En Memoria de los 43 jóvenes
Los estudiantes
Los 43 de Ayotzinapa y la lucha
AGRAMON
Ni perdono, ni olvido
¿Noche interminable o verdad
Diligencia o El desfile de las lloronas
¿Qué sueñan los que viven en
El espejo
Poemario
La que dictadura de la estupidez
El Ser Humano como Valor Central
CONTENIDO
Compendeio de poemas de estudiantes
Luis Francisco Novoa Espinoza
1 1 4 6 7 10 12 13 14 16 18 20 21 22 24 28 30 40 Contenido Carta Editorial Colaboradores
lloronas la periferia?
estupidez y el crimen
Central estudiantes de la UACM y UAEH Espinoza
Cataratas del tiempo de Sebastián Montiel Disponible Av.J uáre zS ur #26, Ti za yuca Ce ntro ,T izayuca, Hgo . (Nos ubicamos a un costado del Ciclomundo, subiendo las escalera) libreria.voz Cataratas uárez Sur #26, zayuca ,T jóvenes de Ayotzinapa
lucha por un mundo mejor verdad histórica?
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El compendio de los textos presentados, querido lector, nace de la necesidad de conmemorar y celebrar al caudillo que no desea llevarse el reflector. Conmemoramos la partida de quienes con su luz guiaron la lucha en contra del silencio y por tal motivo, fueron forzados a desaparecer de este plano terrenal. La lucha estudiantil mexicana es un tema que año con año demuestra su vigencia, diariamente cobra relevancia dentro de las aulas, la revolución evocada desde los pupitres es el motor de cambio perpetuo que aviva la lucha social del país.
El estudiante es quien sale a las calles a luchar en contra de la indiferencia, arriesga su pellejo ante mercenarios enviados a callar su espíritu revolucionario. El estudiante es el motor dialéctico de esta historia, quien en búsqueda de la justicia social ha llegado a ser despojado de su pertenencia a este plano terrenal. Celebramos que, a pesar de la existencia de un Estado asesino, las voces combativas siguen sin apagarse; conmemoramos una cicatriz que sigue abierta, un recuerdo que aún hierve.
Agradecemos especialmente a la comunidad de la UACM por su colaboración.
-Tizayocan
en Voces
Directorio
Editor en jefe
Edgar de Jesús Pezaña Reyes
Jefa de diseño editorial
Sabine García Flores
Edición y corrección de estilo:
Alejandrina Ponce Aviles
Edgar de Jesús Pezaña Reyes
Carlos Cuaquetzin Gutiérrez
Contacto: tizayocanenvoces@gmail.com
CARTA EDITORIAL
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libreria.voz
Av. Juárez Sur #26, Tizayuca Centro, Tizayuca, Hgo.
(Nos ubicamos a un costado del Ciclomundo, subiendo las escalera)
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Colaboradores
Alejandrina Ponce Avilés
Edgar Pezaña
Carlos Cuaquentzi Gutiérrez
Elsa Campos
Diego León Ramírez
Mayra Citlali Cedillo Sánchez
José Fons
Leonora Rodríguez García
Héctor Iván Chávez Garduño
Julio César Aguirre Casimiro
Sebastían Montiel
Pterocles Arenarius
José Luis Velázquez Velázquez
Gabriela Cruz
Eduwigis De Sixto Romero
Lucian Elizalde
Axel Ortíz
Alberto Balderas Molina
Delia Itzel Herrera Reyes
Luis Francisco Novoa Espinoza
Armando Cisneros Ortiz
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Alejandrina Ponce Avilés
Librería la Voz de Tizayuca
Estas líneas están dedicadas a todas las personas que se desplazan de Tizayuca a la Ciudad de México para estudiar, trabajar, para ellas y para los millones que no necesitan una explicación de lo que es la trashumancia en el peligroso transporte de la periferia al centro que es la ciudad de México. Estas reflexiones también son antes que todo un homenaje a nuestros desaparecidos, a sus buscadoras y particularmente a los 43 jóvenes de Ayotzinapa ausentes y que hoy nos reúnen.
A casi diez años de la tortura y crimen de 43 estudiantes de la escuela Norma Superior Isidro Burgos, reunidos en Iguala, Guerrero el 26 de septiembre de 2014, para asistir a rememorar otra masacre de estado también en contra de estudiantes, pero en 1968, en la plaza de las tres culturas. Hoy asistimos después de la mediatización de los 43 de Ayotzinapa, a un escenario en el que ya se sancionaron a las autoridades visiblemente involucradas en el caso; el exalcalde José Luis Abarca Velázquez, su esposa María de los Ángeles Pineda Villa además del Procurador de Estado de la época Jesús Murillo Karam están en prisión. También ya rindieron su informe el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes propuestos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos después de esos hechos aún seguimos en el vacío de una narrativa que nos permita llenar el hueco que todo desaparecido deja para dar paso al duelo y a las honras fúnebres.
Existen dos puntos que esta dolorosa experiencia me lleva a pensar. El primero tiene que ver con la banalización de esa pérdida ¿cómo mencionar las realidades personales y sociales para poder reconocerlas, si no tienen un cuerpo físico?
Es imposible hacer un duelo en el vacío. No podemos vivir sólo de voluntades necesitamos la validación de la disculpa, el reconocimiento a la imposibilidad, pero ante todo necesitamos que se eviten las promesas. La bruma del anonimato en los casos de los desaparecidos es deformante en nuestra realidad política. Estamos dominados por la privatización de la violencia. Los asesinos de los narcopolíticos entre más anónimos más letales son porque ni siquiera se les puede denunciar. Mientras no deje de distorsionar la realidad, ocultándola, envolviéndola en el manto de la invisibilidad no volverá el Estado a tener en sus manos el monopolio legítimo del uso de la fuerza.
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El segundo punto tiene que ver, con una reflexión sugerida por Claudio Lomnitz en su libro, El tejido social rasgado, allí se señala que nos encontramos ante un nuevo tipo de Estado gestado en las décadas que van de 1980 a 1990, que tomó forma a partir de la guerra contra las drogas. La privatización de la violencia en manos delincuenciales ha roto el tejido social en el que se encontraba el país durante la larga etapa del priismo. La conformación del nuevo Estado no logra hacerse del control de la seguridad porque perdió el monopolio legítimo de la fuerza, sus instituciones de seguridad y políticas fueron penetradas por esos grupos. Tanto en los que se denominan de la transición a la democracia como en la llamada 4T. Para estos últimos se trata de una crisis moral.
Para el autor, el tipo de violencia no denota una crisis humanitaria sino que es la expansión de la economía ilegal de las drogas. Esta no puede ser manejada desde el marco legal de las instituciones porque se encuentra ya en la porosidad social, desde su punto de vista no se trata de un enfrentamiento con un vencedor y un vencido sino una nueva forma de gobernar, un modo de vida ya instalado. El tejido se encuentra rasgado porque lo permeó el individualismo del anterior modelo liberal. No habría Ayotzinapa si no hubiera un cambio en la moral, en la economía, en la seguridad y en el tipo de autoridad del nuevo Estado. El caso de Ayotzinapa para Lomnitz, es el ejemplo
de la violencia de ese Estado “la jerarquía del PRD se hizo de la vista gorda respecto del nexo conocido entre su candidato al gobierno de Iguala y el crimen organizado, de modo que un crimen orquestado por un gobierno municipal fue también posible gracias a la connivencia de los cuadros dirigentes de un partido político nacional. El ejército, por su parte, también mantuvo una relación cordial con el gobierno municipal de Iguala, pese a sus notorios lazos con la organización criminal de los Beltrán Leyva, y pese a la cadena de desapariciones y asesinatos impunes que habían sucedido en Iguala antes de la desaparición de los 43”
(Lomnitz,2021, p37)
Actualmente el gobierno, obradorista administra la justicia desde su núcleo central que es la economía ilegal haciendo una derrama económica considerable a jóvenes y adultos mayores que ya es una igualación socioeconómica histórica e importante vía becas y pensiones. El desafío implica tiempo para visibilizar sus efectos mientras nos seguimos enfrentando a esa bruma delicada de lo que es y significa el peligro. Nos enfrentamos como sociedad a una renovación completa, jamás hubiera sido posible emprenderla si no fuera por el sacrificio de los 43 jóvenes de Ayotzinapa que noblemente se organizaban para manifestar sus respetos por los caídos el dos de octubre de 1968.
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Hoy los honramos también a ellos.
El estudiante es el tema sensible, indeseado y controversial, desde que se inicia la vida académica en este país se deja de ser un simple individuo, nos volvemos un objeto mediático, una pieza del tablero político en dónde lo que importa no es el alumnado, sino los intereses de monigotes con corona y sus amos, quienes se sienten dueños de la tierra y de cada alma que camina sobre ella.
La educación laica, gratuita y sexual ha sido un tema recurrente en el debate social y político, que ha decir verdad no ha cambiado mucho en los últimos 150 años; siguen siendo los mismos grupos los que manipulan y mienten con tal de velar por sus deseos, sin importar cómo esto repercuta en el estudiantado.
La cosa cambia cuando el estudiante cobra voz, cuando empieza a manifestarse en contra de lo que cree injusto, empieza a incomodar a quienes antes los utilizaban como una herramienta del discurso político. El estudiante es el peligro que acecha a los gobiernos que esconden la verdad tras el tapete y nos presentan sus mentiras entre los silencios de las autoridades y los vocablos de voceros pagados.
Quién diría que, de todos los seres, el estudiante sería el más profano de todos, son entes incómodos que no son bienvenidos en las calles, son el recuerdo constante de las injusticas que respiramos y de todos los rostros que se han desvanecido entre la tierra y los fusiles.
El estudiante es incómodo porque alza la voz, porque grita a todo pulmón por la justicia que nunca llega; camina largas horas bajo el sol con una cartulina para hablar por quienes ya no pueden, no es un ser egoísta, ha luchado por causas de otros, se ha visto envuelto en las batallas de los campesinos, los obreros, los pueblos indígenas e incluso en apoyo a los oprimidos de otras naciones. Se ha convertido a lo largo de la historia moderna, en una luz que no se marchita con el tiempo, en el grito que ha roto barreras, e incluso, cuando se deshacen de ellos, se han convertido en un silencio revolucionario.
El estudiante es la herencia de la revuelta que nunca termina, es el poseedor de una memoria borrosa, que clama justicia y que reivindica la sangre de quienes ahora son iluminados por una veladora de noviembre; algunos partieron de este mundo traicionados por su alma mater, acribillados por quienes juraron proteger al pueblo, se fueron con la esperanza de que la justicia algún día les llegaría.
Son parte de la lucha perpetua, guerrilleros que gritan por quienes ya no podrán hacerlo y, por lo tanto, enemigos de quienes creen que con garrotes aplacaran un espíritu que ya no calla, porque sus venas solo hierven. Les han dicho de todo, chairos, ninis, muertos de hambre, estorbos, revoltosos, comunistas, hijos del diablo y hasta “daños colaterales”, los han apedreado, los han gaseado y de su sangre se han hecho ríos en la ciudad. Incluso algunos dictadores cínicos, han dicho sentirse orgullosos, pues esa sangre que derramaron fue en nombre de la nación.
El nombre de los verdugos, de los tiranos, se inmortaliza en lápidas conmemorativas y altares a sus egos; pero el nombre de los caídos en la guerrilla, de los que desaparecieron en la búsqueda de la justicia se inmortaliza entre las voces de quienes nunca callan, de los estudiantes que buscan justicia.
Las aulas forman entes ajenos y profanos, forman el vicio de una revolución que no termina, del dolor que brota de las raíces de nuestra tierra. El estudiante es esa voz que nunca se apagará, ese lamento que brinda esperanza, el recuerdo perpetuo de los cuerpos que se sacrificaron a tres metros bajo tierra.
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-A las víctimas de la masacre de México 68 y a todos los estudiantes que murieron en la protesta de los años siguientes.
A veces se escuchan en los muros letras que se leen como festividades, se recuerdan las aves de sangre callada, trataron de despojarlos del canto de sus protestas, les dieron tierra, alpiste y plomo con la promesa vacía de algún día desatar sus alas; hoy solo queda el eco de los halcones y la mancha eterna de los ríos de sangre que sacrificaron por sus dueños.
Aquí se lee “ni perdón” como un mantra, pero el perdón surge con el olvido; las aves mueren de indiferencia, de las notas que se entonan sin memoria, junto a pancartas que relatan su sueño eterno de estar fuera de la jaula; que los demás hablen con el espíritu, pero sin raza.
Perdonamos cuando creemos que ya todo es historia, no es más que silencio.
El halcón milenario
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Los 43 de Ayotzinapa y la lucha por un mundo mejor.
Carlos Cuaquentzi Gutiérrez
Entre el 26 y el 27 de septiembre del año 2014, ocurrió un suceso que cambió la historia de nuestro país de forma execrable. 43 estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos fueron raptados, asesinados y desaparecidos sus cuerpos bajo la mirada de los mexicanos y el mundo. A nueve años de este suceso, 43 familias aún buscan el paradero de los estudiantes y lo exigen de muchas formas: marchas, pedimentos al ejecutivo federal, agotamiento de todos los recursos legales posibles en instituciones y organismos civiles y estatales nacionales e internacionales. Y su voz no halla eco sino sólo en el pesar y el corazón de quienes sienten la injusticia y que pelean a su lado. Mujeres y hombres periodistas, de colectivos, colectivas, asociaciones y organismos en conjunto gritan para que esos 43 estudiantes, y los demás que fueron asesinados durante esa noche y madrugada, reciban la justicia que se exige.
Ahora bien, ¿los que se hallan en la cárcel en la actualidad son los verdaderos culpables? Aunque estas personas pasaran decenios de años en la cárcel, ¿es eso lo que podremos llamar justicia? Yo creo que no.
Nada repone la eliminación de los jóvenes que luchan por causas justas en una nación. Nada. Espíritus que levantan los puños en afán de justicia, libertad, mejoría en la vida de los demás, sueños de revolución. La juventud pelea por eso y aún mejores causas. Y siempre habrá quien los escuche, y también habrá aquellos a quienes incomodan tales pasos de gigantes y acciones de activistas y revolucionarios como ellos. Son lo mejor de toda una sociedad, y desde las cúpulas financieras y políticas que nos gobiernan, algunos ordenaron sus asesinatos. Sabemos ahora que fue un crimen de estado. ¿Cómo entonces se castiga al estado mismo?
La ideología dominante en una sociedad es la ideología de la clase dominante, dirían los mejores marxistas de la historia. Así pues, nos han hecho creer que llevar a la cárcel a los culpables de este crimen es
el castigo merecido y correcto. La cárcel hecha para pobres y rebeldes. Pero tal vez no lo sea. Tal vez haya una mejor opción. Si estos héroes cayeron soñando en una revolución social, tal vez aquella revolución social sea el verdadero castigo al estado [capitalista] que los ha eliminado. Los 43 se hermanan históricamente con los obreros y campesinos que han luchado internacionalmente contra este tipo de estado y que han soñado por una sociedad mejor, la sociedad de la igualdad económica, sin machismo, sin racismo, sin fronteras entre los pueblos del mundo. Y sólo los obreros y campesinos como vanguardia de todos los oprimidos podrán vengar a todos los que han soñando con esta nueva sociedad y han caído bajo las fauces y garras de los tiranos y asesinos que la evitan.
Es eso entonces. Y se encierra en una oración: queremos revolución.
Y queremos que las personas dejen de confiar en que el estado que ha asesinado a los 43 y a todas y todos los que pelean, va a realizar justicia donde ha sembrado desigualdad, hambre, miseria y muerte.
Este evento de poesía, arte, política y filosofía representa a personas que desean justicia, y a pesar de que este texto sólo refleje mi opinión política revolucionaria, y que todas y todos los participantes puedan tener una opinión política divergente a la mía, es cierto que todas y todos nunca olvidaremos a eso 43 muchachos que, en su afán de lucha, fueron perseguidos y eliminados. Cada 26 de septiembre levantaremos el puño y clamaremos para que no vuelva a ocurrir un hecho abominable como el que ocurrió hace nueve años.
En mi propio nombre, exijo que nunca más el estado actúe para que las expresiones y luchas políticas de liberación sean detenidas, censuradas o las personas que las llevan a cabo, eliminadas. Por un mundo libre de opresión política y explotación económica. Por la elevación de la consciencia de clase hasta el límite revolucionario.
UACM 12
AGRAMON. Diego León Ramírez UNAM
El miedo es una serpiente que a todos en algún momento nos atrapa; nos paraliza con su veneno y consume lentamente.
Existe toda una gama de presentaciones, desde la fobia a la sangre podrida guardada en bolsas de basura, o el terror de ser una mujer con nacionalidad mexicana. Hay un miedo encerrado en una burbuja, uno inocente como el del infante que se porta mal un día antes de que lleguen los reyes magos, o el del niño que dejan andar solo en bicicleta por primera vez.
También hay un miedo razonable como el que se tiene cuando una plaga de zumbidos de metal se adueña del aire y rezan para que no les pinchen una arteria o para que las malas detonaciones no entren a su cuarto y terminen por convertirlos en el adorno de un puente.
Mi miedo es uno nocturno, como el de aquel que no quiere dormir para evitar soñar que el fantasma de su hermano lo abraza y le dice que nunca existieron esos seis años de búsquedas entre pilas de cadáveres, que nadie se casó o se divorció, que aún sigue siendo el 2014 y qué desde esa fecha todo iniciará desde cero, que todo fue una pesadilla de la realidad y se entrega al calor de su pecho a pesar de saber que despertará solo, en un cuarto con dos camas.
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Ni perdono,
Ni perdón ni olvido. Que lejanas y a la vez tan cercanas suenan estas palabras en un país donde los herederos del porfirismo siguen practicando el “mátenlos en caliente” para tratar de acallar las voces de quienes se resisten a ser el brazo desechable del capitalismo, para quienes siguen haciendo el esfuerzo sobre humano de llevar las letras y el pensamiento crítico a los rincones más alejados, a los terrenos cubiertos de naturaleza y las comunidades olvidadas por el gobierno. Los callan porque estorban, le estorban “al desarrollo” inhumano de un sistema que lleva la explotación hasta la muerte como bandera, para el enriquecimiento de unos cuantos. Pero las normales resisten contra todo pronóstico, contra la represión, contra la cultura de lo desechable, resisten. Y siempre será un honor, seguir resistiendo con ellas.
43 en el corazón
Con el corazón vacío y la garganta llena de rabia Caminan clamando por la vida de sus hijos Piden justicia al estado sordo
La histórica verdad a medias
¡Justicia para los padres!
¡Justicia para los hijos!
¡Justicia para los hermanos!
El campo dónde se recoge el agua
Las cartulinas inundan el frente del cuartel
“Fue el ejército”
Los explosivos cuidan el frente. Mientras los verde olivo, la retaguardia
Madres y padres gritan con ese dolor en el corazón
Que sale del fondo del cuerpo cuando te arrancan un pedazo de alma
Los actores se cubren el rostro por temor a que el gobierno se los quite
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”
Lugar llamado cuartel, que ha sido manchado de
sangre varias veces
Hoy se pinta con aerosol negro y rojo
“Ayotzinapa vive”
Vive en la memoria y en la sed de justicia.
La noche de los coyotes
Sucedió un 26 de septiembre del 2014
Los pipiolos paseaban impetuosos en el lugar de las tortugas
Los motivos asustados pero decididos con su compromiso en la Emiliano Zapata
Necesitaban emprender el viaje
Y aun sabiendo que los coyotes rondaban
Los valientes pipiolos decidieron salir.
Así como los perros huelen el miedo, Lo coyotes huelen la carne rebelde
Esa que aparta a otros pipiolos de sus nefastas fábricas clandestinas
Que emite olor a vinagre y papel verde del imperialismo
Papel con el que suelen pagar la protección de los perros del gobierno.
Los pipiolos salieron de Tixtla sin saber que desde hace rato
Un par de topos en sus filas le informaban al pegaso de todos sus movimientos.
Aprovechando la penumbra halcones y coyotes, carroñeros insaciables bélicos
Trazaron un cerco y lo llenaron de balas, heridos y esposados
La orden es no dejar rastro, ni ropa, ni carne, ni huesos…
El país se llena de humo, humo de injusticia
Las ilusiones de los pipiolos quedan disgregadas en bolsas, minas y cerros.
El humo de Cocula inunda el país, pero el olor a injusticia y desaparición forzada
Nos es tan familiar, que ya no lo distinguimos.
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Elsa Campos UACM
Sobre-vivir la noche
Sus voces provienen del olvido, senderos de miseria y abandono del estado
La escuela es la última opción.
Aquí se siembra y se sobrevive, no se estudia. Hay que hacer dinero, no gastarlo
Se levantan al alba para llegar al nido, tienen que escoger entre comer o el pasaje
Son sobrevivientes de la negligencia del estado.
¿Su refugio?
El nido de las tortugas marcado y estigmatizado por el imaginario colectivo como salvaje y rojillo
Pero la justicia social es el alimento del alma de los sobrevivientes
No hay duda, la educación es el camino para las generaciones venideras
Porque su vida se transformó gracias al nido de las tortugas
A sus paredes llenas del color del activismo y la filosofía de los oprimidos
Distintos municipios que comparten la carencia
Periferia olvidada que alcanzan la selva y los cerros
Le podrán faltar recursos pero nunca la razón.
El rugir de las normales
Ya vienen los compañeros
Se oye Ese rugir estruendoso que rebota en las paredes del estado
Con tesitura de lucha histórica, un siglo de resistencia
Son la parte indisoluble de la lucha campesina
Se oye el rugir de las normales doblando la esquina
Sus consignas alcanzan los oídos del estado neoliberal
Ese que bajo el discurso de la modernización quiso acabar con su camino
Llamándolo entelequia del estado populista
Ya se oye el rugir de las escuelas del diablo
Viveros de líderes “rojillos”, comunistas apátridas
Que osan alfabetizar a los esclavos del sistema
Ya se siente el rugir de las normales
Te vibra el cuerpo cuando los escuchas
Se siente en el corazón y las tripas
Te atraviesa y te contagia de su lucha
Resistencia solidaria de grave entonación
Cuando el rugir de las normales suena cerca
El estado tiembla…
Que no se apague nunca su voz
Su rugir será las migajas que hemos de seguir cuando la impunidad lo cubra todo
A cada quién su ofrenda
A nuestros muertos se les pone ofrenda
Ofrenda de justicia que se lucha con memoria
Memoria de la dignidad reacia a la verdad histórica
Verdad que cerró filas con el estado asesino
Heredero del porfirismo blanco que encontró en la represión el aliado perfecto
A nuestros muertos se les ponen flores
Flores amarillas que les recuerdan el camino a casa
Un camino plagado de represión y mentiras
Mentiras que construyen historias para justificar su ineptitud
Pero a nuestros desaparecidos se les pone lucha
No hay resignación
No hay lágrimas de olvido en los campos de la injusticia
No hay olor a flores en las fosas clandestinas
No se enmarcan los retratos, ni se graban nombres en piedra
Para aquellos que esperamos vuelvan a casa
Por ellos se camina resistiendo…
Por ellos no olvidamos, no perdonamos…
perdono, ni
olvido
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Leonora Rodríguez García UACM
México, país donde ser estudiante o periodista es sinónimo de disgusto y preocupación. ¿Dónde quedó la nación heredada por nuestros ancestros?, los que con su vida y su sangre defendieron la identidad y la memoria de este gran país. El verano de 1968 en la Ciudad de México se presentó un movimiento de protesta por mejores condiciones educativas; la administración del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, se preparaba para ser el foco de atención mundial con el esperado acontecimiento de Las Olimpiadas.
El 2 de octubre los estudiantes organizaron un mitin en Tlatelolco a unos días de la inauguración, ¡Craso error! La comunidad estudiantil no estaba invitada a la celebración y su proceder representaba una ofensa para las autoridades, además de un grave problema, era claro que nada ni nadie podía perturbar el gran acontecimiento que dejó como resultado un 2 de octubre, que no se olvida.
Cuarenta y seis años después, a esta fecha atroz se vinculó otra que arrastró una muerte colectiva con resultados inevitables que hasta hoy, a casi una década seguimos lamentando. El 26 de septiembre del 2014, el ambiente en el estado de Guerrero estaba muy ardiente, pese a ello, los estudiantes de Ayotzinapa como cada año, preparaban la logística para asistir a la conmemoración del 2 de octubre, razón por la que se trasladaron a la Ciudad de Iguala para botear y apropiarse de autobuses con el fin de cumplir con su tarea. El error que cometieron fue tomar dos camiones cargados de droga, lo cual ignoraban y, sin sospecharlo echaron a perder otra festividad, una donde la corrupción, el narcotráfico y la impunidad eran los principales anfitriones y al verse afectados, no encontraron otra solución más fácil y rápida que la violencia.
La periodista Anabel Hernández, fue la primera en documentarlo en su libro, La verdadera noche de Iguala y lo resume así “El colofón de la barbarie en esa noche infernal fue la desaparición de 43 normalistas de entre 17 y 21 años; todos de nuevo ingreso excepto, Bernardo Flores Alcaraz, quien lideraba al grupo de estudiantes para tomar los autobuses”. 1
A la sazón, lo que debió ser una noche específica como otras para la causa política y educativa de los alumnos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, derivó una tragedia. Convirtiéndose en una lucha permanente para los familiares de las víctimas y la sociedad civil. Es decir, la fiestecita se echó a perder y en ese sentido, las autoridades quedaron en el ojo del huracán. Sin embargo, el gobierno local dejó sin efecto su responsabilidad y, como lo narra Hernández en su libro, desde un principio ocultaron información y manipularon las pruebas.
Actualmente, a nueve años de la conmemoración de la desaparición forzada de 43 estudiantes, muchos países del mundo están con Ayotzinapa, unidos en esta incansable búsqueda no solo de los cuerpos de los muchachos, sino de una verdad que no conviene ser revelada, porque Ayotzi2, como le dicen de cariño a la tortuga, siempre ha sido perturbadora y nadie quiere tenerla como invitada en sus galas. Además, es increíble que la tierra del ilustre Vicente Guerrero, héroe de la Independencia nacido en Tixtla3, Guerrero, sea considerado un territorio de revoltosos e indeseados estudiantes que al igual que los periodistas solo acarrean problemas a las autoridades y al crimen organizado.
Desearía no estar hoy aquí acompañada de todos ustedes, conmemorando dos hechos que nunca debieron surgir, el dos de octubre y Ayotzinapa. Me gustaría que hoy estuviéramos festejando el día de la paz, el día del estudiante, del docente, del periodista, que cada día pone su vida en riesgo por publicar hechos transcendentales de nuestra sociedad; para ilustrarlo mejor, está el caso de la propia Anabel Hernández, que en el 2016 cuando presentaba su libro sobre Ayotzinapa, en la Feria del libro de Guadalajara, tuvo que ser desalojada del lugar porque su vida estaba en peligro.
1 La verdadera noche de Iguala. Capítulo Rojo amanecer en el apartado Las horas de la masacre.
2 Ayotzinapa palabra de origen nahuatl que significa lugar donde nacen las tortugas. Nombre de la hacienda donde fue construida la escuela de los normalistas.
3 Lugar de tortugas.
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Celebro que sigamos tomando conciencia y no dejemos de luchar por los derechos humanos de todos los habitantes del planeta. Para finalizar, quiero citar un fragmento del poema Ayotzinapa del poeta David Huerta que dice:
Que a pesar de todo los muertos no se han ido ni los han hecho desaparecer.
Que la magia de los muertos está en el amanecer y en la cuchara en el pie y en los maizales en los dibujos y en el río.
Demos a esta magia la plata templada de la brisa.
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Diligencia1
O El desfile de las lloronas
Las fotos de sus rostros se inmortalizaron cruel y paradójicamente por su muerte, y éstas estaban pegadas por todo el paseo de la reforma. Al caer el ocaso, la mayoría de las personas de papel estaban en el suelo, manteniendo la esperanza en las sonrisas congeladas, capturadas hace años, y que de la nada, un día simplemente se quedaron suspendidas en las memorias de quienes alguna vez las disfrutaron. La ciudad continuaba sin prestar atención en aquellos que los veían en las paredes y la luna los alcanzo de pronto. El desorden de la avenida continuó sin alteración en movimientos mecánicos; gente que miraba sin ver, caminos y rutas trazadas, aroma a nauseas a la que ya se habían acostumbrado las narices y ya no les importaba el de donde provenía.
La media noche trajo consigo el comienzo del día de las nostalgias y el primer alarido salió de una garganta terrosa cerca del bosque de Chapultepec. Cientos de velas eran sostenidas por las manos de mujeres, húmedas por tratar de parar las ardientes lágrimas que expulsaban sus ojos, quemándolos…
De esta manera el país se tiño de Lloronas, quienes comenzaron a caminar ordenadas por el pavimento, guiadas por su madre Chicomecoátl, tapadas por los huipiles y mascadas suplicando respuestas. Sus muñecas, adornadas de nudos gordianos que las mantenían atadas al pasado, las unían. El éxodo masivo de coros en pena miraba al cielo mientras sus sollozos invocaban a las sombras y al polvo; pues en ellas se oculta lo olvidado. Para las Lloronas su presencia se asemeja a la del amor deformado y arrebatado. La fila de mujeres consumidas se asemejaba a una cadena conforme salían del bosque. Y caminaron por en medio de la calle, entre los autos y las personas que
1 Caridad motivada por amor
Encargo
Trámite administrativo para resolver una complicación
nunca las vieron, o simplemente disimulaba no saber de ellas.
El desfile de lloronas continuó por la avenida, en coro con sus gritos de desesperación, furia y tristeza ahogados solamente por los motores de los carros que continuaban avanzando en las calles paralelas. Las mujeres continuaron a paso constante, rodearon El Ángel de la Independencia; y éste desde su columna las observaba bajo sus laureles con una luz de consentimiento, como si las dejara seguir sin más. Pasaron por La Diana quien pegó su arco al pecho; y las lloronas siguieron sin ver los gestos apenados de las estatuas, los únicos que se lamentaban con ellas. Y las respetaba por las cargas que soportaban, que el mundo jamás entendería. Su travesía se reflejaba en sus pies al rojo vivo por el cansancio, sus pieles agrietadas y sus sombras blanquecinas.
Su llegada a la calle que conectaba La Catedral y El Templo Mayor fue recibida por la neblina negra y la dureza de los escudos, y los cascos por un extremo y la multitud ausente de la plaza por el otro. Ellas en respuesta, sólo se hincaron y murmuraron nombres, lugares y fechas, mientras pedían por la ventaja de muerte mucho antes de la penumbra y de que llegara la incertidumbre de la desaparición.
Un joven que perdido entre los mundos de la productividad y las ideas, vagaba sin rumbo entre sus esperanzas y la realidad, chocó por accidente con una de las mártires que lo miro llorosa directo a las pupilas. Dicho acto, hizo caer el alma del chico de regreso a su cuerpo y el contacto gélido de las miradas duro la eternidad del suspiro.
La ola de miradas de las apenadas le recorrió el cuerpo y sus gritos reanudaron por sus gargantas, aterradas por lo que acontecía cerca, lo que más querían evitar…
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La dureza de los escudos resonó en el suelo por debajo de los gritos de las condenadas y se movilizó rápido hacia el joven distraído, quien se aturdió y trato de dar pasos hacia atrás, volviendo la mirada a la plaza y a la sombra que proyectaba la bandera ondeante del centro. El paso que dio para escapar de allí solo sirvió para terminar de fundirse en la neblina de los cuerpos que se disipaban una vez habiéndose como metido en él.
El grito de las mujeres fue callado por el repicar de las campanas y la aparición de una nueva integrante del desfile en el centro de todas ellas. Esta nueva figura sollozaba por primera vez la pérdida y pedía ayuda a quienes en aquel momento pasaban por allí, siendo ignorada una y otra vez. Salvo por Chicomecoátl, la madre se acercó a la mujer y se le lanzó en brazos, en búsqueda de alivio y consuelo; en búsqueda de aquello que no llegaría. La guía sólo le soltó el pelo y le ató las manos junto al grupo.
El sol comenzó a asomarse poco después, y las lloronas retornaron el camino al bosque, arrastrando a la mujer nueva.
La mañana llegó y una nueva capa de fotografías lideradas por un joven desaparecido y su madre sufriendo, apareció nuevamente en todos lados, pero hubo silencio: gente más, gente menos, las calles anduvieron y las ausencias estatuas permanecieron rígidas en sus sitios. 1
Los próximos héroes patrios se pasean por los barrios, se indigestan con cerveza o tepache condenados por la tipología urbana, sepultados por tintas académicas, encadenados al sello institucional.
Le escupen con desconfianza a los laureles, conformándose con diluir el paso cotidiano, guiados por emergentes experiencias.
Sacuden el letargo moderno, respiran incertidumbre, llorando la soledad de los mares de gente, y viven de milagro, si es que aún viven.
Me alegra no ser uno de ellos, o mi nombre seria otro desaparecido, de esos que adornan el paseo de la reforma.
Ofensa grave que sufre el honor o dignidad de una persona
Ignomia1 Por Voluta
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Julio César Aguirre Casimiro.
Era de madrugada cuando de pronto, entre los matorrales, escuché una voz:
— Pss, hermano… me ausentaron sin mi consentimiento. Todo pasó tan rápido que no me di cuenta. Pero durante todo este tiempo, he aprendido a andar entre las borrascas del monte, he estado ayunando para sanar mi cuerpo, he dormido sobre troncos secos. El agua ya no me moja. Era Leobardo. Se acercó, me tomó del hombro y continuó:
— Ven, acompañame, quiero que veas algo.
Lo seguí. Caminamos monte arriba. Mis botas quebraban las hojas secas. Todo estaba oscuro. Las ramas de los árboles me arañaban las mejillas. Aparecían y desaparecían puñados de luciérnagas frente a mí. Caminamos por varios minutos sin decirnos una sola palabra. Hubo un momento en que quise ver el rostro de Leobardo pero no pude, había como una fuerza alrededor de él que me impedía acercarme. Solo podía verle la espalda.
De pronto, Leobardo me dijo:
— Ya no regresaré a casa, avísale a mamá. Dile que ya no pertenezco allá, dile que me han asignado tareas importantes. Debo cuidar los montes, los ríos, la noche. También, dile que un jaguar me acompaña, me protege. Dile a mamá que no se precupe más por mí, estoy bien.
Yo no sabía por qué Leobardo me decía esas cosas, sin embargo, las di por hecho y las acepté. No le respondí nada. Continuamos caminando. Mientras tanto, pensaba en cómo le iba a contar todo esto a nuestra madre, y cómo ella lo iba a tomar.
Por un momento me enojé con Leobardo, estuve a punto de decirle: “¿Por qué nos dejaste, por qué te fuiste sin decirnos nada?”. Pero él se me adelantó y me dijo:
— Ya llegamos, acércate. Observa dónde he estado descansando durante todo este tiempo.
Leobardo me había llevado hasta un enrome socavón. Yo conocía ese lugar. Recuerdo que hace años, nuestro padre nos llevó ahí sin querer, no fue su intención; por eso nos dijo que olvidáramos ese lugar, y que jamás volviéramos por aquí. Se lo prometimos.
En ese momento, la voz de Leobardo interrumpió mi recuerdo:
— Hermano, aquí, bajo esta tierra, yace mi cuerpo. Ahora que ya lo sabes, ven a buscarme, que aquí te esperaré eternamente.
Leobardo se desvaneció frente a mis ojos como el sereno se desvanece entre la maleza.
Me desperté sudando; ya había amanecido.
Ese mismo día, continué con la búsqueda, pero ahora monte arriba. Caminé hasta llegar al socavón, ahí comencé a cavar. Hallé el cuerpo sin vida de Leobardo. Sentí un alivio, por fin todo había terminado. Pero cuando empecé a sacar sus restos, me di cuenta que una de sus manos estaba agarrada a otra mano, y ésta a su vez estaba agarrada a otra mano, y ésta a otra y a otra, y así sucesivamente. Formaban una cadenita de manos entremetidas.
Así hallé a los otros desaparecidos del pueblo.
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UACM
El espejo
Eran las siete de la noche cuando Katherine abordó el tren férreo en la estación Pantitlán. Con los codos se abrió paso entre el gentío, se trincó de un tubo y consiguió sentarse. El asiento estaba frío, y el vagón, olía a sudor. Las lámparas parpadeaban. La gente seguía empujándose, trataban de meterse a como diera lugar. Después de un rato, las puertas se cerraron y el tren avanzó. Las llantas rechinaban, lastimaban los oídos. Todos iban apretados como muéganos, con una actitud indiferente. Unos dormitaban, otros miraban por la ventana y algunos más, se aislaban con sus audífonos.
Katherine tenía la mirada perdida en la ventana. Observaba los autos que circulaban por la avenida Zaragoza, cuando de pronto, aparecieron unas enormes letras verdes que decían: Herbalife. Estaba llegando a la estación Canal de San Juan. Tenía que bajar. Se levantó del asiento y con dificultades llegó hasta la puerta. El tren se detuvo, las puertas se abrieron. Una ligera brisa le rozó las mejillas mientras bajaba del vagón. El andén estaba solo, casi nadie bajó. La mayoría baja hasta la estación La Paz. Afuera, relampagueaba.
Katherine caminó hasta las escaleras y subió escalón por escalón hasta que llegó a la parte de arriba. Enseguida, se dirigió hacia los torniquetes que están del lado derecho, pero antes de llegar a ellos, una ráfaga de viento entró a la estación. Katherine se cubrió el rostro con el antebrazo, sus cabellos rubios se zarandearon. En cuanto concluyó la ventisca, ella siguió hacia la salida.
Cuando Katherine tocó el torniquete, se dio cuenta que tenía la mano pálida. Se asustó. «Qué raro, en la mañana no estaba así», se dijo a sí misma. También, se percató de que sus tenis estaban manchados de lodo. Los frotó contra su pantorrilla para intentar limpiarlos, pero lo único que hizo fue mancharse más.
Otra ráfaga de viento, pero con menos fuerza, entró a
la estación. Sacudió unas hojas que estaban pegadas en un tablero ubicado a un costado de los torniquetes. Eran anuncios. Uno de ellos llamó la atención de Katherine, decía lo siguiente: ¿Le has visto?
Tenía una fotografía difusa de una mujer, no se distinguían sus facciones y tampoco sus datos. Sólo resaltaba una fecha: 13 de diciembre de 2009.
«Seguramente se fue con el novio, las chamacas de hoy, tienen bien alocadas las hormonas», se dijo a sí misma mientras cruzaba el torniquete. Bajó a la avenida y dio vuelta en la calle seis. La lluvia arreció. Katherine llegó a su casa completamente mojada. Su cabello goteaba y su falda se adhería a sus muslos. Sentía las medias pegajosas. Se desnudó, llevó la ropa al cuarto de lavado y encendió el boiler. Entró a la cocina, se preparó un té y se lo bebió recostada en el sofá. Después, tomó su bata y se metió al baño. Abrió las manijas y entibió el agua. Tomó el champú y se enjabonó el cabello. Un espeso vaho comenzó a formarse en el suelo, cubrió los pies de Katherine y fue subiendo por todo su cuerpo.
Katherine se colocó debajo de la regadera, cerró los ojos y sintió como el agua mojaba su piel. Con ambas manos se talló el cabello, el cuello, la cara. De pronto, sintió el agua espesa, grumosa. Sentía grumos entre los dedos de sus pies. Se alejó de la regadera y se talló los ojos; los sentía terrosos. Tras varios intentos, recuperó la vista. Se dio cuenta que de la regadera salía agua sucia, casi negra; y que el piso estaba enlodado. Se asustó. Quiso tomar su bata, pero se resbaló. Alcanzó a sujetarse del lavabo. Quedó de pie frente al espejo, estaba empañado.
Katherine odiaba ver los espejos empañados, le causaban ansiedad. Con la palma de su mano lo limpió, y cuando terminó, quedó horrorizada. El espejo no reflejaba su cara, no. A través de éste, se vio a sí misma atravesando el torniquete de la estación Canal de San Juan.
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Sonriente majestad
Oscuro estero de inmundicia, pantano y limen del dolor, promueve infame la injusticia, disfruta negro el deshonor.
Señor de injertos perentorios, veraz destino de impiedad, alfil sin cánticos mortuorios que surge en premios de oquedad.
El amo ingente del pecado, maestro innato de la inquina, regente altivo del estado, conduce al hombre hacia su ruina.
Gerente máximo del fango, supremo dios de la maldad, distiende errático su rango, sublima el gen de humanidad.
El rey que el pueblo se merece, perfecta cumbre del gobierno, abraza el orbe y lo enaltece, convierte el mundo en vil infierno.
Saludos, pompas, monumentos, respeto y libre admiración...
¡Oh, gran señor de los tormentos, patrono gris de corrupción!
Es la demencia su legado, es el desorden su placer; es por las leyes venerado, tiene la marca del poder.
El día que acabe su regencia y vuelva el tierno bienestar, con armonía y diligencia, vendrá otro peor a gobernar.
Kobda Rocha
Hormigas obradoras
Érase una vez
Una hormiga que se murió
El resto de las hormigas
Se pusieron muy tristes
Y lloraron
Y lloraron
Y al terminar el novenario
Guardaron un minuto de silencio
En honor a la difunta
Después regresaron todas
A sus respectivas trivialidades
Felices trabajaban
Y trabajaban felices
Hasta que un día
Una hormiga filósofa
Repuso
“Cada minuto
En algún lugar del mundo
Al menos una hormiga
Ha de estar muriendo”
Las demás hormigas
Que no eran filósofas
Creyeron necesario
Guardar luto por las fallecidas
Pero la necesidad no se guarda
Y desde entonces
Las hormigas no hablan
Sólo trabajan en silencio
Mudas
Calladas
Silentes
No sé si aún felices
Pero trabajan sin parar
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Enfermo el mundo
«Siento que me falta el aigre, que me falta intelegencia pa saber la difieriencia si se me hace agua la sangre.
Temo que en mi cuerpo haiga muchos viruses malditos o animales chiquititos, que hasta el pelo se me caiga.»
Ansinita es la suidá, nos contó el que va hasta en frente. Mas no le aunque, pos de acá
nos marchamos para siempre, porque el diablo izó maldat con mi pueblo y con mi gente.
Crisis
Del poemario “Cataratas del tiempo, 2023. Una muchedumbre de inocentes Apostó en los casinos de la ilusión, Promovidos por la demagogia. Al día siguiente
Su espectro los llevó a la miseria
Sebastían Montiel Centro Universitario Hidalguense
Cataratas del tiempo de
Disponible Av.J uáre zS ur #26, Ti za yuca Ce ntro ,T izayuca, Hgo . (Nos ubicamos a un costado del Ciclomundo, subiendo las escalera) libreria.voz Cataratas uárez Sur #26, zayuca ,T
Sebastián Montiel
Este era un país en el que se usaba algo que llamaban el dedazo.
El presidente escogía al próximo primer mandatario. Por sus puros huevos.
Así lo hicieron, porque decían que ellos habían llegado al poder por las armas y sólo por las armas dejarían de mandar.
Entonces el presidente en turno escogía entre sus colaboradores, en realidad sus achichincles, al que tuviera, como ningún otro, dos características: que fuera el más barbero y arrastrado era una y la otra que también hubiera demostrado ser el más pendejo. Las razones eran muy claras. El más rastrero porque se esperaba que ese le fuera leal y el más pendejo porque todos los presidentes tuvieron la intención de mangonear a su sucesor.
Así cada sexenio se escogía al más servil e indigno y que a la vez fuera el más pendejo de todos. Hasta que llegó un momento, imagínense, llegaba a la presidencia el más pendejo y ese escogía al más pendejo. Era un círculo infernal que terminó en el más pendejo de los todos los más pendejos en la presidencia de la República. Nadie quería que su sucesor fuera el más inteligente, porque ese conocía bien todas las raterías del anterior y, posiblemente, lo metería a la cárcel.
En cambio, el más pendejo capaz que hasta era posible mangonearlo.
Pero se le daba tanto tantísimo poder al primer mandatario que hasta se confundía esa frase. Todos pensaban —algunos todavía lo piensan— que primer mandatario significa que era el primero en mandar. Cuando es al revés. El presidente recibe el mandato de la ciudadanía. El pueblo manda. Y él es el primero en recibir ese mandato. Pero ellos mismos se encargaron de engañar a la gente.
Bueno, el más pendejo de todos los pendejos era el siguiente que presidiría nuestro país. Hasta que
la serpiente se mordió la cola. Uno de los peores presidentes pendejo entre los grandes pendejos, no diré quién era, pero las siglas de su nombre son MMH, llegó al poder y fue tan torpe que cuando terminó su sexenio el más vivo de sus secretarios le comió el mandado y ni siquiera lo dejó que escogiera al más pendejo.
Terminó gobernando él, en vez de su jefe MMH. Tampoco diré su nombre, CSG, son sus siglas. Y llegó al poder. Pero para ese momento, desde mucho antes, el sistema estaba bien podrido. Y para que CSG llegara a la silla presidencial organizaron un fraude electoral de magnitud desmesurada. Luego ese señor demostró ser un verdadero genio, no en balde se robó el mandato presidencial antes de que lo nombraran.
Hizo el gran fraude electoral, empezó a derribar a sus enemigos de dentro del sistema, se legitimó con sonrisas y palabras y empezó una cruzada de asesinatos contra sus adversarios de afuera. Corrompió sin límites y empezó a vender a México al extranjero y a regalar nuestro patrimonio a sus amigos.
Miles de empresas del gobierno se volvieron propiedad de sus cuates.n genio, en efecto, un genio del mal contra México y los mexicanos. Intentó, como todos, pero mejor que todos, quedarse en el poder, pero no lo consiguió. Señaló a su sucesor y cuando vio que se le saltaba las trancas lo mandó matar y puso a otro.
EZPL
Y cuando CSG se iba entre triunfos como uno de los mejores presidentes, según los periódicos comprados y alquilados, surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y lo puso en jaque. La construcción de CSG que se sostenía con alfileres se derrumbó. EZPL subió al trono y lo convirtió en el demonio. Sin embargo, continuó con la misma labor: desmantelar a México. Pero ellos ya estaban agotados. Y le entregaron el poder a la oposición, a los azules que habían luchado contra el régimen por décadas.
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Así llegó VFQ, un señor que estaba loco. Parecía muy simpático, era hablador, ocurrente y simplón. Pero era sólo un achichincle de los ricos. Y muy pronto enseñó el cobre. Incrementó la deuda en casi el 40 por ciento, robó a discreción, devaluó la moneda en 25 por ciento, dejó escapar al Chapo, no hizo ninguna obra importante, empobreció a un par de millones y dejó el escenario listo para que nos siguieran empobreciendo.
Los mexicanos nos dimos cuenta del gran error. Y votamos contra la continuidad de los azules. Pero, faltaba más, hicieron otro fraude electoral, más grande y más grave todavía que el de CSG que ya estaba en la historia. Y así impusieron a FCH
Entonces entramos al infierno. Lo que nunca habíamos visto se volvió cotidiano. Las muertes violentas se llegaron a incrementar en doscientos por ciento, como si estuviéramos en guerra. Bueno, él lo dijo, estamos en guerra. Pero era una guerrita de mentiras, pero los muertos eran de verdad y todos (excepto sus secretarios de Gobernación ejecutados por el narco) eran gente del pueblo. Mientras el presidente FCH mandaba a matar y a morir a cientos o miles de soldados, su brazo derecho, GGL, hacía pactos con los criminales para proteger al mismo Chapo que ellos habían dejado escapar. Y así llegamos al último extremo del pendejismo presidencial. El sistema estaba muerto y en descomposición avanzada. Pero, faltaba más, hicieron otro fraude. Aunque mucho más elaborado.
Y tuvimos por presidente a un pobre tipo que no había leído ni un puto libro en toda su puta vida, que se robó la tesis para titularse, pero que ni siquiera la hizo; un sujeto que no podía abrir la boca si no era para decir una tontería, pero eso sí, su gobierno contrató deuda a un ritmo de 500 mil dólares diarios, devaluó la moneda en 30 por ciento. Terminó demostrándonos que su gobierno tenía el siguiente programa: robar por destajo, mentir para tapar los latrocinios y suprimir a sus opositores, por asesinato directo, por cárcel sin pruebas, por desaparición forzada o, en el menos malo de los casos por exilio involuntario. Y ese cometió uno de los peores crímenes de nuestra historia. La desaparición de los 43 muchachos de la escuela Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
La degradación venía de muy lejos. Pero en este sexenio rompieron todo límite.
¿Por qué mataron a los 43? Se ensañaron con los más humildes.
Como tantas veces no calcularon mal, ni lo hicieron, actuaron a lo bestia. Como siempre, se les figura que el pueblo no tiene sentimientos, no tiene raciocinio, ni siquiera son por completo humanos. Ese es el poder idiota. Es el poder ensoberbecido en su racismo, el poder imbécil que cree que se sostiene por la güeritocracia, el poder de los que se sienten superiores porque descienden de extranjeros.
Es el poder que pone a millones de personas morenas a admirar a güeras ignorantes de botica y con belleza de bisturí; a cantantes falsos que se creen superiores a los mexicanos.
Los 43 son un dolor en el corazón y en la mente de los mexicanos. Un crimen que no pasará a la historia porque siempre estará, siempre lo recordaremos. Y todavía aquel incapacitado mental llegó a decirnos “Ya supérenlo”. Ese pobre inútil no tiene idea de quienes son los mexicanos.
Las convulsiones que han sacudido a mi país han sido a punta de violencia, para cambiar las repugnantes injusticias.
Hubo una guerra de once años de 1810 a 1821. Nuestro país se declaró independiente gracias a que el pueblo más humilde derramó su sangre y pagó con grandes sufrimientos esos once años de matanzas. Pero la realidad es que no cambió nada. El racismo siguió igual, en los hechos, a pesar de que se abolió la esclavitud, siguió habiendo esclavos. La nación siguió debilitada, dispersa, inconexa, sin instituciones y por eso nos robaron la mitad del territorio en 1847. A pesar de la sangre del pueblo.
Entre 1854 y hasta 1867 el país se mantuvo en guerra, primero para que los conservadores y la iglesia católica permitieran forjar a la nación y luego para expulsar a los invasores de Europa que trajeron los traidores para que gobernaran a este país de indios ignorantes y analfabetas. La victoria se pudrió. La revolución devora a sus hijos cuando no los corrompe y así se instauró como dictador el que fuera héroe de la guerra contra los invasores. Y sometió al pueblo a la más terrible miseria mientras se aliaba con los mismos que había combatido.
Y México llegó a la prosperidad para un, si bien nos va, ocho por ciento de la población. El 92 por ciento vivían en la más atroz miseria y en la total ignorancia. Es decir, se había derramado mucha sangre del pueblo más humilde para nada.
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Luego de la tiranía porfirista, el pueblo se levantó una vez más, encabezado por un hombre bueno, pero miembro de las élites. Ingenuo, torpe y —para su desgracia— sin amor por su pueblo, sin alianza con él. Y eso le costó la vida y a los mexicanos otros once años de guerras, muerte, miseria, sacrificio, sufrimiento. ¿Para qué? Para que, como dijo Daniel Cosío Villegas: “Se fue don Porfirio, pero se quedó doña Porfiria”.
Es decir, cambió muy poco. Por primera vez fue abolida en los hechos la esclavitud. Luego, paradójicamente, un miembro del bando vencedor (corruptos, violentos, arbitrarios y prepotentes, caciquiles, etc.) mostró el lado luminoso de aquella revolución. El general Lázaro Cárdenas puso los cimientos para que ocurriera poco después el milagro mexicano. Muchos fueron beneficiados, pero empezó aquella etapa que mencionábamos al principio. El presidente era un emperador que heredaba el cargo al más pendejo y al que más se le arrastrara.
Así llegamos a este momento histórico en que el gobierno se pudrió. Se puso a cometer los crímenes más abominables, nos metió en una espiral de violencia de la que no hemos terminado de salir. México está cambiando aceleradamente y las fuerzas que hoy ocupan el poder no llegaron con violencia, a pesar de que sí la padecieron.
Como siempre, los regímenes que nos mal gobernaron cometieron crímenes contra el pueblo. No debemos olvidar el 68, el 71; la guerra sucia de las décadas 70 y 80, en que se cometieron crímenes monstruosos contra el pueblo, contra los luchadores que defendían a los más humildes.
Hasta que tocaron el último extremo: desaparecer a 43 de nuestros mejores jóvenes. Muchachos de nuestros pueblos originarios. Inocentes que defendían a su nación y a su gente.
En realidad, tenemos muy poco. Los mexicanos nos sacudimos a una tiranía que estaba sacrificando a las mayorías y entregando a los ricos y al extranjero las riquezas que nos pertenecen a todos. De hecho, se dice que este gobierno en realidad lo único que está haciendo es que el sistema se renueve. Sin embargo, es la primera vez que vemos en toda su descarnada y horrenda realidad a la derecha mexicana.
Están indignadísimos, enfermos de odio y mintiendo como nunca. Resentidos y ofensivos como muy pocas
veces es posible ver a ser humano alguno. Dicen barbaridades en las redes sociales que resultan difíciles de creer y que sólo nos dan a entender que si no se han ido a los actos violentos (y eso quién sabe porque ha habido sabotajes gravísimos cuyos culpables están ocultos) es porque notan que el gobierno tiene todos los hilos bien controlados. Han ido a soliviantar al ejército, pero la institución armada los trató como lo que son: un grupo de locos.
La paz es un buen precioso que estuvimos a punto de perder en el peor de los sexenios que hemos padecido en la historia reciente, el de Felipe Calderón.
Este es el momento de exigir que se castigue con todo el peso de la ley a los criminales ejecutores de la desaparición de los 43 muchachos de Ayotzinapa, que se localicen sus restos y se entreguen a sus familiares, que se les indemnice para que tengan una vida digna, que se preserve la paz y que continúen los cambios hasta que la justicia se haga costumbre, la corrupción desaparezca, la pobreza deje de existir y todos los mexicanos tengan una existencia aceptable y México deje de ser un país ninguneado y ascienda en el concierto mundial.
Porque el crimen de los 43 no debe quedar impune. Porque el sacrificio de nuestros muchachos no ha de ser en vano.
Porque se reivindiquen los derechos y la dignidad de los pueblos originarios.
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Av. Juárez Sur #26, Tizayuca Centro, Tizayuca, Hgo.
(Nos ubicamos a un costado del Ciclomundo, subiendo las escalera)
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Crecí con padres humanistas porque como parte de su estilo de vida adaptaron la lucha social, para intentar hacer conciencia y construir un futuro más humano.
Hoy me honra tener la oportunidad de dirigir unas palabras porque soy una de las herederas como muchas otras generaciones que seguimos en este intento de visibilizar los atracos hechos de violencia para que jamás se vuelvan a repetir, nuestros 43 compañeros siguen presentes y seguirán presentes en nuestra mente y corazón.
Continuaré con una frase del escritor y filósofo argentino Mario Luis Rodríguez Cobos mejor conocido como Silo: “Basta con que una generación despierte, para que haya despertado el Universo”.
Nuestros compañeros marcaron un antes y un después de la represión que siempre se ha vivido en México, un antes como en la matanza de los compañeros estudiantes que murieron en 1968, un después por toda la represión que se vivió al exigir el regreso de nuestros 43 estudiantes, porque ¡¡Vivos se los llevaron y vivos los queremos!!, un gobierno que nunca imagino que lo único que generaría era “un despertar en la conciencia de cada mexicano”.
He sido víctima también como muchos de los aquí presentes de la violencia que se vive en este país. Por personas que siguen con las viejas prácticas de la política como el autoritarismo, despotismo, nepotismo entre otras, deseosas de poder a costa de lo que sea.
Llamo a la revolución de las conciencias, no solo como slogan, sino como acción que se convierta en nuestro actuar diario en el medio inmediato para lograr un cambio personal y social donde las nuevas generaciones no se queden calladas, que el buen trato, la empatía, la sensibilidad y la alegría, se normalicen
y no sean algo extraño. Nunca dejemos de luchar, de apoyar y de alzar la voz por los que ya no están.
Termino con una frase de Ricardo Flores Magón, “La rebeldía es la vida; la sumisión es la muerte. ¿Hay rebeldes en un pueblo? La vida está asegurada y asegurados están también el arte y la ciencia y la industria. Desde Prometeo hasta Kropotkin, los rebeldes han hecho avanzar a la humanidad”
“Nada humano me es ajeno”
“No habrá Progreso si no es de todos y para todos” Compañeros les deseo Paz en su corazón, fuerza en su hacer y alegría por vivir.
Esto último me parece que ya no va, pero igual son sugerencia, revisa en dónde pueden encajar
Es la Justicia social por la cual se ha luchado y buscado.
Frenada por ayudar a las personas que son víctimas de la violencia, que lo único que piden es justicia y calma en su vida.
Señalada de maneja injusta por las personas que ejercen la violencia en mí.
El político, nos dice “no aceptamos el derrotismo”, en la política económica, sostiene que el progreso sin justicia es retroceso, pero también nos dice “Nuestra tesis es que no basta el crecimiento económico, sino que es indispensable la justicia”
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Fue una conspiración, un crimen organizado desde el Estado. Un pacto secreto de impunidad sostenido a todos niveles con el aval de los medios de comunicación masivos y comerciales.
Los 3 niveles de gobierno intervienen apoyando a todas las corporaciones de seguridad pública, amparadas por el Ejército Mexicano, quién ejecutó el cerco obedeciendo el manual de operaciones de contra insurgencia aplicados desde la guerra sucia contra los grupos revolucionarios de las diferentes guerrillas nacionales. El simple afán de seguir los planes de extermino contra los grupos radicales, los que no se someterán ni nunca se integrarán a las voluntades políticas partidistas, es el comando general de la operación en Iguala.
Este es el principal de todos los antecedentes que se agruparon para consolidar este capítulo sangriento de la historia contemporánea.
Años de luchas revolucionarias y sociales, con sus marcadas herencias de masacres, jamás alcanzaron a fincar precedentes legales que pusieran al Ejército y Policías federales y municipales a rendir cuentas y fincar responsabilidades penales frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ni el Movimiento Estudiantil de 1968 y sus expresiones populares, hasta otros sucesos sangrientos y relevantes, han llevado a autoridad ni gobierno alguno al banquillo de los acusados. Jamás tendremos siquiera una explicación ni disculpa pública a los agravios contra los pueblos y sus organizaciones.
No se abren juicios penales ni políticos. El Estado no requiere ajusticiar al oscuro brazo militar que defiende su soberanía. Las fuerzas armadas y sus filiales paramilitares reciben el descrédito de la población sin causar mella en sus procedimientos, ni jueces ni magistrados llevarán a proceso ninguna de
las órdenes elaboradas como actos de guerra interior contra el pueblo. No podemos fincar jurisprudencia contra el uso de la fuerza letal.
No hay precedentes. No llegamos siquiera al nivel de Sudamérica que logró sentenciar a sus dictaduras.
¿Será por la vecindad con el imperio del norte?
¿Entonces para que exigir, año con año una satisfacción que sabemos no llegará?
¿Para qué seguir tocando la puerta de la corte?
Los 3 elementos básicos de una nación son: Territorio, Población y Gobierno.
Nosotros, el pueblo-la gente, somos también el Estado. La parte vital de ese concepto de patria. Si la hegemonía gobernante son los que acaparan los símbolos, la bandera y el himno, junto a su libro llamado “la Constitución”, entonces hagamos soberanía en nuestros territorios para desligarnos de los malos gobiernos en cualquiera de sus versiones y que la venganza a todas las afrentas sea formar otras patrias, otras naciones, fuera del régimen coludido con el capital extranjero y nacional que solo persigue sus intereses.
Para todo ejemplo didáctico diremos que el estado es un vehículo y el gobierno solo un conductor de esa maquinaria, sabemos por experiencia que no hay diferencia significativa al cambiar de piloto y nosotros, que sólo somos pasajeros pasivos en ese carro que es el estado, debemos tomar las riendas de la máquina. Pero son sueños de libertad cuando no fomentamos acuerdos ni disponemos una organización amplia que no replique los mismos regímenes autoritarios. Veo complicado una transformación cuando una gran mayoría nos dedicamos a soportar las condiciones de este viaje en camión guajolotero que llamamos el Estado Mexicano.
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Rostros
Cientos de rostros
Mas-caras
Unos cansados
Otros alegres
Los pensativos
Los analíticos
Los que no se entregan fácil
Los que están clavados en la red
Miles de rostros que sostienen un país
Y la riqueza de los empresarios
Ellos avientan las migajas
Y nos meten en un trenecito
Que se desborda de rostros
Aprendemos a aceptar la dinámica diaria
A scrolear una pantalla infinita
Rostros que leen a diario
El gráfico o el metro
Un desayuno de violencia
Y chistes de reporteros
Que juegan con la desgracia de otros rostros. Mas-caras que reprimen rostros
Oros que se acostumbraron
A vivir en la histeria de la ciudad
Se hicieron cobre.
Avanzamos en pausas
Vivimos apretados
Ahorcados
Con ojeras y cansados
Pero también sonreímos
Y nos miramos a los ojos
Veo adolescentes que conviven en grupo
Gozando de otros rostros
Rostros que se quitan las máscaras
Para gozar de los verdaderos rostros
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Los caminos de la abuela
La abuela me dijo
“Aquí ustedes no caminan mijito
Van de la casa al coche, o al metro”
Si mi abuela supiera que nunca dejé de caminar como en el pueblo
No dejé los paisajes
Ni las negras noches
Con la luna como única luz (Nunca Cesó mi sed por caminar)
Incluso emprendí la tarea de Caminar en aguas que no comprendía Caminos obscuros, rotos Luminosos
(Me fui lejos de mi pueblo
Nunca me olvidé de Granados
Las veces que caminé solo
Con mi pequeña alma
Mi ingenua conciencia
Ante un mundo inmenso
Sembraron las bases de quien soy)
He caminado tanto que los pies me han sangrado
Han llorado de no encontrar destino
Me he detenido a descansar bajo un árbol
Sin ideas
Sin ganas de seguir caminando
Pero tomé mis cosas como tantas veces
Y me fui por el horizonte
Con fe de seguir soñando
Cuando fui a ver a la abuela Caminamos un poco
Recuerdo ir al frente
Al paso de siempre
“Sigues caminando en la ciudad Verdad mijito, me recuerdas a tu primo Coqui”
La miré con una sonrisa
Y le contesté
He encontrado incluso caminos
Donde no se puede pisar
Pero si andar.
Yo soy tú, tú eres yo
Tu tristeza me pertenece
Tus desvelos los miro con compasión
Mi euforia, bebe de ella
Tus sonrisas las estoy coleccionando
Este golpeteo que empuja y te amarra
Al borde del precipicio
Estás ansias de correr a buscarte
Y decirte lo que ya sabes
Soy tuyo
Este miedo que se cuela
Pero la gracia, la soltura de los niños
Me trae a la tierra
Al paraíso
Todas las vidas de esta gente
Su fragilidad
Su inocencia
La perversión que quiere apoderarse del sol
Pero ahí están los trabajadores honestos
Desenredando los nudos de la obscuridad
Tú eres yo, yo soy tú
Mírame a los ojos
Déjame jugar
Déjame luchar
Que yo te daré impulso
Espérame con paciencia
Con alegría
Con misterio
Sin que lo esperes naceré en tus oídos
Y cantaremos juntos
Cuando estoy tan vivo
Que no puedo dormir
Estoy tan emocionado
Que no puedo callar mi alma
Por un día quisiera visitar
Todas mis edades
La vida era bellísima
Y yo sentía que algo faltaba
Solo con años luz
Puedo ver qué era perfecta
Este constante pasar de un día sereno
A uno lleno de turbulencia
De ir de la euforia
A los brazos caídos
Sin fuerza
A no estar satisfecho con nada
“Nada que ganar
Nada que demostrar
Estamos por el placer de estar”
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Un esquema de la tragedia
Gabriela Cruz UACM
Sube por el mar, se desliza sobre las piedras, está en la superficie del agua, sobre la hoja y el mármol. Nos parte en dos. Es una grieta. Sofoca.
Se parece al silencio, pero es peor que no decir nada Mutismo hiriente o embuste punzante: es otra forma de mentira. En sus labios sordos la tragedia parece menor
La cifra indivisible, los nombres que nos repiten. Están aquí, dentro del llanto y la sangre, junto a la madre que espera, en voces que son gritos, en la dilación infinita
A esta ausencia le llamamos traición. A esta tierra, cobarde. A esta falta, crimen. A esta lagrima desconsuelo, homicidio.
¿Qué ha cambiado?, la mentira sigue el curso Ante nosotros otro otoño y más silencio. Navío sin desvío hasta el olvido. Pero aquí quien olvida no existe.
No hay quien restaure el daño ante El Mundo Y aunque esta ausencia está en las hojas, en las piedras y en el cielo en las nubes y en los nombres,
somos expectantes de la única cosa que no podemos cambiar y se vuelve una herida demasiado purulenta
Pensamos en nuestro veredicto: más nos vale no olvidar... es mejor que no olvidemos
32
Tierra mojada
El corazón se agolpa en mi garganta en un momento paso de dormir a correr hacia la nada horrorizado, con apenas fuerzas para mover una pierna tras otra sigo los gritos que se adentran a un lugar que desconozco
veo rostros afligidos que entrelazan terror y desesperación gente corriendo hacia todos lados, tropezando unos con otros, luchando por mantenerse en pie, mientras arañan un trozo de vida.
Aquí todo es caos gritos que no distinguen entre amenazas y lamentos gritos que de a poco se mezclan en mi cabeza voces que me piden que siga y otras que me detenga todas contenidas en un grito colectivo.
Luego, todo es silencio... mis pies son tan pesados, que caigo de bruces, mi pecho choca contra un suelo insensible que solo sabe infringir dolor.
Estoy asustado, intento jalar aire pero, me es negado. mi cuerpo se contrae y empiezo a caer en lo profundo, de repente, vacío, frío seguido de un dolor que hiere, que muerde, que
rasga los huesos. siento que pierdo todo, las fuerzas... la vida... el alma...
Y mientras caigo, en el silencio, la voz de mi madre dice mi nombre.
Ya no siento miedo, me abandono en sus brazos y oigo sus pasos acariciando la tierra mojada mojada de llanto mojada de miedo mojada... mojada...
Eduwigis De Sixto Romero
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La nube roja vuelve cada cierto tiempo amenaza que siempre está ahí y nos damos cuenta cada que llueve
El cuerpo planea abandonarte alucinada y nocturna con el cabello empapado de desesperanza trazando un camino histórico que quisieras naufragar por él
Hace tiempo una luz verde pronosticó al papel se escribiría por la mañana con tinta roja se rompió el techo y se pintó perpetuamente se corría de la oscuridad inundada de algo peor que la muerte fue todo un mar de sombras montones de promesas atravesados por el trueno del poder
¿Te sabes las reglas del cuerpo? entre paredes y edificios prodigiosos al acosar la culminación del orden juiciosos del poder y su fuerza pues se desvanece cómo animal en el frío
Querida autoridad: me corresponde redactar tu renuncia
conozco de memoria tu tacto la mutilación del amor tu desconocimiento crucial en cualquier color y bandera
Cuidado con tu formalidad se manchó de sangre con tu lenguaje político que tu tolerancia nos sigue apretando el cuello
La realidad pesa y sigue avanzando más maltratada con los zapatos sucios tropiezas con el cuerpo y caes
Cuando intentamos avanzar la interferencia nos arrastra cuando intentamos recordar es la memoria el único lenguaje justiciero la ilusión que trae calma a la vigilia
Parte de la herencia es espantar al fantasma del olvido patear la puerta prenderle fuego al mundo hasta que el calor no queme.
Falso amor
Lucian Elizalde UAEH
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Una gripíta
Axel Ortíz. UACM
19 de agosto de 2022 Esta mañana ha sido detenido en su domicilio Murillo Karam presume la jefa de gobierno claudia Sheinbaum en conferencia.
El exprocurador creador de la verdad histórica en el caso de los cuarenta y tres para quien no lo sepa... con esta detención comienza la justicia para las víctimas celebra mientras un dedito pende sobre su cabeza.
-¡haaaarrrfuchssss!
Gritan desde atrás de la sala. Saaaalud, dice Claudia Sheinbaum...
Materia Estelar.
Alberto Balderas Molina UACM
Reacciones nucleares irradian el cosmos: azules, amarillas y rojas fluctúan. Su radio llena el espacio
y sus ondas gravitacionales a parsecs nos llegan.
De neutrones, pulsares y magnetares. De marrones a novas, nuevas y antiguas singularidades, eones de vidas y muertes.
De sus dorados núcleos emanamos y la vida les debemos. Somos polvo estelar,
polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Lienzo Marcial
Alberto Balderas Molina UACM
Flamante pabellón del escudo de la nación que se yergue en el mástil y en la asta, de la plaza majestuosa o de la guardia.
Trepidar de baterías y de bandas: redoble de tambores, toque de cornetas, de himnos y estruendo de obuses.
Marciales acordes con conspicuos uniformes, fornituras, sectores y armas deslumbran por la gloria del águila mexicana.
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Delia Itzel Herrera Reyes
UACM
Poemas para lectura conmemorativa por los 43 normalistas de Ayotzinapa y compañero Abisaí Pérez Romero
esfera pulida que cruza ligera la esfera del sol dejando un camino de cenizas al borde de una tea el rastro de la espuma del viento. cómo el llanto y el sudor secos al borde de los ojos
I.
Un fuego que ya no ilumina surge, regresa desde la tea ¿consumido por qué designio?
aún no se ha desecho el humo aroma de la resina y la corteza danza de mariposas fugas de agua y de las fronteras
¿dónde está la flama que atraviesa la niebla? el falso brillo de cielo ejerce su filo y multiplica colores como ojos de mosca la chispa que palpita con un soplo se oculta entre las memorias que vuelan un aro pulido se eleva, hay que desviar la mirada de su camino al sol las texturas ligeras del gas suben en diagonal ligeras más allá del sol dejando un camino de cenizas al borde de una madera el rastro de la espuma del viento.
Surge o regresa
¿consumido por qué designio?
aún no se ha desecho el humo el olor de la resina y de la corteza
caricias de mariposas salvan de disoluciones y rejas
¿dónde está la flama que atraviesa la niebla? el falso brillo de cielo que ejerce su filo y multiplica colores como ojos de mosca nada hace a la memoria
Se elevan el alma de la madera en temperaturas críticas destellan los cuatro colores de la flama como los rumbos cardinales indica el camino al corazón en el hervor de las aguas cantan las piedras reviven en la llama los cuatro colores en torno al iris bajo los párpados blanco, azul, rojo y amarillo pintan la tierra
Pétalos tostados por el sol ardor que se apaga ensimismados los girasoles voltean a su interior en contorsión y a destiempo siguen a la noche vuelven a contener constelaciones las fuerza que da forma a la tierra en elipse: crean la semilla del reposo se estira la semilla adulta fuera de sí sus pétalos danzan: haces del astro
el colibrí marca el ritmo con su lengua de luna al día
tomando el polen en fuga
el tallo eleva de su centro la noche un ojo latente: sol negro la abeja se posa en sus pestañas
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entre nubes secas el saber del polen; es aurora y arcoiris: la palabra florida.
La gota deshojada los pétalos escurridizos canta el ave al vuelo su gorjear
El beso alimenta al colibrí desorbitado en el viento gira: avance y retroceso la escala de los astros
vuelan los pétalos en capas los plumajes ondulan pájaros y flores de dispersan templan su flama palpitan sus tinturas
el colibrí se expande sobre las aguas vuela sobre el río que lleva hojas en opuesto sentido distiende el tiempo: reflejo inabatible
Visión de raíces invertida nervadura de un ojo: que ya no sostiene ningún pensamiento nubes atadas al tallo recuerdos de los que perdimos en los poros del tejido de la materia brillan los nudos de otras historias cápsulas de tiempo la superficie del agua dentro del vaso transparente
El olor a tierra se elevan las raíces y semillas culminan en un nido seco del canto resonante nutricio las vetas de un caudal:
llenan la madera del palo de agua Entre viento y agua el sonsoneo la vegetación susurra y las tierra palpita
se pule en el sonido: la oreja, un teponaztli
el hambre y el exceso atrofian el pensamiento en sus profundidades una capa de silencio de la tierra surgen pronunciadas las papa, las zanahoria y los rábano lentamente
la memoria, cosa que sube: del polvo
que con el sol parece piedra el camino de las heridas el deseo de las entrañas se recrea en la tinta cae líquida
formando sus palabras de partículas sus huellas del polvo retenido
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Malos consejos
I.
el costal deja su rastro de polvo con el andar rasposo, ajeno, indiferente carga que da vida no acumules palabras ¡sácate las papas y las zanahorias de las orejas! que no te alimentan otorga del aliento de tu carne viva en la palabra porvenir aprende a hablar sin mascar y llena tu boca de piedras como si le hablaras al mar
el jugo nutricio de la tierra las venas se vacían y los huesos se cimientan pase por su bosque el susurro del viento que no sea mucha la temperatura de tu cabeza ni tan fría como las cumbres nevadas
Qué pasa al tocar los cabellos con tal de acomodarlos, de limpiarlos de preocupaciones para que den paso a las ideas se vuelven verdes, morados o blancos les crecen bosque, el sol los enciende y se blanquean de cenizas que ni secos como la milpa se muevan y sí te despeinas enseñando trenzas desaprendiendo
pero si quieres tomar para brocha tus cabellos primero contempla el laberinto después de un baño que tarda en secar los giros de abanico que toma vuelo el recibimientos del viento en sus raíces despliega las hebra con tus dedos como trazando tu idioma en el lienzo
II.
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Notas sobre la catástrofe de la guerra de contrainsurgencia en México.
“La guerra nunca estalla súbitamente ni su propagación se produce en un instante. De tal modo cada uno de los adversarios puede, en gran medida, formarse una opinión sobre el otro, por lo que éste realmente es y hace, y no por lo que teóricamente debería ser y hacer”.
Karl Von Clausewitz, De la guerra I.
La destrucción del tejido social en México y la abismal brecha de desigualdades socioeconómicas entre poderosos y desposeídos son el resultado inacabado de la agudización de las injusticias y los crímenes de guerra provocados por la influencia de la cultura neoliberal del Orden Mundial y las nuevas sociedades capitalistas-militaristas quienes han alentado la gradual militarización absoluta del poder político, el fortalecimiento y crecimiento del crimen organizado, impunidad, corrupción institucional, la cual es también corrupción social, y la tediosa aplicación de políticas imperialistas a discreción. La violación sistemática de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha derivado en graves consecuencias para el pueblo de México; lo que parece reflejar una nueva evolución de la guerra de contrainsurgencia y sus incontables catástrofes políticas y sociales.
Las clases militares dirigentes, el Estado burgués neoliberal de ultraderecha, los malos gobiernos populistas de la actual izquierda liberal moderada y los grupos criminales son responsables de la situación de corrupción e impunidad estructurales que han dejado una miseria social inconmensurable y trágica. Esto ha provocado indignación y por consiguiente agita el descontento entre sectores populares vulnerables que no tienen más remedio que resistir, combatir e intentar vencer para superar la hecatombe social. Han sido innumerables los casos de terrorismo de Estado,
corrupción política e impunidad que han detonado en diversos desastres sociales irreversibles.
Uno de los aspectos de mayor preocupación y malestar social es el asunto de la violación sistemática de derechos humanos, pues, el Estado mexicano (tanto de ultraderecha del pasado reciente como de la actual izquierda liberal moderada), minimizan los problemas y catástrofes que atraviesan al pueblo afirmando que “se está haciendo lo correcto en el combate a la inseguridad y la desigualdad”. Lo cierto es que se siguen violando derechos humanos fundamentales mediante la militarización del poder político.
Desde hace mucho tiempo que las agresivas políticas imperialistas norteamericanas han dominado a México y Abya Yala bajo la aplicación de diversos programas de intervención político-militar, tales como la implementación de la doctrina Monroe, el eufemismo de la national security “seguridad nacional”, la hemispheric security “seguridad hemisférica” y especialmente, la doctrina que ha tenido mayor impacto es la que en México se conoce como la “guerra sucia” o mejor dicho; guerra de contrainsurgencia popular (counterinsurgency), como parte de los proyectos de la llamada “Guerra Fría” de la segunda mitad del siglo pasado.
Dichos conceptos configuran lo que el economista anticomunista W.W. Rostow denominó “Pax americana”, es decir, un cierto enfoque sobre lo que deberían de ser la paz y la democracia según las clases dirigentes norteamericanas. Contrario a los estudios que apuntan a una cierta temporalidad consensuada de la llamada “guerra sucia”, se puede sostener que la doctrina de contrainsurgencia nunca terminó y, por tanto, ha tenido diversas evoluciones hasta la actualidad, tanto en México, como en el resto de los países latinoamericanos subordinados, lo que sugiere la instauración de una política imperialista de violencia y diplomacia hostil.
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Dicha guerra de contrainsurgencia popular tuvo una nueva etapa clímax durante el calderonismo con la supuesta “guerra contra el narcotráfico”, pues, se trató, esencialmente, de una guerra de contra insurgencia popular encubierta, misma que se fortaleció con el retorno del PRI al poder y que en última instancia, tornó invencibles a los cárteles y al narco-estado mexicano.
[...] La política se militariza abiertamente, sin los subterfugios elaborados por la sociedad dominante.
[...] Así, paralelamente a las instituciones, valores y técnicas que componen la cultura de la violencia, se expanden también requisitos del fascismo. En cuanto cultura de la violencia, el imperialismo propaga en las sociedades del “tercer mundo” la propia cultura del fascismo. [...] La violencia política, organizada y orientada militarmente, es una técnica indispensable al desarrollo de las relaciones de tipo imperialista (Ianni, 1981:86-95).
Hoy, se ha llegado a una complejísima lucha de clases catastrófica e inédita en la que los amos del poder han logrado una capacidad de dominación inigualable históricamente y que ha traído consigo la tragedia de aplastar millones de vidas que fenecen como víctimas de estos conflictos sistémico-sociales. Esto también significa en otros términos que la insurgencia popular antineoliberal ha sido derrotada a pesar de la existencia de algunas resistencias armadas y pacíficas. De tal modo, que la sociedad capitalista neoliberal, hiperalienada, hiperconsumista, egoísta e indiferente, contribuye en este sentido, a que prevalezca la impunidad y corrupción de la que se saca el mayor usufructo económico, político y social por parte de las clases dirigentes políticas y militares; pues, tal y como afirma Karl Von Clausewitz, el objetivo político de la guerra será norma que puede producir diferentes reacciones en cada una de las naciones dada “su influencia sobre las masas que afecta” (Clausewitz,1977:17). Entre tanto, las clases oprimidas y vulnerables son forzadas a aceptar la inserción al sistema como servidumbres voluntarias o, de lo contrario, deberán padecer y perecer en su respectiva lucha de resistencia contra el poder y las injusticias.
La tragedia de Ayotzinapa: Una pesadilla interminable Un informe reveló que en México hay un 98% de impunidad en desaparición forzada. También se sabe de los abusos de autoridad y violación a los derechos humanos por parte de los diversos mandos de seguridad; los cuales impactan y afectan a la población migrante y que en suma provocan desplazamientos
forzados empujados por las acciones represivas de las fuerzas militares, la Guardia Nacional mexicana y la policía regional. Nuestra realidad social está permeada por las tinieblas de la incertidumbre, la vulnerabilidad e inestabilidad, lo que ya establece condiciones propicias para nuevas formas de control de población a discreción, efectuando una neutralización de las resistencias y luchas sociales de los sectores más indefensos.
La tragedia de Ayotzinapa de la noche de Iguala nos recuerda los vulnerables y frágiles que somos a merced del poderío del Estado militar-burgués y del crimen organizado. También muestra los grados de unión y desunión social, de organización, desgaste y desorganización popular. Desde que se realizaron las primeras investigaciones hasta la fecha, no se han encontrado a los cuarenta y tres estudiantes normalistas de la Escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero. Familiares de las víctimas desaparecidas y asesinadas y la sociedad mexicana y mundial seguimos en espera de que se resuelva este caso y se haga justicia. Sin embargo, hasta el momento, no hay avances sustanciales en el esclarecimiento del caso y castigo a los culpables puesto que Grupo Interdisciplinar de Expertos Independientes (GIEI) ha manifestado desde sus primeros informes hasta los más recientes que se han enfrentado a los bloqueos interpuestos por el poder del Estado mexicano y sus instituciones, además de las amenazas de grupos criminales anónimos.
Lo anterior supone que no hay sospecha alguna de que la tragedia de la noche de Iguala fue un crimen del Estado mexicano, que se puede concebir también como un crimen de guerra de contrainsurgencia popular. Si se considera que los estudiantes atacados representan un “enemigo público” para las clases dirigentes, más bien, un enemigo político de los intereses imperialistas de la milicia, burguesía nacional y cárteles criminales, pues, históricamente, la educación socialista campesina-indígena de las Escuelas Normales Rurales, especialmente del Estado de Guerrero, la articulación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y particularmente la articulación de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), supone la supervivencia de una conciencia social revolucionaria que sigue resistiendo y combatiendo la dominación social y territorial de las políticas imperialistas de contrainsurgencia popular y los intereses de las clases políticas y militares dirigentes.
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En su último informe publicado el 31 de marzo del año en curso, el GIEI actualiza y reitera algunos datos de interés sobre el caso Ayotzinapa que ponen en evidencia la intervención encubridora del Estado y el miedo de las autoridades por la socialización de las verdades sobre el caso mismo. Muy probablemente temen que al saberse la verdad de lo ocurrido el descontento e indignación agiten un proceso de desconfianza y de desobediencia civil que termine con una nueva insurgencia popular. A manera de síntesis, el GIEI determinó lo siguiente en su último informe publicado: Conocimiento de todas las autoridades de las acciones de boteo y toma de buses de los estudiantes. Todas las autoridades de ámbito estatal y federal tenían conocimiento previo de la colusión con la delincuencia organizada de las autoridades y policías municipales de Iguala y de varias ciudades cercanas. Colusión de miembros de todas las corporaciones e instituciones de seguridad de ámbito municipal, estatal y federal con la delincuencia organizada. Los hechos no fueron en un solo lugar ni momento. Se dio una parálisis intencional de autoridades en el ámbito estatal y federal durante la llegada al centro de Iguala y el ataque a los estudiantes.
Miembros de las policías municipales de Iguala, Cocula, Huitzuco y Tepecoacuilco, al menos, atacaron de forma coordinada contra los estudiantes.
Miembros de la policía ministerial tenían mandato de investigar.
Miembros de la policía estatal participaron en detenciones de la menos un chofer que resultó poli contundido y estuvieron en diferentes escenas del crimen.
Las declaraciones de militares del 27 batallón, como miembros de servicio de inteligencia, han ido cambiando de versión según se han desarrollado las investigaciones.
Señalamiento de falta de colaboración del ejército por parte de autoridades estatales. El ejército tenía varios soldados infiltrados en la Escuela de Ayotzinapa. Uno de ellos era uno de los 43 jóvenes desaparecidos.
SEDENA tenía conocimiento en tiempo real de lo que estaba sucediendo a través de intercepciones telefónicas cuya transcripción parcial fue encontrada en sus archivos en documentos. El CISEN tuvo agentes de inteligencia presentes en los lugares e información de lo que sucedía en el momento de los hechos.
La PGR fue responsable de la construcción de la llamada Verdad Histórica, para tratar de cerrar el
caso, ocultando las responsabilidades de diferentes corporaciones e instituciones del Estado, imponiendo una versión que limitaba los hechos al narcotráfico y dos policías y presidentes municipales de Iguala. La tortura sistemática llevada a cabo contra los detenidos, especialmente a partir de inicios de octubre de 2014, además de constituir una grave violación de derechos humanos, pervirtió totalmente la investigación y las declaraciones.
Muchos testigos y participantes en los hechos miembros de guerreros Unidos han sido asesinados en estos años, algunos de ellos intencionalmente para impedir la investigación.
La situación de familiares y víctimas mantienen la esperanza de una resolución efectiva y han expresado también su frustración por los obstáculos encontrados en la investigación y que necesitan ser removidos.
[...]
Se siguen añadiendo aspectos de la investigación conforme se despeja la niebla que existe en el acceso a la información total del caso. Al no haber acciones de integración intercultural pacíficas de las comunidades políticas diversas por parte del Estado mexicano, la defensa, garantía y respeto de los derechos humanos fundamentales se hacen imposibles. Las políticas en materia de seguridad nacional y social pierden eficacia y legitimidad, por lo que tienden a fracasar y a generar mayores conflictos, anulando la posibilidad de representación y participación política de dichas comunidades vulneradas en sus derechos quienes padecen la contingencia e incertidumbre de los acontecimientos de la actualidad.
Para concluir
“La unidad es siempre un proceso a lograr, pese a las dificultades que existan”.
Adolfo Pérez Esquivel, Lucha no violenta por la paz. Se espera que el caso se resuelva lo más pronto posible para que las y los familiares de las víctimas tengan certeza de lo verdaderamente ocurrido y se les cumpa la exigencia de justicia y castigo a los responsables.
A pesar de la genuina disposición por parte del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrados de solicitar acceso a la información a los grupos de investigación del Estado, los grupos independientes y los padres de familia, sin embargo, permean los bloqueos a las investigaciones del caso por parte de grupos de poder anónimos quienes están involucrados en los hechos ocurridos y que por tanto son responsables directos e indirectos.
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Las reformas a las leyes constitucionales no han implicado la modificación de las estructuras de poder de subordinación al gran capital financiero mundial, ni mucho menos, han significado la integración de las comunidades políticas diversas en el marco de una evolución cultural y el progreso social intercultural. Esto corresponde a un análisis histórico de la actual realidad social de México.
Otro aspecto lamentable es que hoy día, resulta inviable e insostenible una revolución popular armada dada la capacidad de fuerza militar del Estado mexicano y de los grupos criminales. En este sentido, la insurgencia popular mexicana puede optar por la lucha no violenta por la paz, pues, de lo contrario, se estaría apostando por la derrota total del movimiento revolucionario popular. Esto no significa claudicar ante las políticas imperialistas, ni tampoco rendirse a los caprichos de la sociedad capitalista neoliberal y las clases dirigentes; se tienen algunas experiencias históricas donde el método de la no violencia a resultado efectivo.
La no violencia se vive en la acción concreta. Como acción, ésta se sitúa ante la realidad social, con toda su violencia institucionalizada. Ni la ignora ni la enmascara; tampoco pretende legitimarla como necesaria e inevitable. La denuncia con claridad, como resultado de la conciencia humana, de decisiones, de opciones y de preferencias libres de los hombres. La no violencia no se confunde ni con la pasividad ni con el inmovilismo o la tolerancia de la injusticia. [...] La acción no violenta implanta ya, en el mismo proceso de cambio, los valores que este cambio apunta. No implanta la paz con la guerra; no construye con la destrucción. La aspiración a un mundo fraterno y justo no es negada a ella misma con las acciones que pretenden transformar la sociedad. En la no violencia, la acción perseverante se alimenta del valor absoluto de la persona humana (Pérez Esquivel, 1983:142).
Ante la falta de representatividad de los intereses políticos populares, la exclusión sistemática de las comunidades políticas diversas en la toma de decisiones a partir de su participación activa en los poderes, la decepción y desconfianza social hacia las autoridades e instituciones del Estado mexicano, la opacidad y vigencia de la corrupción institucional tienen un efecto reactivo sobre la percepción social que agitan diversos procesos de inadaptación, resistencia y liberación intercultural, que se traducen como luchas por el poder político, manifiestan una inconformidad heterogénea respecto al liberalismo del gobierno
que se autodenomina como “postneoliberal”, pues, si bien, se habla de una supuesta “superación del régimen neoliberal”, lo cierto es que no se ha dado la superación del capitalismo como tal.
Por tanto, las inseguridades e incertidumbres sociales seguirán latentes en una pugna por el poder, el reconocimiento y la legitimidad entre los sectores estratégicos más vulnerables y marginados, mientras el Estado mexicano no garantice el respeto absoluto a los derechos humanos fundamentales que posibiliten la integración de la diversidad en un diálogo intercultural de cooperación para la paz, evolución y desarrollo de las comunidades políticas. A pesar de los aspectos negativos, se reconocen algunos de los avances significativos en las indagaciones realizados por los miembros del GIEI y el Fiscal Omar Gómez y su equipo quienes se vieron en la necesidad de que se les garantizara su protección.
Referencias
Clausewitz, K.V. (1977). De la guerra I. Editorial Diógenes.
Ianni, O. (1981). Imperialismo y cultura de la violencia en América Latina. Siglo Veintiuno Editores.
Pérez Esquivel, A. (1983). Lucha no violenta por la paz. Editorial Descée de Brouwer S.A.
Informe sobre la violencia política de Estado en México. (2021). Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Informe GIEI V. Una visión global sobre los hechos, las responsabilidades y la situación del caso Ayotzinapa. 2023.
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¿Des-aparecer?.
Ayotzinapa a 9 años de lucha por justicia y memoria; porque las luchas por la justicia no se olvidan.
Sus nombres y rostros, grabados en la historia, Son faros de luz en nuestra ruta hacia la gloria, En cada paso que damos, en cada bandera al viento, Llevamos con nosotros el recuerdo y el aliento.
Desaparecer puede significar muchas cosas, e implicar muchas otras, pues no solo implica una silla vacía cada día en la mesa de las familias que buscan desesperadamente entre los escombros la esperanza de volverlos a ver, de volverlos a escuchar. Una esperanza que se refleja en cada mirada de cada madre, en cada voz que clama volverles a ver. Se siente la presencia de los 43 en nuestra llama y necesidad de justicia, y como esta nos une en un grito por la verdad, estamos seguros de que no olvidaremos nunca el abuso del que fueron víctimas, ustedes y sus familias. La búsqueda de los 43 compañeros desaparecidos es como un rompecabezas, en el cual el Estado se ha esmerado por perdernos las piezas, y donde nos damos cuenta de que, las pocas pistas que tenemos no están completas, una historia donde cada fragmento recopilado entre los escombros representa un futuro interrumpido.
Pues la madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014, México fue testigo de una tragedia que dejó una profunda cicatriz en el corazón de las y los estudiantes. Esa terrible noche, los 43 compañeros estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, fueron desaparecidos por las fuerzas del Estado en circunstancias aún sin explicación y en condiciones muy violentas. A nueve
años de distancia de aquella trágica madrugada, las heridas aún siguen abiertas, y la lucha por justicia inspirada en las 43 memorias continúa como un urgente llamado a la conciencia colectiva.
Esta tragedia cimbró a México, recordándonos la importancia de la justicia, la memoria y claro la búsqueda de respuestas en casos de violencia y desapariciones forzadas, que lamentablemente en los últimos años se han convertido más y más en cuestiones muy comunes para nuestra realidad, y que hasta el día de hoy muchos de los operadores de nuestro sistema de justicia siguen sin darnos respuestas claras.
[¿Qué sucedió?]
Los 43 corazones ausentes son como notas musicales que faltan en una canción, dejando un silencio doloroso en el alma de México.
Hasta el día de hoy el responder a la pregunta de, ¿qué sucedió, la noche del 26 de septiembre de 2014 con aquel grupo de los 43 estudiantes? Sigue siendo toda una gran incógnita sin resolver. Pero a partir de la poca información que tenemos, podemos decir que era un grupo de estudiantes, quienes se encontraban en Iguala, Guerrero, y que realizaban una colecta con el fin de sostener financieramente su viaje a la Ciudad de México, viaje que se realizaría con el propósito de conmemorar la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco en el año 1968. Aunque la situación no fue como los compañeros lo esperaban, pues se presentaron una serie de (hasta ahora) desconocidos eventos violentos que culminaron en la desaparición de 43 estudiantes.
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Ahora bien, las investigaciones posteriores a los terribles hechos nos han permitido saber que estos terribles acontecimientos, fueron como resultado de una red de corrupción que estaba tejida entre el entonces presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, el crimen organizado y otros representantes del Estado y la fuerza pública. Cuestión que lamentablemente para ese momento no era ningún secreto, pues para el 2014 el Estado de Guerrero se encontraba en una crisis de seguridad. Este enredó acabó, entre representantes del Estado y el crimen organizado, puso de manifiesto la vulnerabilidad de los compañeros estudiantes y la necesidad de una justicia eficaz y clara en México.
Lo que se pensó y comenzó como una actividad con el fin de conmemorar, y no olvidar los abusos del Estado. Lamentablemente concluyó con una serie de eventos violentos que culminaron con la desaparición de 43 normalistas y futuros maestros de nuestras regiones más olvidadas de las sierras del país (hasta cierto punto pareciera que la historia nos recordó, que el Estado Mexicano Priista, por siempre será un Estado Asesino). Hasta el día de hoy no tenemos certezas veras, de los hechos, de lo acontecido. Aunque es verdad que se han presentado distintas versiones de la historia, entre las más relevantes se ha presentado la “verdad histórica” del gobierno de Enrique Peña Nieto, que denunciaba entre muchas otras cosas que:
El alcalde José Luis Abarca intentó frenar los supuestos disturbios y daños, debido al pensamiento crítico de los estudiantes ya que la autoridad no mostraba empatía, por ende, solicitó el apoyo de policías municipales y a algunos miembros del cártel local Guerreros Unidos. Durante el enfrentamiento agredieron, torturaron y asesinaron a personas cuyo propósito era de disconformidad. De las 80 personas que acudieron al evento se sabe que 25 fueron heridos,
6 muertos y 43 desaparecieron.1
Pero ahora el gobierno federal a cargo de Andrés Manuel López Obrador, presenta la intención de una nueva investigación, y que promete tener una verdad o al menos una respuesta más real que la dada en gobiernos pasados, pues en una de sus mañaneras agregó respecto al caso:
Ya tenemos todas las grabaciones y están en manos de la Fiscalía, que está haciendo la investigación sobre la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa, incluso con fundamento a esas grabaciones, ya se han ordenado detenciones. Hay órdenes de aprehensión [...].2
Cuestión que para los padres de los desaparecidos y quienes aún los buscamos, significó una esperanza para que los culpables y responsables paguen por el crimen cometido.
[La lucha incansable de los padres y familiares]
“¿Cómo no estar enojado si no sabemos nada de nuestros hijos?
Y no estoy hablando de las instituciones pasadas y los mandos pasados. Estoy hablando de estos mandos que nos prometieron llegar a la verdad, de estos mandos que jugaron con nosotros, que lo único que querían era la fotografía, ¿por qué la manipulación tan cruel que se ve en el video”.
— Mario César González -–
1 Victoria Martínez, Carolina Guadalupe. Ayotzinapa: la desaparición de 43 estudiantes de la normal rural. UMAN.
2 Ya tenemos las grabaciones de Guerreros Unidos sobre los 43: AMLO; las entregó EU.” SinEmbargo MX, 18 September 2023, https://www.sinembargo.mx/18-09-2023/4411150 . Acceso 1 Septiembre 2023.
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Desde el momento de la desaparición de sus hijos, los padres y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos se convirtieron en voces incansables de la lucha por la justicia y la memoria. Es entonces que estos padres se convirtieron en un símbolo de defensa de la violencia, la impunidad y la lucha por la justicia en el país. Aunque es muy cierto que existen amenazas y obstáculos, interpuestos por el Estado para llegar a la verdad, los padres nunca han dejado de exigir respuestas claras y la rendición de cuentas de aquellos responsables de los desaparecidos y asesinados. Sin embargo, esta incansable y valiente búsqueda se traduce en una historia que los padres han construido a través de valentía y determinación que ha sido protagonizada por los padres y familiares de los estudiantes desaparecidos.
Los padres y familiares de los 43 estudiantes se han convertido en un ejemplo de incansables defensores de la verdad y buscadores de la justicia. Hasta este momento han logrado organizar marchas, protestas y plantones frente a instituciones gubernamentales para exigir respuestas y acciones concretas. Su determinación ha inspirado a miles de personas para unirse a la causa y a no aceptar la impunidad.
Particularmente las madres de los 43 compañeros desaparecidos hasta ahora han jugado un papel de suma importancia en esta lucha. Pues han demostrado mucha fortaleza y sobre todo resiliencia que los ha convertido, entonces, en un símbolo de la búsqueda de justicia en México. Particularmente las madres como María de Jesús Tlatempa e Hilda Legideño, se convirtieron en voces de incansable de exigencia por respuestas y que no se han detenido por ninguna de las adversidades a las que se han enfrentado hasta el día de hoy. A pesar de todos los obstáculos, las familias de los 43 estudiantes desaparecidos han logrado algunos avances en su búsqueda de justicia. La principal exigencia de los familiares ha sido que se de una investigación exhaustiva y transparente sobre lo sucedido. Así mismo han demandado la participación de los organismos internacionales de derechos humanos, mismos que han cuestionado la “verdad histórica” misma que es la oficial de los eventos. Principalmente a partir de los análisis que han realizado el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI).
tenemos a Murillo Karam). Además, se han realizado investigaciones independientes que han arrojado nuevas luces sobre lo sucedido aquella fatídica noche. Sin embargo, hasta el día de hoy continúan existiendo desafíos y servidores públicos que tiene la total intención de mantener oculta y la total intención de continuar de mantenerse en completo silencio, con el fin de no dar respuestas definitivas y claras. Lo que continúa con el caso sumergido en la completa impunidad que hasta el día de hoy rodea al caso de nuestros desaparecidos.
[Los desafíos de la justicia] La esperanza de encontrar a los 43 desaparecidos es como una llama titilante en la oscuridad, resistente a la tormenta pero siempre luchando por brillar.
A lo largo de estos nueve años, el proceso de investigación judicial se ha enfrentado a muchos desafíos así como; la falta de colaboración de los testigos incluyendo la obstrucción que han presentado los operadores de justicia y bueno sin mencionar la impunidad que parece proteger a los culpables. Aunque es evidente que el problema es de origen desde el momento que sucedieron los hechos, pues de origen el delito de Desaparición forzada por particulares, no estaba tipificado en el Código Penal del Estado de Guerrero. Por lo que la autoridad decidió recurrir a lo establecido en el Código Penal Federal, que en el artículo 215-A establece y tipificado el delito de desaparición forzada y que a la letra decía:
Comete el delito de desaparición forzada de personas, el servidor público que, independientemente de que haya participado en la detención legal o ilegal de una o varias personas, propicie o mantenga dolosamente su ocultamiento bajo cualquier forma de detención.
Es entonces que en un primer momento y con el fin de deslindar todo tipo de responsabilidades, las autoridades negaron cualquier tipo de intervención en los acontecimientos de esa oscura noche, lo que desde ese momento presentó uno de los más grandes obstáculos frente al caso. Por otro lado, aparece la sorpresa del despido a los agentes que investigaron y acusaron a Jesús Murillo Karam1 y a Tomás Zerón de Lucio por el caso Ayotzinapa.
Al día de hoy los padres y familiares han logrado reabrir el caso y se ha llegado a las detenciones de varios sospechosos (entre los más mencionados 1 Sin mencionar todas las complicaciones, que se ha llevado el poder enjuiciarlo. Entre ellos los diversos emplazamientos de audiencia por cuestiones de salud y otras que no terminan por ser claras.
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Así como cuando la Fiscalía General de Justicia (FGR) despido a los exfuncionarios son Gonzalo Cartas Bonilla, fiscal federal, y Elena Jaloma Cruz, jefa del Área de Análisis de Contexto, quienes estaban adscritos a la Unidad Especializada en Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa (UEILCA) y que integraron carpetas de investigación en contra de 14 militares señalados de cometer actos de desaparición forzada y tortura. Sin embargo, pese a todas estas complicaciones y muchas otras más, que se han presentado hasta este momento, la perseverancia de las familias y la presión internacional han mantenido el caso vivo y las exigencias de justicia.
[El impacto en materia judicial] Los 43 ausentes son como estatuas de la memoria, talladas en el mármol de nuestra conciencia nacional, recordándonos que la justicia es un deber inquebrantable.
El caso de los 43 compañeros desaparecidos en Ayotzinapa aquella noche del 26 de septiembre del 2014 tuvo un impacto significativo en materia judicial en México y a vivo una serie de exigencias que para ese momento, estaban por quedar escritas en la máquina de escribir invisible de los legisladores, es entonces que permitió una serie de reformas en materia legislativa, que benefició mucho en materia de desaparición forzada. Al mismo tiempo, permitió que el delito de desaparición forzada sólo fuera consumado y considerado, si lo realizaba una autoridad.
En un primer momento es importante recordar, que el caso de los 43 puso en el ojo del escrutinio internacional, las actuaciones de las autoridades judiciales en México, pues puso en el escrutinio internacional al Estado mexicano: Lo que generó una mayor supervisión y presión sobre el sistema de justicia mexicano para abordar adecuadamente las desapariciones forzadas y la violencia relacionada con el narcotráfico. Principalmente después del informe de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, lo que en últimos meses concluyó en un nuevo expediente, mismo que surge a partir de las recomendaciones realizadas por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)
este nuevo expediente surge con el fin de investigar presuntas violaciones de Derechos Humanos1 a partir de nuevos datos recabados y otros elementos respecto de los sucesos acontecidos en la Ciudad de Iguala el 26 de septiembre de 2014, que ha sido referido con el expediente número CNDH/2/2022/505/VG. Esto sin mencionar los diversos expedientes, que ya están siendo analizados por el mismo caso.
En un segundo momento podríamos hablar de algunas reformas legales y procesales en el Estado mexicano como resultado de la presión y las exigencias de las personas que han acompañado el proceso, es así que se han promulgado diversas reformas legales y procesales, así como diversas leyes y protocolos en México destinadas a fortalecer la capacidad del sistema de justicia para investigar y procesar casos de desapariciones forzadas, así como las violaciones de derechos humanos. Estas reformas han incluido cambios en el sistema de justicia penal federal, así como la creación de una Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Desaparición Forzada.
Así mismo como la aprobación de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas. Misma que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 17 de noviembre de 2017. Esta ley dispone el terreno legal para prevenir, investigar y sancionar la desaparición forzada y la desaparición cometida por particulares. Además, de que se creó la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas y la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas2
Cuestión que respaldó la creación de una fiscalía especializada en materia de desaparición, con el fin de llevar las investigaciones en delitos de desaparición forzada y desaparición cometida por particulares, con el fin de fortalecer y acelerar las investigaciones en los casos de desaparición. Por otro lado, tenemos las reformas al Código Penal y a la Ley General de Víctimas, estas reformas permitieron aumentar las penas por delitos de desaparición forzada para garantizar el respeto a los derechos de las víctimas y sus familias, incluyendo acceso a la reparación del daño y a el apoyo psicológico permanente para las víctimas3.
1 Ver en: “Desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, Ayotzinapa.” https://www.cndh. org.mx/noticia/desaparicion-de-43-estudiantes-de-la-escuela-normal-rural-raul-isidro-burgos-ayotzinapa-0 . .
2 Diario Oficial de la Federación.” DOF - Diario Oficial de la Federación, https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5651985&fecha=13/05/2022
3 Diario Oficial de la Federación.” DOF - Diario Oficial de la Federación, 27 enero 2021, https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5610425&fecha=27/01/2021#gsc.tab=0
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El dolor de las familias de los 43 desaparecidos es un mar sin orillas, donde las olas de la incertidumbre chocan una y otra vez contra la costa de la esperanza.”
No estoy seguro de que los 43 compañeros de Ayotzinapa estén desaparecidos, más bien creo que son cuerpos sin encontrar, cuerpos ausentes. Pues hasta este momento a 3287 días (ya nueve años) de no encontrar sus cuerpos, muchos los seguimos y seguiremos buscando. Pero lo que es claro es que no han desaparecido, pues están presentes en cada marcha, en cada esfuerzo de los padres por encontrarlos en cada cuenta hasta 43 por llamar a sus memorias, ellos no están perdidos, sólo están ausentes y no parecen están desaparecidos, pues en cada grito en cada pinta ellos aparecen. Más bien me gusta pensarlos como seres transmutados que se encuentran en nuestra historia y que nos han permitido empujar tanto y tan fuerte que el Estado nos ha escuchado. Y al menos ha fingido protegernos con una serie de reformas legislativas, que por lo menos en el papel tienen la intención de hacernos sentir “protegidos”.
¿Aparecer?, a que se refiere enunciar que alguien apareció de facto podríamos decir que es ver de manera física e inmediata a un tercero. Es entonces que desaparecer, implica todo lo contrario, desaparecer, no encontrar, o simplemente no volver a ver a alguien más, una cuestión que va más allá de simplemente no estar presente. Y justo esto es lo que nos ha presentado de manera muy vívida los 43 compañeros (y todos los miles de desaparecidos en este país). Desaparecer no únicamente es una ausencia familiar, o una carpeta de investigación como en los últimos años nos lo ha mostrado el Estado mexicano. Desaparecer, implica un vacío entre los amigos, implica la constante, desgarradora y preocupante pregunta del ¿cómo estará?, y como bien lo muestra Sara Uribe en Antígona González, la desaparición nos lleva más allá de una simple ausencia del ser querido. Pues cuando uno desaparece, se lleva algo de muchos, es como si un poco o una pequeñísima parte de muchos desapareciera con ellos, pero solo hay una ausencia. A nueve años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, se convierte en fundamental recordar que no han sido olvidados, que sus ausencias nos duelen y que sus lugares en cada universidad consciente siempre estarán libres esperando su regreso. Que muchos adoptamos el compromiso con la justicia y la memoria.
Que nos sumamos a la lucha de sus familias, y cada día que pasa la insistencia por la rendición de cuentas, pues son un faro que ilumina el camino y que no dejará de iluminarlo hasta que logremos encontrar la verdad y hacer que quienes escondieron sus cuerpos paguen por el crimen cometido. Que el abuso por el que pasaron nos ha permitido dar voz, a cientos de miles de personas, que sufren los mismo en este momento, que su ausencia funcionó como un llamado de atención sobre la magnitud del problema de las desapariciones forzadas en México.
Yo solo pido cada día a Marabú que siga sosteniendo mi desgarrada voz, que exige justicia, y pido a Xango que con su trueno siga iluminando la búsqueda de nuestros 43 compañeros normalistas. Y cada vez pienso en ellos, solo mantengo la esperanza de que esto solo sea como el cuento La bruja de la calle Mouffetard de Pierre Gripari y que, encontremos a nuestros 43 compañeros de la misma forma en la que Bachir encontró a Nadia y que solo baste romper unos cuantos locales más, o quizás alguna caja fuerte donde se guarda la verdad
43 estudiantes, hermanos de lucha, En cada mirada de madre, en cada voz que clama, justicia Se siente la presencia de los 43 en nuestra llama, Unidos en el grito por la verdad y por la justicia, No los olvidaremos nunca.
Me niego a olvidar sus nombres y sus rostros, que están grabados en la historia de abuso. Que el cielo abrace a los 43, en su eterno retorno, Mientras en la tierra, luchamos sin reposo, Por un lugar más justo para todos donde la verdad prevalezca, donde la justicia no sea una exigencia Y en el nombre de los ausentes, la esperanza florezca. Son faros de luz en nuestra ruta hacia la gloria
En cada paso que damos Llevamos con nosotros el recuerdo y el aliento. Que el cielo abrace a los 43, en su eterno reposo, Mientras nosotros en la tierra, luchamos sin reposo, Por un México más justo, donde la verdad prevalezca, Y en el nombre de los ausentes, la esperanza florezca.
[Conclusión]
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libreria.voz
Av. Juárez Sur #26, Tizayuca Centro, Tizayuca, Hgo.
(Nos ubicamos a un costado del Ciclomundo, subiendo las escalera)
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