Sabías qué? Día del Niño

¿Sabías qué? ¿El algodón de azúcar es mexicano?

Si pensaste que es no, estas en lo correcto. Es una de las golosinas más populares en nuestro país, pero ¿Sabías que este postre esponjoso y pintado de colores es de origen italiano? Así es, fue usado por la élite europea durante el siglo XV en forma de hilos de azúcar para decorar sus postres. En la actualidad, lo vemos como un dulce emblemático, pero su llegada a territorio mexicano fue hasta después de la conquista de los españoles, quienes entre otras cosas trajeron el azúcar refinada y con ella el primer sembradío de caña en 1522 en el estado de Veracruz.

¿Sabías que existe el “Día Universal del Niño”?

Las Naciones Unidas celebran el “Día Universal del Niño” el 20 de noviembre, fecha en la que la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959. Su objetivo es recordar a la ciudadanía que los niños son el grupo más vulnerable y, por tanto, el que más sufre las crisis y los problemas del mundo.

Día del niño en otras partes del mundo:

-Argentina: el tercer domingo de agosto. -Paraguay: lo festejan el 31 de mayo. -China: el 1 de junio. -Brasil: 12 de octubre. -Bolivia y Haití: 12 de abril. -España: el segundo domingo de mayo. -Estados Unidos: el segundo domingo de junio. -Cuba, Panamá y Venezuela: el tercer domingo de julio. -Costa Rica: el 9 de septiembre. -Taiwán: 4 de abril. -España: el 15 de abril.

¿Por qué comemos palomitas de maíz en el cine?

Las rosetas de maíz, como también se les conoce, son originarias de nuestro país y llevada a Europa por los españoles quienes se encargaron de promoverlas por todo el mundo. En Norteamérica logró su mayor consumo en 1927 cuando llegó el sonido al cine. Según la revista “Smithsonian” en un artículo que habla sobre la segunda Guerra Mundial, señala que en los años veintes de principios del siglo XX los cines eran impresionantes salas tipo teatros solo para la gente rica. Afuera de ellos se encontraban los puestos donde vendían las palomitas en un recipiente en forma de cono, convirtiéndose de manera circunstancial en el único alimento que se permitía introducir, ya que no ensuciaba las elegantes salas. Poco después los propios cines comercializaron su venta.