

EL ENVEJECIMIENTO EN LAS SERIES DE FICCIÓN
COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT HUMANIDADES
Manuel Asensi Pérez
Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València
Ramón Cotarelo
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia
Mª Teresa Echenique Elizondo
Catedrática de Lengua Española Universitat de València
Juan Manuel Fernández Soria
Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València
Pablo Oñate Rubalcaba
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València
Joan Romero
Catedrático de Geografía Humana Universitat de València
Juan José Tamayo
Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid
Procedimiento de selección de originales, ver página web: www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales
EL ENVEJECIMIENTO EN LAS SERIES DE FICCIÓN

tirant humanidades
Valencia, 2023

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Carmen Maura, un valor añadido para el cine español y la ‘Marca España’. Estudio del personaje envejeciente en Alguien tiene que morir y Deudas .
Viejos, pero fuertes y viriles: José Coronado contra el edadismo en Gigantes, Vivir sin permiso, El inocente y Entrevías................................................
“Tiene al demonio dentro”. Género, edad y terror en 30 Monedas ..........
Personajes envejecientes en la temporada 11 de La que se avecina (2019)
Hablando de los adultos mayores desde la cercanía. La vejez a través del punto de vista de Berto Romero en Mira lo que has hecho.................................
Proyección internacional de la diversidad sexual en distintos sectores etarios en series españolas. Estudio de caso: series nominadas en los Premios GLAAD
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MARÍA TOSCANO-ALONSO Y SOFÍA OTERO-ESCUDERO
Reflexionando acerca del envejecimiento trans y su representación a través de la ficción seriada Veneno (Javier Calvo y Javier Ambrossi, 2020) .................
FRANCISCO A. ZURIAN Y NÉSTOR MUÑOZ TORRECILLA
un test de garantía
VIRGINIA GUARINOS Universidad de SevillaComenzar un volumen de investigación sobre estudios etarios en Comunicación es difícil, porque difícil es superar el prólogo exhaustivo del libro colectivo de Zecchi, Medina, Moreiras y Rodríguez (2021) sobre envejecimiento en los cines ibéricos. Aun así, se puede intentar una mínima contextualización al tema, completando lo que de novedad haya surgido desde este prólogo referido. Dedicado al cine, este libro de multiautoría enfoca su mirada al envejecimiento en las películas y en algunas cinematografías, como la vasca, la catalana, la gallega, o en autores concretos como Almodóvar o Coixet, entre otros, y desde interseccionalidades como la memoria, la pobreza, la enfermedad, el género, etc. Otra investigación anterior, en este caso coordinada por Zurian, Menéndez y Ramos-García (2021), se centra en películas de distintos países, uno de ellos el español, con una amplitud temporal que comprende desde los años 60 del siglo XX hasta 2018. El foco común es el de la violencia de género en relación con las personas mayores. No obstante, existen otras violencias hacia los mayores y su representación en los medios de comunicación, las que pueden resumirse bajo la etiqueta de edadismo (negativo, como vejación en la representación, o positivo, por ausencia o paternalismo).
También del mismo año es otro volumen que ofrece una mirada más amplia, más allá del cine, sobre la tercera edad y los medios de Comunicación (Guarinos, 2021), buscando la representación y el uso de este sector de la población en lugares tan diversos como programas de televisión, de radio, videojuegos, redes sociales y, por supuesto, el cine, en algunos casos sobre objetos de estudio españoles y también internacionales. A un nivel superior, el de las artes, se trabaja sobre cine, radio, revistas para mayores, cómic, literatura en el trabajo editado por Aguado y Rodríguez (2018).
Como se puede ver por las fechas, los estudios etarios han irrumpido en las Ciencias Sociales y de la Comunicación con fuerza en
Estudios etarios y series de ficción en España. Motivos paraVirginia Guarinos
los últimos años, en lo que a tercera y cuarta edad se refiere, puesto que estudios etarios sobre infancia y adolescencia cuentan ya con una larga trayectoria investigadora. La idea de que existe una necesidad de reflexión y análisis, lejos de pensar que se trata de una moda, resulta clara, más si tenemos en cuenta que, también en 2021, se llega a producir el I Festival Internacional de Cine sobre Envejecimiento, Miradas a través del Tiempo, celebrado en Montevideo (Uruguay) entre el 22 y el 26 de septiembre. Algunos países están empezando, otros ya llevan una experiencia en ello, como sucede con el Festival Internacional de Cinema de les Persones Grans, que se celebra en Barcelona desde 2019, cuyo palmarés puede seguirse en la plataforma FILMIN. Sin duda, el marco europeo que designó al año 2012 como año europeo del envejecimiento activo y de la solidaridad intergeneracional marcó un antes y un después en llamada de atención de estos estudios entre los investigadores sociales. Desde entonces, son muchas las disciplinas que han vehiculado sus intereses etarios como grupos de investigación o como asociaciones, como el grupo Pro-Age, de la Universidad de Lleida, dirigido por Núria Casado, o el equipo MASCAGE, capitaneado por José María Armengol, de la Universidad de Castilla La Mancha. Por otro lado, son dos las asociaciones que trabajan sobre estos temas, por un lado, la NANAS, North American Network in Aging Studies, y la ENAS, European Network in Aging Studies, constituida en 2011, que cuentan con investigadores e investigadoras de España y que celebraron en septiembre de 2022 una conferencia conjunta en Bucarest, bajo el lema “Narratives and Counter Narratives of Aging and Old Age: Reflexivity in Aging Studies”.
A todo ello hay que sumar la existencia de cátedras, como la Macrosad de Estudios Intergeneracionales de la Universidad de Granada, nacida en 2018, y la más reciente y pionera en el ámbito de la Comunicación, la Cátedra de Edadismo de la Universidad de Vigo, auspiciada por la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras Demencias de Galicia (Afaga) y la entidad privada de innovación social dedicada a acompañar en los cuidados a las personas mayores Atendo, dirigida por la profesora Ana Belén Fernández Souto y coordinada por el profesor jubilado de Comunicación Audiovisual, Xaime Fandiño, presentada en septiembre de 2022.
Todas estas acciones, asociaciones, cátedras, equipos e investigadores repiten entre sus objetivos el de visibilizar y diversificar la mi-
Estudios etarios y series de ficción en España. Motivos para un test de garantía
rada hacia el envejecimiento, la tercera edad, la cuarta edad, la edad dorada, con cualquiera de las etiquetas que se atribuyen a esta franja etaria y su representación social, haciendo especial énfasis en el entendimiento intergeneracional en pro de la desaparición del edadismo. En este contexto, con esos mismos objetivos, el volumen que aquí se inicia trabaja en estudios etarios y dentro de ellos, en estudios sobre el envejecimiento y comunicación audiovisual. Dentro de ella, se centra en la ficción seriada, sobre lo que apenas existe literatura científica, con el objeto de aumentar, en nuestras posibilidades, la Recomendación 2, del Informe Mundial sobre el Edadismo: “Crear un movimiento para cambiar el discurso sobre la edad y el envejecimiento” (WHO, 2021, p.180).
En este tema concreto de la serialidad ficcional nacional se han publicado artículos sueltos en secciones de miscelánea en distintas revistas españolas, algunos de forma temprana, vinculados, sobre todo, a estudios de género, analizando transversalmente la figura de la mujer mayor, como es el caso de López Téllez y Cuenca García (2005) o Gordillo, Guarinos y Ramírez (2009), interés que se mantiene justo hasta este momento, como prueba el trabajo de Santaella, de Pinedo y Martínez-Heredia (2022), donde se recogen las mismas conclusiones, por lo que no parece haber cambiado la situación en 25 años. Ello se corrobora en otros trabajos entre una fecha y otra, como el de Mancebo y Ramos-Soler (2015) o el de Bandrés (2019).
En la historia de la ficción seriada, Las chicas de oro (NBC, 19851992) fueron un referente internacional, enmarcada en la comedia, bajo el formato de sitcom, que luego se ha ido produciendo a cuentagotas en las distintas televisiones nacionales. Más cerca de nuestro momento han supuesto un importante ejemplo series como Grace and Frankie (Netflix, 2015-2022) y, especialmente, desde la diversidad sexual, Transparent (Amazon Studios, 2014-2017) o La banda del guante verde (Netflix, 2022).
En España, como todavía sucede ahora en telenovelas iberoamericanas o turcas, las series de corte familiar, tipo Farmacia de Guardia (Antena 3, 1991-1995), Médico de familia (Globomedia, 1995-1999), Los Serrano (Goblomedia, 2003-2008), Cuéntame cómo pasó (RTVE, 2001-), Amar es para siempre (Antena 3, 2005-), por poner algunos ejemplos, han dado siempre un lugar para el abuelo o la abuela, con-
virtiéndolos incluso en protagonistas ocasionales de tramas episódicas secundarias. Sin embargo, esta tradición de presencia en las series más actuales llega incluso a desaparecer, descompensando la presencia secundaria y, por tanto, también las relaciones intrafamiliares con estas primeras generaciones. Siendo conscientes del punto de bisagra que ha supuesto el año 2020, en el que, debido a la crisis pandémica mundial, los medios de comunicación e información y las redes sociales han despertado un interés dormido por las generaciones mayores, los capítulos de este libro corresponden a una investigación conjunta sobre las series españolas de ficción, tanto de televisión como de plataformas, comprendidas en la horquilla temporal marcada entre 2018 y 2022, en un intento de búsqueda comparativa del aumento o disminución de representación y tratamiento del envejecimiento en personajes mayores de 65 años. No se puede olvidar que ese mismo empeño de los medios era contrarrestado por un edadismo interiorizado que dio la cara como conflicto intergeneracional, que llegó a manifestarse en redes sociales con el hashtag #boomeremover.
Buscando en este corpus, se contrasta una resignificación de los estereotipos de vejez que falsamente la publicidad había hecho anclarse en un envejecimiento quizás demasiado activo, relacionado con la efebocracia y buscando únicamente un consumidor, derivado de las prejubilaciones masivas y ventajosas que se produjeron en las décadas del bienestar finiseculares del siglo XX y previas a la gran crisis de 2008 en adelante. Esos “viejóvenes” atléticos, joviales, alegres, disfrutando de una vida en eternas vacaciones han desaparecido de la ficción seriada, pues nunca estuvieron. En su favor, la representación del envejecimiento se ha tornado más natural y más variada, si bien, profundamente escasa en número, presencia y funciones.
La desaparición del abuelo cascarrabias, del viejo verde o el abuelo batallitas, da paso a la recuperación del abuelo mentor, pero también a la aparición del mayor villano, incluso sanguinario y mafioso. Son estereotipos nuevos comunes a ambos sexos el del anciano estorbo o la abuela mueble, o los abuelos esclavos, para desarrollar también el estereotipo de abuela sanguinaria y castradora. Es de resaltar también que la observación presenta ya mayores no vinculados al parentesco, cuestión que hasta no hace mucho era condición sine qua non: un mayor tenía que ser al mismo tiempo un abuelo.
Estudios etarios y series de ficción en España. Motivos para un test de garantía
Los estudios sobre el envejecimiento tradicionalmente hablan de la edad biológica, la del cuerpo, de las células, pero también de la edad cronológica, la que marcan nuestros documentos en función del año de nacimiento. Ahora bien, se puede afirmar que existe también una edad simbólica, la que los estereotipos marcan como representaciones adecuadas o esperadas para determinadas edades, con la esquematización y reducción que ello supone tanto para la población real como para la población de personajes ficcionales. Desde los estudios queer se habla de vejeces diversas por lo que afecta a la diversidad sexual y de género, pero este mismo calificativo puede ser ampliable al envejecimiento en sí mismo, en tanto que todos envejecemos pero de formas diferentes.
La pionera Margaret M. Gullette (1997) decía que son la cultura y sus discursos los que nos envejecen, no la edad. Es hora de volverse hacia ellos y ellas y contemplar que la percepción que los mayores tienen de sí mismos “pone de manifiesto la necesidad de redefinir el concepto de vejez abordándose las nuevas dimensiones sociales asociadas al fenómeno y clarificar otros conceptos asociados para una mayor precisión terminológica. Para ello resulta imprescindible la incorporación no solo de criterios de edad, sino de otros indicadores de vejez (entre los que destacamos la percepción subjetiva de bienestar), así como un cambio de perspectiva que atienda la heterogeneidad creciente de las experiencias, las vivencias y las expectativas de las personas mayores y el nuevo perfil de mayores de las sociedades posindustriales” (Amezcua y García Domingo, 2022, p.22). Quizás sea mucho pedir a la ficción, seriada o no, audiovisual, visual o sonora, literaria también, teatral (¿por qué no?) que contemplen esta realidad con otra mirada, la mirada del error que se puede estar cometiendo con el edadismo positivo o negativo ante una población que es cada vez más numerosa. Los informes más recientes indican que en 2050 una de cada tres personas será mayor de 65 años, lo que supone un tercio de la población mundial. Según el INE, la población mayor de 80 años se ha duplicado en España entre 2001 y 2020, contando con la previsión de que el 20 % actual de mayores de 65 alcance un 33% en otros veinte años más, situación que se replicará en toda Europa. Es un tercio de población que querrá verse representada y que necesitará elementos de identificación primaria y secundaria en los productos ficcionales que se les oferten.
Así las cosas, se puede considerar imprescindible (hay motivos) la elaboración de un test de garantía de productos audiovisuales ficcionales libres de edadismo con unos mínimos que cumplir. Ya Zecchi (2021) se preguntaba que, si se aplicara The Rule de género a los personajes mayores, cuántas películas lo pasarían. Y así, emulando el test de Alison Bechdel (1986) para evaluar la brecha de género, no lo expondremos en viñetas de cómic, pero sí podemos decir que no veremos más series, películas o ficciones sonoras que no cuenten al menos con
• Un personaje mayor de 65 años, personaje principal o secundario, participante en tramas principales o secundarias.
• Actores de la edad representada por su personaje mayor, evitando la falsa caracterización de actores más jóvenes, que permita dar papeles a actores de esa franja de edad.
• Personajes mayores con nombre propio, edad y actividad laboral anterior explícitas, de tal manera que se puedan identificar su momento vital exacto en edad biológica y no por su caracterización externa y que pueda saberse cuál ha sido su dedicación.
• Personajes mayores con relaciones intergeneracionales e intersociales, despegados del entorno familiar, donde sean personas con participación social más allá de la estrictamente doméstica.
• Personajes mayores con sentimientos y sexualidad, del tipo que sea.
De esta manera pueden quedar reflejadas las vejeces diversas, dignificando una etapa de la vida que solo es una etapa más y como tal debería estar reflejada, siendo conscientes de que no se puede pedir a la fabulación, a la ficcionalización, un reflejo factual de la realidad empírica, puesto que tampoco sucede con otros grupos etarios, ya que no es esta la función (o al menos no la única) de la ficción audiovisual.
Esperamos con este volumen contribuir en algo a los 17 capítulos que conforman el Libro blanco de envejecimiento activo (IMSERSO, 2011) y que recogen las necesidades y preocupaciones que desde el gobierno de España se planteaban como necesarias para nuestro país.
Estudios etarios y series de ficción en España. Motivos para un test de garantía
Hace más de quince años García Gutiérrez (2004) se preguntaba por qué la televisión incumplía sus funciones de servicio público con respecto a los mayores. Con el paso del tiempo Rodríguez Vázquez (2008) se preguntaba si la televisión, dada la cantidad de horas que pasan nuestros mayores ante ella sin contenidos de calidad, servía más para deseducar que para educar. Ahora ya no son solo las televisiones, también las plataformas VOD las que tienen esa responsabilidad de entretenimiento, de ocio y, con él, de representación de sectores etarios que puedan identificarse con algunos de los personajes de las historias que ven.
Los directores de estas series, próximos algunos de ellos y ellas a la edad de tránsito hacia el envejecimiento, deberían entender que “la vejez entendida tanto como una figuración –esto es, una representación del envejecimiento– como una ficción teórica –aquel estado de la imaginación que posibilita la creación– genera espacios de posibilidad para jugar con las imágenes, posturas y posicionamientos del personaje de autor” (Ruiz, 2022). Solo basta entrar en el juego, documentarse y empatizar con ese futuro tercio de la población, igual que se ha hecho con la representación de personajes femeninos, entrar en un juego que, por lo demás, desde el punto de vita creativo, puede incluso ser un reto divertido que contribuya al desplazamiento desde el edadismo hasta el elder pride.
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1. INTRODUCCIÓN. ¿UN ESPEJO SIN REFLEJO?
Para mirarse y reconocerse, el ser humano usa espejos. Esos espejos pueden ser de distinta índole: unos, las superficies estáticas colgadas en las paredes de las viviendas, de las tiendas, de los baños de los restaurantes. Otros, los medios de comunicación y de representación, como el cine, el teatro, la televisión y todas las pantallas que actualmente nos rodean.
La mirada escrutadora de la identidad va recorriendo contenidos provenientes de esos espejos hasta organizar una idea social y personal de cada individuo, por lo que la imagen que se refleja en las na-

El reflejo borrado. Hombres y mujeres mayores en series de ficción españolas en servicios de vídeo bajo demanda (2017-2021)IRENE RAYA BRAVO E INMACULADA GORDILLO Universidad de Sevilla Irene Raya Bravo e Inmaculada Gordillo
rrativas audiovisuales que pueblan nuestro entretenimiento adquiere una especial relevancia. “Las series nos retratan” titulaba un artículo divulgativo sobre series de televisión (Sebastián Lozano, 2020) en el que se las calificaba como “espejo de la sociedad”.
Sin embargo, cuando el espejo no refleja la realidad de la vida cotidiana la propia y la circundante , adquiere el poder de construir una nueva. De tanto mirar una sociedad en la pantalla, aparentemente tan verosímil, la convertimos en la sociedad de verdad, en el mundo que nos rodea. En España, el número de hombres y mujeres mayores de 65 años es amplio, pues supone casi un tercio de la población total; es un porcentaje que debería tener correspondencia especular con el número de personajes de esa franja etaria en las series creadas dentro del país.
En este capítulo pretendemos ver si existe correspondencia entre contexto referencial y mundo representado, es decir, ver qué tipo de imagen de los mayores de 65 años reflejan las series de producción propia, concretamente las que son creadas en exclusividad para su emisión en plataformas de televisión a la carta.
La población del primer mundo, donde se sitúa la española, no cesa de envejecer de forma evidente y constatable. Dentro de la Unión Europea, los mayores de 65 años constituían un 16% a principios de siglo, y en solo veinte años se ha pasado al 21% (cinco puntos porcentuales es una diferencia muy amplia). Y resulta interesante comprobar que la horquilla de mayores que más crece es la que supera los 80 años: del 3,4% en 2001 han pasado a constituir casi el doble en 2021 (6.1%).
España no es una excepción pues la población de nuestro país no deja de envejecer desde 1975: por primera vez en la historia, el porcentaje de mayores de 65 años supera el 20% del total de españoles. Esto supone una cifra cercana al tercio del total de los habitantes de España. A esta evidencia se suma la transformación acelerada de hábitos de la población envejeciente española, que identifica un incremento significativo de consumo de medios de comunicación por parte de la población mayor de 55 años: de 2006 a 2016 se constata un aumento de espectadores televisivos de más de tres mil, cifra reseñable, pero no tan impactante como el aumento de usuarios ancianos que utilizan internet, que se ha multiplicado por doce (de 532 a 6428) (Asociación
El reflejo borrado. Hombres y mujeres mayores en series de ficción españolas en...
de la Prensa de Madrid, 2019). No es posible vivir de espaldas a esta realidad demográfica, ni ignorar esta necesidad imperante de un reflejo social acorde a los consumidores mayores, y por ello, los estudios etarios (es decir, los estudios culturales que se ocupan de las distintas realidades que rodean a las personas mayores) están desarrollándose desde ámbitos muy diferentes.
El terreno del relato audiovisual ofrece ya un conjunto creciente de estudios desarrollados en torno a los mayores (Guarinos, 2021), y es aquí donde situamos este capítulo, centrado en la presencia de personajes en series televisivas de producción española. El estudio sigue la estela de otros trabajos recientes que han observado el mismo tópico en otros territorios nacionales, ya sea en televisión alemana (Kessler, Rakoczy, y Staudinger, 2004) o estadounidense (Markov y Yoon, 2021), o en el ámbito español, pero acotado a la televisión generalista (López Téllez y Cuenca García, 2005). Nuestro objetivo principal nos lleva a comprobar la presencia de mayores de 65 años protagonistas o con papeles relevantes de ambos sexos en series españolas de las plataformas de vídeo bajo demanda, por el trascendente cambio que ha supuesto la llegada del streaming en la creación de contenidos.
En algunos artículos divulgativos se reconoce la presencia de interesantes papeles para mayores en series de éxito estadounidenses. En “Las series sí son para viejos”, Jorge Carrión (2017) señala que “los ancianos viven una edad de oro en la televisión: se han multiplicado los personajes memorables frente a adolescentes muy inferiores en fuerza dramática”, citando series con mayores protagonistas como Transparent (2014), o con secundarios con fuerza (Los Soprano, A dos metros bajo tierra o Downton Abbey). Reconoce que tras el cambio demográfico que implica el aumento de la edad de la población, “el protagonismo de nuestros relatos colectivos no puede recaer en una única franja de edad: debe compartirse. Las series nos ayudan a entender esa nueva realidad y a construirla”. En el mismo sentido, Raúl Pelegrín (2020) repasa cinco series americanas de plataformas donde los mayores son protagonistas. Concluye que “la llegada de las plataformas en streaming ha hecho saltar por los aires el statu quo, y actualmente los mayores están viviendo una edad de oro en lo que a series se refiere. A diferencia de las insulsas historias interpretadas por adolescentes insoportables, actores y actrices de edad protagonizan series de ficción con un argumento muy sólido cuyos personajes
ganan en fuerza dramática y son memorables”. También se recogen voces que reflejan la situación española: Maripaz Alcaraz (2018) considera que “el papel de los abuelos está muy presente en la mayoría de series de nuestra televisión” aunque las series que repasa sin ningún afán académico son todas de televisiones generalistas (Aida, Cuéntame cómo pasó, La que se avecina, Los Serrano, Médico de familia, Los hombres de Paco, …) y no hace ninguna alusión ni revisión de las series que se producen y emiten en las plataformas de vídeo bajo demanda.
A partir de aquí surgen las preguntas que dan pie a nuestra investigación: ¿existen personajes protagonistas mayores de 65 años en las series españolas fuera de las cadenas generalistas? Se ha detectado que en las televisiones en abierto sigue existiendo perpetuación de estereotipos, con personajes envejecientes que funcionan como fuente de consejo y protectores de la familia (López Téllez y Cuenca García, 2005, p. 13), pero en caso afirmativo, ¿qué tipo de personajes reflejan las ficciones españolas de las plataformas de streaming? Estamos acostumbrados a considerar, como señala Morganroth Gullette (2010, p. 81), que “joven y viejo son, por lo regular, formas sencillas de implicar bueno y malo’’. La gran pregunta es: ¿Corresponde esta dicotomía a la creación de personajes mayores de la ficción española?
Si, como señala Margaret Morganroth Gullette (2010, p. 81), “ningún individuo que esté expuesto a las aculturaciones dominantes actuales puede salir ileso del discurso cultural etario y de las narrativas del envejecimiento”, las consecuencias de la realidad encontrada en las series españolas de emisión en las plataformas audiovisuales pueden ser importantes. Porque un espejo sin el reflejo del que se intenta mirar en él es, cuanto menos, una pesadilla nada deseable.
2. APROXIMACIÓN METODOLÓGICA Y SELECCIÓN DE CORPUS
El acceso a la figura del envejeciente en las series de producción española se ha trabajado desde una doble orientación metodológica, gracias al procedimiento de análisis de contenido, que permite un abordaje tanto cualitativo como cuantitativo del objeto de estudio. Por un lado, gracias a un instrumento de análisis de producción pro-