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sábado 18 de enero de 2014
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Proviene de la isla de Margarita
“La literatura te genera
sensibilidad para leer la vida” Esta artesana del libro demuestra que la soledad amplía los sentidos
A
lexis Pablo es oriunda de la isla de Margarita, llegó a la ciudad de Caracas porque no existían carreras humanísticas en la isla para el año 2000 y aunque no estaba muy enfocada en lo quería hacer, porque lo suyo era el cine, emprendió su norte con la idea de escribir para la realización audiovisual. “Daba clases de literatura a chicos en un liceo, porque me preguntaba cómo impartir clases combinando lo visual con la literatura, es decir, simplemente fusionando mis orígenes, lo que quería hacer, con el arte. Escogí El túnel de Ernesto Sábato, para que apreciaran la narrativa y no el suceso a través de las imágenes que brinda esta lectura. Lo leyeron rápidamente, en dos semanas. De esta manera, no sentí aislada esta combinación. Para mencionar un ejemplo, me gusta el autor Agustín Fernández Mallo, que es físico nuclear, el cual concilia sus conocimientos científicos con la literatura, y es muy interesante la perspectiva de un mundo que desconozco: conceptos como la entropía, lo irreversible del universo, de forma muy poética; me atrae eso, que se tome un concepto de algo que no manejes y trates de explicarlo desde tu postura, porque en la vida somos un híbrido de todo lo que nos va gustando... del cine, de la cocina, de la política, somos una mezcla de cosas”, reseñó Pablo. Desde su arribo a Caracas ha depositado en las letras su mayor descubrimiento, para poder analizar su vida y la del entorno, porque dentro del mundo de la literatura hay un aspecto psicológico bien planteado, es un entretenimiento y más. Alexis explicó “todavía me pregunto, por qué esta carrera, pero es interesante cuando empiezas a leer. La literatura te genera sensibilidad para leer la vida, suena un poco fumanchú, pero detallas todo lo que sucede a tu alrededor; no solamente es leer cuentos fantásticos para distraerte, ella te mueve la subjetividad humana. También están presentes el estudio del lenguaje, las traducciones literarias, entre otras cosas”.
La narrativa es un escape para ver qué sucede en la vida
Recientemente se licenció en Letras, “puedes ser ensayista, teórico, crítico literario y también dar clases”. Su tesis está enfocada en la mención creativa, que comprende a la narrativa, los guiones cinematográficos y las crónicas literarias. “Sentí que la Escuela de Letras fue un antes y un después de conocer al escritor cubano Rafael López Pedraza, con un libro que se llama Ansiedad cultural, y recuerdo que leía sobre el antropomorfismo griego, que es la representación de una deidad con características humanas. Era raro para mí asociar una deidad con este tipo de características, y él explica muy fácil la historia de estas deidades y su relación con la psiquis humana”. Pablo considera que no existe acto más solitario que la escritura. Le preocupa crear, pero la necesidad de escribir también viene avalada porque ha encontrado un libro maravilloso para leer, por lo que el padecimiento de la soledad
no le preocupa sino que le resulta una circunstancia placentera que le estimula los sentidos “así como viajar” y por ello su género favorito es la narrativa. “Es un escape que encontré para ver qué sucede en la vida, a veces no entiendo nada, hoy me siento feliz, otro día me siento miserable y empecé a escribir al respecto. Lo otro es la necesidad de guardar todo lo que sucede, porque el tiempo no perdona y la tristeza más grande de la vida es esa, que todo pasa”. Cuando realizó su tesis para culminar la carrera, escribió un libro de cuentos, Cuentos sin remedio, que trata sobre gente con obsesiones, amputaciones transfemorales, problemas con la soledad. Pablo acotó “no me descubro con ese libro, quizá mis obsesiones estén plasmadas y maximizadas allí así como de las personas que conozco. Solo con pisar la calle y luego volver a casa me ocasiona algo, incluso para escribir acerca de venganzas ficticias”.
Del libro artesanal
“Empecé haciendo cuadernos artesanales, también fui librera y restauraba libros antiguos, unas primeras ediciones maravillosas y otros que ya no se reeditan, les hacía una mejora para que fuesen lo más hojeable posible y se vendieran. Me pienso como una artesana del libro. Desde que conocí a mi amiga Fátima, en la Reverón (antiguo Instituto Armando Reverón, hoy Unearte), me gustaron especialmente esos cuadernos”. De allí su actual fascinación del libro como objeto, por lo que falta mucho tiempo para que cambie ese soporte en lo absoluto, “si es por mí el libro nunca desaparecería, a menos que me presenten una propuesta ecológica, pero por los momentos, no, le doy unas décadas de vida bastante fuerte”, expresó. Ahora Pablo se encuentra desarrollando el proyecto Alhilo editorial junto a Annabel Petit y Ana Lucía De Bastos. “No quise fantasear toda la vida