forma de vida en la localidad actual. Voltear al silencio es lo primero que uno hace al recorrer las ruinas del beneficio de metales pero no es lo que la gente prefiera. Romper el silencio, alzar la voz, manifestar su existencia en esta comunidad que aseguran sus pobladores, es muy agradable y plácida, “no somos un pueblo fantasma, estamos aquí y tenemos una historia interesante que compartir”. El silencio de Cage nos hace prestar atención al entorno, que siempre nos susurra su propia narrativa, por lo que decidimos capturar ese paisaje sonoro en distintas horas del día y la noche, como si estuviéramos cazando fantasmas en nuestro interés por dar voz a lo que no la tiene, a los muros, las casas, las ruinas, las máquinas, los vestigios. Grabaciones de campo y la creación de un banco de registros sonoros principalmente de los objetos que yacen en los antiguos patios del beneficio de la mina será la materia prima para la producción de piezas sonoras que acompañen las imágenes de
acciones e historias capturadas en el pueblo. Con un proyector de video portátil realizamos diversas intervenciones a las principales construcciones para crear un diálogo arquitectónico entre lo que los habitantes entrevistados nos contaron y las imágenes de nuestro archivo de video que actualmente estamos recuperando y reactivando por el mundo. Un juego de descontextualizaciones históricas y cronológicas para contrastar con los posibles pasados y futuros de un sitio específico en la geografía nacional. P a r a continuar la indagación del imaginario local propusimos un taller que tendrá lugar en enero del 2018 en el que convocaremos a los niños de El Triunfo a imaginar el futuro de su pueblo y hacerlo realidad a través de la animación y el stop motion. La intención de estos talleres como parte del “programa nacional de acciones para la disolución de la apatía” El Espacio 553 será el laboratorio para experimentar con el banco de sonidos como fuente para la creación sonora y la improvisación en tiempo real. El producto final será una película docu-ficcional llamada “El triunfo del futuro” así como su versión para video instalación. Fotografías de Icetrip Estévez
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